Isabela Corral Vivir lo inesperado Encuentro demasiado increíble como puede todo frenar y derrumbarse en cuestión de segundos sin siquiera señales de avisos, se asemeja a un castillo de arena tan inestable por los vientos y las olas del mar, que, aunque parezca firme se sabe que en cualquier momento caerá. Sin embargo, la gran diferencia radica en que al menos ese sonido que ocasiona el movimiento del mar y que tanto me atemoriza, es la señal para salir a correr e intentar proteger tu gran creación. Y aún más inexplicable que no solo lo estoy viviendo yo, mi familia, la ciudad, sino el planeta entero y sus más remotos rincones. Es muy irreal vivir lo inesperado. En el tiempo que he tenido aparecen pensamientos que van y vienen, donde algunos te invaden tanto que no los puedes controlar. Hace poco pensaba en la rutina, y todo lo que me molestaba la monotonía y su limitación de actividades distintas, pero claro ahora que de verdad entiendo que es lo que significa la monotonía, valoro más que nunca mi rutina, levantarme, ir a estudiar, estudiar más, pasar tiempo en el gimnasio, salir a comer etc. Lo que se me hace más raro es que hay mucha gente en redes publicando que no soportan más el encierro y no ven la hora en la que puedan salir, pues por el contrario a mi no se me ha hecho difícil quedarme dentro, al parecer yo ya vivía en una cuarentena. Bueno y ni hablar de
esos pensamientos que no te dejan dormir, como lo lejos que veo el fin de la pandemia, la angustia por la vulnerabilidad de contagio, las decisiones que toma el país, lo que pudimos estar haciendo ahora si todo hubiera sido diferente, pero también en qué usar ese tiempo por el que tanto me quejaba que no tenía. Resulta que muchas veces la misma situación pueda hacerte muy susceptible que no imaginabas que pudiera afectarte de esa manera. Hay días en que la convivencia falla y sientes que todo está en tu contra, otros donde el centro de conversación de todos los días son las constantes predicciones de la situación, que termino por convencerme y contagiarme de esa paranoia, se siente como si esas predicciones se convirtieran más en una probabilidad, pero si lo pienso mejor, de eso se trata la vida, ¿no? Vivir sin anticipaciones, vivir en incertidumbre.