Nº9 Revista Elite Sport

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REVISTA

elite sport

MAYO 2015

revistaelitesport.es

El lado humano del deporte

TENIS Roland Garros y el respeto a la historia de sus mitos

Entrevista con

CARMEN

JORDÁ

‘‘Represento a la mujer luchadora’’


SUMARIO Entrevista con Carmen Jordá

NÚMERO MAYO

Roland Garros: El torneo que dignifica a los mitos

Fausto Coppi: El Giro llora 55 años sin la garza real

9


Balonmano: Terapia contra el cáncer

Damián quintero: la esencia del kárate

Lidia Valentín:

Camino a los JJOO de Río 2016

BWR: la vela y los límites humanos

opiniones Miguel Ángel López Castellanos

Olga Martín

JUST A LIFESTYLE: Volver a creer en el ser humano


editorial Corazón rebelde REVISTA ELITE SPORT

Dicen que para escalar montañas lo primero que debes hacer es no pensártelo. Simplemente acumulas todo el valor posible, el mejor equipamiento y pones rumbo a la cumbre. Bien, pues si a esto le añadimos cuatro ruedas la metáfora encaja perfectamente con el perfil y la trayectoria de Carmen Jordá. Piloto de desarrollo, la española no contempla detenerse hasta lograr su sueño, conducir un Fórmula 1. Y a juzgar por su carácter y determinación no duden de que seremos testigos de su conquista.


Jordá, tras pasar por la mejor escuela del automovilismo, los karts, y haberse curtido por campeonatos europeos y estadounidenses, ha llegado a la F-1 de mano de uno de los equipos más históricos del ‘Gran Circo’, Lotus. La escudería de Enstone comenzó su andadura en el Mundial allá por 1981 -adelantándose siete años al nacimiento de la española- bajo la denominación de Toleman. Como Benetton se hizo con un campeonato y acumuló dos más de la mano de un tal Fernando Alonso, cuando Renault llevaba la voz cantante de la estructura. Y ahora llega Carmen, la primera piloto mujer en la historia de Lotus y la segunda de la parrilla. Recordemos que Sussie Wolff, casada con el máximo mandatario de Mercedes, es probadora del equipo Williams. Pero esa es otra historia…

La piloto de Alcoy se suma a la nómina de españoles que este año se acumulan en el paddock de la F-1. Fernando Alonso, en una decisión más que discutida y polémica, trata de recuperar la gloria en un equipo que un día escribió una de las historias más exitosas de la competición. Carlos Sáinz, tras haberse convertido en el primer piloto de la escuela Red Bull en ganar las World Series by Renault, va creciendo a pasos agigantados a bordo del Toro Rosso. Y, también está Roberto Merhi, que da sus primeros pasos en Manor.

¡Súmate

Carmen Jordá es todo un ejemplo para la meritocracia y una evidencia más de que aquello de las cuotas es un mero maquillaje que insulta a la inteligencia. No duda en reivindicarse como mujer y plantar su bandera asegurando que las féminas merecen tener su sitio en la Fórmula 1, pero al mismo tiempo añade que ellas tienen que demostrar lo mismo que un hombre para llegar a la élite. El éxito, de este modo, no se mide según el sexo, sino en dosis de talento. Chapeau. Eso sí, Jordá no duda en respaldar la liebre que ha soltado Bernie Ecclestone esta temporada: la creación de un campeonato para mujeres. Ella argumenta que la mayoría de los deportes distinguen entre categoría masculina y femenina, mientras el motor no lo hace, lo que perjudica la ruta de las mujeres hacia lo más alto. El debate está ahí. Y mientras, nuestra protagonista hace historia.

a la elite!

Del mismo modo que Carmen Jordá nunca lo tuvo fácil en el camino hacia la cima del automovilismo, su destino estaba marcado desde aquella vez que siendo niña contravolanteó en la atracción de coches de una feria para asombro de su padre, ex piloto. Ser mujer en un mundo de hombres no consiguió otra cosa que engrandecer su motivación y afilar todavía más el colmillo en la pista. Aquellas lágrimas de un joven por verse superado por una chica en el podio iban a suponer para Carmen un empujoncito más para luchar cual corazón rebelde por su objetivo.


CARMEN JORDÁ

En la F-1 actual una mujer sólo puede aspirar a ser 15º ENTREVISTA DE: Salva Martín


Desde los coches de choque de una feria hasta la primera piedra de su sueño: ser piloto de desarrollo del histórico equipo Lotus de Fórmula 1, Carmen Jordá ha superado cada obstáculo de su vida con la misma hoja de ruta: pasión, trabajo y valentía. Así es la española que dará mucho que hablar en un mundo que no debería entender de sexos, sino de motores, neumáticos y aerodinámica.

A

ño 1958. En los primeros tiempos de la Fórmula 1, una competición que iba adquiriendo notoriedad gracias al acercamiento de las grandes marcas, una mujer comenzó a romper con todos los moldes. Fue la italiana Maria Teresa de Filippis, la primera en disputar grandes premios a bordo de un monoplaza. Participó en cinco carreras junto a las estrellas del momento, como Brabham, Hill o Fangio, y logró terminar décima en Bélgica. En el GP de España de 1975, Lella Lombardi se convirtió en la única mujer que ha conseguido entrar en los puntos al finalizar aquella polémica prueba en sexta posición. Año 2015. En una sociedad avanzada y un deporte que ya poco o nada tiene que ver con aquellos bólidos de mediados del siglo pasado, sólo dos mujeres están en el ‘Gran Circo’. Una de ellas es Carmen Jordá, alicantina con cara de ángel y alma de velocidad que promete no descansar hasta cumplir su sueño: pilotar un F-1.

En mis primeros años nadie sabía a lo que me dedicaba. No tenían ni idea de qué eran los karts


Carmen Jordá en sus inicios en el Karting.

“¿Cómo podemos conocer los límites si no tratamos de sobrepasarlos?”. La cita la firma uno de los más grandes de la historia de la categoría reina del automovilismo, el francés Gilles Villeneuve. Y en ello parece estar empeñada Carmen Jordá, que atiende a Revista Elite Sport en plena nube por haber dado el primer paso para alcanzar la gran meta de su vida. Y es que el gusto por el ruido de los motores le viene de cuna. Su progenitor, el ex piloto José Miguel Jordá, pronto se dio cuenta de que su pequeña Carmen había nacido para competir sobre cuatro ruedas. “Cuando sólo tenía seis años, estábamos en una feria y yo no paraba de insistir en subirme a los coches de choque. Finalmente lo conseguí y conduje con mi padre a un lado. Sucedió que al llegar al final de la pista contravolanteé y él se quedó alucinado. No era algo normal. Me pidió que lo repitiera y así lo hice”. Confirmado, la gasolina corría por sus venas. Y cuatro años después, el enamoramiento definitivo: “Mi padre encontró su antiguo kart y lo reparó para que mi hermana y yo pudiéramos practicar. Pronto se dio cuenta de que para mí era algo más que una diversión”. Así es como Carmen Jordá comenzó a quemar neumático, iniciándose en el Campeonato de la Comunidad Valenciana. Su pasión, lejos de encontrarse entre las más comunes de las niñas de su edad, le supuso a la española un primer obstáculo: la falta de comprensión.

Mi padre se dio cuenta pronto de que para mí los coches eran más que una diversión


“Recuerdo que en mis primeros años nadie de mi entorno sabía a lo que me dedicaba, mis amigas me preguntaban que dónde iba y, al contestarles que a los karts, no tenían ni idea de lo que les estaba hablando”. Todo cambió, como no podía ser de otra manera, con la irrupción de un asturiano y sus títulos con Renault. Así lo recuerda la de Lotus: “Cuando Fernando Alonso puso de moda la Fórmula 1 en España ya todos sabían de carreras y qué era lo que yo hacía”. El segundo frente que la piloto de 26 años hubo de superar fue el tener nombre de mujer en un mundo habitualmente frecuentado por hombres. Una vez, estando en la segunda posición de un podio tras una carrera de sus primeros años, se percató de que el tercer clasificado lloraba desconsoladamente. Al intentar animarle, éste le contestó que la irritación se debía a que una chica le había superado. Lo sucedido sólo alimentó todavía más su determinación. “Mi padre siempre me ha dicho que intente ser la mejor y que luche por lo que quiero”. Y tal cosa terminó por cristalizar en una de las catedrales de la Fórmula 1, Montmeló: “Me di cuenta de que el motor iba a ser mi vida cuando acudí por primera vez a un gran premio. Tenía 13 o 14 años y estuve toda la semana siguiente soñando con la carrera que había visto”.

Me di cuenta de que el motor iba a ser mi vida cuando fui por primera vez a un gran premio


De los karts, Jordá alcanzó la Fórmula 3 y se unió al equipo de Adrián Campos. Tras varios años en Europa acumulando podios y adquiriendo rodaje y cicatrices, la española afrontó el primer desafío de su vida. Era 2010 y tenía ante sí la oportunidad de ir a Estados Unidos para competir en la Indy Lights. “Fue una de las experiencias más duras de mi vida. Tan sólo contaba con 21 años y debía irme sola, sin nadie de mi entorno familiar más cercano”, recuerda la española, que hubo de cortar sus estudios en Marketing y Publicidad: “Mi padre me dijo claramente que no quería que me fuera a correr tan lejos y que si daba el paso sería sólo por decisión propia… así que lo hice”. Quien crea que carece de arrestos es que no conoce a esta mujer, pura perseverancia y confianza en sí misma. “Me costó mucho”, admite, “pero maduré y aprendí cosas que de otra manera nunca lo podría haber hecho”. La siguiente curva que enfiló Carmen Jordá vino en forma de oferta para volver a Europa y enrolarse en la escudería Ocean Racing Technology para correr en la GP3 Series, una de las categorías puente a la Fórmula 1. Aceptó y se mantuvo tres años siendo la única mujer de la competición. Sus buenas actuaciones despertaron la atención en varios equipos de la F-1 y, tras varias conversaciones durante el año pasado, Jordá fue confirmada como piloto de desarrollo del equipo Lotus para la presente temporada. Sigue así los pasos de Susie Wolff, que comenzó su andadura en 2012 en Williams y hoy en día ya es piloto reserva. También de la desaparecida María de Villota. Pero, ¿qué significa exactamente ser piloto de desarrollo? Jordá lo explica mejor que nadie: “Mi labor se resume en dos partes. La más importante es la que realizo en la fábrica de Enstone con el simulador y los mecánicos. La segunda es el aprendizaje de cómo funciona el equipo por dentro”. Para ello, acude a cada gran premio y está presente en las reuniones de estrategia y los briefing de pilotos. “Hasta ahora había trabajado en escuderías reducidas, pero Lotus tiene a casi 500 personas trabajando… es otro nivel”.


En su primer año en el mar de arenas movedizas que es el espectáculo de la Fórmula 1, Carmen Jordá se convertirá en una esponja que tratará de asimilar todos los secretos de esta competición. Y uno de ellos tiene nombre y apellidos: Bernie Ecclestone. El gran magnate del negocio es un especialista en manejar los tempos y coordinar las polémicas de la F-1. En una temporada en la que están en cuestión las últimas normativas, el inglés ha puesto un nuevo debate sobre la mesa, la creación de una Fórmula 1 exclusiva para mujeres. Y Carmen Jordá no duda en recoger el guante: “Creo que sería justo un campeonato de mujeres como ha propuesto Ecclestone. No veo bien que una mujer nunca pueda ser campeona y un hombre sí. Nos lo merecemos ¿Por qué una mujer tenista puede conquistar un título del mundo y una piloto no?”.


Lo cierto es que la propuesta no está exenta de polémica y opiniones contrapuestas. Precisamente Wolff, su única compañera en el paddock, no comparte la opinión de la piloto de Lotus y ha llegado a afirmar que en ningún caso le interesaría ganar una carrera de un campeonato de mujeres. Jordá argumenta su postura: “No tiene sentido competir en la F-1 para acabar, como mucho, en la posición 15º, que es a lo que una mujer puede aspirar con el formato actual”. Y utiliza el ejemplo de otros deportes en los que hay categoría femenina y masculina, como el atletismo, la natación o el tenis: “¿Si Sharapova tuviera que competir contra hombres habría ganado tantos títulos y sería tan buena como actualmente se le reconoce?”, se pregunta Carmen, que coge carrerilla: “Con un campeonato de mujeres mi sueño de correr en un Fórmula 1 se haría realidad”. Eso sí, el carácter reivindicativo no resta un ápice de ilusión a una Carmen Jordá decidida a seguir progresando desde la humildad: “Creo que las mujeres tenemos un hueco en la Fórmula 1, pero evidentemente también tenemos que demostrar que podemos estar ahí”. Convicción, trabajo y respeto, todo un ejemplo a seguir: “Represento a la mujer luchadora y defiendo que podemos tener el mismo papel que un hombre, que nos lo merecemos y lo deseamos”. La de Alcoy está convencida que su fichaje por Lotus es sólo el primer paso. Consciente de su juventud y dispuesta a no rendirse hasta alcanzar cotas mayores, la española avisa: “el gran reto está por venir”. Palabra de mujer.

¿Si Sharapova tuviera que competir contra hombres habría ganado tantos títulos?


El análisis de Carmen Jordá ¿Cómo se está adaptando Lotus a los motores Mercedes? Bastante bien. Estamos muy contentos porque gracias a la nueva unidad de potencia hemos ganado entre un segundo y un segundo y medio. Iremos desarrollando cosas durante la temporada y esperamos estar delante en los grandes premios.

¿Mercedes volverá a arrasar esta temporada? Creo que Mercedes está por delante del resto de equipos gracias a la buena adaptación que lograron de sus motores a la nueva reglamentación el año pasado. Es bueno que otras escuderías, como Ferrari, también consigan victorias, así vemos algo de lucha. Nadie quiere un claro dominio de Mercedes.

¿Acertó Fernando Alonso fichando por McLaren-Honda? Alonso hizo un gran trabajo en Maranello durante 2014 y este año están recogiendo sus frutos. Le veo muy ilusionado y creo que ha apostado por un proyecto en el que cree y confía.

¿Cuáles son sus pilotos de referencia? Desde pequeña los que más me gustan son Senna y Schumacher. Al primero casi no pude verlo en directo, pero a mi padre le gustaba y leí mucho sobre él. Era diferente, muy humano y desprendía bondad. Después, Michael Schumacher fue mi gran ídolo. Cuando comenzó a gustarme esto de la Fórmula 1 él estaba en pleno auge, luchando con los McLaren de Häkkinen y Coulthard.


ROLAND GARROS

El templo del tenis que vive

abrazado a sus mitos

En una época para el deporte profesional donde prima muchas veces el foco mediático por encima del juego, sigue habiendo resquicios donde se respetan las tradiciones. Roland Garros es el único Grand Slam que se resiste a la tecnología del ‘ojo de halcón’ porque en la arcilla de París no puede perderse la esencia del tenis, no puede olvidarse a aquellos que hicieron grande al deporte de la raqueta. REPORTAJE DE: Rafael Molina


P

ocos deportes respetan tanto la tradición y el reconocimiento a los mitos como el tenis. Ningún torneo como Wimbledon y Roland Garros para ejemplificar ese respeto a la historia que se profesa en el mundo de la raqueta. En el torneo de hierba por excelencia, todos los tenistas van de color blanco y se comparte el vestuario, señal de consideración por el deporte. Lejos del ruido que encienden muchas veces disciplinas como el fútbol, donde la vileza de muchos de sus actores distorsiona el juego hasta hacerlo residual. En Roland Garros, más que a la simbología de un deporte ejemplificador como pocos, se dignifica a los mitos. El trofeo que reconoce al rey de la tierra batida se denomina ‘La Copa de los Cuatro Mosqueteros’. Ese nombre alude a Jean Borotra, René Lacoste, Henri Cochet y Jacques Brugnon. Cuatro hombres que desafiaron al orden establecido por Estados Unidos como dominador mundial en la primera mitad del siglo XX, ganando la Copa Davis durante seis años (de 1927 a 1933). Sus figuras permanecen imborrables gracias también a sus estatuas, que presiden el recinto. Y es que el tenis francés no ha vuelto a alumbrar una generación de tanta alcurnia, ganando la Ensaladera sólo en tres ocasiones más (1991, 1996 y 2001). Además de en el nombre del trofeo que corona al campeón del gran torneo galo, la historia del tenis francés se ve reflejada en la pista central de Roland Garros. Su nombre, Philippe Chatrier, evoca a la figura más importante del tenis galo y una de las más influyentes de este deporte a nivel mundial. Jugador intrascendente, pese a tener notables estadísticas en su época junior siendo campeón francés de la categoría, su leyenda se forjó en el periodismo y, posteriormente, en las instituciones del deporte de la raqueta. Nacido en Cretell (Francia), el 2 de febrero de 1926, tras su retirada como jugador en 1953 fundó la revista ‘Tenis de Francia’, siendo además editor de deportes del diario francés Paris-Presse. Desde su papel como periodista ascendió como una de las figuras más influyentes del tenis francés. Fue vicepresidente de la Federación de Tenis Francesa (FFT) entre 1968 y 1973 y capitán del equipo de Copa Davis en 1969.

En Roland Garros se dignifica a los mitos


Pista Philippe Chatrier.

Chatrier no reduce su influencia al despegue del tenis en su país. Ha sido un pilar fundamental en la profesionalización de esta disciplina a nivel institucional. Y es que no siempre tuvo la consideración de deporte de masas que tiene en la actualidad. Olímpico hasta 1924, las diferencias entre el Comité Olímpico Internacional y la Federación Internacional de Tenis acerca de la definición de amateurismo propiciaron que el tenis fuera excluido de los Juegos Olímpicos de Amsterdam en 1928. No fue hasta 1981 cuando regresaría a la escena olímpica, ya con Chatrier como presidente de la Federación Internacional de Tenis (desde 1977). De sus conversaciones con el entonces presidente del Comité Olímpico Internacional, el español Juan Antonio Samaranch, volvería como deporte de exhibición a Los Ángeles 1984 y posteriormente como deporte oficial en Seúl 1988. En 1991 dejaría la presidencia de la Federación Internacional de Tenis y en 1993, la francesa. Chatrier fallecía en Dinard en el año 2000. En reconocimiento a su ardua labor por el tenis francés y mundial, Roland Garros puso su nombre a la pista central.


Suzanne Lenglen y la reivindicación del tenis femenino Junto a Chatrier, el otro gran nombre grabado entre las paredes del recinto de Roland Garros es el de Suzanne Lenglen. La legendaria tenista francesa da nombre a la segunda pista en importancia del recinto, con una capacidad para 10.076 espectadores. Lenglen, que falleció a los 39 años a causa de diversos problemas de salud, entre ellos leucemia y ceguera, fue la primera gran tenista profesional. En una época donde el deporte femenino era irrelevante, la francesa fue capaz de acaparar los focos. Rompió con el tradicional vestuario de las tenistas, pasando de las faldas largas (que complicaban los movimientos) a una más corta por encima de la rodilla. Su padre fue Charles Lenglen, dueño de una compañía de transportes, y artífice del inicio de su hija con la raqueta, debido a la necesidad que tenía Suzanne de hacer deporte para hacer frente a su debilidad física (ya por entonces sufría asma y le recomendaron hacer alguna actividad física). Viendo el gusto de Lenglen por la raqueta, comenzó a llevar sus entrenamientos con más convicción. Fue en 1920 donde comenzó la leyenda que sigue acompañando a su figura. En Wimbledon, en su primera aparición, fue un auténtico soplo de aire fresco. No sólo por su juego sobre la pista, con una velocidad y elegancia en sus desplazamientos novedosos para la época, sino por el nuevo orden que pretendía establecer en los códigos indumentarios. De las camisas y faldas largas que cubrían todo el cuerpo, Lenglen pasó a utilizar camisas que dejaban ver sus antebrazos, además de las ya mencionadas faldas cortas. Ganó seis veces el Campeonato de Francia y Wimbledon (cinco de ellos de forma consecutiva, tanto en su país como en Inglaterra), pero sobre todo su legado reside en el espaldarazo que supuso para el deporte femenino, que a partir de entonces comenzó a recibir la atención del gran público. Elegida para formar parte del International Tennis Hall of Fame en 1978, desde 1997 da nombre a la segunda pista de Roland Garros. Una muestra más del respeto a los iconos.

Suzanne Lenglen.


Rafael Nadal campeón de Roland Garros 2014.

Nadal y Evert, sus majestades de París No son los mejores tiempos para Rafa Nadal, que tras un 2014 plagado de problemas físicos, no ha terminado de coger vuelo en este 2015. Ningún escenario ha alimentado tanto la leyenda del manacorense como la tierra del escenario francés, habiendo logrado el trofeo de los Mosqueteros en nueve ocasiones de diez apariciones. Sin su mejor tenis, Rafa espera Roland Garros como el momento de su redención.


Martina Navratilova y Chris Evert. Roland Garros 1985.

Si la categoría masculina tiene elegido a su rey a la espera de que alguien le destrone, en las mujeres no ha vuelto a dominar nadie con gran superioridad desde Steffi Graff (ganadora en seis ocasiones del título), que tomó el relevo de la reina de Roland Garros, Chris Evert. Con siete entorchados, nadie ha logrado superar la marca de la tenista norteamericana, que en las décadas de los setenta y ochenta protagonizó duelos inolvidables con Martina Navratilova.


El Giro llora 55 años sin la garza real

FAUSTO COPPI La ronda italiana disputa una nueva edición con el recuerdo de ‘Il Campionissimo’. Historia viva del ciclismo, protagonizó la época más brillante del deporte italiano. Coppi es leyenda. REPORTAJE DE: Juan Pedro Fernández


L

a multitud que jaleaba sus éxitos lloraba en silencio su muerte. Más de 50.000 personas rendían merecido homenaje al hijo pródigo del ciclismo italiano. La garza real plegaba sus alas. No como otras veces, que las cerraba para recuperarse de sus heridas, de las caídas que le tenían fuera de competición varios meses. De físico frágil, con disfraz de antihéroe, Fausto Coppi había consumido su último vuelo. Para siempre. Aquel 2 de enero de 1960, ese sueño que nunca se devuelve, esa ‘maglia’ pintada de blanco y celeste, atrapada por el viento, comenzó a volar en el cielo infinito: ‘Nel blu, dipinto di blu’ (en el cielo pintado de azul). ‘Il Campionissimo’, feliz de haber sido protagonista en la época más apasionante de la historia del deporte italiano del siglo XX, veía cómo el mundo desaparecía lentamente, mientras una dulce música sonaba para él: ‘volare’. A las 08.45, con 40 años de edad, Coppi falleció en el hospital de la Tortona, llevándose consigo el aliento de toda Italia, de aquella nación que cosió sus penas de postguerra a retazos de los demarrajes de Fausto. Su muerte fue inesperada, provocada por un error de diagnóstico. La malaria se escondía bajo el atuendo de una fuerte gripe. Agazapada, traicionera, mermaba las fuerzas de un Coppi que entraba en coma hacia su punto y final. Contrajo la enfermedad en un viaje al ‘Alto Volta’ (actual Burkina Faso) para disputar un critérium con el San Pellegrino Sport, comandado por Gino Bartali, el enemigo y rival del pasado, el amigo del presente y futuro. La jornada era idílica. Tras la carrera, que ganó Anquetil, disfrutaron de un día de caza en las reservas de Fada N’gourma y Pama. La malaria, carga mortífera transportada por un insignificante mosquito ávido de sangre, se inyectó en los cuerpos de Geminiani y Coppi, compañeros de habitación en la república de los tres ríos. Debilitados y exhaustos, compartieron avión de vuelta hacia París, donde se separaron. El ‘Gran Fusil’, como era apodado el francés, viajó a ClermontFerrand, donde un médico especialista en enfermedades tropicales realizó el diagnóstico acertado. Por su parte, el ‘Airone’ regresó a su hogar en Novi Ligure. Ambos entraron en coma, pero el desenlace fue distinto. Mientras el galo fue tratado con quinina y sobrevivió, al italiano le suministraron antibióticos y corticoides.

Su muerte fue inesperada, provocada por un error de diagnóstico


El italiano durante el Tour de Francia de 1949.

La enfermedad reía, poderosa, creciendo mientras los médicos pretendían derribar con balas de fogueo su muro de acero bañado en muerte. Fausto falleció, pero otra vez ocupó el cajón más alto. Su ‘lecho’ de madera coronaba la colina de San Biagio ante la rendición de la multitud que poblaba la Castellania piamontesa. Ese 1960 que apenas comenzaba cerró con su muerte un período histórico, en ese punto de inflexión que marca el final de la postguerra. Coppi voló tan deprisa que hasta su propia sombra de vista le perdió. Han pasado 55 años y el Giro de Italia sigue llorando la pérdida de su ciclista más querido. Comparte con su compatriota Alfredo Binda y con el belga Eddy Merckx cinco victorias en esta competición, pero su recuerdo en el país transalpino es imborrable. Las grandes escapadas en solitario a las que acostumbró al público dejaron un legado que nadie ha podido igualar. Hablar de Coppi es hacerlo de un campeón antinatural. Su carrera está plagada de lesiones graves. Pero en el ciclismo, como en la vida, tras una caída hay que levantarse, y Coppi tocó suelo y cielo en numerosas ocasiones. Queda para la historia la famosa frase que el periodista italiano Mario Ferretti le dedicó en su crónica de la décimo séptima etapa del Giro de 1949: “Un hombre solo al mando, su maillot es blanco y celeste. Su nombre, Fausto Coppi”.

“Un hombre solo al mando, su maillot es blanco y celeste. Su nombre, Fausto Coppi”


Con 20 años fue el corredor más joven en vencer la ronda italiana, récord que aún perdura. Era 1940, con participación extranjera escasa por el comienzo un año antes de la II Guerra Mundial. Al concluir esa edición, el Giro se tomó cinco años de obligado asueto, pero la garza real continuó volando, dejando a su paso una estela de éxitos. El más emotivo, por la transcendencia de los acontecimientos, se produjo el 7 de noviembre de 1942. El alessandrino, reclutado para la guerra por el Régimen de Infantería de Tortona, solicitó un permiso para poder afrontar el récord de la hora. Le esperaba el velódromo de Vigorelli, alcanzado la víspera por los bombardeos que asolaban Milán. No encontró el aliento del público. La grada se encontraba prácticamente vacía por las amenazas de nuevos asaltos aéreos. Pero Coppi detuvo el tiempo. Paró el reloj en una hora con 45 kilómetros y 848 metros recorridos. Apenas 31 metros más que el anterior recordman, el francés Maurice Archambaud. La distancia, aunque poca, fue suficiente para premiar a un hombre que renunció a los privilegios que podía haber disfrutado como deportista de élite. Prefirió servir como soldado antes que aceptar un cargo cómodo. Los periódicos, controlados por el Régimen de Mussolini, hicieron suyo el triunfo que Coppi había logrado “por poseer la fuerza de la raza italiana”. La gesta fue mayor para el pueblo que para su gobernante, que miraba con recelo al campeón por sus inclinaciones políticas, contrarias al dictador. Fausto, tras completar su hazaña, fue camino al frente de África con la ‘Divisionne Ravenna’, donde cayó en Túnez como prisionero de las tropas británicas del general Montgomery. Pasó un año en un campo de concentración. Ni la guerra pudo cortar sus alas. Tras el paréntesis obligado que destruyó Europa, encarnó con Gino Bartali otra serie de batallas, enfocadas desde el prisma de la gran oposición entre ambos. Coppi era el héroe del pueblo, humilde, discreto, pesimista, con un halo de melancolía que se entremezclaba con una vida privada polémica, caracterizada por su relación con una mujer casada, Giulia Occhini, la mujer de su doctor, la llamada ‘Dama Blanca’. Escandalizó a Italia por este motivo y se echó al Vaticano encima. En el lado opuesto estaba Gino, ‘Il Ginettaccio’, altivo, exigente, católico, ejemplar padre de familia y favorito del Papa Pío XII. Sus seguidores se dividían entre la Democracia Cristiana y católicos, a favor de Bartali, y la izquierda y laicos, del lado de Coppi. La guerra separó las contiendas de ambos, interrumpió sus carreras, presumiblemente repletas de más éxitos si no hubiera sido por la barbarie nazi. Los dos ciclistas dejaron para la posteridad una fotografía que muestra la caballerosidad de este deporte. Corría el Tour de Francia de 1952 cuando el piamontés, al ver que a su competidor se le había acabado el agua, le tendió su botella y le dijo: “Toma Gino, bebe”.

Coppi, reclutado por el Régimen, solicitó un permiso para poder afrontar el récord de la hora


Ambos lucharon en las carreteras, con una rivalidad máxima, protagonistas de las historias más apasionantes del Giro. Pero los dos mejores ciclistas italianos del momento no tenían otro destino que acercarse y, al final, su amistad perduró hasta el fallecimiento de Fausto. También les unió la desgracia con la muerte de un hermano a cada uno, que a punto estuvo de apartarles de la competición para siempre. El regreso de Coppi tras la II Guerra Mundial trajo consigo una época de éxitos. Otros cuatro Giros de Italia, dos Tour de Francia (haciendo doblete en 1949 y 1952) y un Campeonato del Mundo (1953) se cimentaron desde la primera victoria en la Milán-San Remo de 1946. En la clásica de ‘La Primavera’ sacó 14 minutos al segundo, Lucien Teisseire, lo que llevó a la radio italiana a narrarlo así: “Primer clasificado, Fausto Coppi. A la espera del segundo les ofrecemos unos minutos musicales”. Cuenta la leyenda, que durante esa competición, llegó a pararse, descendió de su bici, pidió un café, lo tomó y continuó su trayecto hacia la meta de San Remo. ‘Il Campionissimo’ continuó su marcha triunfal, con algún altibajo entre medias, pero siempre con el estigma de gran campeón grabado a fuego y honor. Fue el primer corredor en ganar Giro y Tour en el mismo año. En la prueba italiana, Coppi completó una de las escapadas más maravillosas que se recuerda, una épica etapa con cinco puertos de montaña superiores a los 1.800 metros de altitud en la que recorrió 192 kilómetros en solitario y sacó 12 minutos al segundo, Bartali. El Col d’Izoard, la Madeleine o Pinerolo se inclinaron ante el héroe de Novi Ligure. Pero ese Giro estaba impregnado por el recuerdo de la desgracia. El 4 de mayo, pocos días antes de su comienzo, Italia se estremecía ante la ‘Tragedia de Superga’. El avión que transportaba a ‘Il Grande Torino’, el gran dominador del Calcio con cinco ligas consecutivas, se estrelló a las afueras de Turín, cobrándose 31 víctimas, incluyendo 18 futbolistas del equipo granata. Coppi, honró a los fallecidos participando en la ronda transalpina con una insignia del equipo turinés prendida en su camiseta. Fausto y Torino, dos carreras triunfales, dos finales trágicos.

Coppi en la etapa de Briançon del Tour de Francia de 1951.


Coppi, vencedor del Tour de Francia de 1952.

La desgracia, el infortunio, esa última escena dramática es la que convierte a los grandes campeones en leyendas, la que muta a los deportistas en mitos. Un último paralelismo se asocia al ‘Airone’ con otra ‘especie extinguida’, con aquel corredor capaz de levantarse del sillín y poner en pie incluso al espectador que le seguía desde el sofá. Otro italiano, de Césena, apodado el ‘Pirata’, aceptó el pulso que le brindó la muerte para desaparecer, dejando atrás al pueblo que le adoraba y seguía en cada uno de sus demarrajes. Los dos provenían de familia humilde, ambos han sido los únicos italianos en ganar Giro y Tour en un mismo año y ambos chocaron contra la muerte anticipada. Coppi y Pantani, dos formas distintas de comprender la vida, dos maneras similares de entender el ciclismo. El Giro de Italia, alfombra rosa de ganadores y vencidos, rinde pleitesía y honores a aquellos que elevan su nombre a las alturas. A falta de dos ediciones para cumplir la centena, la prueba de 2015 llora la muerte de Coppi. El niño que repartía comida en bicicleta se hizo hombre gracias a la ‘visión’ del masajista ciego Biagio Cavanna, quien adelantó al director del equipo Bianchi en el año 1939 lo que iba a pasar en muchos momentos de su carrera: “Querido Giovanni, llevo dos corredores. Uno, Coppi, va a ganar. El otro, hará lo que pueda”.

Coppi y Pantani, dos formas distintas de comprender la vida, dos maneras similares de entender el ciclismo


Damián

QUINTERO

La esencia del kárate

Compagina su trabajo como ingeniero aeronáutico con los entrenamientos y la competición. Campeón del Mundo y de Europa en katas, Damián Quintero muestra humildad y valores en una emotiva entrevista a

Revista Elite Sport. ENTREVISTA DE: Juan Pedro Fernández


N

o tenía cinco años y ya había cambiado el Río de la Plata de su Buenos Aires natal por las playas de La Carihuela, El Bajondillo, Los Álamos o Playamar. Ese giro del destino le llevó a Torremolinos. La decisión de sus padres de cambiar de vida, de sentir otras experiencias y de labrarse un futuro distinto subió a Damián Quintero a su primer tatami con seis años. Malagueño de adopción y residente en Madrid desde los dieciocho, aprende y muestra los valores que le ha enseñado el kárate. Este deporte se ha convertido para él en una filosofía de vida. Y mientras, en el costoso camino de sacrificio y esfuerzo, acumula medallas: Campeón del mundo en kata por equipos en Bremen (2014) y oro en el Europeo de Estambul del pasado mes de marzo, tanto en categoría individual como colectiva. Todos esos logros toman más valor si cabe con el hándicap añadido a los deportes mediáticamente minoritarios: compaginar estudios y/o trabajo con su disciplina. Damián ha compartido su formación como Ingeniero Aeronáutico con el kárate y, posteriormente, su trabajo en una empresa de servicios y soluciones tecnológicas con los entrenamientos y la competición de alto nivel. Sin duda, es fiel ejemplo de que a nivel profesional hay deportistas y DEPORTISTAS. El malagueño repasa en una entrevista a Revista Elite Sport sus inicios, aquellos que han forjado el campeón que es. “Frente al colegio donde estudiaba había un gimnasio de kárate y mis padres me apuntaron con seis años por hacer algo distinto. Me gustó, me empezó a apasionar. A los siete u ocho años competí en el primer campeonato nacional alevín, quedando cuarto y desde entonces no he fallado a ningún campeonato de España. El primero que gané fue el infantil con 13 años”. Tras cosechar numerosas medallas en categorías inferiores (“la verdad es que he perdido la cuenta”), la Federación Española le llamó con 18 años para entrenarse en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Madrid, donde su vida transcurre hasta los 30 que tiene actualmente.

Campeón del mundo en Bremen 2014 y oro en el Europeo de Estambul 2015


Vida nueva en la capital, con tiempo para estudios y entrenamientos, sin tiempo para él. Le costó sacarse la ingeniería, pero el éxito que reside en el trabajo le premió con su recompensa. “Cuesta mucho porque pierdes muchos exámenes. Los profesores no es que te ayuden mucho. Si pierdes el examen, lo pierdes y vas al final, incluso no les servían certificados de la selección española. Y chocas, suspendes, apruebas… Es sacrificado, pero con sacrificio lo puedes conseguir todo”.

Ingeniero aeronáutico, compagina trabajo, entrenamientos y competición Finalizado el ciclo de estudios, trabajo y entrenamientos dividen su día en dos. El ocio, la familia y los amigos son los mayores sacrificados. “En mi deporte, al no ser olímpico y no ser profesionales, las becas son muy reducidas, no cobramos mucho dinero de esto. Yo, por suerte, tengo trabajo en una empresa que se llama Atos Spain. Es mi sponsor. No me ayuda económicamente, pero sí a nivel de darme más días de vacaciones, que para mí es genial a la hora de viajar. Es complicado, me levanto a las 6.00, trabajo de 7.00 a 15.00, como solo en la residencia porque ya no está abierto el comedor, llego a casa, me pongo el karateki y me voy a entrenar al CAR o al gimnasio de mi profesor Miguel Ángel en Vistalegre. Luego vuelvo a las 21.00, ceno y a la cama”. Recientemente ha sido becado por la Universidad Católica de Murcia (UCAM), donde compite por ellos a nivel universitario. Otra ocupación más para este estudioso deportista.

Damián Quintero posa con su medalla de campeón del mundo.


Revista Elite Sport en la entrevista con Damián Quintero.

No todo fueron alegrías hasta llegar al momento actual. Con 20 años vivió una época en la que llegó a pensar incluso en la retirada. Fueron siete años de angustia, donde llegó a perder la confianza y pensó en abandonar. “En 2004, siendo júnior con 19 años, quedé campeón de España absoluto y subcampeón de Europa. También había ganado el Campeonato de España universitario y fui campeón de España y de Europa junior. Gané todo en el mismo año y perdí el bronce en el Mundial absoluto con 20 años. Hasta esa época el seleccionador era Miguel Castellanos, mi entrenador actual. Le destituyeron por motivos federativos al año siguiente. A partir de ahí estuve siete años en la sombra. Yo tenía dos rivales muy fuertes, uno asturiano y otro madrileño. Durante ese tiempo fueron rotando ellos y no salí nunca. No me explicaba por qué con 19 años era muy bueno y luego hasta 2011 ya no lo era. Sentí que me estaban haciendo un poco la cama. Sí competía a nivel internacional con el equipo porque ahí sí era válido, pero para el individual parecía que no. Lo pasé mal, incluso pensé en retirarme. Perdí mucha confianza, únicamente competía a nivel nacional”. Esta ‘travesía por el desierto’ le hizo perder muchas oportunidades de medalla. “Yo creo que si me hubieran dado una oportunidad, habría participado en más europeos, más mundiales y quizás ahora mismo tendría más medallas”, señala Damián, quien recuerda 2011 como el año de su ‘resurrección’: “Ahí empecé a salir yo y entré en las finales. En todos los campeonatos de Europa absolutos donde he participado he entrado en las finales. He ganado dos y he perdido tres, pero siempre he llegado a la final”.

Si me hubieran dejado habría ido a más europeos o mundiales y quizá ahora tendría más medallas


“ESTUVE SIETE AÑOS EN LA SOMBRA. LO PASÉ MAL, INCLUSO PENSÉ EN RETIRARME” El malagueño, no obstante, se queda entre sus mejores momentos con 2014, cuando se proclamó campeón del mundo. “Estamos haciendo historia. Somos el mejor equipo español de todos los tiempos, con tres Europeos seguidos y un mundial en dos años y medio. Eso no lo ha conseguido nunca nadie. Es la primera vez que un equipo tanto masculino como femenino de katas conseguía el oro”.


En su particular colección de medallas hay una que le enorgulleció de manera especial, la de bronce de la Real Orden del Mérito Deportivo: “Ha sido la más impactante porque en España no hay algo mayor. Bueno, la de oro. Pero todas las medallas son una satisfacción”. De ese momento guarda una anécdota curiosa: “Nos pidieron desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) una exhibición. Estamos acostumbrados a un tatami de 8x8 y justo allí nos montaron uno de 7x7, pero había una pantalla en medio que nos comía dos metros. Hicimos el ejercicio final del Campeonato del Mundo que ganamos y la gente lo estaba flipando porque no entendía nada. La gente estaba anodadada, con un silencio sepulcral. Acostumbrados a un Mundial donde todo el mundo te aplaude cada kata que haces, yo le decía a los chicos: “lo hemos debido hacer fatal, no le gustamos a nadie”. Pero al contrario, nos felicitaron y nos dijeron que habían conocido el kárate gracias a nosotros”. Damián Quintero defiende el kárate como deporte, aunque reconoce que como arte marcial le ha enseñado mucho. “Es una filosofía de vida, se ha convertido en un camino. Me ha enseñado a ser más humilde, el sacrificio, a ser respetuoso con el prójimo. He aplicado el aprendizaje en el kárate en el trabajo y en los estudios”. Una persona especial en su vida como parte de su formación personal y profesional es su maestro, Miguel Ángel López Castellanos: “Entreno con él desde los 18 años. Es una excelentísima persona. Me ha enseñado muchísimos valores y, sobre todo, lo que te transmite, sabe manejar al competidor, lo que quiere en cada momento. Se involucra al máximo”. Fruto de estas enseñanzas y de la particular forma de entender la vida de Damián, sus consejos para aquellos que practican kárate son claros: “Sacrificio y humildad son las claves del éxito. Nunca creerte más que nadie. Hay que valorar cada momento en los entrenamientos, centrarte en un camino y trabajo, mucho trabajo”.

“Sacrificio y humildad son las claves del éxito”

El malagueño resalta una de las virtudes que enseña el kárate: la paciencia. En este sentido, valora el hecho de que a partir del cinturón negro sean considerados como ‘arma blanca’. “Mucha gente pregunta si es como si le claváramos un cuchillo a una persona. El kárate lo primero que te enseña no es a atacar, sí a defender. Y mucho menos a pelearte. Pongo la mano en el fuego que ningún karateka en el mundo se va a pelear con nadie en la calle. Al contrario, rehuirá de la pelea”.

El kárate es una filosofía de vida, se ha convertido en un camino


Afirma no tener ningún miedo a la hora de disputar una competición, sintiendo preferencia por enfrentarse a los rivales más duros, sin menospreciar a los más débiles. “Compito mucho y estoy acostumbrado. Tengo una mentalidad fuerte y me motivo en situaciones adversas”. Respecto a sus mayores rivales, explica las diferencias entre los japoneses (el país nipón es la cuna del kárate) y el resto: “He competido con japoneses y he tenido la suerte de ganar a dos. Trabajan mismos estilos y técnicas, pero la soltura, la relajación a la hora de hacer un kata, nos falta a nosotros. Ellos llevan desde los tres años entrenando esos aspectos. Ahora, como es kárate más deportivo, incluso les ganamos. También la gente cree que sólo por ser japonés van a ser mejores, y no es así. Algunos son muy buenos, pero otros ganan sólo por ser japoneses. Tienen siempre un plus. Cuando te enfrentas a un japonés, de cinco árbitros, dos los vamos a tener en contra”. Precisamente, con la vista puesta en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, Damián tiene la esperanza de que el kárate sea considerado deporte olímpico, aunque lo ve difícil por temas de patrocinadores. “Me han comentado que allí primero quieren que entre el béisbol y después el kárate, porque son muy buenos al béisbol. Mi opinión personal es que entra el tema político. Un deporte como el béisbol es a nivel mediático infinitamente mayor que el kárate y, obviamente, la repercusión es distinta. No se ha conseguido llegar al nivel mediático de otros deportes para poder llegar a un programa olímpico”.


A corto plazo tiene en mente otro campeonato, los Juegos Europeos, que se celebrarán en junio en Bakú (Azerbayán) por vez primera. “Van a ser nuestras miniolimpiadas. Yo creo que va a tener más repercusión ganar los Juegos de Bakú que ser campeón del mundo”, destaca el malagueño, quien no duda en afirmar que las expectativas son lograr el oro. Aficionado al fútbol (seguidor del FC Barcelona) y al snowboard, nos descubre otras curiosidades y manías, como la camiseta del Sporting de Gijón que utiliza para entrenar. “Me la regaló mi gran amigo el piragüista Javi Hernanz, que es de Gijón como mi chica. Me gustó mucho esa camiseta, no te molesta a la hora de entrenar y, como mi novia es de allí, es un extra”. Asimismo, destaca su personal forma de entrar al tatami en cada competición: “Me aprieto el cinturón y siempre hago como los caballos, arrastro dos veces los pies hacia atrás”. Esa manera de retroceder para coger impulso es la que le ha llevado a Damián a cosechar éxitos, multitud de triunfos conseguidos a base de sacrificio y esfuerzo, donde priman valores como la humildad y el trabajo. El kárate es su filosofía de vida, su camino. Y su fin queda lejos, porque la meta es el trayecto. Y ahí demuestra ser un deportista y persona con mayúsculas.

Yo creo que va ta tener más repercusión ganar los Juegos de Bakú que ser campeón del mundo


Miguel Ángel LÓPEZ CASTELLANOS ENTRENADOR DEL EQUIPO NACIONAL DE KATAS SENIOR MASCULINO Y FEMENINO

El kárate: el camino de la vida Entiendo el kárate como mi camino en la vida. En ese trayecto he conocido a multitud de deportistas y personas diferentes que he tenido el placer de entrenar. Damián es uno de ellos. Su trabajo, esfuerzo y sacrificio son ese plus que se necesita para llegar a donde él lo ha hecho, para ganar el oro en el Mundial por equipos y el oro tanto a nivel individual como colectivo en el último Europeo. Siguiendo esta línea, llegarán muchos más triunfos. Entrena conmigo desde que llegó a Madrid con 18 años. Es un competidor nato, disciplinado y trabajador. Con él es más fácil tener entrenamientos de calidad. Su carácter es fuerte, hay que saberlo entender y apreciar. En alguna ocasión he tenido que ‘obligarle’ a que se saliera del gimnasio para que dejara de entrenar, se relajara y fuera a su casa, porque soy consciente de la tensión que hay en un tatami. Entrenar a Damián Quintero es una superación a nivel personal. No puedes bajar la guardia en ningún momento, me exige mantener un rendimiento al nivel de los competidores que tengo delante. En tantos años pasan por etapas mejores y peores. Lo que hay que hacer es levantarse y seguir compitiendo. Él ha pasado por alguna situación que no era la deseada, pero no hay que entenderlo como una mala etapa, lo importante siempre es comprenderle y continuar motivando lo que él ya llevaba dentro. Así se forman los grandes campeones y personas.


El héroe que se refugió en el balonmano en su lucha contra el cáncer Albert López, joven de 21 años nacido en Girona, fallecía en plena lucha contra su tercer cáncer. Antes de este fatal desenlace concedió una enriquecedora entrevista a Revista Elite Sport relatando su historia y contando que los valores transmitidos por el deporte le ayudaron “a luchar y no rendirme jamás”. REPORTAJE DE: Israel Íñiguez


S

i me pongo a jugar, he de ganar”. Ése fue siempre el lema de Albert López, ex jugador del Balonmano Granollers y cuya experiencia vital ha sido toda una gran lección para el ser humano. Este gerundense de 21 años trasladó a su vida esa competitividad que siempre llevó al límite en el mundo del deporte. Luchaba contra su tercer cáncer, y él mismo era consciente de que podía no salir de ésta, pero rendición fue una palabra que nunca apareció en su diccionario. Nos confesaba que “un cáncer se puede superar sin rendirte e implantando esos valores que el deporte te enseña. En un partido vas por debajo en el marcador y queda poco tiempo. En ese momento, el entrenador te recuerda que queda mucho por jugar y que incluso se puede perder ese partido, pero que el campeonato aún se puede ganar”. Metáfora perfecta de un héroe que le ganó dos batallas al cáncer y que la maldita enfermedad se lo ha llevado para siempre. Ésta es la historia y nuestro homenaje al gran Albert López. Como cualquier niño de 5 años, nuestro gran protagonista comenzó a probar algún deporte en su etapa colegial. No tenía muy claro cuál, pero entre sus manos cayó un balón de balonmano. “La vedad es que de pequeño no disfrutaba mucho. Jugaba con niños mayores y no me divertía. Es más, lo dejé y me planteé practicar otro deporte, e incluso otra cosa”, reconocía. Pero así, de buenas a primeras, al curso siguiente el balonmano siguió formando parte de su vida. “Ahí sí ya me empezaba a gustar, y mucho”. Aquel niño que había pensado en dejarlo se vio de pronto formando parte de la selección catalana en categoría Infantil. Fue llamado a filas y se presentó en Vigo, en el Campeonato de España de selecciones territoriales. Por aquel entonces, Albert jugaba en la Agrupació Esportiva Fornells de la Selva, conjunto de su localidad natal, en Girona. En su primera gran cita como deportista todo salió a pedir de boca. “Nos proclamamos campeones de España y me llamaron del BM Granollers para fichar por ellos. Entre mi pueblo y Granollers hay una hora de coche. Era una decisión difícil, pero llegué a un acuerdo y empecé a entrenar y a jugar con un equipo histórico, con una gran infraestructura y con los mejores profesionales a tu disposición: técnicos, ‘fisios’… Era un paso importante. El balonmano pasaba de ser un hobbie a convertirse en una opción de futuro como profesional”, nos relataba aún emocionado.

La verdad es que de pequeño no disfrutaba mucho con el balonmano


El presidente del Balonmano Granollers le hace entrega de una camiseta firmada por todos los jugadores del equipo Asobal del club.

Pero la gran pesadilla de su vida hizo su primera aparición. El cáncer tocaba a su puerta con la intención de quedarse. Y el caso es que, en un principio, nada hacía presagiar semejante varapalo. “En plena competición me salió un bulto tras un golpe. Me hice varias pruebas en la Blume de Barcelona, pero lo único que me detectaron fue masa muscular que se había enquistado pero que no parecía grave”. Tomó la decisión de no operarse y afrontar los dos años que le restaban de categoría Juvenil a tope. “Fue la mejor etapa en el balonmano de todas”. Al acabar dicha época fue cuando aquel bulto había adquirido unas dimensiones inmensas, “se había duplicado”. En ese momento, cuando vuelven a analizarlo, le dicen que tiene cáncer. “Fíjate qué curioso. Desde que me lo quitaron hasta que detectaron que era cáncer, que pasaron un par de meses, yo seguí jugando. Fue un golpe muy muy duro”.

PRIMERA BATALLA GANADA El apoyo de los compañeros (se raparon todos como él), la familia y su pareja en ese primer año de lucha con la quimioterapia y la radioterapia fue “excepcional e imprescindible”. La consecuencia, una victoria por goleada. “Volví a jugar y a salir campeón de España; la pesadilla había quedado atrás”. Eso es lo que parecía en un principio, y es que después de todo el sufrimiento, el maldito cáncer no se había olvidado del bueno de Albert. Ahora se instalaba en su pulmón. Vuelta a empezar. “Al recaer, y al ser en una zona tan delicada, tuve que tomar la decisión de dejar el balonmano”.

Me salió un bulto tras un golpe, pero lo único que detectaron fue una masa muscular enquistada


Saque de honor en Granollers.

Mazazo de órdago. En un momento como éste, otros quizá se hubieran hundido, Albert no. “Tras una primera sesión de quimio, decido empezar una dieta por consejo de una doctora de confianza”. Podría parecer una locura, abandonar los métodos tradicionales para luchar contra esta enfermedad por… ¡una dieta! Pero amigos, ése fue el gran acierto de nuestro héroe. Aquella decisión, aquella nueva forma de vida expulsó al cáncer nuevamente. Una segunda batalla librada contra la ‘bicha’ y otro flamante triunfo de Albert. “El balonmano ya había quedado fuera de mi vida, al menos como practicante, así que decidí afrontar un nuevo reto y empezar a estudiar arquitectura. Todo volvía a enderezarse después de un tramo de curvas demasiado peligrosas. La ilusión volvía a apoderarse de Albert y todo su entorno. Pero allá, a lo lejos, había una nueva señal de ‘stop’. Y quién si no, el cáncer, por tercera vez, se cruzaba en el camino de un joven que ha luchado hasta la extenuación por seguir entre nosotros y disfrutar de la vida. Nunca se detuvo a pensar en la tremenda injusticia que padeció durante tanto tiempo. En su pensamiento sólo estuvo el luchar, luchar y volver a luchar, al estilo del ganar de Luis Aragonés.


DECIDE HACERLO PÚBLICO Y en esta incesante última lucha por apartarse definitivamente del cáncer, Albert tomó la decisión de contar su historia. “Todo empezó después de la quimioterapia del segundo cáncer y al empezar con la dieta. Me lo tuve muy callado, no expresaba lo que sentía, así que cuando me detectan el tercero, tuve muy claro que quería contarlo y decir lo que pienso. Compré una go pro y empecé a hacer vídeos para colgarlos en Youtube, hacer mi propio blog y crear mi página de Facebook”. La idea era muy clara, que la gente pudiera conocer su historia e intentar ayudar a aquellos que pudieran sufrir una situación de similares características. Tal ha sido la repercusión de su historia que ni el propio Albert era consciente de lo que ha significado. “Recibo muchísimos mensajes y me sorprenden, al igual que los espacios que me estáis concediendo los medios de comunicación. Desde gente que no tiene la enfermedad y me dice que les ayudo a superar sus pequeños problemas, hasta gente con grandes enfermedades, como la mía, que les ayudo a verlo todo de otro modo. Sinceramente, me ayuda y me reconforta saber que ayudo a otra gente”, nos explicaba de esta forma tan humilde antes de producirse la fatídica noticia.

Cuando me detectaron el tercero, tuve muy claro que quería contarlo y decir lo que pienso


Dentro de esos miles de mensajes que recibió, el mundo del balonmano acaparó gran parte de ellos. El mundo amateur y también el profesional se han volcado con la historia de Albert. “Jugadores como Nikola Karabatic o los internacionales de la selección española me han mostrado su apoyo. Eso es especial”. Fuera de su deporte, el mensaje que más le impresionó fue el de “Aleix Espargaró. Pero no sólo por ser quién es, y al que veo por la tele porque me gusta el motociclismo, sino por cómo fue. Un mensaje muy personal y muy emotivo, fue toda una sorpresa”. Albert López, un luchador nato, un héroe para todos nosotros al que mantendremos en la memoria para siempre. Su legado es bien claro, “vivir el día a día”. El deporte le curtió como jugador, pero también como persona, y como él mismo contaba “me ha enseñado a valorar, a respetar y a pelear hasta la extenuación por los objetivos que uno quiere”. La gran lacra del cáncer nos lo ha arrebatado para siempre, pero los que tuvimos la oportunidad de conocerle y charlar con él nos quedamos con el recuerdo imborrable de un ganador, de un optimista empedernido y de un enamorado de la vida. El deporte, profesional y aficionado, llora la pérdida de un auténtico modelo a seguir.


LIDIA VALENTÍN

El rugido de una campeona camino de Río

Recién renovado el título continental, la haltera berziana ya tiene entre ceja y ceja el gran reto de su vida: los Juegos Olímpicos de Río y esa ansiada medalla. Descubre con nosotros su lado más personal REPORTAJE DE: Israel Íñiguez


T

rabajadora, luchadora incansable, talentosa y obsesiva por la competición. Así es Lidia Valentín, la mejor haltera de la historia de nuestro país. Acaba de lograr su undécima medalla en un Europeo, la tercera de oro, y sin tiempo casi para celebrarlo ya piensa en sus próximos objetivos, el Mundial de Houston del próximo mes de noviembre y los Juegos Olímpicos, el gran reto de su carrera. Será su tercera cita olímpica, en las dos anteriores se quedó con la miel en los labios (quinta en Pekín y cuarta en Londres), a las puertas de la gloria. No quiere dejar escapar la oportunidad en Río de Janeiro, y si tenemos en cuenta su progresión, de Brasil tiene que regresar con esa esperada y deseada medalla colgada al cuello. “Es una obsesión sana. No me voy a frustrar si no lo consigo, pero sé que iré con la mejor preparación y mis mejores marcas”, cuenta en una deliciosa charla con Revista Elite Sport. Es complicado explicar cómo una niña de 11 años comienza en esto de la halterofilia. Quizá por aquello de los prejuicios que tiene nuestra sociedad, aquello de levantar pesas no nos parece lo más femenino del mundo. Pero Lidia rápidamente sale al paso para explicar que “esto es deporte. Si eres femenina, da igual lo que hagas y el deporte que practiques”. Comenzó porque de pequeña le gustaba practicar todos los deportes. “Hacía baloncesto y atletismo”. Pero un buen día “el entrenador de halterofilia del colegio me vio que podía tener cierto talento y muchas más cualidades que la media para esta disciplina. Me dijo que me pasara a conocerlo, aunque no le hice demasiado caso al principio. Insistió tanto que terminé probando. Y me gustó tanto el ambiente, el entrenamiento y todo en general, que me quedé. Hasta ahora”. Su evolución y ese talento fueron de tal magnitud que, con tan sólo 22 años, ya estaba encaramada al podio de una gran competición. El Campeonato de Europa de Estrasburgo (Francia) fue el inicio de un reguero de medallas que continúa en el presente y cuya pretensión es que se extienda lo máximo en el tiempo. Para ello ha hecho falta mucho sacrificio, pero eso es algo que Lidia asume con naturalidad. Va en el ‘carné’ de deportista de élite. Reconoce que “obviamente he tenido que sacrificar cosas. Me fui de casa a los 15 años y mi familia sufrió por ello, pero tenía claro que quería estar con la selección española y entrenar con los mejores. Perseguía mi sueño. No siento que la halterofilia me haya robado nada, al contrario. El deporte me ha dado muchos valores y me siento una privilegiada y afortunada por ello”.

No siento que la halterofilia me haya robado nada. El deporte me ha dado muchos valores y me siento privilegiada


Lidia Valentín, 2007.

Admite, como comentábamos al inicio del reportaje, que es “obsesiva” de la competición y que al mismo tiempo también un tanto “supersticiosa”. Cuenta que “si algo ha salido bien, procuro repetirlo, hacer las mismas cosas para conseguir ese gran resultado”. Ver el rostro de Lidia en una gran competición nos lleva a presenciar la concentración en estado puro. Los momentos previos a levantar esas cantidades de peso, sólo al alcance de superhéroes, resultan emocionantes. La arrancada y la levantada proporcionan una tensión extraordinaria, esos músculos absolutamente marcados, ese momento de adrenalina máxima… ¡Brutal! No es de extrañar, por tanto, que una vez conseguido el objetivo la berziana suelte todo lo que lleva dentro. “En esos momentos saco la furia que llevo dentro, es una forma de desahogarme y desprenderme de toda la tensión acumulada”, afirma.


El Centro de Alto Rendimiento de Madrid y la Residencia Blume son los lugares donde la reciente doble campeona continental pasa buena parte de su vida. Allí comparte experiencias, amistades y grandes momentos con algunos de nuestros mejores deportistas. En la mente de todos, Río 2016. Los Juegos Olímpicos son el evento por excelencia para cualquier deportista (quizá para todos menos para los futbolistas). Lidia Valentín, que ya ha estado en otras dos citas olímpicas, ha querido grabar para siempre ese momento. Los aros olímpicos están tatuados en su muñeca derecha. ¿Por qué esa costumbre entre los deportistas? “Es un evento que marca tu vida, así que quizá lo hacemos por eso, para que quede ahí para siempre”.

Adora a Nadal y es muy activa en redes sociales Tanto en Pekín como en Londres, nuestra supercampeona de halterofilia coincidió con el que es su gran ídolo, Rafael Nadal. Ha leído su libro, tras el cual declaró: “Ya te admiraba antes, pero después de leerlo, aún más”. Resulta muy común entre los deportistas españoles ese sentimiento de admiración hacia el tenista manacorí. Lidia Valentín tiene muy claro que “no sólo por su currículum, que es impecable, sino porque es un tipo muy cercano y humilde. Es un fuera de serie, sabe competir, nunca pierde los nervios y trata bien a todo el mundo. Eso hace que lo valores más. Para mí, es el mejor deportista de todos los tiempos”. En una sociedad como la actual, y en el entorno de los deportistas de alto nivel, la aparición de las redes sociales ha resultado un descubrimiento magnífico. Las tediosas concentraciones o las largas esperas en aeropuertos y hoteles han encontrado el antídoto perfecto. Nuestra ‘rubia de oro’ no se esconde y reconoce que es asidua de Facebook y de Twitter y que le encanta el whatsapp. “Me parece que las redes sociales son muy importantes. Nos permiten estar en contacto con todo el mundo. Yo cada vez soy más activa con ellas. En el caso del whatsapp, reconozco que lo utilizo mucho, es la mejor manera de tener cercanía con los míos. Puedo pasar mucho tiempo chateando (risas)”.

Los Juegos Olímpicos es un evento que marca tu vida, por eso llevo los aros tatuados


Lejos de lo que a veces se pueda pensar de los deportistas profesionales en cuanto a que viven aislados de nuestra realidad social, todo lo contrario. Lidia Valentín es una mujer comprometida. Participó en una campaña contra los malos tratos y tiene muy claro que “yo estaré ahí dando la cara en lo que se me necesite para causas como éstas. En el caso de esta lacra, sólo espero que algún día acabemos con ella, aunque no va a ser fácil. Mi apoyo y mi ayuda siempre estarán”. Quizá por todo en general, por cómo es como deportista y por su forma de ser, tiene su propio club de fans. Sonríe cuando es preguntada por ello, porque “nunca esperaba una cosa así. Se pusieron en contacto conmigo, me dijeron que había mucha gente que me seguía y que querían ponerlo en marcha para que todos pudieran tener información sobre mí y seguir mi trayectoria; lógicamente acepté encantada. Es curioso, la verdad”. Probablemente su amabilidad, disponibilidad y esa pertinente sonrisa han ayudado a la Lidia Valentín campeona de halterofilia. Y si hay algo que le enorgullece por encima de todo es su tierra. Camponaraya, su pueblo, y El Bierzo “son lo mejor del mundo”. No tiene dudas a la hora de recomendar un destino de vacaciones. “Mi pueblo es pequeñito, pero tiene su encanto y la zona en general es espectacular. Paisajes impresionantes, buena comida, gente estupenda… ¡Qué voy a decir yo!” Y mientras mucha gente se debate entre Real Madrid y Barcelona, Lidia lo tiene muy claro, “la Ponferradina. Es mi equipo, me han tratado siempre de lujo, dándome homenajes y permitiéndome hacer el saque de honor, y además ahora están que se salen”. Una mujer de los pies a la cabeza, toda una precursora en su deporte. Así es nuestra actual campeona de Europa, quién sabe si del mundo antes de que acabe el año y una de nuestra grandes bazas en Río. Con deportistas así, es lógico sentirse orgulloso de ser español.

Lidia Valentín en el Campeonato de Europa en Tiflis, Georgia. 2015.


Olga MARTÍN AGENCIA EFE

Lidia Valentín, una reina de peso Dice que fue por casualidad. Que la halterofilia se cruzó en su vida cuando tenía once años y que cuando la probó le gustó tanto que dejó todo lo demás para dedicarse plenamente a ella. Cuando la preguntan, y ahora la preguntan muchas veces porque colecciona títulos europeos, recuerda así sus comienzos en León, su tierra natal. Allí, en edad escolar, cuenta que era muy deportista y que un entrenador que buscaba talentos le ofreció la oportunidad de probar suerte como haltera después de fijarse en ella porque era la que más corría y la que más saltaba.


Después de aprender los primeros pasos, posiciones y movimientos y con la posibilidad de pulirse en el CAR de León, Lidia Valentín se convirtió en levantadora de peso, hasta ahora la mejor de la que puede presumir el deporte español y también la mejor de Europa en estos momentos. Los bronces continentales de 2007, 2009 y 2011 en 75 kilos, junto a las platas de 2008, 2012 y 2013 hicieron pensar en un oro que por fin llegó en Tel Aviv hace un año y que acaba de colgarse de nuevo hace unos días en Tiflis. Los últimos metales añaden lustre a un currículum que incluye los diplomas olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012 y su aproximación al podio en el último mundial disputado el año pasado en Kazajistán, donde terminó en quinto lugar. Son los logros de los que puede presumir una atleta que ha hecho mucho para que el deporte español conjugue, sobre todo en femenino, algo que ocurre especialmente desde los Juegos de Londres 2012, los segundos en los que participó y los segundos en los que se llevó un diploma con el objetivo de transformarlo en medalla el año que viene en Río de Janeiro. Para ello aún debe cerrar la clasificación con un buen papel en el Mundial que puede prologar su próxima condición olímpica, hasta ahora su último objetivo como atleta en activo, porque Lidia Valentín, en plena madurez, ya piensa en el día después. Cuando habla de ello asume con franqueza que sólo imaginarlo le da “mucho miedo” porque “después de la halterofilia no habrá nada en la vida que la llene tanto”. Por eso, cuando acabe Río cree que irá año a año, probándose. Pero la distinta forma de medir el tiempo en el mundo del deporte abre ante ella un amplio universo de posibilidades, al que se acerca dispuesta como siempre a superarse, a crecerse ante cualquier adversidad y a seguir marcando estilo, siempre femenino, en un deporte que muchos aún consideran sólo para hombres a pesar de los logros de mujeres como ella.


BARCELONA WORLD RACE

CUANDO LA PASIÓN POR LA VELA EMPEQUEÑECE LOS LÍMITES HUMANOS La Barcelona World Race es la primera y única regata de vuelta al mundo a vela con dos tripulantes por barco, sin escalas ni asistencia. Este colosal desafío de más de tres meses de duración sólo está hecho para valientes, y no todos los navegantes son profesionales. También los amateurs tienen su lugar en esta competición, y no para participar sin más. Revista Elite Sport se acerca a la historia de dos de los regatistas no profesionales que han sido capaces de completar la circunnavegación al globo. Ellos son Didac Costa (cuarto clasificado) y Bruno García (quinto clasificado). Unos ‘héroes’ que tienen una vida en el agua y otra muy distinta en tierra. ¿Preparados para conocer cómo han vivido su sueño? ENTREVISTA DE: José Vicente Alzola, Jorge de la Hoz y Fernando Herrero


E

n la tercera edición de la Barcelona World Race hemos vivido momentos tristes como el abandono del barco Hugo Boss, tras la rotura del mástil. Pepe Ribes y Alex Thomson han sido los únicos que no han podido completar la vuelta al mundo. La alegría de llegar a puerto después de más de 90 días de navegación es indescriptible. Didac Costa ha navegado a bordo del barco One Planet, One Ocean & Pharmaton, junto a su compañero Aleix Gelabert. Con él ha compartido grandes experiencias durante estos tres meses. Didac, bombero de profesión, nos ha contado en exclusiva sus vivencias durante esta travesía y cómo es su vida fuera del mar.

Didac Costa “Si pudiera me dedicaría de lleno a la vela”

es: 98 días, 9 horas y 12 minutos. Más de tres

meses en el mar con la única compañía de Aleix… ¿Cómo has vivido esta experiencia? ¿Habéis pasado miedo en algún momento? Ha sido una experiencia muy buena, era algo nuevo para Aleix y para mí. En cuanto al miedo, tampoco lo hemos tenido, porque no ha habido situaciones de emergencia ni de peligro real. Hay momentos en los que el barco va muy rápido, no teníamos mucha experiencia y no sabíamos si podía romperse algo, lo que nos hacía tener ese miedo a abandonar, a ver si podríamos aguantar o no.


Didac Costa y su compañero Aleix Gelabert en el One Planet, One Ocean & Pharmaton.

es: ¿Cómo catalogarías el logro de completar vuestra primera circunnavegación al mundo?

Es un sueño cumplido. No teníamos el proyecto más grande ni el barco más rápido, era nuestra primera experiencia y aun así hemos conseguido llegar cuartos.

es: Esta aventura ha contado con muchas horas de entrena-

miento para rendir al máximo. ¿Qué esfuerzo ha requerido esa etapa previa a nivel personal y físico? Hemos estado involucrados desde el primer día al cien por cien. Desde las 7:30 de la mañana que íbamos al gimnasio hasta las 9 o 10 que ya empezábamos con el trabajo en el barco. Preparar la navegación, estudiar la estrategia, meteorología, actos de difusión con escuelas…

es: ¿Qué similitudes encuentras entre las características y cla-

ves de un bombero y un navegante oceánico?

Son dos profesiones bastante distintas. En ambas hay que ser capaz de reaccionar rápido, con seguridad. Tanto el barco cuando va muy rápido y hay algún contratiempo. También es muy importante en ambos casos tener la cabeza fría y saber mantener la calma en situaciones de máxima tensión.

Un bombero y un navegante oceánico han de reaccionar rápido y con seguridad


es: A tus 34 años, has podido compaginar tu profesión de bombero con las regatas. Si en los próximos meses te saliera algún proyecto interesante, ¿te dedicarías de pleno a la Vela?

Sí, por supuesto que me dedicaría de pleno a la vela. Es lo que me gusta ahora y si tuviera la oportunidad de hacerlo lo haría, además teniendo en cuenta que siempre podría volver a ser bombero en el futuro.

es: ¿Qué sueños le quedan por cumplir a Didac Costa?

En cuanto a la navegación acabo de cumplir uno, el de la Barcelona World Race, y me gustaría poder hacer lo mismo en otra vuelta al mundo pero en solitario. No sé si será posible pero si tengo la oportunidad es algo que me atrae mucho y que me gustaría hacer.

es: Habéis sido el barco que más ha colaborado a nivel cien-

tífico en la regata. ¿En qué ha consistido vuestra aportación al mundo de la investigación oceanográfica? El proyecto científico es en colaboración con la UNESCO. Se trataba de ir tomando muestras del agua a lo largo del recorrido. Este agua, mediante unos filtros, ha podido ser analizada para descubrir la contaminación que posee.

Me gustaría poder hacer lo mismo en otra vuelta al mundo pero en solitario


Bruno García “He redescubierto a mi hermano Willy compartiendo las penas y alegrías” Otro protagonista de esta competición ha sido Bruno García, cardiólogo intervencionista en el Hospital Vall d´Hebron. A bordo del We Are Water junto a su hermano Willy, han sido los primeros hermanos en conseguir juntos el reto de dar la vuelta al mundo. Bruno se emociona al recordar los momentos vividos con su hermano y, una vez terminada la Barcelona World Race, tiene claro dónde está su sitio.

es: Tienes dos grandes pa-

siones, la vela y la medicina. ¿Cómo pudiste compaginar tu trabajo con la preparación de la regata? ¿Tuviste que acumular muchas guardias? Eso era sobretodo antes cuando era más joven. Hacía horarios interminables para lograr estar en el mar. Con el tiempo he tratado de compensar a mis compañeros más que cambiando guardias, con otras responsabilidades que pueden compensar en un entorno médico complejo y exigente.


es: ¿Qué se siente al ser los primeros hermanos en lograr juntos este éxito?

Ni lo habíamos pensado. En este país que somos tan de la familia nos reafirma que el vínculo familiar sí puede ser aún más que la amistad y el compañerismo. Es como una sexta velocidad en la relación humana, yo estoy encantado, la BWR es una aventura humana, y espero que nosotros hayamos contribuido a demostrarlo un poquito más simplemente.

es: La buena convivencia es clave en una vuelta al mundo a dos

como la Barcelona World Race. ¿Cómo ha sido la experiencia de cruzar océanos con tu hermano? ¿Crees que ha sido una ventaja en este sentido? Buah! Sin ninguna duda. Hemos tenido los roces normales entre dos hermanos que se ven de vez en cuando. Pero es que nosotros hemos compartido todo durante 3 meses. Además he redescubierto a mi gran hermano pequeño Willy. En el mar es aún mejor, los contrastes se acentúan y hemos respondido bien en todo, compartiendo alegrías y preocupaciones, y no son pocas.

es: ¿Por qué para vosotros ya fue un triunfo el hecho de estar en la línea de salida de la BWR?

Pues porque era un proyecto que nació apenas 2-3 meses antes de la salida, con poco presupuesto, yo diría que el menor de todos, y encima con 2 amateurs como navegantes. Suerte del equipo y del tirón humano que llevábamos todos dentro: excepcional.

La BWR es una aventura humana, y espero que mi hermano y yo lo hayamos demostrado un poco más


es: Han sido más de tres meses de intensa tra-

vesía. ¿Cuáles son los mejores momentos con los que te quedas? ¿Y los peores, habéis pasado miedo en algún instante concreto? Pues buenos hay muchos: La noche que vimos la aurora boreal, las primeras planeadas en el Sur, el descenso del Atlántico sur casi en su totalidad, el paso de Hornos….y la llegada, fue muy fuerte y emocionante, en nuestra ciudad, con los amigos y la familia, después de dar la vuelta al mundo con Willy, ¡qué bonito!. Los malos, todos los días que tenía migraña los he sufrido, y a veces han coincidido con momentos difíciles: en el Índico la primera borrasca seria fue muy dura, por suerte luego fueron algo mejores. Y luego el impacto con “algo” al sur de Nueva Zelanda con quilla y el timón de babor fue un mal momento. Hasta en tres ocasiones hemos visto el compartimento de las velas completamente inundado, ¡a menos de 20 cm de las baterías!.

es: “Hay mensajes que tienen que dar la vuelta

al mundo”. Es el lema con el que habéis navegado. ¿En qué consiste el proyecto de la Fundación “We Are Water” y qué significa para vosotros formar parte de él? Es un proyecto para llevar agua potable a todos los pueblos del mundo, sobre todo para que tengan medios para recogerla y eliminar las aguas residuales de forma eficiente y saludable. Muchas enfermedades son aún causa de las deficiencias en estos dos conceptos sencillos pero capitales.

es: ¿Te plantearías dedicarte plenamente a la

Vela si se dieran unas determinadas circunstancias? ¿O tu lugar está en los hospitales? Pues lo he pensado muchas veces y la respuesta siempre ha sido que no. ‘Navegar’ por el corazón y las arterias me parece aun tremendamente fascinante, a menudo me sorprende que me paguen por hacerlo.


Just a Lifestyle

Volver a creer en el ser humano

Una filosofía: el deporte como factor clave en la mejora del bienestar y la felicidad. Un objetivo: compartir con los más necesitados los valores que les permitan crecer comosociedad. Así es Just a Lifestyle. REPORTAJE: Salva Martín


N

os encontramos en un momento histórico en el que todo está en tela de juicio. Los diferentes escándalos políticos y sociales han resquebrajado el sistema por la rendija más sensible de todas, la confianza. Ya nadie se fía de nada y todo está puesto en cuestión. Sin embargo, en un escenario tan sombrío todavía existen razones para creer en el ser humano. Y una de ellas es Just A Lifestyle, un proyecto de colaboración social que utiliza el deporte como herramienta de difusión de valores en los lugares más desfavorecidos del planeta. Y lo hace focalizando su acción en los que representan la clave de nuestro devenir, los niños. Hace dos años, el cordobés José Cano decidió dar forma a su determinación por expandir la idea de que el deporte mejora las sociedades a través de una organización a la que llamó Just a Lifestyle (‘sólo un estilo de vida’). Cano, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y Deporte, vivía por aquel entonces en Londres, donde trabajó en su Comité Olímpico al tiempo que ejercía como entrenador personal en Chelsea y Nothing Hill. La vida le sonreía, pero él quiso que también fuera benévola con aquellos que por su humilde destino pueden darse por satisfechos con sobrevivir un día más. “Se trata de unir, de contagiar y expandir la fuerza transformadora que tiene el deporte”, destaca el joven a Revista Elite Sport. Pero, ¿qué es está organización y cómo funciona? Just a Lifestyle puede definirse como una plataforma de acción social que combina la salud y la educación, que tiene su base en el deporte y que desarrolla su labor en lugares de pobreza extrema. Llega a sitios olvidados para transformar su futuro a través de valores y enseñanzas como el compromiso, la buena conducta y la higiene personal. Para ello, aplica lo que sus responsables denominan el Protocolo Just a Lifestyle, un conjunto de acciones para lograr sus objetivos. Se compone de cuatro pilares, a saber: programación deportiva adaptada (salud, educación, unión y reinserción social), inversiones en infraestructuras, transmisión del mensaje (el deporte como estrategia para el desarrollo de habilidades y valores) y, por último, desafíos deportivos en forma de eventos o apoyos de deportistas.

Se trata de unir, de contagiar y expandir la fuerza que tiene el deporte


Los comienzos nunca son fáciles. Además de los obstáculos propios de las limitaciones de los lugares a los que pretendía acudir, José Cano también tuvo que lidiar con la falta de comprensión de parte de su entorno. “Hubo quien sintió miedo, pues suponía afrontar infinidad de riesgos y aventuras en solitario”, afirma, pero éstos no sabían del poder que puede acumular una idea: “¿Quién ha logrado algo grande siendo realista?”. Sin dudarlo, se fue a Kenia y Tanzania, su primera aventura como promotor de Just a Lifestyle. En la localidad de Arusha, colaboró con un orfanato desarrollando un programa para adaptar el deporte a las posibilidades del entorno educativo. Mejoró las infraestructuras, facilitó material y, además, completó su labor con unas jornadas en la que los más pequeños aprendieron los hábitos básicos de higiene y salud. Tan cotidianos aquí en el primer mundo, tan lujosos y desconocidos para ellos.


De África, Cano dio el salto a la India. Gracias a la repercusión que su primera labor, el ‘Proyecto Miracle Charitable’ pronto tuvo una gran acogida a través de las redes sociales. Los colaboradores de Just a Lifestyle consiguieron la ayuda desinteresada de muchos habitantes de Faridadbad (ciudad situada al sur de Nueva Delhi) y, junto a ellos, lo primero que hicieron fue adecentar la escuela, convertir aquellos viejos muros que se asemejaban a una cárcel en un espacio digno y alegre para unos niños que no merecían menos. Como la vez anterior, también les enseñaron hasta cómo debían lavarse el pelo, algo que ellos no habían hecho en sus vidas. En la actualidad, el español se encuentra en Nicaragua, inmerso en el cuarto proyecto. Allí, mientras desarrolla el Protocolo a través de diferentes actividades, eventos y formación a los educadores de cinco colegios, Just a Lifestyle participa en la construcción de un parque deportivo en el corazón de una zona rural en la que a día de hoy mil niños carecen de un lugar para poder jugar y desarrollarse. A través de un acuerdo con la ciudad de Diriamba, la organización firmó un convenio para la cesión de una finca de 7.000 metros cuadrados que acogerá un campo de fútbol, un área de baloncesto, otra de vóley y una pista de atletismo, la primera en toda la comarca. Para que luego digan que es utópico creer en los sueños. “En cada lugar que visitamos”, señala José Cano, “percibo un aroma de humildad y sencillez impregnado de injusticia e ignorancia”. Y no es para menos. Las personas que conocen y a las que tratan de ayudar consideran el alimento o el agua como una conquista diaria y ahora ven ante sí unas enseñanzas y posibilidades que eran ajenas a su mundo. Mención aparte, los niños. “Trabajar con ellos es lo más gratificante de esta experiencia”, relata José Cano, que añade: “lo que para ellos es una diversión para nosotros supone la oportunidad de incidir en su conducta; mientras lo pasan bien trabajamos en su desarrollo psicomotriz y socio-afectivo”. Pero no siempre todo son buenas noticias. Y más cuando el contexto es un entorno tan desfavorecido. “He visto chicos morir de un simple resfriado porque su alimentación y condición física era tan mala que estaban muy debilitados”, se lamenta el cordobés, que también se ha topado con “niños con una inteligencia tal que serían genios en otro entorno, pero que dadas sus circunstancias están destinados al fracaso”. Y así, entre tanta injusticia, Just a Lifestyle, una luz de esperanza para cambiar conductas, transformar sus vidas, transmitir y contagiar valores. “A veces observo la felicidad. Pero una felicidad tan auténtica que desconcierta”, resume.

A veces observo la felicidad. Pero una felicidad tan auténtica que desconcierta


Con todo, después de Nicaragua, el próximo desafío para la organización dependerá del apoyo que pueda recibir de administraciones o entidades. Hasta ahora ha salido adelante y conseguido el éxito de todos sus proyectos gracias a un grupo de personas que se han dejado el alma y sus recursos en las ideas de Just a Lifestyle, pero es el momento de un empujón. Como el recibido en sus inicios por el CSD, que decidió otorgarles su Sello de reconocimiento por su labor. José Cano tiene claro que su objetivo es involucrar a través del ejemplo y recalca que si alguna entidad da el paso y les apoya, “sólo en RSC e imagen recompensaría la ayuda”. Como ellos mismos señalan, “existen muchos motivos para no hacerlo, pero nosotros tenemos una razón muy poderosa que nos hizo dar el paso”. Querer es poder.


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Cordon Press, Conchi Martín, Mireia Perello, Gilles Martin-Raget, Alfred Farré, Jorge Andreu, Ulrich Schaarschmidt, Lotus F1 Team, Barcelona World Race 2014-15 y www.viviracontracorriente.com

Miguel Ángel López Castellanos, Olga Martín, Rafa Molina, Jorge de la Hoz y Fernando Herrero. George Woffenden, CSD (Consejo Superior de Deportes), Jaume Soler (Responsable de Prensa One Planet, One Ocean & Pharmaton) y Silvia Casallachs (Responsable de Prensa We are Water)



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