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¿TE SIENTAS CON LAS PIERNAS CRUZADAS?

POR REDACCIÓN redaccion@elexpres.com

¿Estás sentado mientras lees este artículo? Te pedimos que te fijes en tu postura. ¿Tienes las piernas cruzadas? Si la respuesta es sí, quizá debas replantearte la manera que tienes de sentarte. También cuenta el tenerlas cruzadas a la altura del tobillo.

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Las personas que cruzan las piernas al sentarse suelen hacerlo de dos maneras, o bien poniendo una pierna encima de la otra, muslo con muslo, o bien a cruzándola a la altura de los tobillos. ¿Es una postura peor que la otra?

La mayoría de investigaciones realizadas al respecto apuntan a que es peor cruzar las piernas por las rodillas que por los tobillos. La razón es que puede provocar una subida de la tensión arterial porque la sangre se acumula en las venas y al corazón le cuesta más trabajo funcionar. Por este motivo, cuando te tomes la tensión, deberías tener las piernas descruzadas, con las palmas de los dos pies apoyadas en el suelo.

Un estudio de 2020 que se publicó en International Journal of Environmental Research and Public Health y que investigó cómo afectaba el sentarse con las piernas cruzadas a personas con dolor de espalda y a personas que no presentaban ningún dolor, concluyó que esta postura conducía a una postura encorvada y asimétrica, un efecto que se hacía más patente en las personas que sufrían dolor lumbar. Al cruzar las piernas las caderas pierden la alineación y una se sitúa más arriba que la otra.

En 2018, en un estudio publicado en Applied Physiology, Nutrition, and Metabolism, un equipo de investigadores señaló que la costumbre de sentarse con las piernas cruzadas alteraba la velocidad a la que la sangre circula por los vasos sanguíneos de las piernas, aumentando el riesgo de que se formen coágulos.

M S Efectos Secundarios

Sentarse con las piernas cruzadas puede acortar los músculos, cambiar la disposición de los huesos de la pelvis e incluso desalinear la columna y los hombros. Como sucede con muchos gestos que van en contra de la buena higiene postural, los efectos serán más notables cuantas más veces y cuanto más tiempo se permanezca en esta postura.

Tal y como hemos visto, sentarnos con las piernas cruzadas produce que el cuerpo se desalineé y la respuesta de este es tratar de volver a alinearse. ¿Cómo lo intenta conseguir? La columna intentará mantener el centro de gravedad por encima de la pelvis y como consecuencia la cabeza se alineará de manera incorrecta. También la propia columna, los hombros y el cuello.

Los músculos de la pelvis y la zona baja de la espalda también se verán afectados desequilibrándose debido a la tensión y la presión que produce esta postura. Al estirarse de manera prolongada los músculos de una nalga (también se debilitan), la pelvis presentará una posición incorrecta.

Mantener esta posición de forma prolongada aumenta el riesgo de sufrir escoliosis y síndrome doloroso del trocánter mayor.

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