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Imagen: WeLoversize
Roles de género y redes sociales: El caso del movimiento Body Positive en Instagram
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Escrito por: Angie Sofhía Rodríguez Ramón1
Durante el siglo XXI, se puede evidenciar grandes avances tecnológicos que permiten la interacción entre personas aún estén ubicadas en lugares muy distantes. Con el desarrollo de las TICS, especialmente con los teléfonos inteligentes y el internet, se ha producido un auge de las tan conocidas redes sociales. El incremento de las redes sociales en un contexto de globalización, han permitido que ideas e ideales sean difundidos logrando apoyo de personas que geográficamente están muy distantes entre ellas. Por supuesto, esta interconexión entre tantas personas ha tenido efectos en diversos ámbitos e incluso en los roles de género.
Según Gendler, la globalización se entiende como un elemento que ayuda a comprender la expansión de ideas y el desarrollo de las TICs (2016, p. 38). Con las TICS llegaron también las redes sociales. Una red social constituye un “espacio creado virtualmente para facilitar la interacción entre personas.” (Hutt, 2012, p. 123). De aquí, se puede deducir que las redes sociales han conseguido una rápida expansión de ideas e información, ya que en poco tiempo se han podido difundir creencias y posturas alrededor del mundo.
Asimismo, se debe tomar en cuenta que este escenario ha sido también proclive a emitir mensajes en torno a los roles de género y cómo se percibe tanto la feminidad como masculinidad. Los roles de género han estado siempre pre-
sentes en la sociedad dado que constituyen una normativa que pauta las relaciones entre hombres y mujeres. Se trata de conductas internalizadas y que influyen en la caracterización de las actividades o incluso expectativas que se tienen sobre cada uno. Para Álvarez, esta es una forma de diferenciación en las relaciones intergrupales (2016, p. 13). De esta manera, se crean estereotipos alrededor de lo femenino y masculino.
Lo femenino o la representación de lo femenino es una construcción social cuyo contenido es reproducido por los medios de comunicación; y, en especial, en las redes sociales masivas como por ejemplo Instagram. Una estrategia para combatir esta construcción social estereotipada en torno a lo femenino es la que ha puesto en marcha el movimiento Body Positive que si bien no es algo nuevo pues ha existido, según la investigación de Victoria Sánchez, desde los años 1960; sin embargo, es a partir del 2010 que alcanza mayor presencia y difusión. De este modo, su presencia en redes sociales es mayor gracias a lo cual sus mensajes han llegado a muchas mujeres alrededor del mundo. Esto ha permitido que se cuestionen los roles de género que han estado instaurados en la sociedad durante muchos años.
El movimiento Body Positive, según Cohen y otros, constituye un movimiento cultural que revalora las características principales de la imagen corporal positiva incluyendo apreciar las características únicas del cuerpo de uno mismo, incluso las que no están idealizadas en los medios (2020, p. 3). Por tanto, se puede decir que este movimiento busca que las personas, en especial las mujeres, se sientan seguras de su cuerpo sin dejarse llevar por las imágenes estereotipadas del cuerpo ideal difundidas en los medios de comunicación tradicionales y en muchas de las fotografías en las revistas de moda, en donde se hacen muchos retoques a la piel y al cuerpo para que encajen con los ideales del público al que está dirigido.
Por supuesto, las más afectadas por todas estas imágenes difundidas en los medios de comunicación son aquellas que no encajan dentro de esos parámetros, pues son las que sienten mayor presión de la sociedad. Es por ello que “mayoritariamente son las mujeres con cuerpos no normativos las que utilizan las plataformas para publicar fotos con el fin de desafiar los ideales dominantes de la belleza femenina, incluidas las demandas para producir una piel suave, que se adhieren a las normas de tamaño corporal y evitan los fluidos corporales” (Sánchez, 2019, p. 7). Es así que las cuentas elegidas para este análisis son las siguientes: ‘bodyposipanda’, ‘biggalyoga’, y “El movimiento Body Positive, según Cohen y otros, constituye un movimiento cultural que revalora las características principales de la imagen corporal positiva incluyendo apreciar las características únicas del cuerpo de uno mismo”.
‘dolceplacard’ que son de diferentes nacionalidades pero tienen el mismo objetivo: deconstruir el concepto cultural del cuerpo femenino.
La primera cuenta a analizar es ‘bodyposipanda’ la cual está dirigida por Megan Jayne Crabbe, mujer inglesa y autora del libro ‘El poder del Body Positive’. Según nos cuenta a través de sus publicaciones, ella sufrió anorexia y le costó aceptar su cuerpo. Es por ello que busca que sus más de un millón de seguidoras entiendan la importancia de querer sus características propias y dejar de juzgarse al compararse con los cuerpos idealizados. Al revisar los comentarios en sus publicaciones, se puede apreciar varios agradecimientos por hablar sobre temas de aceptación corporal y cómo esto les ayuda.
La segunda cuenta que se utiliza para el ensayo es ‘biggalyoga’ la cual está dirigida por Valeria Sagun, una mujer estadounidense
y autora del libro ‘Big Gal Yoga’. Según lo que expresa en sus publicaciones, ella anima a sus más de cien mil seguidores a practicar yoga como una manera de empoderamiento hacia el cuerpo. De la misma manera, intentar romper con los mitos de que las personas con sobrepeso u obesidad son flojos y descuidados con su cuerpo para así demostrar que el peso no tiene importancia cuando se trata de ser saludables y activos.
La última cuenta a utilizar es ‘dolceplacard’ la cual está dirigida por Diana Ibarra Rake, una mujer peruana e influencer conocida en el país. A través de sus publicaciones busca promover el amor propio, la confianza en uno mismo y el empoderamiento de la mujer. Esto no solo con imágenes sino también con mensajes positivos en la descripción de cada una de estas.
En conclusión, se puede decir que si bien las redes sociales han contribuido a recrear y a veces perennizar la construcción ideal del cuerpo femenino, hoy también a través de diversas redes están combatiendo dichas ideas del cuerpo imaginado, idealizado, sin imperfecciones de la mujer. Además combaten la idea de que la mujer debe de estar bajo la sombra del hombre, pues como se muestra, las cuentas mostradas están dirigidas por mujeres independientes con emprendimientos propios. De esta manera, se ve que las redes sociales son también un camino para impartir estas ideas del empoderamiento de la mujer. Lo que sí cabe resaltar, es que se combaten los roles de géneros desde la feminidad, más no se habla mucho sobre el hombre y las ideas de masculinidad que se tienen arraigadas. Se espera que en algún momento, estas mismas redes sociales sean las que nos permitan deshacernos de los roles estereotipados de género tan marcados en nuestra existencia cotidiana.