Navegaciones, andanzas y reflexiones sobre lo imaginario

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NAVEGACIONES, ANDANZAS Y REFLEXIONES SOBRE LO IMAGINARIO MARÍA LUISA MURGA MELER (COORDINADORA)



NAVEGACIONES, ANDANZAS Y REFLEXIONES SOBRE LO IMAGINARIO

María Luisa Murga Meler (coordinadora) co-autores: Beatriz Ramírez Grajeda, Gloria J. H. Ito Sugiyama, María de los Ángeles Moreno Macías, María Luisa Murga Meler, María de Lourdes García Vázquez, Nery E. Cuevas Ocampo, Raúl Enrique Anzaldúa Arce, Raymundo Mier Garza y Virginia Aguilar García


Primera Edición: abril del 2011

© María Luisa Murga Meler y los co-autores © Editorial Torres Asociados Coras, manzana 110, lote 4, int. 3, Col Ajusco, Delegación Coyoacán, 04300, México D. F. Tél/fax 56107129 y tél. 56187198 ISBN: Pendiente Esta publicación no puede reproducirse toda o en partes, para fines comerciales, sin la previa autorización escrita del titular de los derechos. Diseño y cubierta: Gerardo Ordáz Rivera Impreso en México / Printed in Mexico


Índice Introducción I. Lo imaginario, itinerarios conceptuales en las ciencias sociales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Trayectos de lo imaginario: síntesis, memoria y estética, Raymundo Mier Garza . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Pensar el sujeto a partir de lo imaginario y el poder, Raúl Enrique Anzaldúa Arce . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Travesuras: las travesías del vínculo, Nery E. Cuevas Ocampo . . Imaginario social y representaciones sociales. Notas para su distinción, María de los Ángeles Moreno Macías . . . . . . . . . . . . . II. Imaginario e intervención, pensar la investigación. Crear nuevos horizontes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Trayectorias de la interpretación en una investigación social, Beatriz Ramírez Grajeda . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . De la identidad figurada a la reflexión articulada en los procesos de la acción colectiva. Propuestas para una intervención responsable, María Luisa Murga Meler . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . El imaginario en la dialoguicidad, Gloria J. H. Ito Sugiyama . .

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III. Pedagogía e imaginario. Síntesis generativas, búsqueda de autonomía La lucha por la autonomía en los procesos de formación docente: una construcción desde un acercamiento al pensamiento de Cornelius Castoriadis, María de Lourdes García Vázquez. La asesoría como proceso de acompañamiento y constitución de sujetos, Virginia Aguilar García . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

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maginar, imaginario, imaginarios son palabras que nos acompañan con cierta frecuencia. Incluso a veces de manera un tanto inocente, pensamos, hablamos, escribimos sobre la imaginación y sus creaciones. Otras tantas apelamos a la imaginación, en ocasiones de manera infructuosa, con el anhelo de encontrar ese aliento que anime el camino de nuestras búsquedas. Efectivamente la referencia a la imaginación es parte de nuestras vidas y éstas son un continuo ir y venir, en ellas navegamos. Y en nuestras navegaciones no siempre llegamos a puerto seguro, ni nos encontramos sólo con cielos y aguas turbulentas; también navegamos sin ruta fija, sin itinerarios predispuestos. A veces preferimos orientar nuestro bregar hacia playas anchas de arenas blancas y finas. En ocasiones también optamos o nos vemos orillados a botar el ancla y pasar detenidos un tiempo en algún puerto, si no confortable por lo menos tranquilo. Esas navegaciones son, en parte, las que le otorgan el título al libro que hoy tenemos en las manos. Éste es, en cierto sentido, el conjunto de las navegaciones que un grupo de personas hemos realizado en la búsqueda de nuevas maneras de referirnos a esa elusiva condición humana que es la imaginación creadora. 9


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Y para introducirnos a la temática que se aborda en el presente volumen me permito tomar prestadas algunas palabras de Italo Calvino, quien a su vez toma prestados dos personajes de la tradición histórica y literaria universal y los envuelve en relatos de Ciudades Invisibles1. Es durante uno de tales relatos que, frente a un tablero de ajedrez, Marco Polo el viajero imaginario habla al Kublai Jan acerca de una ciudad particular. En este caso el Jan, gran jugador de ajedrez, supone que si cada ciudad es como una partida el día que él llegue a dominar todas sus leyes poseerá finalmente el imperio entero, aunque no conozca todas sus ciudades. Pensaba que le bastaría un tablero de ajedrez, con sus piezas de formas exactamente clasificables. Que a cada pieza podría asignarle, cada vez, un significado apropiado y con ello figurarse una por una las ciudades, sin tener ya que recurrir a las estratagemas de Marco Polo y sus relatos. Llegó a pensar que “bastaba con jugar una partida según las reglas, y contemplar cada estado sucesivo del tablero como una de las innumerables formas que el sistema de las formas compone y destruye”. Para esa ocasión Marco Polo hizo el relato de cómo es Irene y de cómo se la mira desde lo alto del altiplano. El Kublai esperaba que Marco Polo le hablara de cómo es estar dentro de Irene pero Marco no puede hacerlo: qué es la ciudad que los del altiplano llaman Irene, no ha conseguido saberlo; por lo demás poco importa: si se la viera estando en medio sería otra ciudad; Irene es un nombre de ciudad desde lejos, y si uno se acerca, cambia. La ciudad es una para el que pasa sin entrar, y otra para el que está preso en ella y no sale; una es la ciudad a la que se llega la primera vez, otra la que se deja para no volver; cada una merece un nombre diferente; quizás de Irene he hablado ya bajo otros nombres; quizá no he hablado sino de Irene.

Italo Clavino. Ciudades Invisibles, Siruela, Madrid, 1994.

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Parece que Irene es según se imagina y se crea. Es así que la experiencia del Jan con las estratagemas de Marco Polo se asemeja a la experiencia de algunos de nosotros con las estratagemas de la creación imaginaria. En alguna ocasión hemos pretendido, como lo hacía el Jan, que si nos esforzábamos en conocer todas las leyes que suponemos gobiernan el movimiento de las piezas del tablero y que éstas al ser piezas exactamente clasificables nos permitirían deducir las formas por medio de las cuales se producen las creaciones imaginarias sociales. En no pocas ocasiones nos hemos sostenido en la creencia de que al poseer el dominio de las leyes que gobiernan lo imaginario estaremos en posibilidad de poseer su imperio y con ello dilucidar todos y cada uno de los fenómenos que genera. Sin embargo, el imperio de lo imaginario no es de esos, pertenece por entero al terreno de la creación. La creación que en palabras de Francisco Varela pertenece a la no-linealidad, a lo no calculable en tanto condiciones de posibilidad de la emergencia. “La creación, por definición, no es deductible ni producible, es percibida como algo que aparece de manera radicalmente aleatoria2. Lo propio de la creación, justamente, es hacer surgir posibilidades que antes no existían”3. Es por ello que las piezas exactamente clasificables del tablero de ajedrez, incluso esas mismas, configurarán —por efectos de la creación imaginaria— formas nunca vistas, nunca pensadas que podrán ser miradas desde dentro y desde fuera, ser unas para tornarse otras. Como esas piezas del tablero de ajedrez del Jan los trabajos que presentamos aquí son una pequeña muestra de las diversas formas que adquiere hoy día la reflexión en torno de lo imaginaAleatorio no en el sentido matemático, ya que en ese sentido algo es aleatorio en un conjunto predeterminado de posibilidades. 2

Cornelius Castoriadis y Francisco Varela, La insignificancia y la imaginación, pp. 102-104. 3

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rio. Ésta que desde hace ya varios años ocupa un lugar relevante en las discusiones académicas, periodísticas e incluso las que se realizan en el ámbito de la vida cotidiana y que gira en torno de múltiples perspectivas y referencias desde las cuales se trata de dilucidar los fenómenos que están involucrados en las elusivas modalidades con las que se nos hace presente la creación humana. Dichos trabajos, además de que se han realizado con el cuidado y la rigurosidad que reclaman los límites impuestos por las disciplinas de las ciencias sociales, desde las cuales los diversos autores se desarrollan profesional y académicamente, son trabajos que apuestan por la creación de espacios en los que sea dable encontrarnos y encontrar diversas posibilidades para la reflexión conjunta acerca de los temas que tanto conceptual como prácticamente aguijonean nuestras posibilidades de dilucidación, con las extrañezas y desafíos que nos plantean. Este volumen que después de mucho ir, venir y esperar para alcanzar su publicación es producto del tercer año de trabajo del Seminario Interinstitucional Cultura, educación e imaginario social. Espacio que hemos construido con una pertinaz dedicación al cultivo de la pluralidad, la discusión intensa y el trabajo conceptual serio y riguroso. Todo ello realizado, definitivamente, con pasión. Porque no encontramos otra razón para dedicarnos y empeñarnos en la tarea de, año con año, renovar nuestras expectativas en cuanto a los frutos que obtendremos de la discusión en torno de lo imaginario si no reconocemos que en ello encontramos placer. También luego de estos años parecería que el seminario mismo existe entre nosotros como una especie de “vínculo del mar que además de mantener nuestros corazones unidos durante largos periodos de separación, tiene la fuerza de hacernos tolerantes ante las experiencias personales, y aun antelas convicciones de cada uno”4. 4

Como ya es costumbre en esta introducción tomo prestadas estas palabras

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El año de trabajo que se cerró con este libro (2006), fue un año que el seminario estuvo albergado por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM (ENTS), la que en ese entonces nos cobijó con la generosidad de su comunidad y a la que agradecemos el espacio que nos brindó, ya que ahí las producciones del seminario encontraron el ámbito propicio para crecer. Es preciso señalar que como corolario del albergue proporcionado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), surge la intención de dedicar la reflexión de aquel año no sólo a las diversas aproximaciones realizadas desde las ciencias sociales a la noción de lo imaginario, sino también dedicamos un espacio a la reflexión en torno de la intervención y la investigación. Nociones que están indisociablemente relacionadas con las creaciones imaginarias y son elementos consustanciales de la reflexión y la práctica que se lleva a cabo en las distintas actividades que se desarrollan en las ciencias sociales tanto en la UNAM como en las demás universidades del país y que en ellas podemos encontrar ámbitos propicios para las creaciones imaginarias, tanto en el nivel conceptual como metodológico, individual y colectivo. Es por ello que como parte de los procesos de síntesis generativas cobijadas por la pluralidad de las ideas que confluyen en el seminario a través de sus participantes, esta tercera época fue pensada para trabajar algunas de las aproximaciones que de lo imaginario se han realizado en las ciencias sociales, básicamente en la antropología, la sociología, la historia y la psicología social, acompañadas de algunas aproximaciones psicoanalíticas. Con la perseverancia de mantener la relación con los referentes conceptuales del pensamiento de Cornelius Castoriadis y sus aportaciones a la reflexión teórico-filosófica, psicoanalítica y fundaa Joseph Conrad quien en el Corazón de las tinieblas narra una travesía que si bien no se asemeja a la nuestra, sí evoca algunas de las dificultades que en ocasiones se afrontan al navegar en las aguas que conforman el océano de figuraciones sobre Lo Imaginario.

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mentalmente política. Si bien es cierto que mantenemos viva esa relación con el autor, nuestro trabajo se coloca a cierta distancia de aquello que podríamos denominar “culto” a la obra y figura de este pensador; ya que si bien consideramos que sus aportes son extraordinarios y muy fructíferos, también reconocemos que aun así dejó en la sombra aspectos que desde otras perspectivas pueden ser iluminados —quizá no del todo—, y aclarados en parte para renovar nuestras intenciones de ejercer tenazmente la posibilidad de pensar, de reflexionar como un acto eminentemente político, que nos permita acceder a la participación activa en los asuntos de interés público, no como simples opinadores, sino en el ejercicio de una actividad que implique la transformación de las instituciones y que busque que esa transformación sea posible. Parafraseando al propio Castoriadis diría que cada año nos empeñamos en que nuestra reflexión se lleve e cabo sabiendo admitir que hay cosas que no sabemos y que no conoceremos jamás… En aquel año y como parte de las actividades del Seminario en la ENTS, se llevó a cabo una mesa redonda en la que participaron el Dr. Bolívar Echeverría y el Dr. Raymundo Mier. En dicha ocasión el Dr. Echeverría nos ofreció una conferencia nutrida de sus exploraciones acerca del concepto de êthos histórico. Esta noción la propuso como una especie de tentativa de protección y de autoconservación, como un modo de comportamiento que se genera en la vida práctica y que tiende justamente a la protección y a la autoconservación de la identidad de una comunidad y esto porque, señalaba el Dr. Echeverría, se podría decir que la subsistencia misma del sujeto social, de la comunidad, está siempre en peligro de disgregación. Con ello nos expuso las ideas acerca de cuatro distintos modos o esbozos de reconstrucción de identidad, los que a su entender son bosquejos elementales que se generan espontáneamente en la vida práctica cotidiana. Al primero lo llamó el esbozo o intento realista de construcción de identidad, 14


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otro, el esbozo romántico de construcción de identidad, otro al que llamaba el esbozo neoclásico de construcción de identidad y el cuarto que denominó el intento o el esbozo barroco de construcción de identidad5. A los cuatro los relacionó directamente con el problema de la contradicción en la vida social, económica y práctica de la modernidad capitalista, en la que se generaba la destrucción del valor de uso, por efectos de su sujeción a las necesidades de reproducción del capital. Lamentablemente debido al prematuro fallecimiento del Dr. Echeverría —2010—,nos es imposible contar en este volumen con el texto derivado de aquella presentación. Sin embrago, con estas líneas y con el impulso del Seminario que no sólo hace que hoy veamos esta publicación, sino con el que nos permite seguir buscando espacios de creación, le rendimos un sincero homenaje y le agradecemos su generosidad tanto por aquella conferencia como por las ideas que nos dejó para nutrir nuestras reflexiones y prácticas, las que son fruto de su trabajo académico responsable y comprometido. Por su parte la conferencia del Dr. Raymundo Mier, profesor de muchos de nosotros en diversos ámbitos y a quien le agradecemos su generosa y estimulante aportación, versó en torno de la reflexión acerca de la particular relación entre lo imaginario y diversas aproximaciones teóricas. Entre ellas destacó al psicoanálisis, la fenomenología, la teoría de las ideologías, las concepciones contemporáneas de lenguaje y las concepciones de ritual derivadas de la teoría antropológica contemporánea. De aquella conferencia surgen las ideas que podremos encontrar en el texto del Dr. Mier con el que nos acompaña en este volumen. Además de las contribuciones de estos maestros, el trabajo del seminario se ha nutrido de los aportes de algunos de nuestros compañeros que hoy no publican, pero que sus reflexiones están grabadas de cierto modo en estos textos; ya que gracias a su in5

En este, nos decía, la influencia de lo imaginario era interesante de indagar.

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tensa participación en la discusión de las temáticas del seminario, la deliberación que se propone en cada uno de los trabajos que hoy se publican, se ha visto enriquecida con sus ideas. A este respecto me gustaría recordar a las colegas que han participado en el seminario, pero que no publican esta vez, son compañeras entrañables e interlocutoras rigurosas y afectuosas, las extrañamos en este espacio y les reconocemos su colaboración y esfuerzo en los logros de este tercer año. Ahora bien, derivado de la pluralidad característica del trabajo que se desarrolla en el seminario y de la que se presenta generalmente en este tipo de publicaciones, hemos accedido a la estrategia de integrar los textos en bloques temáticos que pretenden conjugar algunos de los hilos que los trabajos comparten entre sí. Es por ello que nuestras Navegaciones se dividen en tres grandes líneas. La primera se intitula Lo imaginario, itinerarios conceptuales en las ciencias sociales, en ella hemos reunido los trabajos relacionados con la reflexión profunda de aspectos eminentemente teóricos y de análisis conceptual vinculados tanto con la noción misma de lo imaginario como con sus acepciones y los contextos disciplinarios en los que es posible reconocerla aunque no forme parte sustancial de dichas elaboraciones y que con ellas se ofrece un campo de posibilidades a la reflexión en torno de la creación imaginaria individual y colectiva. La segunda sección lleva el nombre de Imaginario e intervención, pensar la investigación. Crear nuevos horizontes, aquí hemos colocado los trabajos que remiten a una discusión más relacionada con distintas formas de intervención en las que la noción de lo imaginario y sus creaciones está presente en diversas formas. En ella podremos encontrar trabajos que nos llevarán a pensar en el ejercicio de la investigación académica, la intervención en procesos sociales y el análisis de creaciones literarias. Finalmente hemos dedicado una sección a tratar el tema pedagógico —uno de los ejes del seminario— y ésta se denomina Pedagogía e imagina16


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rio. Síntesis generativas, búsqueda de autonomía, en ésta encontraremos trabajos que si bien nos remiten a la reflexión sobre relaciones pedagógicas particulares, también se propone pensar lo imaginario como parte fundamental del vínculo que se establece entre docentes y, docentes y alumnos en el ejercicio de la práctica y los procesos de formación.

I. Lo imaginario, itinerarios conceptuales en las ciencias sociales En esta sección abrimos la discusión con el trabajo de Raymundo Mier. En Trayectos de lo imaginario: síntesis, memoria y estética nos plantea que la noción de imaginario, acaso, ocupa un lugar sintomático en el estado actual de las reflexiones sobre los procesos sociales. Representa una puesta en entredicho de las tentativas de situar en marcos deterministas la identidad del sujeto, de sus acciones y de sus vínculos, e inscribirlas en el marco de estructuras trascendentales. Para él lo imaginario designa ese súbito universo de sentido que se expresa en el aquí y ahora, como exigencia de devenir y como devenir presente de lo vivido. Una síntesis en la que concurre lo inasible, lo inagotable y lo repetitivo del deseo, los contornos fantasmales de las expectativas, la concurrencia de los horizontes de la voluntad, el movimiento al que apunta la construcción contemporánea de la significación; el modo de darse del futuro que se expresa asimismo en fantasías, utopías, proyectos, horizontes, valores. Esta composición sintética involucra la comprensión de lo colectivo como potencia, como una capacidad de consolidarse en el acto mismo de existir frente a los otros y con ellos, en su experiencia propia y en su integración comunitaria, en un mundo común expresado como síntesis de sentido. El vínculo como constituido siempre como promesa y como restauración permanente de la afección de lo 17


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otro en el vínculo mismo y que reclama a su vez la ratificación y la negación de la persistencia, en un juego particular de afección y disposición a la afección. Es, al mismo tiempo, la condensación de lo que ha sido, pero también es la promesa de lo porvenir como “cuota de azar”, promesa de nada salvo de la disponibilidad a la afección recíproca. Para Raymundo Mier es en la eficacia de figuración de la totalidad colectiva —imaginaria— que se engendra y se apuntala el régimen de la obligatoriedad moral con el otro. La solidaridad que nombra la responsabilidad recíproca, la afección mutua, y la disponibilidad del vínculo a la experiencia del acontecer, es así también una composición de un régimen simbólico conjetural, de una esfera propia de sentido. Es de esta esfera propia de sentido que emerge toda posibilidad de autonomía como puesta en acto del impulso creador de lo imaginario. Raúl Anzaldúa presenta un trabajo denominado Pensar el sujeto a partir de lo imaginario y el poder y en él nos plantea que la reflexión sobre el sujeto además de un tema filosófico, es también una cuestión política, pues implica interrogarse sobre el proyecto de sociedad en el que se inscribe esta concepción. Con ello nos propone pensar cómo se constituye la noción de sujeto a partir del proyecto de la modernidad, que para este autor, con ella el reinado de la razón instauró las condiciones que permitieron el ejercicio de un control político y económico con el que se excluyó radicalmente al sujeto y a la subjetividad. Nos señala que esta exclusión encontró una de sus expresiones más claras en el estructuralismo, que paradójicamente colocó la categoría de sujeto como una noción imprescindible en ciencias sociales. Sólo que en este proyecto el sujeto fue mirado como soporte de las estructuras, colocando al sujeto y a la subjetividad en un lugar secundario en los procesos de explicación a los que alude cada teoría. Es por ello que Anzaldúa nos propone dejar atrás a la noción de sujeto–soporte debido a los determinismos implicados en ella 18


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y se pregunta: dejado atrás al sujeto–soporte ¿cómo entender al sujeto hoy? Para tratar de contestar esta pregunta se plantea retomar a Castoriadis y señala con él que el sujeto no es un mero reflejo o marioneta de las estructuras; es un ser creativo que instituye un mundo para sí; es una organización dinámica, abierta, en recomposición constante a partir del devenir de las relaciones que sostiene en un proceso creativo con lo que el colectivo anónimo ha instituido como sociedad. Y que en este proceso la subjetividad es subjetivación, acto de organización compleja que emerge de la relación del sujeto con el mundo y los demás. La subjetividad se construye, afirma Anzaldúa, en un proceso de subjetivación psico-social, que es posible a partir de las interrelaciones con los otros sujetos, con las instituciones y las significaciones imaginarias sociales. En Travesuras: las travesías del vínculo Nery Cuevas nos propone una reflexión acerca de las travesuras infantiles como configuraciones de sentidos, creación del imaginario radical, que operan en el ámbito lúdico. Señala que la travesura requiere un destinatario que es aludido bajo un espacio transicional lúdico. La autora nos indica que las travesuras infantiles han sido consideradas de diferentes maneras: como conductas de desajuste, incapacidad de aprendizaje de las reglas y que actualmente se tiende a visualizar al niño travieso como creativo, libre y autónomo. Sin embargo, aun ahora se conserva parte de la concepción de que las travesuras pueden ser comportamientos fuera de lo esperado, de la norma y en este caso será necesario establecer las fronteras de la travesura y la fechoría o el comportamiento delincuente. Es por ello que para Cuevas es pertinente señalar que deberá establecerse que existen condiciones necesarias y suficientes para delimitar el acto como travesura o delincuencia. Por eso la primera condición necesaria es la existencia significante del otro, que será el destinatario y se da la condición suficiente con el 19


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vínculo como una ligadura emocional estable característica del mundo mental. Para esta autora el vínculo familiar es el que será puesto en cuestión por la travesura en la que hay un movimiento poiético en el que el vínculo será tocado en sus fronteras. Las travesuras como tareas de la imaginación radical, son creaciones ajenas a la idea de indeterminación integral y absoluta. En este sentido se propone a la travesura como un crisol de tiempos-espacios de la subjetividad infantil. Que tiene el valor configuracional de ser el instante como ese acto creativo que reúne presente y pasado, presente y futuro en una cuarta temporalidad donde asoma el imaginario social y hace ser al individuo. Ma. de los Ángeles Moreno nos ofrece un texto que en cierto sentido nos hacía falta, ella en Imaginario social y representaciones sociales. Notas para su distinción realiza el trabajo de distinguir dos nociones que han sido tomadas por igual en muchas de las reflexiones acerca de los procesos sociales y las creaciones imaginarias de la sociedad. En su texto la autora expone que tanto Moscovici como Castoriadis comparten un interés primordial en las relaciones sociales pero que producen su obra a contracorriente, en dos ámbitos muy diferentes. Mientras que Moscovici propone su teoría como una alternativa a la hegemonía conductista en la psicología social anglosajona y pretende trascender la dualidad individuo-sociedad, Castoriadis libra una lucha fundamentalmente política que deriva en el desarrollo de un pensamiento comprometido con la interrogación permanente sobre la acción social, sobre los movimientos sociales y sobre la historia. Moreno nos plantea que las representaciones sociales no son la primera expresión del imaginario social y puntualiza: desde la concepción de la Institución Imaginaria de la Sociedad, el imaginario social no tiene una “primera expresión”. Con base en ello se plantea tres preguntas centrales: Siendo magma de significaciones imaginarias sociales ¿cómo detectar una primera expresión?; en su carácter de creación radical ¿cómo aprehender el 20


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imaginario en una representación cognitiva?; en su cualidad de instituyente ¿cómo determinarse por los efectos establecidos en un colectivo? De manera que ambas nociones se distanciarían por el ámbito al que refieren, ya que las representaciones sociales remiten a esos modos de decir y hacer y el imaginario social a ese magma de significaciones que no ha quedado establecido de ninguna manera.

II. Imaginario e intervención, pensar la investigación. Crear nuevos horizontes. Beatriz Ramírez con su trabajo Trayectorias de la interpretación en una investigación social nos ofrece un amplio recorrido por la reflexión en torno de la tarea de la investigación en ciencias sociales e inicia su disertación con los elementos centrales relacionados con la dificultad que se enfrenta en estos procesos. Nos dice Ramírez, nuestro quehacer como investigadores descansa en una perspectiva filosófica sobre la realidad, una noción de objeto y una concepción sobre los sujetos que están implicados en los procesos de investigación. Señala que todo investigador necesita reflexionarlos, no sólo para reconocer el compromiso social y político que le da su lugar, al pertenecer a un sector social o a diferentes grupos de interlocución sino para establecer la distancia necesaria que posibilitaría una mirada de contexto más allá de sus disciplinas, sus prejuicios o su sentido común; generando una propuesta de interpretación derivada de los esfuerzos de su búsqueda. Analizar, comprender, elucidar son entonces acciones de investigación que atienden a diferentes espesores según el tema, el objeto y el modo de abordaje. En su trabajo Ramírez Grajeda nos ofrece reflexiones importantes acerca del objeto, el saber, la verdad, la implicación, la 21


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intervención, la realidad y el sujeto en los procesos de investigación en ciencias sociales y que por ser elementos fundamentales de los mismos requieren de una dilucidación rigurosa. En el trabajo De la identidad figurada a la reflexión articulada en los procesos de la acción colectiva. Propuestas para una intervención responsable, la que esto escribe señala que en la actualidad los movimientos sociales se ven enfrentados con las condiciones particulares de ejercicio del poder que caracteriza al Estado mexicano y que se hace presente en múltiples facetas complejamente articuladas que incluyen: al corporativismo integrador, el uso discrecional y selectivo de la violencia contra los movimientos como herramienta de control social y la concesión, también selectiva, de algunos de los logros de los grupos, en la forma de reformas de políticas. En este contexto, además, la sociedad mexicana ha entrado a formar parte de la tentativa que globalmente promueve, a través de instancias gubernamentales y no-gubernamentales, el desarrollo de un amplio proceso de democratización de la sociedad. Con ello y las formas de proceder del Estado mexicano en su relación con los movimientos se configura una situación en la que se hace, en cierto sentido, necesaria la intervención de equipos asesores que apoyen los procesos organizativos de los grupos sociales. En este punto se propone que en los trabajos de intervención con los que se pretende apoyar o potenciar las iniciativas de las organizaciones, es necesario tener en cuenta que los procesos de los grupos son parte de los fenómenos de la acción colectiva y por ello son esencialmente diversos y discontinuos. Que esta diversidad no sólo se relaciona con la pluralidad de intereses y perspectivas de quienes los integran sino que en las iniciativas que se plantean y formulan a la sociedad, se concretan las posibilidades imaginativas de los mismos grupos. Por ello la intervención en estos procesos deberá de tener en cuenta tanto las formas técnicas que requiere como también una apuesta por reconocer su responsabilidad política ante 22


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el riesgo de actuar como catalizador para la creación de nuevas posibilidades o para la clausura de los procesos en las mismas organizaciones. Gloria J. H. Ito Sugiyama en su recorrido por la obra Farabeuf de Salvador Elizondo nos propone la reflexión acerca de lo que ella denomina como el juego del imaginario. Señala que Elizondo hace uso de estos procesos y nexos en su novela Farabeuf o la Crónica de un instante para crear en el lector una sensación que se ve, se escucha, se toca, se huele, se siente, se vive y se muere en el lapso de un instante. Nos plantea que esta resulta ser una novela policiaca y cinematográfica con una fuerza de creación y una facultad de innovación radicales contenidas en la concepción del imaginario de Castoriadis (expuesta por él en su obra Figuras de lo pensable) que conlleva la idea de potencia, la cual involucra y compromete al hábito y a la experiencia. Para Ito ambas son figuras del imaginario y esto para ella implica adentrarse a los dominios dispares de la temporalidad y del espacio, involucrar imágenes y palabras, transgrediéndolas mediante la invocación y la evocación, el recuerdo/olvido y la violencia del instante. Con ello Elizondo, desde la perspectiva de Gloria Ito, crea un espacio imaginario vacío colmado con representaciones plurisemánticas propuestas por el autor y que se van complementando por el lector a medida que éste dialoga con el creador. En este trabajo la autora señala la presencia del imaginario en la literatura desde la perspectiva intertextual, como una dialoguicidad donde cada texto se transforma en otro que lo modifica a su vez. Nos dice que en esta novela Elizondo se propone llegar a poder jugar, efectivamente, una partida de ajedrez mental contra sí mismo. Resulta ser un juego arduo del espíritu y de la escritura (disposición mental) en que se avanza a medida que se inventa, que se escribe. Gloria Ito señala que la instancia de la narración es la que posee el contenido de los recuerdos del tú-oyente e intenta recuperar todos esos elementos del pasado. Funciona también 23


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como un narrador personaje que espera la llegada de Farabeuf y narra los acontecimientos de esa espera. Este narrador sostiene una relación amorosa con su oyente y lo prepara para el ritual. Además Ito nos propone llamar a lo imaginario como condición dual de este juego intrincado entre la síntesis y la diferencialidad. Síntesis en que los pluripersonajes de la novela son representados por uno o por varios, donde se hace necesaria la diferencia con el otro. Síntesis y diferencialidad que nos ayudan a conformar al imaginario como articulador y reiterante del diálogo, donde cada reiteración arroja nueva luz sobre el enigma, aportando nuevas claves que re-constituyen el entramado intertextual. III. Pedagogía e imaginario. Síntesis generativas, búsqueda de autonomía En La lucha por la autonomía en los procesos de formación docente: una construcción desde un acercamiento al pensamiento de Cornelius Castoriadis María de Lourdes García Vázquez nos presenta sus reflexiones a partir del acercamiento que realiza al pensamiento de Castoriadis en torno de sus concepciones acerca de lo imaginario y la autonomía, relacionados con la formación docente y el ejercicio de esta práctica social. Transita por la reflexión sobre lo imaginario y lo imaginario social, se introduce a la perspectiva freudiana acerca de los sueños como formaciones de lo inconsciente y a éste lo retoma, desde la perspectiva castoridiana, como lo imaginario radical que es “fuente” perpetua de creaciones del individuo. Nos ofrece una perspectiva de lo que ha sido su investigación y la transformación que su propia formación ha sufrido, a partir del reconocimiento de los procesos de diversidad radical que es posible constatar en la realidad, en este caso la del ejercicio de la docencia. 24


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García Vázquez comparte con nosotros que al inicio de su ejercicio profesional consideraba que el docente requería de sus explicaciones e ideas para mejorar su práctica. Y señala que el “sueño de la omnipotencia” se convierte en un eje que orienta las acciones de muchos docentes y profesionales de la educación que buscan, como ella, transformar la educación, la escuela, a los maestros y a los padres de familia. Posteriormente, nos dice, que confrontó este sueño de la omnipotencia con aspectos de la realidad que no había previsto, que a partir de su trabajo en la investigación-docencia “Elaboración de propuesta pedagógicas...” fue aprendiendo que los maestros tenían ideas y reflexiones interesantes sobre su acción. Y que tenían propósitos que guiaban estas acciones y posibilitan la construcción de un saber pedagógico. Ma. de Lourdes García comparte con nosotros que accedió al reconocimiento de las múltiples síntesis generativas que es dable encontrar en casi toda práctica social, como efecto de las creaciones imaginarias tanto individuales como colectivas. Virginia Aguilar García con su trabajo denominado La asesoría como proceso de acompañamiento y constitución de sujetos cierra el conjunto de reflexiones que integran este volumen y en su artículo nos ofrece un acercamiento a la reflexión en torno a las relaciones que se establecen entre asesor y asesorado pensadas a partir de los vínculos que se establecen en el acompañamiento del proceso de titulación, en el marco de las prácticas que en la actualidad se llevan a cabo en las instituciones de educación superior. Estas prácticas incluyen no sólo la introducción de la tutoría sino también formas alternativas de obtención del grado que reemplazan al trabajo de tesis tradicional, estas formas alternativas se han introducido en los últimos años para “agilizar” los procesos de titulación de los egresados de licenciatura y “minimizar” los costos y riesgos que conlleva la elaboración de una tesis. 25


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Aguilar García plantea que las instituciones de educación superior han estado más preocupadas por elevar los índices de titulación, que por resolver los problemas de calidad de los trabajos elaborados. Se ha dejado en un segundo plano la formación de profesionales así como el fomento a la capacidad de desarrollar un pensamiento crítico y creativo. Y señala que separando los procesos de certificación de los procesos de formación se ha generado una valoración y expectativas desafortunadas de los estudios universitarios. Para esta autora la devaluación de la tesis implica significaciones imaginarias que hacen que los egresados consideren poco útil y no deseable desarrollar trabajos que les exijan un nivel básico de construcción conceptual propia y en donde se impliquen las posibilidades de concretar una red de representaciones, intenciones y deseos en torno a un objeto de interés. Como decíamos al inicio de esta introducción con los trabajos que integran el presente volumen y de los que acabamos de ofrecer una brevísima reseña, el lector se encontrará con las distintas propuestas que cada uno de los autores formulan para pensar los problemas de la sociedad, la historia, la filosofía, el sujeto, la educación, la investigación, la intervención, la literatura y los diversos ámbitos en los que colocan su atención a partir de pensar las producciones de lo imaginario y de las insinuaciones y provocaciones que el pensamiento de Cornelius Castoriadis genera con sus propuestas sobre esta temática y las creaciones imaginarias sociales. Es pues un volumen que presenta navegaciones, recorridos y andanzas conceptuales múltiples, diversas, tal y como es radicalmente la propia sociedad y los sujetos que la conforman. María Luisa Murga Meler

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I LO IMAGINARIO, ITINERARIOS CONCEPTUALES EN LAS CIENCIAS SOCIALES Trayectos de lo imaginario: síntesis, memoria y estética Raymundo Mier1*

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a noción de imaginario carece de un perfil definitivo, de una caracterización inequívoca en el ámbito de las discusiones filosóficas y antropológicas. Surge de una múltiple confluencia de perspectivas entre las cuales contribuyen, quizá de manera cardinal, la fenomenología, el psicoanálisis, la sociología y la antropología. Las aportaciones contemporáneas conservan las resonancias de elaboraciones posteriores tan distantes entre sí como alguna teoría de las ideologías, las secuelas de una psicología empírica consagrada a las representaciones sociales, y reflexiones recientes sobre la naturaleza de la cognición. Desde su aparición en el contexto de los debates contemporáneos en ciencias sociales, la noción de imaginario alude a la validez restringida de los moProfesor-investigador en el Departamento de Educación y Comunicación de la UAM-Xochimilco. Miembro del Posgrado en Ciencias Sociales. Profesor de Teoría antropológica y de Filosofía del lenguaje en la Escuela Nacional de Antropología e Historia. 1 *

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