LA ADOLESCENCIA La adolescencia plantea uno de los desafíos más difíciles para las familias. Es posible que los adolescentes,
que
se
enfrentan
cambios
hormonales y a un mundo cada vez más complejo, sientan que nadie puede entender sus sentimientos, en especial sus padres. Como resultado, el adolescente
puede
confundido
cuando
complejos
de
sentirse se
identidad,
enojado,
enfrenta presiones
solo
y
problemas de
sus
compañeros, conducta sexual, alcohol y drogas. Los padres pueden sentirse frustrados y enojados porque el adolescente parece no responder a la autoridad de sus padres. Es posible que los métodos de disciplina que funcionaron bien hace algunos años ya no tengan la misma eficacia. Además, los padres pueden sentirse asustados y sin poder hacer nada acerca de las elecciones hechas por su hijo adolescente. En consecuencia, en la adolescencia están dadas las condiciones para que se generen conflictos en la familia. Las áreas típicas de conflicto entre padres e hijos adolescentes pueden ser:
discusiones debido a las restricciones horarias del adolescente;
los amigos que elige;
el tiempo que comparte con la familia frente al que pasa con gente de su edad;
desempeño escolar y laboral;
automóviles y privilegios para conducir;
citas y sexualidad;
vestimenta, peinados y maquillaje;
conductas autodestructivas como fumar, tomar alcohol y consumir drogas.
Lidiar con los problemas de la adolescencia puede poner a prueba a todos los que se ven afectados. No obstante, las familias suelen ayudar satisfactoriamente a sus hijos a lograr los objetivos de desarrollo de la adolescencia: reducir la dependencia de sus padres a la vez que se hacen cada vez más responsables e independientes. Sin embargo, hay diversos signos de advertencia de que las cosas no están bien y que pueden llevar a que la familia busque ayuda externa. Estos incluyen conducta agresiva o violencia por parte del adolescente, abuso de drogas o alcohol, promiscuidad, ausentismo escolar, roces con la ley o conducta desenfrenada. Del mismo modo, será
un fuerte signo de peligro si un padre recurre a golpear a su hijo o a otra conducta violenta en un intento por mantener la disciplina.
CARACTERÍSTICAS GENERALES La adolescencia es un momento de la vida en el que se producen diferentes cambios físicos, psíquicos y sociales que son esperables. Se la considera como un proceso, durante el cual se va a ir conformando la identidad del sujeto. Los cuestionamientos más comunes en este momento ponen en evidencia la incertidumbre frente al futuro: ¿qué hacer?, ¿seguir estudiando?, ¿trabajar?, ¿realizar ambas cosas?, ¿formar una familia?, ¿irse a otro lugar lejos de la familia?, etc. El
adolescente
atraviesa
desequilibrios
e
inestabilidades
que
implican
transformaciones, tanto para el grupo familiar al que pertenece como para él mismo. Una de ellas está referida al esquema corporal. Generalmente se observa que el adolescente toma modelos con fuerte valoración social e intenta adecuar su esquema a ellos. Los medios de comunicación tienen una incidencia relevante en este proceso. A su vez, los adultos que conforman su contexto familiar y social también adhieren a esos modelos, situación que genera enfrentamientos intergeneracionales a partir de una franca competencia entre lo que se desea y lo que se tiene (la imagen pretendida y la real). Cabe destacar que los cambios corporales y la identificación con las personas que desempeñen el rol de padre y madre son elementos de gran incidencia en
la
constitución
de
la
identidad
sexual.
Por otra parte, las exigencias que le llegan de mano de los adultos, en función de responder a los parámetros socialmente aceptados, configuran una situación de fuerte presión por la que muchas veces se siente invadido. Ante esto hay una tendencia a replegarse sobre sí mismo, como reacción ante situaciones de cambio; busca reconectarse con su pasado y los modos adquiridos para funcionar en la sociedad y desde allí enfrentar el futuro, apelando a los elementos que le brinden mayor seguridad. Estos cambios y comportamientos dan cuenta de la búsqueda de su nueva identidad.
El adolescente escolarizado en contextos desfavorables Si bien la condición de adolescencia implica un estado de mayor vulnerabilidad, por lo que se es más susceptible a circunstancias del medio, en el caso de contextos
desfavorables el impacto alcanza a incidir directamente en su permanencia en la escuela, en tanto la necesidad económica lo impulsa a insertarse en el ámbito laboral (generalmente en trabajos precarios), potenciado en muchos casos por el desempleo del jefe/a de hogar (con la consecuente pérdida de la seguridad social). También los contextos de pobreza generan que estos adolescentes deban asumir responsabilidades propias de los adultos, como el cuidado de hermanos y las tareas del hogar. La contención familiar se dificulta no sólo por la falta de espacios de diálogo, hecho posible en cualquier contexto, sino también por la asunción de roles no pertinentes a la edad. Esto obliga a la búsqueda de respuestas en el ámbito social y condiciona el tipo de vínculos requerido por los adolescentes en estas circunstancias. Aquí el medio opera con mayor incidencia en la estructuración de valores individuales y sociales. Los diferentes factores intervinientes en el denominado contexto desfavorable no implican necesariamente fracaso escolar, pero sí generan condiciones de riesgo para la promoción a término y el desarrollo de aprendizajes con calidad. A su vez, cabe recordar que los grupos etarios con mayor predisposición a la deserción y a la sobreedad son los correspondientes al tercer ciclo de EGB y Polimodal. Desde este análisis, los elementos para entender el problema del fracaso escolar de los adolescentes se conformarían por la biografía escolar de cada joven (bajas calificaciones, repitencia recurrente, sobreedad), y también por los impactos del contexto cultural, diferencias sociolingüísticas, lenguaje restringido, la representación desvalorizada de sí mismo, de sus capacidades y de sus propios saberes. Todo ello también interactúa con el incremento de la violencia sociofamiliar. La escuela, entonces, podrá significar un ámbito propicio para el desarrollo de acciones
tendientes
a
favorecer
una
adecuada
socialización,
contribuir
al
fortalecimiento de la autoestima como parte de la construcción de la identidad, y de esta manera promover la inclusión, retención, permanencia y calidad en los aprendizajes. Cada adolescente es totalmente diferente, como lo es cada individuo sobre la tierra. Ninguno es igual a
otro, nuestros hijos adolescentes son irrepetibles, pero existe una serie de características comunes en la etapa de la adolescencia que son importantes de señalar.
A continuación, se presenta una división de los periodos de la adolescencia con la finalidad de unificar ciertas características fisiológicas, reacciones en los adolescentes, conductas comunes y soluciones adecuadas y puntuales que puedan orientar a todos los padres de familia. I. Pubertad o Pre-adolescencia: Periodo de los 10-11 años (niñas) y de los 12-13 años (niños) Cambios fisiológicos: Como resultado de actividad hormonal en el joven se notan los siguientes cambios:
Vello púbico y axilar
Transpiracion axilar
Desarrollo de los senos (en las niñas)
Primera menstruación (en las niñas)
Barba (en los niños)
Desarrollo Intelectual: Durante este periodo se produce una maduración de las funciones cognitivas:
Forma lógica, conceptual y con visión a futuro
Pensamiento concreto (lo ocurrido en el momento, sin sacar muchas conclusiones)
Elaboración de conceptos
Capacidad de pensar en forma abstracta e ideas filosóficas
El adolescente se vuelve hacia su interior: necesidades, sentimientos y deseos propios
Los amigos en grupo se vuelven una necesidad, una forma de reafirmarse a sí mismos
Repercusiones Psicológicas en el Pre-Adolescente o Púber
Inseguridad e incertidumbre
No saben interpretar lo que les pasa
Emotividad, irritabilidad (en niñas más presente que en los niños)
Preocupación por su cuerpo; se preguntan: ¿Soy normal? ¿Soy guapo? ¿Soy bonita?
Cómo pueden ayudar los Padres
Inquietud y soledad Ayudándoles a conocerse a sí mismos en el plano emocional y físico
Dándoles información de forma clara y natural de todo lo que les sucede
Aprovechar para hablarles de temas como la sexualidad y el amor
"Es necesario adelantarse informando antes que aparezcan los cambios" II. Adolescencia Media: Periodo entre los 14-16 años
Es el despertar de los ideales nobles
Separación familiar comienza a ser más real
El centro de interés son las relaciones sociales, amigos, grupos sociales o con un fin en particular
Necesidad de afianzar sus ideas
Descubrimiento del propio mundo interior
Puede haber poca concentración intelectual
Repercusiones Psicológicas en la Adolescencia Media
Mafiesta sus ideas y sentimientos en forma incontrolada
Prsenta sentimientos cambiantes
Entusiasmo
Tormentas afectivas
Ahora rechaza las manifestaciones como un abrazo, los que en la infancia eran bien recibidos y agradables
Se refugia en su grupo de amigos
En su grupo de amigos se siente aceptado
Cómo pueden ayudar los Padres
Eduque a sus hijos como fortaleza de carácter
Trabajo, responsabilidad, amistad sincera, solidaridad
Haga un ambiente familiar de amor pero de exigencia
III. Adolescencia Tardía: Periodo que va de los 17-20 años
Surgen relaciones interpersonales más estables
Autoimagen más estable, por lo tanto, es más seguro de sí mismo
Capacidad cognitiva le permite: escoger carrera, hacer planes a futuro
La importancia de la relación con los padres vuelve a ser importante, comparten vida en común, por ejemplo experiencias laborales con estudios, esfuerzos, éxitos
Ensayar las actitudes que más tarde le permitirán insertarse a la sociedad.
Trabajo en grupo/lealtad/cooperación/solidaridad
Repercusiones
Psicológicas
En esta etapa más que en ninguna se ven marcadas dos necesidades básicas que son:
Identidad
Libertad
Cómo pueden ayudar los padres
Si el joven se siente "amado" va a ser mas fácil resistir a las presiones exteriores: drogas, licor, sexualidad prematura
Escucharlos y hablar con ellos (aprovechar los tiempos de comida)
Padres: "Para comprender hay que escuchar"
Estimular pero enseñar: Independencia combinada con Responsabilidad ya que son caras de una misma moneda.
Establecer normas y reglas que le den seguridad: el joven necesita autoridad de sus padres, necesita ser guiado en aspectos como: carrera universitaria, valores, vida espiritual.
NECESITAN SABER QUE AÚN SON IMPORTANTES PARA SUS PADRES
"Padres, establezcan sus prioridades asegurándose de que lo más importante se atienda primero: sus hijos tienen la prioridad, luego todo lo demás."
PREVENCIÓN DE VIH/SIDA EN ADOLESCENTES La adolescencia es un momento de la vida en el que se producen diferentes cambios físicos, psíquicos y sociales que son esperables. Se la considera como un proceso, durante el cual se va a ir conformando la identidad del sujeto. Los cuestionamientos
más
comunes
en
este
momento
ponen
en
evidencia
la
incertidumbre frente al futuro: ¿qué hacer?, ¿seguir estudiando?, ¿trabajar?,
¿realizar ambas cosas?, ¿formar una familia?, ¿irse a otro lugar lejos de la familia?, etc. El
adolescente
atraviesa
desequilibrios
e
inestabilidades
que
implican
transformaciones, tanto para el grupo familiar al que pertenece como para él mismo. Una de ellas está referida al esquema corporal. Generalmente se observa que el adolescente toma modelos con fuerte valoración social e intenta adecuar su esquema a ellos. Los medios de comunicación tienen una incidencia relevante en este proceso. A su vez, los adultos que conforman su contexto familiar y social también
adhieren
a
esos
modelos,
situación
que
genera
enfrentamientos
intergeneracionales a partir de una franca competencia entre lo que se desea y lo que se tiene (la imagen pretendida y la real). Cabe destacar que los cambios corporales y la identificación con las personas que desempeñen el rol de padre y madre son elementos de gran incidencia en la constitución de la identidad sexual.
Por otra parte, las exigencias que le llegan de mano de los adultos, en función de responder a los parámetros socialmente aceptados, configuran una situación de fuerte presión por la que muchas veces se siente invadido. Ante esto hay una tendencia a replegarse sobre sí mismo, como reacción ante situaciones de cambio; busca reconectarse con su pasado y los modos adquiridos para funcionar en la sociedad y desde allí enfrentar el futuro, apelando a los elementos que le brinden mayor seguridad. Estos cambios y comportamientos dan cuenta de la búsqueda de su nueva identidad. 1. Identidad y autoestima La conformación de la identidad es uno de los aspectos fundamentales del proceso adolescente. Se considera que en este proceso la autoestima desempeña un rol fundamental, dado que la misma contempla el grado en que una persona valora la autopercepción de su imagen. Un elevado grado de autoestima contribuye favorablemente a la salud integral, proporciona al individuo mayor independencia, lo que deriva en libertad para elegir y madurar en la toma de decisiones. Por ello, las actividades para reforzar la autoestima se contemplan como intervenciones desde la promoción de la salud. Se debe tener en cuenta la influencia de factores externos relacionados con las condiciones de vida (vivienda, alimentación, posibilidad de recreación, etc.) sobre la
autoestima, en tanto la condicionan fuertemente. En tal sentido, la experiencia indica que para el desarrollo de acciones de promoción de salud es conveniente trabajar tanto en el entorno como en la persona misma. A su vez, cabe destacar la pertinencia de aquellas actividades que promuevan la creatividad, afectividad, y la internalización de órdenes, prohibiciones, elogios y castigos, a partir de la mirada de los adolescentes respecto de la autoridad de los padres. Esto genera mayor criticidad sobre los problemas a los que se ve expuesto el adolescente y abre una mejor alternativa para la decisión personal de cambio. 2. Construcción de vínculos En la adolescencia comienza un franco interés por las relaciones interpersonales. Los vínculos implican interrelacionarse con el "otro", trasmitir conocimientos, informaciones o emociones de unos a otros, es decir, realizar un intercambio de significaciones. Las relaciones con los pares son vitales para la transición de la infancia a la vida adulta, ayudan a facilitar dicho pasaje y resultan altamente significativas en la conformación de la identidad. Da cuenta de ello la preferencia de los adolescentes por compartir su tiempo libre con el grupo de amigos, donde construyen códigos propios de comunicación, reconocen un mayor sentido de pertenencia, empatía y comprensión de su circunstancia. Teniendo en cuenta que los grupos estructurados sobre lazos solidarios y con proyectos creativos son más propicios para consolidar vínculos saludables, la estrategia de estimular la actividad grupal en el trabajo con adolescentes resulta óptima para el desarrollo de objetivos de promoción y prevención social, tendientes a superar alguno de los riesgos a los que están expuestos los jóvenes de hoy. 3. Sexualidad Destacamos la importancia de la sexualidad en la adolescencia considerando los cambios corporales y emocionales que se producen. La sexualidad aparece vinculada a la satisfacción de sus deseos, movilizados por la búsqueda de nuevas vivencias. El adolescente presenta por sus propias características dificultades para dar respuesta a estos deseos y emociones. Se observa en los grupos adolescentes poca información sobre la sexualidad y las posibilidades de prevenir los problemas que podrían aparecer en torno al inicio de
nuevas experiencias sexuales (embarazos no deseados, abortos, enfermedades de transmisión sexual, etc.). El trabajo con adolescentes en el tratamiento de la sexualidad implica considerar a la misma en su sentido amplio, integrando los aspectos biológicos, psicológicos y sociales. De ello se desprende que el desarrollo psicosexual es parte de la formación de las personas e incide en su autorrealización. El mismo se articula con el
desarrollo
físico
(genitalidad,
cambios
hormonales,
etc.)
y
el
contexto
sociocultural, de allí que la información considerando el medio o entorno donde se desarrolla cumple un rol preponderante en el tratamiento de este tema. Es sabido que el "atravesamiento cultural" (creencias y valoraciones que cada sociedad construye) en muchos casos hace que determinadas cuestiones adquieran valor de verdad, pudiendo ser erróneas. "La sexualidad humana está presente siempre, de un modo u otro en cada instante de la vida, en los vínculos que construimos, en nuestros momentos de mayor goce y a veces también en los de mayor sufrimiento. Tiene que ver con los espacios sociales más importantes que creamos con el devenir de nuestra existencia: la pareja, los hijos, la familia.[?] La sexualidad, en fin, nos acompaña desde el primero hasta el último día de nuestra vida [?]." Fuente: Lusida. Edu-carnos para la vida. Cuadernillo I. Editado por Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación y el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. Lo expresado permite observar que el abordaje de la sexualidad con adolescentes es una tarea compleja que requiere claridad conceptual y procedimientos adecuados. A propósito de ello se exponen los "derechos" que niños y adolescentes poseen al respecto, en base a los cuales es conveniente llevar a cabo las actividades con los jóvenes. Este punto de partida contribuye a la inserción del tema y las prácticas sexuales en un marco más amplio cuyo valor normativo sirve a la construcción de la ciudadanía.
El derecho a la vida y la salud: información acerca de los métodos para prevenir Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS)-Sida y la conciencia para exigir del otro los cuidados del caso.
El derecho a la libertad de elección: en cuanto al cómo, cuándo y con quién ejercer la sexualidad, el derecho a no ser obligado a prácticas que por razones de creencias, convicciones o preferencias no resulten aceptables.
El derecho a la honra: a ser respetado, no discriminado, no sometido a prácticas sexuales no elegidas o fuera de las consideraciones de edad y capacidad de decisión que garantizan la libre elección. Respeto por la intimidad de las personas.
Derecho a vivir según las propias convicciones morales y religiosas, en tanto esta forma de vivir la sexualidad no viole los derechos ajenos.
Derecho a la información sobre el propio cuerpo, sobre los modos de protegerlo, sobre modos de acceder a una sexualidad plena y placentera, sobre los modos de buscar protección y asistencia cuando se está en riesgo o cuando los derechos de las personas están siendo violados.
Derecho a vivir según las propias decisiones sexuales, a propósito del cual se requiere considerar aspectos psicológicos (información sobre el desarrollo psicosexual del individuo; papel de la sexualidad en la autorrealización de las personas y sobre riesgos de una mala información sexual), aspectos sociales (valor de la sexualidad en el vínculo de pareja, el costo social de una educación sexual ineficaz, en particular el costo de la discriminación, la falta de responsabilidad en el ejercicio de la sexualidad, la necesidad de brindar a los hijos una educación sexual, pero también de aceptar sus elecciones, siempre con un criterio proporcional a la edad) y aspectos biológicos y sanitarios: informar sobre la fisiología de la reproducción y del acto sexual, sobre el desarrollo físico de niños y niñas, sobre anatomía humana, sobre enfermedades de transmisión sexual y su prevención, sobre el ciclo fértil, el control de la fertilidad y sobre el embarazo.
Fuente: Lusida. Edu-carnos para la vida. Cuadernillo I. Editado por el Ministerio de Salud y Acción Social de la Nación y el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación. 4. Proyecto de vida La construcción de un proyecto de vida está inserta en el proceso de maduración afectiva e intelectual, y como tal supone "aprender a crecer". Crecimiento entendido como potenciación de capacidades y habilidades que permitan acceder al ejercicio de derechos y responder a obligaciones, con lo que se promueve la autonomía social. Poner en marcha la capacidad del adolescente vinculada a la construcción de su proyecto de vida es una de las acciones más sólidas e importantes a desarrollar
desde la promoción de la salud en el ámbito educativo, con impacto directo en el futuro personal y social de los alumnos. La experiencia permite observar que cuando las decisiones individuales y/o sociales se inscriben en una visión de futuro, vale decir en el marco de un proyecto de vida personal o social, según se trate la temática en cuestión, esas decisiones se transforman
en
fortalezas
ante
la
adversidad.
Así,
cuando
determinados
comportamientos ponen en riesgo un interés de futuro, la decisión sobre los mismos encuentra en el proyecto de vida un espacio de reflexión capaz de generar cambios y sustentarlos en el tiempo. Por ello entendemos que trabajar desde y con las representaciones acerca del futuro de los adolescentes resultará más efectivo en lo inmediato y con mayor grado de sustentabilidad a futuro.