Eidico en Ruanda

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IMMACULÉE ILIBAGIZA

DESDE RUANDA HASTA TIGRE

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mmaculée Ilibagiza estuvo en Buenos Aires en el mes de octubre pasado. Y pasó por Eidico. Más de ochocientas personas nos acomodamos en nuestro salón de usos múltiples para escuchar su mensaje de misericordia y de perdón. Immaculée sobrevivió al genocidio ocurrido en Ruanda en 1994. A fuerza de oraciones y una inquebrantable fe, pasó noventa días encerrada en un baño con siete mujeres más. Cuando salió visitó a los hombres que mataron a dos de sus tres hermanos, y a su padre y a su madre y los perdonó. Sobrevivir para contarlo, el libro que publicó con Ediciones Logos, fue su carta de presentación para con nosotros. Y una vez que conocimos su historia fue imposible guardárnosla para nosotros solos. Y la invitamos a nuestra casa para que diera testimonio a nuestros amigos, empleados, clientes y sus familias. Los que allí estuvimos recibimos mucho y nos fuimos diferentes. Ese día algo cambió para nosotros. De ahí en más pasaron muchas cosas, la más importante es que viajamos a Ruanda invitados por ella. Un viaje de ida que nos dejó la puerta abierta para volver una y mil veces más. Si querés leer sobre la charla en Eidico entrá a www.revistatigris.com.ar y encontrala en nuestra sección Eje Humano.

Immaculée en Eidico revistatigris.com.ar 1


fe

PEREGRINOS

RUANDA, TIERRA BELLA Y BENDECIDA Una peregrinación hacia el corazón mismo de África, a un país que fue testigo de uno de los genocidios más sangrientos de la historia, pero que también fue elegido por la Virgen María para traer el mensaje de amor más grande. Un legado comprobado y aprobado por la Iglesia, que habla de acción pura. Hasta aquí vinimos, y de aquí volvimos colmados. TEXTO Y FOTOS: ROSARIO LANUSSE


Postales de un viaje que tuvo fecha de inicio, pero que sabemos no terminarรก nunca. Porque de Ruanda volvimos diferentes. Y porque de ahora en mรกs sabemos que tenemos un mensaje por difundir.


R

uanda -la tierra de las mil colinas, de rojos caminos y de verdes fluorescentes- nos recibió con los brazos abiertos y, en menos de una semana, nos llenó el alma y el corazón. Dicen que cuando Dios sale de viaje por el mundo, lo recorre tranquilamente y luego viene a Ruanda a descansar. Y ese dicho debe ser cierto. Ruanda es sinónimo de montañas y valles, y de tierra sembrada y surcada. Ruanda es descubrir un nuevo paraíso en cada esquina. Es un paisaje bello detrás de otro, es la repetición de imágenes que quitan el aliento e invitan a la contemplación pura. Llegamos y nos enamoramos. Así de mágico, así de sencillo, así de cierto. En Ruanda duele la cara de tanto sonreír; aquí la gente que cree, cree en serio. Su fe es inmensa y su devoción, ejemplar. Aquí a uno se le encoge el corazón, y se siente pequeño ante tanta grandeza. Porque aquí son felices con muy poco. Porque aquí el mayor esfuerzo está puesto en cultivar el espíritu y la voluntad. Y porque aquí las personas son vírgenes de contaminación material, de tecnología y de consumismo. En Ruanda es considerado grande lo que no se ve. Aquí los ojos están puestos en el cielo, y los pies en la tierra. Una tierra caminada, y recorrida por cientos y miles que vienen y que van. Eso es lo que vimos. Eso es lo que experimentamos. Pero vayamos de a poco, y empecemos por el principio. >>

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Anathalie

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+ APARICIONES EN PRIMERA PERSONA

IMMACULÉE DIX IT:

¿VIENEN A RUANDA? Una pregunta sencilla y clara, sin segundo sentido. Una interpelación directa. Tres palabras que sonaron a locura y que fueron decantando con el paso de los días. Una invitación que al principio sonó a compromiso (“seguro se lo dice a todos los que conoce para ver si alguno pica el anzuelo”, pensamos), y que a fuerza de momentos compartidos, descubrió a una mujer que no da puntada sin hilo, que perdió a toda su familia en el genocidio ocurrido en 1994 y que a pesar de eso sonríe, y canta, y cree. Que tiene una fuerza de voluntad admirable, que desparrama alegría y transmite una fe inquebrantable. Una mujer que consigue todo lo que se propone. Claro, esa primera pregunta suya, que parecía inocente, en realidad no lo era tanto. Ella sabía lo que quería. Ella tenía un propósito, y nosotros estábamos en su mira (y en sus redes), y su intención fue convertirnos en instrumento de algo más grande. Y así se empezó a escribir esta historia, que seguro tendrá miles de capítulos más.

SUS BASES

“GUIADA POR LA FE” Immaculée Ilibagiza nació en Ruanda, en el seno de una familia católica, conformada por sus padres y tres hermanos varones. Una familia en la que rezar juntos era cosa de todos los días. Una familia en la que se sintió protegida, amada, y que le dio el tesoro más grande que un padre puede dejar a sus hijos: la fe. Sólo tenía once años cuando en Ruanda se empezó a correr la voz de que la Virgen María se le estaba apareciendo a unas niñas de un colegio secundario en Kibeho (una aldea no muy cerca de su casa y que estaba un poco más al sur). Fue su padre quien los reunió alrededor de la mesa y les dio la buena nueva, y fue también él el primero de todos en unirse a una peregrinación a la tierra elegida, para presenciar en primera persona lo que tantas veces habían escuchado a través de cintas grabadas. Alphonsine Mumureke, Anathalie Mukamazimpaka y Marie Claire Mukamgango hablaban con la Virgen María. En ese orden, la Santa Madre, se les fue apareciendo, y en las tres se repitió la misma variable: las alumnas sufrían una convulsión y entraban en una especie de trance que duraba lo que duraba su intercambio con María. Luego, al final se desvanecían y perdían la conciencia. >>

El 26 de noviembre de 2015 llegamos al santuario a media mañana. Rezamos un rato solos y salimos a mirar los alrededores. Caminando en dirección al colegio que está ubicado justo detrás, Immaculée llamó a la puerta de una pequeña habitación y entró. Pocos minutos después salió seguida por una mujer de caminar tranquilo, manos entrelazadas sobre el pecho y una gran sonrisa. Anathalie Mukamazimpaka es aquí conocida como la segunda visionaria a la que María se apareció algunos años atrás. Nacida en una familia católica grande y devota, era una joven piadosa, miembro de varios grupos juveniles católicos. La Virgen se le apareció por primera vez el 12 de enero de 1982 y le preguntó si ella se ofrecía de voluntaria para llevar su vida al servicio de Dios. “Tantas almas van corriendo hacia la ruina, que necesito tu ayuda para llevarlas de regreso a Mi Hijo”, le dijo. Y continuó: “debes aceptar el sufrimiento que te envío con alegría, amor y paciencia”. Aquél día ella aceptó con agrado su misión. Pero volvamos a este noviembre de 2015… Anathalie está parada frente a nosotros y, uno por uno, nos saluda con un beso (somos más de treinta). Luego de conversar un momento, nos dice que nos espera al día siguiente para una charla más tranquila. Y así lo hicimos. Esta vez Anathalie nos recibe en una habitación amplia, con una imagen de la Virgen a su izquierda e Immaculée a su derecha (su traductora durante las dos horas que allí estuvimos). El tiempo pasó volando, demasiado rápido como para poder digerir un mensaje de semejante magnitud. Su tono de voz es tan bajo que debemos esforzarnos para escuchar. Su voz es casi un murmullo, y su timbre propio de una niña y no de una mujer de cincuenta. A eso se suma que el idioma que aquí se habla, el kiñaruanda, suena a palabras cortas, casi cantadas y de poca gesticulación (casi no despega los labios). Antes de comenzar a relatar nada, Anathalie nos agradece por haber venido hasta acá, y bromea en su idioma con Immaculée. Juntas ríen de algo que no comprendemos, pero nosotros reímos igual. Semejantes mujeres, una al lado de la otra, no provocan otro efecto más que el de una sonrisa que acalambra el rostro. Murmura, e Immaculée nos dice que ella ora por la paz en el mundo. Y así, con esa introducción comienza a hablar…

EN PRIMERA PERSONA Explica que primero se va a presentar, nos dice su nombre y aclara que María se le apareció a ella con sus amigas Marie Claire y Alphonsine. Tal como las palabras salieron de su boca esa mañana, escuchamos lo que sigue: “Primero a Alphonsie. Fue aquí (señala la habitación). Luego a mí, y luego a Marie Claire. Al principio no entendimos qué significaba. La


primera vez estábamos comiendo y Alphonsine se puso a hablar con alguien a quien no veíamos. Fue el 28 de noviembre al mediodía (de 1981). Ella se movió de su silla y se arrodilló. Estaba diferente, parecía más linda y comenzó a cantar canciones de la Virgen. Muchos pensaron que había sido atacada por el demonio, que no era normal (…) Después de hablar como quince minutos con María, cayó al suelo y quedó postrada unos minutos. Vino la directora del colegio a ver qué pasaba, y Alphonsine le dijo que había venido la Madre de la bondad. Al principio no entendimos qué quería decir. Era raro que se apareciera en el comedor y no en la capilla. Miraba hacia arriba y nosotros no veíamos nada en el cielo. ¿Qué miraba? Esta casa donde estamos (señala la habitación) era el dormitorio y la Virgen se aparecía aquí. Vino como un mes y medio, pero nunca vimos ningún signo del cielo”. Luego de una pausa, continúa su relato: “El 12 de enero de 1982 vino por primera vez a mí. Me fui a acostar porque no me sentía bien y me puse a rezar el Rosario. Siempre me gustó rezar el Rosario, pero ese día estaba asustada, no me sentía bien y no lo disfruté. Creí que tenía malaria. Y de repente, vi en el atardecer una gran luz y una persona humana que venía hacia mí. En ese momento, no me di cuenta si estaba en mi cuarto o dónde más, sólo vi una persona de cuatro metros de altura. Me dijo: Anathalie, my child (…) Había mucho pasto, y ahí caí. Ella dijo, repitiendo tres veces: reza, reza, reza por el mundo porque está en mal estado (…) No creí que fuera María porque siempre la había pensado sentada en el cielo. Y me dijo que las cosas del mundo pasan rápido y que iba a sufrir mucho en mi vida. Yo estaba asustada, pero a la vez estaba feliz por ver a esta hermosa persona. Tenía un vestido blanco y la luz era blanca y muy suave (…) Cuando le pregunté quién era me pidió que rezara, y me dijo que me daría su bendición y me diría quién era la vez siguiente. Recé un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria. Ella levantó su mano y me bendijo como lo hacen los sacerdotes. Se empezó a alejar mirando hacia atrás hasta que desapareció. Cuando se fue me di cuenta de que estaba arrodillada al lado de mi cama en mi dormitorio, que estaba ubicado donde hoy hay una pequeña capilla (justo al lado de donde nos encontramos). Al mirar hacia arriba vi que estaba rodeada de chicas que me miraban y me preguntaban: ¿viste a María también? No les dije mucho, sólo les pregunté por qué estaban en el cuarto y cómo habían llegado ahí. Y ellas dijeron: te vimos teniendo una aparición y fuimos a llamar al resto. Como Alphonsine no había contado mucho porque todos se burlaban de ella, querían que yo les dijera lo que había visto. La directora dijo: si era María decíle que me mande una señal porque si no te voy a echar del colegio (…)”. Y Anathalie continúa relatando los momentos que debieron enfrentar ella y Alphonsine al principio porque las demás estudiantes las atormentaban y las perseguían. Todas, lideradas por Marie Claire Mukamgango (la tercera niña a la que María se le apareció aquí en Kibeho), negaban que fuera cierto que la Madre del Cielo las visitaba. Aclara que la directora aprobaba ese comportamiento y dejaba que sus compañeras las agredieran físicamente durante las apariciones (las pinchaban con agujas, las quemaban y ellas no sentían absolutamente nada). “El dolor venía después, cuando la Virgen se iba”, aclara.

“ENVUÉLVETE EN LOS TESOROS DEL CIELO PORQUE LAS COSAS DE LA TIERRA PASAN RÁPIDO”. La situación se mantuvo así, orquestada por Marie Claire, hasta que el 22 de marzo de 1982, María se le apareció también a ella. “La Virgen traía el Rosario de los Siete Dolores en la manos. Consultó: si no conoces este Rosario, yo te lo voy a enseñar. Y así lo hizo porque ella no lo conocía”. Desde entonces nadie más las molestó. Ya no tenían líder en este crimen de persecución. “Lo mejor para todo el mundo fue que ella cambió su actitud por completo y pasó a ser justamente la que enseñaba el Rosario de los Siete Dolores a los estudiantes. El problema eran las directoras y maestras”. Y cuenta que luego se les apareció a las tres juntas en la capilla. Ese día ocurrió un milagro frente a quienes allí estaban. “Vimos una gran estrella. La directora dijo que era la primera vez que veía a María en una forma diferente. Desde ese día nadie más nos persiguió”. La primera aparición pública fue el 23 de mayo de 1982. Y luego, la Virgen siguió apareciendo y adelantándoles las fechas en que lo haría. La gente venía desde todo Ruanda en peregrinación para presenciarlas. El 28 de noviembre de 1989 fue la última vez que se apareció públicamente aquí en Kibeho. Desde entonces, ese día se festeja la fiesta de Nuestra Señora de Kibeho (recordando que ese día María vino por primera vez a esta tierra y que eligió el mismo día para hacerlo por última vez varios años después). Hoy, Anathalie permanece en Kibeho, rezando y enseñando a rezar el Rosario de los Siete Dolores. Alphonsine vive en un convento en Europa. Y Marie Claire fue asesinada junto con su familia durante el genocidio de 1994.

“FLORES DE MI JARDÍN” Anathalie describe a María como de una belleza imposible de describir. “Ni negra, ni blanca, diferente”. Tan linda que afirma no encontrar palabras para hablar sobre semejante belleza, que sobrepasa todo lo conocido en la Tierra. Y nos cuenta que cada vez que ella venía había muchas flores a su alrededor; flores que eran en realidad las personas que estaban allí auto convocadas para presenciar las apariciones. Había flores de colores fuertes y muy sanas, flores descoloridas y más débiles, algunas estaban secas. De nuevo, los colores no eran de esta Tierra. La paleta no era la misma que nosotros conocemos.


Anathalie + APARICIONES EN PRIMERA PERSONA

En una ocasión María pidió a Anathalie que fuera hasta el arroyo a buscar agua para regar sus flores. “Ella desde el cielo miraba mientras nosotras regábamos sus flores. Rieguen todas, todas. Las que están secas también, nos decía. Y pedía que diéramos mucho agua a las más débiles y a las más secas. Y así lo hicimos. Nos hablaba en kiñaruanda”, explica. Entre risas aclara que la Virgen hablaba muy bien su idioma. Y explica que el agua que Ella les daba representaba sus rezos. Tenemos que rezar por todos, al igual que debemos darle agua a todas las flores. Las flores lindas representan a la gente que es buena para los demás y para Dios. Las débiles son aquellas personas que no son fieles en su fe, que cambian en sus acciones, que a veces son buenas y a veces, malas. La secas encarnan a las personas que necesitan cuidados especiales ya que pecan permanentemente. Y Ella nos pide que seamos lindas flores, que amemos a Dios y a las personas. Nos convoca a ser conocidas como personas que cuidamos nuestro corazón. Nos pide que tengamos fe. Las lindas flores viven los sacramentos y desparraman la noticia de Dios. Y el mensaje de la Virgen, dado aquí en Ruanda pero para el mundo entero, es una invitación a recorrer este camino, y a convertirnos en las flores más bellas de su jardín santo. “La Virgen se nos apareció a nosotros, pero nos dejó ver que el mensaje es para todos y para los que quieran oírlo. Incluso ustedes son ahora gran esencia”, remató Anathalie, dirigiéndose a quienes estábamos allí con ella escuchándola.

EL VALOR DEL SUFRIMIENTO Un mensaje importante que la Virgen le encomendó transmitir a Anathalie refiere al valor del sufrimiento. En ese hablar tranquilo y pausado, sus palabras fueron sabios consejos. “Todos sufrimos y al sufrimiento hay que ofrecerlo para que los corazones del mundo cambien. En nuestro pesar debemos entender la angustia de María y de Jesús. Nadie vive en la Tierra sin sufrir. El dolor trae bendiciones, las mismas que recibe una madre después de un doloroso parto. La gente no entiende que es inevitable, y que el que busca sólo placer sufre más todavía que aquél que acepta el sufrimiento. Todos sufrimos, la diferencia está en cómo lo manejamos y en qué hacemos con ese sufrimiento. Asumimos nuestro sufrimiento para que otros puedan tener vida, igual que una madre. Y debemos rezar por los que sufren, y por los que hacen sufrir para que cambien sus corazones y no hagan sufrir a los demás. Si hacemos eso el mundo tendrá paz”. Su mensaje es una invitación a pasar por el sufrimiento con amor y ofreciéndolo; y si lo hacemos nos veremos reconfortados con bendiciones que vendrán después.

LA VIRGEN MARÍA LLEGA A RUANDA EN KIBEHO TODOS LOS CAMINOS CONDUCEN AL “SHRINE”. EL SANTUARIO ES UNA LINDÍSIMA CAPILLA DE LADRILLO A LA VISTA CONSTRUIDA EN LO ALTO DE UNA GRAN COLINA, JUSTO AL LADO DEL COLEGIO DONDE LA VIRGEN MARÍA VISITÓ A LAS TRES ALUMNAS EN LA DÉCADA DEL OCHENTA. LUEGO DEL GENOCIDIO DE 1994 EN EL QUE MURIERON MÁS DE UN MILLÓN DE PERSONAS, KIBEHO PASÓ A SER CONOCIDA COMO LA CIUDAD DE LA RECONCILIACIÓN. HASTA AQUÍ CAMINAN MILES DE PEREGRINOS CADA AÑO PARA ORAR FRENTE A LA IMAGEN DE NUESTRA

En 1999 Anathalie tuvo una aparición sola y privada. La encontró muy débil y con mucho pesar por el genocidio. Ese día la Virgen le dijo palabras que la fortalecieron y otras que no pudo comprender. Le pidió que confiara en ella más de lo que un niño pequeño confía en sus propios padres. Y ya nunca más volvió a aparecer. Desde entonces, todos los 12 de enero (día en que María se le apareció por primera vez), ella se prepara y se viste especialmente esperándola. Y nos despide diciéndonos que está feliz al ver que la gente viene hasta este altar con fe y cuenta que su mayor deseo es vivir cada día como la Virgen quiere que viva.

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SEÑORA DE KIBEHO. SEGÚN EL RELATO DE LOS VIDENTES, LA VIRGEN SE PRESENTÓ EN LENGUA LOCAL COMO “NYINA WA JAMBO”, QUE SIGNIFICA “MADRE DEL VERBO”, INVITANDO A LA CONVERSIÓN, A LA ORACIÓN Y AL AYUNO. A ESTA APARICIÓN TAMBIÉN SE LA CONOCE COMO NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES.



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La particularidad de estas apariciones está en que María adelantaba el día y la hora de la siguiente “cita”. Entonces la gente venía desde todos los rincones de Ruanda y de los países vecinos a presenciar las apariciones y a escuchar las conversaciones unilaterales (sólo escuchaban a las niñas, pero no a la Virgen). Momentos que quedaron registrados, y grabados por los miles de fieles y por los miembros de la comisión investigadora que luego aprobó las apariciones, las únicas comprobadas de todo el continente africano. En este contexto Immaculée creció con la feliz certeza de que la Virgen había elegido Ruanda para transmitir un mensaje al mundo entero. Un mensaje que llamaba (y que aún llama) a los hombres de todas las razas a orar, a abrir sus corazones y sus oídos. Un mensaje que dejó en claro que, si eso no ocurría, en Ruanda correría sangre. Un mensaje que deja como legado el rezo del Santo Rosario de los Siete Dolores de María. Un mensaje cargado de contenido y de sentido… Un mensaje que comenzó en boca de estas tres niñas y que siguió en la de otros videntes más. En 1994, cuando se desató el genocidio en Ruanda, Immaculée salvó su vida escondida noventa días en un baño con siete mujeres más. Allí, en ese encierro sintió fuertemente la presencia de Jesús, y recibió la gracia de salir de allí y poder perdonar a quienes asesinaron a su padre, a su madre y a dos de sus tres hermanos. El año pasado vino por primera vez a la Argentina a contar su historia. Y este año repitió la visita y vino a Eidico. Y así tuvimos la gracia de conocerla y de hacer propio su mensaje de amor, de misericordia y de perdón. Vimos en ella el milagro y el poder de la oración. Sin su fe y sin la ayuda divina, ella no podría ser la mujer que es hoy. Y mucho menos podría tener la capacidad que ella tiene para transmitir con sus palabras un mensaje que llama a los hombres a perdonarnos, a vivir unidos en el amor, y a rezar para desandar diferencias. Immaculée tiene en su haber varios libros: Sobrevivir para contarlo y Guíada por la fe (ambos de Ediciones Logos); y The boy who met Jesus y Nuestra Señora de Kibeho (Hay House).

“EL PODER DEL PERDÓN SE ENRAIZÓ FUERTEMENTE EN RUANDA, AHORA FLORECE UNA FE QUE CONMUEVE. EL AMOR DE DIOS ESTÁ HACIENDO VERDADERAMENTE DE RUANDA UN MILAGRO”. >>

28 DE NOVIEMBRE ------

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE KIBEHO EL 28 DE NOVIEMBRE SE FESTEJA LA FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE KIBEHO. ESE DÍA EN 1981, MARÍA SE APARECIÓ POR PRIMERA VEZ. Y ESE DÍA, PERO DE 1989, LO HIZO TAMBIÉN POR ÚLTIMA VEZ PÚBLICAMENTE. PEREGRINOS DE TODO RUANDA Y DE LOS PAÍSES VECINOS DE ÁFRICA CAMINAN HASTA AQUÍ CADA AÑO PARA SALUDAR A LA MADRE CELESTIAL. LA CELEBRACIÓN DE LA SANTA MISA DURA ESE DÍA ENTRE CUATRO Y CINCO HORAS. LA PRESENCIA DEL OBISPO EN EL ALTAR, ACOMPAÑADO POR MÁS DE CIENTO CINCUENTA SACERDOTES, LIDERA UNA CELEBRACIÓN MAYÚSCULA. ESTAR AHÍ, BABEL DE NACIONALIDADES Y LENGUAS ES VIVIR UNA VERDADERA FIESTA, EN LA QUE EL CIELO ES EL PROTAGONISTA. SEGURO ALLÍ TAMBIÉN ESTÁN DE FESTEJO.



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.Á F R I C A

RUANDA Ir detrás de Immaculée hasta Ruanda fue emprender una peregrinación desde el mismo momento en que “dimos el sí”. Un destino poco habitual, al que sólo se ingresa obteniendo una visa, con heterogéneas combinaciones de líneas aéreas en aeropuertos desperdigados en el mapa, largas esperas, pasajes sobrevendidos, y varias vacunas y antibióticos en cartera, hicieron que en este largo camino hasta Ruanda el común denominador del grupo fuera la entrega (y la alegría, y la fe, y la risa y, a veces, una que otra lágrima…). A Kibeho llegamos casi tres días después de haber salido de Ezeiza. Entramos a Ruanda por Kigali, su Capital. Allí, colectivo de por medio, nos esperaba un contingente de americanos (de varias edades, desde catorce hasta ochenta, algunos marido y mujer, madres e hijas, un cura), una chica de Brasil, Immaculée, su marido, su hija Niki y su cuñada Sauda (casada con Aimable, el hermano mayor de Immaculée). Un heterogéneo grupo que sería nuestra compañía durante la semana siguiente y que desde el minuto uno nos brindó una cálida acogida. Todas personas singulares y únicas, con historias de vida plagadas de pequeños milagros y la certeza de que el amor de nuestra Madre del cielo es capaz de mover montañas.

SOBRE RUANDA

“SENTÍ COMO SI DIOS HUBIERA ENVUELTO A RUANDA EN PAPEL Y ME LO HUBIERA ENTREGADO COMO UN REGALO”. PASO A PASO

Immaculée es de esas personas decididas, que va detrás de lo que cree y de lo que quiere, no importa lo que pase. Gracias a esa personalidad curiosa y perseverante, y una profunda fe, viajar con ella a Kibeho fue una oportunidad única para conocer los mensajes que la Virgen dejó en esta tierra bendecida. Ella fue para nosotros la mejor guía y de su boca escuchamos meditaciones que quedarán para siempre grabadas a fuego en nuestros corazones. >>

CONGO

POR LAS CALLES DE KIBEHO

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Kigali Kibuye

RWANDA

Kibeho

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EL GENOCIDIO

SU ECONOMÍA: EL 90% DE LA POBLACIÓN (ONCE

SEÑORA INICIARA UN IGITARAMO EN UNA DE SUS

MILLONES DE HABITANTES) SE DEDICA A LA AGRI-

APARICIONES DEMOSTRABA EN VERDAD QUE ELLA

CULTURA POR SUBSISTENCIA. RUANDA ES UN PAÍS

ERA LA SANTA MADRE DEL MUNDO ENTERO, Y QUE

AGRÍCOLA. EXPORTA CAFÉ, TÉ, MINERALES Y FLORES.

PODÍA ADAPTARSE A TODAS LAS CULTURAS Y COSTUMBRES.

EL TURISMO: ES EL SECTOR MÁS EN ALZA DE RUANDA, EN ESPECIAL EL ECOTURISMO, SOBRE TODO EN

DÍA DE LA REFORMA CÍVICA MENSUAL:

TORNO AL LAGO KIVU Y EL BOSQUE NYUNGWE, Y EN

EN RUANDA UNA LEY EXIGE A CADA RUANDÉS

EL PARQUE NACIONAL VIRUNGA, DONDE RESIDEN

DONAR UN DÍA AL MES PARA JUNTAR BASURA Y

LOS FAMOSOS GORILAS DE MONTAÑA.

LIMPIAR EL PAÍS.

IGITARAMO: ES UNA COSTUMBRE CASERA, ANTIGUA

MUJERES: EN LAS ÚLTIMAS ELECCIONES LA MITAD

Y VENERADA. DESPUÉS DE LA CENA LAS FAMILIAS SE

DE LOS POLÍTICOS ELECTOS FUERON MUJERES.

REÚNEN ALREDEDOR DE UNA GRAN FOGATA Y TRANSMITEN NOTICIAS DE OTRAS ALDEAS, O

SU HISTORIA: LA DE RUANDA ES UNA HISTORIA QUE

CUENTAN VIEJAS HISTORIAS. ES UNA OPORTUNIDAD

NOS PERTENECE A TODOS. EL ODIO, LA IRA, LA

PARA RESOLVER DISPUTAS, CONTAR CHISTES Y

DESCONFIANZA Y EL MIEDO ENTRAN EN NUESTRAS

ARREGLAR MATRIMONIOS. A PESAR DE LA COLONI-

VIDAS TODOS LOS DÍAS EN MILES DE FORMAS DIFE-

ZACIÓN, EL IGITARAMO SE SIGUE PASANDO DE

RENTES. PERO TODOS PODEMOS SER CURADOS A

GENERACIÓN EN GENERACIÓN Y ES SU FORMA MÁS

TRAVÉS DEL AMOR Y EL PERDÓN: UN PODER QUE

PRECIADA DE COMUNICACIÓN. QUE NUESTRA

ESTÁ SIEMPRE DISPONIBLE CUANDO TENEMOS FE.

Ruanda es famosa en la comunidad internacional por el genocidio ocurrido en 1994. Pero para comprender los hechos que rodearon esa época terrible es necesario entender que el conflicto se originó mucho tiempo atrás. Los conflictos tribales, la influencia de la época colonial y las disputas en países vecinos conformaron las circunstancias que condujeron a ese fatal desenlace. En menos de tres meses murieron entre ochocientos mil y un millón de habitantes (Tutsi) en manos de la mayoría Hutu. El suceso que desencadenó la violencia (que llevaba tiempo gestándose) tuvo lugar el 6 de abril de 1994, cuando el avión en que viajaban Juvénal Habyarimana, presidente de Ruanda, y Cyprien Ntaryamira, presidente hutu de Burundi, fue derribado cuando se disponía a aterrizar en Kigali. Los dos presidentes perdieron la vida al estrellarse el avión. La victoria de los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés y el derrocamiento del régimen hutu pusieron fin al genocidio en julio de 1994.


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No es tan común encontrar quien habla de las cosas de Dios con la certeza con la que ella lo hace. Única y especial, ha dedicado su vida a tratar de encontrar un sentido a la pregunta de por qué la Virgen María eligió Ruanda, este minúsculo país en el corazón de África rural para dejar un mensaje dirigido al mundo entero, un mensaje que hace eco a las poderosas verdades de los Evangelios. “Immaculée es como una flor que ha brotado del suelo de Kibeho”, dijo el Padre Leszek Czelusniak, nuestro anfitrión en el Centro de Formación Mariana “Cana”, donde nos alojamos. Y ella, con la humildad que la caracteriza, sostiene que en Ruanda siempre que un padre quiere llegar a sus hijos lo hace a través de la madre. Si hay que poner límites, le pide a ella que hable con los pequeños. Y lo mismo, cuando quiere alentar o felicitar, envía el mensaje a sus hijos a través de su madre. “Eso es justamente lo que la Virgen ha estado haciendo aquí en Ruanda: hablarnos a nosotros, sus hijos de las cosas de su Padre, y de las cosas de su hijo Jesús”, sostiene. Y así, con afirmaciones como ésta, caminamos Kibeho de punta a punta, a su lado. Verdades que de tan profundas jamás creímos hablarlas con la naturalidad con la que ella lo hace. En Ruanda, quien no es o fue vidente, ha presenciado las apariciones de María o ha sido testigo de innumerables milagros. Como quien no quiere la cosa, nos topamos por ejemplo con un sacerdote que fue el director espiritual de una de las videntes, o con una monja que era la directora del colegio cuando María se aparecía. De nuevo, como quien no quiere la cosa esta última ofreció bendecirnos con agua bendita, bendecida (valga la redundancia) directamente por la mismísima Virgen en una de las apariciones. Punto. Así nomás. No deben existir palabras capaces de transmitir el sobrecogimiento que sentimos los que allí estábamos. Casi sobrenatural. Una bendición con todas las letras, y más… Otro día, Immaculée decidió que veríamos a Anathalie, la segunda mujer que María eligió para visitar, y a quien pidió que permaneciera en Kibeho hasta que ella le indicara lo contrario. Y ahí está ella. Se quedó y todavía espera, desde 1999. Escuchar sus palabras (ver página 56) fue como beber una bendición detrás de otra. Agnes, una mujer simpática y tranquila que vive en Butare, aún hoy sigue recibiendo apariciones del mismísimo Jesús. Y a su casa fuimos de la mano de Immaculée. Y en su living nos recibió. Así, sin vueltas y sin intermediarios. Kibeho es una tierra libre de contaminación de todos los tipos. No sólo no hay consumismo ni tecnología, sino que tampoco se ha generado (todavía) una explotación turística de las verdades religiosas que aquí ocurrieron y que aún hoy siguen ocurriendo. La gente que viene sabe que lo hace en peregrinación, que no hay hoteles ni comodidades, que no hay una guía de actividades, y que tener la fortuna de encontrarse con estas personas bendecidas depende de la suerte del destino. >>

>>>>>>>> Immaculée Ilibagiza

“No volvamos del río sin agua” Cada mañana Immaculée nos reúne en torno de una gran estatua de un Cristo de la Divina Misericordia. Rodeados de verde, justo en la cima de una loma, estamos casi, casi en el cielo. Este lugar es increíblemente bello. “Rosarios” en mano, somos cuarenta personas pidiendo por lo mismo, por una apertura de corazón lo suficientemente humilde como para poder volverlo grande. Recibir tanto, y cosechar luego, y sacar algo bueno de todo esto. Con ese inglés tan característico suyo, las palabras salen de su boca en una concatenación de mensajes inmensamente sabrosos. Una meditación más profunda que otra. Tantas verdades mayúsculas, y tanta sencillez para hablar aquí en la Tierra de las cosas del cielo. Y así, como en un susurro, nos entregamos a sus ideas, a sus agradecimientos y hacemos eco de sus pedidos. Gracias Immaculée por tanto. He aquí algunas ideas sueltas, tal como las pensó y como nos las dijo allí frente al “Divine Merci”, en “Cana”, la casa de retiros que fue nuestro feliz hogar en Kibeho… “Los que aquí estamos somos seres humanos. Y hasta aquí vinimos desde lugares remotamente lejanos a entregarle un poco de nuestro tiempo a Dios. Seguramente Él sepa sacar un buen provecho. Quizás Él sepa aprovechar en diez minutos lo que a nosotros nos llevó diez años vivir. No volvamos del río sin agua, volvamos llenos y repartamos. Somos


“Recen, recen, recen” humanos, pero el tiempo de Dios es divino. Dios tiene muchos Ángeles, hagamos nuestra parte, y ellos harán la suya. El mensaje es de amor. Ella (la Virgen María) vino para avisarnos del genocidio para que rezáramos, pero no la oímos. Y lo más triste es que la oración puede cambiar el destino… Y no se olviden del regalo que le dimos a Dios por venir hasta aquí. Él seguro se acordará. Nosotros podemos regresar a nuestros hogares y decir que nos acordamos de lo que aquí recibimos. Dios tiene mucho para dar, estemos con el corazón abierto para recibirlo. Hagamos un esfuerzo para poner en práctica lo que dicen nuestras palabras. Si no hay amor, entonces recemos pidiendo amor. Que en la oración Dios nos muestre dónde debemos crecer. Recemos para que vislumbremos la luz en lo malo. Para que lo volvamos consciente y lo derrotemos. Hagamos el ejercicio. Recemos para ser humildes. La humildad nos hace ver cuánto necesitamos de Dios, cuánta misericordia. Siempre crezcamos, sigamos caminando. Sigamos pidiendo. Pidan, pidan, pidan. Y si Dios cree que es útil pasar por María para llegar a nosotros, entonces nosotros también debemos usarla a ella como medio para llegar a Dios. Ella es nuestra Madre. Y Él vino a Ruanda a hablarnos a través de ella. Las madres de Ruanda saben lo que los padres quieren, igual que María sabe lo que Dios quiere para nosotros. Nos la manda a Ella, porque Ella es afectuosamente cariñosa, porque Ella sabe cómo tratarnos. Por eso Ella se aparece permanentemente. En todos lados. Ella llora por nosotros (y agrega que la vidente Anathalie cuenta que cuando María llora nada se puede hacer). La Virgen le recordó al mundo del Rosario de los Siete Dolores a través de Marie Claire. Y es en ese Rosario en el que vemos el sufrimiento que Ella debió pasar como Madre. Rezándolo podemos ponernos en su lugar, entenderla, y ofrecer y aceptar lo que no podemos cambiar en nosotros. Estamos acá porque ella nos tocó de alguna manera. Nos bendijo. Y está esperando una respuesta. Recemos por nuestros hijos y por nuestras familias para que entiendan que vinimos hasta aquí para acercarnos a Jesús. Y cuando suframos, sepamos que Él sufrió y pasó lo mismo que nosotros. Nos entiende. Nos comprende. Pidámosle que nos ayude a sobrepasarlo, pero estemos tranquilos. Estamos donde tenemos que estar, confiemos en Ella. Ella nos protege, y sólo Ella es capaz de suavizar nuestro corazón”.

El legado que la Virgen trajo a Kibeho es claro: “La oración nos cambia. Igual que un niño que se alimenta para crecer, nosotros debemos rezar para ser mejores personas. Rezamos para crecer en la bondad. La oración es alimento”. Aquí María pidió que recemos el Rosario para cambiar nuestro corazón. El Rosario de los Siete Dolores busca compartir y meditar en los sufrimientos de María en unión con su Hijo, Jesús. En la Edad Media María se lo presentó a Santa Brígida de Suecia, pero se ha hecho popular tras las apariciones aquí en Kibeho, en las que María le encargó a la joven Marie-Claire la misión de presentar de nuevo al mundo este Rosario especial. Antes de su muerte, Marie-Claire viajó extensamente, enseñándoselo a miles de personas, quienes a su vez lo promovieron a miles de personas más. Ella prometió que cuando se reza este Rosario con un corazón abierto y arre-

Quinto Dolor Jesús muere en la Cruz (Juan 19,17-39)

pentido, obtendremos de Nuestro Señor varias gracias. Pidió que se rezara martes y viernes, pero se puede rezar todos los días. Nuestra Señora prometió que concedería cinco gracias a aquellas almas que diariamente la honren rezando este Rosario: 1) Los corazones más duros van a cambiar, si rezas para tí mismo o para los demás. 2) Serás liberado de obsesiones y adicciones. 3) Este Rosario dicho desde el corazón, nos ganará el verdadero arrepentimiento de nuestros pecados y nos liberará de culpa y remordimiento. 4) Los que oran a menudo obtendrán la comprensión clara de sus debilidades y defectos, cambiando las cosas que no nos gustan de nosotros mismos y que eran una parte de nuestro carácter. 5) Obtendrás todo lo que pidas a través de este Rosario, rezándolo de todo corazón.

1 Padre Nuestro 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

Cuarto Dolor María se encuentra con Jesús camino al Calvario (IV Estación del Vía Crucis)

1 Padre Nuestro + 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

1 Padre Nuestro + 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

Tercer Dolor El Niño perdido en el Templo (Lucas 2,41 -50)

¿CÓMO SE REZA?

Sexto Dolor María recibe el Cuerpo de Jesús al ser bajado de la Cruz (Marcos 15, 42-46)

ROSARIO DE LOS SIETE DOLORES

1 Padre Nuestro + 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

Séptimo Dolor Jesús es colocado en el Sepulcro (Juan 19, 38-42) 1 Padre Nuestro + 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

Oración final: Reina de los Mártires... Repita tres veces: Maria, fue concebida sin pecado, habiendo sufrido por nosotros, ruega por nosotros. Señal de la cruz, final del rezo.

1 Padre Nuestro 7 Ave Maria Madre Misericordiosa Segundo Dolor La huida a Egipto (Mateo 2,13-15)

1 Padre Nuestro + 7 Ave Maria Madre Misericordiosa

Primer Dolor - La profecía de Simeón (cf. Lucas 2,22-35) 3 Ave Maria Madre Misericordiosa

Comenzar con la señal de la cruz, oración introductoria y acto de contricción


EIDICO EN RUANDA

IMMACULÉE Y EIDICO P O R : J O R G E O ´ R E I L LY

EIDICO tiene ya más de veinte años de vida y siempre ha tenido a la familia como fuente y fin de sus distintas propuestas e iniciativas. Un “hogar” es mucho más que un espacio físico, pero es un presupuesto casi indispensable para su normal crecimiento y supervivencia. Frente a un mundo en lo que todo tiende a ser fungible y descartable, en donde nada es sólido o para siempre, facilitar el acceso a la vivienda propia constituye para nosotros un objetivo que es, en realidad, mucho más que simplemente nuestro trabajo. La revalorización del matrimonio -de un hombre y una mujer- como base de la sociedad, ha estado desde el comienzo de nuestra empresa integrado a nuestros proyectos. Con eso en mente veíamos que nuestro habitual “Día de la Familia”, en el que invitábamos a nuestros clientes y amigos a pasar una jornada familiar, admitía ser renovado con una propuesta que compartiera los mismos objetivos, pero abordándolos desde otra perspectiva. Así nació la idea de traer a Immaculée Ilibagiza a dar una de sus conferencias a EIDICO, e invitar a toda nuestras “familias amigas”, a escuchar su mensaje. La idea fue todo un éxito, pero tuvo una

derivación inesperada. Nosotros escuchamos a Immaculée, y ella escuchó y vio lo que hacíamos nosotros. Especialmente, aquello referido a nuestra historia, la de proponer soluciones creativas a ingeniosas a necesidades inmobiliarias c o n c re t a s , h a c i é n d o l o c o n u n s i s t e m a transparente y cooperativo. Y como si fuera lo más natural del mundo, nos pidió que fuéramos a Ruanda con ella (y la fecha del viaje estaba prevista para suceder quince días después de nuestro encuentro). Y fuimos….

ALOJAR AL PEREGRINO La idea es generar un lugar de alojamiento para turistas y peregrinos en el sitio de las apariciones de Nuestra Señora de Kibeho. El lugar es muy lindo. Vistas increíbles de las montañas verdes, todas aterrazadas para poder trabajar la tierra. Un clima muy benévolo, en contra de lo que uno hubiera imaginado para África. Gente amabilísima con unas sonrisas que iluminan. Obviamente, hay mucho por hacer. El pueblo es pobre y la infraestructura -y la mano de obra calificada- escasa. Pero todo ello es también una ventaja, ya que no hay competencia. La afluencia

de peregrinos, turistas y visitantes crece constantemente, y crecería más de no existir esta limitante en la disponibilidad de plazas para alojamiento. La idea es sencilla entonces. Cuando nos lleguen los estudios topográficos y de mensura que encargamos, proyectaremos un hotel de aproximadamente cincuenta habitaciones. La idea es darles mucha independencia y buena superficie a cada una. Idealmente, hasta separadas físicamente una de otra. En cualquier caso, todas contarán con un sector común cómodo y moderno, con comedor, recepción, y sala de conferencias. Veremos cómo lo organizamos jurídicamente, pero la idea es que el costo de cada habitación sea afrontado por quienes quieran asociarse al proyecto. Cada uno será propietario de la habitación que haya comprado y que afectará al sistema hotelero cuando no la use (obvio que si alguno decidiera mudarse a Kibeho puede usar su habitación). Pero para la mayoría será una inversión que estimamos se valorizará y que dará una pequeña renta por el uso hotelero a que será afectada. Ya les contaremos más.

Más información: Immaculée Ilibagiza > www.immaculee.com | Ediciones Logos > www.edicioneslogos.com (Sobrevivir para contarlo, Guíada por la fe) Youtube: Immaculée Ilibagiza San Juan el Precursor | Fotos de nuestro viaje: www.revistatigris.com.ar

Visitá revistatigris.com.ar


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