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CIRCULO MÁGICO

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ALGUIEN ESPERA

ALGUIEN ESPERA

Si el que sigue la aurora muerto está por la noche, yo viva encierro el día con un broche y mezclo el enigma con la nada con una gota de raíz robada al círculo mágico de la imágen. Me pongo un nuevo traje y espero la vida. Rompo la piedra sonora de los frutos y dueña de mil minutos los cambio por una sonrisa, por un soplo de aire con olor de saliva de niño y de hierba manchada de flores y con el agua condensada en colores bautizo la vida con las cosas recién creadas.

Inocencia

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Mi niño, estoy navegando cada vez que me invitan tus hermosos ojos. Los pensamientos son agua bebo con ellos en el rebaño de olas donde las fuentes se ríen. Los lirios blancos de tu frente trazan la gracia donde trinan los pájaros con una voz suave y tus mejillas rosadas acarician el corazón Tu sonrisa es un sol si toca una flor mil genera.

Yuleisy Cruz Lezcano. Nació en la isla Cuba el 13 marzo del 1973, vive en Marzabotto (Bolonia; Italia). La poetisa emigró en Italia a la edad de 18 años, estudió en la Universidad de Bolonia y consiguió el titulo en “Ciencias enfermeristicas y obstetricia” consiguió, además, un segundo titulo en “Ciencias biológicas”. Trabaja en la salud pública. En su tiempo libre ama dedicarse a la escritura de poemas, poesías, relatos, a la pintura y a la escultura. Numerosos son los premios literarios donde ha obtenido reconocimientos importantes. Bibliografia / Obras literarias / Publications

ERA MAMÁ ESCRITO POR:

YESSIKA MARÍA RENGIFO CASTILLO.

Con universos de esperanza y noches de luna llena vendría el aliento de mis días adornar mi vientre. Sin regla menstrual y mareos que recordaron el himno de la existencia en mi era feliz.

Entre el incremento de mis pechos que anunciaron la fuente de vida alimentando a mi criatura llegaban los sueños a mi ventana. En alucinaciones de alegría era mamá podría acariciar las magnolias con un ser que enternecería mi melancolía en las estaciones de mi tiempo.

Poeta, narradora, articulista, e investigadora Docente, colombiana Licenciada en Humanidades y Lengua Castellana, especialista en Infancia, Cultura y Desarrollo, y Magister en Infancia y Cultura de la Universidad Distrital Francisco José De Caldas, Bogotá, Colombia. Desde niña ha sido una apasionada por los procesos de lecto- escritura, ha publicado para las revistas Infancias Imágenes, Plumilla Educativa, Escribanía, entre otras. Autora del poemario: Palabras en la distancia (2015), los libros El silencio y otras historias, y Luciana y algo más que contar, etc

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EL DÍA DEL ADIÓS ESCRITO POR:

RUTH TORRES.

Cuando se conocieron en una sala con paredes blancas y demasiada luz natural a ella le gusto su aspecto, la firmeza en cada en cada una de sus palabras, su mirada clara y perspicaz. Habían llegado allí por circunstancias obligadas, tan pronto cruzaron palabras surgió entre ellos un afluente de interés simpático, una corriente de energía como si hubieran hablado antes. Al principio conversaron de trabajo como única circunstancia, poco después los unió la pintura, la literatura, la historia y hasta el baile Ninguna contrariedad entre ellos, con casi acuerdo total en todo, más alguna disarmonía en las acciones de él, que pudiera causar incertidumbre. Anidaron el deseo de frecuentarse, acudieron al cine, excursiones, teatro y algunos restaurantes.

Ambos experimentaban acorde deseo de aproximarse al otro, el tiempo franqueaba y ellos prosperaban. Una mañana de junio cambio todo de forma radical y por decisión unilateral, mientras ella desgastaba esfuerzos por demostrar con todo su ser merecer aquella compañía, él paso en cambio, a la discreción comunicando absolutamente lo necesario, lo único que quería hacer saber, pero su interés estaba ya muy lejos de ella.

Era como si la existencia se viviera al doble y se repitiera muchas más Como si la copia de una cinta cinematográfica en blanco y negro se reprodujera sin dar lugar a otro tiempo. No existió una minúscula disputa que sirviera para arraigar la decisión de separarse y calmara la posterior susceptible conciliación, solo hubo asombro en la reacción del otro ante las efemérides y escenarios de la vida. Mientras morían vergonzosamente los vestigios de esperanza por el amor perdido, ella lo veía partir desde lejos en la sala de un aeropuerto concentrado en una nueva presencia. El universo se cubrió como una densa gasa de hastío, esperaba que cientos de kilómetros dieran fin al desconsuelo, por el día que estaba frente a él y no se reflejó en sus ojos, el día que se extinguieron los sentimientos, el día que desapareció su sombra junto a la suya, el día que dijo adiós

Ruth Torres (1988) La Paz, Honduras Hija de dos maestros de educación primaria Estudió la carrera de médico cirujano y posteriormente obtuvo la especialidad en medicina interna En su tiempo libre colabora con un club de lectura y asiste a clases de literatura Desde muy pequeña siempre ha mostrado afición por la lectura y la escritura, es por esto que ae escrito algunas historias desde edad muy temprana, participando en concursos de cuentos y relatos, colaborando con algunas revistas digitales.

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