CARDIOPATÍAS
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En colaboración con MAPFRE
Las cardiopatías congénitas ocurren durante las primeras ocho semanas del embarazo, cuando el corazón está en pleno desarrollo. Para que este se forme correctamente, deben seguirse una serie de etapas específicas. Sin embargo, una cardiopatía surge cuando alguna de estas fases no se completa en el momento adecuado.
Las estadísticas indican que estas malformaciones afectan aproximadamente a 1 de cada 100 recién nacidos. Por ejemplo, pueden producirse defectos como un orificio en el lugar donde debería haberse formado una pared divisoria, o la presencia de un solo vaso sanguíneo cuando debería haber dos. Aunque la mayoría de las cardiopatías congénitas no tienen una causa identificada, se han señalado factores que podrían aumentar el riesgo de estas anomalías.
Entre los factores asociados se encuentran los genéticos, ambientales, ciertas enfermedades en la madre, y el uso de medicamentos durante el primer trimestre del
embarazo, por lo que es importante que inmediatamente se presenta el embarazo la mujer consulte con su médico los medicamentos que va a ingerir durante la gestación.
Además, el consumo de alcohol y drogas también puede contribuir al desarrollo de malformaciones en el corazón del feto.
Las cardiopatías congénitas varían de simples a complejas, están las que se pueden controlar con medicamentos, mientras que otras requerirán cirugía, a veces en las primeras horas posteriores al nacimiento. Las más simples pueden corregirse de manera natural por sí solas con el paso del tiempo, como es el caso de algunas comunicaciones interatriales e interventriculares pequeñas.
Hay niños que tendrán defectos más complejos pudiendo requerir varias operaciones a lo largo de sus vidas. Es fundamental realizar una evaluación cardiaca al bebé inmediatamente la madre da a luz.
Las anomalías cardiacas pueden causar el paso excesivo de sangre a través de los pulmones, permitiendo que la sangre rica en oxígeno, que debería pasar al cuerpo, recircule a través de los pulmones, lo cual provoca un aumento de presión y sobrecarga pulmonar. Por esta razón, uno de los principales síntomas de este grupo de cardiopatías es la dificultad para respirar, otros síntomas de estas cardiopatías son pobre ganancia de peso, cansancio con la alimentación y sudoración excesiva.
Otros de los problemas que frecuentemente pueden presentarse son aquellos que provocan que pase muy poca sangre a los pulmones, causando que la misma, pobre en oxígeno, vaya directamente al cuerpo sin oxigenarse, y el bebé puede estar color morado (cianótico), más comúnmente en los labios y en los dedos. Cuando se observan señales como estas, la madre debe llevar a su hijo una revisión de inmediato. Estos defectos son importantes, ninguno desaparece con el tiempo, ni con medicación, siempre necesitarán cirugía cardíaca para corregirlos.
Existen además, varias cardiopatías que pueden limitar el paso de la sangre al cuerpo, estas son el resultado de cavidades subdesarrolladas del corazón, los vasos sanguíneos o de las válvulas que impiden que la cantidad adecuada de sangre pase al cuerpo para satisfacer sus necesidades.
Se recomienda evaluar el corazón de los bebés al menos en una ocasión para identificar de manera oportuna malformaciones cardíacas congénitas, sobre todo, en aquellos casos con condiciones que predispongan a las cardiopatías como son, enfermedades maternas, como la diabetes mellitus, lupus, rubeola, también por el uso de medicamentos, drogas o alcohol, exposición a algunos agentes químicos o radiaciones,
cuando se identifican otras anomalías en el embarazo o al nacer, la prematuridad y la historia familiar es también indicación de evaluación cardiovascular.
El ecocardiograma fetal está indicado en aquellas embarazadas que tengan indicaciones precisas, con este estudio se puede ayudar a detectar anomalías antes del nacimiento, lo que permite una intervención médica o quirúrgica más rápida una vez que nazca el bebé, mejorando así las posibilidades de supervivencia después del nacimiento.
Algunos de los estudios que con frecuencia se pueden solicitar cuando se sospecha que el niño tiene algún problema son: radiografía de tórax, electrocardiograma, ecocardiograma, cateterismo
cardíaco y otros estudios de imágenes como son angiotomografía o resonancia.
Dra. Rebeca Pérez González
Cardióloga pediatra