Aladar nº 144

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Sábado, 24 de junio de 2017 Nº 144 @aladar_cultura

La poesía en el mausoleo Comenzamos el repaso a algunos de los cementerios en los que reposan grandes poetas con las frases y los versos que los hicieron míticos

El cementerio Central de Montevideo. / Concha García

Javier Reverte nos habla de su última novela

40 años del Festival de Teatro de Almagro


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Viajes

Uruguay en un pequeño país sudamericano habitado por poco más de tres millones de personas. Su tamaño es parecido al de Bélgica. Sin embargo, entre otras cosas, la cantidad de poetas que ha dado Uruguay es impresionante. Ningún otro lugar se Concha García {Montevideo tiene tres cementerios. Sin duda el cementerio Central es el más hermoso; construido en el siglo XIX, todavía conserva algo espectral que, sin duda, no se apreciaría en ninguna otra ciudad. Porque dicho espacio está integrado en el espacio urbano con absoluta fidelidad. Fue planificado en dos fases por dos arquitectos de apellido italiano: Zucchi en 1938 y Poncini en 1858. En su tiempo se convirtió en un paseo jardín en torno a un eje central rodeado de verdes arboledas e importantes monumentos funerarios. Situado cerca del Río de la Plata, la entrada se realiza a través de arcos romanos ornamentados por figuras de ángeles. Si no fuese porque parece que está abandonado en medio de un barrio que también sufre del mismo deterioro, el encanto que le otorga dicha situación desaparecería ante el lustro impostor. Alrededor de las doce del mediodía de un día laborable, hace unos años, un taxi me dejó en la puerta. No había ni un alma. Yo iba buscando la tumba de Mario Benedetti que había fallecido unas semanas antes. Me adentré, no sin ciertas cautelas, por el pasillo central mirando en derredor la presencia de cualquier ser humano que tranquilizase mi paseo. Llegué hasta una Rotonda de estilo neoclásico donde se ubicaba el Panteón Nacional pensando que allí encontraría la buscada tumba del poeta uruguayo. Pero nada. Los pájaros estaban alegres y un suave rumor de las hojas de los árboles me acompañaban. Sabía que en dicho panteón estaba enterrada la poeta Delmira Agustini, pero no pude acceder al mismo puesto que no encontré ni un alma que me indicase los horarios. Más asustada que curiosa di una vuelta para contemplar diversos grupos escultóricos con símbolos que me causaron gran admiración: relojes alados, yelmos, anclas, trompetas y antorchas, pero sobre todo ángeles en distintas posiciones con una rigidez que no dejaba de impresionarme. Me llamó la atención un monumento de un hombre de pie que contemplaba el cadáver yacente de su amada. Su realismo me impresionó hasta el punto de observar absorta los detalles de tamaño monumento al desconsuelo, se trataba de la tumba de Manuela Mussio. Conmovida por el llanto de su esposo que la observaba impotente parecía que ese hombre todavía la estaba llorando. Bajo la sombra de unos amenazantes ángeles valoraba si quedarme más tiempo para disfrutar de aquella quietud implantada en el sur de Montevideo, cuando veo a dos mujeres de más de setenta años entrar por la puerta principal. Me preguntaron si sabía donde estaba la tumba de Benedetti a lo que yo les contesté que también estaba buscándola. Tranquilizada

Cementerios de Montevideo

Tumba de Manuela Mussio. / Concha García

La belleza de la muerte es del color del granito. / Concha García

por la compañía de aquellas mujeres fuimos a preguntar a una destartalada oficina situada en el fondo del cementerio. Una mujer de mediana edad con el pelo muy negro nos atendió amablemente, pero parecía perdida en sus pensamientos. La tumba de Benedetti estaba en el cementerio del Buceo, dijo sin más comentarios. Nos alejamos juntas del solitario lugar y me invitaron a compartir su auto para alejarnos hacia otra parte de la ciudad situada en lo alto del barrio del Buceo, llamado así porque en 1782 se rescató el cargamento de un navío naufragado creando una estación de buzos para rescatar el tesoro. Hoy es un hermosísimo lugar cuyas aguas cambian de color en función del tiempo y de las estaciones del año. El cementerio se ubica en un pequeño promontorio y es mucho más grande que el Central. Los nombres de las calles son tan cotidianos como las de la cuidad: calle Río de la Plata por ejemplo. Buscamos la oficina para que un funcionario nos indicase la tumba. Un joven muy amable nos dijo que Benedetti estaba enterrado en un nicho municipal junto a otro cuerpo del que constaba su nombre: Oribe Rodríguez da Silva nacido en 1923 y fallecido en 2008. Pero el de Benedetti no figuraba en lado alguno. Había unos pocos ramos de flores frescas. El anonimato nos llamó la atención y regresamos a la oficina indignadas pidiendo explicaciones.


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puede comparar en ese sentido. Los tres cementerios de su capital, Montevideo, son especialmente bellos y evocadores. Allí descansan algunos de esos poetas ya muertos; entre ángeles de granito La rigidez y las distintas posiciones de los ángeles son impresionantes. / Concha García

El joven nos dijo que no éramos las primeras personas que preguntaban las razones de un hecho tan insólito, pero que ni el cementerio ni la municipalidad podían hacerse responsables de al menos una placa que indicase que allí estaba el cuerpo del poeta. Tiene que estar dos años en ese nicho hasta que el cuerpo se reduzca para poder ser enterrado en Panteón Nacional, nos aclaró. Problemas con la familia de su fallecida esposa impedían que ambos cuerpos yacieran juntos. Al verdadero entierro de Mario Benedetti fue sólo un grupo muy reducido de personas, Daniel Vinglietti y algunos amigos y familiares. El acto de homenaje que se transmitió en televisión en realidad fue una farsa representada en el Cementerio Central. Nos quedamos perplejas. No hay un país que haya dado tan buenos poetas teniendo en cuenta que de tamaño es como Bélgica y que tiene poco más de tres millones de habitantes, además de tan sólo dos siglos de historia. Pregunté si allí estaba enterrada Juana de Ibarborou y el joven funcionario nos indicó la tumba. Una lápida de granito bastante vulgar albergaba el cuerpo de la poeta uruguaya fallecida en 1979. Curiosamente sobre la lápida había una foto de la madre de la autora de Las lenguas de Diamante. Regresamos a dicha oficina con cuyo funcionario ya habíamos tomado algunas confianzas. Sonriente nos mostró un boceto de una guía del cementerio que en sus ho-

Estatua de un ángel en el cementerio Central de Montevideo. / Concha García

ras libres diseñaba, con la ayuda de un programa informático, con todos los ilustres allí enterrados. Me llamó la atención un cuarto semi oscuro situado tras la mesa del funcionario. Le pregunté si sabía donde estaba exactamente el cuerpo de Delmira Agustíni. Me movía una extraña curiosidad. ¿Quién es? –me dijo– ¿Familia suya? –me preguntó–. En cierta forma sí, le contesté. Dígame el año de su muerte. Murió en 1914. Rastreó por internet y dijo sorprendido que no sabía que Delmira Agustíni era poeta y menos que había sido asesinada por su marido. Cuentan que el día del entierro ambos féretros, el de ella y el de su joven esposo que después de matarla se suicidó, fueron conducidos por calles distintas al mismo cementerio. El joven sacó del cuarto en sombras un enorme libro en la tapa del mismo estaba anotado el año de 1914 y el número diecisiete. Allí estaban registrados todos los fallecimientos de ese año en la ciudad de Montevideo. Miré uno por uno, pero no encontré el de Delmira. Mucha gente moría de tuberculosis y pocos llegaban a los ochenta años. Suspiré acongojada recordando uno de sus versos: Ceños/ de los reconcentrados horizontes/ aletazos de fuego del relámpago/ Deshielo de las nubes/ Fantásticos tropeles/ Desmelenados de los huracanes/ Pórticos esmaltados de los iris/ Abiertos a las fúlgidas bonazas:/ Pasad!... Yo miro indiferente y fija/ Indiferente y fija como un astro! ~


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Literatura

Llega el verano. Una nueva invasión bárbara se dispone a asaltar la península itálica. No importa. Ha demostrado mil veces esa nación que puede con todo. Para quienes busquen viajar también por el pasado:

Italia en la mirada Augusto F. Prieto {LA SOTANA ROJA El inclasificable Roger Peyrefitte pone todo su conocimiento sobre una de las materias en las que se especializó, los intersticios de la Iglesia Católica, para realizar una composición bastante alternativa, que tiene algo de thriller, mucho de sátira; que se basa en una crónica real, para amalgamar todos esos efectos en un ejercicio de fantasía equilibrista. El relato es trepidante, el fondo es una conspiración, algunos de los hechos sucedieron y se publicaron en la prensa, otros están enmascarados –por compromiso, dado su evidencia– los hay tan irreales que nos tememos su certeza. Así, entre los sonoros títulos y prelaturas de la Iglesia Romana, que cautivan al escritor y agotan a los lectores, el francés se lanza a una novela desquiciada de sexo, corrupción, crímenes, y financias sucias, que siguen el hilo de lo sucedido en Ias cloacas vaticanas en los años ochenta, donde se mezclaron la masonería, el tráfico de influencias, los crímenes simulados o mafiosos, los asesinatos más o menos comprobados, y las inquietantes muertes súbitas, entre ellas, la de un papa. Demuele Peyrefitte la organización, se basa de seguro en su conocimiento de primera mano de algunas situaciones, de su paso por los ambientes diplomáticos, de su adscripción al lobby gay que tanta materia le propuso para sus relaciones. Al receptor le es imposible seguir la trama, que precede los posteriores códigos davincianos, inaugurando la semi-realidad, elaborando una especie de reality show literario donde los personajes son auténticos, aunque imposten sus actuaciones al servicio de sus intereses, manufacturen su propia imagen, o se conviertan en caricaturas de sí mismos. El público obtiene carnaza y entretenimiento, consintiendo los trucos y las mañas. Y el realizador se encarga de que nunca se sepa qué parte es verdadera, y cual es simulada. Una novela rara, minoritaria, poco divulgada. Curiosa.

Portada de ‘El profesor y la sirena’ y de ‘Si una noche de invierno un viajero’. / El Correo

EN EL INVIERNO ROMANO Los asuntos, la manera de escribir de Luis Antonio de Villena, pueden gustar o resultar detestables, pero no dejarán a ninguno indiferente, incluso aquellos a los que no agrade apreciarán sus hallazgos, el fondo de elegancia clásica de su estilo, y la exactitud arcaizante del vocabulario. Pero ese estilo no es apto para todos los públicos porque es excesi-

vo, algo pedante, y un poco decadente, así que puede ser cargante, unos adjetivos que más que descalificarlo lo titulan por encima de las modas, con todo lo bueno y lo malo que eso implica. En el invierno romano hay semblanzas farsescas, relatos, pastiches, imposturas literarias, vivencias personales, y biografías –buscadas o encontradas– que el autor comparte con nosotros en un gesto de valentía y generosidad. De Villena es un entomólogo, cazador de ejemplares raros, que pasarían desapercibidos por su tamaño, que pueden parecer monstruosos en la distancia corta, pero cuya belleza es indubitable por el colorido, las tonalidades brillantes, el fenómeno de su mutación larval, y su insaciable variedad. También se nos hace extraño verlos disecados, desprovistos de vida, expuestos en vitrinas que se cubren de polvo por la falta de visitantes, como la de este libro. Pintores, canallas, coleccionistas, escritores, personajes marginales o precursores, malditos. Libélulas, escarabajos, mariposas. Seres excepcionales que se mueven en los límites de la moralidad, con un reflejo de la antigüedad clásica, entre la niebla del Renacimiento, o la impresión de Italia. SI UNA NOCHE DE INVIERNO UN VIAJERO Si una noche de invierno un viajero ese lector que recorre las páginas de un libro- tomase entre sus manos esta novela, encontraría un juego literario, una decena de cuentos que son un rompecabezas. Porque lo que hace el escritor italiano es ir modificando con cada nuevo capítulo la técnica narrativa, la intención, la trama, los personajes y solamente su voluntad de experimentar, la presencia del autor en el texto y la invitación al lector a que intervenga en su creación mantienen la unidad novelesca. Italo Calvino parece inspirarse tanto en las Mil y una noches como en el folletín, en una composición que es irregular por su misma textura pero homogénea en su calidad. Es un maestro en una acción iconoclasta de deconstrucción donde sus invitados, nosotros, somos distraídos por la lectura hacia otras reflexiones sobre la construcción y el funcionamiento de la ficción. Cada capítulo termina con un guiño que deja en suspenso al lector, ávido por perderse en las claves del siguiente. Es el libro como contenedor y como contenido, sobre el acontecimiento de leer y los personajes que pueblan las páginas. Si una noche de invierno un viaje-


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tres consejos: preparación, otoño, y lectura. ‘La sotana roja’, ‘En el invierno romano’, ‘Si una noche de invierno un viajero’ y ‘El profesor y la sirena’ analizados para acercarlos al lector potencial

Luis Antonio de Villena. / Fundación Santander creativa

ro, es genial y si bien los genios no pueden ser nunca comprendidos en la complejidad de sus maquinaciones, la edición rescata como apertura una carta con la que el escritor italiano contestaba a uno de sus críticos más minuciosos y que servirá mejor como reflexión a posteriori o guía para una relectura, que como el prólogo que es. EL PROFESOR Y LA SIRENA Una miscelánea de relatos nos deja el residuo agrio de imaginar todo lo que el mundo ha dejado de tener. En primer lugar por el hecho de que su autor, Giuseppe Tomassi di Lampedusa, no haya sido más prolífico, que no hubiera convertido el germen de El gatopardo en un tiempo perdido en el que las páginas se acumulasen infinitas. Porque tenía dulzura, honestidad, calidad literaria, e historias para contar que nos ha hurtado por diferentes –y púdicas– razones de aristócrata erudito. En segundo lugar porque la belleza de ciertos lugares, de una forma de vida desaparecida, ya no existe más que en crónicas y novelas, con especial intensidad –por cierto– las que se re-

R. Peyrefitte. / ©Catherine Tatsopoulos

fieren a esa tierra dura, inhóspita, ingrata y maravillosa de Sicilia. El profesor y la sirena es un cuento delicioso por el tono en el que se desenvuelve el viejo profesor, por la descripción de los cafés turineses y del mar siciliano, porque es una bonita historia de amor con resonancias mágicas y odiseicas. La alegría y la ley es un cuento de navidad realista y amargo para todos, menos para su inconsciente protagonista. La relación de un fracaso como el de tantas vidas naufragadas que se dan en la realidad. La mañana de un aparcero es la cómica conversación de un grupo de antiguos señores, ávidos de murmuraciones, sucede en el tiempo a una generación de distancia de la obra maestra del escritor italiano. Lo que resta son recuerdos, descripciones de las casas familiares y sus jardines, anécdotas de la infancia, de viajes en carroza por aquella Sicilia preterida a la Guerra Mundial que lo destruyó todo. Vemos ahí los mimbres con los que pergeñó El gatopardo. Una recopilación imprescindible para los adoradores del gran señor que fue Lampedusa. ~


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¿Se puede explicar lo que sentimos ante la muerte de un amigo? ¿Sabemos decir lo que supone la ausencia y dónde nos arrastra irremediablemente? ¿Podríamos hacer saber a otro lo que supone un vacío que nunca podrá llenarse ni con nada ni con ...los fans de la saga

Star Wars. La Música Antonio Puente Mayor {Desde que George Lucas alumbrase en 1978 su ópera épica espacial La Guerra de las Galaxias, mucho se ha escrito sobre este fenómeno. Entre cómics, novelas, ensayos y demás material divulgativo, la lista es tan extensa como su número de fans en todo el mundo. Aunque, de entre todos ellos, muy pocos sabrán que el universo ficticio de Star Wars comenzó a ampliarse incluso antes de que se estrenara la primera película. Esto es, a partir de la novelización de Una Nueva Esperanza, realizada por Alan Dean Foster en 1976, y acreditada por el propio Lucas. Sirva como ejemplo de su impacto la página de Wikipedia dedicada a la literatura de Star Wars, dividida en 3 subcategorías y con hasta 32 entradas distintas. No obstante, es importante resaltar que en ese inmenso océano editorial no existía un solo título dedicado a analizar el elemento cohesionador de las películas: sus bandas sonoras. Mucho menos en español. De ahí que el libro de Andrés Valverde, Star Wars. La música (Editorial Berenice), suponga todo un acontecimiento para los devotos de Han Solo, Leia y Luke Skywalker. Nos dice el autor en el prólogo de su obra: «la música de Star Wars es el alma de la saga, pues conserva la esencia de la historia y sus persona-

jes, logrando traspasar lo puramente fílmico y formar parte de la cultura popular desde 1977». Y no le falta razón, pues, por citar una sola pieza, la Marcha Impe-

rial creada por John Williams para ilustrar las apariciones del personaje de Darth Vader, hace años que trascendió el universo de la música fílmica para convertirse en un auténtico leit motiv. No en vano, esta y otras melodías de la saga más popular de la de ciencia ficción son reconocibles en casi todos los rincones del planeta, llegando a utilizarse en acontecimientos tan variopintos como los eventos deportivos y culturales e incluso las bodas. No es la primera vez que Andrés Valverde se sumerge en el universo de la música cinematográfica. Su perfil de compositor y especialista en bandas sonoras le llevó a residir por un tiempo en la ciudad norteamericana de Boston y realizar un trabajo de investigación sobre su ídolo, John Williams. Fruto de este ejercicio surgió su primera publicación, John Williams. Vida y obra (Bere-

nice, 2013), un libro de referencia de amplio y prestigioso reconocimiento. Asimismo, en estos últimos años ha figurado como asesor musical en conciertos homenaje a Williams, como los celebrados en el Teatro de la Zarzuela y Teatro Real de Madrid en 2014 y 2015. Y todo ello sin desligarse de su ciudad natal, Sevilla, donde es un habitual del Teatro de la Maestranza. En Star Wars. La música, Andrés Valverde vuelca su pasión por las bandas sonoras regalándonos un estudio de lo más exhaustivo. A través de una sencilla estructura que analiza cada una de las cintas de la saga —su trabajo abarca hasta el episodio VII, El despertar de la fuerza (2015)—, el lector podrá sumergirse en los antecedentes creativos de las piezas, el material temático y las ediciones discográficas. Todo ello explicado de un modo técnico y a la vez accesible. Como complemento, el autor incluye un catálogo seleccionado de partituras, así como una colección de láminas a todo color que harán las delicias de los fans. Calificación: Necesario. Tipo de lectura: Técnica aunque accesible. Tipo de lector: Seguidores de Star Wars. ¿Dónde puede leerse?: Bajo las estrellas.

...ver cine con más criterio

Filmish. Un viaje gráfico por el cine Gabriel Ramírez Lozano {Filmish. Un viaje gráfico por el cine (Reservoir Books) es uno de los mejores ensayos que se han escrito sobre cine. No es ni el más profundo, ni el más minucioso, ni el más exacto, pero es el más divertido. Y no solo porque el formato en el que se presenta sea el cómic. Edward Ross consigue indagar en los mecanismos del cine de todos los tiempos invitando a un viaje que el lector disfruta a más no poder. El dibujo tiende a la caricatura aunque sin exageraciones innecesarias. El propio autor presta su rostro a muchos de los personajes de película y el resultado es muy divertido. El texto es verdaderamente atractivo y se limita a dar la información precisa, por lo que la atención del lector no se pierde entre detalles superficiales. El libro se divide en siete bloques que nos llevan desde el inicio del cine hasta nuestro presente. Nos cuentan lo que supuso que un objetivo se instalase en nuestra realidad para po-

der repetir lo que ya había pasado, cómo podemos entrar o salir del universo de ficción que se construye con una película de cine, cómo se instaló la voz junto a la imagen y cómo el lenguaje es eso con lo que nos restan o con lo que podemos sumar a nuestra experiencia. El cine se nos muestra desde sus propias entrañas y eso es algo muy de agradecer cuando se hace con claridad y sin buscar grandes profundidades en las que cualquiera puede perderse. No son pocas las ideas que maneja el autor y que pueden ser ajenas o propias. Son especialmente bellas las que utiliza de Andrei Tarkovsky. Con ellas va construyendo una obra que acerca al séptimo arte con una sencillez pasmosa. Y, por supuesto, la cantidad de películas a las que se hace referencia son innumerables. No faltan datos curiosos como, por ejemplo, que el número de personas que se alistaron a las fuerzas aéreas de los Estados Unidos después de estrenarse la película Top Gun se incrementó un 500 por cien. O que algunas películas norteameri-

canas trataban la independencia femenina como algo enfermizo comparando a esas mujeres con las asesinas. ¿Recuerdan Atracción fatal o Instinto básico? Pues eso. Al mismo tiempo, Rambo era el paradigma de los valores de la familia norteamericana de los años 80. Cosas inexplicables, pero ciertas. Si un director de cine quiere hacer una película de corte antibelicista debe saber que en Estados Unidos, el ejército ya se ocupa de que las ayudas sean las mínimas. Y es que el poder de sugestión del cine siempre fue enorme, el espectador se ha visto dentro de las películas desde el principio y el vínculo generado ha sido brutal. Un ensayo muy divertido. Calificación: Estupendo. Tipo de lectura: Apasionante. Tipo de lector: Aficionados al cine o todo aquel que quiera aproximarse definitivamente al séptimo arte. ¿Dónde puede leerse?: En casa y con unas palomitas a mano.


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nadie? Desde luego que sí. Solo hay dos condiciones para ello. La primera es haber experimentado eso que queremos expresar; la otra es escribir o leer, experimentar con el lenguaje hasta construir un texto literario ...no equivocar relaciones amorosas

escritora ha mantenido con sus lectores desde mayo, y que toma como modelo el Manual de remedios literarios (Cómo curarnos con libros), de Ella Berthoud y Susan Elderkin, diccionario cargado de humor que surgió de la experiencia de las británicas en The School of Life, centro londinense que ayuda a desarrollar la inteligencia emocional. «Hay novelas que sirven de bálsamo y otras que provocan catarsis», sentencia la autora de El joven Moriarty para referirse a su nueva criatura. Y razón no le falta, pues Espérame en la última página es como las buenas fábulas: entretenimiento en estado puro… pero con su dosis de moraleja.

Espérame en la última página Antonio Puente Mayor {«Hay muchas manera de que te toque la lotería. Una de las mejores es estar enamorada y ser correspondida». Así comienza el nuevo trabajo de Sofía Rhei (Madrid, 1978), reconocida autora de poesía y literatura infantil y juvenil, quien, tras publicar el pasado año su primera novela para adultos, vuelve a la carga con una pintoresca historia de amor (y desamor) ambientada en las calles de París. Espérame en la última página (Plaza & Janés) nos narra la historia de Silvia, una mujer a punto de cumplir los cuarenta años cuya relación con Alain —un hombre casado— parece estar condenada al fracaso. Aconsejada por Isabel, su mejor amiga, nuestra protagonista se pone en manos de un entusiasta y enigmático consejero cuya terapia consiste en prescribir libros. Gracias a autores como Oscar Wilde, Italo Calvino, Gustave Flaubert o Mary Shelley, Silvia aprenderá valiosas lecciones que le marcarán un nuevo rumbo en su vida. Aunque de poco servirán cuando Alain reaparezca y disuelva lo que ella había construido.

Narrada de un modo ágil y con una agudeza tan inesperada como eficaz, Espérame en la última página es un libro que engancha desde la propia sinopsis y que se revela como un auténtico manual feel good contra las relaciones equivocadas que afectan a miles de personas en todo el mundo. Ya desde los propios encabezados de los capítulos —una recopilación de temas franceses donde no faltan Edith Piaf, Yves Montand o Charles Aznavour— el lector se deja llevar por el insólito plan urdido por la autora hasta caer rendido a sus pies. Y es que a pesar de su aspecto de comedia romántica ligera envuelta en galas literarias, nos hallamos ante un retrato fiel de la inseguridad y la falta de amor propio que, en ocasiones, nos toca muy, muy hondo. Tanto que a lo largo de sus trescientas livianas páginas llegamos a empatizar con los errores de Silvia de un modo mágico y semi inconsciente. Tal vez sea debido a la innata capacidad de Sofía Rhei para sumergir a los lectores en sus mundos —su anterior novela, Róndola, es un cuento de hadas para adultos que sorprende por su originalidad— a los puntos en común con su propia biografía o a las reacciones

tan humanas de sus personajes, lo cierto es que su propuesta puede administrarse como medicamento para el dolor del alma. Un tratamiento llamado Biblioterapia que ya ha sido puesto en práctica en las diferentes citas que la

Calificación: Sorprendente. Tipo de lectura: Divertida, ágil. Tipo de lector: Buceadores en universos ajenos. Personajes: Muy bien dibujados. ¿Dónde puede leerse?: En el barrio latino de París.

...conocer cómo se descubrió el Big Bang

Cosmicómic

Gabriel Ramírez Lozano {Acercarse a la física o a la cosmología, provoca cierto vértigo para toda aquel que no sepa una palabra sobre esas ciencias. Parecen lejanas e inaccesibles para el común de los mortales. Y lo son. Pero siempre hay alguien que se apiada o que siente la necesidad de compartir y acerca lo difícil de forma

que se convierta en fascinante, atractivo y divertido. Es el caso de la obra firmada por Amadeo Balbi y Rossano Piccioni, un cómic estupendo con afán divulgativo que explica más que bien el proceso que se vivió para descubrir lo que conocemos como Big Bang. Cosmicómic cuenta cómo dos radio astrónomos se encuentran con un problema en la antena que tratan de construir. Un ruido les genera dudas, no comprenden de dónde puede proceder, les estanca en un territorio que les impide avanzar con su trabajo. Es el año 1964. Amadeo Balbi nos lleva a conocer cómo científicos famosísimos y otros apenas conocidos fueron avanzando con sus teorías. Algunas de ellas preciosas aunque sin una evidencia que las hiciera posibles; otras dudosas que fueron tomando forma a partir de descubrimientos posteriores que las redondeaban. Todo desemboca en el descubrimiento más apasionante de la historia de la ciencia. Albert Einstein,

Alexander Friedmann o Gerges Lemaître (un sacerdote católico que, además, era astrónomo; que defendía la separación entre ciencia y fe y que llegó a proponer a Pio XII usar el modelo del Big Band para complementar el relato bíblico) son algunos de los personajes que pasean por las páginas de Cosmicómic. El tebeo de Balbi y Piccioni es un descubrimiento para todo el que quiere entender de qué va eso del origen del universo. Balbi logra un texto minucioso que trata de ser accesible para todo tipo de lector. Piccioni traza el dibujo con gusto, sin buscar el detalle innecesario, pero sin olvidar lo fundamental. Los personajes son perfectamente reconocibles (los conocidos por el gran público, claro) y genera viñetas llenas de movimiento. El dibujo que representa el universo desde distintos prismas es evocador. Poco a poco, viñeta a viñeta, se va componiendo un relato que aunque

nos lleva de un lado a otro, de un personaje a otro, es sólido. Muy recomendable para jóvenes estudiantes. Los expertos en ciencias también disfrutarán con este tebeo puesto que no se aleja del lenguaje exacto y de las ideas concretas. Aunque los autores lo hacen universal, no traicionan, en ningún caso, ni la verdad de lo que ocurrió ni la verdad de las teorías que fueron apareciendo con el tiempo. Calificación: Bueno. Tipo de lectura: Entretenida, curiosa. Tipo de lector: Jóvenes estudiantes. Y todo el que se quiera enterar de las cosas del universo. Por encima, eso sí. Argumento: El principio de las cosas. Personajes: Reales. ¿Dónde puede leerse?: Mirando las estrellas.


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Libros

El escritor regresa a la novela con ‘Banderas en la niebla’, recién publicada por Plaza & Janés, una historia real protagonizada por El Algabeño y por John Cornford en plena Guerra Civil española Recomendaciones

ENSAYO

Tessa Wardley / Nadar en aguas abiertas / Siruela

Cómo mantener el alma a flote

JAVIER REVERTE

«Pocos libros de la Guerra Civil muestran el campo de batalla» Alejandro Luque {La entrevista tiene lugar en el hotel Inglaterra, frente a la Plaza Nueva, precisamente dos de los escenarios de Banderas en la niebla (Plaza & Janés), la última novela de Javier Reverte. Un «viaje al pasado», como él mismo la define, construido «sobre una historia real y personajes reales», protagonizada por dos figuras: José García Carranza, El Algabeño, torero sevillano y falangista que participó de manera muy activa en la represión del campo andaluz al frente de los caballistas de la ultraderecha, y John Cornford, poeta y estudiante de Cambridge, bisnieto de Charles Darwin, que en pleno estalinismo se convierte en uno de los primeros en alistarse en las Brigadas Internacionales. Al Algabeño lo describe como «el estereotipo de señorito andaluz, con su chulería, su machismo. Es uno de esos hombres que ha dado cuerpo a ese tópico. Un torero tosco, según decía Cossío, pero valiente y que mataba bien. Las mujeres lo veían apuesto y él se aprovechaba de ello. La novela empieza con él en un palacio de Madrid, haciendo el amor con una duquesa, casi una reina. ¿Que quién es esa duquesa? Cualquiera sabe», dice Reverte con socarronería. Por su parte, Cornford representa «el arquetipo del brigadista interna-

cional, educado en la élite británica y al mismo tiempo estalinista, en un tiempo en que todavía no se conocían los campos de concentración. Su padre era experto en Platón, su madre pariente de fabricantes de la cerámica tradicional inglesa. Como poeta, admiraba a Byron, y como éste quería ser también un hombre de acción. Sabía que el golpe de Franco era una expresión del fascismo, que había que

El escritor Javier Reverte, en la presentación de su última novela. / Luis Millán (Efe)

«No quería hacer un libro de buenos y malos, pero algunos hechos son innegables» «En muchos pueblos donde se reprimió se habían producido antes matanzas de ricos» derrotarlo por su apoyo a Hitler y Mussolini, y creían que aquello era la primera trinchera de la Segunda Guerra Mundial». Al enfrentarlos, el resultado es «una novela en la que dos vidas muy diferentes se encuentran en el campo de batalla, dos hombres mueren con apenas horas de diferencia, sin conocerse nunca».

«Yo no quería hacer un libro de buenos y malos, pero hay hechos objetivos que son innegables», prosigue el escritor, quien asegura que «no quería hacer un libro mesiánico, de buenos y malos, pero hay hechos objetivos que no puedo ignorar. Que el levantamiento armado fue contra una legalidad democrática como la República, por ejemplo, es algo irrefutable. Luego, en el horror de la guerra, se mezcla todo: el heroísmo, la traición, la crueldad. En muchos de esos pueblos donde se llevó a cabo la represión, antes se habían producido matanzas de ricos por parte de gente de izquierdas. Yo quería hacer un libro sobre la guerra, pero la guerra, precisamente, no es bonita». «La Guerra Civil tiene muchos libros, se ha hablado en ellos de la política o de los fusilamientos, pero en muy pocos se ha contado lo que era el campo de batalla. Yo echaba de menos eso; he querido contar cómo era la guerra en esos sitios, que oliera a pólvora y a sangre. La toma de Sevilla, por ejemplo, está narrada como si se tratara de un libro de guerra: cómo avanzan, cómo ocupan las calles...», apostilla este viajero infatigable, que ha publicado libros sobre Grecia, Canadá, Nueva York, Roma, el Amazonas y los lagos africanos, entre muchos otros. ~

A. Luque {Asegura Tessa Wardley que nadar «puede tener efectos positivos en la presión arterial, el rendimiento cardiovascular, el sistema nervioso central, la función cognitiva, la masa muscular y la química de la sangre». Pero hay mucho más, y a ello dedica las 150 páginas siguientes de este librito, una declaración de amor al deporte acuático por excelencia, y un manual para extraer de él todas las cualidades terapéuticas que pueda brindarnos, especialmente las referidas a los males del alma. Observa la autora que la natación ha ido quedando cada vez más relegada a piscinas cubiertas, cuando lo natural antaño era siempre nadar en aguas abiertas, las que, señala, «son siempre nuevas». Al tiempo que comparte sus propias experienciasnadando en lagos y mares muy diversos, Wardley ofrece también pautas para iniciarse en el mundo de la meditación, una de las puertas por las que escapamos de la locura cotidiana de teléfonos, correos, compromisos y obligaciones. Solos o en compañía de amigos, bajo el sol o bajo la lluvia, de día o de noche, con neopreno o desnudos, el libro va desgranando toda la gama de beneficiosas experiencias que podemos extraer de la natación, sin olvidar, cómo no, aspectos como la seguridad y la dosificación de esfuerzos para no perder la cabeza en el líquido elemento. Se trata, en definitiva, de no hundirnos en medio de las tempestades nuestras de cada día, y por el contrario de mantener a flote el espíritu, que equivale a mantener a flote nuestra vida. Una lectura propicia para el verano, pero que también nos seguirá acompañando cuando vuelva la temporada de piscinas cubiertas... ~


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Fotografía Esta exposición enmarcada dentro del calendario de Photoespaña 2017, no sólo muestra lo más variopinto de las dos visitas que Elliott Erwitt realizó a Cuba, sino que es resultado de la obtención de la beca Havana Club 7, una especie de concurso patrocinado por dicha marca de ron

La cuba de Elliott Erwitt: Dos momentos y un mundo por descubrir Daniel González Irala {Nos ocurre con más de un creador visual; alguno ya desaparecido como el realizador de cine portugués Manoel de Oliveira o con el mismísimo David Lynch; que siendo ya octogenarios, viven o han vivido el final de sus carreras como una etapa más que dulce, en algunos casos fundamental para entenderlos como artistas en toda su dimensión. Elliott Erwitt viajó por primera vez a Cuba en 1964 por encargo de la revista Newsweek para retratar en su hábitat natural tanto al Che Guevara como a Fidel Castro. De esta forma realizó numerosos primeros planos de ambos personajes históricos en forma de mágicas y cotizadas fotografías que se convirtieron en icónicas y referenciales del régimen comunista. En 2015 regresa al mismo lugar con 87 años y un bagaje como reportero y fotógrafo de la Magnum más que notable. Por otro lado, y a pesar de su nacionalidad estadounidense, Erwitt nació en París en 1928, siendo sus padres rusos. El que será su oficio lo adquiere cuando se traslada a Estados Unidos, donde conocerá a Edward Steichen y Roy Stryker. En 1953, Robert Capa le pide unirse como fotoperiodista a la mentada agencia, llegando a ser su director en varias ocasiones. Entre los principales lugares donde ha expuesto su obra destacan el International Center of Photography, el MOMA, el Art Institute de Chicago, el Barbican de Londres o el madrileño Museo Reina Sofía. Dentro de las fotografías disparadas en 1964, la primera en sorprendernos es la de un viejo con un puro gastado en la boca junto a un joven en primer término que viste una gorra rota por la parte de la visera, le sigue la del comandante Fidel retratado junto a un conjunto de soldados a los que da órdenes. El grupo de siete estudiantes femeninas en lo que suponemos el recreo de un colegio de pago, con sus uniformes tal vez podrían ser parte de ese antes de la Revolución. A Erwitt le gustaba sorprender a personajes anónimos caminando y así lo hace en un semiescorzo con el que pasa delante de unos grandes almacenes donde se anuncia «La China de hoy». El primerísimo plano de Fidel con una cazadora forrada por dentro de plumas blancas nos hace ver la fortaleza ante las altas temperaturas. En otra que bien podría lla-

Photoespaña 2017, acerca la obra de Elliott Erwitt que realizó a Cuba. / Elliott Erwitt. MAGNUM PHOTOS

Elliott Erwitt. CUBA. Havana. 1964. / Elliott Erwitt. MAGNUM PHOTOS

marse o relacionarse con los oficios consigue en un retrato a tres, que la cara central del médico aparezca totalmente oscurecida, su jefe con un puro y gafas de montura gruesa parece estar dándole órdenes, el otro personaje sujeta una cámara fotográfica y va muy repeinado. En la más antigua de béisbol vemos la grada hasta la colcha y un banquillo de descanso desde donde el cátcher parece estar esperando movimien-

to; esta foto podría ser la primera parte con respecto a la disparada en 2015, como veremos. Desde la zona monumental de la Revolución, un hombre alto y desgarbado camina de perfil. También nos muestra una vista panorámica de una poblada ciudad que no sabemos si es Santiago o La Habana. La ingenuidad en Ernesto Che Guevara se deja ver no tanto por su falta de eficaz rebeldía, sino por su juventud. Otro plano de

conjunto de Fidel esta vez rodeado de paisanos, donde estos parecen más convencidos de su mensaje que él mismo, que se mesa escéptico el bigote y parte de la barba. Es destacable como también era la imagen del joven y el viejo, la imagen de Fidel retratado desde el interior de su coche como si fuese una estrella del rock, con un montón de fans jóvenes femeninas dispuestas a darlo todo y es que en ambas juega de manera especial con la profundidad de campo, siendo la parte más lejana más luminosa que la cercana, logrando desenfoque en primer término. Destaca igualmente la de la grada de un espectáculo cualquiera, llamando la atención el rostro de dos sonrientes mujeres con gafas de sol, una de las cuales se entretiene haciendo punto de cruz. Por último, el retrato del Che en claroscuro no sólo endurece sus facciones, sino que lo hace más duro y capaz de todo quizás por ello, utilizando además un escenario sobrio que también ayuda a definir su personalidad. De su viaje realizado en 2015 destacan entre otras la del vendedor callejero de fruta cuya mirada parece ir hacia ninguna parte, la de una discoteca o after hours abierta a primera hora de la mañana, la de la preparación de la boda de una hija mayor, donde se nos va la vista a los tres hermanos pequeños entre apáticos y tristes mientras imaginamos la alegría de la madre obesa contenta porque pueda lucir las mejores galas. También es reseñable la de los seis chicos jóvenes de la calle entrenando sin guantes al boxeo en lo que parece un barracón, imagen esta alejada de los escenarios de gimnasia a los que estamos acostumbrados, la del mundo del circo desde la elegante vestimenta de dos de sus payasos, los pescadores sombreados en el malecón, uno de los cuales tira la caña en dirección al suelo en vez de al mar. De esta etapa destacan igualmente la de la bailarina junto a su profesora o madrina, una mítica mujer cubana, la del hockey sobre hielo, la segunda parte de los chicos jugando al béisbol, esperando todos, esta vez sí, para salir a correr hacia la siguiente base. Por último, cabe destacar la imagen de chicos ya mayores jugando al fútbol en una zona medio asfaltada, ingeniándoselas con objetos inservibles y una red para construirse sus propias y peculiares porterías. ~


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Teatro

La villa manchega, famosa por las berenjenas y el encaje de bolillo, acoge 102 representaciones en 20 espacios monumentales entre el 6 y el 30 de julio. Una oportunidad ideal para descubrir su rico patrimonio y perderse por sus calles llenas Antonio Puente Mayor {El Corral de Comedias de Almagro es la joya de la provincia de Ciudad Real cuyo descubrimiento hace más de sesenta años supuso todo un acontecimiento para la cultura española y universal. Ubicado en la Plaza Mayor de la localidad manchega —rincón inefable donde los haya—, visitarlo es regresar a la época dorada de Quevedo, Tirso de Molina o Lope de Vega, y respirar su atmósfera. Su hallazgo casi fortuito se lo debemos a dos políticos adelantados a su tiempo: Julián Calero Escobar —alcalde de la villa de Almagro en la década de los 50— y José María del Moral, un historiador navarro que se enamoró de La Mancha y llegó a gobernador civil. Ambos adquirieron el antiguo Mesón del Toro cuando estaba a punto de ser demolido y, con apenas seis trabajadores, levantaron el escenario, que por entonces se utilizaba como prolongación del patio. Más tarde derribaron los tabiques que tapaban las galerías —y que servían para compartimentar diferentes estancias—, crearon un nuevo empedrado, cambiaron columnas podridas, colocaron una puerta de acceso, y repintaron todas las maderas de almagre, el color típico del lugar.

40 años del Festival de Teatro de Almagro

Don Quijote para niños. / Fotografías cortesía de el Festival de Almagro

Religión vs Teatro

El sueño de una noche de verano.

Las religiones y el teatro han experimentado relaciones diferentes a lo largo de la historia. Como nos recuerda el humanista y teatrólogo Hechevarría Prado, «oficializada la religión cristiana, la Iglesia convirtió en prohibición estricta el rechazo que sentía hacia varias de las diversiones practicadas por los latinos. La tradición dramatúrgica y escénica heredada del mundo griego fue devastada en una parte y sumergida la otra casi durante los diez siglos que se conocen como Edad Media». Sin embargo, con la estética barroca de la Contrarreforma, el arte de Talía adquirió nuevos bríos, llegando a instaurarse los primeros teatros nacionales en España e Inglaterra. Asimismo, y como complemento al éxito comercial de figuras como Lope de Vega, se dio paso a un nuevo género patrio: el auto sacramental. Siendo así, no debe extrañarnos que el creador del Corral de Comedias de Almagro fuese un clérigo. Descendiente de una familia de judíos, don Leonardo de Oviedo fue presbítero de la desaparecida parroquia de San Bartolomé el antiguo, y por las crónicas sabemos que en el año 1628 llegó a desembolsar 1.875.000 maravedíes para alumbrar dicho espacio.

En 1605, en Castilla la Nueva, una docena de huevos costaba unos 63 maravedís, y una de naranjas, 54; un pollo en torno a 55, y una gallina, 127. Con esto podemos dar fe de que, en cuestión de precios, el teatro del siglo de oro era mucho más asequible que el actual. Según nos refiere el filólogo Pedro G. Coello «a diferencia de las mujeres, los hombres solían comer atropelladamente el día de la comedia, y luego se apresuraban a acudir al Corral para conseguir un buen lugar». Ni que decir tiene que los escasos asientos no estaban numerados, e incluso algunos espectadores se los traían desde casa. Los primeros en llegar al recinto solían ser los mosqueteros, que ocupaban la totalidad del patio y seguían el espectáculo de pie. Muchos incluso trataban de colarse, dando lugar a numerosas riñas. Las mujeres, por su parte, se colocaban en la cazuela, ubicada en el corredor del primer piso, frente al tablado. Asimismo existía un lugar específico para los letrados y clérigos, pacíficos en su comportamiento, pero a los que los poetas y autores temían más que a los mosqueteros —sus críticas y comentarios sobre la obra solían ser mordaces—. Estos se sentaban en la tertulia, situada en el corredor del segundo piso, justo por encima de las féminas.

Diversión para todos los bolsillos

Cuatro horas a plena luz

Las condiciones acordadas entre don Leonardo y el ayuntamiento establecían que el propietario debía conceder a la villa tres ventanas, situadas en el testero del corral, frente al tablado, para poder asistir a las comedias. De cada uno de los restantes aposentos podía cobrar dos reales, cobrándose el asiento de gradas a cuatro maravedís.

Durante los siglos XVI y XVII la temporada teatral comenzaba el Domingo de Resurrección y terminaba el Miércoles de Ceniza. Teniendo en cuenta que por aquel entonces no existía la luz eléctrica —algunas escenas se apoyaban con velas y candiles—, las funciones solían empezar a las dos de la tarde entre los meses de octubre y

Corral de Comedias.


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Teatro

de encanto. Como suele ocurrir con la mayoría de tesoros históricos, muchos habrán oído hablar de él, pero pocos lo conocen. Nos estamos refiriendo al Corral de Comedias de Almagro aquellos primeros espectadores aún resuenan los versos de Lope de Rueda —su obra Medora fue interpretada por miembros de la RESAD—, y Lope de Vega. Del Fénix se pusieron en pie dos títulos: La estrella de Sevilla, con dirección de Alberto González Vergel, y El despertar a quien duerme, dirigida por José Luis Alonso. También hubo lugar para la música, merced al concierto Danzas españolas de los siglos XVI, XVII y XVIII, conducido por Gregorio Paniagua. Hay que decir que, al margen del célebre Corral de Comedias, la villa de Almagro cuenta con otros espacios para acoger representaciones. El más castizo es su Teatro Municipal, realizado por Cirilo Vara en la segunda mitad del siglo XIX, con capacidad para 800 espectadores. Restaurado en los años 1989 y 2006, dicho recinto encabeza una importante lista de rincones habilitados para el festival. Y es que a partir de los años 80 el certamen inició su despegue definitivo. En 1981, coincidiendo con el tricentenario de la muerte de Calderón de la Barca, este se dotó de una mayor significación, aumentando considerablemente el número de espectadores. Dos años después se introdujo la figura del director —César Oliva fue el primero— y se le dio proyección internacional. Hoy, los espectadores que acuden a Almagro pueden disfrutar de representaciones en un antiguo claustro dominico, en el patio de un hermoso palacio de origen flamenco y en el solar que antes ocupaba un hospital. Y esto no es más que un ejemplo, pues el pueblo manchego llega a poner en funcionamiento hasta 20 escenarios distintos cada mes de julio.

El lindo don Diego.

abril. Luego lo hacían a las tres, durante toda la primavera, y a partir de las cuatro en verano, siempre con objeto de finalizar antes de la puesta de sol. Por tanto, y a diferencia de los espectáculos actuales, la duración de aquellos podía alcanzar las cuatro horas, siempre sin descanso. Y es que en los entreactos se representaban obritas cortas para entretener al respetable. Los famosos entremeses. Muchas veces estos obtenían un mayor respaldo por parte del público que la propia comedia en sí. La estructura del teatro barroco comprendía una serie de partes bien diferenciadas. Nada más acceder al local, los espectadores asistían a la Loa de apertura, con la que se trataba de captar su atención. Con ella se alababa la comedia que venía justo después. Tras la representación de los diversos actos —con sus correspondientes entremeses—, la función se cerraba con una mojiganga final o baile de máscaras. Un elemento imprescindible era por tanto la música. En su trabajo Corral de Comedias. Crónica de la Farándula (Serendipia, 2007), Pedro G. Coello cita la canción polifónica como la forma más habitual de canto en el teatro de la primera mitad de XVII. Entre los instrumentos usados para representar las escenas de aldea nunca faltaba la flauta, la sonaja o la gaita, mientras que el ambiente cortesano se evocaba mediante la cuerda pulsada, la guitarra y el arpa. Corrales de comedias en España A partir de 1600, y como respuesta al entusiasmo del público, el número de corrales de comedias se multiplicó en nuestro país merced al apoyo de Felipe III y, sobre todo, Felipe IV —cuyo

XL Edición del Festival Internacional de Teatro Clásico

Cyrano de Bergerac.

hijo ilegitimo, Juan José de Austria, nació fruto de su romance con la actriz María Inés Calderón, la Calderona—. Una de las instalaciones más antiguas conservadas en España y Europa, aunque de modo parcial, es el Corral de Comedias de Alcalá de Henares. Situado en la antigua Plaza del Mercado (hoy dedicada a Cervantes), fue inaugurado en 1602, en el mismo período que sus homónimos de Madrid. Los historiadores nos cuentan que, por esas fechas, la capital contaba con seis recintos, siendo los más reconocidos el de la Pacheca, el de la Cruz y el del Príncipe y todos ellos dependientes de dos cofradías —la Pasión y la Soledad—, que los utilizaban para recaudar fondos benéficos. En el caso de Sevilla, la cifra era aún mayor, llegando a albergar entre los siglos

XVI y XVII los siguientes espacios: San Pablo, huerta de las Atarazanas, la Alcoba, San Vicente, doña Elvira, Coliseo y el de la Montería (sito en los Reales Alcázares). Asimismo tenemos noticia de corrales en Valladolid, corte alternativa de los austrias, y otras ciudades de nuestra geografía como Olivera (Valencia), Toledo y Granada. 20 escenarios distintos El 20 de septiembre de 1978, a iniciativa del entonces Director General de Teatro y Espectáculos, Rafael Pérez Sierra, se crean las primeras Jornadas de Teatro Clásico de Almagro. Una cita cultural pionera en nuestro país, que en su arranque reunió a personalidades de la escena como Fernando Fernán Gómez, José Hierro, Agustín García Calvo, Francisco Nieva o Luciano García Lorenzo. En los oídos de

Este verano el Festival Internacional de Teatro Clásico alcanza su 40ª edición con una salud de hierro. El día de su inauguración (el 6 de julio), la organización reconocerá al actor José Sacristán por toda su trayectoria. Él será el encargado de recoger el XVI Premio Corral de Comedias, que en años anteriores fuese concedido a Julia Gutiérrez Caba o José Luis Gómez. En cuanto a los títulos a representar —un total de 102 funciones a cargo de 50 compañías—, destacan la versión de la CNTC de La Dama Duende, de Calderón de la Barca (del 6 al 16 de julio), El sueño de una noche de verano, de Shakespeare, interpretado por el Teatro Nacional Alemán (el 7 y el 8), Cyrano de Bergerac, protagonizado por los televisivos José Luis Gil y Ana Ruiz (del 7 al 10), o El lindo don Diego, por Morboria Teatro (el 16). También habrá lugar para varios espectáculos dedicados al Quijote, actividades infantiles, exposiciones y conciertos. Por último el 17 de julio el Corral de Comedias acogerá un homenaje a los intérpretes Joaquín Notario, Arturo Querejeta y Pepa Pedroche. Los interesados pueden encontrar toda la programación aquí: www.festivaldealmagro.com


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Atelier de músicas

Presente en los más importantes festivales de música experimental, Robin Hayward es un activo creador que ha dado luz a un impensable mundo sonoro a partir de la tuba

Recomendaciones

EXPERIMENTAL

Microtub / Bite of orange / Sofa

Música que penetra en las entrañas

TUBISTA Y COMPOSITOR

ROBIN HAYWARD

«La tuba tiene el potencial de ser como un sintetizador analógico» Ismael G. Cabral {Pronto su instrumento se le quedó pequeño. Al menos tal y como se conocía. Porque Robin Hayward (Brighton, 1969) intuía que la tuba era un territorio inexplorado. En 1990 comenzó a interesarse por las propiedades microtonales del instrumento; descubriendo la llamada noise-valve (válvula de ruido) en 1996; y poco después se empeñó en el desarrollo de la primera tuba enteramente microtonal, fabricada expresamente para él. Residente en Berlín y muy activo en el campo de la música experimental; acaba de editar Bite of orange (Sofa) junto a su grupo Microtub; y Rubble Master, un cassette publicado por el sello Cassauna. –¿Es la tuba todavía hoy uno de los instrumentos más desconocidos incluso por los compositores actuales? –Sí, absolutamente. El próximo año la editorial Bärenreiter publicará un libro, del que soy coautor, sobre las posibilidades de la tuba. Espero que sea de utilidad y que anime a más compositores a acercarse al instrumento. –Microtub, su grupo, tiene una formación inédita. Nada menos que tres tubas. ¿Cómo podría explicar la música que hacen? –Hay quienes hablan de drone music. El resultado sonoro proviene de la afinación de las tres tubas en entona-

ción justa. Y algunas de las críticas de nuestro nuevo trabajo, Bite of orange, hablan también de música ambiental (ambient). Me ha gustado esa asimilación; porque creo que es una música que, a la vez, es nada intrusiva pero que si se escucha con detalle recompensa al oyente con su gran riqueza armónica. –Cuando se oye su música da la sensación de que quisiera subrayar el ca-

Las imperfecciones y las limitaciones instrumentales son atrayentes para componer Es muy importante para mí que compositores e intérpretes aborden la tuba microtonal rácter casi de instrumento electrónico de la tuba. –Me interesa mucho, sí; tanto en el caso de la tuba microtonal, como antiguamente en mis investigaciones sobre las posibilidades ruidistas de la tuba inglesa. Empiezo a considerar la tuba como una especie de sintetizador analógico cuyo espectro de sonido puede ser modulado utilizando

El músico experimental Robin Hayward, interpretando la tuba en un concierto.

combinaciones con las válvulas. Siempre me ha atraído la música electrónica, pero me gustan las imperfecciones y creo que las propias limitaciones de los instrumentos acústicos me proporcionan un buen punto desde el que crear música. –Además de su propia obra, ¿hay otros compositores que hayan hecho aportaciones significativas con su instrumento como protagonista? –Sí, la compositora sueca Ellen Arkbro ha escrito una hermosa pieza, For organ and brass. El canadiense Simon Martin también ha compuesto una pieza muy potente con electrónica, Musique d’art, que estrené hace unos días en Montreal junto a mi trío Zinc & Copper. También valoro mucho la aportación de la tuba microtonal dentro del proyecto Orchestra of Excited Strings de Arnold Dreyblatt. A este nuevo instrumento le irá mucho mejor si se empieza a usar en una amplia variedad de contextos y si compositores muy diversos escriben para él. Y tan importante como esto es que otros músicos se interesen por la tuba microtonal y desarrollen sus propias ideas. –Defínase: música contemporánea, experimental o improvisada. –Las etiquetas siempre son un poco vagas, pero creo que me identifico más con música experimental. ~

I. G. Cabral {Dice Hayward que la exacta media hora de música que contiene esta grabación, Bite of orange, no es intrusiva; que puede estar ahí, simplemente, o podemos penetrar en ella. No contemplamos la primera opción; en el sofocante estatismo de la música que despliegan las tres tubas encontramos ecos del drone más civilizado de una Eliane Radigue. Es este un disco para ahondar en él; el viaje es corto, pero de febril intensidad. Cada pliegue del sonido nos lleva más y más lejos. ~

EXPERIMENTAL

Robin Hayward / Rubble Master / Cassauna Records

Afinando en dos direcciones diferentes I. G. C. {Este cassette alberga dos realizaciones de la misma obra, Rubble Master, en la que Robin Hayward explora la producción de ruido con sus labios y lengua a partir de la boquilla de una tuba cuyas válvulas son manejadas por el compositor mediante la técnica que ha desarrollado. El empleo de la electrónica le ayuda a desarrollar de forma imperceptible dos afinaciones relacionadas que, sin embargo, parecen ir una en contra de la otra. La desorientación auditiva ha sido lograda. ~


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Recuerdos del siglo XX En la nueva ciudad de El Corte Inglés y Galerías Preciados existían movimientos sociales y políticos que no tenían eco en los periódicos y emisoras locales. Los medios de comunicación sólo podían informar sobre los acontecimientos públicos más evidentes. La censura era implacable con todo lo que afectara al Estado

Fuerzas Vivas de Sevilla... ¡Fuerzas Muertas! Nicolás Salas {Los grandes asuntos que habían encandilado a la opinión pública sevillana durante años, perdieron intereses ante el incumplimiento de las promesas de las autoridades tanto locales y provinciales como nacionales. Ya nadie creía en el canal de navegación Sevilla-Bonanza, ofertado como una panacea para el resurgir del puerto y el comercio e industria afines. Un proyecto nacido en 1953 y que nunca terminaba de superar la carrera de obstáculos impuestos por intereses contrarios. Desde Vizcaya y Barcelona, por unas causas, y desde el resto de Andalucía por otras, más la resistencia nacida en la misma Sevilla, a la Administración central no le faltaban motivos para dejar pasar el tiempo sin tomar decisiones. Junto al citado canal de navegación, el proyecto de metropolitano seguía idéntico camino de continuas frustraciones. Desde 1968 hasta finales de los años setenta, las noticias contradictorias sobre el «metro» justificaron el desinterés de la sociedad. Todas las fechas anunciadas a bombo y platillo para la puesta en marcha del nuevo servicio de transporte urbano de viajeros, fueron incumplidas. La única obra de infraestructura importante realizada, aunque no sin polémicas, fue la corta de la Cartuja. En este caso concreto y ante la experiencia trágica de la riada provocada por la rotura del muro de defensa del arroyo Tamarguillo, en 1961, todas las administraciones públicas unieron sus esfuerzos para librar a Sevilla del azote ancestral de las aguas desbordadas. Al mismo tiempo, la corta de la Cartuja haría posible la utilización urbana de unas cuatrocientas hectáreas. En gran parte de esta zona se celebró la Exposición Universal de 1992. Los antiguos problemas del trazado de la red ferroviaria tampoco tenían soluciones y todas las iniciativas sevillanas morían en Madrid. Las reformas previstas incluían mejoras notables, pero sin eliminar el llamado dogal o cinturón de hierro. Por lo tanto, la expansión urbana forzada por la catástrofe del Tamarguillo y la ruina del caserío antiguo, seguía condicionada al viario ferroviario y los pasos a nivel. Las soluciones definitivas vendrían muchos años después con motivo de las obras de infraestructuras realizadas para la citada Exposición Universal de 1992. Al margen de los grandes temas, la sociedad tenía otros motivos de actualidad para conversar y polemizar en los periódicos y casinos. El Palmar

Estampas habituales. / El Correo

de Troya era uno de los asuntos que más pasiones despertaba. También la reforma nunca acabada de la calle San Fernando. Igual sucedía con el proyecto de traslado de la Feria de Abril. La gente seguía sacando partido a los acontecimientos cotidianos para hacer chistes, como llamar al terremoto de 1969 por el nombre de un popular programa radiofónico de Rafael Santisteban en la emisora decana, titulado «Conozca usted a sus vecinos». Y es que aquella madrugada media población, en pijamas y batas, conoció por primera vez a sus vecinos de bloque en mitad de las calles. Una circunstancia que no ocurrió en los corrales, donde todos se conocían desde el primer día de residencia. En la nueva ciudad de «El Corte Inglés» y «Galerías Preciados» existían movimientos sociales y políticos que

no tenían eco en los periódicos y emisoras locales. Los medios de comunicación sólo podían informar y opinar sobre los acontecimientos públicos más evidentes y de alguna manera relacionados con el Ayuntamiento, pero poco más. La censura era implacable con todo lo que afectara al Estado. La conflictividad existente en diversos sectores laborales y que afectaban a grandes y medianas empresas del metal y la construcción; la crisis universitaria, en algunas de cuyas Facultades se libraban silenciosas batallas para lograr su control; el nacimiento y expansión de los movimientos sindicales; las divisiones en el mundo eclesiástico, apenas si afloraban a las páginas impresas y casi nunca a las emisiones radiofónicas, que tenían controlados los informativos. Eran temas conocidos por los afectados e ini-

ciados y propios de tertulias ateneístas y poco más. La ruptura generacional sevillana tuvo causas locales, además de estar influenciada por los cambios sociales registrados en toda la nación. Esas causas locales fueron el cambio de vida operado en la juventud que, en pocos años, pasó del corral de vecinos en los barrios clásicos a las viviendas unifamiliares en las nuevas barriadas. Lo que para los padres y madres de familias fue el logro de una esperanza social mantenida durante media vida, la feliz culminación de un anhelo de cambio residencial que llevaba implícito un nuevo estilo de vida, en un piso independiente y dotado con todos los servicios básicos, para los hijos supuso la ruptura con un pasado que estaba vinculado a una situación de penurias que ellos apenas sufrieron y no querían recordar ni les interesaba conocer. De ahí que, salvo excepciones, rechazaban los comentarios de sus padres sobre las penurias del pasado y no comprendían su gratitud hacia el Régimen que les había proporcionado el cambio de vivienda. Ellos no solían valorar, más por desconocimiento que por razones ideológicas, los enormes esfuerzos realizados por sus progenitores y abuelos para evitarles las dificultades que ellos sufrieron durante los años cuarenta, cincuenta y parte de los sesenta. ~


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