7 minute read
MISSION MURALS AND THE WOMEN WHO CONTINUE TO INSPIRE OTHER MURALISTS LOS MURALES DE LA MISIÓN Y LAS MUJERES QUE INSPIRAN A MÁS MURALISTAS
El Tecolote
“As children, we used to just play around the plants, and learn how to make bouquets and flower arrangements and things like that … really appreciating the beauty of nature,” Susan Kelk Cervantes, founder and director of Precita Eyes Muralists, says.
Advertisement
Cervantes was influenced to become an artist from a young age and was later inspired to contribute to other art pieces all over San Francisco by one of the original Mujeres Muralistas.
“I was just amazed to see women artists getting up on scaffoldings and painting,” Cervantes said. “I would go and watch them and take pictures of them, and give them food … I was in awe and very excited about their work.”
In the 70s, a group of young, female artists broke out of gender stereotypes and single-handedly pioneered the art mural movement in San Francisco — they were known as Las Mujeres Muralistas (The Women Muralists). They motivated and encouraged womxn to create art pieces that demonstrated their ability to be successful artists.
Cervantes worked alongside Graciela Carrillo — a core member of Las Mujeres Muralistas — to create a mural known as Para El Mercado (Paco’s Tacos) that was located on 24th and South Van Ness in the 70s but has since been blocked by a building.
Cervantes mentioned that her involvement in art began in high school. She took various art class electives and was awarded a scholarship to attend any art school in the country — she chose to attend San Francisco Art Institute.
Cervantes met her husband, Luis, in college, and they both studied art and lived together in various areas of the city, one of them being Precita Park.
Cervantes taught at the Precita Valley Community Center and helped to develop and direct the first multicultural mural that was the face of the center in 1974.
“The original Precita Eyes came from the painting class I was teaching … turned into a mural painting class,” Cervantes told El Tecolote.
“We had about 70 people who came and participated … Some of them artists, some not artists,” Cervantes said. About eight of the artists contributed to the group’s first mural.
“ … We did our first mural together called Masks of God/Soul of Man … each person, they derived a mask from a different culture, from their own culture,” Cervantes said. “It was our first mural together … So we said, no one person designed it, we all did it together. So how should we sign the mural?”
Cervantes told El Tecolote they decided to sign it “Precita Eyes Muralists.” ‘Precita’ represented where the mural originated, ‘eyes’ how they visualized the piece, and ‘muralists’ the name of what they did.
Since then, Cervantes has created over 400 murals in San Francisco, one of them being the Maestrapeace Mural located on the Women’s Building on 3543 18th St.
Pioneras inspire future generations
The Mission District is filled with these vibrant murals painted by many Latine/Latina/Latino individuals who have captured the history of their heritage and the heritage of those indigenous to this land. SF muralists have worked to preserve the culture and paint a message with their art pieces.
Following in the footsteps of his mother, Mexican-American artist Alex Sodari seeks to be seen through his art and bring attention to the Chicano community.
“Making art has always been about telling stories for me and even more like fine art applications,” Sodari said. “I’m always trying to think of what’s the story?”
In 2022, he painted a mural outside of The Sycamore on Mission St., showing two Olmec heads on each side and an Aztec jaguar vessel and candles — to continue beautifying the area and eliminate previous graffiti.
“I felt really privileged to have the space be made available for me. I wanted to honor the Chicano community [and] pick something that people would respect,” Sodari said.
Sodari’s art career began with comics and illustrations and has expanded to murals, not just in the Mission District, but throughout the Bay Area.
“It kind of took me a while to get to the level where I could paint murals,” he said. “Murals are a pretty inaccessible form of art for most people in terms of materials and the techniques, in addition to finding the walls or surface.”
Sodari said the Mission District is the most active neighborhood for art and music and is a nexus for culture in the city.
“Artists will get pushed out of the city but they still come back to the Mission to share their work and build community,” he said. “[the Mission] is where it’s happening and it has a lot of
Royvi Hernandez y Kari Vides
El Tecolote
“De niños, solíamos jugar con las plantas y aprender a hacer ramos, arreglos florales y cosas así… realmente apreciando la belleza de la naturaleza”, dice Susan Kelk Cervantes, fundadora y directora de Precita Eyes Muralists. Cervantes fue influenciada desde temprana edad para convertirse en artista, y luego se inspiró en una de las Mujeres Muralistas originales para contribuir a otras obras de arte en todo San Francisco: “Me sorprendió ver a mujeres artistas subiéndose a andamios para pintar”, dijo Cervantes. “Iba a verles, les tomaba fotos y les daba comida… Estaba asombrada y muy emocionada por su trabajo”.
En los años 70, un grupo de jóvenes artistas rompieron los estereotipos de género, convirtiéndose en pioneras del movimiento muralista en San Francisco, conocidas como Las Mujeres Muralistas. Ellas motivaron y alentaron a otras a crear obras de arte que demostraran su capacidad creadora.
Cervantes trabajó junto a Graciela Carillo, figura central de esas Mujeres Muralistas, para crear el mural ‘Para El Mercado (Paco’s Tacos)’, ubicado en las calles 24 y South Van Ness en los años 70, que ha sido bloqueado por un edificio.
De acuerdo a esta artista, su involucramiento en el arte comenzó en la escuela secundaria: tomó varias materias optativas de arte y recibió una beca para asistir a cualquier escuela de arte del país; eligió asistir al Instituto de Arte de San Francisco.Conoció a su esposo, Luis, en la universidad, ambos estudiaron arte y vivieron juntos en varias zonas de la ciudad, siendo una de ellas el Parque Precita. También enseñó en el Centro Comunitario Precita Valley y ayudó a desarrollar y dirigir el primer mural multicultural que fue el rostro del centro en 1974.
“Precita Eyes salió de esa clase de pintura que estaba impartiendo y que se convirtió en una clase sobre pintura mural”, dijo a El Tecolote “Tuvimos unas 70 personas que vinieron y participaron… Algunos de ellos artistas, otros no artistas”. Alrededor de ocho de los artistas contribuyeron al primer mural del grupo: “… Hicimos nuestro primer mural juntos llamado Máscaras de Dios/Alma del Hombre… cada persona, derivó una máscara de una cultura diferente, de su propia cultura”, dijo Cervantes. “Fue nuestro primer mural juntos… Entonces dijimos, nadie lo diseñó, lo hicimos todos. Entonces, ¿cómo debemos firmar el mural?”
Cervantes comentó a El Tecolote que decidieron firmarlo como “Muralistas de Precita Eyes”. ‘Precita’ por el lugar dónde se originó el mural, ‘ojos’ por cómo visualizaron la pieza y ‘muralistas’ por los artistas que lo crearon. Desde entonces, ella ha creado más de 400 murales en San Francisco, uno de ellos es el Mural Maestrapeace, ubicado en el Edificio de Mujeres en el 3543 de la calle 18.
Pioneras que inspiran a las generaciones futuras
El Distrito de la Misión está lleno de estos vibrantes murales pintados por muchas personas latines/latinas/latinos que han capturado la historia de su herencia y la herencia indígena de esta tierra. Los muralistas de la ciudad han trabajado para preservar la cultura y plasmar un mensaje con sus obras de arte.
Siguiendo los pasos de su madre, la artista mexico-estadounidense Alex Sodari busca ser vista a través de su arte y llamar la atención sobre la comunidad chicana: “Hacer arte siempre se ha tratado de contar historias para mí y más aún con aplicaciones de bellas artes”, dijo Sodari. “Siempre estoy tratando de pensar en cuál es la historia”.
En 2022, pintó un mural afuera del bar The Sycamore en la calle Misión, que muestra dos cabezas olmecas a cada lado y una vasija de jaguar azteca y velas, y de esa forma continuar embelleciendo el área y eliminar el graffiti anterior: “Me sentí realmente privilegiado de tener el espacio disponible para mí. Quería honrar a la comunidad chicana [y] elegir algo que la gente respetara”, dijo Sodari.
La carrera artística de Sodari comenzó con cómics e ilustraciones y se ha expandido a murales, no solo en el Distrito Misión, sino en toda el Área de la Bahía: “Me tomó un tiempo llegar al nivel en el que podía pintar murales. Los murales son una forma de arte bastante inaccesible para la mayoría de las personas en términos de materiales y técnicas, además de encontrar las paredes o la superficie”.
Sodari dijo que el Distrito Misión es el vecindario más activo para el arte y la música, y un nexo para la cultura en la ciudad: “Los artistas serán expulsados de la ciudad, pero aun así regresan a la Misión para compartir su trabajo y construir una comunidad”, dijo. “[la Misión] es donde está sucediendo y tiene mucha historia que la respalda”.
Lucía Ippolito es otra gran muralista que ha aportado algo más que su tiempo al arte. Se ha comprometido a crear obras maestras que han
El Tecolote
Alarge part of the first 20 years of my life were spent in the company of six females.
There were eight of us living in that rented house in the country. My maternal great-grandmother, Margarita, was the eldest.
My mother, Elba, was a busy woman: a Physical Education teacher and a well-known athlete. She worked at an All-girls High School in Santiago, about 40 miles from our home.
My father was a busy labor lawyer who was rarely home, except for the week-ends. My three younger sisters and myself made seven.
Our “Nana Yolita” was the final piece. The sixth woman in our house.
Yolita moved in after she became an orphan, at the age of 14. She also came from “campesino” roots. Unlike my illiterate great-grandmother Margarita, Yolita had learned to read