Sábado, 25 de febrero de 2017 Nº 129 @aladar_cultura
La nueva ópera sevillana desembarca en Madrid La compositora sevillana Elena Mendoza ha estrenado en el Teatro Real de Madrid su ópera ‘La ciudad de las mentiras’. Una obra que busca la conjunción entre todos los elementos de la representación construyendo un nuevo marco musical e interpretativo
Entrevista a Manuel Muñoz Ribas
Repaso a las poetas arábigo andaluzas
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Ópera En la representación de una ópera se fusionan un gran número de elementos. Los aficionados dan más importancia a algunos de ellos y menos a otros; los gustos hacen que la mirada y el oído se fijen en aspectos diversos; pero cualquier aficionado sabe que una ópera es una especie de maquinaria que necesita de todas sus piezas para funcionar
Coro Intermezzo: La correa de distribución sobre el escenario Gabriel Ramírez {Asistir a un ensayo del Coro Intermezzo (Coro Titular del Teatro Real de Madrid) es un lujo como otro cualquiera. Escuchar cantar a los integrantes del coro, desde muy cerca, acompañados por el piano, dirigidos por Andrés Máspero que mueve las manos con vigor, con rapidez, dando las indicaciones precisas, elevándose sobre la banqueta cuando lo que quiere es matizar o marcar un aspecto fundamental de la partitura, tiene algo de magia en cada instante. Sabes que eso que escuchas se integrará con el trabajo musical, con la iluminación, con un vestuario concreto, con todo aquello que forma parte de lo que vamos a disfrutar, y que nunca volverás a escuchar lo que disfrutas en ese ensayo de ese mismo modo, porque estará dentro de un todo. Ensayan, solo los hombres, El gallo de oro una ópera de Nikolái Rimski-Kórsakov y libreto de Vladímir Belski. Más tarde, entrarán las mujeres para ensayar junto con ellos Bomarzo de Alberto Ginastera. El Maestro pide garantías. No puede haber fallos. Hay que recordar que todos dependen de todos. Pide que dibujen lo que está pasando en esa obra que van a representar, les recuerda que hay que ver lo que está sucediendo para saberlo cantar, hay que entender lo que piensan los personajes para expresar lo justo. Y les sugiere algún cambio al cantar. Sobre todo esos detalles que permiten utilizar palabras porque cantar es decir las palabras de una forma bella. Palabras y garantías. Y unidad en el trabajo. Quiere tener la sensación de estar ante un solo cantante capaz de desarrollar distintos registros. Uno solo. Eso es, al menos lo que entiende, el que escribe cuando escucha al Maestro Máspero. Con una puntualidad envidiable, se llega al descanso y tengo la oportunidad de charlar con Andrés Máspero en su despacho. Un encuentro breve en el que repasamos su llegada al Teatro Real reclamado por Gerard Mortier; la selección de los integrantes del coro entre cientos de cantantes de distintos países, lo satisfecho que está con el resultado de un gran esfuerzo de muchas personas. Charlamos de las similitudes que existen entre la literatura y el canto; las exigencias de los que tratamos de marcar caminos de aprendizaje, de perfeccionamiento técnico. Pero,
Representación de ‘El holandes errante’ de Richard Wagner en el Teatro Real de Madrid. / Fotografía: Javier del Real
también, de la importancia de un coro en cualquier ópera, de cómo una pieza de un motor hace que todo funcione y de cómo un mal funcionamiento de cualquiera de las partes supone una avería general. Si tuviera que elegir una pieza con la que comparar al coro elegiría la correa de transmisión. Si esta falla el motor deja de funcionar de inmediato y la avería es de mucha importancia. Porque sin esa correa todo comienza a funcionar mal, las piezas pueden llegar a deformarse. El motor se detiene del todo, sin remedio. Hay que regresar a la sala de ensayos. Ya están allí esperando, esta
vez, hombres y mujeres. Se vuelve a detener el mundo. Solo comienza a moverse, de nuevo, al ritmo de lo que marca la partitura. Y el sonido de las voces, esta vez en forma de susurro algo inquietante, inunda el espacio. El Maestro marca los tiempos golpeando ligeramente el atril con su bolígrafo. Parece que el sonido pertenece a la música en exclusiva. Suena un teléfono en el exterior de la sala, un ruido intruso que sorprende a todos porque allí no puede estar. Aquí solo corcheas, fusas o redondas. No cabe nada más. Los que leen estas páginas saben que es rara la crítica que se escribe sin
que dediquemos un pequeño espacio al coro Intermezzo (si la obra ha sido representada en el Teatro Real de Madrid, claro). Y saben que es extraordinario que se diga algo negativo de su trabajo. Ahora, después, de estos minutos en el que he tenido la sensación de que cantaban para mí (la cabeza de las personas funciona de una forma muy extraña) entiendo porque me gusta tanto. Son uno, ofrecen garantía absoluta cada uno de los que forman el grupo, y saben que la ópera es música y palabras que, definitivamente, a ellos les toca decir de la forma más bonita que se pueden decir las cosas. ~
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Ópera El pasado 20 de febrero se estrenaba en el Teatro Real de Madrid la ópera, firmada por la compositora sevillana Elena Mendoza, ‘La ciudad de las mentiras’. Un estreno mundial y absoluto. El público recibió la obra de forma desigual; con entusiasmo por parte de los seguidores y amistades de la señora Mendoza, con protestas por parte del público del Real
LA CIUDAD DE LAS MENTIRAS
¿Una ópera sin cantantes?
Gabriel Ramírez Lozano {Ante un estreno mundial, el nivel de expectación debería ser elevado, ese sonido que avisa de lo importante que va a pasar sobre un escenario debería resonar alrededor del teatro, los corrillos en el hall del teatro deberían ser numerosos y las conversaciones sobre la ópera a punto de estrenarse fluidas y entusiastas. Pero no, el pasado día 20 de febrero, nada de eso sucedió. Mal presagio. La ciudad de las mentiras es el resultado del último encargo que Gerard Mortier hizo a Elena Mendoza (Premio Nacional de Música el año 2010 y Medalla de Andalucía en 2017) para el Teatro Real. Y, ciertamente, después de ver la obra, todo casa muy bien con la forma de entender la ópera del que fuera director artístico del Real. Ya saben tan discutido como amado. El escenario se dibujaba con una arquitectura sugerente, bien perfilada por Bettina Meyer. Once músicos en el foso, otros siete en el escenario y otros tantos situados en el palco real del teatro. Cantantes, actores, vestuario, audiovisuales, en busca de un todo en el que se pueda desarrollar un concepto de ópera que causa extrañeza al mismo tiempo que fascinación. También rechazo, todo hay que decirlo. Porque emociones (en el sentido más romántico del término) pocas. Porque la sensación de estar asistiendo a la representación de una ópera sin cantantes es demoledora entre el aficionado acostumbrado a las obras clásicas. Porque lo que cuentan es difícil de entender (apostar por arrancar un proyecto desde los textos originales de Onetti, deconstruirlos, e intentar contar cuatro historias al mismo tiempo agarrando de aquí y de allá y presentarlo así, sin avisar, es apostar fuerte sabiendo que la jugada no es fácil de entender). En realidad, sobre el escenario sí hay cantantes que cantan. Poco y no del todo bien, pero cantan. Todo se reduce a frases que se hacen añicos, susurros que terminan afilados en la zona más alta del registro y poco más. En el escenario hay unos músicos excelentes que hacen un trabajo brillante y en al-
gunos nos momentos portentoso. En el escenario nos muestran, a travéss de un audiovisual aparentemente nte sencillo, las distintas perspectivas ctivas (distintas miradas contemplando mplando la misma realidad distorsionada torsionada desde la música y ell texto) que marcan el tempo y el tiempo narrativo que sirve de hilo conductor y alivian esas rupturas pturas espacio-temporales tan difíciles íciles de entender a primera vista. ta. Las palabras proyectadas sobre bre el escenario marcan definitivamente amente una intención clara de elevar el lenguaje al altar máss importante de todos. El problema es esa cierta rta arrogancia que emana ana de la obra de Elena na Mendoza en el sentido ntido de no querer hacer un solo gesto sto de cara a la galería. ería. Lo que quiere iere decir es lo que le importa porta y si se entiende o se e deja de entender tender es lo de menos. s. Una actitud ud que limita mucho ese espacio pacio en el que podrían drían ubicarse un mayor número
de aficionados que se ven incapaces de sentirse cómodos ante lo que consideran inexplicable y, sobre todo, ante lo que no pueden considerar una ópera. La compositora, de hecho, se desmarca denominando a su obra «teatro musical en quince escenas». Un detalle más importante de lo que podría parecer. Hay que resaltar un par de momentos excelentes que provocan una fascinación extraordinaria. Tobias Dutschke un percusionista que defiende su papel de camarero con un alarde cómico indiscutible logra que, en pleno desconcierto del público, algunos comiencen a reír con ganas. La perfección que se logra conjugando sonidos durante la simulación de una partido de dominó es otra de las zonas que gustan a cualquiera. También hay que señalar que el sonido derivado a la megafonía no es el mejor. Dado que la dicción de algunos actores tampoco es la mejor, el resultado es algo irritante porque, por si era poco el nivel de exigencia al que se somete al público para que lo que se cuenta se pueda entender, no conseguir escuchar bien lo que se dice es un remate desafortunado. El resultado se veía venir. Aplausos de pocos, protestas de muchos. Deserciones en las butacas, todo hay que decirlo, mínimas. Aunque, por lo que sabe el que escribe, los días posteriores a este estreno, las bajas a mitad de camino en la platea han sido numerosas. ~
La puesta en escena es sugerente y busca una unidad entre los elementos utilizados. / Javier del Real
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Atelier de músicas
El Festival de Música Contemporánea de Córdoba, que celebra en marzo su XX edición, debe gran parte de su (feliz) historia al impulso y tesón de este músico que compone ya su ‘Sinfonía nº2’
Recomendaciones
ELECTROACÚSTICA
Francisco López / Anima Ardens / Sub Rosa
Bailando sin bailar en la oscuridad
COMPOSITOR
JUAN DE DIOS GARCÍA AGUILERA
«Hacen falta festivales de música de hoy que apuesten por lo local» Ismael G. Cabral {Gracias al tesón de un puñado de eficientes gestores repartidos por toda España, la difusión de la música que se hace en nuestros días no se limita a las grandes capitales. En Córdoba, del 16 de marzo al 1 de abril próximo, se celebrará el XX Festival de Música Contemporánea; un modesto pero necesario encuentro dirigido por el compositor Juan de Dios García Aguilera que pone el foco en la creación contemporánea andaluza. –¿Cuál es la salud del Festival cuando está a punto de celebrar sus dos décadas de vida? –Hace 12 años, cuando yo asumí su dirección artística apenas teníamos público. Hoy hemos conseguido despertar el interés de los aficionados y alrededor de 100 personas nos acompañan siempre en nuestros conciertos. Que el Conservatorio Superior de Música sea un activo colaborador también ha ayudado a la difusión y éxito de la cita. –¿A qué dificultades hacen frente? –No tenemos padrinos ni recibimos ayudas de nadie. La Junta de Andalucía se ha desentendido totalmente y la iniciativa es puramente municipal. Tampoco nos oyen en el Ministerio de Cultura. Lo hemos intentado, pero solo hemos recibido silencio. Esto nos genera problemas, claro, pero
también nos da fuerzas y plena autonomía. Somos un festival modesto que programa lo que le resulta asequible y que apuesta por los músicos y los compositores locales; y en este aspecto, harían falta muchos más encuentros como el nuestro. –¿De qué se siente más orgulloso? –He sido partícipe de la programación de dos momentos para la historia de la música contemporánea en Córdo-
Hitos del Festival han sido el ‘Makrokosmos’ de Crumb, y las ‘20 miradas’, de Messiaen No tenemos ayuda de nadie. Esto nos genera problemas pero nos da fuerza y nos hace libres ba. De un lado, la ocasión en la que Juan Carlos Garvayo estrenó en España la integral del ciclo Makrokosmos, de George Crumb y, de otro, la interpretación de las 20 miradas sobre el Niño Jesús, de Olivier Messiaen, a cargo de Bertrand Chamayou. –¿Cómo festejará este año el Festival su XX aniversario? –Este Festival nació con el título de
El compositor Juan de Dios García Aguilera es el director artístico del Festival de Música Contemporánea de Córdoba.
Jornadas de Música Contemporánea Andaluza en 1997. Hemos querido conectar con el origen y habrá mucha música andaluza actual; manteniendo nuestras señas de identidad como son los grupos de cámara, los ensembles de percusión y la presencia de la música electroacústica. El pianista Mario Prisuelos, Neo Ars Sonora, Proyecto Ocnos, Synergein Project y el Ensemble d’Arts serán algunos de los invitados en esta edición. –¿Y la Orquesta de Córdoba? –No nos podemos permitir contratarla, aunque ha estado vinculada en varias ocasiones dando a conocer estrenos de jóvenes compositores cordobeses. Confiamos en seguir explorando esa vía en el futuro. –¿Cómo gestiona el equilibrio de ser compositor y director de un encuentro de música de hoy? –A veces es complicado; hay músicos que me piden tocar obras mías y yo les agradezco que lo hagan, pero en otros escenarios, fuera de este. Si asumí la dirección del Festival de Música Contemporánea de Córdoba fue porque, en aquel momento, o lo hacía yo o peligraba su continuidad. Ahora empiezo a sentir que debo ir pasando el testigo a otra persona. En lo puramente compositivo estoy escribiendo mi Sinfonía nº 2, algo que me ocupa muchísimo tiempo. ~
I. G. Cabral {Cúbrase los ojos con un pañuelo o, sin tanta escenografía, apague la luz. Suena en su reproductor de cedés (o en Spotify) Anima Ardens, del compositor Francisco López. En origen, es música para una coreografía de Thierry Smits. Eso usted no tiene ni que saberlo. Desde el crepitante silencio hasta imponentes oleadas de sonido, la creación de López agita la audición con una intención que se diría chamánica. Hay una búsqueda de trascendencia, un afán por hacerle bailar sin bailar en la oscuridad. ~
EXPERIMENTAL
Ildefonso Aguilar / Erosión / Mental Experience
De cuando quisimos hacer ‘ambient’ I. G. C. {Ildefonso Aguilar es un perdido en la historia de la música electrónica española. Artista multidisciplinar antes de que el término acabara desgastado, el músico canario editó Erosión en 1985. Es una obra que invoca el paisaje volcánico que rodea a su creador y cuyas costuras son las del ambient electrónico; bastante más oscuro no obstante que la música de un Brian Eno y menos cósmico que la obra de Neuronium. Ahora reaparece absurdamente reeditado en un doble y lujoso LP. ~
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Literatura Wallada Bint Al-Mustakfi, Hafsa bint al Hayy y Aisa Bint Ahmad, son los nombres de tres mujeres poetas que vivieron en nuestro país entre los siglos XI y XV. Son un caso extraño y único en la literatura medieval europea. Su escritura es sugerente; a veces, algo atrevida; y sus vidas resultan fascinantes mirando desde el siglo XXI Anabel Rodríguez {Nuestro país fue durante varios siglos un lugar en el que se coexistieron (con más o menos tolerancia) varias culturas: cristiana, árabe, judía. Hay muchas ciudades que aún dan testimonio de la existencia de las mismas: Toledo, Granada, Sevilla, Córdoba, Badajoz (sólo tenéis que acudir a ver nuestras murallas y fortines)… Sin embargo para la mayor parte de nosotros (entre los que me cuento) la cultura musulmana o judía no supone más impronta que esas viejas edificaciones, que perfilan nuestro día a día. Hemos olvidado cualquier tipo de influencia que nos hubieran dejado esos ocho siglos en los que los árabes ocuparon la península Ibérica. Algunos dirán que no, pero sinceramente si la mayor parte de nuestros compatriotas no recuerdan quien era Benito Pérez Galdós, ¿creéis que van a recordar alguna muestra de la literatura ajena a la cultura mayoritaria? En este descuido cultural (más o menos intencionado) también se incluye la labor de las mujeres poetas arábigo-andalusíes que vivieron entre los siglos XI y XV en nuestro país y que son un caso único en la literatura medieval europea. Escribieron en árabe clásico, empleando cánones y temáticas comunes para su época dentro del mismo espacio social y cultural en el que se escribía, por ejemplo El cantar del mío Cid. No eran cristianas, no eran hombres, no eran monjas, ni tenían las tradiciones que terminarían por imponerse, pero ahí estaban y resulta interesante recuperar sus figuras por lo alejadas que están de nuestros prejuicios. Wallada Bint Al-Mustakfi, es una de las más conocidas, fue hija del califa cordobés . Muhammad III al-Mustakfî, que estuvo apenas dos años ejerciendo ese cargo y se vio obligado a abandonar la ciudad disfrazado de mujer, para evitar la muerte (aunque no lo logró durante mucho tiempo). Wallada mantuvo una relación amorosa con uno de los poetas más conocidos de la época, Ibn-Zaydûn, que también ejercía como primer ministro y secretario de los monarcas de Sevilla. A él le dedicó algunas composiciones amorosas más conocidas, pero igual que hizo eso, cuando su relación terminó de forma tempestuosa (al parecer la engañó con una de sus esclavas), no dudó en lanzarle dardos en forma de poesía satírica, que era el género en el que la escritora destacaba. En sus poemas se refirió a él como puto, adúltero, cabrón, cornudo y ladrón. Como podéis observar dentro de la sátira se permitía un lenguaje soez y el empleo de insultos y reproches. Wallada fue una alabada por su belleza, cultura y encanto, pero también fue criticada por su desprecio hacia las convenciones sociales. Reunía en sus salones a lo más granado de la sociedad y no dudaba en relacionarse con
LAS POETAS ARÁBIGO ANDALUZAS
El olvido dentro del olvido Dentro de la sátira del siglo XI se permitía un lenguaje soez y el empleo de insultos y reproches. / El Correo
cualquiera que le pareciera interesante. Llegó al punto de instruir a la hija de uno de sus proveedores de fruta, que terminaría por convertirse en otra gran poeta satírica de la época, Muhya al-Qurtubiyya. Este comportamiento le grajeó enemigos, al tiempo que generó numerosas habladurías con la evidente intención de perjudicarla. Y es que cuando hagamos del chisme un deporte olímpico, barremos en el medallero. Otra poeta conocida dentro del mundo andalusí fue Hafsa bint al Hayy (Granada 1135) conocida como la Rakuniyya o Perla de Granada. Fue hija de un noble bereber y se hizo famosa por sus versos románticos. Estos provenían de una historia amorosa en la que el poder, la venganza y la literatura se dieron la mano, creando un drama brutal. Hafsa debía ser una mujer muy culta y hermosa. Esa belleza provocó que atrajese a dos pretendientes: el poeta Abû Fa’far Ibn Said, que era miembro de una poderosa familia de Alcalá la Real y que ocupaba el cargo de secretario del príncipe Abû Sa’îd Uþmân que, a la sazón, era el otro enamorado de la poeta. Las relaciones amorosas entre Hafsa, el gobernador y el poeta se reflejaron en la poesía de ésta. Hasta el siglo XXI han llegado diecisiete de sus obras que según los entendidos adoptan un lenguaje sencillo y hermoso. Os dejo una muestra: ¿Voy yo a ti o tú vienes a mí? / Mi corazón acepta lo que digas. / A salvo te hallarás de la sed y del sol / cuando ocurra
tu encuentro conmigo, / pues mi boca es dulce fuente cristalina, / las ramas de mi pelo, sombra umbrosa, / Respóndeme enseguida… Se sospecha de Hafsa tenía algún tipo de relación también con el príncipe por otros versos suyos que se han descubierto en los que alababa al joven y habla de recuperar placeres pasados y perdidos. Los celos y la confrontación entre ambos pudieron ser la causa de que el poeta Abû Fa’far apoyara a un grupo que se rebeló contra su señor y este aprovechando las circunstancias ejerció un castigo ejemplar contra su secretario: lo crucificó. También puede ser que no fuera por la cuestión amorosa, pero no me negaréis que es lo que le de morbo al asunto. Tras la muerte de Abu, Hafsa guardó luto por su amante, a pesar del riesgo que conllevaba hacerlo pues había sido un traidor. Dejó de escribir poesía y se dedicó a la enseñanza, tanto en Granada como en Marrakech, donde el califa Al Mansur la invitó a trasladarse. Allí se encargó de dirigir la educación de sus hijas hasta su fallecimiento. Otra poeta e intelectual de la época fue Aisa Bint Ahmad, poeta con una vasta cultura a sus espaldas, que le permitió desempeñar labores como copiadora del Corán y otros libros. Contemporánea de Almanzor, su preparación religiosa y literaria la daba a conocer como una mujer extraordinariamente sabia entre los ciudadanos del califato. Nunca contrajo matrimonio a pesar de haber recibido numero-
sas propuestas en este sentido. Destaca un breve poema dedicado a un hombre que le propuso contraer matrimonio y que decía: Una leona soy, / y nunca me agradaron los cubiles ajenos, / y si tuviera que escoger alguno, / nunca contestaría a un perro, yo / que tantas veces los oídos cerré a los leones. Resulta extraordinario a nuestros ojos que una dama del medievo se tuviera a sí misma en tan alta estima, pues estamos convencidos de que la mujer en esa época (cristiana, mora o judía) era esencialmente sumisa. Sin embargo, Aisa no se compara con ningún animal dócil, ni de compañía. Es la hembra del rey de la selva y desde luego no piensa dejarse amilanar por nadie, pues hasta a los propios leones ha hecho oídos sordos, según su convicción. Que una mujer en pleno siglo XI dijese algo así, me parece extraordinario. Hubo más mujeres poetas andalusíes. La profesora de la Universidad Complutense Teresa Garulo ha logrado rescatar en su obra Diwan de las poetisas de Al-Ándalus, hasta treinta y nueve nombres. Consiguiendo dar una imagen única y enriquecedora de las mujeres que vivieron en la España medieval. Una realidad que podríamos aprovechar en nuestro beneficio pues en nada se parece a la del resto de países europeos que nos rodean, con una riqueza inusual que ha quedado oscurecida por la imposición del cristianismo como única fuente de cultura durante siglos. ~
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Libros ilustrados. Más que palabras
Los primeros vehículos que entraron en París con los nazis en retirada lucían los nombres de Don Quijote, Teruel, Guadalajara, España cañí... Era la 9ª Compañía de la llamada División Leclerc, conocida popularmente como La Nueve, y estaba Cualquier persona mentalmente sana clasificaría este título entre las obras de terror, pese a que rebosa esperanza, ternura, humor, camaradería, amor... Pero sobre todo contiene memoria, esa criatura espantosa a la que nunca nos hemos atrevido a enfrentarnos. César Rufino {La sexta edición de Los surcos del azar, de Paco Roca (editorial Astiberri), no solo confirma el éxito aislado de un autor y de una obra que ha adquirido el rango de capital en su especie; además, es la consagración de un género narrativo que definitivamente ha superado ya cualquier duda acerca de su lugar y su empaque entre las artes editadas: la novela gráfica. Un título que logra todo esto gracias a una tarea descomunal tanto en lo que tiene de investigación como de composición y de ilustración: reconstruir mediante una ficción real el calamitoso destino de los millares de paisanos huidos de España en el 39 con una mano delante y otra detrás. Auténticas historias de terror de exiliados que encuentran su apoteosis en ser los primeros en entrar en París con los nazis en retirada. Fue la hazaña de La Nueve, y alrededor de ella, su antes y su después se articula este libro que es, por todo eso, un himno a la memoria. Aquella inmensidad de españoles abandonados a su (mala) suerte compartían una cualidad: «Todos pensaron que jamás había que darse por vencido ante la intolerancia del fascismo», explica Paco Roca, en conversación con este periódico. «Derrotados y expulsados de su país, siguieron luchando hasta acabar con el fascismo alemán e italiano. Eso para mí es lo más importante. Que La Nueve fuera la primera compañía en entrar en el París ocupado o que llegasen al Nido del Águila de Hitler es anecdótico. Desgraciadamente ya sabemos que no lograron el objetivo final, su gran sueño, poder regresar a una España democrática. Los gobiernos occidentales ya habían sentenciado el futuro de nuestro país». Lo normal cuando se habla de españoles en el exilio es que aparezcan en la mente de uno todos esos intelectuales, escritores y artistas (y algunos políticos) que tomaron un barco a América y se instalaron allí a proseguir con sus vidas mal que bien, con el apoyo de las instituciones de aquellos lugares de destino y desarrollando su labor docente, poética o de cual-
La victoria de los derrotados quier otro tipo, y que han quedado para la posteridad como iconos del exilio. Qué diferencia con estos otros desgraciados, la inmensa mayoría, que protagonizan el libro. Y qué diferencia también en cuanto a reconocimiento y olvido. «Hay de todo», matiza Paco Roca. «Pero como carne de cañón que fueron, no tenían ni los contactos ni familiares en Francia, como ocurría con intelectuales y con gente de recursos. Tuvieron que empezar de cero en un país del que ni siquiera conocían el idioma. Entre ellos se apoyaban o se agrupaban en torno al partido comunista o a los anarquistas. Según me contaba Colette, la hija del capitán de La Nueve, Raymond Dronne, tras la guerra mundial la casa de su padre se convirtió en el lugar de acogida de los excombatientes españoles. Allí acudían cuando tenían algún problema o para conseguir una hoja de reclamaciones para algún trabajo». En uno de los diálogos de Los surcos del azar, uno de los protagonistas le pregunta a otro, ya muy anciano: ¿Y por qué no volvió a Es-
paña? Y responde el otro, llamado Miguel: Porque no aguanto a los españoles. Qué contradicción tan curiosa y tan ilustrativa. «Yo creo que ese sentido contradictorio es común en ellos», comenta el autor. «Se sienten entre dos tierras; la natal, que tuvieron que dejar atrás a la fuerza, y la que les acogió, pero en la que no quieren estar y en la que debieron empezar de cero.
Paco Roca trabaja ahora en un libro-disco con el grupo Seguridad Social titulado ‘La encrucijada’, una reflexión sobre la creatividad y el mercado que saldrá en otoño.
Aman a las dos, pero critican a ambas. Con muchos exiliados o hijos de exiliados republicanos con los que hablé guardan además un reproche hacia la España que surgió tras la Guerra Civil. Por un lado desprecian el conformismo de los españoles que aguantaron más de treinta años de dictadura. Y esa crítica se extiende también a la España que surgió de la Transición, ya que para ellos, traiciona los valores de la República». El tiempo ha pasado, pero no del todo, y el problema de la desmemoria hacia aquellos españoles, de no haberlos tenido en cuenta jamás –más allá del arte y la literatura–, no está ni mucho menos resuelto. Está por ver si llegará el momento en que por fin sea hora de olvidar. «Nuestra transición se ha basado en una amnesia colectiva y obligada. Y eso creo que no es bueno», advierte Roca. «Ese vacío ha llevado a una manipulación del pasado. Es fácil ver políticos de partidos demócratas defender el régimen franquista y hasta condenar a la II República como causante de la Guerra
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formada por españoles en gran número. Eran algo más que soldados: una especie extraña de muertos vivientes; las víctimas del terror de un exilio al que se asoma Paco Roca con su novela gráfica ‘Los surcos del azar’, ahora en su sexta edición lecturas recomendadas NOVELA INFANTIL. Piratas del mar Helado Frida Nilsson y Alexander Jansson / Thule
Homenaje a la fantasía y al amor por las historias C.R. {Las historias que contaban los abuelos, las charlas de niños al calor de las mantas en las noches de invierno, la siempre sugerente oscuridad repleta de posibilidades terribles, los juegos infantiles con los hermanos... No se sabe cuál de estos u otros resortes secretos abre definitivamente el corazón de los niños al amor por los libros, a la necesidad de leer; pero estos Piratas del mar Helado de la editorial Thule son sin la menor duda una formidable manera de conseguirlo. En esta obra de Frida Nilsson ilustrada por Alexander Jansson, dos pesos pesados de sus respectivas especialidades en Suecia, hay un poco de todo lo anterior. Pero sobre todo hay mucho sentido de la aventura y un manejo magistral de las emociones infantiles. Ganadora del Astrid Lindgren en 2014, Nilsson ha obtenido varios premios por esta novela que cuenta con las aportaciones de un genio de la ilustración, un Janssen que se encarga aquí de los retratos con lápiz dejando a un lado esas formidables estampas suyas tan inquietantes como divertidas, tan tenebrosas como coloridas, con las que ha construido su universo estético. Muy recomendable. ~
GUÍA. 50 relatos mitológicos Robert A. Segal e Ivan Hissey / Blume
«Todo esto convierte España en una rareza indefendible comparada con otros países con un pasado fascista» Civil. Por no hablar de todos los símbolos de la dictadura que siguen presentes en nuestro país. Todo esto es debido a que no hubo una ruptura con el franquismo, sino una transición hacia la democracia. Todo esto convierte España en una rareza indefendible comparada con otros países con un pasado fascista, como Alemania o Italia, donde nada de esto ocurre. Quizá lo peor de todo es que el poder establecido ha conseguido su objetivo: que a la sociedad le den igual estos temas y que se haya llegado a la conclusión de que la verdad histórica se encuentra en un punto equidistante entre los dos bandos en los que se dividió España». Esto es mirando hacia atrás. Si se mira hacia el frente, Paco Roca tampoco es que encuentre motivos para bailar sevillanas. En Europa, la mis-
Paco Roca es autor de ‘La casa’, ‘Arrugas’, ‘Memorias de un hombre en pijama’, ‘El faro’, ‘Las calles de arena’ y ‘El invierno del dibujante’, entre otros títulos.
ma que un día fue la prisión más grande para tantos miles de españoles, «el horizonte se ve bastante negro. Parece que el único interés de la UE es la economía. La solidaridad está desapareciendo y ese espíritu de unidad europea no ha llegado a cuajar». El resto del mundo presuntamente civilizado no anda mucho mejor: la amenaza neofascista por doquier, Donald Trump al frente de la primera potencia mundial... «Continuamente parece que la sociedad, con sus libertades y su estado del bienestar, da un paso adelante y otro atrás. Lo vemos con Trump y lo vemos en Europa con los partidos de ultraderecha», lamenta, aunque con una irremediable esperanza, consustancial probablemente al hecho de ser español. «Pero yo soy optimista. Creo que el paso adelante siempre es más grande que ese retroceso al que nos llevan algunos gobernantes. En cualquier caso depende de los movimientos sociales, no de los políticos, el conseguir frenar esos pasos atrás que intentan arrebatarnos lo que nuestra sociedad ha conseguido con tantos esfuerzos». ~
Una colección indispensable para adictos al saber C.R. {No tiene desperdicio esta colección de títulos publicados por la editorial Blume que, en formato de guía muy dinámica, atractiva y asequible, ilustra al lector sobre asuntos tan lejanos entre sí como la química, la ópera y el psicoanálisis. 50 teorías psicológicas, 50 teorías políticas, 50 lecciones breves de meteorología, 50 descubrimientos, ideas y conceptos... Compendios magistrales todos ellos donde se nota la mano de gente que sabe de lo que habla, que ama lo que hace y que encima lo hace muy bien. En este libro, 50 relatos mitológicos, firmado por Robert A Segal, se reproduce también ese mismo prodigio: tras una cubierta efectiva y austera se despliega todo un catálogo de nombres, datos, glosarios y estupendas ilustraciones de Ivan Hissey, con lo cual se pasa revista en textos de medio minuto de lectura a los mitos de la creación, los dioses olímpicos, los monstruos –arpías, cíclopes, gorgonas...–, la geografía y los héroes olímpicos, las figuras trágicas –Adonis, Edipo, Antígona, Jasón, Áyax, Faetón...– y el legado de todo este tesoro de creencia y sabiduría. Debería estar en todas las casas. ~
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Escrito para... Cualquier tipo de literatura nos acerca a la realidad. Aunque se podría pensar que a lo que nos acerca es a la ficción y nos aleja del mundo en el que vivimos, lo cierto es que la literatura abre las puertas traseras de nuestra existencia para que podamos ...entender a un genio
Glenn Gould. Una vida a contratiempo Gabriel Ramírez Lozano {Glenn Gould es uno de los mejores pianistas de la historia. Esto no es nada nuevo. Y es raro que alguien que escuche la grabación de las Variaciones Goldberg (The Goldberg Variatons, BMW 998), que compusiera Johann Sebastian Bach, interpretadas por Gould –da igual si son las de 1955 o las de 1981- no quede maravillado, enamorado y atónito. La lectura del corpus bachiano que realizó este pianista canadiense le colocó en la cumbre de la interpretación. Glenn Gould fue ese tipo de persona que todo el mundo espera encontrarse cuando se habla de un genio. Excéntrico, hipocondriaco, solitario, huidizo, obsesionado con sus cosas. Consumía una cantidad de medicamentos que eran improbables en cualquier otra persona, coqueteó con las drogas, evitaba el contacto físico con los demás puesto que su gran temor eran las bacterias, estaba enamorado de los paisajes nublados y no podía creer que hubiera quien prefiriese el sol. Glenn Gould era un genio, era un tipo extraño. Astiberri Ediciones vuelve a acertar con la publicación, en 2016, de la novela gráfica Glenn Gould. Una vida a contratiempo (Glenn Gould. Une vie à contretemps, 2015). La firma la dibujante y guionista Sandrine Revel. La obra consiguió el premio Artémisia, 2106. Revel, con un cuidado extremo al
Glenn Gould. Toronto, 1961. / Sony Music Entertainment
Portada. / El Correo
dibujar y al elegir las escenas que quiere representar en cada página, logra hacer un repaso intenso y casi milimétrico de la vida del pianista. La estructura espacio temporal queda desintegrada si pensamos en la linealidad y utiliza el recurso del sueño, de lo onírico, para que podamos entender bien quién fue Glenn Gould. Todo lo fundamental de la vida del pianista está y todas las explicaciones se sugieren al lector para que sea él quien termine de componer el fresco. El diseño de las páginas es dinámico y
en algunos casos adquieren un ritmo que nos hace pensar en el movimiento más real. Por ejemplo, las viñetas en las que las manos de Gould aparecen tocando, terminan convirtiéndose en una especie de vídeo en el que se pueden ver detalles asombrosos. Esta es la magia de un buen dibujo. El color carece de estridencias salvo en las zonas expositivas en las que una pesadilla toma protagonismo. El resto se empareja a ese carácter que nos trata de transmitir Revel. Soledad, tranquilidad, lejanía ante la realidad. Parece que todo el cómic, efectivamente, se desarrolla en un tiempo nublado. El guion cumple bien con su función. Se centra en los territorios en los que descubrimos al pianista. Desde esa explosión de talento de un niño de tres años a las rare-
...disfrutar de lo excesivo de la palabra
Salomé en la literatura Augusto F. Prieto {Y entrando la hija de Herodías, y danzando, y agradando á Herodes, y á los que estaban con el á la mesa, el rey dijo á la muchacha: pídeme lo que quisieres, que yo te lo daré. Y le juró: Todo lo que me pidieres te daré, hasta la mitad de mi reino. (Marcos, 6, 21-29) Sobre este juramento insensato se levanta una de las piezas cruciales de la historia de la literatura, de la música, de la pintura, del cine. Un mito que recibe su potencia generadora de la complejidad psicológica de sus protagonistas, de la implacabilidad de un gesto interpretable. Oscar Wilde creó la más destacada de sus transfiguraciones literarias para el teatro, construyéndola con repeticiones que la convierten en un trance hipnótico, en su Salomé, la Luna es causa y es efecto en una historia llena
de presagios. Flaubert eligió Herodías para titular un relato corto, grandioso y sugestivo, evocador de atmósferas exóticas; y Mallarmé sublimó a Salomé en su Herodiada, un poema simbolista compuesto con metáforas sobrecogedoras, un discurso enigmático que recoge como un néctar solo instantes decisivos del drama. El poeta luso Eugenio de Castro –sensual y sicalíptico– envuelve la historia en velos modernistas y la arroja a un final sorprendente, también Apollinaire, que se interna en lo burlesque en su poema Salomé, que es absurdo y carrolliano. Cinco criaturas soberbias. Tienen en común la voz profética, la presencia ominosa de la Luna en casi todas, el juego de seducción. A ellas se une una nueva, la de Cansinos-Assens. El inclasificable escritor novecentista editó todos esos textos bajo el título de Salomé en la literatura, tradujo
zas de una estrella enamorada de un micrófono, que interpretaba dando golpes con el pie para marcar los tiempos, tarareaba la música que tocaba y se sentaba en una silla especialmente baja que le hacía estar encorvado frente al piano. Calificación: Excelente. Tipo de lectura: Si se acompaña con música de Gould se convierte en una experiencia única. Tipo de lector: Amantes de la música clásica, del cómic y de Glenn Gould, claro. Argumento: La vida de un genio. ¿Dónde puede leerse?: En el sillón de casa. Si puede ser a solas, mucho mejor.
algunos por primera vez al castellano; los precede con un estudio exegético desbordante de erudición que parte de los evangelistas Marcos y Mateo, se lanza a recrear el contexto histórico-religioso en la Palestina del tetrarca, y culmina en una elaboración de Salomé como destino. Los amores son el episodio, ella es el destino, escribe. Rafael Cansinos-Assens es excesivo, brillante, culterano; habla –sobre la Herodiada- de la noche desmesurada de una torre astrológica –y la vemos–, se detiene en análisis de una profundidad infrecuente que consiguen ocultar la reiteración de ciertas ideas. Un ensayo descomunal que acompaña con un apunte sobre La noche de san Juan y con Dos palabras sobre el hermetismo de la decapitación, que convierten este volumen –raro- en algo único. Calificación: Extraordinario. Tipo de lector: Algo intenso. Tipo de lectura: Intensa. Argumentos: Multiformes. Personajes: Complejos. ¿Dónde puede leerse?: En lo alto de un zigurat.
Cubierta de ‘Salomé en la literatura’.
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Escrito para... echar un vistazo, desde otra perspectiva, a lo que somos y, por tanto, podamos entender qué nos sucede. Esta semana, Aladar recomienda unos libros que van de lo erudito al divertimento sin perder ni un ápice de calidad ...disfrutar de la frivolidad
...poder nombrar y hacer que exista algo
Café Society. Socialites, Patrons, and Artist. 1920 to 1960 Augusto F. Prieto {«Ese mundo de lánguida despreocupación, provocación caprichosa, y lujo sin sentido»: así define Thierry Coudert a la élite a la que retrata en las páginas de éste libro que tiene algo de scrapbook, de cuaderno de recortes como el que compuso el barón de Cabrol con las imágenes de su vida social y que ilustra muchas de éstas páginas. La cronista de sociedad Elsa Maxwell popularizó la expresión Café Society y el escritor Phillippe Jullian la utilizó como título para uno de sus libros, Coudert le pone paréntesis: 1920 y 1960, el tiempo que transcurre entre las Soirées de París del conde de Beaumont y el Bal des Têtes de Alexis de Redé. Ni siquiera una guerra mundial pudo interrumpir un sueño que terminó ante el ascenso de la clase media y la sociedad de consumo. No están todos los que fueron, pero los protagonistas de ésta Café Society, hicieron de sus vidas una obra de arte, en París con preferencia, pero también en Nueva York, Venecia, Saint Moritz y la Riviera; se articularon en torno al círculo de los duques de Windsor, al de Marie-Laure de Noailles, al de las Polignac: Winnaretta o Marie-Blanche.
El paradigma nos desafía desde la guarda de portada, es Barbara Hutton durante un partido de tenis en Palm Beach, y a lo largo de las páginas nos encontramos las sucintas –pero sabrosasbiografías de los principales miembros de esta Café Society: Natalie Paley, Daisy Fellowes, Mona Bismark, Charles de Beistegui, Porfirio Rubirosa, Nicky de Gunzburg… millonarios, aristócratas, gigolós, parásitos, socialites, arribistas de todo tipo en torno de los que giró vertiginosa una noria de artistas encabezada por los Dalí y las grandes estrellas de los ballets rusos: Lifar, Diaghilev, Nijinsky, Karsavina y Pavlova; literatos como Noel Coward y Violet Trefusis. Todos congelados para la posteridad por una serie de fotógrafos que fueron parte de ese carnaval inigualable, y sin los cuales no hubiera podido existir: Adolf de Meyer, Horst P. Horts, Hoyningen-Huene, André Ostier, Robert Doisneau, y -por supuesto- Cecil Beaton. El libro presenta fotografías fabulosas, repasa las figuras que contribuyeron a ese mundo dorado –decoradores, interioristas, modistos, músicos y editores de moda– cuyo afán, escribió Jullian, fue combinar la libertad de un burdel con la apariencia externa de una embajada. Faltan personajes muy destacados –es
Mikaël
Portada.
Natalie Paley. / El Correo
cierto-, no es suficiente con la información de alguno de los que sí están y –a cambio- rescata figuras memorables como la de Lilia Ralli. Una obra imprescindible para los adoradores de la frivolidad, que ayuda a entender las vanguardias y a olvidar la sordidez de un presente sin fantasía. Un volumen para la mesa de los iniciados. Calificación: Extraordinario. Tipo de lector: Exquisito. Tipo de lectura: Interesante. Personajes: Fastuosos. ¿Dónde puede leerse?: En el hall de uno de los grandes hoteles evocadores, Waldorf Astoria, Gritti o Martínez.
...seguidores y matizaciones de Knausgard como autor
Un hombre enamorado Daniel González Irala {Segunda parte de la autobiografía novelada del escritor noruego más vendido por estos lares, perteneciente a la serie Mi lucha. Consigue introducirnos en la mecánica familiar de un escritor, cuya primera novela ha sido dura y afiladamente criticada por la prensa local; pero además de anécdotas, el libro no llega a configurar más que un paisaje; no consigue como un su primera parte centralizar desde la unidad (como ocurría con la muerte del padre) un tema que podría ser el de La educación sentimental de Flaubert. A cambio, encontramos mayor ligereza y menos solemnidad, de tal modo que no se trata en esta ocasión de domesticar palabras, sino que éstas aparecen a marchamartillo construyendo un relato sobre el protagonista reconocible, pero que llega incluso a
resultarnos cómico. Escenas como la de la preparación al parto de su primera hija, por la que a Linda le practicaron cesárea, que supone ser una violación más de la intimidad del marido que la de ella misma; o el examen de conducir suspendido por saltarse un semáforo en rojo; o la misma entrevista que un periodista en venganza le practica para un diario del que no esperaba menos… Pero sobre todo de lo que nos habla el texto es del desquicie o desasosiego que supone ser padre y marido (esto último lo sabe utilizar, con cierta mala leche, habida cuenta la tendencia a una cierta depresión tranquila de su mentada esposa); así como de la manera en que se configura su personalidad taimada gracias a su amigo Geir, que es también escritor, autor de una primera novela sobre boxeadores sin glamour alguno. Hay además otros escritores fracasados, personajes con los que ajusta cuentas y largas dis-
quisiciones sobre gustos literarios (para el protagonista, Tolstoi es mejor que Dostoievski por el simple hecho de que escribía escenas más fáciles de imaginar visualmente; mientras que Geir se resiste a ser el último fan de Murakami, aunque venda más ejemplares que Mishima o Kawabata). Además en este duelo, descubrimos apuntes sobre el valor, la osadía, la hipocresía, el cinismo o la infidelidad que sirven para contextualizar este cambio, que también enriquece experiencias anteriores. No estamos pues ante un escritor frívolo, pero en esta ocasión parece encontrar más reservas ante la idea de abrirse en canal. Calificación: Muy interesante Tipo de lectura: Ligera. Tipo de lector: Empático. Argumento: La configuración (sólo opinable una vez leamos los siete tomos) de una vida cualquiera. Personajes: Lo mejor de todo. ¿Dónde leerla?: En un sitio cálido.
Augusto F. Prieto {Don´t ask, don´t tell. Durante siglos –incluso hoy en muchos países y en determinados ambientes sociales– la cuestión homosexual se ha mantenido oculta tras un muro de silencio. Callar para sobrevivir. No preguntar lo que no se quiere oír. Porque lo que no se nombra no existe. Así, para expresar una gran historia de amor, el escritor danés Herman Bang decidió contar sin contar. Escrita en 1904, Mikaël es, en palabras de Alberto Mira, una de las novelas pioneras de la experiencia homosexual. Quizá por vez primera se utiliza como tema principal, en una novela, la relación entre dos hombres cuya plenitud evidente está en la cabeza del lector. Una relación desigual, para la que Bang utiliza la obra artística como cifra, en la que están a partes iguales Pigmalión y el Edipo freudiano. Situada en el ambiente artístico y burgués del París del mil novecientos, Mikaël es un retrato de lo imposible: vivir establecido en la sociedad burguesa incumpliendo sus normas –al tiempo que se reclaman–, vencer a la juventud triunfante y al desamor, compaginar la creación artística –plena, sincera– con los brillos mundanos y la riqueza. La historia del prestigioso pintor Claude Zoret es antigua como la humanidad y se repite cada día, pero muy pocas veces se ha contado con todos sus matices. El aliento de la novela es contenido, cercano al naturalismo, aunque no pueda evitar ciertos detalles decadentes que le vienen bien a la ambientación. Mikaël inspiró la primera película de temática homosexual de la Historia –Vingarne, de Mauritz Stiller (1916)– sueca y muda, perdida en su mayor parte. La editorial Egales acaba de publicar la novela en castellano. Calificación: Muy interesante. Tipo de lector: Cualquiera. Tipo de lectura: Sutil. Argumento: Trágico. Personajes: Simbólicos. ¿Dónde puede leerse?: En París.
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Libros
El poeta ecuatoriano afincado en Cataluña cierra un ciclo con ‘Pájaro de nunca volver’, el testimonio del viaje al que se ve abocada una comunidad anónima, y que acaba de ver la luz en el sello Candaya Recomendaciones
NOVELA
goran Vojnovic / Yugoslavia, mi tierra / Libros del Asteroide
La forja de mamá Virginia
MARIO CAMPAÑA
«Las grandes crisis provocan una literatura maldita» Alejandro Luque {Casi veinte años ha tardado Mario Campaña (Guayaquil, Ecuador, 1959) en culminar el ciclo poético que comenzó con Cuadernos de Godric. «Era mi primer libro, un viaje desde la Europa de la Edad Media a las ciudades iberoamericanas, tan desordenadas, tan caóticas», recuerda. «En el siguiente, Aires de Ellicott City, se proclama todo el tiempo la necesidad de volver, de deshacer el camino de Godric. El tercero, En el próximo mundo, el hablante poético tiene dudas sobre si podrá regresar al punto de partida, empieza a sospechar que todo quedará para el próximo mundo». En la cuarta y última entrega, Pájaro de nunca volver, que acaba de ver la luz en Candaya, Campaña propone «una meditación sobre la imposibilidad de todo viaje. Ya no es posible ir hacia delante, ni regresar. No tenemos espacio, para una cosa ni para la otra. No podemos movernos, estamos condenados a la inmovilidad, a patinar constantemente en un mismo lugar. hemos llegado al último peldaño, y nos hemos instalado allí». En otro plano textual, el libro habla de un pueblo de pescadores que descubre una mañana que el río junto al cual vivía ha desaparecido. «Entonces tienen que emprender un éxodo para sobrevivir, como los exiliados y
los refugiados de hoy», comenta el autor. «Pero cuentan cómo el viaje se trunca, se hace imposible y va naufragando», agrega. Lector inveterado de la Divina Comedia, Campaña conduce a ese pueblo itinerante a un bosque poblado de fantasmas, «un cementerio de almas», como él lo llama, en el que aparecen diversos personajes más o menos espectrales. «Dante, con Góngo-
El escritor Mario Campaña, en una imagen de archivo. / Poemad
«Baudelaire, a quien dediqué un libro, habla de cómo lo real se convierte en alegoría» «Ecuador va a entrar en una crisis que puede arrojar a miles de personas al exilio» ra, es mi poeta de cabecera, incluso aprendí italiano solo para leerlo», confiesa el ecuatoriano, quien siempre ha tenido una concepción bastante narrativa de la poesía, «aunque no es realista. Tiene siempre un punto con el mito muy fuerte. También escribí un libro sobre Baudelaire, que habla de cómo lo real se convierte en alegoría».
En el proceso de escritura de la saga, no obstante, tuvo una importancia decisiva el encargo a Campaña por parte de Larousse para recopilar un diccionario de americanismos de Ecuador, que ha influido decisivamente en el léxico de sus poemarios. «Me provocó una inmersión en la sensibilidad perdida de mi infancia, aquí tengo esa libertad que ya estaba en Aires de Ellicott City. Afincado en Cataluña después de abandonar su país en el año 92 y emprender un largo periplo por varias ciudades del mundo, Mario Campaña cree que tras las elecciones de Ecuador «aparecerá una literatura maldita que está latente desde hace años. las grandes crisis provocan ese tipo de literatura: la española también está a punto de brotar. Y Ecuador, gane quien gane, va a entrar en una crisis que puede arrojar a miles de ecuatorianos al exilio, como en 1999 y 2000, cuando salieron dos millones», dice el escritor, quien empezó «tomándome en serio a Correa y sus promesa de transformación del país, y acabé haciéndole un poema satírico». Sobre la continuidad de su obra poética, no tiene duda de que «este ciclo está cerrado, no habrá más entregas. El viaje de la Humanidad sigue, pero ya es otra cosa. Continúa como un viaje poshumano». ~
A. Luque {El protagonista de esta novela era un niño cuando la guerra de los Balcanes se desató. Ahora, ya convertido en un muchacho, camina sobre las cenizas de aquel conflicto que supuso –según declara nada más empezar la novela– una brusca interrupción de su niñez. Gracias a Google, Vladan no solo descubre que su padre, Nedeljko Borojevic, está vivo, sino que está en busca y captura, acusado de crímenes contra la Humanidad. El chico toma la determinación de salir a buscarlo, tiñendo así su historia con la estética de las road-movies. Muy pronto vamos a entender que la persecución del padre es solo un pretexto. Como en la vieja tradición homérica, lo importante de verdad, lo revelador, es el viaje. Recorrer el país partido en pedazos para tratar de entender lo que ocurrió. Escrutar el presente para completar el puzle del pasado. Plantear las preguntas, con independencia de que lleguen o no las respuestas, y de todo lo terrible que estas contengan.. De estos materiales podría haber salido una novela muy gore. También podría haber enfatizado aún más la culpa heredada, la redención improbable, las heridas que nunca se han de cerrar. Sin embargo, ha escrito una novela que solo alguien de su generación puede hacer. Porque tuvo la suerte de ser un niño cuando todo estalló en mil pedazos, porque le asiste la justa distancia, la perspectiva necesaria para narrar sin tener la tentación, natural y absurda al mismo tiempo, de impartir justicia. «Si permitía que mi padre se convirtiera en el general Borojevic», teme el joven Vladan, «entonces yo habría perdido definitivamente a mi padre y mis únicos diez años felices se esfumarían junto a él». ~
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Viajes y poesía En la Patagonia argentina se encuentra Bariloche. Una ciudad que se va llenando de poetas y de tradición lírica. Una ciudad en la que se encuentra la Catedral de San Carlos de Bariloche. Las vidrieras lucen en las paredes oscuras y cuentan una historia violenta que Concha García describe con una delicadeza extraordinaria en este artículo
San Carlos de Bariloche, la catedral y los vitrales Concha García {La Catedral de San Carlos de Bariloche, llamada también «Nuestra Señora de Nahuel Huapi», fue construida en 1944. En realidad es bastante reciente comparada con cualquier catedral española. He estado algunas veces en Bariloche y me gusta esa ciudad que parece estar en medio de los Alpes, pero la analogía no nos sirve puesto que la ciudad está en la falda oriental de los Andes, en la Patagonia argentina, y eso produce unas dimensiones de las que solo puedo sentir cierto extrañamiento y admiración. Graciela Cros, poeta exquisita que se autodefine «patagónica», me enseñaba la ciudad. Hacía viento y el azul del cielo cautivaba con su inmenso brillo. Cada vez que entras a un templo de culto católico te reencuentras dentro de un territorio conocido, lo que provoca que se tenga la sensación de haber estado en el mismo lugar. La repetición de los templos católicos está pensada para que los cristianos no se sientan extraños en la casa de Dios. Que estos templos se repitan en diversos países, tiene más de imposición que de mágica religiosidad. El edificio tiene forma de cruz latina. El sol ilumina desde el comienzo del día la cabecera debido a su orientación hacia el Este. Fue construido por obreros croatas, eslovenos e italianos. Me imagino a fornidos hombres colocando las piedras blancas de las paredes y del techo, que son de color negro, culminando en un campanario de 69 metros en forma de aguja. Graciela y yo comenzamos a mirar los vitrales diseñados por el francés Enrique Thomas donde se que representan temas propios de la Historia Sagrada así como de la Historia local. De repente, me detengo ante diversos vitrales donde están representados el General Julio Argentino Roca, que exterminó a casi toda la población originaria en Argentina a finales del siglo XIX, –la Campaña del Desierto fue
un verdadero genocidio que dejó miles de muertos y detenidos–. El beato Ceferino Namuncurá tiene su vitral, así como el primer cura del pueblo de Bariloche, y en el colmo de la egolatría, hasta los arquitectos del templo están representados en los vitrales. Alejandro Bustillo, como San Rafael, y Miguel Ángel Casari, como San Miguel Arcángel. La luz que traspasa a través de los vitrales es intensa y embellece el interior del templo. Continúo mirándolos con curiosidad y Graciela me detiene ante un vitral donde se observa a dos indios martirizando a un sacerdote misionero ante el imponente paisaje formado por el lago Nahuel Huapique que rodea Bariloche. En otro vitral, un contingente de guerreros recién llegados en una carabela se arrodilla ante la imagen de Cristo. En dicha escena no participa ningún indio. Habla por sí misma toda esa simbología de santos y guerreros. La escena representa la colonización de los ingenuos habitantes originarios. Graciela me cuenta que desde hace tiempo una representación del pueblo mapuche, violentado y maltratado desde hace siglos, ha pedido que dichas cristaleras se cambien o sencillamente que desaparezcan. Hay otra que ha logrado el objetivo del sacerdote: adocenar a los indios y estos se postran rindiéndose ante la cruz que besan. La violencia que transmiten los vitrales no está provocada por los indios que parecen atacar ensañados a quienes fueron a violentarlos echándolos de sus tierras, la verdadera violencia se produce en la representación hasta el hastío de unos modelos invasores. En la Plaza de Mayo, frente a una grandiosa bandera argentina, han pintarrajeado la estatua ecuestre del general Roca. Al parecer es bastante difícil sacarla del lugar, aunque la mayoría de la gente no la quiere allí. Continuamos el paseo admirando la cambiante luz que proyectan
Lago Nahuel. / El Correo
las aguas del Nahuel Huapi y en el horizonte la cordillera nevada salpicada de extensas nubes nos detiene de nuevo. En Bariloche hay muchos poetas. Es una ciudad joven y la tradición se está construyendo. Graciela Cros es la poeta de
referencia, otra poeta de referencia en Neuquén es Irma Cuña que ya falleció. He tenido la suerte de leer junto a algunos poetas y siempre hay algo que aprender: Marcela Saracho, Melissa Benderskyu, Horacio Herman.
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Entrevista
Manuel Muñoz Rivas es un joven realizador sevillano que comienza a destacar con su trabajo. Su película ‘El mar nos mira de lejos’ resulta inquietante, perturbadora, muy atractiva para el espectador que busca en el cine una
El placer de hacer cine
Gabriel Ramírez Lozano {Manuel Muñoz Rivas es cineasta. Sevillano. Se mueve con frecuencia por buena parte del mundo aunque afirma tener Sevilla como referencia inamovible. Los trabajos eligen por mí y me colocan aquí o allá, dice. Nos encontramos en las instalaciones de Modo Coworking de Madrid, un lugar moderno, tranquilo y que invita a tener una charla sobre cualquier arte. Aquí se puede uno encontrar con un nominado a los premios Goya, un diseñador de interiores o de barcos o un periodista que se encarga de la comunicación de un buen grupo de artistas. Se trata de un lugar magnífico para trabajar. Manuel Muñoz Rivas es un excelente conversador. No escapa de los comentarios más críticos o de las insinuaciones que le puedan comprometer. Al contrario, se acerca más a lo que se dice, sin miedos a las preguntas o a las respuestas. Habla con fluidez y parece saber la contestación antes de que yo termine de formular la pregunta. Charlamos sobre su carrera, sobre su película ‘El mar nos mira de lejos’ que, ya le digo según comenzamos a dialogar que me ha entusiasmado.
Manuel Muñoz Rivas. / E Correo
«Para hacer cine, colaboro mucho con un grupo de personas que tienen, tenemos, en común haber estudiado en la escuela de cine de San Antonio de los Baños de Cuba. De hecho, el viernes me voy para allá para impartir un taller. Los roles de cada uno los intercambiamos con frecuencia. A veces editamos unos, cuidan de la fotografía otros. En fin, vamos trabajando juntos que es lo interesante, creciendo como profesionales a un ritmo parecido». La pregunta que le formulo es obligada: ¿por qué hacer cine? Una cuestión que no es fácil de responder para alguien dedicado a cualquiera de las artes. A todos nos preguntan con frecuencia esto y todos pasamos las de Caín para contestar sin pisar territorios comunes que nos molesta tener tan cerca. ¿Por qué? «El primer atisbo que tengo yo de querer dedicarme al cine fue después de estudiar publicidad. No me interesó demasiado. Tras licenciarme, hice un curso de cine de dirección en Londres que me encantó. Aquel curso era muy, muy, cutre, pero sirvió para que me decidiese a ir adentrándome en este mundo. Es verdad, que como espectador, desde niño, el cine me
fascinó. Lo veía como un mundo paralelo. Aquellas salas oscuras que dejan tu vida como en suspenso; ese tiempo propio del cine me encantaba vivirlo. Pero fue con veintidós o veintitrés años cuando decidí dedicarme al cine. Además, como no tengo una visión muy industrial de esto, me gusta pensar que uno no tiene la obligación de especializarse demasiado y, por eso, me dedico a la edición además de a la realización. Editando tienes la posibilidad de pensar el cine; es un buen oficio para entender la gramática del cine. De hecho, en películas como es ‘El mar nos mira de lejos’, la sala de edición es el lugar en el que se escribe la película. Todos los trabajos en los que la realidad ocupa un lugar importante es así». Hablamé de tu película. «He ido muchas veces a Matalascañas. Y, desde allí, veía las cabañas mimetizadas, casi, con las dunas. Vistas al atardecer parecen estar incrustadas en el paisaje. Parecían algunas medio abandonadas. Me acerqué y comencé a hablar con aquellos hombres que desencadenaron el proyecto en un principio. En este trabajo, la importancia de los personajes es fundamental». Le comento que me ha parecido
curioso esa especie de juego para no descubrir que el entorno es Doñana dejando cerrados algunos planos y, al mismo tiempo, mostrar la evidencia. «No quería describir la realidad. Me interesaba como base para construir la película. Pero solo eso. El entorno me permitía cierta libertad. Llegué a plantearme la posibilidad de convertir el escenario en una isla, falsear el entorno con la cámara y la edición. Pero lo terminé descartando porque me pareció muy atractivo representar la dialéctica entre el mundo natural en el que viven estos hombres y el urbanizado que está a dos pasos. Pero es verdad que, por una parte, los personajes no evolucionan apenas, son lo que son de principio a fin (con la excepción de la chica) y no me podía apoyar en ellos para construir un relato. Por eso, en esta película basa su narrativa en el progresivo descubrimiento del entorno. Si desde el principio descubro el escenario en plenitud tengo un problema, no puedo progresar narrativamente. La idea era que lo que vas viendo se fuera enriqueciendo”. El entorno es un personaje más. Su dibujo, que va a más le hace evolucionar. Sin embargo, los persona-
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Entrevista
representación de la realidad en al que se evoquen respuestas a las preguntas que el ser humano se hace desde siempre. Una forma de hacer cine; en la que todo es igual de importante; que reclama la atención del público y de los distribuidores
jes aparecen dibujados, desde el principio, y no evolucionan. Le digo esto y que el efecto me parece de lo más singular. Y le comento que la relación entre los personajes resulta sorprendente del todo. “Sí, un elemento con el que quise introducir otro tipo de dialéctica fue la figura de los funcionarios que controlan todo eso. Los pescadores que son los que siempre han estado allí frente a otros personajes que tienen una forma totalmente diferente de mirar esa realidad. Control, administración, medición de los espacios, una pequeña amenaza. Pero sin llegar a caer en el maniqueísmo de buenos contra malos. Cada cual hace lo que puede con lo que tiene». Por cierto, no me has contestado a por qué haces cine. Alza las cejas y no tiene más remedio que contestar. «Es una herramienta que me ayuda a relacionarme con la vida. Desde una situación de inadecuación con la realidad utilizo el cine para poder mirar mejor». Y ¿modificar la realidad está entre tus prioridades? «No, es más, en mi relación con la realidad, hacer cine me permite tender un puente desde mi mundo al que estoy observando. Enmarco,
veo más y mejor, logro entrar en ese mundo con más facilidad, logro entrar en comunión con eso que observo, logro tener una relación mucho más intensa con las cosas. Una película me deja cristalizar lo que encuentro bello y separo lo que considero vulgar, feo. Es muy interesante la pugna que se produce entre la realidad y lo que tú quieres que sea. Es como un pulso en el que quieres imponer tu mirada a lo que es. Me refiero al cine de las características de ‘El mar nos mira de lejos’ que se encuentran en la frontera del documental y la ficción. La realidad es una cosa muy correosa que no siempre se pliega a lo que deseas. Si lo que haces es ficción pura la cosa cambia porque todo lo que haces lo construyes a imagen y semejanza de lo que tienes en mente». Charlamos sobre los procesos creativos y Manuel confiesa que se ha encontrado perdido durante todo el proceso, pero que, a la vez, le parece muy saludable que algo así suceda porque «uno tiene que perderse para poder encontrarse. Se trata de hacer cine para cambiar, para crecer y terminar el trabajo siendo un poco mejor». Por eso entiende que el producto final sea discutible en algunos aspectos concretos, sea
La simbología en la película de Manuel Muñoz Rivas es poderosa y marca la pauta para encontrar el sentido último de su trabajo.
algo más frágil en algunos territorios. Pero, le tranquilizo al afirmar (creyendo en lo que digo) que la película es estupenda. Civilizaciones pasadas, en qué consisten, relación entre lo cultural y lo natural, qué pasará con los habitantes de las dunas de Doñana, la duna como elemento inexorable que todo lo cubre, las ciudades como ruinas del futuro (Matalascañas en invierno podría compararse con un conjunto de elementos abandonados); ingredientes que convierten el trabajo de Manuel Muñoz Rivas
en algo muy especial. La charla continúa y transitamos elementos muy técnicos, otros más personales. Y el tiempo se acaba. Como siempre sucede con las cosas que te gustan. Nos despedimos con un apretón de manos, sabiendo que no será la última vez que nos veamos para charlar sobre el cine, sobre lo que significa crear y, sobre todo, entender qué demonios hacemos aquí plantados, en medio de un universo que no alcanzamos a entender mínimamente. ~
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Exposiciones
Quedan pocos días para disfrutar de una de las convocatorias más interesantes de la temporada. Solo una semana para completar un estupendo paseo por la ciudad -y por la época- de la ‘dolce vita’, de la mano de una de las marcas más prestigiosas del
Bvlgari y Roma Augusto F. Prieto {Dentro de los diálogos entre la pintura y las demás Artes por los que apuesta, de manera continuada, el Museo Thyssen-Bornemisza, entra en la recta final la exposición sobre la casa Bulgari. El éxito en la convocatoria ha hecho que la muestra se prorrogue hasta el 5 de marzo. El hilo conductor es la idea de cómo los monumentos, los espacios, y los detalles de la Ciudad Eterna han influido en los diseños de la marca. Que lo han hecho de una manera metódica y continuada, convirtiéndose en fuente de inspiración. Alrededor de este eje se establece un revelador juego de miradas. La firma consolidó su fama en la segunda mitad del siglo XX, gracias a la afición generada entre los artistas y las celebridades, que acudían a Roma para rodar en los estudios de Cinecitta, y aprovechaban la estancia para comprar, o para hacer sus encargos en la tienda histórica de vía Condotti. Destaca entre todas la larga historia de amor de Elizabeth Taylor con la casa italiana, paralela a su amor por Richard Burton; si bien este se apagó con los años, nunca lo hizo, sin embargo, la atracción de la diva por las alhajas. Se cierra así un círculo de prestigio y de glamour, entre la ciudad inspiradora, los diseños exquisitos, y la imagen pública de los clientes, que revierte a su vez en la capital italiana, convertida en icono de lujo y elegancia entre los años 40 y 70. Esas joyas, creadas en muchos casos para personajes especiales, como Anna Magnani, Sofía Loren o Gina Lollobrigida, han sido readquiridas, a lo largo de los últimos años para la Colección Heritage de Bulgari, pasando de ser un objeto de consumo a convertirse en material de estudio, exhibición, e inversión. Esos fondos refuerzan la imagen de la marca en un mercado globalizado, sosteniendo el negocio, y abriendo un escaparate singular, como es el de esta exposición, para un comercio que, además de objetos, vende sensaciones. Forman parte de la muestra algunas fotografías espectaculares, como las tres de Irene Kung, que demuestran que siempre se puede buscar un punto de vista nuevo so-
Collar con zafiros de colores, granates mandarina, esmeraldas, y diamantes (2009) de un coleccionista particular, inspirado en la escalinata de la Piazza di Spagna.
bre un espacio, por muy transitado que este haya sido. Hay montajes en 3D, como una especie de grandioso balcón sobre el Tíber, en el que se destacan los detalles comunes a la arquitectura y al diseño orfebre, sobre los que versa la exposición. También imágenes de archivo de actrices emblemáticas como Ainouk Aimée, de royals –Federica de Grecia y sus hijas– o de modelos exclusivas como Verushka, luciendo las creaciones de la casa, o pasando por la boutique de via Condotti. Vemos algunos grabados, y lienzos antiguos, que convocan la creación de esa imagen de eternidad que singulariza Roma. La rotulación digital colabora a articular la visita con eficacia. Pero el grueso de la exposición, por supuesto, lo que está arrastrando a las multitudes a las salas de un museo, lo que hace que estas se paseen como hechizadas por las salas oscuras, son las joyas. Una
Las joyas, creadas para celebridades, han sido readquiridas para la Colección Heritage Bulgari comienza a expandirse como marca a partir de los años 70, diversificándose en los 90
Detalle del zafiro del soutoir de Elizabeth Taylor.
cámara del tesoro. La belleza de algunas trasciende toda explicación, otras son famosas por las personas que las lucieron y se convierten en fetiches. En las facetas iridiscentes de su brillo los mortales soñamos con un Olimpo de elegancia y refinamiento, de riqueza sin medida. De serrallos, safe boxes, rivas aquarama, guardaespaldas, huríes eslavas, y toy boys. Reina sobre todas ellas, por lo significativo, el sautoir de platino con un zafiro de Birmania tallado en cabujón de pan de azúcar de 65 quilates, que perteneció a la Taylor, montado en una cadena de pavé de diamantes y zafiros calibrados (1969). Pero resultan mucho más hermosos una gargantilla –muy padaung– de oro con rubíes, zafiros, lapislázuli, y diamantes, todo montado en un juego de elipses (1979); el collar con zafiros de
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mundo. Es una oportunidad dorada para disfrutar de joyas legendarias que pasaron por las manos de celebridades mundanas y de estrellas de Hollywood. A partir de aquí, Roma, sus calles y sus plazas, serán para siempre mucho más que una simple visita Las joyas de la baronesa Pocos han hecho tanto por la cultura española como la baronesa Carmen Thyssen-Bornemisza. Por encima de polémicas, murmuraciones, y envidias, le debemos que el grueso de la colección familiar se haya quedado en nuestro país, la creación de una franquicia a la que nada pueden envidiar los Guggenheim, Phillips, o Saatchi. Sus propuestas han cambiado la fisonomía de ciudades como Málaga. Es un escándalo que no se le haya concedido todavía un título nobiliario, e impresentable que los últimos gobiernos hayan sido incapaces de concretar la integridad del conjunto de Villahermosa. Varios de los aderezos exhibidos vienen de su colección privada, en la que demuestra un gusto singularizado. No son piezas habituales y en ellas define una preferencia
Fabuloso ‘vintage’ de 1968, de platino con esmeraldas, zafiros, rubíes, y diamantes.
colores, granates mandarina, esmeraldas, y diamantes (2009) de un coleccionista particular, inspirado en la escalinata de la Piazza di Spagna; o la parure de oro y diamantes de la colección de Carlo Ferrero Zendrini (1969) que recuerda las fuentes romanas. El guiño al empedrado de la Vía Appia, en un brazalete de gemas resulta acertado. Fundada en 1884 por un emigrante griego, Bulgari comienza a expandirse como marca a partir de los años 70, diversificándose en los 90, permaneciendo en manos de la familia fundadora hasta que es adquirida en 2011 por el gigante del lujo LHMV. La reflexión más profunda a la que nos conduce la exposición se establece sobre los mecanismos de consolidación de la imagen, el poder de la marca, y el concepto de icono, que aparecieron como símbolo de garantía después de la Revolución Industrial, trascendiendo al artesanado, subyugaron después a las sociedades occidentales, y abducen ahora a los opulentos mercados árabes, asiáticos y eslavos. Porque si bien es cierto que las marcas se empoderan mediante estudiadas operaciones de marketing, encauzadas por los grupos editoriales, y alimentadas por el resto de las industrias vinculadas con el lujo –alta costura y hostelería, exclusivos automóviles, yates, reactores, gastronomía gourmet- ; si es también verdad que los grandes grupos mediáticos e inversores apuestan por ellas como por un valor seguro; no deja de ser menos cierto que las personas vinculadas con ese segmento son artistas y creadores que se sienten realizados e identificados con un proyecto trascendente, de una manera que es difícil encontrar en
La historia de amor de Elizabeth Taylor con la casa italiana, Bvlgari, no terminó mientras la actriz vivió.
por combinaciones raras, piedras de colores insólitos, y tallas inusuales: ónice y esmeralda, zafiros amarillos con amatistas, perlas cultivadas, o esmeraldas en cabujón, en sus adornos de los años 80 y 90. Ha cedido también, para este evento, un fabuloso vintage de 1968, parecido a los que luce Elizabeth Taylor en el rodaje de La mujer maldita, de platino con esmeraldas, zafiros, rubíes, y diamantes. Entre las piezas más valiosas de su joyero se encuentran el devant de corsage de diamantes que Alfonso XII regaló a la reina Maria Cristina por sus esponsales –que Carmen intentó vender infructuosamente en Ginebra, en 2015– y el diamante Estrella de la Paz, de 179 quilates, que recibió como regalo de boda del barón en 1985.
otras disciplinas. Estar en la fashion elite es un plus añadido a los sueldos y a la libertad creadora, para los diseñadores, blogueros, creativos, estilistas, publicistas, y modelos. El nombre de alguno de ellos, pronunciado sin artículo ni apellidos es sinónimo de glamour en cualquiera de las capitales del planeta. BVLGARI Y ROMA Museo Thyssen-Bornemisza 30 de noviembre de 2016, a 5 de marzo de 2017
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Recuerdos del siglo XX Los prelados y algunos seglares señalaron, con dolorosas realidades, la vergüenza que afectaba a la clase obrera campesina. León XIII, Marcelo Spínola, Francisco Tarín, Manuel Siurot, José María Bueno Monreal y Pascual Carrión, fueron voces autorizadas que analizaron la situación dramática sufrida por la clase obrera, especialmente la campesina
La Iglesia, por fin, habló… Nicolás Salas {Sevilla, como otras provincias meridionales, vivió al comienzo del siglo XX momentos de intensa conflictividad que alcanzaron cotas críticas por culpa de las sequías, azote endémico de nuestra tierra y con fuerte impacto en una agricultura de secano, de estructura inmovilista en la organización de los cultivos y marginada de las corrientes empresariales de los primeros años de nuestro siglo. Conociendo siquiera aproximadamente las realidades sociales y económicas del agro sevillano al filo de los años sesenta del pasado siglo XX, cuando el cardenal Bueno Monreal escandalizó a tantas almas piadosas con su instrucción pastoral sobre «Algunos problemas sociales de la Archidiócesis de Sevilla», y los nuevos llamamientos del prelado en los años siguientes, es fácil imaginarse el panorama de principios de siglo, cuando hacía ya una década que León XIII había asombrado al mundo católico con la Rérum Novárum, primera encíclica social. En 1962, el cardenal hispalense denunció sin paliativos «una realidad dolorosa», unos «salarios insuficientes» y «un orden económico radicalmente turbado», matizado todo por una evidente «falta de conciencia social» y agravado por los paros encubierto y estacional, situación que ha descendido en parte más por el fenómeno de la emigración incontrolada, auténtica despoblación rural dañina para el sector, que por la débil respuesta a la «llamada a los labradores» que hizo el prelado. En otros dos nuevos avisos, en 1967 y 1968, reiterativos, afirmaría: «Hay que atribuir el alejamiento del mundo obrero en parte no pequeña al grave escándalo masivo de muchos cristianos en su conducta social» y «escasez de clero, desigualdad en el reparto de la riqueza y frialdad religiosa, principales problemas de la diócesis hispalense». Si este panorama desolador se ofrecía en los años sesenta, podemos hacernos una idea de cómo era la situación en
Cardenal Marcelo Espínola.
José María Bueno Monreal.
la primera década del siglo XX, cuando nuestra provincia y gran parte de Andalucía sufrían hambrunas de mayor o menor intensidad. La cuenta atrás en la búsqueda de testimonios que nos acerquen a los tiempos de los cardenales Spínola y Almaraz nos lleva a la XIII Semana Social de España, celebrada en Córdoba en 1953, época no excesivamente propicia a la denuncia abierta y en la que algunos de sus ponentes –Pemán, Martín-Sánchez Juliá, Navarro Rubio, Pérez de Ayala, no fueron nunca proclives a la demagogia– pusieron el dedo en la llaga sangrante del campo andaluz, luego concretada en su clausura por un discutido discurso de Fray Albino González y Menéndez-Raigada, obispo de Córdoba, quien haciendo referencia a la plena coincidencia de pensamiento entre la Santa Sede y los congresistas, pese a no haber podido conocerse a tiempo la carta de monseñor Montini, afirmó: «...Y sin embargo,
De la realidad social de aquellas primeras décadas del siglo XX hay en la biografía de Manuel Siurot, hombre de ideología conservadora, una dolorosa observación a su biógrafo, José Monge y Bernal, como consecuencia de asistir en Granada, en 1907, a una Asamblea de las Corporaciones Católicos-Obreras. Monge y Bernal la recoge con estas palabras: «Era la primera vez que Siurot asistía a un Consejo semejante y, en verdad, que le fue provechosa tal asistencia. Allí oyó de labios autorizados la vigorosa descripción de tremendas y espantosas injusticias sociales, sintió de cerca fuertes latidos de corazones generosos. Vio en conjunto el mal, y se conmovió con inmensa ternura ante las horribles consecuencias de la inminente catástrofe. El discurso pronunciado en la Iglesia de Santo Domingo, por aquel santo varón de Dios, el obispo de Badajoz, don Félix Soto y Mancera, no se borrará jamás del alma de los que le escuchamos». José María Javierre afirma en su biografía de Sor Ángela de la Cruz que «Sevilla ha entrado plácidamente en el siglo XX... Cierto que hay pendiente un grave problema. Las costumbres patriarcales de la aristocracia y la discreta medianía de la clase burguesa ignoran un pueblo que en soledad se muerde los puños. Lo que sea sonará». En la misma línea volvería a expresarse Javierre al escribir la biografía del Padre Tarín: «Le impresionó comprobar que en la media docena de años suyos de residencia sevillana (1898-1904), el ambiente rural andaluz había empeorado fuertemente. Los desniveles sociales continuaban y los fermentos revolucionarios crecían. El Padre Tarín predijo en sus sermones que, de seguir así, España iba hacia una tragedia sangrienta». Y así sería en 1936. Los años 30 no fueron una sorpresa para quienes conocían los antecedentes sociológicos de España en general y de Andalucía en particular. El campo estaba fértil para la revolución. ~
Bueno Monreal escandalizó con su instrucción pastoral sobre ‘Algunos problemas de la Archidiósecis de Sevilla’ hay quien nos critica de avanzados e izquierdistas, por no decir algo peor. Hay quien dice que hacemos obra perniciosa y disolvente». Más atrás quedan en el tiempo los famosos estudios de Pascual Carrión, cuya copiosa producción a través de páginas de periódicos y revistas y conferencias desde 1913 hasta 1973, fue felizmente recopilada y publicada, al mismo tiempo que su monumental trabajo sobre el latifundismo, publicado en 1932 y reeditado en 1972, donde se ofrecen abundantes pruebas de una situación calamitosa del obrero agrícola andaluz. Igual sucede con las obras de Constancio Bernaldo de Quirós, también ofrecidas nuevamente al lector ansioso de conocer la problemática y los antecedentes sociales de Andalucía. Y con el libro clásico de Díaz del Moral.
Manuel Siurot.
Pascual Carrión.
Leon XIII.
Francisco Tarin.