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crítica arte crítica cine
from elCaribe
ETZEL BÁEZ etzelbaez@gmail.com
Hereditary
Filme de terror, sí, pero que se extrapola más allá de las convenciones del género. Para eso se apoya en el luto que impacta a los miembros de una familia -a cada uno de manera distinta- cuando muere la abuela y matriarca, que deja en herencia su casa a su hija, casada y con dos hijos, y con quien no tuvo una buena relación, y cree que la muerte de ésta puede hacer que pase página. Pero todo se complica cuando su hija menor comienza a ver figuras fantasmales, que también empiezan a aparecer ante su hermano. Incluso después de la partida de la matriarca, ella permanece como si fuera una sombra sobre la familia, especialmente sobre la solitaria nieta adolescente, Charlie, por quien ella siempre mantuvo una fascinación no usual. Con un creciente terror tomando cuenta de la casa, la familia explora lugares más oscuros para escapar del infeliz destino que heredaron. Nada así entre los clichés del género y lo manifiestamente acreditado dentro de lo emocional y psicológico de los personajes. Pues bien, es el luto el material cardinal para componer secuencias de miedo, muy bien manejado con obcecaciones diversas de los personajes, es decir que la educación, de valores, de empatía y de conciencia.
El tema de las migraciones pasa a ser un elemento preponderante en el discurso de Pérez Romero, toda vez que la condición de ilegalidad en la que se encuentran las mujeres fuera de su lar nativo, propicia que sean blanco para las injusticias y los abusos.
El arte de Iris se muestra como una fuerza motora que visibiliza una realidad latente y que, la más de las veces pasada desapercibida. La artista se sirve de la función social del arte para registrar su preocupación por la salvaguarda de los derechos del género femenino, en especial, por los de las niñas que, sin una conciencia clara de lo que ocurre a su alrededor, se van desarrollando con traumas que afectan su sana convivencia.
El hecho de que la muestra sea acogida por la representación en Viena de las Naciones Unidas, reafirma el compromiso de los Estados de fomentar una cultura de paz y de que este tipo de iniciativas sirvan para la toma de conciencia entre los individuos que tengan la oportunidad de apreciar las obras. Se trata de un discurso enérgico, generado por elementos visuales por medio de los cuales la artista se convierte en defensora de los derechos femeninos. l