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El cambio de nombre del Hospital San Antonio salón de la fauna

humanitaria, su constante afán interesada colaboración con el desarrollo de la asistencia y bienestar sociales, el Dr. Carl dor de un homenaje, cónsono a el 1896, funcionando originalmente como hospicio para más adelante adquirir la nueva modalidad de hospital. Que en el año 1921 el local de madera de dicho hospital se consideró impropio e inadecuado a los fines hospitalarios y clínicos y que guiado ahora por los impulsos generosos que imprimía el Dr. Carl Theodoro Georg, fue derribado para ser sustituido por la apropiada construcción de cemento armado, que hoy constituye un importante centro hospitalario. Que desde esa fecha el Dr. Georg se entregó en alma, cuerpo, acción, voluntad , desprendimiento y sinceridad, para hacer de aquella casa de salud, una docta institución de proporciones crecidas, en donde se realizan a diario intensas labores de cura externa, hospitalaria, clínica, operatoria de grande y pequeña cirugía, radiología y farmacéutica, en la que intervienen prominentes médicos nacionales y destacados especialistas extranjeros, actividad que consolida su prestigio, haciendo de el un establecimiento de crédito amplio y reconocido, que no solo favorece a esta región levantina, sino que su preponderante magnitud y bien clasificada eficiencia, se extiende provechosa y humanitaria a todas las colectividades de la Republica. Que a lo largo de medio siglo vivido en el país, por su notable labor científica, su marcada inclinación derandos que motivan esta ley, con las consabidas alabanzas a Trujillo. pital Georg, ha sido uno de los más toria de nuestra medicina, sin lugar a dudas. El Dr. Karl Theodor Georg nació en Alemania en 1884 y había realizado estudios de Medicina en la Universidad de Jena. En los años 1915 no había servicios médicos en el este y el Dr. Georg ayuda a un sacerdote italiano que tenía un pequeño hospital, el Padre Luciani. Tras la muerte del sacerdote, el Dr. George se hace cargo de aquel centro, el Hospital San Antonio y lo convierte en el mejor centro médico del país. Allí laboraron el Dr. Moscoso Puello, el Dr. Luis Aybar y el Dr. Héctor Read, todos lumbreras de la medicina dominicana. Sus relaciones con el Instituto de Medicina Tropical de Hamburgo beneficiaron grandemente al centro, ya que recibían medicamentos y ayuda medica continuamente. Como no había terminado sus estudios, pese a que era un traumatólogo empírico y exitoso se trasladaba a Santo Domingo para estudiar en la Universidad y recibir su título. Era un hombre generoso con sus pacientes y mantuvo el hospital en un alto grado de calidad aun cuando la ciudad de San Pedro de Macorís cayó estrepitosamente tras la “danza de los millones”. Murió en la Ciudad que adoraba en 1966 y su sepelio se convirtió en un importante suceso al que asistieron personas de todas las clases sociales y de toda la región.

DR. HERBERT STERN

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