I Encuentro del Observatorio Permanente de Juventud Introducción PONENCIAS 1.- La situación de los y las jóvenes y la política de Juventud en Europa. Dott. Norman Rivera. Fundación IARD 2.- Juventud, Igualdad y participación democrática en España. Mª. José Díaz Aguado. Catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid. Presentada por Belén Martínez (equipo de psicología preventiva, UCM). 3.- Mesa 1: La juventud, característica de la inmigración actual ACULCO: Oscar David Arias Peralta AJI-ATIME: Kamal Ben Brahim 4.- Mesa 2: Cómo luchar contra la discriminación racial. FSGG: Juan José Bustamante 5.- Mesa 3: Mujer y joven: Doble desigualdad Mujeres para la democracia: Mónica Gorrochategui Mujeres jóvenes: Esther Castellanos 6.- Mesa 4: La no discriminación con el colectivo homosexual:
Equiparación de Derechos FELGT: Patricia García Mártir Fundación Triángulo: Lara Martínez 7.- Los Observatorios de Juventud como herramienta de
reivindicación. Observatorio Europeo de la Juventud (EYO): Edorta Bergua Observatorio Vasco de la Juventud: Bakarne Zuazua Observatorio de Juventud de Extremadura: Gonzalo Lavado Observatorio Permanente de Juventud del CJE: Alfonso Hurtado
INTRODUCCION
Desde hace unos años, la Comisión Especializada “Derechos e Igualdad de Oportunidades” del CJE detectó que, tras las demandas de las entidades miembro, era necesario reforzar una de las líneas de trabajo más importantes y vertebradoras de esta Comisión: la línea reivindicativa. Por tanto, había que dotar al CJE de una herramienta de análisis para informar y así pasar a un plano de denuncias y reivindicaciones para lograr un planteamiento y posicionamiento del CJE en la sociedad. De esta manera, el Observatorio Permanente de la Juventud (OPJ) nace como una herramienta de análisis para cubrir un espacio existente en la defensa de los Derechos de la Juventud, creando un posicionamiento y ejerciendo una presión social. El Observatorio Permanente de la Juventud nace con el espíritu de centrar su trabajo en materia de denuncia y reivindicación que afecta tanto al no cumplimiento de la legislación existente como a los acontecimientos sociales que se están produciendo en la actualidad y que recogemos a través de los medios de comunicación de masas. El Observatorio Permanente de la Juventud pretende un reconocimiento y concienciación de las desigualdades y desequilibrios entre colectivos que existen en la sociedad para que a través de las denuncias se facilite el desarrollo de las estrategias. Entre los temas prioritarios del Observatorio Permanente de la Juventud podríamos destacar Mujer joven, Migración, Diversidad sexual, Identidad sexual, Discapacidad, Pueblo Gitano y Prostitución. Por todo ello, con estos Encuentros intentamos ofrecer un mapa de análisis de la realidad social y económica, haciendo especial hincapié en el colectivo juvenil.
En esta documentación tenemos en primer lugar un estudio realizado por la Fundación IARD exhaustivo y pormenorizado de la situación de los y las jóvenes y políticas de juventud en Europa, educación y formación, empleo, salud y participación social. Posteriormente una ponencia de Mª José Díaz Aguado que trata sobre la necesidad de educar para la convivencia democrática, los cambios sociales, las búsqueda y construcción de la identidad en la juventud, participación democrática, el empowerment y lucha contra la exclusión social para acabar con unas propuestas de educación. En materia de inmigración los colectivos nos reclaman una sensibilización tanto a los políticos como a la sociedad en todos los temas referentes a la inmigración, tolerancia, integración y desarraigo, de la necesidad de trabajar conjuntamente para conocerse mejor. En referencia a discriminación racial FSGG nos enmarca en el contexto sobre discriminación que sufre la comunidad gitana en términos de inclusión social, de los tipos de discriminación y la protección jurídica tanto a nivel internacional como nacional para lograr que sea efectivo el principio de igualdad de trato. En mujer nos exponen de forma detallados planes existentes para lograr una igualdad de trato para las mujeres, ayudas, planteamientos y reivindicaciones en materia de empleo y formación, conciliación de vida familiar y laboral, violencia de género, techo de cristal, educación no sexista, acciones positivas y medios de comunicación. Los grupos de Gais lesbianas y bisexuales nos hablan sobre la necesidad de adecuarse a una realidad existente, orientación sexual en el sistema educativo, exclusión social y normativa sobre parejas, derecho de residencia, reproducción asistida, adopción y derechos del menor. Los Observatorios nos hablan de su origen causa y cuales son su labor dentro de los planes y las políticas de juventud la necesidad de instrumentos que evalúen el impacto de las actuaciones llevadas a cabo por las diversas actuaciones y el uso de nuevas tecnologías de la Información como herramienta de trabajo y análisis
Titulo de la Ponencia: La situación de los y las jóvenes y la política de juventud en Europa. Dott. Norman Rivera. Fundación IARD. Estudiar el comportamiento de la juventud es de
extraordinaria importancia. Las
personas jóvenes son portadoras de nuevos valores y nuevos estímulos que contribuyen a regenerar y renovar viejos modelos de la acción política en la sociedad. Los nuevos imput que aportan las nuevas generaciones a la política, son
siempre sinónimo de
mayores energías para enfrentar los complejos fenómenos sociales y culturales en las sociedades industrializadas. Sobre todo en consideración del hecho que, éstas viven un proceso permanente de mutación dialéctica. La historia nos demuestra numerosos ejemplos de sociedad que pierden la propia identidad
porque
colapsan.
Desaparecen
como
consecuencias
de
guerras,
de
aculturaciones corruptas y por situaciones económicas desfavorables. Por primera vez en la historia, un conjunto particularmente importante de sociedades europeas pone en peligro la estabilidad futura y las condiciones de su desarrollo no por amenazas externas sino, por una debilidad intrínseca. La flexión de los índices de natalidad en muchos países europeos se encuentra hoy por debajo de la capacidad de reemplazo físico de la sociedad. Esta situación expresa claramente el desfuncionamiento del mecanismo natural que permite la renovación de los miembros de una sociedad. Las sociedades europeas se encuentran en grave dificultad para autorreproducirse biológicamente. Aunque si existen notables diferencias entre ellas, causas de diferente naturaleza, contribuyen a determinar el nivel de intensidad del fenómeno. Los efectos son muy evidentes: las sociedades occidentales envejecen, hoy nacen menos niños de las parejas que se forman al interno de las nuevas generaciones. Italia, por ejemplo, junto al resto de los países mediterráneos, ocupa un lugar de primer orden en este proceso de decrecimiento demográfico. En Italia, más que en otros países europeos, es más visible la lentitud del proceso através del cual se produce el tránsito de los y las jóvenes hacia la edad adulta. Es una edad en la cual se pueden asumir mayores responsabilidades de forma individual y con la sociedad. Hablar de jóvenes que transitan hacia una edad adulta es sin dudas hablar del futuro de nuestras sociedades. Invertir recursos vitales para asegurar la continuación de un desarrollo justo y sostenible de la juventud es en el futuro. 1
Tratar de entender cómo se produce este pasaje de responsabilidad es uno de nuestros objetivos esenciales en esta sede. La transición de la edad joven a la edad adulta está determinada por la capacidad de superar etapas sensibles que son indispensables para poder colocarse en la sociedad. Es esta capacidad que al final establece las diferencias entre la identidad de una persona adulta y una adolescente. Este complejo proceso de transito tiene dos dimensiones principales: la primera dimensión está representada por el eje escolástico - profesional y la segunda por la dimensión familiar-matrimonial. Dentro de estos dos ejes se encuentran cinco etapas emblemáticas que introducen gradualmente a los y las jóvenes hacia nuevos roles y responsabilidades. A pesar de que estas etapas no son prescriptivas para alcanzar la madurez psicológica de las personas, superarlas sin traumas es
socialmente
fundamental. Ello permite garantizar la reproducción física y cultural de una sociedad. La primera etapa termina cuando el joven y la joven finalizan definitivamente el circuito formativo, la segunda cuando entran en modo continuativo en el ámbito laboral; la tercera se manifiesta cuando se separan de la familia de origen consiguiendo la independencia económica a través del trabajo. Esto permite alcanzar la autonomía de tipo existencial que lo llevará a librarse de la tutela cotidiana ejercida por sus progenitores. Estas son etapas principales que cada joven debe superar para su reconocimiento como persona adulta en sociedad a todos los efectos. La cuarta y quinta etapa no son imprescindibles para alcanzar el status de adultez, pero lo son desde el punto de vista de la supervivencia de una sociedad, estas son: la creación de una familia informal o institucional y la procreación, que implica asumirse las responsabilidades de padres y madres. Desde hace algunos años, en las sociedades occidentales se viene consolidando una doble tendencia que de una parte ha producido como efecto la reducción del período de la infancia y de la otra el aumento del tiempo necesario para transitar de la adolescencia a la edad adulta. Un aporte importante para aumentar el conocimiento sobre la situación de la juventud en Europa y los indices de protagonismo activo , es constituido del estudio realizados por IARD sobre la condición juvenil en 18 estados europeos realizada en el 2001. Este estudio ha involucrado a los 15 países de la Unión, Islandia, Noruega y Liechtenstein. El estudio examina tres aspectos esenciales que han permitido fotografiar el estado en el que se encuentran el colectivo de jóvenes en una Europa que cambia y se amplía con 2
el pasar de los años. LA INVESTIGACION ha localizado el interés en los siguientes tópicos: la condición juvenil, las políticas juveniles y los procesos de formación de operadores juveniles. Por su pertinencia con éste evento, examinaremos en detalle los dos primeros aspectos: la situación de la juventud y las políticas juveniles en Europa. Estos aspectos vienen desarrollados a través del análisis de los siguientes indicadores: Educación y Formación,
mercado del trabajo, bienestar económico y salud,
asociacionismo y participación política local nacional en una dimensión europea. Educación y Formación La política formativa es un componente implícito de las políticas juveniles. Históricamente han involucrado a las y los jóvenes en manera casi exclusiva. Esto no ha sucedido por ejemplo con las políticas de inserción laboral, o con políticas habitativas, de la familia y otras aplicadas en otros sectores, ninguna de ellas ha sido nunca dirigida específicamente hacia y en favor de la población juvenil. En este sentido se podría explicara la política de la educación y de formación, mediante dos modelos que son alternativos entre si: el modelo a través del cual la juventud es vista como un problema social y el modelo que la considera como recurso vital para la sociedad. La política define, en el caso del joven o la joven que interrumpen precozmente el curso formativo y se convierten en una carga para la comunidad, como problema social. En el caso en que se produzca un aumento de los niveles globales de educación y capacitación, la juventud es vista como un recurso que en favor de la sociedad. En Europa, la educación constituye una parte fundamental de la identidad juvenil por varios motivos: la mayor parte de las y los jóvenes de 15 a 19 años participan en ciclos educativos, un buen número de ellas y ellos participan en las actividades de capacitación que recalifican profesionalmente para una mejor inserción en el mercado laboral. Muchos jóvenes europeos atribuyen un alto valor a la educación como vehículo de pasaje hacia la edad adulta. La relación entre la condición juvenil y el ser estudiante es tan fuerte, que el hecho de no encontrarse en esa condición, puede ser interpretado por los y las jóvenes, como un problema serio que obstaculiza el propio desarrollo. En muchos países, la importancia social de la escuela ha venido creciendo con el pasar del tiempo. Su papel de agencia de socialización ha sido reforzado por el decline de otras importantes agencias educativas religiosas y políticas. Igualmente siguientes situaciones:
3
por las
En primer lugar, los cambios que se han producido en la estructura y en los roles de miembros de la familia: por ejemplo, el aumento del número de madres que trabajan ha traído entre otras consecuencias, la reducción del tiempo dedicado a las hijas y los hijos, la autonomía conferida a las hijas y los hijos mayores. En segundo lugar podemos constatar, la incapacidad de nuevas agencias emergentes como un mas media de asumirse responsabilidades educativas y las grandes espectativas que tiene la sociedad en los institutos educativos y formativos. A los entes educativos, la sociedad asigna cómputos y funciones adicionales a los que tradicionalmente han desarrollado en función de la educación y formación de la población juvenil. Además de trasmitir conocimientos y competencias, la sociedad requiere de los entes educativos, una mayor responsabilidad en materia de orientación, educación sexual, prevención contra las drogas y otros mensajes sociales que la familia y otras instituciones no están en condiciones de ofrecer. Especialmente, se pide a la escuela que sea capaz de sensibilizar a la juventud a cerca de la importancia que tiene el capital humano para la economía en un mundo basado sobre la competición de las economías y en un contexto de globalizado. Durante el último medio siglo, las sociedades industrializadas han aplicado importantes reformas escolares. Las motivaciones de estas reformas han sido siempre relacionadas con el aumento de la participación juvenil en ciclos formativos y educativos. Consecuentemente, muchos jóvenes continúan
en el sistema escolar
formativo, más allá de la escuela obligatoria. La permanencia de jóvenes en los diferentes ciclos educativos/formativos se ha prolongado con el tiempo. Solamente una parte minoritaria de los mismos renuncia precozmente a la escuela. Este abandono no les permite alcanzar las credenciales mínimas que le permitan una mayor y mejor competitividad en el mercado laboral. Si no se adquieren las competencias que exige el actual desarrollo de nuestras sociedades, la posibilidad de encontrar un trabajo que responda a las espectativas y a los intereses de los y las jóvenes se reduce. Según los datos recabados, las credenciales adquiridas en el circuito Educativo/Formativo permiten aumentar las posibilidades de una colocación prestigiosa socialmente. La población de jóvenes menos instruidos están obligados por el mercado a prolongados periodos de paro. A pesar que la situación antes descrita es común a todos los países analizados, emergen importantes diferencias en relación a las tipologías de modelos aplicados que merecen una reflexión: en algunos países, la educación está orientada a crear competencias profesionales a los y las jóvenes, en otros países, la educación tiende a garantizar 4
solamente
conocimientos
generales
a
estudiantes.
Este
último
modelo
crea
automáticamente diferencias entre jóvenes en base a la capacidad y el potencial de aprendizaje. En Europa la juventud termina la escuela a una edad que oscila entre los 14 y los 18 años. En algunos países, la educación obligatoria termina a los 16 años. Los resultados del análisis indican que en la medida en que la escuela
obligatoria se prolonga,
aumenta la cualidad de las competencias formativas. Los Países con una cíclo de obligatoriedad más prolongado en el tiempo, poseen un mayor número de estudiantes entre la población juvenil. Los índices de instrucción superior en Europa son diferentes. El porcentaje de jóvenes que consigue el titulo final varía significativamente de país a país. En lo relativo a la instrucción secundaria superior, los índices van del 70% al virtual 100%. La conclusión de los estudios universitarios revela resultados más o menos similares. En general, no obstante se hallan hecho esfuerzos por democratizar y abrir los diferentes sistemas académicos a una mayor cantidad de utencia, las desigualdades en las
oportunidades entre la juventud continúan existiendo. La oportunidad formativa
varía ampliamente de país a país. Igualmente, la co-relación que existe entre esa oportunidad y los resultados individuales alcanzados por las personas en el mercado del trabajo. Estas diferencias dependen sobre todo del tipo de mecanismos institucionales y del funcionamiento de los Sistemas educativos nacionales. A pesar de que existe en general una convergencia de base en relación a la estructura escolar de los diferentes modelos educativos analizados, existen diferencias sustanciales que tienen que ver con: la estandardización de los sistemas educativos,
la estratificación, a la especificidad
profesional nacional y a la expansión de la instrucción post secundaria, todo esto, determina profundamente la suerte de la población en el mercado laboral. La mayor duración del ciclo de la escuela obligatoria ha contribuido a elevar el nivel de las espectativas de carrera profesional y de vida. Las dificultades emergen, cuando no pueden ser colmadas por diferentes motivos. La causa más común es las discrepancias entre esas espectativas y
la realidad económica y social del país de origen. Esta
situación es mucho más presente en los países meridionales de Europa. Por este motivo, se hallan frente a una nueva edad denominada la edad de la post adolescencia; que está caracterizada entre otras cosas, por un periodo prolongado de espera para poder ingresar en el mercado laboral. Esta situación repercute negativamente en la juventud, sobre todo en la fase de creación de las capacidades necesarias para la asunción de 5
responsabilidades y de roles adultos. Esto comporta la negación de algunos derechos de ciudadania y todo lo que ello representa. La evolución del desarrollo demográfico de largo plazo en Europa ha determinado una reducción delle coorte de jóvenes respecto a la coorte de trabajadores. Esto signifíca que en el futuro, la capacidad de las economías de producir ganancias y el costo de los dispositivos de protección social generaran una carga creciente para los y las jóvenes de hoy, sobre todo para sus capacidades productivas y para la duración de la carrera profesional: un ejemplo emblemático de ello son los pronósticos que se hacen sobre la duración de los periodos de contribución fiscal. En pocas palabras, es urgente y crucial conciliar la necesidad de aumentar y mejorar las credenciales educativas de la juventud con la imperativa necesidad de hacer que ellos trabajen lo antes posible; esto contribuiría a la afirmación de la identidad adulta y daría una respuesta al grave problema del desequilibrio demográfico. Si bien es cierto que existe una multiplicidad de factores, como por ejemplo: la empresa, la estructura de la economía, los esquemas salariales, las organizaciones profesionales y los sindicatos, que influencian la relación entre la instrucción/educación y el destino profesional de los y las jóvenes, y por consiguiente el tránsito hacia la edad adulta, es posible analizar algunos factores que frenan el desarrollo de una eficiente y sostenible política educativa que sea capaz de reducir las desigualdades derivadas del origen social. La implementación de políticas que reduzcan el abandono de la escuela en edad precoz y que impiden la formación de las competencias de base; Esto es de mucha importancia en una época en la que jóvenes con baja instrucción se encuentran más expuestos al paro y como consecuencia, a la exclusión social continuada. No es casual que casi la totalidad de los sistemas educativos /formativos que hemos considerado en este estudio, se prefijen como uno de los objetivos primarios, el contrarrestar los altos índices de abandono de los ciclos de instrucción post obligatorio. Las estratégias que vienen más adoptadas son: las escuelas de la segunda oportunidad, la creación de servicios de orientación y colocación laboral, la realización de programas de formación permanente, la asistencia financiera, la compensación de déficit formativo, la creación de dispositivos para el reconocimiento de las competencias adquiridas informalmente, la “peer education”, el desarrollo de proyectos que permitan identificar y ayudar categorías particulares de jóvenes considerados de riesgo (grupos étnicos, regionales o sociales). 6
Un principio que todavía no ha sido adoptado por todos los países europeos tiene que ver con la diferenciación y la flexibilidad de las instituciones educativas existentes, así como con la ampliación de la oferta de oportunidades formativas que ofrezcan la posibilidad a potenciales “drop aut” de encontrar una oportunidad educativa- formativa que se adapte a sus propios intereses y aspiraciones. Otro obstáculo que tendrá que ser removido en algunos sistemas educativos analizados, es la eliminación de las connotaciones negativas que muchos jóvenes atribuyen a los programas de formación profesional, considerados como instrucción de segunda clase respecto a la instrucción académica. En los sistemas educativos europeos analizados se han desarrollado diferentes iniciativas para readecuar la oferta a las exigencias de la nueva realidad. Las estrategias son muy diferentes: algunos lo hacen a través de la redefinición de los programas, mediante la formación en el trabajo para docentes, modernizando las técnicas de enseñanza, introduciendo nuevas tecnologías informáticas y otras acciones innovadoras. A todo esto se suman la campañas de Sensibilización que alientan a la juventud para que dentro de sus prioridades de desarrollo incluyan la adquisición de competencias profesionales avanzadas; Esto ha producido resultados positivos en el aumento cualitativo de las credenciales educativas y ha mejorado la condición de muchos jóvenes dentro del mercado laboral Los Sistemas educativos que tienen una estructura que privilegia los momentos decisivos a nivel local, que se
apoyan fundamentalmente a la red de empresas
territoriales, a las instituciones políticas de referencia local, que promueven una comunicación horizontal permanente entre funcionarios y expertos en materia, son generalmente menos estratificados y son sin dudas más eficientes de aquellos que son directamente guiados de los gobiernos centrales. Naturalmente, mejorar la calidad de la instrucción/ formación, significa establecer una profunda relación entre esta categoría y el mercado laboral. Los jóvenes y el mercado laboral Tener un trabajo estable, vivir en un país con bajos índices de paro, amplias posibilidades de movilidad laboral y buenas oportunidades de empleo, es crucial en el proceso de tránsito hacia la edad adulta. Naturalmente, para una persona joven, tener un trabajo en Europa no siempre es suficiente para lograr la independencia económica. 7
En los últimos 20 años se produjo un decrecimiento progresivo en las oportunidades de colocación
y estabilidad laboral que ha afectado
económica y socialmente a la
juventud. Los índices de ocupación y actividad laboral entre jóvenes europeos que oscilan entre 15 y 24 años es mucho más bajo, el fenómeno del paro golpea más en estas edades y menos por ejemplo entre las personas de 25 a 64 años. Los datos longitudinales muestran que el tiempo que los y las jóvenes dedican en la búsqueda del primer empleo, es muchos más prolongado que el tiempo utilizado por las personas de mayor edad. Esta situación mejora entre la juventud si examinamos los niveles actuales de paro de largo periodo, es decir, el paro que dura más de 12 meses consecutivos. Podemos afirmar que es una situación más frecuente entre adultos respecto a jóvenes. En el caso de breves periodos de paro, la situación se invierte, este fenómeno es mucho más presente en la población juvenil, sobre todo en la fase inicial de la carrera laboral. Esto es una verdad no absoluta si consideramos que el análisis longitudinal nos demuestran que la experiencia de numerosos periodos de paro de breve duración se está difundiendo entre las diferentes corte de edad. Si bien es cierto que en general, el nivel de instrucción aumenta las posibilidades de encontrar una colocación en el mercado del trabajo, los datos a nuestra disposición, indican que esto no sucede en algunos países europeos del Mediterraneo sobre todo en el caso de jóvenes que están a la búsqueda del primer empleo. Las credenciales educativas en estos países no determinan la duración del tiempo para encontrar un empleo. Esta situación es mucho más acentuada en el caso de jóvenes que buscan el primer trabajo. Otro dato negativo que nos interesa subrayar es que excluyendo el Reino Unido, las mujeres jóvenes europeas encuentran
en general
mayor dificultad para entrar
establemente en el mercado del trabajo. En los últimos dos decenios, la cuota de jóvenes europeos que han sido empleados a través de los llamados contratos atípicos está aumentando de modo exponencial. Esto significa que el nivel de garantías y estabilidad del que goza hoy una persona que entra por la primera vez en el mercado del trabajo es muy inferior a los niveles de garantía y estabilidad de las personas que iniciaron a trabajar entre 1950 y 1980. Otro dato digno de consideración, es el relativo al trabajo negro y gris. El porcentaje de personas que se encuentran en la llamada economía informal esta creciendo de generación en generación. 8
Las desigualdades intergeneracionales respecto al riesgo de encontrar trabajo precario son más evidentes en Europa mediterránea y central. En estos países, el nivel de garantías para las personas empleadas es mucho mayor, coincide que
la legislación
laboral limita la aplicación de contratos atípicos para personas en busca del primer empleo. La misma cosa sucede en el caso del trabajo gris o negro, mayores son las garantías para los trabajadores empleados, crece la probabilidad de que los y las jóvenes sean empleados en la economía informal. Hoy como en pasado, las personas jóvenes al inicio de la carrera laboral, reciben un salario inferior respecto a personas adultas con mayor experiencia. En muchos países europeos, esta situación
sigue acentuándose, los población joven continúa ganando
menos y paralelamente a eso, los sistemas de protección social siguen restringiéndose y continúan excluyendoles jóvenes como categoría social. Los crecientes niveles de paro, la reducción de las cuotas de transferencias de fondos por parte del Estado hacia jóvenes y familias, y la progresiva disminución del rédito laboral van en la dirección esperada. Los reportes sobre la condición juvenil en Europa indican que en muchos países, no existen políticas específicas para mejorar las oportunidades de empleo de la juventud. Jóvenes, bienestar económico y salud El bienestar de la juventud está determinado por el tipo de colocación en el mercado laboral y por la capacidad que tiene el estado al que pertenecen y sus respectivas familias de transferir los recursos necesarios. Para analizar estos aspectos en los diferentes estados europeos, los hemos clasificado en tres grupos en base a algunas características comunes y a algunos mecanismos a través de los cuales los/las jóvenes reciben recursos para su propio desarrollo: El primer grupo es el más numeroso, está integrado por Austria, Alemania, Francia, Irlanda, Luxemburgo, Portugal Suecia y Países Bajos. En este grupo, el mercado de trabajo es la fuente privilegiada de rédito para jóvenes, la segunda fuente de recursos es la familia y la tercera son las transferencias de recurso del Estado a través de los sistemas de protección social. En el segundo grupo se encuentra Dinamarca y Reino Unido. En estos Países, la primer fuente de entrada de recursos para la juventud es siempre el rédito de trabajo, en
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segundo lugar se colocan los transferencias de recursos estatales y por último los recursos provenientes de la familia. El tercer grupo está compuesto por Bélgica, España, Grecia e Italia. La familia es la fuente más importante para el sustento económico de los y las jóvenes, sigue en orden de importancia los ingresos obtenidos mediante el trabajo y por último los recursos provenientes del Estado. Excluyendo Bélgica, en este grupo de Países, la participación del Estado en el sustento de sus jóvenes es poco relevante. En Finlandia, el soporte económico del Estado, de la familia y del mercado del trabajo tiene igual consistencia. Como podemos observar, se evidencia una contraposición entre los países donde la transferencia de recursos a jóvenes viene efectuado sobre todo por la familia y los países donde la mayor fuente de entradas de recurso de la juventud es el mercado del trabajo. Esta contraposición está relacionada con
los modelos de formación de las
nuevas familias. Los países donde existen más probabilidades de que los y las jóvenes vivan en familias con mayores dificultades económicas son: España, Grecia, Irlanda y Portugal. Los países donde es más difusa la pobreza individual son: Alemania, Italia, España y los Países Bajos. Este fenómeno está relacionado con el modo a través del cual la población joven se independiza de las familias de origen. Como decíamos anteriormente, los niveles de fertilidad han disminuido notablemente. Estos índices negativos son muy evidentes ya sea en el grupo de edad que oscila entre los 15 y los 19, que en el grupo que va de los 20 a los 24 años. Este decrecimiento es particularmente relevante en España e Italia. Que como recordaremos, son estados donde el pasaje de recursos de las familias a sus jóvenes es mucho más relevante en relación a los demás países europeos. El estado general de salud de la juventud europea es generalmente satisfactorio. A pesar de ello, las probabilidades de muerte en jóvenes por causas relacionadas con accidentes automovilísticos, suicidios, violencia y agresiones son más elevados en relación con adultos. En este sentido, los datos confirman que los hombres son los más expuestos a los accidentes de automóvil y suicidios en relación a las mujeres. Otro flagelo que golpea a la juventud en los países examinados es el alcoholismo. es uno de los factores de mayor peligro para la juventud en Suecia, Finlandia y Dinamarca. En estos Países, las probabilidades de que hombres y mujeres jóvenes, vengan denunciadas por abuso de alcohol, es muy elevada. En Irlanda este fenómeno es más 10
frecuente en los hombres. En el resto de los países analizados, el abuso de bebidas alcohólicas, no parece estar entre los problemas particularmente graves. La droga, el alcohol, los accidentes automovilísticos, la falta y una oportuna y adecuada educación sexual, son los factores que más inciden en el deterioro de las condiciones de salud de la juventud europea. Semejanzas y diferencias en los diferentes países son el fruto de la presencia o ausencia de acciones preventivas para reducir el impacto dramático que estas situaciones provocan. La intolerancia, la xenofobia y el consumismo, no están presentes en niveles preocupantes entre la juventud. Actos de xenofobia son más frecuentes en Bélgica, Francia, Alemania y Austria y menos en el Reino Unido, Países Bajos e Irlanda. Por otra parte, los datos a nuestra disposición indican una tendencia generalizada de la población juvenil hacia el interés por valores de tipo post materialista relacionados con el mejoramiento de la calidad de la vida y no por aquellos valores de naturaleza materialista relacionados a la supervivencia y al aumento del bienestar económico. Participación y políticas de juventud en los diferentes paises europeos Las bases principales del análisis sobre la participación de la juventud en política, fueron estructuradas teniendo en consideración dos perspectivas conceptuales o tipologías de participación política: la primera viene denominada “narrow definition” o participación tradicional. Analiza la participación juvenil desde un punto de vista más limitado en cuanto a espacios de participación. Las características principales de éste tipo de adhesión, es el voto durante los sufragios locales, nacionales y a nivel europeo (parlamento europeo), la afiliación a partidos políticos, la pertenencia a organizaciones juveniles, asociaciones e instancias de representación política y social. La segunda perspectiva o broad definition aborda el tema de la participación juvenil desde una óptica más amplía, implica un involucramiento mucho más profundo de jóvenes en la red de espacios estructurales e informales presentes en la sociedad civil. Los datos e indicaciones de mayor relevancia se localizan en las ámplias formas de participación, razón por la cual, dedicamos mayor energías en su análisis. Los niveles de protagonismo político y los índices de adhesión de los y las jóvenes son directamente proporcionales a los niveles de confianza
en las instituciones. La
confianza en las instituciones disminuye, cuando éstas no ponen el centro de la atención de la población joven. 11
La participación en cualquier forma de asociación es un factor que indica los niveles generales de integración social y ciudadana. Existen notables diferencias
entre los
países con una consolidada tradición de asociacionismo juvenil y países donde este fenómeno no se ha desarrollado, este es por ejemplo el caso de los países mediterráneos. Aunque si en los últimos años las formas asociadas de participación de la juventud está en constante crecimiento. En los demás países europeos existe un mayor número de jóvenes que participan en política. Aunque si los niveles permanecen en condición estacionaria. En Bélgica, Reino Unido y Dinamarca, los porcentajes de participación juvenil están decreciendo. La variabilidad de los índices de adhesión de los y las Jóvenes provoca sustanciales cambios en la aplicación de las políticas juveniles locales, nacionales y europeas. La importancia del Servicio civil voluntario por ejemplo, que históricamente ha jugado un papel relevante en la gestión del tiempo libre de la juventud, hoy ha disminuido su importancia. Los y las jóvenes están menos interesados a adherirse a las organizaciones formales, prefieren moverse en espacios sin nexos formales en los diferentes contextos institucionales y no institucionales, prefieren participar sin ningún tipo de afiliación permanente. Una causa negativa que no beneficia la participación juvenil, es la desaparición de las redes sociales que acompañaban a los y las jóvenes en la solución de sus problemas. Esto ha traído como consecuencia, que muchas reivindicaciones juveniles sean canalizadas a través de las instituciones que ofrecen servicios y ejecutan las políticas juveniles. En todos lo Estados analizados, erogar servicios juveniles se ha vuelto muy complicado, sobre todo porque los programas y las estrategias deben de ser sistemáticamente adecuados a los constantes cambios que se producen en la cultura y en las tendencias juveniles. En todos los países analizados, los Consejos locales, regionales y nacionales son considerados como el contexto más importante de participación y de influencia política juvenil. Aunque si el modelo tradicional de funcionamiento muestra importantes limitaciones
algunas
respecto a la participación juvenil, a la representatividad y
motivación de los jóvenes. En respuesta a ello, en algunos países (con excepción de los países mediterráneos) han comenzado a promover
nuevas formas de participación
juvenil, no como alternativa a los Consejos de la juventud sino, como experimentación que permita una mayor influencia de los y las jóvenes en las decisiones políticas nacionales. Algunas de estas modalidades son: los parlamentos juveniles, los workshop y las comisiones de trabajo, los intercambios de información horizontal, etc. 12
Poca información hemos recogido sobre el tipo de participación política en sentido rígido del termino ( “narrow definition”). Algunos datos indican que entre la población joven, en especial aquellos personas que votan por la primera vez, acuden menos a las urnas respecto
a
electores
adultos.
Otro
dato
interesante
tiene
que
ver
con
la
representatividad. La categoría juvenil está sub-representada en las administraciones locales, los parlamentos regionales y nacionales. Los datos recabados revelan que la afiliación a organizaciones políticas, la inscripción a los sindicatos es muy reducida, con la excepción de los países escandinavos. Otro indicador importante de participación política es la auto colocación en el “continuum” derecha – izquierda. En mucho de los países analizados, sobre todo en los países del Mediterráneo, Austria y Luxemburgo, más de un cuarto de jóvenes no son capaces o se niegan a colocarse en el “continuum” político derecha- izquierda. Los niveles de participación política están íntimamente relacionados con los niveles de confianza en las instituciones políticas. Los niveles son muy bajos: oscilan entre el 30 y el 40% en los países Mediterráneos, Finlandia y Reino Unido. Los bajos niveles de participación juvenil en política son considerados como una seria amenaza para la democracia representativa. En algunos estados analizados, se están desarrollando importantes acciones para contrarrestar esa tendencia. En Suecia, Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Finlandia, Austria y Luxemburgo, la participación política de la juventud es hoy un área de primera importancia. Como consecuencia de ello, se han desarrollado numerosos programas con jóvenes a nivel local y nacional. Entre los más importantes, cabe destacar: el youth policy in Municipal perspective programme en Dinamarca; el tele democracy project en Finlandia, el porsgrunn model, el forum de jóvenes por la democracia
y el parlamento de jóvenes, en Noruega; el youth
Municipality of the year Award, en Suecia y el youthConsultativeCouncil en Portugal. Resulta difícil proponer programas y modelos a nivel europeo. Las diferentes investigaciones sobre la participación política juvenil los jóvenes demuestran que los intereses políticos de la juventud, están regulados por el principio de proximidad. Los y las jóvenes se muestran mucho más interesados e interesadas en las políticas locales y menos en las políticas regionales, nacionales y europeas. Como consecuencia, las iniciativas para aumentar la participación deben de estar en relación con las problemáticas e intereses juveniles que existen en el territorio.
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-1JUVENTUD, IGUALDAD Y PARTICIPACIÓN DEMOCRÁTICA EN ESPAÑA María José Díaz-Aguado Catedrática de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense de Madrid **Conferencia presentada por Belén Martínez Fernández (Equipo de Psicología Preventiva, Universidad Complutense de Madrid) 1) Sobre la necesidad de educar para la convivencia democrática Desde la década de los 90, se ha incrementado la preocupación por la necesidad de educar con mayor eficacia en la convivencia democrática, de forma que los/as jóvenes puedan apropiarse del bagaje acumulado, en este sentido, por las generaciones anteriores, y tomar el relevo en la superación de los complejos y cambiantes obstáculos que la construcción de la democracia supone en la actualidad. Como reflejo de la preocupación y del consenso existente en la Unión Europea sobre este tema, cabe destacar, por ejemplo, que en la Conferencia de Ministros de Educación celebrada en Madrid en marzo de 1994 se adoptara, en este sentido, una Resolución sobre la educación para la democracia, en la que se reconoce: 1) El riesgo que para la democracia en Europa representan determinados problemas que han aumentado en los últimos años, como el extremismo político, la intolerancia y la violencia. 2) La apatía de muchos jóvenes y adultos hacia el proceso político. 3) El importante papel que la educación debe desempeñar, ayudando a los jóvenes a desarrollar: la motivación, el conocimiento y las habilidad para mejorar las instituciones democráticas, así como la capacidad para formarse sus propios juicios, evitando la manipulación de los puntos de vista extremistas y de la información sesgada. 4) La necesidad de una aproximación coherente y rigurosa para educar en la participación democrática. Educación que debe comenzar lo antes posible y utilizar tanto las posibilidades que ofrece el currículum formal como las actividades extra-curriculares, incluyendo contactos con las organizaciones que trabajan en derechos humanos. 5) La necesidad de que la escuela sea una comunidad democrática, que proporcione oportunidades para el dialogo y la participación de los alumnos, muestre consideración y respeto por todos sus miembros y rechace todas las formas de intolerancia, y en particular el racismo y el sexismo. La eficacia de los programas de educación democrática depende del compromiso y de las habilidades de las personas que tienen que llevarlos a cabo. Y para favorecerlos es preciso proporcionarles el apoyo y la formación que resulten necesarios
-2(Conferencia Europea de Ministros de Educación, sesión 18, Madrid, 23-24 de marzo de 1994).
2) Cambios sociales y nuevas necesidades educativas La actual Revolución, a la que solemos dar el calificativo de Tecnológica, provoca cambios de tal magnitud en todas las esferas de nuestra vida (familia, trabajo, ocio....), que simbólicamente resulta acertada su coincidencia con el cambio de milenio; con la representación del fin de una época y el comienzo de otra. Cambios que se caracterizan por las fuertes contradicciones y paradojas, entre: 1) La dificultad para comprender lo que sucede frente a la gran cantidad de información disponible. 2) La ausencia de certezas absolutas frente al resurgimiento de formas de intolerancia que se creían superadas. 3) La necesidad de relacionarnos en un contexto cada vez más heterogéneo frente a la presión homogeneizadora y la incertidumbre sobre nuestra propia identidad. 4) La eliminación de las barreras espaciales en la comunicación frente a un riesgo cada vez más grave de aislamiento y exclusión social. Estos cambios influyen de forma decisiva en el tema que aquí nos ocupa, al modificar las condiciones en las que pueden ejercerse los derechos y deberes que implica la ciudadanía democrática, y dificultar el proceso de construcción de la identidad, especialmente entre los/as jóvenes. Para comprender cómo afectan los actuales cambios sociales a la educación, conviene tener en cuenta, además, que obligan a realizar transformaciones de similar envergadura en las dos principales instituciones educativas creadas en la anterior Revolución, la Industrial, la familia nuclear y la escuela tradicional, caracterizadas ambas por su aislamiento del mundo exterior. •
La familia nuclear se aisló de la familia extensa, especializándose en el cuidado de los/as hijos/as, en torno a una figura, la madre, aislada también de lo que sucedía más allá del reducido mundo privado en el que transcurría su vida.
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La escuela tradicional, que se extendió a sectores cada vez más amplios de la población. Estructurada en torno a la homogeneidad y fuertemente jerarquizada, alrededor de la autoridad incondicional del profesor. En la que los/as alumnos/as que no encajaban con lo que se esperaba del alumno medio eran excluidos de ella.
-3Como ejemplo de la necesidad de adaptar la educación a las exigencias de la sociedad actual, cabe considerar el incremento de las dificultades que el profesorado de secundaria describe en los últimos años, como falta de motivación en el alumnado, indisciplina e incluso violencia, estrechamente relacionado con el incremento del sentimiento de fracaso escolar que se detecta entre los/as alumnos/as. Ambos reflejan que los mecanismos tradicionales de control, como el currículum oculto basado en la obediencia incondicional al profesorado, ya no funcionan, probablemente porque su contradicción con los valores democráticos, sea hoy, en la sociedad de la información, más evidente e insostenible que nunca. 3) La construcción de la identidad en la juventud Para comprender cómo afectan los actuales cambios sociales a las/os jóvenes conviene tener en cuenta que su tarea básica es construir una identidad diferenciada, elaborar su propio proyecto vital, averiguando qué quieren hacer con su vida. Tarea que origina un alto nivel de incertidumbre que, sumado al que implican los actuales cambios sociales, puede resultar para algunos/as jóvenes muy difícil de soportar; especialmente cuando no han desarrollado tolerancia a la incertidumbre, cuando no han aprendido a vivir el conflicto, la duda, como un elemento necesario para crecer, cuando se les ha educado como si existieran certezas, verdades, absolutas. La tendencia de algunos jóvenes a construir una identidad contraria a los valores democráticos, identificada con el autoritarismo, el racismo y la violencia, experimentó un importante incremento en distintos países europeos a principios de los 90, de forma paralela a los vertiginosos cambios producidos a partir de entonces en aspectos críticos para la construcción de la identidad, que originaron un alto nivel de incertidumbre. Los estudios realizados sobre la violencia racista y xenófoba producida en esta década reflejan que los agresores han sido con frecuencia adolescentes varones de edades comprendidas entre los 15 y los 20 años, que han abandonado la escuela o que tienen importantes dificultades en dicho contexto. El análisis de los casos denunciados en Alemania, uno de los países que sufre este problema con mayor frecuencia, refleja que en el Este, donde los cambios sociales han sido mayores, se producen el triple de crímenes racistas que en el Oeste . La personalidad de dichos jóvenes coincide en muchos casos con la descrita desde los estudios realizados después de la II Guerra Mundial con el objetivo de descubrir las características de las personas más vulnerables al fascismo, en el que encontraron una estructura general de personalidad, la personalidad autoritaria, que subyace a las formas más extremas de intolerancia; y que se caracteriza por la tendencia a percibir la realidad de forma rígida (en términos de blanco-negro) y estereotipada, reduciendo las diferencias sociales a diferencias biológicas y rechazando todo lo que se percibe débil o diferente. A dicha personalidad subyace una profunda inseguridad personal, la incapacidad para soportar la ambigüedad (ante la que se reacciona con categorías extremadamente simples), y el sentimiento de haber sido injustamente tratado desde la infancia, problemas que parecen estar estrechamente relacionados con una educación rígida y/o caótica, la ausencia de modelos empáticos y la ineficacia de los adultos encargados de cuidar al niño
-4para enseñarle a respetar negligencia.
límites sin caer en el autoritarismo ni en la
3.1. La construcción de la identidad desde una perspectiva psicológica La tarea fundamental de la juventud es la construcción de la propia identidad, la elaboración de un proyecto vital en función del cual tomar decisiones que van a ejercer una gran influencia en el resto de la vida. Desde un punto de vista psicológico, se destaca que para resolver esta tarea adecuadamente son necesarios dos requisitos básicos: 1) Que sea el resultado de proceso de búsqueda personal activa y no una mera copia o negación de una identidad determinada. En dicho proceso el/la joven se plantea distintas posibilidades, duda entre varias alternativas y busca activamente información sobre cada una de ellas (sobre cómo viven y trabajan personas que las representan, o comparando las diferencias existentes entre los partidos políticos, por ejemplo). La construcción de la identidad surge después de dicho proceso, durante el cual el/la joven puede experimentar cierta inestabilidad. 2) Y que permita llegar a un nivel suficiente de coherencia y diferenciación, integrando: a) la diversidad de papeles que se han desempeñado y se van a desempeñar; 2) la dimensión temporal (lo que se ha sido en el pasado, lo que se es en el presente y lo que se pretende ser en el futuro); 3) lo que se percibe como real y como posible o ideal; 4) la imagen que se tiene de uno/a mismo/a y la impresión que se produce en otras personas (iguales, adultos, familia...). El logro de una identidad positiva y diferenciada, que favorezca el compromiso personal y constructivo con las respuestas que uno/a mismo/a ha dado a dichas preguntas, suele comenzar a lograrse en torno a los 21-23 años, edad en la que disminuyen una serie de problemas (como la apatía o las dificultades para comprometerse) estrechamente relacionados con la crisis de identidad, y que podrían explicar algunos de los resultados que se obtienen en los estudios sociológicos sobre la participación democrática en dichas edades; como la mayor tendencia a la abstención, las continuas dudas e indecisiones sobre a qué partido votar, o el elevado desinterés por la política) características de la adolescencia, que suelen disminuir sensiblemente a partir de los 21 años (Mateos, 2001) y cuando comienza la vida laboral (Martín Serrano y Velarde Herminda, 2001). Desde esta perspectiva, la desubicación política podría ser considerada como una consecuencia del cuestionamiento que supone la construcción de una identidad propia, e interpretada como un indicador positivo siempre que vaya acompañada de un proceso activo de búsqueda. Proceso que parece favorecerse cuando el entorno que rodea al joven cumple determinadas condiciones. “Los jóvenes socializados en un entorno familiar donde la política está presente (dicen que en su casa se habla “con mucha frecuencia” o “de vez en cuando” de política) manifiestan un grado de interés político entre 12 y 29 puntos más elevado que la media de la población juvenil; por el
-5contrario, entre los que “prácticamente nunca hablan de política en su familia” un 66% no está en absoluto interesado por la política. Estamos, pues, ante un elemento de primer orden en el desarrollo de las orientaciones políticas que debería analizarse más en profundidad, ampliándose a otras dimensiones de ciudadanía y a otros ámbitos de socialización como la escuela o los grupos de pares en los que están insertos los jóvenes” (Morán y Benedicto, Jóvenes y ciudadanos, 2001, pp. 150-151). Conviene tener en cuenta, además, que no todas las personas resuelven adecuadamente la tarea de construir una identidad diferenciada y coherente. La crisis de identidad puede producir una serie de respuestas que reflejan cierto desequilibrio temporal, y que cuando se prolongan en exceso coinciden con las respuestas inadecuadas a dicha tarea, entre las cuales cabe destacar: 1) La difusión de identidad, ignorando quién se es o hacia donde se va. Problema que se detecta por: la ausencia de objetivos y la apatía, la incapacidad de esforzarse con cierta intensidad o durante un tiempo prolongado en una determinada dirección, la dificultad para decidir o para comprometerse con las propias decisiones. 2) La fijación prematura de identidad, es el extremo opuesto al problema anterior. En esta condición, que limita considerablemente las posibilidades de desarrollo del individuo y su compromiso a largo plazo con los valores adoptados, se pueden tener proyectos y objetivos claramente definidos, pero estos no son el resultado de una búsqueda personal entre distintas alternativas, sino la consecuencia de una presión social excesiva y/o de su propia dificultad para soportar la incertidumbre que genera el cuestionamiento de una identidad proporcionada por otras personas. Los/as jóvenes que establecen sus proyectos vitales de forma prematura, sin crisis ni cuestionamiento de una opción propuesta por otra persona (y que suelen decir haber elegido incluso desde su infancia) pueden parecer con más tranquilidad y equilibrio que sus compañeros/as cuando atraviesan por dicha crisis. 3) La identidad negativa, se produce cuando resulta muy difícil la búsqueda de alternativas constructivas a una determinada identidad convencional (la que proponen los padres o la sociedad, por ejemplo), pero no se quiere seguir dicha propuesta, sino que se reacciona contra ella, negándola. El resultado de dicho proceso suele ser también muy estereotipado y limita considerablemente el desarrollo del individuo, puesto que éste suele producirse en referencia a una determinada identidad aunque en sentido contrario. Una buena parte de las conductas destructivas que presentan algunos adolescentes pueden ser una consecuencia de su identidad negativa. Cuando este condición queda como estilo permanente de identidad puede producir graves problemas tanto para el propio individuo como para los demás. En este sentido, cabría considerar con frecuencia a los jóvenes que se identifican con la destrucción de la democracia, y la negación de los valores en los que se fundamenta.
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Para comprender cómo es la construcción de la identidad en la juventud actual, es preciso tener en cuenta, además, que esta etapa representa el período evolutivo en el que más influyen los cambios sociales, tanto desde un punto de vista cuantitativo (en su duración) como cualitativo, como se refleja en los estudios sociológicos que se resumen a continuación. 3.2. Identidad y actitudes hacia la democracia en los/as jóvenes españoles desde una perspectiva sociológica Los estudios sociológicos publicados en los últimos años destacan una serie de características de la juventud actual, como sus dificultades en el proceso de emancipación, escasa orientación hacia el futuro y desinterés por lo colectivo, que conviene tener en cuenta en el debate sobre ciudadanía democrática y juventud. Como expresión de dichas características, se incluye a continuación un resumen de las más significativas respecto al tema que aquí nos ocupa, tal como se describen en el Informe del INJUVE “Juventud en España. 2000” (Martín Serrano y Velarde Hermida, (2001): 1) La felicidad como ausencia de responsabilidades y las dificultades de incorporación al mundo de los adultos. La infancia es considerada como la etapa más feliz de la vida debido a la ausencia de responsabilidades. (El 44% la considera la etapa más feliz; y el 48% como una etapa igual de feliz que otra/s). Esta tendencia aumenta entre los chicos y entre los que han comenzado a asumir obligaciones laborales y familiares, que son percibidas como la principal amenaza contra la felicidad. Concepto claramente contrapuesto al que tuvieron sus padres cuando eran jóvenes, mucho más orientados a incorporarse a las responsabilidades adultas. No es de extrañar, por tanto, que en 2000 los/as jóvenes retrasen en tres años el momento en que consideran que comienza la edad adulta, que sitúan en los 33 años y ocho meses. Mientras que en 1990 lo situaban en los 30 años y medio. Como los autores del estudio señalan, la actitud que los/as jóvenes actuales mantienen hacia las responsabilidades adultas están estrechamente relacionadas con las dificultades y retraso de su incorporación a dicho rol. Conviene tener en cuenta, en este sentido, que la edad promedio de emancipación se sitúa en los 25 años y 5 meses. 2) Relevancia de las relaciones interpersonales y escaso interés por lo colectivo. En relación a lo anteriormente expuesto cabe considerar también que el 89% de las/os jóvenes responda que es bastante o muy feliz, y que destaque como base fundamental de dicha felicidad la vida afectiva, siendo muy escasa la satisfacción con las tareas profesionales o el estudio, que parece ser fuente de fracasos y decepciones con bastante frecuencia. En 1996 el 25% de las/os entrevistadas/os destacaba el estudio-trabajo como la causa fundamental de felicidad; cifra que baja en el 2000 al 7%. Resulta significativa también la disminución del entusiasmo que despiertan los asuntos colectivos, elegidos como fuente de felicidad en 2000 solo por el 1%, y en 1996 por el 8%. 3) El fracaso en los estudios y la incertidumbre sobre el futuro laboral como principales fuentes de preocupación. Junto a los datos mencionados en el
-7párrafo anterior, hay que considerar que la respuesta más frecuente (dada por el 35%) sobre cuál es el problema personal que más le preocupa, sea la ocupación y la responsabilidad profesional (estudio-trabajo), porcentaje que sube en 10 puntos respecto al de 1991, momento en que la respuesta más frecuente (del 30%) consistía en decir que no había ningún problema personal que le preocupara (respuesta que ahora elige el 33%). La preocupación por los asuntos colectivos ha descendido de forma muy significativa, puesto que mientras en el año 1991 los señalaban como lo más relevante el 14% de los/as jóvenes, en 2000 solo lo señala el 1%. 4) El presentismo como reacción a la incertidumbre y al fracaso. La mayoría de los/as jóvenes (el 66%) está de acuerdo con la idea de que “el futuro es tan incierto que es mejor vivir al día”. Actitud que es compartida por un porcentaje muy similar a lo largo de la última década; y que parece estar estrechamente relacionada con la falta de perspectivas de futuro, puesto que dicha actitud disminuye cuando: 1) se superan los estudios primarios y, sobre todo, cuando se alcanzan los universitarios; 2) no se tienen sentimientos de fracaso escolar; 3) se leen 5 o más libros al año; 4) no se ocupa mucho tiempo viendo la televisión; 5) y a partir de los 21 años. 5) Riesgo de exclusión y fracaso escolar. La experiencia de fracasar en el colegio o el instituto está muy extendida, puesto que afirma haberla vivido el 38%; cifra que supera bastante a la de los que afirman haber tenido una experiencia similar en la Universidad (el 23%). Para valorar el significado del fracaso en los primeros niveles educativos conviene tener en cuenta que está estrechamente relacionado con el abandono prematuro de los estudios, y que el sentimiento de fracaso es más frecuente: 1) entre los chicos; 2) entre los que son adolescentes en el momento de realizar la encuesta; 3) y tanto más frecuente cuanto menor es el estatus socioeconónimo. La integración de estos resultados con los que se resumen en el apartado anterior ayuda a entender qué condiciones incrementan en la actualidad la dificultad de los/as jóvenes para apropiarse de su futuro. Conviene tener en cuenta, además, que el concepto de fracaso escolar más extendido lo atribuye a problemas individuales, con una conciencia muy escasa de la influencia que las causas sociales o el sistema escolar pueden tener sobre este problema. 6) Las discriminaciones sexistas disminuyen pero no desaparecen. El 36% de las jóvenes afirma haberse sentido discriminada alguna vez por el hecho de ser mujer. Y la mayor proporción de quienes declaran ese sentimiento, se refiere a la discriminación que han experimentado de sus padres y madres en el hogar familiar (el 20%). Frente al 15% que declara haberse sentido discriminada en el empleo, el 10% en los estudios y el 7% con la pareja. Como reflejo de que las discriminaciones sexistas han disminuido pero no desaparecido cabe considerar, además, que un porcentaje bastante alto de hombres jóvenes reconozca que no participa nunca en limpiar la casa (el 44%), cuidar hijos o hermanos (el 28%) o hacer la cama (el 18%). Respecto a las expectativas sobre el futuro, cabe resaltar que el 90% de las jóvenes desea trabajar fuera de casa (sólo el 10% no lo desea). A diferencia de lo que sucede con ellos, un número importante de mujeres, se plantea la necesidad de que el trabajo fuera de casa resulte compatible con su vida familiar. Y para
-8conseguirlo, el 35% prefiere un trabajo a tiempo parcial, debido a que consideran que “las mujeres cumplen una función imprescindible en el cuidado de hijas/os; al menos durante los primeros años”. El 59% de las encuestadas piensan que es negativo que las madres trabajen fuera de casa si tienen hijos menores de seis años. Parece, por tanto, que aunque hay un considerable avance en las expectativas hacia la igualdad entre hombres y mujeres, algunos de los principales obstáculos que tiene la democracia actual, como el techo de cristal, que impide a los mujeres acceder en condiciones de igualdad a los puestos desde los que se organiza la sociedad, y poder establecer una democracia paritaria, no van a desaparecer automáticamente con el relevo generacional. 7) La tendencia a identificarse con lo local. Como reconocen los autores del informe, “uno de los cambios más significativos en las señas de identidad de las generaciones juveniles, es el aumento de personas localistas, frente a la reducción de la identificación más cosmopolita”. En 2000, solo el 15% afirma sentirse ciudadano del mundo, Europa o cualquier lugar, frente el 60% que afirma identificarse principalmente con su entorno más inmediato (su pueblo, ciudad o provincia); porcentaje que en 1996 se situaba en el 51%. Este tipo de identificación localista es más frecuente entre quienes solo tienen estudios primarios, y entre las viejas clases medias (con más dificultad para adaptarse a los actuales cambios sociales). 8) Actitudes hacia el sistema democrático, la violencia y el racismo. Ha disminuido el porcentaje de los/as jóvenes que manifiesta su acuerdo con que “en determinadas circunstancias puede ser preferible un régimen autoritario, como una dictadura, a una democracia”; siendo en 2000 de un 3% frente al 7% de 1997; incrementándose el de los que consideran explícitamente que la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno (en 2000 un 79%, frente al 75% en 1997). La identificación con la democracia aumenta con: la edad (sobre todo a partir de los 21 años) y el nivel de estudios. Y disminuye con el hecho de estar en paro, dedicarse solo a las tareas domésticas y pertenecer a clases sociales con dificultades de adaptación a los actuales cambios (antiguas clases medias y obreros no cualificados). Esta disminución de actitudes autoritarias resulta coherente con la que también se observa respecto a otras creencias antidemocráticas, como la aceptación de la violencia para resolver conflictos políticos o sociales. En este sentido, cabe considerar, por ejemplo, la actitud más bien favorable a la “formación de grupos de autodefensa y si fuera necesario al recurso a la violencia para limpiar la calle de traficantes, camellos y drogadictos”, que expresa un 65% en 1996 y un 39% en 2000. Como reflejan estos datos, aunque se ha producido un avance en el rechazo a la violencia, su prevención debe ser todavía un objetivo prioritario. Los autores alertan, en este sentido, sobre la estrecha relación que se observa entre rechazo a la democracia y racismo, así como sobre la necesidad de adoptar medidas que eviten el incremento de ambos problemas, que podría producirse en el futuro, como está sucediendo en otros países de nuestro entorno. Además de las características anteriormente expuestas, otras condiciones que incrementan el riesgo de racismo son: ser varón, con sentimiento de haber fracasado en el sistema escolar, no leer y pasar mucho tiempo viendo la televisión.
-98) El asociacionismo con fines reivindicativos o políticos está poco extendido. Los porcentajes de participación asociativa están estabilizados desde 1988, y se sitúan en torno al 65%, aunque en la mayoría de los casos se orientan hacia objetivos recreativos y deportivos, siendo mucho menores los de participación en asociaciones de carácter reivindicativo o político. Pudiéndose destacar, como ejemplo del nivel de la participación en este sentido, los siguientes: en organizaciones destinadas a mejorar el bienestar social (15%), en torno a los derechos humanos (6%), en organizaciones pacifistas (2%), ecologistas (5%), feministas (2%), sindicatos (5%) y partidos políticos (4%). 4) Los desafíos de la democracia actual En función de los datos anteriormente expuestos, cabe destacar dos retos de nuestra democracia actual que afectan de una forma especial a los/as jóvenes, y sobre los que conviene reflexionar aquí: el desarrollo de la democracia participativa, y el avance hacia la igualdad y el empowerment de los colectivos en desventaja, incrementando su protagonismo en las decisiones que les afectan. De la democracia representativa a la participativa Con el término democracia representativa suele hacerse referencia al sistema mediante el cual el poder, que emana del pueblo, es ejercido por personas designadas a través de elecciones democráticas, en función del principio de una persona un voto, en el que se refleja uno de sus principales ideales: la igualdad. El término democracia participativa suele utilizarse para hacer referencia a un sistema ideal de organización de la sociedad que va más allá de la elección democrática de los gobernantes, distribuyendo al máximo el poder entre los ciudadanos (sin limitarlo al periodo electoral), permitiendo el protagonismo y la actividad de todos sus miembros para mejorar la vida de la comunidad. "La participación, desde la perspectiva del desarrollo humano, es al mismo tiempo un logro y un fin. (...) El logro de una democracia significativa y duradera dista mucho de ser sencillo.(...) exige un sistema político efectivo y abierto (...) instituciones fuertes (como una prensa libre) y una diversidad de organizaciones no gubernamentales. La democracia no es algo que se pueda lograr de un día para otro. Igual que el crecimiento económico significa poco, salvo que se refleje en una mejora de las vidas humanas, también la democracia puede constituir un ritual vacuo de elecciones periódicas, salvo que el pueblo participe, plenamente y con entusiasmo, en todas las instituciones de una sociedad civil. Las elecciones constituyen una condición necesaria, pero desde luego no suficiente, para la democracia. La participación política no consiste sólo en emitir votos. Es una forma de vida" (Kaul,I. Extracto del Informe sobre el desarrollo humano 1993). Existe actualmente en nuestra sociedad una fuerte demanda de avanzar más allá de la democracia representativa para desarrollar la democracia
-10participativa. La importancia que están adquiriendo actualmente los movimientos de participación ciudadana y las Organizaciones No Gubernamentales, refleja un considerable progreso en este sentido, aunque es necesario desarrollar estos mecanismos mucho más. También es elevado el consenso en destacar este avance hacia la democracia participativa como una de las principales condiciones para desarrollar la identificación del conjunto de la ciudadanía, y especialmente de la juventud, con el sistema democrático. Empowerment, igualdad y lucha contra la exclusión En diversos foros internacionales sobre los nuevos retos de la democracia, como la IV Conferencia Mundial sobre las Mujeres organizada por Naciones Unidas en Pekín en 1995 o el Proyecto Educación para la Ciudadanía Democrática del Consejo de Europa, se destaca el empowerment (traducido como fortalecimiento o empoderamiento) como uno de los conceptos claves en este ámbito. Con el cual se pretende hacer referencia a la necesidad de incrementar el protagonismo de los colectivos en desventaja para participar en las decisiones que les afectan; y en el que cabe diferenciar, además de una dimensión colectiva, estrechamente relacionada con el avance hacia la democracia participativa, una dimensión individual de gran relevancia, referida a la capacidad de cada individuo para controlar y decidir su propia vida. En apoyo de la relevancia de dicho concepto cabe considerar también los resultados obtenidos en los estudios sociológicos sobre la juventud española anteriormente expuestos, en los que se observa una estrecha relación entre falta de proyecto futuro, desinterés o rechazo hacia la democracia y una serie de problemas relacionados con la exclusión, como son: haberse sentido fracasar en la escuela, abandonarla pronto, pertenecer a grupos sociales con dificultades de adaptación a los actuales cambios sociales o estar en paro. En esta misma dirección, se orienta el Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre la educación para el siglo XXI presidida por J. Delors (1996), al destacar la necesidad de luchar de forma más activa y eficaz contra el fracaso escolar y la exclusión con la que se relaciona: "Muchos países, sobre todo entre los países desarrollados, padecen en la actualidad un fenómeno muy desconcertante para las políticas educativas: paradójicamente la prolongación de la escolaridad ha agravado más que mejorado la situación de los jóvenes socialmente más desfavorecidos o en situación de fracaso escolar. Incluso en los países en los que los gastos de educación figuran entre los más elevados del mundo, el fracaso y la deserción escolares afectan a una proporción considerable de alumnos. Producen una división entre dos categorías de jóvenes, que resulta tanto más grave cuanto que persiste en el mundo laboral. (...) Generador de exclusión, el fracaso escolar es en muchos casos el origen de algunas formas de violencia o de extravíos individuales. Estos procesos que desagarran el tejido social hacen que se denuncie a la escuela como factor de exclusión social y al mismo tiempo que se la
-11solicite con insistencia como institución clave de integración o reintegración. Los problemas que plantean a las políticas educativas son especialmente difíciles; la lucha contra el fracaso escolar debe ser, por tanto, un imperativo social (p. 61). Para luchar contra la exclusión y ayudar a afrontar los actuales cambios sociales, es preciso incrementar la eficacia de las instituciones educativas para promover la cohesión y el vínculo social, favoreciendo la participación y distribuyendo el protagonismo. "La cohesión de toda sociedad humana procede de un conjunto de actividades y proyectos comunes, pero también de valores compartidos, (...) (de los que se deriva) la voluntad de vivir juntos. Con el tiempo esos vínculos se enriquecen y se convierten en la memoria individual y colectiva (...) que origina el sentimiento de pertenencia y de solidaridad En todo el mundo, la educación en sus distintas formas, tiene por cometido establecer entre los individuos vínculos sociales procedentes de referencias comunes (...) estos distintos modos de socialización están sometidos a una dura prueba (...) por la desorganización y la ruptura del vínculo social. (...) Una primera observación (en este sentido) se refiere a la agravación de las desigualdades, sumada a la intensificación de los fenómenos de pobreza y exclusión. (...) Confrontada a la crisis del vínculo social, la educación debe asumir la difícil tarea de transformar la diversidad en un factor positivo de entendimiento mutuo entre los individuos y los grupos" (pp. 55-56). 5) Propuestas de educación para la ciudadanía democrática Las propuestas que a continuación se incluyen proceden del trabajo de investigación-acción llevado a cabo durante los últimos años sobre educación para la ciudadanía democrática (Díaz-Aguado, Dir., 1996, 1998, 2001, 2002), así como de las elaboradas en dos contextos internacionales, dentro del Proyecto Educación para la Ciudadanía Democrática del Consejo de Europa (1998-1999) y en la Conferencia de la Unión Europea sobre Educación, integración y ciudadanía, celebrada en Oporto en 2000: 1) Es preciso incrementar el “empowerment” de los/as jóvenes desde todas las instituciones educativas, para favorecer el desarrollo de su propio proyecto vital, de forma que cada individuo pueda desarrollar el poder de controlar y decidir su propia vida: decidiendo objetivos y medios para alcanzarlos, incrementando la capacidad de esforzarse por conseguirlos, superando los obstáculos que con frecuencia surgen en dicho proceso.... Uno de los principales obstáculos que es preciso superar, en este sentido, es la frecuente experiencia de fracaso escolar que viven los/as jóvenes en los últimos años, que representa uno de los principales antecedentes de la exclusión que probablemente vivirán fuera de la escuela y a través de la cual suelen reproducirse las desigualdades existentes en función de la familia de
-12origen. Conviene tener en cuenta que el sentido del proyecto mejora la calidad de la vida de las personas así como su capacidad para comprometerse con los valores elegidos y disminuye el riesgo de identificarse con la negación de los valores democráticos. 2) Para adaptar la escuela a los actuales cambios sociales y para que pueda desempeñar con éxito el papel que le corresponde en la educación para la ciudadanía democrática, ésta debe extenderse a todas las actividades que tienen lugar en la escuela; porque a través de todas ellas se transmiten (bien, regular o mal) las normas y los papeles que los escolares ejercerán fueran de ella. Por lo que no parece conveniente limitar la educación para la ciudadanía a una materia o a un determinado momento del horario escolar. Tomar conciencia de esta realidad debe ayudar a detectar y superar posibles contradicciones entre las normas y los papeles necesarios para una ciudadanía democrática y los que a veces puede estar transmitiendo la escuela. Y para superar algunas de las contradicciones más frecuentes que suelen detectarse, en este sentido, conviene dar al alumnado más protagonismo en su propio aprendizaje. 3) Las instituciones educativas deben ser democráticas, porque la democracia se aprende con la práctica. Conviene, en este sentido, avanzar más allá de la democracia representativa (existente en muchos contextos) desarrollando la democracia participativa, proporcionando a la infancia y a la juventud experiencias que hagan realidad los viejos ideales de la democracia: la libertad, la igualdad y la fraternidad; sin olvidar este último. Para lo cual es necesario que cada individuo sea reconocido y respetado por los demás, para sentirse un miembro importante de la comunidad a la que pertenece. Y conviene no olvidar que esta necesidad afecta también a las personas que tienen la responsabilidad de educar. 4) La ciudadanía democrática exige aprender a ejercer derechos y deberes de forma democrática. Y para conseguirlo conviene tener en cuenta que aunque se ha avanzado en el rechazo al autoritarismo, y en la conciencia de la posibilidad de exigir los propios derechos, debe avanzarse de igual manera en la comprensión de que dichos derechos suponen el deber de respetar los derechos de los demás. Conciencia que es preciso incrementar de forma democrática, favoreciendo que la infancia y la juventud participe activamente en la elaboración y aplicación de las normas que rigen la vida en común y de las medidas que será preciso emplear cuando no se cumplan. En otras palabras, para que la infancia y la juventud pueda apropiarse del significado del contrato social de la democracia conviene que desde las instituciones educativas participen activamente en los distintos tipos de poder que lo definen: •
El poder legislativo, elaborando las normas que regulan la vida en común y la definición de los deberes y los derechos de los individuos que forman parte de la comunidad.
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El poder ejecutivo, a través del cual llevar a la práctica dichas normas y tomar las decisiones que hagan posible el ejercicio de los deberes y derechos previamente definidos.
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El poder judicial, encargado de aplicar las sanciones cuando existen graves transgresiones a las normas de convivencia.
Tanto los estudios científicos como las diversas experiencias educativas analizadas en los dos foros internacionales anteriormente mencionados, reflejan que cuando los/as niños/as y los/as jóvenes participan activamente en todo lo relacionado con las normas de convivencia se comprometen mucho más con su cumplimiento que si no han participado en ellas. 5) La educación para la ciudadanía debe enseñar a resolver conflictos, y aplicar esta enseñanza a los conflictos que surgen en la vida cotidiana, asumiendo que éstos forman parte inevitable de la vida; y que cuando se tratan desde un enfoque constructivo pueden convertirse en el motor del desarrollo, facilitando la adaptación a los actuales cambios sociales, pero que cuando no se resuelven suelen deteriorar la calidad de la vida e incrementar el riesgo de conductas y actitudes destructivas. Para enseñar a resolver conflictos es conveniente establecer contextos normalizados, en los que el tratamiento de los conflictos no resulte amenazador para nadie, y en los que de forma periódica todos y todas puedan expresar las tensiones y resolver los conflictos cotidianos de forma constructiva (a través del diálogo, la negociación, la mediación...). 6) La eficacia de la educación para la ciudadanía democrática mejora cuando también lo hace la calidad de la vida de todas las personas que en ella participan; conclusión que afecta no sólo a la calidad de la vida de la juventud sino también a la calidad de la vida de las otras personas que participan en el proceso educativo. Conviene tener en cuenta, en este sentido, que la mayoría de los comportamientos destructivos que surgen en contextos educativos son de naturaleza reactiva, y que su riesgo se incrementa cuando el nivel de tensión, de estrés, que en dichos contextos se vive supera la capacidad para afrontarlo sin violencia. Por eso, para prevenirla conviene: 1) desarrollar habilidades para afrontar el estrés, la incertidumbre, la tensión, (como las habilidades para la vida, incluidas dentro del currículum escolar en diversos países europeos) sin reaccionar destructivamente; 2) y reducir la tensión y el estrés (mejorando la calidad de la vida) de todas las personas que participan en la educación. 7) La ciudadanía democrática se basa en un conjunto de valores, como el respeto a los a los derechos humanos, que es preciso promover, combatiendo las representaciones que los destruyen; entre los cuales cabe destacar: •
El rechazo a la violencia en todas sus manifestaciones y el desarrollo de condiciones que permitan expresarse y resolver conflictos sin recurrir a ella. Extendiendo dicha crítica a la utilización de la violencia en sus formas cotidianas más habituales y permitidas, como la violencia entre iguales o el castigo físico.
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El desarrollo de la tolerancia como un requisito imprescindible del respeto a los derechos humanos, sensibilizando sobre la necesidad de proteger especialmente, en este sentido, a las personas que se perciben diferentes o en situación de debilidad, situación en la que cualquier persona puede encontrarse.
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La superación de los estereotipos sexistas, y especialmente de la asociación de la violencia con valores masculinos y la sumisión e indefensión con valores femeninos, sensibilizando contra todas las manifestaciones de la violencia de género.
8) Es preciso contrarrestar la negativa influencia que la excesiva exposición a la televisión parece tener sobre los valores democráticos en algunos/as jóvenes, favoreciendo que desarrollen una actitud reflexiva y crítica hacia todos los mensajes que reciben, incluidos los que ven en la televisión. Y para ello conviene incorporar documentos audiovisuales, adecuadamente seleccionados, en la educación para la ciudadanía democrática. Los estudios científicos llevados a cabo, en este sentido, reflejan que dichos documentos pueden ser de gran eficacia, como complemento de extraordinario valor junto a otros instrumentos (los textos, las explicaciones de personas expertas, las discusiones entre jóvenes...). 9) Todas las innovaciones necesarias para educar la ciudadanía democrática exigen contar con condiciones que permitan a los agentes educativos llevarlas a cabo. Conviene tener en cuenta, en este sentido, la necesidad de favorecer que el profesorado adquiera las habilidades necesarias para conseguirlo, a través de las cuales sustituir el tradicional papel de autoridad incondicional, basado en el poder coercitivo, por el de autoridad democrática, basado en el poder referente y legítimo. Para lo cual puede resultar muy eficaz su cooperación con otros agentes sociales, como los procedentes del Movimiento Asociativo Juvenil, con experiencia en el desarrollo de la democracia participativa, estableciendo contextos cotidianos que permitan adaptar la educación a las exigencias de la sociedad actual. 10) La educación para la ciudadanía democrática exige poner en marcha nuevas y más estrechas formas de colaboración entre los distintos contextos educativos; por ejemplo: abriendo la escuela a las ONGs, a través de la cooperación entre dichos agentes y la administración local, estableciendo un nuevo modelo de cooperación escuela-familia, basado en el respeto mutuo (respecto al papel que cada agente educativo desempeña), orientando la colaboración entre estos distintos agentes hacia la búsqueda conjunta de soluciones para afrontar mejor un problema compartido: adaptar la educación a las exigencias de una sociedad que pretende avanzar en la democracia, y en la que las principales instituciones educativas, caracterizadas hasta ahora por su aislamiento, ya no están ni pueden estar aisladas.
-15Referencias bibliográficas ADORNO, T.W.; FRENKEL-BRUNSWICK, J.; LEVINSON, (1950) The Authoritarian Personality. New York: Harper and Row. BJORGO Y WITTE, (Eds.) (1993) Racist violence in Europe. Martin Press: Oslo. CONFERENCIA EUROPEA DE MINISTROS DE EDUCACIÓN (1994) Resolution I: Education for democracy, human rights and tolerance; Resolution III: The promotion of school links and exchanges in Europe. Madrid. CONFERENCIA DE LA UNION EUROPEA (2000) Education, integration, citizenship, Oporto. DIAZ-AGUADO,M.J. (Dir.) (1996) Programas de educación para la tolerancia y prevención de la violencia en los jóvenes. Madrid: Instituto de la Juventud. Cuatro volúmenes y dos vídeos, conocidos coloquialmente como las Cajas Azules. DIAZ-AGUADO,M.J. (1998) Prevenir la violencia desde la escuela. Programas desarrollados a partir de la investigación-acción. Revista de Estudios de Juventud, 42, 63-73. DIAZ-AGUADO,M.J (Dir.) (2001) Prevención de la violencia y lucha contra la exclusión. Madrid: Instituto de la Juventud. Informe de investigación inédito. DIAZ-AGUADO,M.J. (2002). Prevenir la violencia contra las mujeres construyendo la igualdad. Programa para educación secundaria. Madrid: Instituto de la Mujer. Un libro y dos vídeos. DIAZ-AGUADO,M.J. ; MARTINEZ ARIAS,R. (2001) La construcción de la igualdad y la prevención de la violencia contra la mujer desde la educación. Madrid: Instituto de la Mujer. DIAZ-AGUADO,M.J.; MARTINEZ ARIAS,R. MARTÍN,G. (2002) Estudio sobre la génesis y el desarrollo de los jóvenes con problemas de conducta en centros de menores. Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. ERIKSON, E. (1971) Identidad, juventud y crisis. Buenos Aires: Paidós, 1971. MARTÍN SERRANO, M.; VELARDE HERMIDA, O. (2001) Informe Juventud en España 2000. Madrid: Instituto de la Juventud. MATEOS, A. (2001) El comportamiento electoral de los jóvenes españoles en las elecciones generales. Madrid: Instituto de la Juventud. Informe de investigación inédito, E-70/2001. MORAN, M. L. ; BENEDICTO, J. (2000) Jóvenes y ciudadanos. Madrid: Instituto de la Juventud. UNESCO (1996) La educación encierra un tesoro. Informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por J. Delors. Madrid: Santillana, Ediciones UNESCO.