la otra cara de la almohada DAMIÁN C. LÓPEZ
Dami谩n C. L贸pez
la otra cara de la almohada poemas
elandamio
ediciones
I.
esto lo Único lo que queda lo que sucede lo que no lo que nos lo que no nos lo que une lo que mutila las lágrimas la ebullición de las formas el exterminio las heridas el sabor de la sangre hacerse cargo de lo que amanece lo que se pudre ahí, en el fondo o lo que florece lo que nos hilvana en uno lo que dejamos mas allá la lluvia de a veces el pánico la nostalgia de los pájaros el filo salado de una expectativa esto y todo esto la otra cara de la almohada
IX.
hoy esta madrugada corriente de improductividad en flor los versos se me pegan se me pasan de punto y de largo se apelmazan en el fondo de esta olla agazapada en el violoncello germinal de la vigilia un taxi desocupado una radio un bebé que no se duerme o una rata entre los libros bastarían otras veces para pasar el rato pero hoy anda corta de manzanas la culebra de mi pantalla y el árbol de todos los dones no es más que un poste de luz en la vereda como un guapo en falsa escuadra un señor ministro firma con una media sonrisa la garantía solemne de un velorio a todo trapo para sus nietos y el diablo se muere de envidia (capitales extranjeros le quitaron la delantera) un sereno toma mates y la radio le dice baila baila toda la noche goza goza esta es mi cumbia porque en un ratito nada más puede estar pasando por su puerta no el cadáver de su enemigo sino otro taxi desocupado
cuando el bebé que no se duerme pida como sabe una teta que lo salve y por lo pronto las ratas duerman hoy empachadas de Victoria Ocampo o tal vez hoy en el taxi viaje un señor ministro que busca dónde comprar a buen precio ratas que le coman las orejas que le coman los gritos del bebé que pide teta como sabe hoy y no pedirá pan porque desde ya no le dan y mejor que no le den mejor dejar que pida hueso y que la madrugada le corte el pescuezo que la madrugada de hoy supure engendros de rata y taxi vacío de bebé que llora y señor ministro y al revés y al revés que la madrugada sea un espasmo largo de alucinaciones mientras me pongo los auriculares a ver si me concentro un poco
XX.
y fue nomás el silencio de la ceniza era de esperarse hubo una madrugada larga sin broche rosado y el último vientre hinchado de miedo y de preguntas sufrió mucho humo, mucha ruina con el beneplácito indiferente de todos los profetas corroborando cada uno en su lugar los detalles aportados al vaticinio de lo obvio fue nomás la dinastía del polvo y del gatillo la llegada del hombre al punto del total retorno era de esperarse también el decrescendo irregular de botas por el pavimento la voz acaudillada en los comunicados oficiales y un Rivero de cascotes llorando su absurda coherencia era de esperarse el derrumbe de la espera cotizó bien alto el odio y más alto todavía el sol quedó fuera de servicio para plantas y poetas la luna brilló más que nunca porque brilló para nadie porque fue sosiego negado paz velada por el fuego
fue nomás la hora del patíbulo y era de esperarse poco llanto los enamorados lloraron sudor de amarse sin tregua de comerse mutuamente en eso de querer ser uno los chiquitos lloraron bastante sus juguetes rodar por la escapada y los padres lloraron nada su nada de nada nada de explicaciones nada de excepciones nada de tiempo y espacio fue nomás el fin de todo lo que defendimos y era de esperarse el ruido del colectivo, los movimientos bancarios, los secuestros corrientes los comunicados oficiales que nos dicen que todo marcha en orden, que las negociaciones se han reestablecido
que no hay que perder el sueño
que otra vez marchamos sonámbulos