La victoria electoral de Donald Trump ha sorprendido al mundo entero y a millones de ciudadanos norteamericanos, pendientes ahora de lo que para muchos resulta el carácter imprevisible del próximo presidente de la nación más poderosa militarmente del mundo.
De cara a Cuba, las últimas declaraciones de Trump prometían dar marcha atrás al acercamiento con La Habana conseguido mediante órdenes ejecutivas por el presidente Barack Obama.
Ha sido el miedo de los gobernantes cubanos a perder el poder lo que les ha hecho no corresponder con políticas aperturistas propias a las medidas de Obama y, por tanto, limitar en gran medida el impacto de las iniciativas del saliente mandatario demócrata.
En cuanto a Trump, deshaga por completo el camino recorrido por Obama u opte, como también llegó a declarar, por "un buen acuerdo" con un régimen que ya llama a su población a 3 días de simulacros y ejercicios militares de guerra.