autos
SECCIÓN
E AUTOS
AÑO XCIV TOMO CCCLXIII NÚMERO 33,667
Fundadores • Jesús Álvarez del Castillo V. • Jorge Álvarez del Castillo Z. • Editor-Director • Carlos Álvarez del Castillo G.
GUADALAJARA, JAL., SÁBADO 7 DE MAYO DE 2011
Supervisora: Sergio Oliveira • oliveira@informador.com.mx
Ford Fusion Híbrido
FICHA TÉCNICA
Ecología sin sacrificios MOTOR: Frontal transversal; cuatro cilindros en línea; 2.5 litros de desplazamiento; DOHC; 16 válvulas; con inyección electrónica de combustible secuencial multipunto. Potencia: 156 cv @ 6,000 rpm. Torque: 136 libras-pie @ 2,250 rpm. Motor eléctrico: Tipo síncrono. Potencia: 40 CV. Voltaje: 275 V. TRACCIÓN: Delantera. TRANSMISIÓN: De tipo eCVT (transmisión continuamente variable, controlada eléctricamente).
PRUEBA DE MANEJO
SUSPENSIÓN: Delantera – Independiente, de brazos cortos y largos, tipo SLA, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. Trasera – Independiente, de tipo Multilink, con resortes helicoidales y barra estabilizadora. FRENOS: De discos sólidos en las cuatro ruedas, con sistema antibloqueo (ABS), con sistema regenerativo de energía. DIRECCIÓN: De piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
FOTOS: EL INFORMADOR • M. CASTILLO
DIMENSIONES Y CAPACIDADES: Largo / Ancho / Alto (mm) 4,841 / 2,034 / 1,445 Distancia entre ejes: 2,727 mm Peso: 1,687 kilogramos. Tanque- 66.2 litros. Cajuela- 334 litros.
Si quieres ayudar al planeta pero no cambiar tu vida, este auto lo hace posible
Precio
479 mil pesos
El problema de los autos con apelo ecológico es que exigen demasiado de los consumidores. Unos porque no tienen poder suficiente. Otros más les falta espacio. Hay los que necesitan más tiempo en el enchufe que el que ofrecen rodando. Con el Fusion híbrido, todo esto es pasado y el único sacrificio que hay que hacer es la inversión inicial. Puede ser que Ford haya llegado algo tarde a este juego “verde”, a esa carrera por “salvar el planeta”, tan de moda últimamente. Aunque lo hizo en gran estilo. Lo hizo analizando virtudes y debilidades de sus rivales. El Fusion híbrido no tiene el mismo apelo popular del Toyota Prius, es cierto. Pero si vas a contratar a un ejecutivo para tu empresa y el primer candidato llega conduciendo un Prius mientras el segundo lo hace manejando un Fusion, mejor dale el puesto al segundo. Es que mientras el Prius, con su diseño exclusivo, grita a los cuatro vientos que su dueño se preocupa con el medio ambiente (o al menos quiere ser visto así), el Fusion es más discreto, ya que se trata de una versión más del exitoso sedán producido en Hermosillo. El Fusion, en todo caso, es una alternativa tan discreta como el Civic híbrido. Pero comparado contra esos rivales nipones, resulta un auto mucho mejor.
Magnífica base Ya hemos alabado el Fusion de todas maneras. Su diseño exterior es
discreto y elegante. Su interior es amplio, bien hecho. La posición del conductor es correcta. Los materiales son adecuados y la visibilidad también muy buena. Sus cualidades no paran ahí, por supuesto. Porque el manejo del Fusion es extremadamente agradable. No tiene la excesiva suavidad de los sedanes estadounidenses de antes. Tampoco impone la pesada rigidez alemana o la falta de aplomo de algunos nipones. El Fusion tiene un equilibrio casi francés. Es cómodo y estable a la vez. Su manejo es preciso y suave. Es, en resumidas cuentas, un auto muy agradable de conducir y a la vez confortable para quien viaja como copiloto o pasajero del asiento posterior.
Te mete en el juego La diferencia fundamental entre éste y otros Fusion, por supuesto, es el motor eléctrico. La máquina de gasolina tiene cuatro cilindros, 2.5 litros y cuenta con doble árbol de levas en la cabeza. Su potencia es de 156 caballos de fuerza, pero sumados a lo que ofrece la planta de poder eléctrica, la fuerza del auto llega a 191 caballos, equivalente a la de un Honda Accord de cuatro cilindros. El primer placer del híbrido viene cuando giramos la llave y pensamos que “no pasó nada”, hasta que aceleramos y el auto se mueve,
RESULTADOS DE LA PRUEBA REALIZADA EN EL AUTÓDROMO GUADALAJARA: Aceleración 0 a 100 km/h en 11 segundos. Frenado de 100 km/h: 41 metros. Cuarto de milla: 16.48 segundos a 127.2 km/h. Velocidad máxima gobernada: 160 km/h
usando sólo el poder del motor eléctrico. Es una delicia que, si usamos la potencia con cuidado, podemos tener por más de 40 kilómetros. En la práctica, empero, es muy difícil que esto ocurra. Lo que sí es muy contagioso es el juego de economía de combustible en el que el Fusion nos mete. En la parte derecha del tablero, una pequeña parte de la pantalla muestra un jardín que comienza limpio, sin hojas. En la medida que vamos conduciendo de manera tranquila, la pantalla se va llenado de hojas verdes. Luego las ramas se hacen más gruesas y fuertes. Por último, aparecen flores blancas. Para nosotros al menos, fue imposible resistir la tención de jugar al manejo económico. Claro que para esto hay que conducir “como viejito”. Las aceleraciones fuertes se castigan con menos hojas y más consumo. Si queremos gastar poco tenemos que medir el uso de accesorios como el excelente estéreo (a más volumen, más energía se consume) o el aire acondicionado, algo complicado de evitar en esta época del año. La recompensa no es sólo un bello jardín virtual en el tablero de tu Fusion, que quedará guardado en la memoria para la siguiente vez que uses el auto, es también una muy baja cantidad de gasolina usada por un auto que tiene todas las ventajas de un coche común, amplio y equipado. En la semana que lo tuvimos el Fusion hí-
brido su consumo urbano fue de 12.78 kilómetros por litro. En números reales, es decir, sin hacerle caso a publicidad engañosa, esto es magnífico.
No sólo por mostrar una postura La mayoría de los que compran un híbrido, tal vez la totalidad, lo hace por mostrar al mundo su preocupación con el medio ambiente. Que nadie piense que el ahorro de gasolina compensará financieramente el muy elevado precio del auto, que por ahora sólo se vende a flotillas (ya habrán “flotillas” de un solo coche). El Fusion, sin embargo, puede ser comprado por otro tipo de clientes. A nosotros nos encantó el silencio. Nos fascinó la ausencia total de vibraciones al parar en un semáforo. Nos dejó adictos el juego de economizar gasolina. La suma de todo esto hace que conduzcamos más lentamente, lo que implica hacerlo de una manera mucho más segura. El único sacrificio que el Fusion exige de su dueño –además de pagar cerca de 480 mil pesos por esta versión con piel- es una cajuela algo menor, para que la batería encuentre su lugar detrás del respaldo del asiento posterior. Sería injusto decir que el Fusion es un gran auto híbrido, comparándolo sólo contra vehículos similares. Porque el Fusion es un magnífico coche, que casualmente, es un híbrido.