Revista SEFIROT No. 4

19 ENERO DE 1981

EDITOR:

Humberto Mayorga Teyes

DISEÑO:

Eduardo Alejandro Ramos Rambaud (imágenes tomadas de internet)

COLABORADORES:

Rubén Martínez García

Humberto Mayorga Teyes

Mario Alberto García Rodarte

José Martín Legaspi Ramírez

PORTADA:

Tomada de Internet

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

EDITORIAL

Creo en la hermandad de todos los hombres, pero no creo en desperdiciar la fraternidad en nadie que no quiera practicarla conmigo La hermandad es una calle de dos vías. Y es que se está acostumbrado a solicitar, recibir, pero poco a dar La Fraternidad se define como aquellos vínculos honestos y constructivos por el bien común y de las buenas relaciones entre iguales o desiguales, bien sabemos que somos diversos en pensamiento, obra y acción con puntos de encuentro. Así como en un matrimonio o noviazgo existen compromisos, responsabilidades, afectos, juramentos, reciprocidades, valores en común, así también la Fraternidad requiere de una serie de principios y normas morales implícitas y explícitas, además del reconocimiento del otro para que funcionen y se fortalezcan los vínculos a través del diálogo y de la educación como un mediador.

En este número, la Revista Sefirot pone atención a temas como la Fraternidad, la educación, el arte y la cultura como medios para la construcción de relaciones sanas entre nosotros para con los otros y consigo mismo. Abre este número un texto de Rubén Martínez García, quien nos concede puntos de reflexión sobre la relevancia de la Fraternidad Universal, la congruencia y los retos que tenemos como sociedad masónica al cumplir con nuestros deberes y juramentos, le sigue una producción de mi autoría, a propósito de la educación, el arte y la cultura como un medio de colocar cimientos sólidos para una mejor Fraternidad Universal, a partir de las infancias y la creación y construcción de obras que abonen a los proyectos colectivos, donde la comunidad sea revalorizada.

Damos la bienvenida a Mario Alberto García Rodarte, recién ingresado, de origen ajefista, quien nos coloca en la reflexión sobre lo perfectible que somos como humanos, en consecuencia, como fraternos. La masonería tiene ese fin: trabajar en nosotros para ofrecer a la Fraternidad sanos vínculos sabiéndonos imperfectos, puntualiza el autor. José Martín Legaspi, con un trazado acerca del significado moral de trabajar en Logia y aquellos compromisos que se deben asumir en la congruencia de nuestros actos y pensamiento, nos obsequia, desde su mirada, cómo se generan las relaciones humanas desde nuestro templo interior. Damos lo que somos. Siempre se debe recurrir a la reflexión, construcción y reconsideración. Agradecemos su disposición para colaborar con nosotros.

Apreciado lector, su lectura es nuestro motivo. Bien recibidos a este espacio de libre expresión y la apertura para quienes deseen colaborar.

Humberto Mayorga Teyes

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

LA FRATERNIDAD UNIVERSAL

Del latín Fraternitas y acorde a la Real Academia Española, su significado es la amistad o afecto entre hermanos o entre quienes se tratan como tales. La fraternidad es el lazo de unión entre las personas basada en el respeto y en la dignidad de la persona humana, en la igualdad de derechos de todos los seres humanos y en la solidaridad continua.

En la actualidad consideramos la fraternidad como un componente del ser social humano, en donde se considera al ser humano como un individuo que interactúa con su entorno y en este ambiente, crece, se desarrolla, se reproduce y muere, pero esto no lo puede hacer solo, necesita de una sociedad para cumplir con este objetivo en plenitud. El ser humano actúa con inteligencia y disposición de espíritu, va aprendiendo y cambiando a medida que convive y conversa en sociedad. La fraternidad es un valor que no se resume solo a un grupo de personas sino un valor universal y transversal para todos los seres humanos. De esta manera el valor de la fraternidad nos lleva a ser solidarios, respetuosos y empáticos los unos con los otros.

El 4 de febrero fue proclamado el Día Internacional de la Fraternidad Humana, con esta promulgación se afianza la promoción de la paz en el mundo, el desarrollo sostenible y la unión de esfuerzos de la comunidad internacional para incentivar la tolerancia, la inclusión, respeto a la diversidad y la solidaridad entre las naciones del mundo y las personas.

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

La Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la creación de este día a partir de una iniciativa promovida por Emiratos Árabes, Bahréin, Egipto, Arabia Saudí, Burkina Faso, Guinea Ecuatorial, Marruecos y Venezuela.

Como concepto filosófico, la fraternidad está vinculada a los ideales promovidos por la revolución francesa en 1789, basada en la búsqueda de la libertad, igualdad y fraternidad. “Liberté, Égalité et Fraternité.”

En nuestra orden señala que la Francmasonería está fundada en el sentimiento de la Fraternidad, que nos tratamos como hermanos, nos debemos ayuda y asistencia y tenemos que practicar la solidaridad humana. El sentimiento de amor fraternal genera una actitud positiva en uno y en otros, permitiendo el trabajo ético, iniciático y filosófico Siendo así tanto nuestra orden, la Francmasonería, la sociedad, las diferentes culturas, religiones y creencias en los diferentes países, nos encontramos con un gran desafío en el que la congruencia es el más grande de los obstáculos para alcanzar nuestro sueño para alcanzar la Fraternidad Universal.

Revista

SEFIROT

Libertad, Igualdad y Fraternidad

Rubén Martínez García

FRATERNIDAD, ARTE Y EDUCACIÓN, EN-CAUSAR

Si un niño no puede aprender de la forma en que enseñamos, quizás deberíamos enseñar como él aprende.

Todo artista o adulto creativo desearía tener la imaginación de un niño. En su mirada encontramos el origen del mundo, la creación y la verdad, su verdad. En la infancia reconocemos una cosmogonía propia de alguien que descubre ese mundo Como cuando cae la hoja de un árbol, la mirada silenciosa al contemplar el viaje de una hormiga hasta su hogar, el movimiento de las ramas al encontrarse con el aire o el contacto que hacen, curiosos, colocando la mano derecha sobre su corazón. Decía Pitágoras, Educar a los niños y no será necesario castigar a los hombres, cuánta razón. La educación es el fin, el medio, la herramienta y la solución. Los adultos cometemos muchos errores en nombre de otros: de la democracia, de la justicia, de un Dios; todo para ejercer el poder Poco se piensa en comunidad. En definitiva, la educación nos concede distintas herramientas para trabajar sobre uno mismo Los niños son un punto de partida hacia dónde dirigir los proyectos de un grupo con fines comunes o de una nación, sin adoctrinamientos. La tarea de la educación es y será forjar libres pensadores, encausados a la construcción de mejores caminos. La educación es una constante lucha contra el fanatismo, que mucho daña a la humanidad.

Los espacios educativos o formativos otorgan, como esta Gran Logia, o nuestra propia Madre Logia, posibilidades de crecimiento, mejora y puesta en práctica de la libertad. Con educación hay conciencia. La educación es un soporte en la búsqueda constante de la felicidad, el amor: pilares fundamentales para vivir y convivir en sociedad, además de pensar en comunidad.

Necesitamos enfocarnos en los niños, las niñas y los jóvenes porque luego serán quienes ejerzan los mandos, el poder, las decisiones más importantes para las generaciones en formación. Claro está que nosotros, los adultos, no lo hemos hecho del todo bien. Educar es también formar para la paz, esa que mucho se ha alejado de todos; forjar para la vida en lo intelectual, lo moral y lo afectivo. Cuando un ser humano ha pasado por la educación y sigue, educándose, será un ser humano integral e integro.

Educar permite inducir a distintas disciplinas como el arte y el acceso a la cultura y las prácticas culturales. En el arte y la ciencia, no sólo vemos admiración sino libre pensamiento, ejercemos la libertad de crítica, despertamos nuestra conciencia, y la necesidad de expresarse, de plantearnos la existencia, de sanar, de traducir el mundo, ¿Qué sería de una sociedad sin ciencia, sin arte y educación? Los espacios educativos y formativos demandan orientadores con ética, además de proyectos y prácticas artística, formativas y fraternales continuas como una forma de vida, de comunicación, expresión y manifestación de las ideas.

Históricamente hemos representado, con símbolos, nuestra realidad a través de los sonidos, de las palabras, las imágenes, los objetos y otros elementos que son parte de la vida cotidiana. Es así como un creador comienza el viaje de su obra, pues, naturalmente es productor sin que la escolarización lo limite. Volvernos repetidores limita el pensamiento

El arte, la ciencia y la educación es la salida de la violencia, la puerta a proyectos genuinos de distintas disciplinas, el eslabón hacia la trayectoria para un proyecto de nación que no limite en ningún sentido la actividad artística como espacio recreativo. El arte no sólo es una actividad recreativa sino de pensamiento que también nos otorga la posibilidad de fraternizar y qué es la Fraternidad sino pensar en comunidad, además del fortalecimiento de herramientas que nos formen y forjen como mejores ciudadanos.

Humberto Mayorga Teyes

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

FRATERNIDAD, ¿UNIVERSAL?

Existe una frase, de un libro popular que reza: “ámense unos a otros de la misma manera en que yo los he amado. No hay un amor más grande que el dar la vida por los amigos.”

Para miles de millones de personas, frases como esa son en esencia la explicación última de lo que es la fraternidad, basando está en la figura “diosificada” y todo perfecta como lo es la de Jesucristo, dando a entender que la verdadera fraternidad es virtud de hombres cuasi perfectos, repletos de valores, con las ideas bien claras y que lo último que hicieran, sería dañar a sus semejantes.

Omitiendo el hecho de que tan profunda y reconfortante frase proviene, paradójicamente, de uno de los libros con mayor número de guías morales, penitencias a sufrir en caso de no cumplir con estas, historias de guerra y sangre, de venganza y de bastante ignorancia propia de la época, tengo que preguntarme, ¿cuántos hombres cumplen con la condición mencionada de cuasi - perfección? ¿Somos uno de ellos? ¿Soy alguno de ellos?

Por mi parte, francamente lo dudo, pero ¿Quién puede juzgarme?, estoy y estamos sujetos a las dificultades de este mundo, desde malentendidos hasta actos con genuina maldad, desde las mentiras más piadosas hasta las más grandes traiciones, ¿Cómo vivir en fraternidad con todos cuando incluso entre mis propios hermanos hay inequidad, injusticia y conflictos mutuos?

Pues eso, me parece, es de las cuestiones más grandes que la masonería ayuda a responder, inclusive pienso que esta cuestión nace junto con la misma institución, o quizá, hasta dio origen a esta. El mundo siempre ha necesitado y necesitará el espíritu fraterno para avanzar, es lo que nos ha hecho sobrevivir como especie y es lo que determinará como todos los cambios negativos que estamos sufriendo como sociedad habrán de afectar al futuro.

Y espero no se malentienda. El mundo no necesita hombres perfectos, puramente virtuosos que jamás se equivoquen en el trato a sus semejantes, el mundo necesita hombres que conozcan el valor del trabajo y de la resiliencia a las adversidades, para que así, al ver a los ojos al otro, pueda verse a sí mismo, ya que ambos entienden la dificultad, y en ellos puede nacer el deseo de cooperar y caminar juntos, y eso, en parte, es para mí la masonería: convivir con hombres en búsqueda de algo similar a lo que yo busco, que sin conocerme me llamen Hermano porque entienden que todos somos humanos imperfectos que han pasado y pasarán por adversidades similares y que inequívocamente han necesitado de alguien más para superar o amortiguar el golpe.

Por último, ser fraterno es una decisión, incluso recibir ese apoyo es una decisión, y mientras haya un hombre que no elija correctamente, a la fraternidad le faltará un eslabón, para poder ser universal.

MarioAlberto García Rodarte

FRATERNIZAR

Todos los lunes, cuando estoy dentro del templo, y realizo mis trabajos para devastar la piedra en bruto que me ha sido confiada, recorro de Norte a Sur y de Oriente a Mediodía los mosaicos del taller que representan la fusión de todas las razas, proclamando la unidad humana.

En mis momentos de descanso luego de una dura jornada y mientras agudizo los sentidos para dar el golpe preciso a mi piedra en bruto, reflexiono y medito. Miro hacia lo alto de la pared, y en la cornisa del templo encuentro dibujada una cadena de unión, que me recuerda los lazos que me unen mis hermanos de todos los rincones del mundo, ya que estamos ligados por una comunidad de ideales, tendencias y aspiraciones que es más fuerte que cualquier otra fraternidad exterior

La fraternidad es algo necesario para que las piedras simbólicas que somos cada uno de nosotros pueda juntarse con los demás a fin de poder construir un templo, que es nuestra logia. En este sentido todos poseemos por derecho de nuestro ser interno, libertad e igualdad, frente a la posibilidad de construir iniciáticamente el verdadero puente de fraternidad que nos llevará a la primera gran síntesis como familia humana. Respetando la diversidad cultural, religiosa, étnica, social y de género.

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

La masonería influye con su simbolismo y el trabajo con su ritual, en todos los aspectos del desenvolvimiento del ser humano. El trabajo en logia, es desde la más remota antigüedad, el espacio en el cual puede desarrollarse todo el proceso de evolución, perceptiva y desarrollo activo, que lo coloca en la magna tarea de construir, un nuevo Hombre.

Hablar de fraternidad, en un mundo todavía dominado por el temor y la codicia, puede parecer una ironía, por esta razón, los términos intermedios como amigo, compañero o colega son tal vez mas comprendidos y prácticos así que pueden usarse indiscriminadamente para con todos los hombres. En cuanto a la verdadera hermandad, es un logro extraordinario y debemos cimentarla entre los que hemos ingresado en ella con el reconocimiento más íntimo Solo pueden ser verdaderos hermanos los iniciados, los que de igual manera aprecian la verdad y la virtud.

No por el hecho de que estos pueden apar tarse de los demás, sino porque son los ú n i c o s q u e p u e d e n reconocerse entre sí como tales. La fraternidad puede así extenderse sin que llegue a vulgarizarse, dado que solo los verdaderos hermanos se hallan capacitados para practicarla.

Esta fraternidad debería poderse extender a todos los hombres indistintamente, constituyendo la base de todas las relaciones humanas. Pero por el hecho de que exige comprensión y reciprocidad, al igual que las demás actitudes humanas y sus cualidades, solo pueden desarrollarse gradualmente.

Para que la Masonería sea una realidad, debemos guardar en el corazón la fraternidad como nuestro tesoro más preciado. La fraternidad verdadera se demuestra y se afirma practicándola: Tratemos de ser verdaderos hermanos según sea posible y a la vez deseable, primero entre nosotros y luego para los demás. Así llegaremos a ser conocidos como tales.

Revista Libertad, Igualdad y Fraternidad

La Masonería, nos enseña a cultivar la fraternidad que es un lazo más íntimo y profundo que la simple amistad, y a la vez su extensión es más amplia, ya que abarca a todos quienes la reconocen y profesan, compartiendo la comunidad de sus ideales, objetivos y aspiraciones, aunque sus ideas puedan ser muy diferentes. Por tal razón, se hace despojar previamente al individuo de sus errores, ilusiones y falsas creencias y por medio de la iniciación se le enseña el camino de la verdad cuyo precioso conocimiento se le indica por medio de la palabra sagrada.

Como escuela de fraternidad y moralidad, más aún que de verdad, la masonería necesariamente se limita a presentar a sus miembros, esos ideales y despierta en ellos la conciencia de los deberes que los mismos imponen, y que son los únicos que pueden hacer efectiva su realización en la senda estrecha y rectilínea, que marca la regla con el auxilio de la escuadra, representa la recta actitud y acompañada por el compás, señala una actitud cada vez más amplia y comprensiva.

José Schlosser, dijo: “La primera flor en importancia es la armonía entre los H, no aquella impuesta por la disciplina. Tampoco la que se alcanza con la renuncia pasiva. Sino la que nace del amor y la tolerancia existente entre todos los e s l a b o n e s d e l a c a d e n a fraternal. La que se alimenta del respeto mutuo.”

Pidamos al GADU para que el hombre se una a sus semejantes en un abrazo fraternal, siendo esta una muestra de comprensión y de paz. Cuando reine sobre nuestro mundo la amistad y la fraternidad entonces podremos decir que hemos logrado nuestro objetivo como hermandad.

José Martín Legaspi Ramírez

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