Sábado, 13 de mayo de 2017 Nº 138 @aladar_cultura
Iberian & Klavier
El piano a cuatro manos Se consolidan como un dúo pianístico extraordinario al presentar su nuevo trabajo ‘El piano del Maestro Alonso’
Pepe Marín
La música experimental del colectivo maDam
Recuerdos del siglo XX con Nicolás Salas
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Suplemento cultural
El Correo de Andalucía Sábado, 13 de mayo de 2017
Música Laura Sierra y Manuel Tévar son pianistas. Se conocieron hace muchos años y son los componentes de Iberian & Klavier. Interpretan a cuatro manos, dos pianos y orquesta. Van cosechando éxitos desde sus primeros trabajos y su proyección
Gabriel Ramírez {Laura Sierra y Manuel Tévar son matrimonio. Y son los dos componentes de Iberian & Klavier. Desde su creación han ido cosechando éxito tras éxito interpretando actuando en recitales a cuatro manos, dos pianos y con orquesta. Son una pareja muy divertida, entrañable, de trato exquisito. Laura está radiante esperando a Lis, una niña que llegará pronto a este mundo. Me intereso por cómo ha sido el proceso musical que les ha llevado hasta aquí. Laura habla con calma, con un tono de voz que invita a la tranquilidad. «Nos unen muchas cosas. Han ido de la mano nuestras vidas personales y la música. Fui alumna de Manuel en el conservatorio. Era mi profesor de improvisación. Ya entonces le seguía mucho, cada vez que estrenaba algo de lo que componía iba a verle. Me fascinaba su música. Y todo fue como un juego». Manuel matiza. «Nos gustamos musicalmente desde el principio». Hablamos de los flechazos inte-
Iberian & Klavier: Abierto 24 horas lectuales. Coincidimos en que son rotundos, definitivos; se trata de encuentros que te dejan fuera de combate, te pongas como te pongas. «A nosotros la música nos mantiene unidos y, además, nos da de comer. No se puede pedir más». Habla Manuel aunque ella asiente sonriendo. «Vivimos de la música y siempre hemos estados inmersos en la época de crisis. Cuando empecé a dar conciertos lo hacía gratis. Conociendo ya a Laura, la cosa se había puesto dura y la decadencia era total». Laura replica. «En realidad, nos unimos porque
Foto promocional de Iberian & Klavier. / Michal Novak
nos lo pasábamos muy bien y porque conectábamos totalmente desde el primer momento. Sin hablarnos nos entendíamos. Daba un poco de vértigo juntar la vida profesional con la personal, pero descubrimos que todo era más fácil. Si a eso le añades que la respuesta de la gente que nos escuchaba era muy buena, la decisión fue fácil y acertada». Le pido que explique en qué consiste esa respuesta del público a la que se refiere. «Descubrimos que la gente nos seguía, que no les importaba ir tres veces al mismo concierto… Fue todo una sorpresa, algo inesperado».
Son casi ocho años juntos sobre el escenario. Y presumen de estar donde están gracias al público. Pero ¿qué es el público, quién es? pregunto. Contesta Manuel. «El público es un concepto muy amplio. Nosotros nos referimos a personas, a un grupo más pequeño. Los seguidores son seguramente pocos, pero fundamentales. Personas que quieren saber qué haces y dónde, que bajan a saludarte al finalizar el concierto, que compran tus discos. El gran público tiende a valorar de otro modo las cosas, con diferente criterio». «No es el público fan, es esa gente que te ha visto y no se separa de ti» dice Laura. Me interesa saber, ahora, por qué un músico elige un instrumento y no otro, si el instrumento les elige a ellos. «Es una combinación de lo que te encuentras en el camino (la pareja de mi padre era pianista y eso influyó) y tu propia vocación» dice Laura muy segura. «Yo comencé en una actividad extraescolar; Juan Álvarez, pianista titular del Ballet Nacional de España; era mi profesor y enseñaba pia-
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Música internacional es robusta. Sus comienzos fueron distintos aunque el destino les hizo encontrarse en el punto del camino exacto. Acaban de presentar su tercer disco: «El piano del Maestro Alonso» no. No había otra posibilidad. Comencé suspendiendo en el conservatorio, no creas. Y eso fue como si me pusieran una banderilla negra. A partir de ese momento, eso sirvió para que me estimulase y querer hacerme pianista. Lo cuento porque podría ser judoka o futbolista si hubiera elegido otra actividad» dice Manuel mientras va alternando la mirada entre su esposa, algún objeto o yo mismo. Aprovecho para tratar el asunto del aprendizaje musical. ¿Por qué no termina de gustar a los chicos aprender música si esta forma parte de nuestra vida? Nos ponemos contentos y escuchamos música, queremos motivarnos y escuchamos música, estamos tristes y nos encerramos a escuchar la misma canción triste veinte horas seguidas. Pero, sin embargo, la enseñanza no cuaja como algo divertido y necesario. Laura no se lo piensa. «Es un problema del sistema. Tenemos demasiados objetivos fijados, debemos conseguir unos mínimos y, en realidad, lo que hace falta es que las cosas hagan la vida más fácil, más agradable; hace falta que te gusten las cosas. Sin que ames algo es muy difícil que se avance. Aprendizaje y diversión deberían ir juntos y no es así. Se hace casi imposible que se perciba la música como algo natural y fundamental. Creo yo que uno de los grandes problemas es que no nos dicen que hay un camino: la exclusividad. Si los niños lograsen entender que hacer música es algo muy, muy, personal y que nadie más en el mundo va a tocar una pieza como lo haces tú mismo, que la forma de expresar una sensación, un sentimiento, es única, facilitaría las cosas». Puede ser que la gente no termine de entender que el código musical para expresar es diferente, añado. «Otro problema es que nadie te enseña a pensar en que el que tienes sentado en la butaca de un teatro, y que ha pagado una entrada, es el que tiene que recibir un mensaje. El músico debe hacer sentir, debe saber contar lo que otro escribió, lo que otro pensó cuando escribía la partitura. El músico es él, pero forma un conjunto con los que escuchan. Si no tenemos claro esto, es imposible que las cosas vayan bien y es normal que exista una clara ruptura entre el intérprete y el público. De este modo, no sentir lo que te cuentan se traduce en un inmenso problema que aleja a la gente de la música. Ir a concierto pensando ‘voy a escuchar lo que quieren contarme estos chicos’ no es lo habitual. Se va a otra cosa. El interés de un creador es que su música debe funcionar. Pero, a veces, no queremos casar la necesidad los intereses propios con los del público. Si se consigue la comunión necesaria se produce lo que llamamos éxito. Por eso hay que pensar muy bien en
Manuel Tévar –arriba– y Laura Sierra –en la foto de abajo–. / Michal Novak
quién va a escuchar eso y cómo se lo voy a contar» dice Manuel. La improvisación en la música clásica parece que no existe. Eso cree la gente. El que escribe sabe que no es cierto y, por ello, les animo a que me den su opinión. «Bach improvisaba todo el día. Luego escribía para enseñar. Pero improvisaba mucho. De hecho, muchos jazzmen han aprendido de él» contesta Manuel. «Nosotros tocamos obras de Manuel que son parte escrita y parte improvisada. Es fascinante, claro, porque nunca nada es igual» añade Laura. ¿Vivís al son de una partitura?
«Bach improvisaba todo el día. Luego escribía para enseñar, pero improvisaba mucho» Laura dice: «Nuestra vida es música. 24 horas al día vivimos la música. En nuestro caso, nos gusta y lo podemos compartir». Manuel espera paciente para matizar. «En cualquier caso, el grado máximo de conexión lo alcanzamos
en el escenario. No hemos hecho dos conciertos iguales, todo se concentra en el momento y esa rutina de las 24 horas viviendo la música se convierte en algo único cuando hacemos un concierto. Aunque prepares el fraseo, anotes en la partitura… es un momento especial que nunca se repetirá». Dicen poder tener una conversación con el piano. Es un lenguaje que manejan con la misma facilidad que cualquier otro. Dicen saber cómo se encuentra el otro en cuanto escuchan los primeros acordes. Laura Sierra y Manuel Tévar, o lo que es igual Iberian & Klavier, acaban de presentar su nuevo disco. El piano del Maestro Alonso. Han querido contar la historia de un joven que deja todo atrás al marchar a Madrid buscando el triunfo, rompiendo con todo. Me recuerdan que, ya que hablamos de improvisación, Alonso compuso ¡Mi adiós a Granada!, de pie, mientras se despedía de sus amigos. En el disco, interpretan a cuatro manos, piezas como Noche en la Alhambra, Doli o Rosita. Nos despedimos porque el tiempo no hace concesiones. Me recuerdan que el próximo 18 de mayo actúan como solistas con la orquesta de Córdoba, dirigida por el maestro Lorenzo Ramos. Será en el Gran Teatro de Córdoba e interpretarán el Concierto para dos pianos y orquesta de Mozart y el Carnaval de los animales de Saint Saens. Si hay suerte allí estaré. Porque merece la pena. ~
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Atelier de músicas
El Colectivo maDam es una de las aventuras más sólidas surgidas en España en los últimos años dentro del ámbito de la música experimental. Su primer disco está dedicado a Michael Pisaro
Recomendaciones
EXPERIMENTAL
Michael Pisaro / sometimes / Colectivo maDam / Wandelweiser
El infinito o una ventana al instante
maDam, donde escuchan, se escuchan y hacen escuchar Ismael G. Cabral {La obra de Michael Pisaro (1961) no se parece a ninguna otra. «Creemos que su música es muy política. Se preocupa de cómo podemos vivir juntos, sin jerarquías, en libertad, sin perder la individualidad, pero en comunidad. La escucha, escucharnos unos a otros y escuchar todo lo que nos rodea es un buen camino para ensayar de manera incruenta nuevas formas de organizarnos, más allá de la competición, de la imposición y de los egos», reflexiona Mario Sarramián, miembro del Colectivo maDam, un inusual grupo madrileño dedicado a la improvisación electroacústica que acaba de publicar su primer disco en el icónico sello alemán Wandelweiser; ocupándose de la obra sometimes, de Pisaro. «Algunas veces no los invoco, me vuelvo aún más / hacia adentro, y guardo algo casi decible, un silencio / que filtra la luz se detiene, y cuento / las ramas ante mi ventana-nido, las no flores», reza el poema de Oswald Egger, incluido en la partitura de sometimes. «De una manera natural estos versos se filtraron en nuestro trabajo y en las decisiones. La combinación de electrónica y voz femenina sumaba a la pieza una tensión nueva. Frente a lo perfecto e infinito del sonido electrónico, la
fragilidad y la finitud de la voz humana. Y al convivir, los sonidos se afectan mutuamente; la presencia de la voz hacía aparecer a los sonidos electrónicos más humanos; esto es más imperfectos y rugosos», continúan diciendo los integrantes. La obra de Pisaro, como todas las suyas, permite ser habitada por el auditor y es permeable a múltiples acercamientos sonoros, en la estela
En ‘sometimes’, de Pisaro, la voz hace a los sonidos electrónicos más humanos El colectivo es representante en España de lo que se conoce como ‘sonido wandelweiser’ de John Cage. «Es maravillosa. Podría entenderse como una situación en la que cuatro personas se juntan y, sin dejar de ser ellas mismas, a veces se encuentran y a veces no. Pero, aunque no se encuentren, están menos solas que antes. Escuchan, se escuchan y nos hacen escuchar». Obras de Antoine Beuger, Taku Sugimoto y Stephan Thut, entre otros,
El Colectivo maDam, durante un concierto en La Casa Encendida de Madrid, junto a Michael Pisaro.
han sido abordadas ya por maDam, quienes en España se erigen sin querer erigirse en nada como valedores de lo que ya se conoce como sonido wandelweiser. «Desde hace un año estamos dándole vueltas a una versión escénica de sometimes, para la que ya contamos con el entusiasmo y la confianza de Pisaro», avanzan. El colectivo es «un ejemplo de biodiversidad. No tenemos referentes colectivos porque se perderían en la maraña». «Puede que maDam sea una planta: obtenemos la energía de la luz de los soles que aparecen ante nosotros y, con ella, convertimos ciertas sustancias simples en otras más complejas, o a la inversa, quien sabe... Al final puede que haya un poquito más de oxígeno en el universo», concluyen. Pisaro define la obra que centra estas líneas como «una larga canción». A lo largo de sus casi 70 minutos –en la realización del conjunto– largos silencios dividen las diferentes secciones de una partitura en la que caben múltiples acercamientos. La partitura solamente especifica las duraciones y las pausas entre las notas; todo lo demás corresponde a los intérpretes. Podemos estar ante la música contemporánea más democrática de la historia; en las antípodas del serialismo de Boulez y asomados al precipicio del sonido conceptual. ~
I. G. Cabral {Como la de Feldman, la música de Pisaro tiende al infinito. Sin la trascendencia de las esculturas sonoras de aquel, una obra como sometimes se revela más como un espacio que como una partitura al uso. Yerma de toda narratividad, la música simplemente está, se asoma entre grandes pausas de silencio. Uno puede decidir quedarse aquí, dejarse llevar por la quebradiza voz femenina y la desnuda electrónica o solo asomarse y ver qué es esto. La primera opción es mucho más recomendable. ~
EXPERIMENTAL
Christoph Schiller / Spinet, 2016 / Wandelweiser
La nueva vida de la espineta en el siglo XXI I. G. C. {Christoph Schiller ha estado trabajando como pianista desde 1987 dentro del campo de la música improvisada. En los últimos años ha vuelto su mirada a la espineta, un instrumento de tecla similar al clavecín que floreció en los siglos XVI y XVII. En esta colección de piezas a solo la espineta adquiere ecos del piano preparado y el oído se detiene en su pequeña resonancia. La ausencia de discursividad y la parquedad de la tímbrica acaban causando ciertos estragos. ~
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Teatro Hasta el 18 de junio, la obra de teatro ‘Sueño’ permanece en cartel como reto escénico vanguardista y de investigación sobre los recursos expresivos en este medio. El escenario no podía ser otro que la Sala San Juan de la Cruz del madrileño Teatro de la Abadía. La propuesta que lleva realizando esta entidad es impagable
La comedia como resultado trágico del tiempo Daniel González Irala {Y así es. Andrés Lima se sirve de esta vieja fórmula enunciada por vez primera por Groucho Marx, para armar «Sueño», una versión también de Shakespeare basada libre y personalmente en El sueño de una noche de verano. Y digo personalmente porque ha incorporado un nuevo personaje a la que aquí es trama secundaria, de este modo Faustino, un padre moribundo con demencia senil al que una graciosa niña tartamuda le lee repetidamente La historia de un asno, se hace testigo de toda una marabunta de relaciones anheladas y no conseguidas así como de otras que pretenden realizarse al alimón con el propósito de obtener beneficio. Existe mucha investigación detrás no sólo a través de elementos y materiales literarios de primera calidad, sino esta vez sobre todo vivenciales. Ese tiempo al que nos referimos en el titular no es otra cosa que distancia frente o para con la muerte, algo que no se puede contar mientras está ocurriendo, pero sí después. Es el esfuerzo monumental de tres actrices el que les hace posible cambiar hasta tres veces de perso-
El personaje principal viaja hasta los infiernos y el actor lo convierte en algo creíble y formidable. / El Correo
naje, un esfuerzo psíquico por tanto mayor y que, aunque más concentrada que otras veces, permite ver una versión de la obra que podría estar dirigida, si fuese cine, por Paolo Sorrentino, realizador de «La gran belleza», película que desde su carácter mediterráneo podría ser también leída o vista desde claves shakesperianas, a pesar de la afición del bardo inglés por dar más vueltas y requiebros en un lenguaje
propio (que se identifica también con la flema inglesa). En los talleres de preparación de la representación de los textos de Lima y Sanzol han colaborado personajes de la talla de Eduardo Mendoza, Albert Boadella, el gran Wyoming o miembros de Muchachada Nui, buscando el reverso de lo que hace un año estos dos dramaturgos junto con Miguel del Arco llevaron a cabo en torno a la idea más seria y
sesuda de la tragedia como espejo de la propia conciencia. Asistimos al ensayo general de Sueño. Todo empieza cuando la niña tartamuda enciende un tocadiscos, para irnos adentrando tras mirar unos paneles que parecen dibujados al grafito, en una residencia de ancianos. A la izquierda la niña lee historias; en el centro Faustino, sentado en una silla, fuma y le pide leer otras páginas; a la derecha unas enfermeras sestean y mandan callar si es que se sube la voz o hay algún comentario jocoso que hacer; y por último por megafonía se anuncia (no será sólo una vez) la proyección de la película «Los puentes de Madison» y se enciende la televisión en lo que parece un programa parecido a Saber vivir. Esto es sólo el comienzo; aparecerán Pilar (la novia que Faustino siempre quiso tener), Elena (una hija de otra mujer distinta a la legítima), el hijo legítimo al que a un cansancio y aturdimiento lógicos se suma la amenaza ante el ataque de un perro rabioso que merodea el edificio, y Demetrio, el amor secreto de Pilar. La ambientación técnica (decorados, iluminación, sonido, música) está ejecutada hábil y elegantemente, tal y como nos tienen acostumbrados en el Teatro La Abadía. Por otro lado, de los cinco actores, por una u otra razón, se logra la excelencia. Bien desde el virtuosismo, bien desde la sencillez y humildad. Lola Galán, de quién se conocen trabajos para el programa de José Mota, resulta ser un grato descubrimiento en su papel (la llaman loca, pero probablemente sea la más cuerda e integrada). También son reseñables los papeles interpretados por Nathalie Poza, actriz madrileña de fuste que logra ser visceral; tremendamente racional en lo masculino e intrépida en lo femenino. La bella Ainhoa Santamaría se muestra camaleónica y seductora. María Vázquez es capaz de metamorfosearse en el mejor amigo del hijo de Faustino cuando éste se larga a Asturias con una prostituta yonqui. Y por último, Chema Adeva (o Faustino) que interpreta, desde una irregular subida y bajada a los infiernos, a un sujeto que se resiste a desaparecer. Por último, queda advertirles de que si pasan por el Teatro situado en el barrio madrileño de Argüelles, antes de entrar a cualquiera de las dos obras, se encontrarán una performance afín a ambas que cuenta con la idea y producción del reputado director Dan Jemmett y la simpatía como actor de Jesús Barranco, que prepara para la concurrencia un menú aperitivo excelso, en el que caben sonetos, canciones, sueños,… y todo lo que puedan imaginar relacionado siempre con Shakespeare. ~
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Teatro Dentro de las jornadas de animación al teatro que para jóvenes y aficionados al teatro se hacen desde el Teatro La Abadía, la Sala José Luis Alonso acoge hasta el 4 de junio el espectáculo de Alfredo Sanzol, ‘La ternura’, una divertida y amable obra de teatro para todos los públicos
Shakespeare y comedias Daniel González Irala {La sala José Luis Alonso del Teatro de la Abadía acoge La ternura, escrita y dirigida por Alfredo Sanzol; comedia amable, disparatada y en ocasiones recreada en lo erótico festivo de una manera más que agradable, y que hace nuestras delicias de manera asombrosa. El trabajo de los seis actores es incansable e impagable, no sólo por el respeto que desde la dramaturgia se tiene de los textos del bardo inglés, sino porque se opta por la acción a través de la palabra en la boca; una acción que, a pesar de lo desnudo o diáfano de la escenografía (aspecto este aprovechado con corrección), vemos a través del gesto, el movimiento del cuerpo y lo que imaginamos como galeón que después arde, e isla bonita que propicia la pereza o el tiempo de estío del que también nos hace partícipes. La adaptación recuerda algo a la que hizo Kenneth Brannagh hace más de quince años en la película Trabajos de amor perdidos, a quién debe la mayor parte de la estructura dramática, pero también es deudora, en cierto sentido, de obras como Mucho ruido y pocas nueces, Cómo gustéis, Las alegres comadres de Windsor o incluso La tempestad. A nivel técnico es igualmente reseñable el trabajo escénico, de vestuario y de utilería y atrezo. Alejandro Andújar, Chema Noci, Almudena Bautista, Miguel Ángel Infante o Maribel Rodríguez, realizan una labor estupenda. Todos ellos se suman a una cantidad estimable de becarios formados en La Abadía o Escuelas de Teatro reconocidas o concertadas con la institución. Todo empieza cuando vemos a la Princesa Salmón y Rubí (hijas de Esmeralda) tratar de dormir a pesar de lo agitado del mar; cuando la madre entra en escena hace elegir a ambas si desaparecer e incumplir sus compromisos políticos y maritales (a las princesas se les asigna un conde como esposo a cada una, siendo el de Rubí, el de Essex) o bien abandonar el barco y naufragar si acaso voluntariamente en una bella isla abandonada. Esmeralda y Rubí están convencidas, no así de primeras Salmón (el traje tiene mucho que ver con los nombres) a quién el candidato pudiera ser que satisfaga alguno de sus perdidos apetitos amorosos en el tiempo. Por otro lado, en la mentada isla viven tres leñadores: Verdemar, Marrón y Azulcielo, que huyeron hace mucho tiempo de Inglaterra.
La labor actoral es magnífica. / El Correo
También son padre y dos hijos. El más joven de los hermanos es Azulcielo que sufre tormentos ya que Marrón se ha encargado de meter en la cabecita de ambos que las mujeres son bichos malos y poco recomendables e imita cual licántropo el sonido de las gaviotas. Por otro lado, Verdemar es también deliciosamente ingenuo a este respecto. Los tres se dedican a cazar para comer y dormir, y así son feli-
ces, también en principio. De la confluencia de estas dos familias monoparentales, al fin, nace un juego de disfraces, gestos, sonrisas y máscaras que da lugar al equívoco continuo; el porqué de su inicio viene dado cuando las chicas se disfrazan de soldados de un barco (en el que iban) que curiosamente en el horizonte sale ardiendo. De este modo la reina oficiará y moverá los hilos como capitán; la
princesa Salmón se vestirá de sargento y Rubí de alférez; todo ello propiciado por la presencia de un hacha olvidada en el camino de uno de los leñadores. El trabajo actoral, como decíamos, resulta sobresaliente. La enérgica Elena González, actriz mexicana que atesora muchas tablas, marca carácter y estilo como Esmeralda; la inocencia y generosidad se hacen carne en Javier Lara, actor muy conocido por su trabajo en televisión (Aída, Ana y los 7); la veteranía del personaje y la interpretación cargada y llena de improvisación de Juan Antonio Lumbreras y, sobre todo, Paco Déniz (Verdemar), cuyo gesto encandila y entorpece, vivifica el reparto desde una ingenuidad que calculamos estudiada, pero que no pierde un ápice de espontaneidad. No nos olvidamos igualmente ni de Natalia Hernández (que debutó en Periodistas allá por el año 2000) ni de Eva Trancón, actriz versátil que tampoco es primeriza en estas lides. Por otro lado, queda patente el tema de que ni aún los padres, o tal vez por ello, deben inmiscuirse y tramar sobre el destino de sus hijos, que en menos de un segundo pueden verse ante una desgracia que puede llegar a ser tan real como la vida misma. ~
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Recuerdos del siglo XX La Barqueta, en la Macarena, y Los Humeros, frente a la tapia de calle Torneo, fueron zonas de baños infantiles... Pero María Trifulca, en la Punta del Verde, era la «playa prohibida» que escandalizaba a los fiscalizadores de pecados... Y una tumba que no perdonaba al que se acercaba sin tener prudencia
La playa de María Trifulca
Nicolás Salas {Maria Trifulca era un nombre polémico por doble motivo. Por los numerosos chiquillos y jóvenes que se ahogaban casi todos los domingos de verano, como un sacrificio humano estéril e inevitable ante el dios Guadalquivir, y por los escándalos morales que protagonizaban homosexuales y prostitutas en los ventorrillos de la zona. Toda referencia a la playa estaba prohibida en el seno familiar. María Trifulca era el infierno de Sevilla, donde ningún joven decente podría poner los pies sin pecar gravemente, además de arriesgar su vida en las peligrosas aguas del río. De manera que los muchachos pertenecientes a las clases media y obrera se cuidaban mucho de hablar de la playa de María Trifulca en sus hogares, pero sí lo hacían entre ellos en las plazuelas de los barrios, durante las noches veraniegas. Era entonces el tiempo de las confidencias, de presumir de valientes; de rascarse con la uña del dedo gordo en el antebrazo, para demostrar que había salitre, que era verdad que se habían bañado en el río... Para los chiquillos, la playa de María Trifulca representaba el señuelo de lo prohibido, de lo inasequible por la lejanía y las severas advertencias familiares. Cuando ya cruzaban la edad juvenil y se arriesgaban a sumarse al grupo de los iniciados, la primera visita a la playa de María Trifulca representaba un hito en sus vidas, una experiencia inolvidable. Ya podían considerarse hombres... Estaban orgullosamente unidos a los muchachos mayores del barrio, por el secreto compartido.
Así era la playa de María Trifulca, la playa prohibida de Sevilla desde 1926 hasta 1965. / Archivo de Francisco José de Jesús Pareja
Desgraciadamente, el secreto se rompía en muchas ocasiones por la tragedia sufrida por alguno de ellos en el río. Entonces, los amigos del ahogado volvían, llorosos y cabizbajos, trayéndose la ropa abandonada como único testimonio del drama dominical. Nada más aparecer el grupo juvenil por la bocacalle del barrio y ver la gente su tristeza, saltaba la noticia trágica por todos los patios de vecindad. Desde los balcones surgían gritos de madres desesperadas, que preguntaban por el nombre del
ahogado... Los muchachos, anonadados por el dolor y la emoción, apenas si pronunciaban el nombre de la víctima. Cuando se paraban delante de la puerta de un corral, todos los chiquillos del barrio y las madres corrían hasta el lugar. Allí estaba la mala noticia. Entonces comenzaba un nuevo drama. Uno de los jóvenes, el más responsable, el que se consideraba más amigo de la familia, entraba solo en el corral portando la ropa. En el patio, ya conocido el nombre del
ahogado, estaban los padres y hermanos llorando, quejándose de su mala suerte, gritando su dolor. Todo el vecindario les rodeaba en impresionante silencio. Las mujeres, madres también, lloraban, como los amigos del muerto. En la puerta del humilde hogar, sentada en una silla, abrazada a un familiar o vecina amiga, la madre besaba las ropas del hijo desaparecido. Aquella noche pocos dormían en el corral y al día siguiente, el drama era la comidilla en todos los encuentros de vecinas en las tiendas, lecherías y carbonerías del barrio. Los periódicos se limitaban a insertar la noticia rutinaria: «El domingo, otro niño ahogado en el río...» —¡Qué desgracia para esa pobre familia! Era un muchacho muy bueno, el mejor de los hermanos, el que más hacía con su madre... -decían siempre las vecinas. Una noche de verano de finales de los años cuarenta, se ahogó Juanito, uno de los hijos del torero Manuel Jiménez «Chicuelo». Era el más travieso, el más simpático, el que más amigos tenía en la Alameda. El maestro, ducho en burlar la muerte, hombre de los pies a la cabeza, lloraba silenciosamente su pena en la puerta del chalet. En su mano derecha tenía un envoltorio de ropa atado con un cinturón... Los amigos de Juanito que trajeron la mala noticia, miraban con tristeza al torero, sin atreverse a hablar. Era una noche agosteña de luna radiante, que lo iluminaba todo. De pronto, el silencio fue roto por unos gritos de dolor que cruzaron la Alameda como un estilete. Dora la Cordobesita acababa de conocer la muerte de su hijo Juanito. Antes de bañarse en la playa de María Trifulca, los niños aprendían a nadar en las aguas más cercanas del río. Había varios sectores: Chapina, Los Humeros y La Barqueta eran los más frecuentados. Y también las zonas menos peligrosas. En otros lugares, los areneros y graveros producían grandes socavones ocultos por el agua cerca de las orillas, que luego se convertían en trampas mortales cuando las corrientes formaban remolinos. También existía el peligro de los restos de estacas de atraque y de improvisados pantalanes, de grandes piedras... Y siempre, la fuerza de las corrientes del río abierto. Para bañarse en las orillas de Los Humeros y La Barqueta, los muchachos saltaban la tapia de la calle Torneo. Algunos, más osados, se colaban por la puerta de la estación ferroviaria de La Barqueta o por el túnel que utilizaban los areneros mediada la calle Torneo. Saltar la tapia era la primera proeza, el primer secreto que había que guardar, el despertar a experiencias nuevas, de hazañas infantiles que tenían el encanto de lo prohibido. ~
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Arte Hasta el siguiente 4 de junio, la Fundación MAPFRE situada en el madrileño Paseo de Recoletos acoge la tercera exposición en orden cronológico exhaustivo de, sobre todo, pintura italiana de inicios del siglo XX. Un motivo de estudio y consiguiente
RETORNO A LA BELLEZA
Obras maestras del arte italiano de entreguerras
Daniel González Irala {Esta sugerente exposición organizada por MAPFRE es la tercera parte de toda una muestra de arte italiano moderno (si por tal aún consideramos el siglo XX en pintura). Tras la dedicada a Macchiaioli en 2013 y la Del divisionismo al futurismo ya reseñada en estas páginas, se vuelve, como en Francia, a un clasicismo donde la idea de las vanguardias está ya totalmente asumida, provocando en algunos casos admiración y en muchos otros, rechazo. Nos gustaría que la historia de las ideas estéticas no estuviese tan ligada como en este caso a lo político (dictadura de Benito Mussolini) desde ese futurismo que obligaría, al menos mentalmente, a la necesidad del viaje al exterior con la necesidad de reinventarse para volver al Renacimiento y la época clásica con las pilas cargadas. No en balde, lo más interesante de la exposición es aquello por lo que artistas como Picasso, Derain o el norteamericano Edward Hopper, consiguieron adquirir como parte de sus estilos respectivos. Defensa de la tradición por tanto, pero a su vez reinvención de la misma, ya que no todo sirve, al menos de la misma forma. Dentro de este grupo al que se pretende unir en torno a los géneros de retrato, paisaje, desnudo o naturaleza muerta existieron tres corrientes con las que se nos insiste y debemos reseñar: la pintura metafísica (cuyos principales representantes fueron Giorgio De Chirico y su hermano Alberto Savinio, gracias a quienes se redactó un manifiesto en la revista Valori Plastici, que abogaba por una recuperación de la estética, la forma y el color ante los desmanes vanguardistas), el llamado grupo Novecento y finalmente el que se definía a sí mismo desde cierto realismo mágico plástico del que bebieron igualmente las letras italianas de la época. Todos ellos pretendían alcanzar un objetivo común a partir de la limpieza, la concisión y la sencillez a las que se unían un componente abierta y claramente inquietante que huía de lo oscuro y lo arbitrario en cuanto a temas. La pintura metafísica se basaba
Cagnaccio di San Pietro La partenza [La partida], 1936 Óleo sobre lienzo, 118 × 96,3 cm Cortesía de Galleria Gomiero, Milán/Padua / © VEGAP, Madrid, 2017
en la utilización de cierta abstracción así como de la influencia del cubismo; así lo muestra Alberto Savinio en La tumba del morisco, óleo de este además músico y escritor emparentado con el teatro de la mano de Pirandello, que en este caso utiliza un onirismo infantil que va más allá del cubismo gracias al uso del volumen en perspectiva. En Plaza de Italia, De Chirico contrapone cierta monumentalidad artificiosa con la idea de desierto, resultando interesante el juego de sombras que realiza con una estatua; La mañana angustiosa, del mismo pintor juega con un uso de la luz de amanecer poco característica, de manera que las sombras se enconan debido a la falta de voluptuosidad de las formas, consciente de ello introduce un tren negro atravesando la parte inferior del lienzo. De Carlos Carrá es ese Bodegón metafísico de reminiscencias tan plenamente picassianas. El lenguaje del niño también de De Chirico resuelve ser una imagen poco infantil y en Melancolía hermética se introduce un espacio neoclásico de fondo, al que llegamos tropezando con objetos diversos. El Bodegón con bola de Giorgio Morandi introduce una suerte de minimalismo, gracias a la idea de caja o escenario presente en otros cuadros anteriores. Por último, cabe destacar el pleno figurativismo simbólico de las pinturas de Savinio, Los guardianes del puerto y La partida de los Argonautas. En la sección Evocaciones de lo antiguo, se nos presenta al grupo Novecento de pintores lombardos reunidos en torno a 1922 y vinculados a la denominada Comedia Dell ‘Arte. Empieza el recorrido con dos bustos escultóricos de Arturo Martini, al que sigue La esposa del poeta (también grupo escultórico) donde a pesar del clasicismo en los rostros, se muestra una mano alargada que define un tipo de proporción distinta. De Gianfilippo Ussellini es el lienzo de 1934, Coro a tres voces, donde la luz que entra por la cúpula superior de una iglesia ilumina de magenta la escena. De Ceraccini es La fuente escena teatral por la frontalidad donde el enamoramiento, la confesión religiosa y el trabajo son los temas principales.
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Arte profundización en unos esquemas donde el clasicismo y las vanguardias a veces no eran amigos bien avenidos. Defensa de la tradición, pero a su vez reinvención de la misma. Exposición muy recomendable
Mario Sironi L’architetto [El arquitecto], 1922-1923 Óleo sobre lienzo, 87 × 75 cm Colección particular. / © Mario Sironi, VEGAP, Madrid, 2017
Destacar igualmente los dos Riposos de éste así como de Pompeo Borra, resultando el segundo de ellos más primitivo en su concepción, y siendo el primero algo más que una agradable escena familiar campestre marcada formalmente por la presencia de un cayado. El retrato de Safo de Achille Funi recrea una idea de textura en la figura moderna a pesar del clasicismo de la figura. El gran descubrimiento en torno a este grupo lo proporciona Gino Severini tanto en La lección de música, donde el arlequín es al tema lo que el cubismo era a la pintura metafísica inicial; y El equilibrista que resulta aún más circense a pesar de que de fondo vemos el Coliseo y el foro romano. Por otro lado, La hermana de Achille Funi remite de nuevo a las textura esta vez mate, siendo más brillante el retrato pintado en óleo sobre cartón. Cubista es la belleza de la Mujer con brazos cruzados de Massimo Campigli, como igualmente llaman la atención las obras de Mario Sironi, Figura con vaso, El arquitecto o Desnudo con frutero (esta última imagen anatómicamente más curva de lo acostumbrado). Y es que el desnudo como género merece atención aparte; en principio todos estos pintores buscan como modelo la Venus de Urbino de
Pompeo Borra Riposo [Descanso], 1933 Óleo sobre lienzo, 105,5 × 126 cm Mart, Museo di Arte Moderna e Contemporanea di Trento e Rovereto, Colección VAFStiftung MART 8769, VAF 2111. / © VEGAP, Madrid, 2017
Tiziano. Así en la pintura de Oppi, Atardecer en Romaña destaca el uso de una luz clara y blanca sobre un cuerpo femenino situado en un paisaje con borrasca; tierna resulta la imagen Desnudo de G. Emilio Malerba en que una mujer más oronda parece dialogar con un cervatillo. La posición de la modelo inspiró a Casorati ese Estudio para mediodía donde una luz entre ocre y marrón desdibuja algo más el conjunto. Del mismo autor, Retrato de la esposa es reseñable por su figurativismo, así como por la sombra utilizada en la modelo que va de la nariz a la boca. De influencia surrealista resulta la inquietante El primer dinero de Cagnaccio di San Pietro, que está también relacionado con Mujer ante el espejo. Por último en este género, destaca la Mujer sentada de espaldas que incorpora el elemento de la lectura como placer sensual en el que recrearse. En los paisajes se pretende transmitir una especie de melancolía si bien no por lo perdido, sí por lo que anticipa que no va a poder ser. Así, Ussellini en La veterana de las casas muestra ese clasicismo a través de una casa baja rodeada de rascacielos. Destacamos igualmente a Donghi en Via del Lavatori, donde desde una terraza se muestra el colorido de una luz diferente
según esté situada. Un pintor que desde otro prisma marcó estilo fue Mario Sironi por razones opuestas; en él la utilización del negro como metáfora del carbón y la contaminación en las zonas industriales destaca y mucho en Paisaje urbano, Periferia con camión o El puerto. En El incendio de Gigiotti Zanini es reseñable el virtuosismo del dibujo y
El desnudo como género merece atención aparte, todos buscan como modelo la ‘Venus de Urbino’ de Tiziano la captura de un instante perfecto. Llegamos al retrato con la introducción de ese realismo mágico que tanto pide un cambio espiritual en los temas. De Chirico retrató convencionalmente a una muchacha agitanada; a partir de aquí volvemos a la importancia de la escena como marco imprescindible tanto en Ubaldo Oppi en La muchacha sentimental, como en Malerba o Pompeyo Borra en sendos lienzos titulados Las amigas. De una belle-
za algo más fría y de rasgos aristocráticos es ese Retrato de Antonio Veronesi tan verdusco. Emparentada con la ilustración tal y como la entendemos hoy está el Retrato de la señora Wighi donde las facciones de la modelo no llegan a ser caricatura, pero sí enternecen por otros motivos. Anselmo Bucci recrea en «Los malabaristas» una escena callejera de contorsionismo entre hombre y mujer de gran formato. Cómica y hopperiana resulta Malabarista (imagen que ha sido portada de la reciente reedición del libro de Elsa Morante, La isla de Arturo, para la editorial española Lumen) que retrata a un modelo que sujeta con un cigarro su sombrero de copa. El bodegón o naturaleza muerta de esta época, resulta por último en muchos casos convencional y reiterativo. Destaca el cubista, de Severini, Bodegón con mandolina, el inquietante Plata de Leonardo Ducteville, de nitidez asombrosa o de una gran originalidad el lienzo de Cagnaccio di San Pietro, Langosta y bogavante. Cerramos este artículo con otro cuadro del mismo pintor, La partida donde la luz de un atardecer es capaz por sí misma de proyectar sobre un par de rostros un tema y hasta un fuera de campo innecesarios de mostrar. ~
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Mitología Conocemos el mito de Prometeo aunque de forma sesgada. En realidad, Prometeo, además de ser víctima de un águila a diario que le devoraba el hígado, fue el que creó la humanidad. Ni más ni menos. El mito de Prometeo es formidable y de una
PROMETEO
El titán que amó a la humanidad Anabel Rodríguez {El mito de Prometeo llega parcial a nuestros día y como mucho sabemos que robó el fuego para entregarlo como regalo a los hombres. Sin embargo fue mucho más, este titán fue según la mitología griega el auténtico creador de la humanidad, en contra de la voluntad de Zeus al que no le caíamos nada bien. El nacimiento de la humanidad en el mito prometeico obedece a una serie de terribles crímenes que van engarzándose unos con otros. Comienza cuando Zeus se enamora de su propia hija (que había tenido con su hermana, la diosa Deméter) Perséfone, y como el grandísimo dios no ponía límite a sus arrebatos amorosos tuvo un hijo con ella: Zagreo. Este hijo fue amado especialmente por su padre, que lo prefería frente a los demás, lo que provocó (por enésima vez) la ira de Hera, la suprema esposa, diosa y cornuda por excelencia del monte Olimpo. El padre ansioso por protegerlo, envió al niño a unas cuevas donde era vigilado por unos seres que se encargaron de protegerlo a él mismo cuando era pequeño (los Curetes). Su celosa, malvada y dolida mujer envió a una serie de titanes para que acabasen con este hermoso e inocente niño. Los siervos de Hera buscaron y buscaron hasta encontrarlo, ahuyentaron a sus protectores y trataron de hacerlo salir de la cueva en la que se encontraba haciéndole todo tipo de promesas. Zagreo se resistió hasta que le mostraron un espejo y fue este objeto el que le fascinó y terminó por hacerlo salir de la cueva. Los titanes cumplieron la misión que les había encomendado su jefa y destrozan al niño. Zeus que no logró salvarlo, destruyó con un rayo a los titanes, quedando todos (Zagreo y sus asesinos) reducidos a ceniza mezclada entre sí. Y fue entonces cuando hizo su aparición Prometeo. No sé si llovió o simplemente llevó agua consigo, pero logró hacer una pasta moldeable de esas cenizas y de ahí surgieron los seres humanos. En consecuencia tenían (tenemos) en nuestro interior lo mejor y lo peor: la inocencia, valor y hermosura del hijo favorito de Zeus y la maldad irracional y cerril de los titanes destructores. Fue así Prometeo nuestro creador según la mitología griega, nos creó a su imagen, para que sufriésemos, para que llorásemos y nos
Un águila, día tras día, devoraba el higado de Prometeo.
alegrásemos como él. Se responsabilizó de nosotros y no dudó en engañar varias veces a Zeus aun poniéndose en evidente peligro. El primer problema se produjo cuando Zeus exigió a los humanos sacrificios de animales, privándoles del sustento que los mantenía con vida. Prometeo se hizo cargo del sacrificio y llevó un gran buey al que dividió en dos partes: en una puso la piel, la carne y las vísceras, que ocultó dentro del vientre del buey (que tenía muy mala pinta) y en la otra puso huesos que cubrió de apetitosa grasa. Llamó entonces a Zeus para que eligiese lo que más le agradase. El dios al ver las dos partes eligió la que mostraba la grasa. Al tratar de devorarla se dio cuenta de que en realidad lo que se le habían ofrecido eran huesos y se enfadó, pero no pudo decir nada porque habría sido tachado de necio. Por eso en los sacrificios que se realizaban se entregaban los huesos a los dioses, mientras que la carne se guardaba para los hombres. Zeus, molesto, decidió privar a
Zeus.
los hombres del fuego para que no pudieran devorar la carne. Y una vez más Prometeo vigiló y protegió a sus hijos. Acudió a la fragua de Hefestos donde robó el fuego y nos lo regaló. Cuando el jefe del Olimpo se percató de lo que había sucedido, harto del padre-amigo de los hombres, decidió castigarlo. Ordenó a Hefestos que lo encadenase a las rocas del Cáucaso y
que un águila acudiera todos los días a devorar su hígado, que por las noches se regeneraba. ¿Creéis que algún hombre acudió a salvarlo? Pues no; así de desagradecidos fuimos con quien sólo mostró magnanimidad y amor hacia nosotros. La liberación de Prometeo tiene dos versiones completamente diferentes, una protagonizada por Heracles (Hércules para los admiradores de la mitología romana) y la otra por el propio Zeus. Según algunas historias, cuando Heracles estaba realizando sus doce trabajos y concretamente andaba buscando el jardín de las Hespérides. Pasó cerca del Cáucaso y observó a un águila atacando (como cada día) a Prometeo. No se lo pensó dos veces y disparó al águila matándola. Después, con su gran fuerza liberó a Prometeo de sus cadenas y éste, agradecido le reveló la forma en que podía obtener las manzanas doradas de las Hespérides. Zeus agradecido decidió perdonar a Prometeo que después de todo había ayudado a otro
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Mitología belleza aplastante. Dioses, seres humanos, castigos, infidelidad o sacrificios, son algunos de los ingredientes de un relato que trata de explicar una realidad intentando dar un sentido desde el universo de ficción
de sus hijos amados a lograr finalizar con éxito una de las tareas que se le habían encomendado. La otra versión habla de que fue el propio Zeus quien liberó por agradecimiento a Prometeo. Esta liberación vino una vez más de la mano de las múltiples aventuras sexuales del dios, que en aquel momento había echado el ojo a la ninfa Tetis. El titán le advirtió de que si la ninfa traía un hijo al mundo este sería mucho más fuerte y poderoso que su padre. Zeus temeroso de verse destruido (tal como él mismo hizo con su padre Cronos) prefirió dejar a la ninfa en paz y liberó a nuestro querido protector de sus cadenas. ¿Era real la advertencia que Prometeo hizo? Claro que sí. La ninfa contrajo matrimonio con Peleo y tuvo un hijo con él: Aquiles, que fue mucho más grande y poderoso que su padre, y además uno de los héroes griegos por antonomasia. Y no fue la última vez que Prometeo ayudó al hombre, sino que también se le atribuye una intervención en el mito del diluvio uni-
El mito de Prometeo nos ha llegado de forma parcial. / El Correo
versal (griego). Zeus, decidido una vez más a terminar con la humanidad, ordenó a su hermano Poseidón, dios de los mares, que inundase el mundo porque nada bueno había en nosotros. Prometeo llamó a su hijo Decaulión al que ordenó que construyese un barco (¿os suena de algo?) con su mujer Pirra. Lamentablemente no llevaron animales ni otras personas consigo, pero cuando cesó la inundación,
fueron a buscar a Prometeo (que estaba todavía encadenado) y les habló de que tirasen los huesos de sus madres tras sus espaldas. Como eso nos les parecía muy digno, decidieron hacer una interpretación menos literal y lanzar los huesos de la madre tierra, entendiendo que eran piedras y así crearon de nuevo a la humanidad. De las piedras que lanzaba Pirra nacían mujeres y de las de Decaulión
hombres. Piedras duras, origen de nuevos hombres y mujeres expertos en penurias y sufrimiento, que fueron salvados una vez más por el amoroso Prometeo. En la tragedia Prometeo encadenado (siglo V A.C.), atribuida a Esquilo, se atribuye a nuestro heroico titán no sólo el robo del fuego, o la elección de qué se debía sacrificar a los dioses. También era él quien enseñó a los hombres a construir casas de ladrillo y madera; someter a los animales a la yunta; cruzar mares en barco y leer los cielos de modo que pudieran recolectar y sembrar en las estaciones adecuadas. Inventó los números y las letras, la medicina, la interpretación de sueños y presagios. También nos enseñó técnicas de minería para extraer tesoros de la tierra. Sin embargo, es Zeus el dios al que adoraban los griegos; nada se dice de Prometeo que amó con tanta pasión a estos pobres e imperfectos seres. Sinceramente somos una panda de desagradecidos mitológicos y no nos merecemos el fuego que tenemos. ~
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Literatura Próximo. Lejano. Familiar. Exótico. Ignorado. Digno de ser visto. Difícil de creer. Abierto a las sorpresas. Una escapada. Una pesadilla. Una posibilidad. El sueño de una noche de verano. La trascendencia. La vida y la muerte. Lo raro. Una
Antiguo Gobierno Civil de Sidi Ifni. / El Correo
Portada del libro Maroc. / El Correo
Marruecos, leyendo Marruecos 1900-1960. Una cierta mirada FRÉDÉRIC MITTERRAND + ABDELLAH TAÏA Una cierta mirada. Una doble mirada. El editor reúne a dos observadores peculiares, pertenecientes a diferentes generaciones: una de ellas conoció el Protectorado y la aventura colonial, la otra nació de la Independencia. Son imaginarios diferentes que intentan descolonizarse sobre una selección de fotografías de los archivos del Ministerio francés de Asuntos Exteriores, que interpretan siguiendo sus vivencias personales. Las imágenes insisten en una visión paternalista, ansiosa de lo exótico, pero sobre todo de justificarse a sí misma. Es el pretexto para la expansión de los valores republicanos –liberté, égalité, fraternité. Lo que no vale para ese fin se modifica o se ignora. Frédéric Mitterrand, cincuenta y nueve años, escritor, productor, realizador de televisión. Centra su mirada en la composición, en la repercusión de lo mítico, en la aceptación del pretexto en aras de la buena voluntad, con la crítica –mesurada y políticamente correcta- que se espera de un intelectual. Abdellah Taïa, joven escritor, de treinta y tres. Viaja al pasado a través de sus no recuerdos. O de la figura de sus padres. Sometido completamente a la cultura y la modernidad que trae el otro. A partir de ahí intenta explicarnos su país. Destacan, como hilo conductor
en medio de muchos seres anónimos, las figuras del sultán y de Liautey -el Residente General-, las de sus sucesores. Los cortejos interminables rodeados por muchedumbres bíblicas. La aparición de la mecánica y del proletariado en una sociedad feudal, atrasada. El surgimiento de unas nuevas ciudades para una nueva civilización. El asombro ante lo diferente.
Ifni. La última aventura colonial española MANUEL CHAVES NOGALES El 6 de abril de 1934 el coronel Capaz tomaba posesión del territorio de Ifni en nombre de la República Española recuperando los derechos de una soberanía abandonada y centenaria. Fue una aventura extraña, hoy olvidada. Manuel Chaves Nogales fue un prestigioso periodista enviado por el diario Ahora para cubrir el acontecimiento. A través de los artículos recopilados en este libro, Chaves dibuja para nosotros, sobre el terreno, ese mundo nuevo que se abre, poblado de paisajes y personajes fantasmagóricos, reflexionando sobre Marruecos, sobre el acto colonizador, sobre el encuentro entre culturas, de una manera viva. Entrevista y acompaña a los protagonistas, militares españoles o ilustres moros. Retrata un mundo de fortificaciones aisladas y luchas tribales, de enemistades fomentadas y contenidas por la colonización francesa. Explica el acto de la ocupación, la
incipiente organización del territorio y los problemas de los abastecimientos. Sobre todos los artículos sobrevuelan dos palabras: sorpresa y aislamiento. Desolación luminosa. Ifni, la última aventura colonial española, recupera una de nuestras historias perdidas, un instante efímero sin gloria, una más de esas ilusorias aventuras de la civilización, un sueño pasajero. Y la prosa fluida y curiosa del cronista nos acerca a los hechos.
Casablanca. Mitos y figuras de una aventura urbana JEAN-LOUIS COHEN + MONIQUE ELEB Casablanca es el estudio definitivo que rescató a la ciudad de su silencio.Poniendo en valor los edificios de su trama urbana, divulgando los hábitats populares, y analizando detalladamente la evolución de un lugar. Desde la vieja medina de Anfa, codiciada por los comerciantes europeos en el XIX, hasta la ciudad recuperada que es hoy. Es, en cierta forma, una historia del Protectorado francés y de su sueño del Marroc utile, cuando la República activó todos sus recursos y los valores que la animan para la creación de un experimento urbanístico único en el mundo. Infortunadamente bastante desconocido. Jean-Louis Cohen y Monique Eleb documentaron prolijamente, durante años, el desarrollo de esta
aventura excepcional in situ, pero también en los desordenados archivos del municipio y en los de la metrópoli, así como en las publicaciones periódicas de la época. El resultado es un detallado ensayo sobre la formación de la ciudad, a través de los sucesivos planes de ordenamiento del territorio, pero también de los flujos económicos y sociales que propiciaron el éxito de este experimento. Lo hacen sin descuidar nada, ni las zonas de ocio y esparcimiento, ni las viviendas sociales, ni los usos habitacionales, o los desarrollos construidos por y para los hebreos después del abatimiento de la vieja mellah. Las imágenes son numerosas y extraordinarias, algunas de época, otras de finales del siglo XX, desgraciadamente, como reconocen los autores, algunos de los edificios estudiados habían sido abatidos antes incluso de la publicación del libro, pero sin duda muchos otros se conservan y se conservarán gracias al nuevo impulso que la obra propicia para el reconocimiento del valor intrínseco de la estructura urbana y la singularización de algunas fábricas que supuso la edición de esta obra minuciosa, que puede, sin embargo, hojearse con curiosidad y entretenimiento.
Zevaco MICHEL RAGON + HENRI TASTEMAIN Desconocido fuera de los círculos especializados, ignorado en general para los visitantes de Marrue-
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Literatura encrucijada de mitos y de razas. La migración a otro imaginario. Lo efímero y lo perdurable. Arte. Arquitectura. Turismo. Cultura. Religión. Historia. Una biblioteca interminable que reúne lo conocido y lo arcano. En el Occidente árabe
Villa construida por Zevaco. / El Correo
Cuadro de Claudio Bravo. / El Correo
cos -siempre en búsqueda del tipismo de lo exótico- donde desarrolló toda su obra, Jean-François Zevaco es uno de los arquitectos destacados del siglo XX. Relevante por su simbiosis de lo autóctono y lo moderno. Cercano al brutalismo y a las vanguardias, de los que se escapa gracias a sus imaginativas soluciones. En lo político, Zevaco es el constructor del sueño ordenado, nacionalista y emergente del Marruecos emancipado. Hoy, patinados por la vida que los envuelve o recuperados con otros usos, sus trabajos sorprenden en el terreno por lo inesperados: la Villa Suissa de Casablanca, los desarrollos ur-
Antigua catedral Católica del Safrado Corazón de Casablanca. / El Correo
banos de la nueva Agadir, construida sobre la independencia y el desastre telúrico. Esta edición del Cercle d´Art apoya en dos textos escuetos las fotografías y los planos de casi toda su obra. La mayor parte de las imágenes son expresionistas tirajes en blanco y negro, vintage en su mayor parte. Faltan los detalles, se echan de menos instantáneas modernas, y más vistas generales, pero el libro transmite perfectamente la fuerza de las construcciones de este arquitecto y urbanista franco-marroquí, ausente de la carrera de los pritzkers y de las guías turísticas, fallecido en 2003.
Claudio Bravo y Marruecos MONA KHANZINDAR + HODA MAKRAM-EBEIB = Editan Claudio Bravo encontró la luz en Marruecos, a donde se trasladó en 1972. Del choque de esta luz especial, con la personalidad del pintor. De la convergencia de sus estudios sobre los clásicos, de su paso por España, con los objetos raros, hermosos, que encuentra en ese Sur, nace una producción especial. Parte de ella se expuso en el Instituto del Mundo Árabe de París en 2004, y este es el catálogo de esa obra. A los textos que nos ponen en situación vital, crítica, biográfica, se une
una interesante entrevista. Es curiosa la ausencia de exteriores en los cuadros, a pesar de esa declarada búsqueda de la luz, como si la del país magrebí solo pudiera ser captada por Bravo una vez que se despoja de su violencia y se detiene sobre las telas, sobre las cerámicas, sobre las pieles y las chilabas de sus modelos marroquíes. Destacan su Última cena (1994), la mujer de la Gandura roja (1995), los bodegones y las naturalezas muertas –numerosos–, el tratamiento de los pliegues, de las texturas, de las luces, más que de las sombras, que convierten a Claudio Bravo, pintor cosmopolita de origen chileno, en uno de los últimos maestros del gran estilo. ~
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Literatura Los 92 años que suma la poeta Neni Salvini no le han restado ni lucidez, ni una mirada clara y alegre, ni esa actitud casi detectivesca que un escritor no debe nunca abandonar. Concha García entrevista a una poeta importante que nació
Concha Sánchez {Neni Salvini nació en Carrara (Italia) en 1925; a los tres años se trasladó con su familia a Río de Janeiro donde estudió Filosofía y Letras. Fue profesora en la Universidad Santa Úrsula en Río de Janeiro y publicó los poemarios: Mar Longe (Mar lejano) y Sinos de Areina (Campanas de arena). Se trasladó con su marido, el arquitecto Fernando Tabora a Caracas en 1965 y durante 18 años impartió la Cátedra de Literatura Brasilera en la UCAB. Vive discretamente en Barcelona desde hace dos años, con su hija, la fotógrafa Carla Tabora y su familia. Emigrar no se elige, muchos son los condicionantes para que las personas tengan que irse de su país. En su casa del barrio de Vallcarca, en Barcelona, detrás del Parque Güell, la vegetación es más abundante que en las áridas aceras de otros barrios. Al llegar me encuentro en la casa con Juan Pablo Roa, poeta y editor colombiano instalado en Barcelona. Juan Pablo ha descubierto la poesía de Neni gracias a su librería Animal Sospechoso, ubicada en el barrio de Gracia. Están también Carla Tabora, Laurent Godel, arquitecto y esposo
NENI SALVINI
Los muros por derribar
de Carla, y Cristina Guzmán, librera y editora venezolana. «Siempre que se sale, ya una no es del lugar que dejó», dice Neni. Sus 92 años no le han quitado lucidez, ni curiosidad, ni el brillo de los ojos. Comienzo preguntándole si la poesía remite siempre a la infancia, sobre todo la que escribe ella. «No es fácil hablar sobre ello. Cuando una es infante, la vida pertenece a otras personas que deciden si marchas o te quedas. La elección empieza a desarrollarse más tarde y es entonces cuando tomas decisiones. Mi familia se trasladó a vivir a Brasil, al otro lado de la Ba-
Un momento de la entrevista. A la izquierda, Neni Salvini. / El Correo
hía de Río de Janeiro, donde mi papá tenía obligaciones pues era ingeniero. Me case con el arquitecto Fernando Tabora, decidimos ir a vivir a Venezuela y ahora estoy al lado de mi hija. Mis libros publicados están en idioma portugués.Yo fui a Brasil a los tres años y la evocación fue a través del idioma. En la universidad estudié el castellano, todo estaba muy determinado para el estudio del español, leíamos a Calderón y Quevedo, todo de acuerdo a un programa. Mis lecturas fueron muchísimas. Una mezcla entre la narrativa y la poesía, el teatro, el ensayo… Todo
está mezclado con el crecer de una». Su poesía, no se puede reducir a unas explicaciones, la búsqueda de la palabra mediante la propia palabra se convierte en indagación, la misma que tuvieron otros grandes poetas, aunque ella es muy discreta. A un lector joven qué le dirías, le pregunto y responde pensando. «Llegar a la poesía no desmenuzándola y analizándola. La poesía siempre ha sido difícil, pero justamente es el único chance que pretenciosamente queremos conocer, que es la búsqueda interior. Es un misterio. Cómo combina una palabra con la otra, cómo se encuentra la palabra que exprese el verso, eso es la poesía». ¿Cualquiera puede escribir poesía? «Hay una vocación hacia el misterio de la palabra, esa vocación es la respuesta. Supongo que alguien que descubra a Dante no va a dudar nunca de que él realmente era un poeta, entonces, los demás somos pequeña cosa. La duda siempre te persigue, cuando el poeta se encuentra con su duda y encuentra la definitiva, encuentra como un muro que hay que
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Literatura en Italia y emigró poco después para construir su vida en Río de Janeiro. Pensó que en el mundo había muchas palabras y no era necesario añadir más. Pero nos dejó su poesía deshacer, es difícil expresar la poesía, una puede estar sentada en una oficina y a la vez estar trabajando la palabra». Huellas místicas que recuerdan las de otras poetas de su generación como Ida Vitale. Parecen compartir el mismo cielo estrellado. La constatación de una trascendencia, una búsqueda no limitada, que no es religiosa. Es el misterio a través de la palabra. No es trascendencia hacia Dios, sino hacia la propia palabra. «El idioma es una piedra para la poesía. Por ser tan importante, la expresión es importante», me dice. «Es a través de ese más allá que existe la expresividad interior, la posibilidad de comunicación. La búsqueda mística a través de San Juan y Santa Teresa». El segundo libro Campanas de arena, lo escribió dos años después, en él evoca toda la vida que empieza a sonar desde el primer momento, como es una campana que suena, pero no alcanza a todos porque la campana es de arena. El ritmo hace sonar los poemas. El poema es también ritmo. No se ha traducido todavía su poesía tan excelente al castellano. «Dejé la escritura y la duda fue mayor. Yo me sentí humildemente que estaba invadiendo un campo que yo no alcanzaba. Era mayor de lo que yo podía hacer y entonces dejé de escribir. Yo me sentía muy unida a Rilke que pasó tantos años sin escribir, ¿pretenciosa, no?» No, pretenciosos somos quienes seguimos escribiendo. «No permití que se desarrollara el narcisismo de ser escuchada. Durante mi vida escribí muchos poemas, pero no los publiqué, los guardé». «A mi madre - dice Carla- lo que le pasó le pasaba a muchas mujeres entonces, el gran amor era su esposo. Se llenaban mucho recíprocamente, y vivieron esa gran aventura del amor. La vida de la pareja y de los hijos fueron una vocación muy grande». Neni añade: «Me parecía que había tantas palabras en el mundo que no hacía falta añadir más palabras». Neni se entusiasma y recuerda. Le pregunto si conoció a Elizabeth Bishop. Su marido estuvo trabajando con Maria Carlota de Macedo, Lota, la compañera de la poeta norteamericana, en la creación del Parque do Flamengo. Sí la conoció, aunque confiesa que no la había leído. «Ella vivió muchos años en Ouro Preto, una ciudad colonial barroca. Daba clases de poesía contemporánea brasileña. Conocí a Clarice Lispector. Cuando entramos en contacto estaba muy enferma, yo la he leído muy bien, una de las personas que conoce mejor su obra», dice la editora. «Ella era su aventura interior, era extraordinaria, su descubrimiento del mundo que devolvía en literatura era de verdad insólito en
Neni Salvini. / El Correo
Brasil, aunque la literatura brasileña tenía mucha importancia; ella era nueva y única, estaba fascinada. Tenía mucha obra. Escribía de una forma interesante, sentada y sobre las rodillas escribía con una máquina de escribir, todo en ella era interesante, tuvo un hijo muy enfermo…» La conversación se alargó hasta bien entrada la noche. Carla sacó una carpeta llena de originales, algunos versos estaban tachados y re escritos, sentí que estaba ante verdaderos documentos. Las traducciones las hace Carla, mano a mano con ella; es una manera de reescribir, la palabra que se adecúa más al portugués tiene una gramática muy
«La poesía está en todas partes, no creo que vaya a desaparecer la escritura poética» diferente y hay formas muy sencillas que al traducirlas al castellano se complican. Un proyecto de edición de Juan Pablo Roa está en marcha. Vamos a conocer a una de las grandes poetas que se descubren porque la poesía es un camino aleja-
do del ruido comercial. Neni Salvini me dice que se necesita silencio, que la poesía está en todas partes, que no cree que vaya a desaparecer la escritura poética. Y el silencio es este poema: el silencio es de un río sin mar / de pájaro sin ramas / de floresta sin viento / de sol sin aurora / de nube sin crepúsculo / el silencio es de arena sin pasos / de alma sin gestos / de huesos sin sombra / de piedras sin caminos / de palabras sin cantos / el silencio es de cañaveral sin lluvia / de vestimentas sin púrpura / de espejos guardados / de recuerdos sin cristales / de peregrinar sin sueños / el silencio es de maizal sin tarde. ~
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Libros
La escritora barcelonesa conquistó el premio Nadal en su última edición con ‘Media vida’, una mirada sobre las mujeres educadas en el Franquismo que tuvieron que aprender a asumir la modernidad Recomendaciones
NOVELA
Marcello Fois / Estirpe / Hoja de Lata
De la dificultad de llegar a viejo en el siglo XX
CARE SANTOS
«La Transición fue para nosotras el momento de abrir los ojos» Alejandro Luque {Care Santos (Barcelona, 1970) solía ver la retransmisión del premio Nadal por la tele, y alguna que otra vez celebró que lo había ganado algún amigo suyo. Este año, le tocó a ella subir al escenario a recoger el galardón. «Tuve que organizar todo con los niños [el premio se falla en la víspera de Reyes] pero fue muy emocionante», recuerda. Ahora, la autora gira por España promocionando la obra ganadora, Media vida (Destino). Lo primero que llama la atención es el periodo en que se desarrolla: la Transición española, un asunto que parece volver a ponerse de moda en las letras españolas. «En mi caso, era algo completamente nuevo», explica Santos. «Estaba un poco cansada de novelas históricas, pero mi Transición no era más que la excusa para hablar de un grupo de mujeres educadas en el Franquismo, en la negación de muchas cosas, en el rol de mujer y madre. La Transición fue el momento de abrir los ojos, pero ellas no estaban preparadas para eso, y las leyes que se aprobaban eran a menudo escandalosas». Entre otras cosas, lo que Santos quiere poner de manifiesto es que «la llegada de los nuevos aires fue una liberación para la mujer, y también para el hombre. Cuando se aprueba la
Ley del Divorcio en 1981, se vaticinaban el fin del mundo o al menos rupturas en masa, pero lo cierto es que hubo muy poca repercusión. Divorciarse seguía siendo un estigma. Eso demuestra que la política iba por delante de los ciudadanos, o al menos evitaba la hipocresía. Como dijo Fernández Ordóñez, ministro de Justicia de la época, se trataba de normalizar una situación».
La escritora Care Santos, en una imagen de archivo. / Juan Manuel Cabrera (Atese)
«Con la Ley del Divorcio se vaticinó el fin del mundo, pero hubo muy poca repercusión» «Lo único que reprocho a las monjas es la mediocridad de la educación» En la novela, en pleno verano del año 1950 cinco chicas adolescentes internas en un colegio de monjas juegan juntas por última vez a Acción o Verdad o, como ellas lo llaman, el juego de las prendas. Esa noche va a suponer un punto de inflexión fundamental en la vida de esas muchachas, hasta el punto de conformar una síntesis de las obsesiones y los desafíos
de toda una generación. «No he trabajado con mi memoria, más bien sería la generación de mi madre», especifica. «Por eso ahora acuden muchas señoras a las presentaciones y cuentan sus experiencias, unas mejores y otras peores. Y me dicen que los sitios que aparecen eran exactamente como los describo, porque me he documentado a conciencia». Aunque ella misma recibió educación en colegio de monjas, afirma que «de mi madre a mí no hubo un gran cambio en ese aspecto, igual estaban un poco más apaciguadas... Pero nos encerraban en el cuarto de la basura, y había alumnas de segunda clase, y si no ibas a la confesión semanal hacías tarea extra de matemáticas. De todos modos, no tengo malos recuerdos, yo era además muy buena estudiante. Lo único que reprocho es la mediocridad de la educación». Después de saborear las mieles del Nadal, Santos ya prepara nuevos proyectos. «Hago novelas afines a géneros no realistas, y seguiré con ellos, especialmente del fantástico y de terror. Y también seguiré haciendo novelas para todos los públicos. Pero después de Media vida me apetece también perseverar en esta línea apartada de lo histórico, hacer algo incluso más contemporáneo, del aquí y del ahora», concluye. ~
A. Luque {En la primera entrega de su trilogía sobre los Chironi, Estirpe, el escritor sardo Marcello Fois hace morir hasta el apuntador. Cosa hasta cierto punto lógica, porque el destino de unos personajes del siglo XIX es, de cara a los lectores del XXI, morir irremediablemente. Lo que quiero decir es que lo que más hacen en esta novela es morirse. Hay muertes de todo tipo, especialmente violentas: las que según el autor nuorense son las más atractivas. En su elenco, no son muchos los que aspiran a acabar sus días a los 80 años, y pocos lo hacen serenamente, en la cama. Sin embargo, esta sucesión de tragedias contrasta con el fundamento de la historia: se trata de contar, sencillamente –si permiten la ironía–, cómo se funda una familia. De escarbar en la raíz del árbol genealógico, sin necesidad de remontarse a Adán y Eva: no hace falta tanto. Basta con escoger a dos personas sin pasado, como Michele Angelo y Mercede, y reunirlas en el tálamo conyugal. O mejor aún, en una fragua, que es el velazqueño espacio simbólico elegido para forjar el clan Chironi. A partir de ahí, la vida será alumbrar hijos –Pietro, Paolo, Giovanni Maria, Franceschina, Luigi Ippolito, Gavino, Marianna– y tratar de prosperar. Pero a los Chironi, como suele decirse, parece haberlos mirado un tuerto, y la fatalidad se abate una y otra vez sobre ellos. Tanto, que es posible que el lector llegue a sospechar de tanta desgracia junta. Sin embargo, Fois acierta al recordarnos que la lucha por la subsistencia nunca fue fácil, y el siglo XX no fue una excepción: subdesarrollo, enfermedades y violencia –con su expresión máxima, las dos guerras mundiales– no ayudaron nunca a llegar a viejo. ~