Después de las elecciones 10

DEMOCRACIA INTERNA Expresión nacional por la refundación del PRI

Ciudad de México, 12 de junio de 2017

LIC. ENRIQUE OCHOA REZA PRESIDENTE DEL CEN DEL PRI.

MTRA. CLAUDIA RUIZ MASSIEU SECRETARIA GENERAL Y COORDINADORA GENERAL DE LA COMISIÓN EJECUTIVA DE ORGANIZACIÓN DE LA XXII ASAMBLEA NACIONAL ORDINARIA.

PRESENTES

Lic. Ochoa, en Democracia Interna lamentamos no compartir con usted el desbordado júbilo por haber obtenido el triunfo en dos de los cuatro procesos electorales del pasado 4 de junio. No entendemos bien su lectura. El PRI ganó el Estado de México en la suma de sus votos más los de los partidos que lo apoyaron, pero como Partido, obtiene menos votos que otra fuerza política; en Nayarit, se pierde el Gobierno, el Congreso y las ciudades más importantes; en Coahuila se gana el Gobierno pero se pierde el Congreso y ciudades tan importantes como Torreón y Monclova y en Veracruz, se pierden las diez ciudades más importantes y pasamos a ser la tercera fuerza en esa entidad, por debajo incluso del mismo Partido que en el Estado de México, en ese contexto ¿cómo es posible que hable usted de un Partido triunfador? Seamos autocríticos, no hagamos cuentas alegres.

Hay que reconocer el trabajo de la militancia que, a pesar de no ser tomada en cuenta en los procesos de designación de candidatos, ha hecho un enorme esfuerzo por responder a sus convicciones con su voto. Pero, a pesar del esfuerzo, no hemos sido capaces de convencer de manera contundente a la ciudadanía y donde ganaron nuestros candidatos se vive un tenso ambiente de rechazo e incredulidad ante los resultados. Dos son las razones más fuertes para la duda ciudadana: la imposición e improvisación de nuestros candidatos y la sensación de imparcialidad que generan ante la ciudadanía los órganos electorales.

Y es lógico: si el Partido no ha sido capaz de erigirse como una entidad independiente del poder ejecutivo, como lo soñaba Luis Donaldo Colosio, tampoco como Gobierno hemos sido capaces de construir una independencia creíble entre los poderes del estado y la independencia de los organismos autónomos.

No comprendemos tampoco el porque de su certeza en continuar al frente del PRI hasta el 2019. Manlio Fabio Beltrones, ante los resultados del 2016 decidió dar paso a una nueva dirigencia que pudiera conducir con nuevos bríos a nuestro Partido.

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Una reflexión honesta sobre la realidad de los recientes resultados, licenciado Ochoa, debería llevarlo a renunciar a la Presidencia del CEN. El Partido es más que una obligación personal de responder a quién lo eligió a usted. Su obligación es entregar buenos resultados y fortalecer la militancia no con bravuconadas o caudillismos. En un Partido Político manda la militancia, no la dirigencia.

Para fortalecer e incrementar la militancia y para conseguir las simpatías de mas mexicanas y mexicanos es necesario, insistimos, reconstruir a nuestro Partido volviendo a los principios que lo vieron nacer, retomando a la democracia hacia adentro para poder proponer a la ciudadanía, ávida de democracia, un nuevo proyecto de nación.

Con preocupación vemos que los trabajos que se están llevando a cabo rumbo a la Asamblea Nacional parecen más bien un foro para promover y justificar las reformas estructurales del Gobierno Federal y no la oportunidad para escuchar a la voz de la mayoría que propone alternativas al modelo neoliberal que ha conducido a nuestro país los últimos 25 años, sin conseguir reducir el porcentaje de mexicanos en pobreza que hoy es igual al que se tenía en 1990.

Reiteramos nuestras principales propuestas:

ESTATUTOS Establecer la consulta a militantes y simpatizantes para determinar la candidatura a la Presidencia de México, con urnas que se instalen en todo el país, recurriendo al INE para darle certeza a la militancia e impulsando a quienes aspiren a representar a nuestro Partido para que lo manifiesten oportuna y abiertamente, en el marco de la Ley. Deben realizarse consultas directas a los militantes y simpatizantes, sin simulaciones, sin contiendas internas arregladas, para elegir a las y los candidatos a cargos de elección popular: plurinominales, de mayoría, de dirigencia en todos los niveles del Partido, sectores y organizaciones. Instituir también que, en materia de candidaturas plurinominales para diputaciones y senadurías, ocuparán los primeros lugares en cada circunscripción, quienes obtengan la mayor votación en proporción al padrón de su estado de origen. Estos criterios deberán hacer extensivos hacia todas las candidaturas a dirigencias y candidaturas a cargos de elección popular, federales, estatales y municipales.

El Partido está obligado a reconocer la trayectoria política de sus militantes, es por ello que en la próxima XXII Asamblea debe dar lugar a la discusión sobre regresar a los llamados “candados” como una garantía de experiencia y reconocimiento para quienes aspiren a ocupar un cargo de elección popular y un estímulo para el trabajo

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partidista. Así mismo, habrá que discutir también la prohibición para que quien ocupe un cargo por la vía plurinominal salte a otro cargo plurinominal.

Debemos reconocer la absoluta independencia del Partido de los gobernantes surgidos del mismo. El PRI no es una Dependencia más de los poderes ejecutivos federal, estatales o de las presidencias municipales y por lo tanto, como una institución madura, debe permitirse el derecho a aplaudir aciertos pero también criticar desvíos y errores. Aún el Presidente de la República es solamente un priista más, distinguido sin duda, pero con los mismos derechos y obligaciones que cualquier militante. Recordamos con Colosio que Cuando el gobierno ha pretendido concentrar la iniciativa política ha debilitado al PRI. En síntesis, proponemos discutir lo siguiente: 1. Que el método para elegir a la candidata o candidato a la presidencia de la república sea la consulta directa a militantes y simpatizantes con urnas que se instalen en todo el país.

2. Consulta directa para elegir a los candidatos a diputados y senadores de mayoría relativa.

3. Consulta directa para elegir a los candidatos a senadores plurinominales y que aquél que obtenga la más alta votación en proporción al padrón de cada estado sea el primero en la lista y así sucesivamente.

4. Consulta directa para elegir a los candidatos a diputados plurinominales y que quienes obtengan la mayor votación en proporción al padrón de sus estados sean los primeros en las listas de su circunscripción y así sucesivamente.

5. Prohibir el salto de una posición plurinominal a otra plurinominal.

6. Establecer como requisito para postularse a la Presidencia de México o al gobierno de un Estado el haber ocupado un cargo de elección popular de mayoría relativa.

7. Establecer la independencia absoluta del PRI del Presidente de la República y de los gobiernos estatales y municipales.

8. Para ser presidente del CEN del PRI haber tenido un cargo de elección popular por mayoría relativa, lo mismo los dirigentes de los sectores y organizaciones del partido PROYECTO DE NACION En la XXII Asamblea habrá que discutir la reducción en el número de diputados respetando la proporción que existe hoy entre los de mayoría y los plurinominales y la reducción del Senado para que se componga de 96 elementos, tres por entidad federativa, ya que por definición este órgano debe ser paritario.

Para combatir en serio la corrupción, debemos proponer a México que nadie, incluyendo al Presidente de la República, pueda ser inimputable por ese delito y que la

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corrupción se considere como delito grave, con penas que puedan ir hasta la misma cadena perpetua, dependiendo de la gravedad del desvío. El PRI debe condenar con firmeza las conductas inapropiadas de sus miembros, por distinguidos que éstos sean.

El modelo neoliberal de nuestra economía no ha funcionado. Más de 60 millones de pobres lo prueban. Por eso debemos proponer un nuevo modelo de desarrollo económico centrado en la formación de capacidades, en la sustentabilidad energética y ambiental, y en la promoción de la producción sustitutiva de importaciones en condiciones de mercado abierto, con el fin de incrementar la proporción de valor nacional en los insumos requeridos para exportar y así promover el mercado interior; un modelo que busque la soberanía alimentaria, el desarrollo regional, la diversificación del comercio exterior, hoy concentrado principalmente en el vecino del norte, cuya presidencia es hostil con nuestra patria, acompañada por un sector minoritario pero gritón. Reconocemos que tenemos aliados en esa nación que debemos también apoyar y acrecentar, comenzando por los millones de compatriotas que ahí viven y por los Estados de la Unión que reconocen las ventajas de nuestra asociación. Debemos ampliar nuestra relaciones con América Latina, China y Asía en general, sin olvidar los países europeos aliados. Sin perder presencia y apertura global, el nuevo modelo de desarrollo debe defender contundentemente los intereses de la nación, entre ellos comenzar por lograr un verdadero combate a la desigualdad y reivindicar la importancia del trabajo digno, productivo y bien remunerado como base del progreso nacional y como tal, debe discutirse con amplitud en la próxima XXII Asamblea Nacional.

Habrá que discutir también de manera profunda la política de desarrollo social que, junto con el modelo económico, han sido incapaces de contener el crecimiento de la pobreza. El modelo asistencialista de hoy, promueve fundamentalmente la dependencia de la gente hacia el gobierno y perpetúa la pobreza. Consideramos que este modelo debe cambiarse de manera gradual, pero firme, hacia uno que incentive la producción con subsidios a la ganadería y a la agricultura social; un modelo que fomente el autoempleo, que impulse el desarrollo de capacidades. Mientras tanto es urgente focalizar y tranparentar todos los programas sociales para atender con ellos solamente a las familias que realmente lo necesitan y publicitando los padrones de beneficiarios para evitar el sesgo político que se les ha pretendido dar en años recientes. Deben reducirse a lo indispensabe las transferencias condicionadas para emplear cada vez más recursos a proyectos productivos.

La focalización de los programas sociales será la base para alinear otros esfuerzos del Estado para la generación de oportunidades de desarrollo a través de la construcción de infraestructura y la dotación de servicios a la población más vulnerable.

Para tener un país seguro es necesario proponer que el ejecutivo federal tome la responsabilidad del combate frontal a la delincuencia organizada a través de una policía federal con presencia en todos los rincones de la Patria, con las capacidades

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intelectuales y materiales suficientes, fuera de la Secretaría de Gobernación, con un órgano consultivo creado ex profeso con especialistas de todo el mundo que hayan combatido a la delincuencia organizada exitosamente, para diseñar el modelo que aplique a nuestras circunstancias y que se acompañe de una acción decidida dirigida a la formación de policías estatales con mando único a nivel municipal, capaces de hacerse cargo de su responsabilidad, en coordinación plena con la policía federal. Un modelo que incluya en la política de desarrollo social la atención de las causas más visibles de la delincuencia: la pobreza y la falta de cohesión social. El ejército y la marina deben regresar paulatinamente a los cuarteles y retomar sus deberes que son distintos a los que hoy realizan en las calles.

Ante el agotamiento del presidencialismo, debemos proponer un modelo político que parta de una nueva concepción orientada al semipresidencialismo, que bien puede ir allanando el camino a partir de instrumentar el gobierno de coalición, determinado por los artículos 76 y 89 de la Constitución General de la República. La democracia, debe ir más allá de los procesos electorales y mejorar estos dotándolos de un mayor y mejor contenido, y avanzar en el ejercicio democrático del poder, en el voto efectivo, sinónimo de garantía de cumplimiento, en la construcción de un régimen de gobierno donde el ciudadano pueda evaluar y sancionar su accionar con base en la transparencia y la rendición cotidiana de cuentas. Hay que discutir, sin temores ni prejuicios, sobre el pleibiscito y la revocación de mandato como mecanismos accesibles para que el ciudadano pueda influir en las decisiones dándole oportunidad de ejercder la democracia más allá de los procesos electorales.

Puntualizando, proponemos someter a la discusión: 1. Debatir sobre la reconfiguración de las cámaras de diputados y senadores para reducir su número.

2. Discutir las modificaciones a la Constitución para retirar la inimputabilidad del Presidente de la República ante hechos de corrupción, clasificar a este delito como uno grave y revisar la penalidad para endurecerla.

3. Discutir el modelo de desarrollo económico para dejar atrás el neoliberalismo y proponer un modelo basado en el desarrollo de capacidades, que incentive la producción mediante mayores apoyos dirigidos a la agricultura y la ganadería, que promueva la inversión pública y privada hacia la construcción de infraestructura.

4. Debatir sobre la política de desarrollo social para proponer un cambio gradual pero firme de la política de asistencialismo a otra que promueva el desarrollo de capacidades y que fomente el autoempleo; que dirija los subsidios hacia la agricultura y ganadería sociales. Que el estado focalice de manera más eficiente los programas sociales hacia la gente que más lo necesita para alinear otros esfuerzos del estado para dotar de servicios a la población más vulnerable.

5. Proponer a la Asamblea la discusión de un modelo de combate a la delincuencia organizada que encabece el Gobierno Federal con personal

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capacitado y suficiente, fuera de la Secretaría de Gobernación, y regresar a las fuerzas armadas a los cuarteles.

6. Discutir también la propuesta de una reforma política en la que se revise nuestra democracia, contemplando las diversas ideas que se han expresado, entre otras, sobre gobiernos de coalición, segunda vuelta electoral, revocación de mandato, plebiscito y referéndum.

A lo que hemos señalado reiteradamente, hay que añadir:

1. Aunque no existe en los Estatutos prohibición expresa para que el Presidente del CEN pueda competir por la candidatura por la Presidencia de México, consideramos que si coincidimos en la necesidad de que dicha candidatura sea motivo de una consulta a la militancia y simpatizantes y en la libertad que deben gozar para expresar su interés por competir sin sujetarse a la rígida disciplina del viejo PRI, que obliga a esperar al momento que la cúpula determine, deberá establecerse con claridad que no es impedimento para competir por la candidatura a la Presidencia de México el ser Presidente del CEN y fijar el momento en que deba separarse del cargo para poder hacerlo.

2. Para ser candidato a la Presidencia de México es indispensable garantizar militancia, compromiso con nuestro proyecto de nación y experiencia en la administración pública. La inexperiencia y la falta de compromiso de gobernantes surgidos de nuestras filas dieron paso a la Generación de la Vergüenza. Por ello Democracia Interna no coincide con quienes pretenden retirar de nuestros estatutos el requisito de diez años mínimos de militancia

3. Hoy muchos comités municipales y estatales han concluido el plazo estatutario para el que fueron electos, por lo que se debe establecer en los estatutos un procedimiento que obligue a la instancia superior jerárquica a nombrar, al vencimiento, una dirigencia provisional que en el plazo de noventa días convoque a la militancia y simpatizantes a elegir a las nuevas dirigencias y que contemple sanciones partidarias contra quienes omitan la obligación de renovar los mencionados comités.

Licenciado Ochoa Reza, en Democracia Interna seguimos escuchando a las voces que expresan de manera propositiva inquietudes, ideas, planteamientos y sugerencias, para encontrar las coincidencias que nos permiten hoy representar el pensamiento de miles de priistas.

Si desde su Presidencia, usted y el equipo que le acompaña, no se dan cuenta la oportunidad histórica que se les presenta hoy, con un Presidente de la República que propone la independencia de su Partido; si no entienden el tremendo desgaste que ha supuesto el alejamiento de las causas mayoritarias y que se expresó el pasado 4 de junio en las urnas; si no aprovechan la Asamblea Nacional para renovar de fondo al

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PRI, devolviéndole sus principios y reconstruyendo su capacidad para procesar, desde la democracia, las distintas visiones de Partido y país de su militancia, estarán llevando al despeñadero a nuestro Instituto Político y con ello la oportunidad de abanderar las transformaciones del modelo económico y del modelo de desarrollo social que permitan a nuestro país retomar la estabilidad social y económica que caracterizaron los primeros 50 años a partir de la fundación del PRI.

Todavía es tiempo de rectificar el rumbo. Escuche al priismo, licenciado Ochoa, es la única manera de presentar un Partido competitivo que pueda ganar las elecciones del 2018.

ATENTAMENTE. DEMOCRACIA INTERNA, MILITANTES, SIMPATIZANTES Y MIEMBROS DE ORGANIZACIONES NACIONALES Y ESTATALES QUE COINCIDEN EN LAS PROPUESTAS: