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La República Viernes, 13 de enero del 2012
drama cotidiano de los cajamarquinos
Cajamarca soporta la escasez y el racionamiento de agua potable Contraste. El 70% de la población que vive en el contorno del centro histórico es el más afectado. Mientras el Frente de Defensa Ambiental culpa a Yanacocha de haber secado el Río Grande, la minera señala que Sedacaj no previó el crecimiento poblacional ni amplió la planta de tratamiento El Milagro.
Elízabeth Prado La escasez de agua en la ciudad de Cajamarca empezó hace un año, pero fue en julio del 2011 cuando se hizo más intensa y las autoridades de Sedacaj procedieron a iniciar un incómodo racionamiento. Este hecho ocasionó que un grupo de ciudadanos acudiera hasta la naciente del principal abastecedor de agua para consumo humano, el río Grande, en busca de una explicación. Cuando arribaron al lugar ubicado entre los cerros Quillish y La Quinua, encontraron que este af luente había perdido gran parte de su caudal, estaba casi seco. No fue la única sorpresa. Metros más abajo advirtieron que cuatro gruesos tubos, propiedad de minera Yanacocha, expulsaban hacia la quebrada aguas ácidas y tratadas que luego iban a parar al cauce del río Grande, el mismo que gracias al aporte de los ríos Porcón y Quengorío recobra en su camino un caudal que es el que finalmente desemboca en la planta de tratamiento de agua El Milagro, reservorio proveedor de agua potable para la capital de la región Cajamarca. Estos dos hechos, corroborados una semana después, tanto por el Gobierno Regional como por la municipalidad provincial de Cajamarca, reavivaron la discusión sobre la desaparición de los acuíferos que alimentaban al río Grande, y también sobre la posibilidad de que estarían consumiendo agua contaminada; hipótesis que se maneja desde 1999 cuando la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental del ministerio de Salud expresó su preocupación ante Sedacaj por la calidad del agua. Agua por horas En mayo del año 2007, la empresa Yanacocha anunció que a pesar de contar con permisos para utilizar 900 litros de agua por segundo, la minera sólo consumía 52 litros por segundo; hecho que contrastaba con el procesamiento de 220 l/s que realiza la planta de tratamiento El Milagro para satisfacer a una población que supera los doscientos mil habitantes. Lo cierto es que desde hace un año el caudal en las griferías domésticas empezó a bajar, y a partir del mes de julio los cajamarquinos tuvieron que someterse a un racionamiento que
"el Milagro". Yanacocha afirma que ya existe un plan para mejorar la captación de agua en esta planta de tratamiento.
afectado hace varios años, y para mitigar esta situación la minera Yanacocha colocó en el año 2005 los cuatro tubos que expulsan agua tratada en este río, no es reciente. Por eso es que Sedacaj y Yanacocha firman varios convenios de cooperación para enfrentar la escasez y también para corregir la contaminación de estas aguas", manifiesta Seifert.
En el distrito de Baños del Inca, donde vive la mayoría de funcionarios de Yanacocha, se proveen de las límpidas aguas que discurren desde los manantiales ubicados en las alturas del cerro Shahullo.
afecta grandemente al setenta por ciento de los habitantes, quienes viven en la periferia de la gran ciudad. Barrios como Mollepampa disponen del bien hídrico desde las 5 hasta las 8 de la mañana, y después de 6 a 7 de la noche. El caso de La Esperanza Baja es distinto, ellos tienen agua hasta la una de la tarde, hora en que se corta el abastecimiento. Este pequeño privilegio se debe a que cerca de La Esperanza Baja está el reservorio de Sedacaj, la empresa prestadora de servicios de agua potable y alcantarillado de Cajamarca. En el centro histórico de la
ciudad, los hoteles, restaurantes, y muchas de las viviendas han resuelto la escasez con el uso de tanques, bien que es imposible de adquirir en la veintena de barrios similares, entre ellos La Paccha, Samanacruz, La Tumpuna, La Florida, Chontapaccha, Pueblo Nuevo, Lucmacucho, El Estanco. Al respecto, Reinhard Seifert, asesor técnico del Frente de Defensa Ambiental de Cajamarca, refiere que el Río Grande se ha secado hace años, y que si no fuera por los aportes del Quengorío y del Porcón, la situación en Cajamarca sería aún peor. “El R ío Grande está
reSultados distintos Una de las primeras alertas sobre posible contaminación de las aguas que llegan a la planta de tratamiento El Milagro la dio la Universidad Nacional de Cajamarca en 1998. Según la versión de esa entidad, por la grifería de los domicilios salía agua con trazas de cromo, manganeso, cobre, cianuro y hierro. Desde entonces se hicieron informes técnicos y actas de inspección ejecutados tanto por Sedacaj como por la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental (DESA), aunque con resultados diversos. No había un estudio efectivo que despejara plenamente las dudas sobre contaminación. Tal parece que la propia empresa Yanacocha no estaba segura de la calidad de agua que consumía la población, por eso en el año 2005 fueron descubierto unos carteles en los lavabos del centro educativo bilingüe Davy College, donde estudian los hijos de