Cap de creus nº 98

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Un paisaje rebelde

N

o puede una quitarse de la retina la imagen de la figura nevada del Canigó visto desde el Mediterráneo. El macizo se alza magnífico, con un collar de nubes a modo de complemento. La cordillera llega a su extremo oriental dispuesta a darse un chapuzón. El agua salobre salpica las faldas de los montes, y la costa, como queriendo mantener la rebeldía del paisaje montañés, se rompe en pedazos, mordida con rabia por la tramontana, ese viento del norte de rompe y rasga, siempre impetuoso, siempre dispuesto a limpiar los cielos y a arrasar con lo que se le ponga a tiro. En la Garrotxa, el techo azulado es cambiado sin aspavientos por el verde de los bosques, inmensos, interminables. Podríamos perdernos, literalmente, en estos paisajes olvidados, plenos de silencios, de historias y leyendas, de pasos callados. Ya no humean las carboneras, pero sus cimas ofrecen vistas espectaculares a las que nos asomamos deseosos de nuevas emociones. Es la misma sensación de plenitud y agradecimiento que sentimos tras recibir el accésit del premio Félix de Azara que otorga la diputación de Huesca. El galardón ha sido para el monográfico sobre los valles de Bielsa y Aure.

98 | Alt Empordà y Garrotxa | Marzo - Abril 3

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❙ Textos de Valentí

Zapater

❙ Fotografías de Roger

Rovira

LUCES MALVAS EN EL CIELO SOBRE CAP RAS. PUNTA DEL CAP DE CREUS EN EL FONDO.

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un paisaje indomable ÂżSon los Pirineos los que se zambullen en el mar MediterrĂĄneo o son las olas las que intentan infrutuosamente escalar por las rocas y acantilados? El caso es que nos encontramos con un litoral torturado de extrema belleza por el que la tramontana susurra versos imposibles. 23

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MarendA

Por la a lomos de LA TRamôntanA

AcantilaDOs y pueblos marineros

AGUAS TRANSPARENTES EN LA BADÍA DE POLILLES.

P

asear bordeando el mar en COTLLIURE es como ir abriendo puertas y descubrir tras ellas las diferentes caras del pueblo. Cada punta, cada curva, cada puerto muestra nuevas perspectivas. La primera cita es con el Castell Reial, una edificación maciza que se levanta desafiante ante el mar. Citado desde el año 672, fue castillo de templarios, residencia de los reyes de Mallorca, fortaleza de los Habsburgo, ciudadela de los Borbones y prisión. Actualmente acoge exposiciones, conciertos y espectáculos. Bordeándolo por el camino de ronda hacia el norte aparece el centro neurálgico de Cotlliure: un pequeño y

recogido puerto formado en la desembocadura de una riera y un paseo bordeado por la sombra de los plátanos e iluminado por la arena de la playa. Es el lugar ideal para sentarse, observar el ir y venir de la gente y disfrutar de la hermosa luz de Cotlliure, que va tiñendo de diferentes colores la iglesia de la Mare de Déu dels Àngels. En ella destaca, por encima de todo, el campanario, que se sitúa en su extremo a merced de las olas. Hasta aquí se desparraman las callejuelas que bajan de la parte alta, repletas de galerías de arte y talleres de pintores. Dar un paseo por esta zona es una suave borrachera de colores, algo así como coger el puntillo con un buen vino de la zona.

De la alegría de este barrio se puede pasar en pocos minutos a la tristeza que emana de la historia de Antonio Machado. El poeta llegó a Cotlliure huyendo de las tropas franquistas el 27 de enero de 1939 y murió al cabo de un mes. Su tumba se encuentra más o menos en el centro del pueblo, en el antiguo cementerio. Para saber más de otros artistas que visitaron Cotlliure más por gusto que por necesidad, podemos visitar el museo de arte moderno, situado en la carretera que bordea la costa en dirección a Portvendres. Antes de acabar la visita al pueblo no hay que dejar de pasar por alguna de las instalaciones de los dos artesanos que siguen elaborando las anchoas como hace siglos, las familias Roque y Desclaux. Continuando hacia el sur, en dirección a Portvendres, encontramos encaramado en una colina el Fort de Sant Elm, una fortificación como muchas de las construidas en la Marenda a lo largo de los siglos y utilizadas hasta la Segunda Guerra Mundial. Unos pocos kilómetros al sur está PORTVENDRES. A pesar de la corta distancia las diferencias con Cotlliure son notables, aquí el olor a sal y a pescado hace pensar en un pueblo marinero. Efectivamente, al superar un alto y descender aparece ante la vista el puerto, el más grande de la Marenda. De aquí parte la flota pesquera industrial que se dedica a la pesca de las anchoas que luego se elaboran en Cotlliure. En Portvendres la vida gira alrededor del puerto, pensado para los pescadores y las embarcaciones de recreo. Continuando hacia el sur por la tortuosa carretera se llega a la BADIA DE POLILLES. No es solo un lugar interesante por su entorno

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PASEO JUNTO AL MAR EN COTLLIURE, BAJO LAS IMPONENTES PAREDES DEL CASTELL REIAL. 31

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Parque natural del

CaP de CReus Retazos de costa y luz

A

l sur del cabo y al abrigo de la Tramontana se encuentra CADAQUÉS, un pintoresco pueblo que queda grabado en la memoria para siempre y al que se vuelve repetidas veces, pues siempre hay un rincón o sensación

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nueva por descubrir. Una de las mejores cosas que se puede hacer es perderse por las empinadas calles del núcleo histórico, donde todavía quedan restos de muralla y la Torre d’es Baluard, construida para vigilar y alertar de la llegada de los piratas. En la parte más alta

destaca la iglesia de Santa Maria, que aporta a la población una silueta inconfundible. Fuera del núcleo antiguo, llama la atención algún edificio modernista, como la Casa Serinyana o Casa Blaua. Desde aquí, caminando por la recortada costa hacia el norte, se pueden

descubrir hermosos rincones al salir de la bahía y enfrente de los islotes s’Arenella y es Cucurucuc. Continuando hacia el norte se llegaría hasta una zona más recortada si cabe, la cala de PORTLLIGAT. Aquí construyó su residencia Salvador Dalí, a base de unir varias

CADAQUÉS, VESTIDA DE UN PERMANENTE E IMPOLUTO BLANCO, ADMIRA EL MAR MIENTRAS EL CIELO SE TORNA MALVA.

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DOLMEN DE LA CREU D'EN COBERTELLA

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E CARGADOS de MAGIA mplazamientos

Viajemos 6.000 años hacia atrás. El Alt Empordà no era como lo conocemos hoy. Los humedales tenían una extensión mucho mayor y el clima más templado y húmedo era propicio para los robles, árboles de ribera y prados. Las pequeñas poblaciones, sedentarias, se situaban en zonas llanas y cómodas. Los monumentos megalíticos, en cambio, estaban en zonas más elevadas, a veces rocosas. ¿Para qué eran? En los dólmenes, unas losas de roca a modo de paredes y techo con una entrada, enterraban a sus muertos. Los menhires, piedras puestas en pie, señalaban lugares importantes para rituales. La concentración de estos monumentos en las sierras de la Albera y Rodes es de las más elevadas de Catalunya. Hay grandes agrupaciones

en la Serra de Rodes, con más de cuarenta construcciones; al norte de Espolla, con doce construcciones, entre dólmenes, menhires, necrópolis y asentamientos; también en Rabós, al sureste de la Jonquera, con doce construcciones; y, cerca de allí, en Capmany y en Sant Climent Sescebes. En total, más de cien monumentos. No hay que olvidarse del dolmen más grande de Catalunya, el de la Creu d’en Cobertella. Está situado en la carretera que va de Roses a Cala Montjoi y la losa que hace de techo mide cerca de seis metros de longitud y pesa unas dieciocho toneladas. Como en muchos de los dólmenes de la zona había un corredor o pasillo, actualmente desaparecido, que daba acceso a la cámara. Allí enterraban a los muertos.

MENHIR DEL MAS MARÈS

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Hacia la sierra de

la AlBerA

Ecos medievALEs

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LA NIEBLA CAMUFLA LOS TRONCOS DESVESTIDOS DE LAS HAYAS CERCA DEL PUIG DE NEULÓS.

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Bajo las aguas mediterráneas i al sur del Cap de Creus empieza la llanura, hacia el norte todavía queda un buen tramo de montañas y costa recortada para visitar. Los submarinistas, que en el Cap de Creus tienen un lugar de obligada visita, también se pueden dirigir a la reserva natural marina de Cervera-Banyuls, la única reserva natural exclusivamente marina del Estado francés. Los campos de coral rojo y los prados de posidonia oceanica, una planta submarina con flores que nada tiene que ver con las algas, son las joyas de la zona, hábitats

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ASTROSPARTUS MEDITERRANEUS. YORUNO

El de Cap de Creus es uno de los paraísos marinos del Mediterráneo. Los investigadores del departamento de Biología Marina y Oceanografía del Institut de Ciències del Mar encontraron en 2006 muchas colonias de corales de aguas frías entre 100 y 400 m de profundidad, como Lophelia pertusa o Madrepora oculata, una especie de bosque bajo el agua que además de su riqueza propia, sirven de hábitat y refugio a otras especies, sobre todo a especimenes más jóvenes de varios tipos de peces; especies de interés comercial, como la merluza, por lo que estos enclaves, algunos a 190 metros de profundidad, suponen un refugio en el que las poblaciones pueden recuperarse. MADREPORA OCULATA. ICM-CSIC (JAGO-GEOMAR)

En el cañón de Lacaze-Duthiers, más al norte, aparecen las mismas poblaciones

BarRancos submarinos

coralinas, pero además hace unos años se encontraron varias especies nuevas de

hidromedusas, como la Guillea canyonincolae y la Parateclaia euromarge, que forman parte de un conjunto de especies que se han descrito por primera vez en las profundidades de los cañones mediterráneos y que son evidencias de que fue un mar tropical, el Tethys. Al encontrarse debajo del límite de cincuenta metros, muchos de estos hábitats costeros están CAÑÓN DEL CAP DE CREUS. CLAUDIO LO LACONO. UTM-CSIC

muy expuestos al impacto de la pesca de arrastre, la contaminación, que disminuye la transparencia del agua, el dragado de

F

rente a las costas del Cap de Creus y la Marenda hay varios

fondos, la construcción de infraestructuras portuarias o el fon-

barrancos submarinos de una gran importancia ecológi-

deo no controlado de embarcaciones de recreo que destruyen

ca y ambiental. Es el sistema de cañones de Leones, donde

estos frágiles ecosistemas. Los primeros pasos para conseguir

se sitúan los cañones de Cap de Creus y Lacaze-Duthiers. El

la protección necesaria están dados y los investigadores del

primero está a unos tres kilómetros de la costa, tiene unos 40

departamento de Biología Marina y Oceanografía del Institut

kilómetros de longitud y una profundidad máxima de 1.400

de Ciències del Mar esperan conseguir en breve la declaración

metros. Estas depresiones canalizan los aportes de materia

institucional favorablepara que la zona sea declarada en el

orgánica desde las aguas superficiales y desde la plataforma

año 2014 una de las grandes áreas marinas protegidas del

continental, incluido material de origen terrestre, hacia las lla-

Mediterráneo en el marco del programa de la Unión europea,

nuras abisales, generando una gran riqueza biológica.

Red Natura 2000 y el proyecto LIFE+INDEMARES.

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PRADOS DE POSEIDONIA OCEANICA WUSEL007

SABELLA SPALLANZANII. FRANCK LEFEVRE

CORALLIUM RUBRUM. GÉRY PARENT

FLABELLINA AFFINIS. GÉRY PARENT

PELTODORIS ATROMACULATA. CISAMARC

de proporcionan refugio y alimento a un sinnúmero de algas, invertebrados y peces. Un original sendero submarino balizado permite disfrutar de esta maravilla solo con la ayuda de máscara, tubo y aletas. Más al norte de Banyuls, en la Badia de Polilles [Anse de Paulilles], también hay prados de posidonia y campos de coral. Es, además, uno de los pocos lugares de la costa de la Marenda donde se ha conservado el bosque, que alberga algunas especies poco comunes, como la armeria del Rosselló –Armeria ruscinonensis subsp. ruscinonensis–, presente exclusivamente en estas zonas rocosas. Uno de los valores más importantes de la bahía es el paisaje: tres playas separadas por los correspondientes cabos, algunos de ellos cubiertos de bosques que se asoman al mar, y los imprescindibles viñedos de la Marenda. 73

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MONTPETIT Y EL SERRAT DE LA PINEDA ENTRE LA NIEBLA. CROCUS NUDIFLORUS

1 Oix ⇒

Etapa

Bassegoda Desde Oix seguimos la carretera hacia el sur, y unos 400 metros después de pasar el río tomamos el camino de la izquierda, el GR-1. Con sus marcas como guía, el sendero asciende sin contemplaciones entre el bosque para salir a una pista a la que nos incorporamos hacia la derecha (580 m, 42 min). La espesura de la umbría comienza a

declinar y los árboles se separan para ofrecernos una primera vista extensa del paisaje típico de la Alta Garrotxa. Seguimos esta pista sin hacer caso de ningun desvío, en dirección al este, y abandonando el GR, llegaremos a un cruce en forma de Y (618 m, 1 h 16 min), donde optaremos por el desvío de la derecha. Abandonaremos la pista en el Coll Sitrelles (528 m, 1 h 45 min) y seguiremos por el sendero de la izquierda, que se

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la alta Garrotxa

vuelta a

❙ Textos y fotografías de Valentí

Zapater

PROFUNDOS BARRANCOS, VERTICALES PAREDES Y FRONDOSOS BOSQUES SON LOS INGREDIENTES DE LA ALTA GARROTXA, TERRITORIO AISLADO DE NATURALEZA SALVAJE QUE BIEN MERECE UNA RUTA CIRCULAR QUE DESTILE SU ESENCIA. EN ESTE RECORRIDO SE COMBINA EL SECTOR DEL NORTE, MÁS INACESIBLE, DONDE DOS REFUGIOS LIBRES FACILITAN LA TRAVESÍA, CON LA VISITA A LA ZONA DEL SUR, DONDE SON LOS PEQUEÑOS PUEBLOS LOS QUE FACILITAN LA PERNOCTA.

adentra en un encinar húmedo y sombrío, cubierto de musgo. Siguiendo las marcas amarillas y después de un largo descenso, cruzaremos el río Llierca (260 m, 2 h 25 min). Al otro lado el sendero sigue descendiendo por la orilla izquierda y al poco sube hacia la izquierda para empalmar con una pista. A la derecha, en pocos minutos, está el cámping Sadernes, al que no nos dirigimos, sino que vamos a la izquierda para continuar con nuestra

ruta. Seguiremos esta pista sin hacer caso de los desvíos que aparezcan por el camino. Será un largo ascenso en el que se van ampliando las vistas, hasta entrar en Vall de Riu, pasando de los encinares a las castañares (580 m, 3 h 53 min) y, enseguida, a los prados idílicos de La Plana. De nuevo en ascenso y entre bosques variados, en una pronunciada curva a la derecha (845 m), tomaremos el sendero de la izquierda que lleva, llanenado, a la ermita 87

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