Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Costa

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de todos La Patria ya es

Año 4 / jueves, 20.09.2012

elciudadano.gob.ec

EL PERIÓDICO DEL GOBIERNO DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA

SUPLEMENTO ESPECIAL

Las

Obras

de la Revolución Ciudadana en la Costa

ESMERALDAS, MANABÍ, SANTA ELENA, GUAYAS, LOS RÍOS Y EL ORO

Ciudad Victoria, ejemplo del buen vivir P10

El Puente Los Caras es un hito histórico

P4

Espera el 20 de octubre

Las Obras de la Revolución Ciudadana en la Sierra !

UNA REVISIÓN DE LOS COMPROMISOS CUMPLIDOS POR EL GOBIERNO


ESMERALDAS

Una joya vial

cambió la vida a los esmeraldeños »

MONTO DE INVERSIÓN 66 742 188 de dólares Fuente: MTOP

E

n Tachina se vive el nuevo Ecuador. Un moderno complejo vial cambió la vida de los habitantes de esta hermosa parroquia de Esmeraldas, en el norte del país. Los esmeraldeños habían esperado por más de treinta años la construcción de un puente que una Tachina con la capital provincial y así aumentar sus ingresos económicos. María Elena Ordóñez Tenorio toma un descanso en su restaurante, La sazón de Doña Meche, para conversar con El Ciudadano. Ella asegura que, después de tantos años, el Presidente Rafael Correa fue quien cumplió con sus sueños y los de sus vecinos: ahora Tachina tiene su puente y la vida es mejor para todos los habitantes. La megaobra ejecutada por el Gobierno de la Revolución Ciudadana consiste en cuatro puentes de cuatro carriles cada uno, conectados por 10 kilómetros de vías asfaltadas con su respectiva señalización e iluminación. Todo se construyó con un presupuesto de más de 60 millones de dólares. María Elena Ordóñez recuerda que, antes, para poder llegar desde EsmeEcuador, jueves I 20.09.2012 I

raldas a Tachina por vía terrestre, el recorrido podía tardar una hora y el pasaje de bus costaba un promedio de 5 dólares. Un desperdicio de tiempo y dinero -que no le sobra, apunta doña María Elena- y, por eso, prefería atravesar el río Esmeraldas en canoa, en un viaje por el que pagaba un dólar. Hoy, el trayecto entre Esmeraldas y Tachina se puede recorrer en apenas cinco minutos, y ese ahorro de tiempo y recursos es valorado por los esmeraldeños. Al pie de la carretera, doña María Elena y su hermana abrieron un local de comidas y, con ello, su economía dio un giro importante: «éramos muy pobres, no teníamos nada, solo lo básico para vivir a medias; comíamos una vez al día. Ahora comemos tres veces al día, porque ya tenemos más ingresos». Esta esmeraldeña dice que de lunes a viernes vende 40 almuerzos diarios, a 2,50 dólares cada uno. Con las ganancias ha podido comprar electrodomésticos y enseres que antes eran imposibles para su economía. «Lo primero que compré fue un televisor a color para mis hijos en su cuarto… una cocinita, porque antes cocinábamos a leña. Créame con el puente, la vida

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Ahorro y más oportunidades gracias a la Vía Santo Domingo Esmeraldas »

MONTO DE INVERSIÓN 144 073 906 de dólares Fuente: MTOP

nos cambió a todos». Así como el local de María Elena Ordóñez, en la zona se levantaron alrededor de veinte negocios, entre los que destacan restaurantes, ferreterías, panaderías y tiendas de agroquímicos. «Antes esto era apagado, ahora vienen turistas de todas partes: de Quito, Guayaquil, Cuenca, y llegan a mi local a comer los platos típicos», concluye.

das más malas. Pero Carlos aún no olvida los tiempos en que los ingresos escaseaban y las preocupaciones en el hogar aumentaban, sobre todo en la época de gastos obligatorios, como el ingreso a clases: «antes sufría por la compra de útiles escolares, ahora no. Ahora con mis ingresos puedo planificar todo con más tranquilidad», asegura.

María Elena Ordóñez Tenorio Beneficiaria «Éramos muy pobres, no teníamos nada, solo lo básico para vivir a medias; comíamos una vez al día. Ahora comemos tres veces al día, porque ya tenemos más ingresos»

El progreso alcanzó también a otros negocios pequeños. Las ventas en la vulcanizadora de Carlos Montaño Bone se multiplicaron y los beneficios para su esposa y cuatro hijos son evidentes. «El puente es algo magnífico. Lo que sucede muchas veces es que la gente tiene poca experiencia y no aprovecha las oportunidades que nos dan este tipo de obras». Antes, con la venta de repuestos, se ganaba cincuenta dólares al día. Ahora obtiene cien dólares, y ochenta en las jorna-

Con el ingreso que obtiene de su vulcanizadora puede disfrutar en familia y salir de paseo. «Yo le digo a mi esposa: mija, nos vamos a la playa; vamos donde los familiares, hacemos un asado y la pasamos bien porque hay dinero. En cuanto a lo económico no me quejo». Carlos asegura que el puente de Tachina no es una obra más, sino una joya que ha mejorado su entorno, su economía, ha traído más visitantes y alegra a todos los esmeraldeños

A

una hora de Santo Domingo, a un costado de la vía, está con su pequeña camioneta Walter Calderón Lugo. Un letrero lo identifica como «el Rey del Coco». La venta de esta bebida le ha permitido mantener su familia por más de ocho años. Por eso, cada día se estaciona al pie de la carretera en busca de potenciales clientes. Walter recuerda que antes de que se reconstruyera la vía, tardaba más de media hora en llegar a su puesto de venta. Ahora, el recorrido le toma apenas 15 minutos. «Yo compro en el mercado de Santo Domingo y desde que hicieron esta vía más amplia, se anda más rápido. Los vehículos no se destruyen porque ya no hay huecos en la carretera». Walter Calderón tenía que cambiar llantas con frecuencia y dar mantenimiento a su vehículo, lo que le restaba dinero para sus gastos familiares. Siguiendo la carretera, luego de pasar el cantón Quinindé -antes de llegar a la ciudad de Esmeraldas-,

Walter Calderón Lugo Beneficiario

Carlos Montaño Bone Beneficiario «Yo le digo a mi esposa: mija, nos vamos a la playa; vamos donde los familiares, hacemos un asado y la pasamos bien porque hay dinero. En cuanto a lo económico no me quejo»

«Yo compro en el mercado de Santo Domingo y desde que hicieron esta vía más amplia, se anda más rápido. Los vehículos no se destruyen porque ya no hay huecos en la carretera»

Winter Ponce Pincay Beneficiario

«Me preguntan cómo está la vía y les respondo que está excelente, ellos se van haciéndome con el pulgar hacia arriba» Winter Ponce Pincay recorre más de un kilómetro a diario con un triciclo en el que vende helados. En una de sus paradas de descanso, Don Winter -como le dicen sus clientes- recuerda que su viaje solía demorar una hora, sin mencionar el riesgo de sufrir un accidente por el mal estado de la vía. Durante su jornada, el heladero recorre Quinindé hasta el recinto Cupa (vía a Esmeraldas) y se confiesa como uno de los beneficiados de la obra. «Ahora el trabajo es más rápido y menos cansado. Una de las obras más importantes del Presidente Rafael Correa, son las vías y con eso nos ha ayudado a todos». Mantener su vehículo de trabajo a veces le costaba 25 dólares, por los daños ocasionados por el mal estado de las carreteras, pero ahora guarda ese dinero o lo utiliza para otros gastos importantes. Don Winter comenta que quienes más disfrutan del buen estado de las carreteras son los turistas. «Me preguntan cómo está la vía y les respondo que está excelente, ellos se van haciéndome con el pulgar hacia arriba», cuenta con una sonrisa.

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MANABÍ

El puente Los Caras marcó un hito en la L historia de Manabí y su gente

as historias de éxito se multiplican luego de la construcción del puente sobre el estuario del río Chone, que conecta a Bahía de Caráquez con San Vicente, en la provincia de Manabí. El puente Los Caras es una monumental obra de 1.980 metros de construcción; que cuenta con dos carriles, más una vía peatonal. El presupuesto para hacerlo realidad superó los cien millones de dólares. Desde la década del sesenta, los habitantes de Bahía de Caráquez y San Vicente añoraban un puente para cruzar de un lado al otro. Sus anhelos parecían una utopía y el recorrido en gabarra se convirtió en parte de su rutina. Los habitantes debían cruzar el río,

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MONTO DE INVERSIÓN 102 054 088 de dólares Fuente: MTOP

porque si escogían ir por tierra el viaje podía tomarles tres horas. Por más de 20 años, Miguel Alberto Cevallos Mera se acostumbró a cruzar en gabarra. Ahora, el manabita de 28 años, casado y con una hija de cinco años, cuenta cómo el puente mejoró su vida. Miguel vive en San Vicente y debe trasladarse hasta Bahía, donde en las mañanas estudia Administración de Empresas. Por la noche, trabaja en uno de los restaurantes ubicados en el malecón de esa ciudad. Él recuerda que el inicio de sus estudios superiores fue muy duro, porque tenía que esperar hasta dos horas para subir a la gabarra y regresar a su casa. Cada día se acostaba alrededor de las dos de la mañana. Y hubo ocasiones en las que prefirió quedarse durmiendo en su trabajo para llegar a tiempo a sus clases. «Otras veces no


Miguel Alberto Cevallos Mera Beneficiario «Otras veces no dormía o no podía estudiar a conciencia para los exámenes. Además, me tocaba pagar cinco dólares y ese dinero era todas las noches, de lunes a sábado, porque yo debía cubrir el flete de todos, ya que normalmente el pasaje costaba treinta y cinco centavos»

dormía o no podía estudiar a conciencia para los exámenes. Además, me tocaba pagar cinco dólares y ese dinero era todas las noches, de lunes a sábado, porque yo debía cubrir el flete de todos, ya que normalmente el pasaje costaba treinta y cinco centavos». Al mes gastaba 120 dólares para regresar a su casa, la mitad del sueldo que tenía hace dos años. Ahora, gracias a la construcción del puente Los Caras puede ahorrar dinero en movilización y planear un mejor estilo de vida, porque puede dedicarle más tiempo a su familia, a los estudios y al descanso. «Puedo asegurar que mi vida cambió en un noventa y nueve por ciento. El puente era algo que esperábamos desde que yo tengo uso de razón; incluso vino un ministro de Obras Públicas de otros gobiernos a visitarnos. Entonces, le pude recriminar: ¿Hasta cuándo? Es una pregunta que le escuché a mis abuelos». Actualmente, Miguel atraviesa en cinco minutos el puente sobre el estuario del río Chone, a bordo de su motocicleta. La compró con un préstamo que le hicieron los propietarios del res-

taurante donde trabaja. Dos sectores productivos que se han beneficiado por esta megaobra son el turístico y el gastronómico. Byron Vera Zambrano es un pequeño empresario que tiene un local de comida popular. En San Vicente lo conocen como "Petiso, el original", su restaurante es famoso por ofrecer variedad de platos con mariscos. «Con la construcción del puente se reactivó el comercio, el turismo, la economía. Antes la gente se quedaba en Bahía, porque no había gabarra o

la marea estaba baja y entonces tenían que esperar demasiado tiempo», recalca. El ‘petiso’ cuenta que los turistas ya no solo están de paso por San Vicente, porque muchos han preferido quedarse en la ciudad. Eso ha beneficiado a los locales de comida, de venta de artesanías y a otros negocios. En su caso, el microempresario manabita sostiene que por la demanda de clientes ha tenido que incrementar su personal en un 50 %, para poder entregar un buen servicio. «Las ventas en esto se mantienen al alza. Así como van las cosas voy a ampliar mi negocio a una segunda planta para ofrecer parrilladas de mariscos». «Me siento lleno de felicidad. Muchos políticos llegaron por aquí, prometieron y nada. Pasaron más de 50 años, llegó Rafael Correa, y ahora tenemos nuestro puente», recuerda, mientras anuncia que está pensando en montar un nuevo negocio en 2015. Él y miles de manabitas miran con felicidad su futuro y sus nuevas oportunidades para crecer.

Byron Vera Zambrano Beneficiario «Con la construcción del puente se reactivó el comercio, el turismo, la economía. Antes la gente se quedaba en Bahía, porque no había gabarra o la marea estaba baja y entonces tenían que esperar demasiado tiempo»

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MANABÍ

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«Ahora sí tenemos buenas carreteras»

as vías manabitas se asemejaban a un paisaje lunar. Los baches eran cráteres que convertían el viaje en un suplicio. Pero hoy están expeditas para transitar, y uno de los principales sectores beneficiados con el cambio de las carreteras es el agrícola, por la facilidad para trasladar sus productos. Carlos Manuel Mero es propietario de un camión de carga y usualmente circula por la vía Bahía - Portoviejo Manta. Usualmente, él lleva productos como maíz, sandía, plátano, naranja, mandarina, yuca, camarón... Para el comerciante, el cambio no tiene comparación. «La realidad es que las carreteras eran un desastre, estaban llenas de huecos profundos, tenían muchos baches y los carros se deterioraban. Había que invertir en llantas y resortes. Pero ahora, con la vía bien asfaltada, eso está en el olvido».

Los ingresos mensuales, en el caso de este transportista, han mejorado en un «setenta por ciento», en relación a lo que antes ganaba. Sencillamente porque ahora tiene más fletes y puede efectuar en menor tiempo el recorrido; lo que antes le tomaba tres horas, hoy puede hacerlo en una hora y media. Carlos Manuel Mero dice que, en el pasado, por el estado de las vías, hacía solo un flete al día. Desde Bahía de Caráquez a Portoviejo el flete cuesta entre 80 y 100 dólares, y el excelente estado de la carretera le permite hacer más recorridos. El beneficio por el buen estado de las carreteras repercute en otros aspectos. Los costos por el mantenimiento de las unidades también se han reducido y con lo cual se genera un mayor ingreso para el propietario. «Antes, cada mes se dañaban las hojas de resorte, se quebraban y en eso gastaba 100 dólares. Ahora, con esta vía, los frenos duran más tiempo, se

Carlos Manuel Mero Beneficiario «La realidad es que las carreteras eran un desastre, estaban llenas de huecos profundos, tenían muchos baches y los carros se deterioraban. Había que invertir en llantas y resortes. Pero ahora, con la vía bien asfaltada, eso está en el olvido» Ecuador, jueves I 20.09.2012 I

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Ángel Cedeño Zambrano Beneficiario «Nunca nos imaginamos que estas obras se iban a cumplir; el campo ha estado desatendido toda la vida, pero desde que entró Correa ha cambiado todo».

ahorra combustible y esperamos más de seis meses para el mantenimiento de las unidades», explica el conductor. Ángel Cedeño Zambrano también se declara beneficiado. Toda su vida ha trabajado en la agricultura. Él vive en la parroquia San Plácido, del cantón Portoviejo. Tres veces por semana, recorre con su camioneta alrededor de 100 kilómetros para sacar de su finca mandarinas, naranjas, papayas, plátanos, entre otros productos. «Antes era complicado para nosotros, los pequeños agricultores. Los carros no llegaban y teníamos que sacar en burro los productos desde la finca hasta donde haya una carretera», recuerda. Cerca de la propiedad, Ángel Cedeño pasa una carretera que le comunica rápidamente con los mercados. «Ciertos productos como las mandarinas, papayas o las naranjas a veces se dañaban, porque debíamos sujetar

con fuerza los sacos para montarlos en el burro y la fruta se magullaba». Hoy, el agricultor saca su producción en un carro, el viaje tarda quince minutos y sobre todo la mercancía no llega dañada. Ángel Cedeño recuerda que en más de 60 años ningún gobierno se preocupó por construir caminos para la provincia, el primero fue el Presidente Rafael Correa. «Nunca nos imaginamos que estas obras se iban a cumplir; el campo ha estado desatendido toda la vida, pero desde que entró el Presidente Correa todo ha mejorado». Para Ángel, el mejor trabajo del Gobierno ha sido la atención permanente al sector agrícola. «Usted sabe que del campo sale la fruta para el pueblo, pero mucha gente dejó sus fincas botadas porque no tenían como sacar la producción para poder venderla. Ahora con mejores carreteras, nuestras vidas también mejoraron».


SANTA ELENA

El hospital en

Santa Elena, un beneficio sin precedentes

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MONTO DE INVERSIÓN 287 782 dólares Fuente: ICO

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SANTA ELENA

«

Sin el nuevo hospital yo habría muerto». La frase de Ivonne Quinde evidencia lo que el nuevo hospital, construido por el Gobierno de la Revolución Ciudadana, representa para miles de habitantes de la Península de Santa Elena. Hace casi un año empezó a funcionar el hospital Liborio Panchana Sotomayor, un moderno centro de salud que cuenta con 115 camas, equipos de alta tecnología y un selecto grupo de profesionales para las especialidades de medicina interna, cirugía, pediatría, ginecología y obstetricia, cardiología, traumatología y emergencias. Adicionalmente, se brindan servicios como rayos X, ecografías, mamografías, audiología, laboratorio clínico, farmacia, entre otros. En el pasado quedaron las penurias que padecían los habitantes del cantón Santa Elena para recibir atención médica, sobre todo cuando se trataba de emergencias. “La construcción del nuevo hospital en la Península es lo mejor que nos pudo pasar”, dice Ivon-

ne Quinde, quien destaca que la atención es de calidad. Ella recuerda que antes solo existía un subcentro de Salud. Los habitantes estaban obligados a llevar a los enfermos más delicados hasta Guayaquil, en la provincia de Guayas. Sus vidas peligraban por la falta de atención médica oportuna y de calidad. «En el nuevo hospital hay médicos especialistas; encuentras, por ejemplo, cardiológos, que antes no trabajan en el centro de salud. Las operaciones se pueden hacer porque todo es de primera», apunta. Ella recuerda que fue llevada de emergencia por una hemorragia al hospital Liborio Panchana. «Me atendieron enseguida. Si hubiera sido en las condiciones en las que funcionaba el subcentro de Salud, habría muerto». Ivonne Quinde dice que la mejora no solo ha sido en la infraestructura, sino también en el personal que labora en el centro hospitalario. Antes había maltrato. Incluso ella recuerda con indignación que no había delicadeza para tratar a los enfermos. «Ahora el trato es bueno y ha cam-

Ivón Quinde Beneficiaria «La gente siente gratitud por la obra, porque es algo muy beneficioso para el pueblo pobre, para el que necesita. Es una obra muy buena del Presidente Correa; por lo menos ya tenemos un hospital, ya no se necesita viajar a Guayaquil»

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biado totalmente». Según esta joven peninsular, el nuevo hospital está abastecido de medicinas, todo es gratuito y se ofrece una cálida atención. Ella manifiesta que si se hubiese atendido en una clínica privada, le habría costado por los menos 300 dólares, cantidad que, para ella, como para la mayoría de usuarios del hospital, es difícil de reunir de un momento a otro. «La gente siente gratitud por la obra, porque es algo muy beneficioso para el pueblo pobre, para el que necesita. Es una obra muy buena del Presidente Rafael Correa; por lo menos ya tenemos un hospital, ya no se necesita viajar a Guayaquil», resalta. Otro caso muy similar es el de Carlos Tomalá Vera, de 51 años, quien vive con su esposa y tres hijos, en las inmediaciones del mercado Rocafuerte de Santa Elena. Su cónyuge tuvo que ser intervenida de urgencia por una apendicitis y permaneció hospitalizada en el nuevo hospital Liborio Panchana por cinco días. «La atención ha sido muy buena en todo aspecto: médicos, enfermeras; lo único que me llama la atención es que antes uno entraba con el paciente y ahora hay restricciones en emergencia, pero de ahí no me puedo quejar de nada», asegura. Mientras don Carlos Tomalá esperaba afuera del hospital a su esposa, quien recibía curación en las heridas tras la operación, recordaba el tipo de atención que los pacientes recibían en el pasado. «No teníamos todo esto, no estaba el hospital; teníamos un subcentro de Salud y nada más (…) y si

Carlos Tomalá Vera Beneficiario «Yo no he gastado nada en la operación de mi esposa, solo un remedio que no había, pero no gasté casi nada. Antes tenía que comprar gasas, algodón, porque no había»

había una emergencia en la madrugada, las ambulancias llevaban directamente a Guayaquil, o a las clínicas más cercanas». «Yo no he gastado nada en la operación de mi esposa, solo un remedio que no había, pero no gasté casi nada. Antes tenía que comprar gasas, algodón, porque no había». Esta emergencia, asegura, le habría costado por lo menos 4 000 dólares, y por eso está agradecido con el presidente Rafael Correa, «porque sí ha cumplido con los pobres».


El complejo eléctrico fortalecerá la productividad de la península

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MONTO DE INVERSIÓN 57 000 000 de dólares Fuente: MEER

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tro sueño se hace realidad para los habitantes de la provincia de Santa Elena: en la vía a Ancón se levanta una moderna subestación eléctrica, construida para acabar con los cortes del suministro eléctrico. Erick Martillo Ramírez tiene 48 años y se dedica a la distribución de materiales y productos para panificación. Su trabajo se ha visto afectado por los cortes repentinos de energía, pero ahora sostiene que la nueva subestación eléctrica resolverá ese problema. «Para mí es importante que exista una secuencia permanente de energía, porque tenemos una cámara de refrigeración para la levadura, y eso debe estar prendido a menos dos grados centígrados bajo cero. Si falla la energía de un momento a otro hablamos de una pérdida de por lo menos tres mil dólares», explica. Este pequeño empresario sostiene que habitualmente sufren de ‘apagones’ largos que dejan molestias y pérdidas a todos los habitantes de la Península. «No solo beneficiará a mi negocio, sino a todo el sector comercial; fortalecerá la productividad de mi península de Santa Elena. Queremos un buen servicio y energía permanente. Para mí es

Erick Martillo Ramírez Beneficiario «No solo beneficiará a mi negocio, sino a todo el sector comercial; fortalecerá la productividad de mi península de Santa Elena. Queremos un buen servicio y energía permanente. Para mí es una obra necesaria e importante»

una obra necesaria e importante». Erick destaca el desarrollo comercial de esa zona costera del Ecuador. «Usted sabe que existe crecimiento poblacional y los negocios se mantienen activos, ya que hay buenas carre-

teras. Yo que recorro todos los cantones he visto el cambio que ha impulsado el Presidente Correa». Sostiene además que la puesta en marcha de la subestación impulsará a los negocios y aportará a la productivi-

José Palma Beneficiario «El servicio eléctrico es el corazón del desarrollo, los pueblos no hacen nada sin la industria, el comercio; todo se mueve con energía y por eso esta obra es importante»

dad del país. Para el profesor José Palma, quien ha vivido en Santa Elena todos sus 70 años, la nueva obra «es una especie de garantía del servicio eléctrico para la zona». El educador cuenta que en este sector costero del país, los pueblos geográficamente dispersos se han desarrollado con problemas en el servicio eléctrico. De ahí que resalta la función de la nueva subestación eléctrica para garantizar el servicio de forma permanente para la provincia. «Ahora habrá un servicio regular y permanente, porque antes había deficiencias, apagones; y tenemos que considerar que vivimos un crecimiento económico». Por eso, precisa que la subestación es un logro valioso, «porque significa un avance técnico y estamos en pleno despegue del desarrollo peninsular». Para este profesor, los administradores del sector público deben acatar la exigencia del Jefe de Estado, Rafael Correa, que el trabajo debe ser siete días a la semana y 24 horas al día. Esto mejorará las condiciones del país. «El servicio eléctrico es el corazón del desarrollo, los pueblos no hacen nada sin la industria, el comercio; todo se mueve con energía y por eso esta obra es importante para todos nosotros», afirma el maestro.

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GUAYAS

Ciudad Victoria,

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MONTO DE INVERSIÓN 5 400 000 de dólares

un ejemplo del buen vivir en Guayaquil

Fuente: MIDUVI

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C

iudad Victoria es una ciudad alegre. Sus habitantes sonríen y están seguros de que les espera un futuro feliz. Ellos fueron víctimas de los traficantes de tierra, quienes abusaron de su esperanza de ser dueño de una casa. «Es una nueva vida para nosotros, porque la casa es bonita y es de mi propiedad. Yo vivía en una casita de caña, en medio del polvo, había muchos insectos y el peligro de enfermarnos. Ahora ya no uso ni toldo porque ni siquiera hay moscos», comenta Jessenia López Mora, quien desde el pasado 13 de febrero fue reubicada en el plan habitacional Ciudad Victoria. Ella, su esposo y sus dos hijos, forman parte de las familias beneficiadas y reubicadas, que antes vivían en invasiones, como las Sergio Toral, Monte Sinaí y Ciudad de Dios, situadas en un extenso sector marginal del puerto principal. -«Buenos días caballero, tenga la bondad, ¿a dónde se dirige?» La pregunta de uno de los guardias que custodian el ingreso al plan habitacional es similar a la que realizan los celadores de ciudadelas privadas, de costo muy elevado. Pero es así como se controla el ingreso a Ciudad Victoria, un conjunto habitacional que está destinado a recibir a 3.600 familias reubicadas de los asentamientos ilegales. Familias que vivirán en casas de dos dormitorios, además cuentan con un baño, sala-comedor y una cocina. Cuentan con todos los servicios básicos, con vías para su acceso rápido y, muy pronto, con sus propios centros educativos y de salud. Las casas en Ciudad Victoria están pintadas de colores pasteles y hay espacios verdes para el bienestar, sobre todo, de los niños. Jessenia López está contenta con su nueva vida. Antes ella sufría la extorsión de los traficantes de

Liliana Beatriz Charro Torres Beneficiaria «Aquí tuve la oportunidad de acceder a un crédito porque yo estaba en central de riesgo, apliqué en otro plan de casas y no me dieron, pero aquí me ayudaron»

tierras, quienes con cobros ilegales asfixiaban su pequeña economía. Ella cuenta que en las invasiones se pagaba por todo. Por ejemplo, dos dólares por familia para supuestos guardias de seguridad. Pese a que todos pagaban esa mensualidad, los robos eran permanentes. «Antes de venir a Ciudad Victoria fuí víctima de los ladrones; si no fuera por un vecino, me desvalijan mi casa». Ese no era el único problema que afrontaba en su antigua vivienda. La familia, a pesar de no tener medidor de energía, debía pagar ochenta dólares por «punto» (un espacio de conexión directa hacia la vivienda). «Y cuando se dañaba algún transformador debíamos pagar tres dólares más».

El agua que compraba al tanquero representaba un gasto mensual de 30 dólares, sin contar las sanciones que

Jessenia López Mora Beneficiaria «Ha sido un cambio muy grande porque la casa es bonita y es de mi propiedad. Yo vivía en una casita de caña, en medio del polvo, había muchos insectos y el peligro de enfermarnos. Ahora ya no uso ni toldo porque ni siquiera hay moscos»

aplicaban los traficantes por el atraso en algún pago. «El castigo, por ejemplo, era que si

me atrasaba en el pago de la luz, me cortaban el cable y me dejaban ocho días sin luz» recalca. También revela que cuando alguien terminaba de pagar el terreno tenía que cancelar 350 dólares adicionales, para poder recibir el «título de propiedad». Un documento que no tenía ningún respaldo legal. «Yo gastaba al mes, por lo menos, 250 dólares. Ahora pago una cuota de 60 dólares mensuales por diez años, como pago de la casa y para mí es perfecto porque ahora es mía. Además, el dinero que ahorro me ha servido para comprar cosas para la casa y ponerla bonita», cuenta emocionada Jessenia López. Ella ha podido adquirir un juego de comedor y arreglar el cuarto de sus hijos. «Acá cambió todo. Si hay un daño

en la luz, los señores de la Empresa Eléctrica vienen y lo arreglan; y no debo pagar nada». Uno de sus planes es poner un negocio de venta de ropa. «Aquí hay un proyecto para poner locales, en una nueva área comercial de la ciudadela, y van a dar preferencia a los residentes». Por ahora, Jessenia vive de la venta de cosméticos por catálogo y de lo que su esposo puede reunir como pintor de carros en un taller. Una historia similar vive Liliana Charro Torres, una madre soltera de 27 años. La mujer y sus cuatro hijos vivían en la tercera etapa de la cooperativa Sergio Toral. «Todo estaba rodeado de maleza, había animales y culebras que salían en el invierno. Una vez, cocinando el almuerzo, me cayó una por la espalda. Me asusté porque medía más de un metro, gracias a Dios no me mordió». En su caso, el punto de luz le costaba 250 dólares, que debían ser pagados en cuotas mensuales. Además, le cobraban el relleno de las calles y otros «servicios» que consideraban los traficantes de tierras. Cuando efectuaban mítines políticos, los vecinos eran obligados a asistir, y quien no lo hacía debía pagar una multa de 5 dólares, recuerda. Liliana asegura que a quien se negaba a pagar la sanción, le cortaban la luz y para reconectar el servicio había que cancelar 35 dólares. «Aquí tuve la oportunidad de acceder a un crédito porque yo estaba en central de riesgo, apliqué en otro plan de casas y no me dieron, pero aquí me ayudaron». Beatriz trabaja como vendedora ambulante de agua y considera que su vida cambió por completo. «Yo estaba desilusionada, rendida, sin esperanzas, deprimida (…) esto es una bendición de Dios; ahora vivo con dignidad y tengo que agradecer también al Presidente Correa», dice con la voz entrecortada y con lágrimas de felicidad. Ahora, la madre y sus hijos disfrutan de un hogar digno y de su propiedad.

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GUAYAS

«La Unidad Nacional ya es una realidad»

que llegó con el cuarto puente son los conductores de los buses de transporte público. Mientras aguarda su turno en la estación de la línea 17, cooperativa Eloy Alfaro, en Durán, Juan García Castro asegura que hoy pueden dar un mejor servicio al usuario. «Antes era muy congestionado, ahora se desahoga bastante la aglomeración de carros en el puente. La frecuencia se desprogramaba y los pasajeros llegaban tarde a sus trabajos o diligencias en Guayaquil».

Byron Sánchez Barriga Beneficiario

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MONTO DE INVERSIÓN 101 370 556 de dólares Fuente: MTOP

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a construcción del cuarto puente sobre el río Babahoyo, trae enormes beneficios a los habitantes de Guayas, y quienes transitan a diario por esta vía son testigos de esa mejoría. «Era fatal el congestionamiento vehicular, pero ahora todo es más fácil. Es una gran obra y otra promesa que el Presidente Rafael Correa ha cumplido. Ahora sí la unidad nacional es una realidad, porque todos nos beneficiamos del puente», afirma Byron Sánchez Barriga, quien desde hace ocho años trabaja como taxista en la ruta entre Durán y Guayaquil.

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El puente tiene 20,80 metros de ancho y mide 2 186 metros de largo, incluyendo a las vías de acceso a Durán (120,88m) y a La Puntilla (90,88 m). La arteria vial tiene 5 carriles, ciclovías y aceras para peatones. Su construcción fue destinada para potenciar el comercio, la industria y el turismo; y para terminar con el caos vehicular y mejorar el acceso y comunicación entre Guayaquil, principal puerto económico del Ecuador, con el resto del país. Por el Puente de la Unidad Nacional transitan diariamente casi 70 mil vehículos. Antes de la construcción, la falta de una óptima conexión vial provocaba accidentes de tránsito.

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«Yo tenía pensado estacionar una grúa al inicio del puente, porque los choques eran constantes», bromea el taxista de 29 años. Por la falta del cuarto puente era difícil salir de Durán, había embotellamientos todo el día y solo en la noche había menos tráfico. Como taxista que efectúa recorridos a diario entre Guayaquil y Durán, recuerda que solía hacer ocho vueltas. Actualmente puede hacer hasta once por la facilidad en la circulación vehicular, y cada vuelta le genera 8 dólares de ingreso. Byron sostiene que anteriormente demoraba una hora y media en hacer una vuelta, y hoy el tiempo se ha reducido a cincuenta minutos. Esta ya es una ganancia, independientemente al ahorro de combustible, explica. «Lo más grave era cuando las ambulancias que venían de los pueblos se encontraban con el congestionamiento en el puente. Ahí no había por donde pasar; creo que debe haber muerto gente por esta situación», recuerda. Quienes también han visto el cambio

«Lo más grave era cuando las ambulancias que venían de los pueblos se encontraban con el congestionamiento en el puente. Ahí no había por donde pasar; creo que debe haber muerto gente por esta situación»

Juan García Castro Beneficiario

«Antes era muy congestionado, ahora se desahoga bastante la aglomeración de carros en el puente. La frecuencia se desprogramaba y los pasajeros llegaban tarde a sus trabajos o diligencias en Guayaquil»


LOS RÍOS

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MONTO DE INVERSIÓN 34 000 000 de dólares Fuente: IESS

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na atención oportuna, de calidad y con calidez es la carta de presentación del hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) de Babahoyo, en la provincia de Los Ríos. Para Darwin Montoya Tello, un afiliado de 34 años de edad, el cambio es más evidente en el trato al afiliado.

«Antes se madrugaba y aquí no había médicos. Ellos llegaban a las diez u once de la mañana; pero eso no era lo peor: lo indignante era que los doctores llegaban a esa hora y se iban a desayunar, mientras veinte pacientes los esperábamos. Eso yo lo viví, no me lo contaron», recuerda con molestia. Ahora los usuarios pueden constatar que el servicio en las entidades públicas suele ser mejor que en las

en apenas cinco minutos. Ahora, el laboratorio está disponible todos los días. Según Darwin Montoya, quien labora como inspector en un colegio privado de la ciudad, el beneficio se ha extendido para su familia, porque ahora se atienden su esposa e hijos. Esta transformación la ha podido apreciar en los últimos tres

Darwin Montoya Tello Beneficiario «Antes se madrugaba y aquí no había médicos. Ellos llegaban a las diez u once de la mañana; pero eso no era lo peor: lo indignante era que los doctores llegaban a esa hora y se iban a desayunar, mientras veinte pacientes los esperábamos. Eso yo lo viví, no me lo contaron»

El Hospital del IESS de Babahoyo, un ejemplo del

buen trato al afiliado Fernando Albán Obando Beneficiario «Ahora han ampliado en la planta baja la sala y está excelente el lugar para atendernos. La atención ha mejorado»

privadas. En el hospital de Babahoyo hay médicos las 24 horas, se adquirieron nuevos equipos para atender a los afiliados y se garantiza la entrega de medicinas para curar sus dolencias. «Aquí no había ni suero oral para el afiliado», dice Montoya, haciendo memoria. Pero hace pocos días se hizo un examen de sangre y tuvo el resultado en sus manos

años. Este afiliado espera que la situación mejore más cuando entre en funcionamiento el nuevo hospital del IESS que está en construcción. Fernando Albán Obando llega con muletas y una sonrisa al área de rehabilitación del hospital. Es otro testigo del cambio pues, antes, para acceder a su terapia, si el ascensor estaba dañado tenía que subir hasta tres pisos. «Ahora han ampliado en la planta baja la sala y está excelente el lugar para atendernos. La atención ha mejorado», afirma.

En el pasado, el paciente debía estar al límite de su resistencia para ser atendido.«Uno tenía que venir desangrándose para que lo atiendan. Ahora todo es más ordenado, uno coge el ticket y lo atienden. Todo está automatizado». «Antes, el afiliado no recibía la atención digna que ahora tiene», acota Fernando Albán, quien tiene 46 años y está en rehabilitación por la rotura de un ligamento en una de sus piernas. La administración refleja un cambio en la mentalidad, por la disposición del Gobierno Nacional.

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LOS RÍOS

Babahoyo está más cerca del país gracias a

Los Gemelos

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MONTO DE INVERSIÓN 2 750 000 de dólares Fuente: MTOP

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cho años esperó Babahoyo por Los Gemelos, un complejo vial que se levanta en las afueras de la ciudad. El proyecto facilita el tránsito entre la capital de Los Ríos y las provincias de Santo Domingo de los Tsáchilas y Guayas. «Esta obra la esperamos mucho tiempo. Por años se pedía que se convierta en una realidad y fue el presidente Rafael Correa quien la concretó», ratifica Juan Azúa García, quien ha palpado que la construcción de los dos puentes, bautizados como Los Gemelos, ayuda a los habitantes de la provincia. «Para nosotros es de gran apoyo y ahorro de tiempo, porque anteriormente para ir a Quevedo, o de regreso, había que atravesar toda la ciudad». La entrada a Babahoyo representaba para el transportista más de una hora de demora, por el congestionamiento vehicular que provocaban los buses urbanos, interprovinciales y los camiones, que iban a la urbe. Hoy, los conductores no ingresan a Babahoyo sino que usan el paso lateral y los puentes, con lo cual en ocho minutos pueden atravesar la vía para Ecuador, jueves I 20.09.2012 I

avanzar en el trayecto. Juan Azúa transporta diariamente víveres y el ahorro de tiempo le permite realizar más fletes, llegar a la hora que el cliente ha fijado y conseguir más ingresos. «La construcción la puedo resumir como buena y excelente para nosotros los transportistas. Es lo mejor que pudieron hacer las autoridades»,

Juan Azúa García Beneficiario

«Para nosotros es de gran apoyo y ahorro de tiempo, porque anteriormente para ir a Quevedo, o de regreso, había que atravesar toda la ciudad»

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resalta. Muchas de las personas que trabajan en localidades aledañas a la Babahoyo ahorran mucho tiempo en su traslado. Ese es el caso de Carlos Iván Rizzo, quien se desempeña como guardia de seguridad de una empresa. «Esta obra desvía bastante el flujo vehicular que antes tenía que obligatoriamente pasar por el centro de Babahoyo. En el pasado tenía que usar una canoa para llegar más rápido al trabajo». Muchas empresas que tenían que trasladar su mercancía eran víctimas de robos, pues debían usar caminos secundarios para ahorrar tiempo, y los delincuentes aprovechaban para asaltarlos, cuenta el vigilante privado. «La construcción del paso lateral de Babahoyo, que al inicio era de dos carriles, con un puente, estuvo abandonada por nueve años. Pero el actual Gobierno decidió hacer la vía de cuatro carriles con un nuevo viaducto junto al otro, apenas separados por cinco metros y eso nos ha dado un enorme beneficio». Esta obra no solo beneficia a las personas de la localidad y de sectores cercanos, sino a quienes se dirigen hacia Santo Domingo, Quito, Esmeraldas y otras ciudades importantes del país.

Mientras que en el caso de los que vienen de Pichincha es un paso obligado para llegar a ciudades como Guayaquil, en la provincia del Guayas. Carlos Iván Rizzo asegura que ya había perdido la esperanza de que se construyera este puente porque, hace muchos años, en otros gobiernos también se lo había ofrecido, pero solo fueron palabras.

Carlos Iván Rizzo Beneficiario

«Esta obra desvía bastante el flujo vehicular que antes tenía que obligatoriamente pasar por el centro de Babahoyo. En el pasado tenía que usar una canoa para llegar más rápido al trabajo»


EL ORO

El aeropuerto trajo una nueva vida a Santa Rosa »

MONTO DE INVERSIÓN 49 144 151 de dólares Fuente: MTOP

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ay más de una docena de taxistas en el estacionamiento del aeropuerto de Santa Rosa, de la provincia de El Oro. Ellos esperan a los pasajeros que arriban desde diferentes ciudades del país. Desde que entró a funcionar la terminal aérea, los propietarios de los vehículos de alquiler han encontrado una oportunidad de trabajo.

Carlos Sánchez Vivanco es uno de los beneficiarios y, junto a sus compañeros, destaca la oportunidad que se creó para ellos. Califica la construcción de esta obra en la provincia de El Oro como un “paso agigantado” que potencia el desarrollo en esta zona. “Nadie lo creía, esto le sorprende a cualquiera, porque es una imagen dis-

tinta la que se muestra al visitante con este aeropuerto moderno, nunca pensamos que se haría realidad una obra así. Ahora tenemos la posibilidad de ofrecer nuestro servicio a más personas”, detalla el conductor. Su economía ha mejorado en un 60 por ciento, porque el nuevo aeropuerto le ha permitido ofrecer carreras de mayor distancia. Antes solo operaban en el cantón Santa Rosa y las carreras eran de 10 o 15 dólares máximo. Hoy, Carlos Sánchez lleva a clientes

cias para ir a pasear. "En muchos casos, el turista nos contrata para llevarlos a conocer y le cobramos 80 dólares por un recorrido de todo el día". Los taxistas trabajan desde las 07h00 hasta las 10h00 y luego regresan en la noche, desde las 19h30 en adelante, pues son los horarios en los que normalmente operan los vuelos en esta localidad. La construcción de la terminal aérea se completó con otros servicios que se ubican en sus instalaciones y

Carlos Sánchez Vivanco

Miguel Suliaga Zambrano

Beneficiario «Nadie lo creía, esto le sorprende a cualquiera, porque es una imagen distinta la que se muestra al visitante con este aeropuerto moderno, nunca pensamos que se haría realidad una obra así. Ahora tenemos la posibilidad de ofrecer nuestro servicio a más personas»

Beneficiario

a Huaquillas (frontera con Perú) y puede obtener 120 dólares; también viaja a poblaciones más cercanas, como Portovelo, y cobra entre 35 y 40 dólares. “A la semana nos salen cuatro carreras largas. Con una buena carrera ya cubro todo el día", explica. Carlos Sánchez sostiene que el turismo también se ve beneficiado debido a que los visitantes le piden sugeren-

que vayan a la capital orense. Son las siete de la mañana y Miguel espera que abra la oficina, pues debe regresar a Arenillas por su trabajo, pues labora en una gasolinera como conserje. “Si me hubiera ido a Machala me tomaba todo el día, porque hay mucha gente y uno debe esperar más tiempo; aquí estoy cómodo esperando y puedo regresar al trabajo, porque solo tengo dos horas de permiso”, puntualiza el joven. Según este usuario, la terminal aé-

«Si me hubiera ido a Machala me tomaba todo el día, porque hay mucha gente y uno debe esperar más tiempo; aquí estoy cómodo esperando y puedo regresar al trabajo, porque solo tengo dos horas de permiso»

que sirven a los moradores de poblaciones aledañas. Sentado en el interior de la terminal aérea está Miguel Suliaga Zambrano. Pero él no es un pasajero: necesita renovar su cédula de identidad, pues extravió el documento semanas atrás. Una oficina del Registro Civil atiende allí a las personas que necesitan efectuar algún trámite, sin necesidad de

rea está localizada en un sector estratégico, pues es más rápido llegar allí que ir a la capital para efectuar cualquier trámite. El beneficio, indica, es para ciudadanos, empresarios, exportadores, turistas y comerciantes. "Para mí es una buena obra porque dio vida al pueblo de Santa Rosa. Antes todo se concentraba en Machala", recalca Miguel, de 57 años.

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EL ORO

La supervía Huaquillas mejora el comercio en la frontera sur

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os transportistas de Huaquillas demuestran su satisfacción por las nuevas carreteras de la provincia de El Oro. De todas las construcciones, destacan la vía que va desde la ciudad fronteriza hasta el redondel de ingreso a Machala. Vicente Rogel Jumbo trabaja hace diez años en su camioneta de carga li-

que más gastaba era en el sistema de suspensión, se iban unos 100 o 200 dólares». Este conductor relata que, ahora, la vía está en perfecto estado y además hay un ahorro en el combustible. «Antes pensaba dos veces antes de salir en recorridos largos, por la polvareda y porque el carro regresaba con algún daño; y en lugar de ser una ganancia, en ocasiones se convertía en una pérdida».

viana, y ha presenciado la renovación de las vías de la zona sur de Ecuador. «Las carreteras eran malas, llenas de baches, y había más dificultad porque nos demorábamos mucho en los recorridos», explica el chofer. Recuerda que por el mal estado de las vías, los vehículos tenían que recibir mantenimiento en la mitad del tiempo previsto. «Se gastaba el doble porque los carros se dañaban. En lo

Vicente Rogel Jumbo Beneficiario «Las carreteras eran malas, llenas de baches, y había más dificultad porque nos demorábamos mucho en los recorridos»

Gracias a las óptimas carreteras, el trabajo de Vicente Jumbo es más fácil. Por eso da las gracias al Gobierno de la Revolución Ciudadana que ha llegado con obras a todas las provincias del país. Otro conductor que es protagonista de esta nueva realidad es Jorge Castillo Acosta, de 40 años. Aunque es relativamente nuevo en el oficio, destaca que la situación actual de las carrete-

Jorge Castillo Acosta Beneficiario «Le pongo un ejemplo: anteriormente, desde el ingreso a Machala hasta Huaquillas me hacía más de una hora, hoy en media hora o cuarenta minutos hago el mismo recorrido, porque la vía está en buenas condiciones» Ecuador, jueves I 20.09.2012 I

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ras que conducen a Huaquillas en la provincia de El Oro, no se compara con la de hace tres años atrás. Para explicarlo, Jorge se levanta de su descanso, tras siete horas de recorrido desde la región central del país, hasta donde lleva mercadería y legumbres. «Le pongo un ejemplo: anteriormen-

te, desde el ingreso a Machala hasta Huaquillas me hacía más de una hora, hoy máximo cuarenta minutos hago el mismo recorrido, porque la vía está en buenas condiciones». Él asegura que es beneficioso para todos: el comprador recibe su carga a tiempo y en buenas condiciones, y los conductores gastan menos.


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