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THE MISSION’S LA MEJOR BAKERY EARNS LEGACY BUSINESS TITLE

LA MEJOR, PANADERÍA DE LA MISIÓN QUE OBTIENE SU REGISTRO COMO NEGOCIO LEGADO

El Tecolote

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Este año, la panadería La Mejor cumple 30 años sirviendo pan dulce a la Misión y ahora es reconocida ante la ciudad como un Negocio Legado. Su dueña, Carmen Elías, ha sido la encargada de seguir una tradición familiar y continuar con uno de los legados culturales más importantes en la cocina mexicana.

Si nos ponemos a pensar en los últimos 30 años, la ciudad de San Francisco y el mundo han pasado por muchos cambios pero una cosa se ha mantenido constante: el pan dulce de doña Carmen. Este negocio ha sobrevivido a movimientos socioculturales, económicos y hasta una pandemia global. El negocio que comenzó como una oportunidad de inversión ahora se ha convertido en un emblema para la comunidad y una continuación de un oficio que viene desde hace 3 generaciones.

En 1966, el padre de Elías, Gonzalo Morales, vino a San Francisco y dos años después trajo a toda su familia desde la Ciudad de México: “Crecí en la 24 y Folsom y viví allí durante muchos años hasta que me casé y me mudé a Fremont”, dijo Elías a El Tecolote. “Aunque me mudé lejos de [Distrito] la Misión por un tiempo, siempre fue mi primer hogar en los EEUU y lo que me recordaba a la Ciudad de México”.

Cuando vivía en el barrio, su padre trabajaba en la mayoría de las panaderías de la Misión, como La Victoria y La Reyna. En Fremont, trabajó durante 20 años en el Bank of America y logró jubilarse a sus 39 años.

“Un ex compañero de trabajo y buen amigo de mi papá sabía de este lugar en la 24 y la Misión que estaba en venta, así que decidí comprarlo con el dinero de mi retiro y comenzar mi panadería”, dijo Elías. Su padre falleció antes de que comenzara La Mejor. Sin embargo, tenía varios amigos con los que había trabajado en el pasado en varias panaderías, lo que le ayudó a iniciar su negocio.

“Mi padre era el que conocía todas las recetas de pan, así que me sentí un poco perdida al principio. Sin embargo, los amigos de mi papá fueron un gran apoyo para mí”, compartió Elías. Esta panadería en el corazón de la Misión ha visto de todo; en una entrevista hecha a doña Carmen, ella comenta de qué manera este barrio ha cambiado en los últimos 30 años: “La gente ha cambiado, hay más diversidad. Antes era solo una cultura muy fuerte de Centroamérica y ahora es bonito ver la diversidad en personas, idiomas y restaurantes. También muchas personas vienen a nuestra panadería preguntando si hacemos el pan aquí y les gusta que siga siendo un proceso artesanal porque sienten que es original”.

Además de la satisfacción de recompensar a la comunidad, para esta empresaria latina de larga trayectoria, que llegó a los EEUU a los 14 años, el iniciar su propio negocio fue un reto igualmente satisfactorio: “después de tantos cambios en mi vida me tuve que ir pero regresé cuando compré la panadería. Sentí mucho aprecio de la comunidad”.

Actualmente, negocios como el de Carmen enfrentan la necesidad de incorporar paulatinamente la tecnología en la medida de sus posibilidades para hacer más eficiente el tiempo que deba dedicar a lo prioritario de su negocio, que es el hacer pan de calidad y la atención a su clientela: “Me gustaría tener más tecnología, especialmente para que me hagan el payroll y no tener que quebrarme la cabeza. Más que nada me gustaría incluir tecnología en todo lo que está alrededor del pan”.

Para mantener vivos negocios como La Mejor, la ciudad de San Francisco cuenta con el programa Negocios Legado de San Francisco, que se encarga de reconocer y promover a negocios con más de 30 años de trayectoria con el objetivo de mantener viva la cultura de pequeños negocios en la ciudad.

Actualmente existen 15 negocios legado dentro del Distrito Cultural Latino, estos negocios van desde restaurantes hasta tiendas deportivas que han formado parte esencial de la cultura de nuestra comunidad por más de 30 años y han sido ejemplo por generaciones de excelencia y resiliencia. Se han convertido en parte fundamental de las vidas de muchas personas.

Elías dijo que los primeros años de La Mejor Bakery fueron muy difíciles para ella ya que sus ingresos eran escasos o nulos.

“Ay ya sabes”, exclamó Elías. “Al igual que cualquier otro negocio inicial, batallamos mucho, pero con el tiempo, y mucho amor y apoyo de nuestra comunidad, logramos que funcionara y ahora han pasado 30 años desde que todo comenzó”.

La Mejor Bakery tiene una variedad de pan dulce mexicano, pasteles como tres leches, tamales y café para llevar o sentarse y disfrutar. Su panadería de 30 años de historia sigue siendo un lugar próspero y espacio de reunión

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