3. construcción de demandas juveniles y de
AGENDA PÚBLICA PARA DEFENDER NUESTROS DERECHOS
¿Qué son las demandas
Y CÓMO SE CONSTRUYEN?
L
as organizaciones, colectivos y agrupaciones que buscamos cambiar la realidad social siempre tenemos una serie de demandas, de problemas sociales que nos parece fundamental resolver para acceder a una vida más digna.
Las demandas son aquellas que están ligadas a las necesidades de las personas y que demuestran la existencia de un problema que debe ser atendido por la sociedad; las demandas se diferencian de las necesidades en que traducen las necesidades compartidas y no de una sola persona en peticiones definidas por un colectivo con el fin no sólo de satisfacer las necesidades, sino de resolver problemáticas que las generan o se relacionan con éstas. El origen y la forma en la que definimos estas demandas es diversa, en algunos casos estas demandas parten de necesidades o problemas personales que compartimos con otras y otros miembros del colectivo (apañones, necesidades económicas, problemas laborales, falta de espacios de expresión, etc.), en otros, son problemáticas de grupos sociales que por su nivel de marginación nos parece urgente ayudar a resolver (indígenas, niños y niñas de la calle, gente de la tercera edad, etc.), o en otros casos responden a coyunturas políticas en las que consideramos importante participar (elecciones, huelgas, conflictos armados, etc.). Si bien es válida cualquier forma en la que definamos las demandas, muchas veces ocurre
que éstas no están suficientemente fundamentadas, que frente a personas o grupos contrarios a nuestra postura o ante quienes queremos convencer de su importancia, no tengamos argumentos suficientes para demostrar su trascendencia o incluso, su existencia. Esto es muy común cuando le demandamos algo al gobierno, quien de inmediato nos pide que demostremos que nuestra demanda es real y es importante que se resuelva. En el caso de las demandas derivadas de los problemas que enfrentamos como jóvenes en el ejercicio de nuestra sexualidad y capacidad reproductiva, tener fundamentos para demostrar la existencia y relevancia de este tipo de demandas es fundamental ya que la sociedad tiende a ocultar estas problemáticas o a minimizar su importancia debido a la serie de tabúes y prejuicios que existen alrededor de ellas. Como vimos en la parte anterior, a través de la documentación de situaciones respecto a los DS y DR de las y los jóvenes podemos tener un conocimiento más claro y preciso de la manera en la que vivimos nuestra sexualidad, los obstáculos que enfrentamos, el tipo y origen de las violaciones a nuestros DS y DR. Sin embargo, para definir nuestras demandas al respecto no basta con tener esta valiosa información, es necesario organizarla y más que nada, priorizar aquellos problemas que queremos que sean resueltos. Para definir nuestras demandas respecto a los DS y DR, tomando como base la información que documentamos, podemos retomar las siguientes pistas: Antes que nada, contar con un documento en el que queden registradas las situaciones
que documentamos, las violaciones a los DS y DR que ubicamos, las causas de estas violaciones, las y los jóvenes más afectados, las personas o instituciones responsables, etc. Este documento nos será de suma utilidad para la discusión al interior del colectivo. Discutir entre todas y todos los miembros del colectivo sobre los criterios a partir de los cuales queremos priorizar las problemáticas detectadas y definir nuestras demandas. Algunos criterios pueden ser: Focalización. Esto significa centrarnos en los problemas que enfrenten los grupos de chavos y chavas con quienes normalmente trabaja nuestro colectivo.
Por ejemplo, si el colectivo apoya a las y los jóvenes que trabajan como "cerillos" en los supermercados, las problemáticas que se pueden priorizar son las que enfrenta este grupo, como: hostigamiento y/o abuso sexual en sus centros de trabajo o despido por embarazo o por orientación sexual, etc. Gravedad. Esto quiere decir que r e t o m a mos los problemas que afectan más a las y los jóvenes cuya situación documentamos.
Por ejemplo: la falta de acceso a métodos anticonceptivos o la violencia en el noviazgo, posiblemente tienen consecuencias más graves para las y los jóvenes que otros hechos como que en la escuela les impidan vestirse de determinada manera. Viabilidad; es decir, optar por los problemas que como colectivo tenemos más posibilidades a resolver.
Por ejemplo, si nuestra actividad principal es operar una radio comunitaria o hacer graffiti, es probable que podamos atender mejor el problema de falta de información hacia las y los jóvenes sobre sexualidad, reproducción y derechos humanos, que resolver la falta de participación
juvenil en las políticas y programas destinadas a atender problemas relacionados a este sector. Interés, o sea, que por su puesto son prioritarios aquellos problemas con los que nos sintamos identificadas e identificados y deseemos resolver conjuntamente. Tal vez haya un problema que no habíamos ubicado y que no necesariamente se relaciona de manera directa con nuestro trabajo cotidiano pero que nos "mueve" y decidimos que es muy importante atender. Analizar con base en los criterios definidos los problemas que vamos a priorizar. Definir nuestras demandas. Para esto necesitamos ubicar los problemas priorizados, sus causas, la importancia de resolverlos y de ser posible, las formas en las que consideramos que deben resolverse. Nuestras demandas claramente definidas funcionarán en principio como un "pliego petitorio" bien fundamentado a partir del cual podemos desarrollar acciones diversas, desde la denuncia pública, hasta la elaboración de propuestas comunitarias y gubernamentales para resolverlas. Sin embargo, para que nuestras demandas tengan un impacto social más amplio, para que no sólo sean importantes para nuestro colectivo o para los y las jóvenes con quienes trabajamos, y puedan convertirse en demandas sociales respaldadas por varios actores, es importante pasar de ese "pliego petitorio" y dar el paso hacia la construcción de una agenda pública.
¿Qué es la
agenda pública?
Es el conjunto de problemas de interés para los y las ciudadanas y frente a los cuales hay consenso de que se requiere la acción del gobierno para resolverlos. Por lo tanto, la agenda pública siempre tiene como objetivo influir en la agenda de gobierno (número limitado de problemas públicos frente a los cuales el gobierno ha determinado intervenir para darles solución, a través de la definición de acciones y la asignación de recursos9). En nuestro país es muy claro como cada gobierno que llega tiene sus propias prioridades, define lo que hay que resolver y lo que no, aunque tenga que abandonar programas y proyectos de gobiernos pasados. Es una construcción social y no una realidad objetiva y visible para todos y todas que resulta del debate entre los actores sociales y políticos (ciudadanía en general, organizaciones ciudadanas, partidos políticos, etc.), de su movilización y compromiso de acción colectiva. Estos actores no están en igualdad de condiciones, por el contrario cada uno tiene más o menos posibilidades de incidir a partir del lugar de poder que ocupa en la sociedad. Esto significa que los sectores más marginados de la sociedad (las mujeres, los y las jóvenes, los y las indígenas, los gays y lesbianas, etc.), enfrentarán mayores dificultades para colocar sus demandas en la agenda pública, para negociar y consensuar con actores diversos sobre la importancia de éstas. Hay distintos tipos de agenda pública, son dos los principales:
a) Institucional: Problemas de competencia particular y específica de una autoridad o institución. b) Agenda coyuntural: Problemas derivados de nuevas situaciones, de nuevas técnicas o de nuevos conocimientos. Como se mencionaba, distintos individuos o grupos pueden definir los problemas que integran la agenda pública o tener interés en hacerlo: Grupos directamente afectados o involucrados en el asunto. Grupos que tienen que ocuparse en cierta manera del asunto. Grupos afectados de manera indirecta, que se sienten involucrados en cierta forma o comprometidos por abordarlo. Grupos formales que elaboran políticas: autoridades, diputados/as, tomadores/as de decisiones, instancias comunitarias, consejos locales, cuerpos directivos, partidos políticos. Grupos informales que elaboran políticas: juntas locales, agencias, escuelas, empresas, o distintas entidades que a nivel interno/micro pueden regular el asunto o lograr ciertas disposiciones respecto a éste. Líderes o personas influyentes. Colocar un asunto en la agenda pública supone lograr que la ciudadanía, autoridades, líderes de opinión, etc. reconozcan que dicho asunto es suficientemente importante para debatirlo y atenderlo, se hagan responsables respecto a éste y hagan lo necesario para que el gobierno a través de sus políticas, servicios, leyes etc., desarrolle la mejor alternativa para resolverlo.
9 Manuel Canto (coord.), Lo Cívico en lo Público. Estrategias y Herramientas de Incidencia en Políticas Públicas, México, Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio Montesinos, 2003.
Requiere no sólo de influir en las percepciones y decisiones del gobierno y la política oficial sino también de hacer un trabajo con la comunidad, la ciudadanía, la opinión pública, las y los políticos, funcionarios, etc.; para poder generar los consensos necesarios. La agenda pública no sólo es una lista de problemas que deben debatirse públicamente (entre todos los actores sociales involucrados), constituye también un conjunto de alternativas, de opciones que apuntan hacia cómo se debe resolver el o los problemas. Por lo tanto, en ella está contenido lo que para los y las ciudadanas es deseable. ¿Qué momentos son más favorables para posicionar una situación en la agenda pública? Cuando la situación alcanza el carácter de "crisis".
Un ejemplo podría ser la expansión de la epidemia del VIH-Sida, que ahora está afectando a grandes sectores de la población a nivel mundial, y trayendo consigo un sinnúmero de problemas económicos, demográficos, políticos, sanitarios, sociales, etc. que hacen que la epidemia tenga un carácter crítico, como en el caso de África, ahora no sólo se plantea la necesidad de atender a las personas infectadas, que son muchas, sino también a tantos niños y niñas huérfanos, además está la cuestión de la falta de productividad en las empresas debido al ausentismo y muertes causadas por el VIH-Sida, lo cual afecta a su vez las condiciones económicas de las personas y comunidades, y esto redunda en un aumento de la violencia, etc. Por medio de la opinión pública y los medios de comunicación. Hay ocasiones en que los medios de comunicación deciden difundir y
hacer relevante alguna situación social.
Un ejemplo son los asesinatos y otros tipos de violencia en contra de las mujeres en Ciudad Juárez, los cuales gracias a la acción de las organizaciones feministas y de los familiares de las víctimas, formaron una corriente de opinión pública, sacando el tema del anonimato y difundiéndolo a nivel nacional cuando los medios decidieron hacerlo. Cuando el problema alcanza una escala más amplia (estatal o nacional) o aumenta su frecuencia.
Otra vez el tema de la violencia hacia las mujeres nos da un ejemplo de esto, ya que la problemática de la violencia se ha visto que no sólo existe en Ciudad Juárez, algunos medios, organizaciones de la sociedad civil e incluso el Instituto Nacional de las Mujeres han demostrado que en todos los estados de la república existen grados muy elevados de maltrato y violencia hacia las mujeres, se hace patente entonces que no es un problema localizado, sino más bien, generalizado y que afecta a una gran parte de la población femenina del país, por lo que muchos grupos y organizaciones de mujeres han comenzado a hacer un trabajo de análisis y de rechazo a esta situación. Cuando hay involucrados asuntos "sensibles" (poder, recursos, grupos), como podría ser el caso de temas que afectan las decisiones y asignaciones presupuestales, la decisión sobre programas e instituciones públicas o la firma de pactos o tratados internacionales.
Por ejemplo, la consolidación de algunos acuerdos internacionales, incluso mercantiles o económicos, como podría ser un préstamo del Banco Mundial, demanda que el país esté cumpliendo con sus com-
promisos de derechos humanos, entonces cuando hay un tratado en la mira, el gobierno se interesa particularmente en demostrar que está cumpliendo con los derechos humanos y ese puede ser un momento para presionar o para poner en evidencia algún tema que nos interese. Cuando el tema se relaciona con algún asunto "de moda". Por ejemplo, cuando vienen representantes de algún Comité de la ONU a evaluar la situación de los derechos humanos en México, el gobierno y los medios de comunicación tocan el tema con frecuencia, aunque luego lo olviden o lo ignoren. Cuando una fuente o instancia externa a la comunidad/entidad llama la atención respecto al tema (estudios o investigaciones, directrices nacionales o internacionales, etc.). En el caso de los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez, ayudó el que instancias internacionales de derechos humanos hicieran recomendaciones al gobierno mexicano para que atendieran el problema. Cuando las condiciones políticas lo hacen más apropiado, por ejemplo, los tiempos electorales, algunas eventos públicos o situaciones coyunturales.
¿Mediante qué herramientas se puede influir para que un asunto llegue a la agenda pública?
Generar conciencia entre la población respecto al asunto, educarla respecto a la existencia de éste. Ayudar a que la gente entienda el asunto, lo que éste significa, a quiénes afecta y de qué manera, así como cuáles son sus implicaciones para que se reconozca su seriedad.
Crear conciencia de la responsabilidad individual con el consecuente cambio de actitudes. Es necesario que la ciudadanía identifique la manera en que está involucrada en ese asunto, qué le corresponde hacer, y cuál es su compromiso, que crea que debe actuar al respecto y desarrolle las actitudes y/o acciones necesarias. Generar conocimiento e información acerca del asunto. Influenciar en la opinión pública para que se ponga atención sobre el asunto y haya una preocupación por abordarlo. Afectar las ideas, valores, juicios, tendencias, asunciones de las autoridades (locales, estatales) mediante presión pública, informándolas y/o exponiéndolas al contacto o conocimiento del asunto con el fin de influir en sus opiniones. Convocar a un plebiscito, referéndum u otros tipo de consulta ciudadana (tanto las reconocidas legalmente como las que no). Actuar colectivamente, articularse con actores diversos que apoyen los problemas que se quieren colocar en la agenda pública.
¿Cómo llevamos un problema a la agenda pública? Antes que nada es importante priorizar de nuestras múltiples demandas o "pliego petitorio" cuáles son más importantes que se lleven a la agenda pública. Para hacer esta priorización pueden hacerse las siguientes preguntas: ¿El tema o cambio propuesto conduce a un mejoramiento real en las condiciones de vida de la gente?
¿El tema y/o su solución involucra la participación de varias personas, en especial de aquellas afectadas por la misma? ¿Es un tema sentido? El número de gente preocupada o afectada por el tema es una buena justificación para escogerlo. Asimismo, si la gente tiene sentimientos fuertes sobre el asunto o la problemática en cuestión, el enojo, la frustración, y otras emociones son motivaciones para la acción y compromiso. ¿El tema es apto para hacer trabajo en redes y fortalecer la organización colectiva? ¿Presenta alguna oportunidad para construir alianzas? ¿El tema permite que grupos o sectores con poca presencia pública o política accedamos a la toma de decisiones, favorece nuestro ejercicio ciudadano y liderazgo? ¿Tenemos soluciones claras y viables? Con base en lo anterior, hay que definir claramente el o los problemas, qué y por qué se quiere llevar a la agenda pública. Esto supone que la problemática percibida y sus causas sean descritas y analizadas a profundidad, que se coteje esta información con datos de la realidad, que se analicen qué acciones o políticas públicas están relacionadas con nuestro tema y deberían o podrían abordarlo, que se identifiquen actores e instancias involutema, que se definan soluciones para comenzar a construir una estrategia global de intervención, que se establezca por qué es prioritario para la sociedad dicho tema, que se comparen soluciones y se valore su impacto potencial, así, se elabora el tema como problema público.
Es necesario generar un amplio debate con los actores sociales y políticos. Esto puede hacerse mediante una campaña de sensibilización y de comunicación. También hay distintas herramientas (foros, mesas redondas, talleres, reuniones públicas, audiencias, eventos comunitarios, etc.) que sirven para impulsar el debate público del tema. Asimismo es necesario el trabajo de articulación y en red pues es más fácil que una movilización pública y un esfuerzo de distintos grupos y actores sociales tengan impulso y posibilidades y recursos para instalar el tema en la agenda pública. Además, favorece un mayor consenso entre los discursos. Traducir el problema a las distintas lógicas político-institucionales. Esto significa que conforme el problema va instalándose en la opinión pública y se acerca poco a poco a grupos que formalmente inciden en la política y programas públicos, el tema requiere irse codificando en otros términos más acordes al conocimiento experto y/o a los códigos correspondientes, es decir, necesita expresarse en términos jurídicos, médicos, políticos, diplomáticos, etc., lo cual generalmente se logra cuando grupos especializados, profesionales y/o políticos han asumido el asunto y están interesados en instalarlo en la agenda pública. ¿Por qué es importante que las y los jóvenes incidamos en la agenda pública? ¿En qué ayuda ESTO A MEJORAR EL EJERCICIO DE NUESTROS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS? Desde esta estrategia, incidir en la definición y/o elaboración de la agenda pública significa:
Que somos agentes sociales, sujetos de derechos con capacidad de pensar, de decidir respecto a nuestros intereses y de negociar con los de otros sujetos o colectivos. Trabajar para que las problemáticas asociadas a nuestro ejercicio sexual y reproductivo se perciban como un asunto de derechos que requiere discusión y tratamiento en distintos niveles e instancias sociales y gubernamentales. Lograr que se reconozca que como jóvenes tenemos un discurso sobre nuestros DS y DR que queremos discutir en la esfera pública, que sea elaborado de manera colectiva y que resulte en cambios de diversa índole - actitudes, acciones y servicios, normatividades que nos permitan un ejercicio más libre y pleno de nuestros derechos. Visibilizar la dimensión estructural de las situaciones que afectan nuestros DS y DR, así como que las acciones locales implican a las globales.