20es

Page 1

8 de marzo de 2015 · Nº 20. Revista monográfica

ES LA HORA DE LA VOLUNTAD POPULAR M8

EMAKUMEON NAZIOARTEKO EGUNA

LA PALABRA Y LA DECISIÓN ES DE

LAS MUJERES EN PORTADA 2-3 · REPORTAJE 4-5 · ENTREVISTA · 6-9 CRÓNICA DESDE NAFARROA 10 CRÓNICA DESDE MADRID 11 · MICROMACHISMOS 14-16 · EMAKUMEON MUNDU MARTXA 17


EN PORTADA

E

l viento sopla a favor desde el Kurdistán, desde Cataluña, desde Escocia. Las opciones de cambio se presentan más tangibles, más cercanas y más posibles que nunca también en Euskal Herria. Se han abierto ventanas que habían permanecido cerradas hasta ahora, y una vez que han comenzado a abrirse, no podemos resistirnos a derribar los viejos muros que nos asfixian. La propuesta de la Vía Vasca viene a ser una respuesta a esta gran oportunidad, que puede llevarnos a adueñarnos de nuestro futuro político y económico: tú y yo, nosotros y NOSOTRAS, dueñas de nuestro destino. Porque la Vía Vasca es la vía para recuperar la soberanía completa. Seremos la ciudadanía de Euskal Herria la que tomemos las decisiones en todos los ámbitos y niveles (social, económico, cultural, político...), mediante la consecución de un Estado Vasco que responda a todas nuestras necesidades.

LA VÍA V

Las mujeres, de la

El inicio de la Vía Vasca tiene aroma a café. Hemos empezado a compartir, debatir y enriquecer la propuesta en torno a un café, porque queremos completar el camino entre todas y todos, desde el inicio. Por ese motivo, para enriquecer la propuesta en esta fase. Uno. Es importante debatir y explicitar, si efectivamente vamos a ser mujeres y hombres quienes intervengamos en el proceso de construcción, cuál será el lugar que ocuparemos las mujeres en la Vía Vasca. No dudamos que será un proceso en el que las mujeres ocuparemos su centro, un proceso que tendrá como protagonistas a las mujeres. Entendemos la Vía Vasca como un ejercicio progresivo y profundo de democratización y eso exige volver a pensar la ma-

2

nera misma de entender la democracia. La democracia está actualmente construida sobre valores patriarcales, las mujeres no somos sujetos de pleno derecho, y tenemos que revertir esa realidad. Por eso, será importante que se tomen medidas que posibiliten que las mujeres participemos en primera línea del proceso. Llevar a las mujeres desde la periferia al centro es un reto en toda regla y exige, entre otras cosas, poner especial atención en el punto de partida. Porque

Sin lugar dudas, la Vía Vasca ha de ser un proceso en el que las mujeres tomemos la centralidad


EN PORTADA

VASCA:

periferia al centro

Más que de un proceso soberanista en singular, debemos hablar de procesos soberanistas

las mujeres históricamente, y aún hoy en día, estamos en situación de desventaja respecto a los hombres, con múltiples impedimentos para poder desenvolvernos en la plaza pública y en los centros de decisión, y con imposibilidades prácticas para poder mantenernos en esos lugares, por lo que estamos también en un segundo plano en los procesos de cambio. Por lo tanto, habrá que crear las condiciones y tomar las medidas para que las mujeres seamos protagonistas

en la Vía Vasca, poniendo especial atención en las mujeres que sufren discriminación múltiple. Dos. Queremos que la Vía Vasca sea un proceso de soberanía, y entendemos que lograrla será un proceso, es decir, más que el resultado que lograremos, de golpe, cuando lleguemos a la meta final, algo que iremos adquiriendo durante el camino. De todos modos, más que del proceso de soberanía en singular, nos gustaría hablar de los procesos de soberanía en plural. Porque para lograr la soberanía integral, deberemos realizar múltiples procesos de soberanía; queremos ser soberanos como pueblo, pero también como mujeres. Deberá ser un proceso que reconozca diferentes tipos de opresión y conflicto, por lo que tendrá también en consideración la opresión sexual de género. ¿Es posible, en caso contrario, llegar a ser un verdadero pueblo soberano, en el que toda la ciudadanía sea soberana, si la mitad de la población continúa en situación de subordinación? Tres. Nuestro deseo es construir el Estado Vasco en clave feminista, un Estado en el que las mujeres seremos miembros de primera categoría y en el que reinventaremos el modo de entender el bienestar, que cuidará de la vida y de las personas, situando la vida en el centro de todo; un lugar en el que todas y todos, cada una de las ciudadanas y de los ciudadanos viviremos mejor. Queremos construir una realidad en la que quepan los sueños de las mujeres. Es hora de convertir nuestros sueños en realidad, hora de que cada cual dé lo mejor de sí y hora de que demos la talla como pueblo.

3


REPORTAJE

G

Gipuzkoa, un cambio de modelo: de la “crisis de los cuidados” hacia “el buen vivir”

ipuzkoa, por primera vez en su historia, cuenta en esta legislatura con un Gobierno feminista. Eso supone una verdadera apuesta de los poderes públicos por un cambio de modelo que nos conduzca desde la actual “crisis de los cuidados” hacia un sistema socioeconómico que coloque en el centro el sostenimiento colectivo la vida de la gente, el “buen vivir”.

4

Sabemos que el cuidado de las personas,que ha sido un rol reservado, tradicionalmente y sin opción de elegir, a las mujeres, es lo que permite que todo funcione. En el hogar, son ellas las que se ocupan de sus mayores, hijos e hijas y familiares con enfermedades o dependencia. Y, del mismo modo, son las cuidadoras principales en empresas privadas, servicios públicos y hogares ajenos. Pero cuando los grandes poderes


REPORTAJE

se refieren a los cuidados, lo hacen desde una perspectiva patriarcal y capitalista. Sólo reconocen su existencia si afecta a su cuenta de resultados. Y, cuando “rescatan” al mercado, lo hacen a costa de recortes brutales en cuestiones clave para el bienestar colectivo - como la sanidad o los servicios sociales-, y vuelven a cargar sobre las espaldas de las mujeres el trabajo de cuidados, provocando que éstas no puedan decidir si cuidar o no, y cómo cuidar, y tengan que hacerlo en condiciones de precariedad. Estamos sufriendo, pues, una tremenda involución, volviendo a modelos de familia tradicional, a las desigualdades de género, la precariedad y la falta de autonomía vital de las mujeres. Desde una mirada feminista, la Dipu-

tación de Gipuzkoa entiende que el cuidado de la vida de las personas debe ser resuelto colectivamente, no de manera privada, y que debe redefinirse el papel de la tríada formada por instituciones públicas, mercados y hogares para garantizar dichos cuidados En primer lugar, es imposible cuidar de manera digna en condiciones laborales indignas. Por eso, se han puesto en marcha medidas que prestigien y revaloricen el trabajo remunerado de cuidados. En un sector especialmente precarizado y feminizado, la Diputación ha defendido la mejora de los convenios colectivos de las residencias y centros de día, porque no se puede permitir que la rentabilidad empresarial se obtenga a costa de la degradación de las condiciones laborales de más mujeres. Gracias a esta apuesta, y a la lucha sindical, el sector de los cuidados profesionales tumbó la reforma laboral española en Gipuzkoa. En otro ámbito, el de los cuidados en el hogar, Gipuzkoa ha ampliado las prestaciones para personas con dependencia - que están siendo desmanteladas en el Reino de España-. Dentro de las ayudas existentes, además, se potencia la dirigida a contratar cuidados, en detrimento de la que se concede a familiares, con el doble objetivo de no perpetuar el rol tradicional de la mujer en la familia y de hacer emerger el mercado negro de los cuidados para dignificar su ejercicio. El incremento de la oferta pública disponible -para ofrecer más plazas, estancias temporales o abrir fines de semana ha ido acompañado por una clara apuesta por la compatibilidad entre prestaciones y servicios –incompatibles en Bizkaia-, lo que contribuye a dar de nuevo mayor opción a las mujeres a elegir su papel, a la vez que permitirse tiempo para cuidar de sí mismas. De este modo, la Diputación se convierte en una herramienta al servicio de la construcción de un modelo de organización corresponsable con el cuidado de las vidas, y pone el bienestar colectivo, y no la sumisión al mercado, en el centro de las políticas públicas de Gipuzkoa.

5


ENTREVISTA ·Yolanda Jubeto·

LA ECONOMIA FEMINISTA: UNA VISION AMPLIADA DE LA REPRODUCCION DE LA VIDA

¿Qué es la economía feminista? ¿Cuáles son sus principales planteamientos? La economía feminista nos ofrece una visión amplia de las estructuras e instituciones que conforman la realidad social y económica, y del conjunto de actividades que realizamos para asegurar unas condiciones materiales de vida dignas. Presta especial atención a los ciclos vitales, y por lo tanto, a la distribución de los usos del tiempo a lo largo de la vida y a las necesidades que tenemos en cada fase de nuestra vida. Entre sus principales preocupaciones, se encuentra el análisis de las relaciones de poder entre los sexos, puesto que vivimos en una sociedad jerarquizada y estereotipada, en la que se considera “natural” que los hombres tengan libertad de movimiento y

6

protagonismo en todos los espacios públicos, mientras se sobrecarga a las mujeres con las tareas de las esferas consideradas privadas, principalmente con las responsabilidades familiares, lo que limita sus posibilidades de participación en las esferas públicas. Entre sus planteamientos me gustaría destacar tres ámbitos fundamentales. El primero está relacionado con la ruptura de las fronteras de la economía convencional, ya que su foco de atención no se limita al análisis de los mercados capitalistas, sino que incorpora al análisis económico la esfera de los trabajos domésticos no asalariados como parte básica de los circuitos económicos, lo cual había sido obviado por la economía convencional. Es decir, todo el trabajo doméstico que se ha asignado tradicionalmente a

las mujeres y que ha permitido la reproducción de la vida y que no se ha considerado una clave fundamental de la actividad económica de las sociedades, y por lo tanto, no se considera un ámbito fundamental en la calidad de vida de las personas, y en la política pública o empresarial. Solo se considera como algo secundario que se resuelve en la esfera doméstica. En segundo lugar es destacable que el esfuerzo por colocar en la esfera pública aquellos trabajos situados tradicionalmente en la esfera de lo privado, ha implicado también la necesidad de reconocer que las políticas públicas tienen un papel importante que jugar en la calidad de vida de las mujeres y de los hombres, y que es fundamental que incorporen una visión también amplia de las actividades económi-


cas, lo cual se encuentra con múltiples resistencias. Y finalmente, aunque la economía feminista es diversa y no monolítica, se puede afirmar que existe un relevante consenso sobre la necesidad de avanzar en la construcción de un sistema económico en el que no se primen los beneficios económicos, sino que sitúe en el centro el cuidado y la reproducción de la vida humana y de la naturaleza, lo cual supone todo un reto ineludible en el momento actual. ¿Cómo se trasladan estas ideas a propuestas de política económica? ¿Cuáles serían algunas medidas que defiende la economía feminista? La economía feminista plantea que la política económica es muy relevante, ya que puede contribuir a dar pasos que vayan superando las discriminaciones existentes, o según como se aplique, puede perpetuarlas. Defiende que la política social es parte de la inversión pública porque sirve para poner las bases para el desarrollo de unas condiciones de vida dignas de todas las personas de la comunidad. Además, sabemos que la política fiscal, la educativa, la sanitaria, la cultural, la política

laboral, la política de movilidad, de ordenación del territorio, la política industrial, agraria, del sector servicios, de innovación, etc. tienen efectos diferentes para las mujeres y los hombres, y sus diversos colectivos, ya que los roles asignados socialmente a cada sexo condicionan nuestras oportunidades para poder participar de forma activa tanto en el diseño de las políticas como en ser sujetos activos de las mismas. Algunas medidas básicas estarían relacionadas con un cambio en las políticas para que entre sus objetivos contemplen situar el cuidado de la vida, desde una perspectiva amplia, en el centro de la política económica. Es decir, ser conscientes de que las políticas normalmente no tienen en cuenta las tareas realizadas por una mayoría de mujeres en la esfera privada, y que es necesario tenerla en cuenta y darle la importancia que tiene en nuestras vidas, para impulsar la corresponsabilidad y ser conscientes de sus vínculos con el resto de las políticas públicas. Así, por ejemplo, con las políticas de recortes de servicios públicos, tanto en sanidad, educación, y otras políticas públicas, generalmente lo que se está haciendo es trasladar esos costes desde la esfera monetaria

de las arcas públicas, a los ámbitos de lo privado, en los que principalmente son mujeres quienes se van a ocupar de hacer frente a las carencias dejadas por el sector público, con consecuencias perjudiciales en su calidad de vida ignoradas por el sector público y la esfera empresarial. ¿Existe una tensión entre las propuestas derivadas de la sostenibilidad de la vida y las que la izquierda hoy en día defiende, fundamentalmente de recuperación de cierto estado de bienestar? Poner en el centro la sostenibilidad de la vida supone, en la esfera económica, dar prioridad a aquellas actividades que tienen como objetivo llevar adelante una vida en condiciones dignas a todas las personas, en armonía con la naturaleza y entre los seres humanos. Somos conscientes, no obstante, de que el sistema capitalista impulsa una concentración cada vez mayor de la riqueza material, de las capacidad de decisión por parte de una élites cada vez más concentradas y que estas son machistas, xenófobas y profundamente violentas, por lo que la tarea es un gran reto a nivel

7


ENTREVISTA

mundial y muy grande también a nivel local. Existe un fuerte debate sobre el concepto de estado de bienestar porque si queremos que el bienestar se base en la justicia social y en la democracia económica, este no se puede construir en una sociedad de consumo capitalista, basada en el expolio de la naturaleza y del acaparamiento de tierras y recursos materiales que tienen nefastas consecuencias para la población de esos territorios. Debemos trabajar la conciencia colectiva de superación de una economía de usar y tirar, basada en la explotación humana, que tiene como objetivo principal la obtención de mayores beneficios económicos por parte de una minoría, lo cual implica también la explotación de muchos pueblos del planeta. Por lo tanto, las izquierdas si quieren avanzar en la transformación social hacia un sistema más justo deben hacer una reflexión profunda sobre las consecuencias que tiene para el planeta el sistema económico actual y la forma de ir poniendo las bases para su superación, a partir de la solidaridad entre los pueblos y el reconocimiento del valor equivalente de todas las personas, superando las relaciones de dominación machistas y xenófobas que están en el centro del funcionamiento de

8

este sistema capitalista. Específicamente para el caso de las mujeres, ¿los objetivos habituales de conciliación de la vida laboral y familiar, eliminación de los mecanismos de discriminación y el pleno empleo de calidad para todas y todos son suficientes? ¿Son prioritarios? ¿Son viables? Los objetivos de conciliación de la vida personal, familiar y laboral son muy difíciles de llevar a la práctica, por no decir imposibles, cuando no existe una corresponsabilidad por parte de la mayoría de los hombres, cuando las empresas no entienden que es vital dar prioridad al desarrollo de unas condiciones de vida dignas para las personas que trabajan en las mismas, y cuando la política pública no pone en el centro la obligatoriedad de aquellas medidas que impulsen ese proceso de corresponsabilidad. Y es que tanto las empresas como las instituciones están dominadas por hombres que no asumen estos cambios como prioritarios, sino la ganancia y el poder. Sin embargo, todavía no se ha interiorizado por parte de las fuerzas sindicales o por muchas fuerzas políticas denominadas de izquierdas, que es fundamental el cuidado de las personas desde que nacemos hasta nuestra muerte, que

esto debe estar en el centro de la política pública y de la esfera privada empresarial también. En suma, si queremos que tanto las mujeres como los hombres tenga autonomía económica y acceso a ingresos propios pero sin explotación laboral, debemos ir impulsando unas estructuras económicas más sociales y transformadoras, en las que la propiedad de las empresas sea cooperativa, más corresponsable, más ecológica, que trabajen en red, y que primen unas condiciones de vida dignas, lo cual significa que respondan a las necesidades de las personas en cada fase de su vida y no a la inversa. Y a nivel de política pública se debería primar la reducción generalizada de la jornada laboral, de las horquillas salariales y de las discriminaciones salariales existentes en la actualidad. También las políticas de pensiones deberían asegurar unas pensiones y prestaciones mínimas que permitieran vivir dignamente, ya que las pensiones no contributivas son muy deficientes, en general y estas afectan principalmente a las mujeres, entre otras medidas. Centrándonos en los cuidados, estos se convierten en un elemento fundamental que toda agenda económica debe priorizar. ¿Por qué? ¿Cómo se abordan los


ENTREVISTA

cuidados desde una perspectiva de la sostenibilidad de la vida? ¿Cómo se articula lo doméstico, lo privado, lo público y lo comunitario? Los cuidados son fundamentales a lo largo de todo nuestro ciclo vital, aunque con diversa intensidad y características específicas en cada fase del ciclo de nuestra vida. Por ello, si la agenda económica se ocupa de asegurar unas condiciones de vida dignas a todas las personas, obviamente el cuidado mutuo debe ser uno de los elementos claves de la misma. Desde una perspectiva de la sostenibilidad de la vida, en mi opinión, los cuidados se deben abordar desde la corresponsabilidad de todas las instituciones que forman parte de la sociedad, promoviendo que las políticas impulsoras de los repartos de los cuidados, por ejemplo, sean iguales para las mujeres y los hombres, es decir, implicando directamente a los hombres en los cuidados de la infancia y de las personas mayores, de forma obligatoria para las empresas, tanto en la duración de las licencias por paternidad, adopción, cuidados de personas mayores, como una forma de motivar a los hombres para que sean sujetos de estas actividades. Obviamente, esto requiere la obligatoriedad de estas medidas y la concienciación colectiva para el cambio. A modo de conclusión, si la sostenibilidad de la vida supone priorizar esta frente al capital, ¿cómo ir ganando progresivamente espacios al capital? ¿Necesitamos una propuesta radical y alternativa más allá de recuperar el estado de bienestar? Si partimos de que las personas somos lo importante y que la actividad socioeconómica debe ser un instrumento para poder vivir una vida más coherente entre lo que pensamos y cómo actuamos, debemos, como ciudadanía,

dar valor a todas las etapas de nuestra vida, y actuar con corresponsabilidad en las mismas. Necesitamos ir creando y valorizando espacios que nos permitan satisfacer nuestras necesidades materiales a partir de estructuras más conscientes de los valores comunitarios y no basadas en la ganancia y el lucro sino en la sostenibilidad de la vida. Hoy en día contamos con iniciativas que debemos seguir reforzando a partir de nuestra concienciación individual y colectiva sobre el poder que tenemos cuando nos organizamos y trabajamos conjuntamente por una causa, como es la superación de las relaciones capitalistas y patriarcales. Finalmente, en el feminismo estamos acostumbradas a que nuestros conceptos y argumentaciones sean domesticadas,

extirpadas de su potencial político y asimiladas. ¿Podría pasar lo mismo con la sostenibilidad de la vida? Creo que el pensamiento feminista está extendiéndose en nuestra sociedad de una forma muy relevante en muchos espacios. Creo en el potencial de cambio de todas las mujeres que en Euskal Herria y en el mundo. Sé que el camino va a ser largo, y que aunque la sostenibilidad de la vida como concepto podrá ser superada, su esencia de vivir de forma más coherente y de ir creando relaciones más justas, feministas y anticapitalistas es algo que ya está en marcha y es imparable. En nuestras manos está seguir trabajando y construyendo un mundo más justo desde hoy, luchando en la teoría y en la práctica a su vez contra las injusticias y desigualdades.

9


CRÓNICA DESDE NAFARROA Crónica desde Nafarroa Asun Fernandez de Garaialde y Bakartxo Ruiz

Violencia contra las mujeres: De las palabras a los hechos

L

a violencia contra las mujeres tiene múltiples caras y expresiones. Nos afecta a todas las mujeres a lo largo de todas nuestras vidas, seamos jóvenes, mayores, migrantes, trabajadoras sexuales, políticas, banqueras o cajeras de supermercado. La violencia machista se ejerce en los hogares pero también en los espacios públicos, a través de distintos comportamientos violentos y machistas de distinto tipo e intensidad. La violencia contra las mujeres no se ciñe a comportamientos y actitudes aisladas de algunos hombres. Se trata de un problema estructural, de un modelo social patriarcal y,

10

por ello, es preciso abordar la desigualdad estructural entre hombres y mujeres. No avanzaremos si sólo nos remitimos a actuaciones desde un punto de vista jurídico, asistencial y policial. La violencia contra las mujeres no sería posible sin unos mecanismos de socialización que la justifican, la legitiman y la hacen posible, posibilitando que la violencia se interprete consciente o inconscientemente como justa, necesaria o inevitable. De esta manera, la religión, el lenguaje, los medios de comunicación, la familia y la educación se erigen como una parte importante de los


CRÓNICA DESDE NAFARROA

mecanismos de socialización que contribuyen a perpetuar la violencia. Por eso es imprescindible establecer las bases de un futuro en igualdad y avanzar en la coeducación. Además de establecer medidas concretas para actuar ante la violencia contra las mujeres, hay que realizar un amplio plan que abarque al alumnado y profesorado, que incida en juegos, material escolar, familias y personal no docente. Y respecto a las medidas de conciliación, creemos que deben estar basadas en la responsabilidad de mujeres y hombres, no en medidas de conciliación para mujeres. De ahó la importancia del papel de la educacióncoeducación. Respecto al anteproyecto de ley que se está debatiendo en Navarra, creemos que es un buen punto de partida, y valoramos el proceso participativo llevado a cabo. Sin embargo, no sabemos si se van a recoger

las distintas aportaciones ni cómo, si los grupos parlamentarios vamos a poder realizar aportaciones, ni si se va a debatir en el Parlamento antes de acabar la legislatura, o, si como nos tememos, ni siquiera se va aprobar y si se está utilizado un tema tan sensible para sacar rédito político. Hemos participado en los grupos de trabajo y hemos realizado múltiples aportaciones. Por ejemplo, hemos exigido que se garantice la atención a grupos de discriminación múltiple, y hemos incidido en la formación adecuada desde la pespectiva de género a todas las personas que trabajan con mujeres maltratadas y en diversos ámbitos. Pero todo ello debe partir de una premisa fundamental: debe existir un compromiso de Gobierno al más alto nivel, con dotación presupuestaria suficiente y con el compromiso de adoptar unas políticas públicas con enfoque de género. Es decir, pasar de las palabras a los hechos.

11


CRÓNICA DESDE MADRID Crónica desde Madrid Onintza Enbeita

Cómo nos han convertido en propaganda para las elecciones Gallardón estaba obsesionado con la ley del aborto. Desde que entró en el Ministerio de Justicia nos amenazó aquí y allá, en los periódicos o en el Consejo de Ministros, en las preguntas de respuesta verbal y en sus declaraciones, afirmando reiteradamente que se iba a negar el derecho al aborto, aún en los casos en los que la salud del niño estuviera en peligro.

L

a primera legislatura de Rajoy está ya casi acabada. Nos gustaría que así fuera, pero no sabemos si será la última. Nos gustaría que así fuera, pero no parece que vaya a ser la última legislatura en la que nos sometan a las equívocas decisiones del Gobierno de España. El Partido Popular ha aprobado cuantos decretos de ley y reformas ha querido, pero hay algo que se le ha atragantado de alguna manera: el aborto. El aborto, en sí mismo, no es una reivindicación de nadie. Porque hablar del aborto, en abstracto, es desfigurar el debate. Lo que está en tela de juicio es el derecho a abortar: lo que se quiere impedir es poder abortar cuando la mujer así lo desea o lo necesita.

12 12

El objetivo de Gallardón era derogar la ley que el PSOE aprobó en 2010, y el movimiento feminista en particular, pero también las mujeres en general, no estábamos dispuestas a aceptarlo. Al contrario, tal y como habíamos reivindicado en 2010, pese a constituir un avance, esa ley no es suficiente. La ley de 2010 nos deja mejor paradas que la de 1985, pero todavía, ateniéndonos a esa ley, el derecho a abortar no está garantizado al 100%. Por lo tanto, no apoyaremos el hashtag que se ha impulsado desde el PSOE: #quenonostoquenlaley. Nosotras decimos que nos la toquen, pero para avanzar, no para ir más atrás de lo que estamos. De todos modos, la valentía demostrada por el movimiento feminista y su actitud para hacerse con la calle, frustró las intenciones de Gallardón. La ilusión de diversos colectivos de mujeres de Madrid, me hizo pensar que también en Euskal


CRÓNICA DESDE MADRID

Herria se iba a vivir algo similar, y así fue. Pero el PP no decía nada claro, y el rumor llegó hasta nosotras: no bajemos la guardia. Gallardón se marcha sin ver cumplida su obsesión, pero es probable que lo intenten por otra vía en su obstinación. Porque el PP ha puesto sobre la mesa los derechos de la mujer en época electoral. La única ley dispuesta a ser cumplida de la campaña electoral propuesta en aquel 2011 es la ley de supresión del derecho a abortar. Con todo, viendo cómo han ocurrido las cosas, no es casualidad que de cara a mayo, una vez más, se haga un esfuerzo propagandístico para poner límites al derecho a abortar. No sabemos cuándo será debatido ese tema en el pleno. Puede ser que se debata antes de las elecciones y puede ser que no. Lo que han hecho, una vez más, es disfrazar la negación de nuestros derechos y llevarla a las primeras páginas. Y cuando hablamos de violencia de género, debemos hablar de la reducción de las partidas económicas. Están por nosotras, nos quieren ayudar, nos quieren proteger..., pero no destinan partidas económicas para ello, establecen tasas judiciales, llenan de obstáculos las vías de denuncia... Sólo tenemos valor en las elecciones para estos derechistas: para bien o para mal, pero sólo en las elecciones. Cuando miran a la extrema derecha, hablan en contra del aborto, cuando miran más al centro, contra la violencia de género. Después, en la realidad, llenan la Comisión de Igualdad de propuestas no de ley que no sirven para

nada: mujeres y hombres deben tener el mismo sueldo, las mujeres inmigrantes deben integrarse..., pero sin ninguna medida concreta. Y así pasan nuestros días: cada vez que llegan las elecciones nos aferramos con fuerza a nuestros derechos, pero con estas gentes no hay manera de saber. Este año, tenemos al menos dos procesos electorales, sin tener en cuenta las elecciones andaluzas, por lo que esperamos que el día 31 de diciembre no padezcamos más recortes, por lo menos en lo que a los derechos se refiere.

13


MICROMACHISMOS

MICRO MACHISMOS, O POR QUÉ EL TAMAÑO NO IMPORTA Irantzu Varela

C

uando algo no nos gusta, y nos da miedo no poder cambiarlo, hacemos como que no está, le quitamos importancia… o le cambiamos el nombre. Cuando no consigo estar a gusto dentro de mi cuerpo, andar tranquilamente sola por la calle, vivir sin miedo, que me traten como a una profesional en el entorno laboral, relacionarme en pie de igualdad con mis amigos, con mis compañeros, con los desconocidos, con mis amantes… viene Luis Bonino a decirme que eso son “micromachismos”. De entrada, el nombre no me gusta, por el diminutivo. Pero, poco a poco, lo voy entendiendo. El sistema de dominación patriarcal en el que vivimos, todavía, en Euskal Herria en 2015, no podría mantenerse si las macroestructuras no se sostuvieran en

14

microestructuras cotidianas. Las mujeres –y los hombres que entiendan el significado de la solidaridad- no toleraríamos los niveles de violencia contra las mujeres, la monopolización de los espacios de poder por parte de los hombres, la

desproporción evidente en el reparto de los cuidados, la crianza y el trabajo doméstico entre unas y otras, y las intolerables diferencias en las condiciones laborales de las mujeres, si no fuera porque todos los días, las pequeñas dinámicas cotidianas nos hacen creer que esto es “lo natural”. Decía Lukes que “no hay poder más perverso que el que hace parecer la desigualdad el estado natural de las cosas”, y digo yo que no hay sistema de dominación más perverso que el patriarcado, que nos hace creer a las mujeres que estar en posición de subordinación es nuestro estado natural, y a los hombres que gozar de privilegios es su estado natural. Pero como tampoco es que somos tontas, ni ellos unos cabrones malvados, el patriarcado se disfraza de naturalidad para que nos mantengamos cada cual en su sitio, reproduciendo un sistema que nos impone una forma de ser, de querer, de movernos y de vernos.


MICROMACHISMOS

Aunque “solo” una de cada tres mujeres europeas hemos sufrido alguna agresión sexual, todas las mujeres de Europa, de Euskal Herria y del mundo, sufrimos cada día opiniones que no hemos pedido sobre nuestro cuerpo (los horteras los llaman “piropos”), juicios sobre nuestro aspecto que buscan invisibilizar cualquiera de nuestras capacidades, que no se refieran a responder a un determinado físico, y la imposición de un modelo de belleza inalcanzable, indeseable, consumista e impuesto. Y eso nos quita la soberanía sobre nuestro cuerpo. Aunque nadie parece conocer a ninguna mujer que cobre menos en el trabajo por serlo, la realidad es que en Euskal Herria, las mujeres cobramos un 24% menos. Y somos mucho más de la mitad de las pobres, de las paradas, de las personas que no tienen ingresos. Y no estamos en las jefaturas, en los consejos de administración, en los espacios de decisión… la mayoría no hemos visto ni siquiera el “cristal” del techo.

Aunque en Euskal Herria las asesinadas el año pasado no llegan a la decena, demasiadas aguantamos relaciones basadas en el control, la violencia de baja intensidad, los gritos, el desprecio, los celos. Demasiados hombres creen que querer es poder, es limitar, es dejarla fregar, cuidar, limpiar, trabajar en casa como si cobrara un sueldo. Aunque no le toquen un pelo. Aunque en Euskal Herria se denuncian “pocas” violaciones, son muchas las que tienen que repertir el “no” hasta la saciedad, las que creen que –ya llegadas hasta ahíno pueden parar, las que se ven regateando el condón, la práctica sexual, las veces, los huecos. Aunque ningún hombre se piensa agresor, maltratador, violador, discriminador, machista -al menos-, la verdad es que existen en nuestra sociedad, todavía, demasiadas actitudes relacionadas con la masculinidad que se basan en los privilegios -que siempre se

tienen a costa de quienes tienen menos derechos-. Opinar siempre, mandar callar, creer que la sobrerrepresentación masculina es casual, dar la fuerza, el carácter, la valentía y el poder de decisión por hecho; creer que el desear te da derechos, pensar que un “no” a veces es incierto, querer ser siempre el jefe, el listo, el experto, el razonable, el cuerdo; no preguntar, no pedir permiso, no admitir errores, no pedir perdón, no protestar si tu compañera no cobra el mismo sueldo; burlarte del físico de las mujeres, no cocinar, no fregar, no ir a buscar a las criaturas al colegio… Ser un machista es todo eso. Y los machistas, explican la existencia de agresores, maltratadores, violadores, porque esos son sólo machistas, actuando en determinado contexto. Nosotras no podemos solas. Necesitamos que dejéis de mandarnos, de no escucharnos, de violarnos, de insultarnos, de pagarnos menos; de no responsabilizaros del cuidado, de la limpieza, de la crianza; que vayáis a buscar a las criaturas al colegio. Necesitamos que hagáis todo eso, y que dejéis de hacer todo lo que nos mantiene subordinadas, todo lo que os supone “disfrutar” de los privilegios que habéis robado a nuestros derechos. Pero, sobre todo, necesitamos hombres y mujeres que no crean que hay machismos pequeños. Que no toleren, que no se callen, que no les quiten importancia, que no se rían, que no sean cómplices, que no naturalicen la desigualdad, la violencia y el miedo. Los micromachismos son tan grandes, que sostienen la estructura patriarcal. Con ella, de golpe, no podemos. Pero seremos invencibles si no dejamos pasar ni a uno de sus cómplices pequeños.

15


MICROMACHISMOS

La escuela de buenos tratos, el contrapunto de los micromachismos una experiencia práctica

T

al y como ha destacado Irantzu Varela en el artículo anterior, las macroestructuras del patriarcado se sustentan sobre las microestructuras, recordando que el patriarcado es un sistema que instalado tanto fuera como dentro. Lo interiorizamos, lo naturalizamos, y lo recreamos día a día, constantemente, sin ser conscientes de ello en la mayoría de los casos. Es por ello necesario trabajar las dos dimensiones, lo macro y lo micro, para lograr la igualdad real. Por tanto, entran en juego nuestros pensamientos, prácticas y actitudes. Aun no siendo el único frente de batalla, para cambiar el mundo debemos también cambiarnos a nosotras mismas, mujeres y hombres. Esta reflexión fue la que provocó hace unos 7 años la creación del programa Harremonak en Hernani. Se trata de un programa promovido por el Ayuntamiento que se realiza en todos los centros escolares de la localidad, programa que se está extendiendo a

más localidades guipuzcoanas, con la ayuda necesaria de una pequeña cooperativa de expertas y facilitadoras, que pese a su pequeño tamaño, está realizando una gran labor: colaborando ayuntamientos y centros escolares para trabajar de forma consciente las relaciones entre las personas. Porque las relaciones también se aprenden; nuestros pensamientos, sentimientos, maneras de actuar, modos de relacionarnos y actitudes también se aprenden. Irantzu Varela nos recuerda que el patriarcado se disfraza de naturalidad, a fin de que pensemos que las cosas son siempre han sido así y asumamos las desigualdades como algo normal. Por tanto, si las relaciones forman parte de un aprendizaje, ¿por qué no las trabajamos de una manera consciente? A ello responde, precisamente, el programa Harremonak. En clase, se reflexiona sobre los prejuicios y los es-

tereotipos. ¿Cómo somos las chicas? Y ¿cómo somos los chicos? O, mejor dicho, ¿a qué nos debemos parecer? ¿Qué características debemos reunir? ¿Somos diferentes, sentimos de manera diferente? Sobre todo ello reflexionan chicas y chicos en las clases, avanzando mediante la reflexión personal y colectiva. El objetivo es reforzar los buenos tratos, superar las relaciones de poder y lograr relaciones más justas, basándose en una metodología que se basa en el placer, el juego y los buenos tratos. Los facilitadores de Harremonak remarcan la importancia de que nos demos cuenta de que somos grandes en nuestra pequeñez, es decir, que seamos conscientes de ese poder que poseemos; porque necesitamos mujeres y hombres que crean que no hay machismo pequeño, tal y como nos acaba de recordar Irantzu Varela, personas que formen la red de buenas relaciones, en lugar de pequeños cómplices del patriarcado. Además del alumnado, el profesorado y madres y padres han comenzado también a participar en Harremonak, así como diversos colectivos de la localidad. El objetivo es continuar y extender esta reflexión, junto con la red de buenas relaciones, para extender, también, nuevos modelos de relación basados en la igualdad. Una vez sembrada la semilla, el proceso no se detiene. Han surgido grupos formados por jóvenes que han participado en la experiencia para poder continuar desarrollando esta labor en la localidad, otras jóvenes se han implicado en el movimiento feminista que ya existía, etc. Al parecer, la chispa generada en el aula hace que prenda algún fuego interno, y muchos fueguitos hacen un fuego grande.

16


EMAKUMEON MUNDU MARTXA

EUSKAL HERRIKO EMAKUMEON MUNDU MARTXA

E

n 1995, el movimiento de mujeres de Quebec celebró la marcha Pan y Rosas, recogiendo la adhesión de 15.000 personas a lo largo de diez días. Las adhesiones y alianzas tanto locales como internacionales fueron el origen de la Marcha Mundial de las Mujeres. La primera marcha se celebró en el año 2000 en torno a dos reivindicaciones, la pobreza y la violencia sexista, con el objetivo de crear una red feminista mundial, que tuviera una influencia tanto global como local. Además, se planteó la necesidad de desarrollar un plan integral de educación y formación con el propósito de activar la conciencia feminista. Esta primera marcha que partió desde Quebec y Ginebra, terminando en New York, también paso por Euskal Herria. Durante el verano y comienzos de otoño de ese mismo año, una plataforma plural formada por más de 40 grupos realizó numerosas acciones a lo largo y ancho de toda Euskal Herria. La marcha siguiente, cinco años después, significó un paso importante para Euskal Herria. Por un lado, supuso la posibilidad de participar como pueblo en una red internacional y, por

otro, pudimos participar en la elaboración de la Carta de las mujeres para la humanidad, donde se recogieron los valores centrales que tendrían que regir la organización de nuestras sociedades desde una perspectiva feminista, desde el después surgió la carta de los derechos de las mujeres de Euskal Herria; sin olvidar que Euskal herria fue muy activa en la marcha de relevos que se realizó por todo el mundo. La marcha que empezó en Karrantza pasó por todos los herrialdes para dejar relevo en Marsella y en ella participaron más de 10.000 mujeres de Euskal Herria. Cinco años más tarde, en el 2010, se realizó la tercera marcha mundial de las mujeres. En esta ocasión, la marcha se centró en cuatro campos de actuación principales: el bien común y la soberanía alimentaria, la paz y la desmilitarización, el trabajo de las mujeres (tanto el visible como el invisibilizado) y la violencia hacia las mujeres como herramienta de control de los cuerpos, la vida y la sexualidad de las mujeres. Euskal herria también participó en esta marcha, recorriendo pueblos y ciudades, recogiendo sendos murales en cada una de ellas, hechos por

mujeres, que cosidas una con otra se convirtieron en un gran manto que se llevó, siguiendo la marcha, al Congo. El trabajo de la Plataforma Mundial de las Mujeres de Euskal Herria nos ha dejado frutos importantes: la Carta de los Derechos de las Mujeres de Euskal Herria, por un lado, y el protocolo de respuesta a la violencia sexista que se aplica en los municipios ante las agresiones y asesinatos machistas. La cuarta marcha mundial de las mujeres se celebrará este año, comenzando con el 8 de marzo y terminando con el 17 de octubre, bajo la reivindicación principal “nuestros cuerpos, nuestros territorios”. En Europa la caravana feminista partirá desde Kurdistán, el 8 de marzo, y finalizara su recorrido en Coimbra, el 17 de octubre, pasando por Euskal Herria entre el 28 de septiembre y el 4 de octubre. Apostamos crear redes de mujeres de todo el mundo para poder construir alternativas feministas frente al modelo capitalista y heteropatriarcal. ¡Seguiremos en marcha hasta que todas seamos libres!

17


ES LA HORA DE LA VOLUNTAD POPULAR

EM AK UM EO N

NAZ IOAR TEKO EGU NA

NES: M O V IL IZ AArCriaIO d ga - DO NO ST IA 12 :30 . Bo ule var

BIL BO 13 :30 . Pla za llo - GA ST EIZ 12 :30 . Sa n An ton IRU ÑE A 12 :00 . Pla za de l Ca sti mu ch os otr os lug are s HA ZP AR NE 11 :00 . Pla za. - y en

LA PALABRA Y LA DECISIÓN ES DE

LAS MUJERES


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.