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5. De comunitarios a gobunitarios: los medios alternativos en tiempos de revolución Raisa Urribarrí
Ciudadano es su propio señor, aquel a quien no le escriben el guión en el seno de una comunidad política. Adela Cortina
Antes de pasar a dar cuenta de la mutación que han sufrido los medios alternativos y comunitarios durante la última década en Venezuela, nos permitiremos unas líneas a modo de preámbulo. Quizás resulten demasiado gruesas, pues carecen de los pormenores que sin duda le hubieran conferido mayor profundidad al panorama que se intenta presentar. Sin embargo, una razón justifica su tosquedad y es que si bien el objetivo de este ensayo no es ponernos al corriente del complejo y todavía indescifrable contexto político en el que se inscribe esta transformación, consideramos necesario ofrecer unos “brochazos” que permitan ubicarla en perspectiva y dentro de una trama que le conceda cierta significación. Al menos la que le hemos ido encontrando mientras discurre. Dicho esto, comenzaremos por afirmar de entrada que, como en otros países de América Latina, los medios alternativos y comunitarios en Venezuela gozan de una extensa y sólida tradición. Surgidos al calor de los acontecimientos que marcaron la historia política y las luchas reivindicativas de los sectores populares entre las décadas de los sesenta y los setenta, la mayoría de ellos se mostraba dueño de un lenguaje y de unos objetivos que los diferenciaban taxativamente tanto de los privados, como de los públicos-estatales. En pocas palabras, tenían un perfil propio. Expresión de diversidad de sectores, intereses y formas organizativas (obreros, vecinales, culturales, ecologistas, estudiantiles, eclesiales de base, juveniles, de organizaciones no gubernamentales, feministas…y un largo etcétera), a este conjunto de medios, de desigual calidad e impacto, sin embargo, se les podía homologar gracias a
2 uno de sus rasgos, por lo demás prominente: su oposición a un poder excluyente encarnado tanto por el sistema comunicacional privado como por el público-oficial, ciertamente en aquella época1 fragmentado e integrado por medios de poco peso, pero en líneas generales subordinados a los intereses de los gobiernos de turno que actuaban, aunque no sin fricciones, en connivencia con el poder económico. Allí radicaba su diferencia esencial y por ello el nombre de alternativos. Alternativos a una hegemonía mediática y política que no dejaba -o dejaba muy pocoespacio para la expresión pública de una diversidad de movimientos sociales que disputaba su derecho a ejercer con libertad la crítica y el disenso, así como también el de incidir en la formulación de las políticas que consideraban necesarias para el desarrollo social.
Los medios alternativos, puede sostenerse entonces, eran clara
manifestación de una demanda de democratización: del sistema de medios y de la sociedad en su conjunto. En Venezuela, estos esfuerzos –es necesario no pasar por alto hoy– también tuvieron eco en algunos gobiernos en función de Estado. Como ejemplo podemos mencionar el trabajo conjunto entre el Consejo Nacional de la Cultura (CONAC) y el Instituto de Investigaciones de la Comunicación (ININCO) de la Universidad Central de Venezuela (UCV) para la realización del Proyecto Ratelve, el cual tuvo lugar durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez (1973-1978), período en el que Venezuela participó en la Primera Conferencia Intergubernamental sobre Políticas de Comunicación en América Latina y El Caribe, en Costa Rica, donde temas como el Nuevo Orden de la Comunicación y la Información (NOMIC), tuvieron suma significación. Diversas reuniones de carácter internacional pusieron de relieve el asunto en esta época y el debate sobre la urgencia de democratizar el sistema de medios avanzó hasta la UNESCO dando como resultado, en 1980, el llamado Informe Mc Bride (Un solo mundo, voces múltiples) que asumió la defensa del derecho a la comunicación y propuso algunos principios y acciones a favor del equilibrio mundial en este ámbito. Ambos informes, aún con plena vigencia hoy, lamentablemente han pasado a la historia como 1
Los cuarenta años transcurridos entre 1958 y 1998, período que el Presidente Hugo Chávez ha bautizado como Cuarta República y que autores como Ramón Guillermo Aveledo prefieren nombrar como el de los gobiernos civiles y democráticos.
3 objetos de estudio. Los hemos traído a colación en este recuento, pues tanto la comunicación alternativa, como los afanes investigativos de ese entonces traducidos en la formulación de políticas nacionales e internacionales de comunicación, se corresponden a diferentes niveles de un mismo esfuerzo, el de enfrentar hegemonías y democratizar la comunicación social. En el transcurso de casi cuatro décadas este vigoroso movimiento se fue transformando y, en consecuencia, también el perfil de los medios. Entre finales de los setenta y durante la década de los ochenta, los gestores de los medios alternativos, que en un principio tuvieron un objetivo “concientizador”,
se sintieron interpelados y
obligados a modificar sus formas de trabajo, estrategias y lenguajes. Al ritmo que crecía la bonanza económica y se fraguaba la paz en democracia, el “aquietamiento” y la “desmovilización” social se fueron imponiendo y, aunque no sería apropiado decir que todas las dificultades y los reclamos que les daban razón de ser se habían extinguido, se comenzó a sentir la urgencia de cuestionar unas prácticas comunicacionales muy poco eficaces, de las cuales emergían medios tan poco atractivos que no se podía obligar a nadie a atender2. Estos colectivos o movimientos, es necesario indicar, sin bajar el tono crítico frente a los medios que se enseñoreaban en su hegemonía,
y con posiciones
abiertamente cuestionadoras en relación con el statu quo vigente, comenzaron a comprender, también como producto de la evolución del pensamiento en comunicación durante esos años, 3que si alguna tarea les competía y era propia era la de recoger y revelar el mundo de vida comunitario, una esfera tradicionalmente excluida de ambos sistemas de medios. Es así cómo, desde una propuesta comunicativa basada en la imposición a las comunidades populares de la “verdad” de una vanguardia iluminada, se avanzó hacia otra cualitativamente diferente. Los medios dejan de tener objetivos de “agitación” o “contrainformación” y se inclinan por entrar en sintonía con el sentir de 2
Kaplún, Mario (1985). El comunicador popular. Ediciones CIESPAL, Quito. María Elena Hermosilla da cuenta de la evolución de las concepciones sobre comunicación y su impacto en los medios alternativos en “Comunicación para el Desarrollo en América Latina: ¿Tiene aún sentido?”,en revista Comunicación No. 137, Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 5-8. Tanius Karam (2002) también aborda este asunto en “De las organizaciones populares a las civiles”, en revista Comunicación No. 117, Primer Trimestre 2002. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 2-13. 3
4 las colectividades de las cuales intentaban ser expresión. Comunicación horizontal, participativa o de base son los nuevos calificativos que las identifican y anuncian sus nuevos derroteros. No se trata ya de medios para “ideologizar” a las masas, sino para movilizarlas, partiendo de sus imaginarios, necesidades y experiencias. Prácticas comunicacionales de diverso corte, algunas ciertamente atípicas, pues llegaron a insertarse dentro de medios masivos, 4 lograron incluso articularse nacionalmente a través de iniciativas como la Red de Reporteros Populares (Colectivo Informa), la Agencia de Buenas Noticias (Escuela de Vecinos de Venezuela) y la Escuela Andina de Comunicadores Populares "Mario Kaplún" (Colectivos El Convite, Construyamos Juntos y Guarura), la cual tenía como objetivo capacitar a los grupos para la comunicación alternativa.5 Durante esta etapa, signada además por el impulso descentralizador que trajo como consecuencia la elección de alcaldes y gobernadores, se promovió la realización de diagnósticos comunitarios participativos como estrategia para capturar realidades que se reconocían complejas e inasibles; se estimuló la lectura crítica de medios; se atendió a la necesidad de generar textos más profundos, elaborados con base en la investigación de los temas que se proponían para el debate; se abogó por el uso de un lenguaje fresco y cercano a la cotidianidad de los destinatarios pero, sobre todo, se trabajó arduamente porque fueran éstos, a fin de cuentas, los emisores de sus propios mensajes. Aunque no de manera sistemática, algunos profesionales de la comunicación, escuelas y centros de investigación se ocuparon de “lo alternativo”, vinculándose con sus hacedores, y se logró entablar un diálogo entre activistas y académicos que, aunque no exento de dificultades y prevenciones 6, redundó en un mutuo enriquecimiento de perspectivas. 4
Como fueron los casos de las separatas Construyamos Juntos y Convite, publicadas por el Diario de Los Andes, en Trujillo, y El Vigilante, en Mérida. 5 En este proyecto es claramente perceptible la influencia del pensamiento de Mario Kaplún con cuyo nombre se bautiza la escuela. Sobre su estancia en Venezuela y su pedagogía educomunicativa recomendamos leer el esclarecedor trabajo de Jesús María Aguirre publicado en la revista Comunicación No. 131, Tercer Trimestre 2005. Editada por la Fundación centro Gumilla. Venezuela, pp.18-26 6 Según Rosa María Alfaro (2001), salvo excepciones, en el campo académico la comunicación popular ha sido subvalorada y cuando hubo un acercamiento fue desde el compromiso místico y la defensa afectiva; por su parte, los comunicadores populares se han negado casi absolutamente al quehacer teórico. En Venezuela destaca la atención que le ha prestado a este fenómeno el Centro Gumilla cuya revista Comunicación, con más de tres décadas de existencia, se identifica como “Estudios venezolanos desde una perspectiva crítica y alternativa”.
5 Durante la década de los ochenta, bajo el impacto que produjo el llamado “viernes negro”, este amplio movimiento germinó y fue fecundo, pero cuando las medidas de ajuste macroeconómico se hicieron sentir con fuerza al inicio de los años noventa, entre otros factores, estas iniciativas fueron perdiendo vigor. Como en otros países de la región, las organizaciones comunitarias y ONG que les daban sustento y proyección comenzaron a ejecutar algunos programas sociales convenidos por el Estado con los entes multilaterales, lo cual implicó la realización de exigentes actividades de carácter administrativo. Como consecuencia de esta situación, gran parte del tiempo y de las energías de las organizaciones se volcaron hacia este tipo de trabajo, en desmedro de la promoción de programas surgidos de su propio seno. A nuestro juicio, probablemente temerario, allí podría ubicarse, al menos en parte, el origen del desdibujamiento de su quehacer y de la pérdida de su significado y proyección en las comunidades populares. Ya a finales de los años noventa el país atraviesa por una delicada situación. Con amplios sectores de la población en situación de pobreza generalizada y deslegitimados los partidos que habían abandonado la responsabilidad de impulsar el bienestar colectivo, el sistema político se encuentra gravemente en entredicho. Se ha diagnosticado que esas cuatro décadas cerraron su ciclo a causa de la corrupción, un fenómeno que antecedió a la democracia y que la ha sobrevivido con una salud y una fortaleza que impactan al menos impresionable de los observadores. Creo que la verdad de su ocaso está más relacionado con el colapso del modelo rentista que no supo superar y con el alejamiento entre los partidos políticos y la sociedad toda, desde los actores organizados con intereses grandes, medianos y pequeños, hasta el pueblo llano y sus mismas bases.7
Independientemente de las interpretaciones que se puedan hacer hoy, lo cierto es que el descontento popular se intensifica; la crisis de representación y de gobernabilidad se acentúa, y queda en evidencia la urgencia de emprender transformaciones políticas y sociales de fondo que no son debidamente atendidas. El llamado “Caracazo” de febrero de 1989 y los dos intentos de golpe de estado de febrero y noviembre de 1992 develaron la gravedad de la descomposición social y la situación de desencanto y desesperación en la que estaba sumida buena parte de los venezolanos que, por lo demás, actuaba sin un liderazgo visible y de manera desorganizada. En 1993, por primera vez en la historia del 7
Aveledo, Ramón G. (2007). La 4ta. República. Editorial Libros Marcados, Venezuela.
6 país, es llevado a juicio y depuesto de su cargo un Presidente en ejercicio (Carlos Andrés Pérez) y un año después se alza con la Primera Magistratura quien retorna a la arena política para encarnar (Rafael Caldera) una opción multipartidista que excluye a los partidos tradicionales, incluso el que él mismo fundara (COPEI). En 1998, ya por concluir el Siglo XX, nueve años después del “Caracazo” y seis después de los dos intentos de golpes de estado, en medio de un clima de frágil institucionalidad y en pleno auge de la “antipolítica”, es electo como Presidente de la República el teniente coronel del ejército Hugo Chávez, uno de los protagonistas de la sublevación militar de 1992 y quien, gracias a una breve aparición en televisión, se convierte en el referente de las mayorías descontentas. Durante el primer año de su gobierno se produce un hecho importante en el escenario político: la aprobación de una nueva Constitución de la República que, en lo atinente a la participación, establece nuevos organismos de
corresponsabilidad ciudadana, como los consejos de
planificación local (municipal y parroquial), y mecanismos de control, tales como el referéndum revocatorio del mandato a diferentes niveles del poder público. No obstante, la ausencia de consultas para la escogencia de los candidatos a los cargos de representación popular se comienza a hacer notar y, al igual que para la escogencia de los miembros de la Asamblea Nacional Constituyente, los “electos a dedo” por las nuevas cúpulas se presentan a la consideración de los votantes a través de un método parecido al usado por la lotería. El kino electoral 8, un anzuelo dirigido a “facilitar la selección” de los candidatos promovidos por el grupo que asumía el poder sin una organización política consolidada, fue fácilmente mordido por una población que se conformó, según nuestra percepción de manera bastante acrítica, con la suplantación de un viejo liderazgo por otro que, al menos en las formas, se diferenciaba muy poco de aquél.
Lejos de responder a las aspiraciones de quienes clamaban por
mayor participación en la esfera pública y democracia en la toma de decisiones, los nuevos actores que ingresaron a la escena política se encargaron muy pronto de desdecir con sus actos los “buenos deseos” expresados en el texto con el que se intentaba refundar la República: 8
El mecanismo fue diseñado por el profesor de la Universidad Central de Venezuela Nelson Merentes, PhD en Matemática de la Universidad de Budapest, quien luego ejercería en dos oportunidades el Ministerio de Finanzas. Gracias a este método el oficialismo obtuvo la mayoría de los escaños de la Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
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Venezuela se constituye en un Estado democrático y social de Derecho y de Justicia, que propugna como valores superiores de su ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”9. (Las cursivas son nuestras).
Dueño de un verbo pugnaz y corrosivo que en ocasiones raya en lo soez, si algún rasgo sobresale en la gestión de Hugo Chávez, caracterizada además por una prominente influencia militar, es la severa polarización de la sociedad en dos sectores supuestamente irreconciliables, una división falazmente simplificadora de la cual emergen estereotipos y prejuicios que imposibilitan la convivencia y entorpecen la búsqueda del equilibrio que demanda la edificación de un clima democrático. En líneas generales puede afirmarse que su gobierno ha transcurrido en medio de una situación de seria ingobernabilidad la cual tuvo su máxima expresión en el período 2002-2004 durante el cual se produjeron el golpe de estado, el paro petrolero, y el referendo revocatorio que ratificó su mandato, eventos que, en ausencia de sólidas organizaciones político-partidistas, las cuales durante esta misma década se fueron desvaneciendo con celeridad, el sistema de medios privados no sólo aupó sino que prácticamente condujo.10 En paralelo, las torpes actuaciones de los partidos tradicionales e incluso de los emergentes (como la renuncia a presentar candidatos a las elecciones parlamentarias, entre otras) ponen seriamente en duda la capacidad de estos actores de reconocer y enmendar los errores que les llevaron a perder espacios y la de conectarse con las aspiraciones de los ciudadanos descontentos del pasado y decepcionados del presente. Es así como, a pesar de lo dispuesto por la Constitución, que consagra el pluralismo (texto refrendado en la consulta del dos de diciembre pasado, pues la mayoría de la población electoral no estuvo de acuerdo con su reforma) 11, hoy nos conseguimos con que una parcialidad política ejerce la hegemonía del Estado mediante el control de los cinco poderes que lo conforman: Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Ciudadano y Electoral. 9
Artículo segundo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela sancionada por la Asamblea Nacional Constituyente en diciembre de 1999. 10 Una documentación exhaustiva del comportamiento de los medios -particularmente los impresos- durante este período la ofrece el periodista Alejandro Botía en el libro Auge y crisis del cuarto poder. La prensa en democracia, publicado en el año 2007 en Caracas por la Editorial Random House Mondadori, SA. pp.263312. 11 Mayoría que aún no ha sido cuantificada. A la fecha de redacción de este texto, más de cinco meses después de la consulta, el Consejo Nacional Electoral aún no ha dado a conocer las cifras oficiales.
8 Por contraste, como señala Teodoro Petkoff, el Jefe del Estado ha logrado el “milagro” de organizar a los sectores más empobrecidos: Desempleados crónicos, amas de casa de hogares pobrísimos, trabajadores informales, vendedores callejeros, incluso gente que lleva vidas más o menos delictivas... El discurso chavista, animado por una cierta resonancia redentora, logró organizar a este sector y allí han surgido una miríada de organizaciones populares de distinto tipo que han creado centros de poder populares12
Este “milagro”, que algunos atribuyen a una exitosa estrategia de inclusión simbólica, y otros al efecto de las misiones, también ha sido calificado como de una interesada “burocratización del movimiento popular”. De acuerdo con Francisco Prada, líder del Movimiento Tercer Camino,13 agrupación que participó por largos años en los planes conspirativos que desembocaron en la insurgencia militar del cuatro de febrero y que periódicamente ha manifestado cercanías y distancias con el llamado “proceso”, las formas organizativas que promueve el “chavismo”, aparecen oportunamente “para ejercer la verticalidad del mando cuando se imponga una eventual represión de la protesta popular. Porque, independientemente de lo que se diga, hay quejas, protestas, la gente siente los efectos de la globalización…”14 En efecto, la pobreza, la inseguridad, el desempleo, la inflación, la corrupción y el deterioro de los servicios públicos, entre otros signos que denotan la baja calidad de vida de la mayoría de los venezolanos, siguen presentes y las protestas de los sectores populares se hacen sentir con una advertencia que no deja de resultar inquietante: “somos chavistas, pero…” Más allá de los extremos y fuera de los márgenes, o dentro de ellos y a la vera de viejos y ya no tan nuevos liderazgos que comienzan a perder el respaldo colectivo 15, se hace cada vez más visible una amplia y densa franja de venezolanos deseosos de convivir pacíficamente y de disfrutar de las garantías de un sistema verdaderamente democrático en términos de equidad, derecho y justicia social. Se trata de un conjunto plural y heterogéneo que comienza -en medio de dificultades y contradicciones- a 12
http://www.letraslibres.com/index.php?art=12893 Derivación de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), el movimiento Ruptura y el Partido de la Revolución Venezolana (PRV). 14 Entrevista personal, publicada en http://periodistasandinos.blogspot.com/2007/11/la-reforma-garantiza-laentrega-de-la.html 15 Como argumento a favor de esta tesis puede señalarse la derrota que sufrió el intento de reforma en diciembre pasado. 13
9 actuar de forma relativamente coordinada, tanto del lado del gobierno, que se ha dado a la tarea de crear y consolidar su propio partido, como de los grupos aliados a éste y de sus opositores, que apuntan a la unidad en medio de la diversidad. Los medios alternativos: ¿Un instrumento al servicio de la hegemonía? Como señaláramos en los primeros párrafos, nos hemos permitido esta revisión, si se quiere esquemática, porque es menester tener presente lo que ha sobresalido de bulto a través de su larga tradición. Si alguna motivación ha estado detrás de los medios alternativos, como hemos señalado, es una vinculada con la democracia informativa y comunicacional. Las interrogantes que ahora surgen son: ¿Qué ha cambiado en esta primera década del Siglo XXI? ¿Qué perfil muestran en la actualidad estos medios? Puede decirse que durante la década de los noventa los medios alternativos eran, si bien una realidad, apenas una bastante desteñida. Aunque entonces hayan surgido algunos nuevos y se hayan mantenido vigentes aquellos vinculados con organizaciones de larga data, como es el caso de Radio Fe y Alegría, 16 la mayoría de las experiencias de corte comunitario habían decaído ostensiblemente. Debido a las exigencias legales para poder operar una frecuencia del espectro radioeléctrico, las emisoras de radio comunitaria eran pocas; las de TV, aunque se contaba con casos interesantes, como Teleboconó, la primera televisora del país que transmitió su señal en color y funcionaba como una escuela, eran casi inexistentes. Los medios que mayormente se producían, por su menor costo y dificultades técnicas para su elaboración, eran los impresos. En junio del año 200017, tras la aprobación de la Ley Orgánica de Telecomunicaciones (LOT) la existencia de las emisoras de radio y TV comunitarias es
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Aún cuando algunas puedan tener un perfil comunitario, las emisoras del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) no son consideradas como tales, pues dependen del Movimiento de Educación Integral y Promoción Social del mismo nombre auspiciado por la Compañía de Jesús. Sobre la cobertura que hizo esta red durante los sucesos del 2002 es interesante leer las reflexiones de Javier Barrios y Belkis Urdaneta en la revista Comunicación No. 119,Tercer Trimestre 2002. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 2731. 17 La LOT, aprobada durante el régimen de transición del poder público, fue el único texto legal sancionado por el congresillo, presidido por Luis Miquilena, y tuvo muy buena recepción por parte del sector empresarial, especialmente de la Cámara de Empresas de Servicios de Telecomunicaciones (Casetel), gremio que elogió la gestión de Conatel al frente del cual estaba el actual gobernador de Miranda, teniente retirado Diosdado Cabello.
10 reconocida. El Artículo 200, correspondiente al último capítulo, referido a las disposiciones finales y transitorias, establece: El Estado promoverá la existencia de estaciones de radiodifusión sonora y televisión abierta comunitarias de servicio público, sin fines de lucro, como medios para la comunicación y actuación, plural y transparente, de las comunidades organizadas en su ámbito respectivo”. (Las cursivas son nuestras).
De la misma forma se dispone que “su régimen, ordenación, características, requisitos y limitaciones se determinarán mediante reglamento”, el cual se promulga en noviembre de año 2001, casi un año y medio después. De acuerdo con su artículo primero [Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta comunitarias de Servicio Público, sin fines de lucro] éstas tienen como objeto: “garantizar la comunicación libre y plural de las comunidades”. (Las cursivas son nuestras). A partir de esa fecha los medios alternativos cobran nueva vida. No obstante, su renovado impulso no se debe a la apertura de alguna compuerta que hubiera sido sellada ex profeso con el fin de coartarlos, sino a un suceso clave, como lo reconocen algunos de sus hacedores: La experiencia de la radio comunitaria en Venezuela se consolidó debido a los trágicos sucesos del golpe del 11 de abril de 2002. Es ahí donde empezamos a entender la necesidad de consolidar y fortalecer los medios comunitarios en todas las regiones a nivel nacional”. Indira Rivero, directora de la emisora Tamunangue Libre 95.3 F.M. Logramos que el mundo se enterara de lo que sucedía, a pesar de que los medios privados eran cómplices. Wilmer Peraza, director de Guachirongo 98.5 FM 18
De acuerdo con Bisbal,19 el golpe de Estado del año 2002 señala el inicio de la construcción del “Estado Comunicador”20. A partir de entonces, como destaca el periodista Pablo Antillano21 , los medios de uno u otro bando (gobierno y oposición) se convierten en máquinas de propaganda y arenas de combate, fenómeno del que los alternativos no escapan. Por primera vez es posible observar que éstos actúan de consuno y en sintonía con uno de los polos en confrontación, en este caso el gobierno, abonándole a la polarización política. 18
http://www.mci.gob.ve/oficina-inf-reg/1/4572/el_13a_de.html Bisbal, M. (2006). “El Estado-Comunicador y su especificidad. Diagnóstico inacabado y estrategias”en la revista Comunicación., No. 134, Segundo Trimestre 2006.Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 60-73 20 La importancia que se le otorga a los medios se manifiesta también con la creación del Ministerio de Información y Comunicación en octubre de 2002. 21 Citado por Botía ,op cit p. 310 19
11 Avanzar hacia la comprensión de los fundamentos que están en la base de este giro supone un reto de extrema importancia, pero excede los propósitos de estas reflexiones. Por los pronto nos interesa enfatizar su peculiaridad y sus implicaciones, en particular porque de acuerdo con su tradición –recogida en la legislación vigente–22, entre otros deberes, los medios comunitarios tienen los de garantizar el derecho a la comunicación libre y plural, evitar la discriminación por razones de creencias políticas o por cualquier otra condición, y abstenerse de transmitir mensajes partidistas o proselitistas de cualquier naturaleza. Pero como tempranamente advirtiera Elías Santana, a propósito de un encuentro de experiencias de comunicación alternativa auspiciado por la Comisión Nacional de Comunicaciones (Conatel) en el año 2003, en el cual prevalecieron medios pro-oficiales, los hechos hacen suponer que no sólo la profusión, sino el amplio apoyo dado por el Estado a estos medios obedece a un proyecto partidista. Suposición que brota con facilidad si se toman en consideración las palabras del Presidente de la República, quien en el evento antes mencionado, luego de una extensa crítica a los grandes medios comerciales y en especial a las emisoras de televisión, vaticinó de forma por demás lapidaria: “algún día los alternativos serán ellos”23, lo cual revela, además de sus propósitos, la concepción del Jefe del Estado acerca de lo alternativo. Pero veamos. A finales del año 2008, de ser ciertas las palabras del titular del Ministerio de Comunicación e Información (MinCI), Andrés Izarra, en Venezuela
se podrá
contabilizar cerca de 600 medios alternativos y comunitarios (en adelante MAC). A los 450 existentes a finales de 2007, habría que añadir los 20 (14 radios y seis televisoras) habilitados durante el primer trimestre de este año y los 128
más que se espera
autorizar.24 Aunque en ausencia de datos más confiables25 nos hayamos tenido que conformar con los ofrecidos por su despacho en boletines de prensa, es posible hacer algunas inferencias con base en las cifras suministradas por Conatel, las cuales muestran 22
Artículo 26 del Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitarias de Servicio Público, sin fines de lucro. 23 http://ipsnoticias.net/interna.asp?idnews=24449 24 Declaraciones ofrecidas en el acto de juramentación del jurado calificador del la III Edición del Premio de Comunicación Popular Alternativa y Comunitaria 2008. http://www.rnv.gov.ve/noticias/index.php?act=ST&f=2&t=67063 25 Al momento de poner punto final a este texto la solicitud de una entrevista a Directora de Medios Alternativos y Comunitarios del MinCI, María Angélica Toro, no había sido respondida.
12 que hasta julio del año pasado se le había otorgado licencias a 227 emisoras de radio y 36 de TV. Si sumamos los medios impresos y digitales no es difícil suponer que las estimaciones de Izarra se ajustan a la realidad. 26
Habilitaciones 2002-julio 2007 Radio Comunitaria 250 200 150 100 50 0
TV Comunitaria 227
36
40 30
85 8
42
14
19
2005
2006
20
59
10
6
5
2002
2003
11 3
3
2005
2006
8
0 2002
2003
2004
2007
Total
2004
2007
Total
Elaboración propia, fuente CONATEL
El tiempo, lamentablemente, no ha hecho sino corroborar las iniciales aprehensiones de Santana. A través de unas declaraciones del actual titular del MinCI, 27 en enero del año pasado se conocieron las estrategias mediante las cuales el gobierno garantizaría uno de sus objetivos en materia de comunicaciones: la hegemonía. En la hegemonía comunicacional va a haber varios niveles: integración de los sistemas de los medios públicos, articulación de un plan estratégico que permita la orientación de esos medios públicos; la creación de un sistema nacional de medios comunitarios y alternativos; el impulso hacia una producción independiente. (El Nacional, 07 de enero de 2007) (Las cursivass son nuestras).
A un año de estas declaraciones, luego de que la propuesta de reforma constitucional no fuera aceptada, el Jefe del Estado le encomienda nuevamente a Izarra 26
A éstos habría que añadir otros no cuantificados, que reciben apoyo de entes del gobierno aún no estando habilitados, como es el caso de Radio Ondas Bolivarianas 96.7FM de Mérida que funciona en el Instituto Municipal de Cultura del Municipio Santos Marquina de Mérida y es dirigido por una militante del Partido Socialista Unido de Venezuela. 27 Las declaraciones de Izarra (a la periodista Laura Weffer) se produjeron durante su gestión como presidente de Telesur. Recordemos que éste había ejercido ya la cartera de Comunicación e Información durante casi un año, entre septiembre de 2004 y agosto de 2005, y que durante los sucesos del año 2002 se desempeñaba como gerente de información del Observador de RCTV, cargo al que renunció el sábado 13 de abril como protesta por la censura impuesta por ese canal.
13 la cartera del MinCI, ente desde el cual se impulsa la alineación de todos los entes comunicacionales del Estado en los que se incluyen los MAC. Que el Estado se dé a la tarea, largamente postergada, de mejorar, consolidar, ampliar y dotar de infraestructura y tecnología de punta a su sistema de medios no es, en sí misma, una iniciativa criticable. Lo censurable es que, lejos de responder a un saludable interés por democratizar las comunicaciones y promover un sistema de servicio público, el esfuerzo se corresponda, como abiertamente lo ha dicho el ministro, con la intención hegemónica de la parcialidad política que circunstancialmente ejerce el poder. En tal caso, no sería válido, entonces, referirse a un Sistema Público de Medios, sino a un Sistema Gubernamental de Medios del cual las iniciativas comunitarias pasarían a formar parte. En consecuencia, al ser puestos al servicio de una facción y constituirse en altavoces gubernamentales, los MAC vulneran los principios que les otorgaban sentido y legitimidad. Pero, ¿a través de cuáles estrategias se fragua su adhesión al gobierno? Dos mecanismos destacan por su importancia. El primero, la legalización de su operación mediante el otorgamiento de frecuencias; el segundo, el financiamiento para la compra de los equipos, entre otros rubros de importancia no menor. En ese sentido, es necesario recordar que en las décadas pasadas, salvo algunos gobiernos regionales o alcaldías, a través de tímidos aportes, no existían instancias del Estado que estimularan medios con perfil comunitario y la mayoría de ellos dependían del trabajo voluntario, de la cooperación internacional e, incluso, de una publicidad artesanal que, más que de un interés comercial, era expresión de solidaridad. Hoy, por el contrario, el financiamiento público es considerable. A mediados del año 2006 las cifras oficiales de Conatel permitían constatar que en apenas dos años (2004-2006) un total de 108 emisoras de radio y TV comunitaria recibieron cerca de cuatro mil millones de bolívares para la adquisición de equipos, capacitación, adecuación de la infraestructura e, incluso, para la constitución de las fundaciones que los gestionan. Recursos ejecutados entre 108 Fundaciones por el Fondo para el Desarrollo de las Emisoras de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público sin Fines de Lucro. Período 2004 – 2006. Capital trabajo
de Capacitación
Infraestructura
Adquisición de Constitución equipos
fundación
Otros rubros
Total
14 Inversión
697.963.515,23
591.073.496,00
2.598.190.901,07
64.732.486,00
140.529,15
10.718.686,00
3.962.819.613,45
Comisión
7.925.639,23
0,20% BIV Total
3.970.745.252,68
Elaboración propia, fuente Conatel.
Aunque no se disponga de cifras actualizadas, el titular del MinCI anunció para este año28 una inversión de ocho millones 256 mil bolívares fuertes, los cuales se repartirían entre 180 medios, vale decir, el doble del bienio 2004-2006. Igualmente, informó que 69 colectivos de producción audiovisual comunitaria habían recibido más de un millón quinientos mil bolívares fuertes en equipos, provenientes de la corporación cubana Copextel, dotación contemplada en el Convenio de Cooperación Integral CubaVenezuela suscrito por su despacho en el año 2005. A pesar de que tengamos como tarea pendiente un minucioso análisis de contenido y un amplio monitoreo radioeléctrico que nos permita definir con precisión la tendencia de los MAC, su mayoritaria adhesión al gobierno es un hecho bastante notorio: En esta hora clave de la vida nacional, en la que la lucha ideológica/comunicacional constituye el escenario fundamental en el que se libra la gran batalla por la defensa del proceso bolivariano y por la instauración de las bases de la sociedad socialista del siglo XXI, el Movimiento que integra y articula a los Medios Alternativos y Comunitarios tiene que erigirse en vanguardia comunicacional del pueblo venezolano. En cada comunidad, en cada localidad, en cada municipio y a nivel nacional, para abatir las pretensiones mediáticas, regresionistas y hegemónicas de las élites lacayas, de la oligarquía mediática traidora y del imperialismo estadounidense 29.
De allí la confiada expresión del ministro Izarra quien, ante un comentario sobre la “acriticidad” de los medios alternativos replicó: “¿Acríticos?...qué va, si ellos están de frente con el proceso”.30 Esta perniciosa simbiosis entre los MAC y el gobierno se expresa también con nitidez en gestos como los de este funcionario quien, desde que retomó esta cartera a principios de este año, transmite su programa de radio “Comunicación en Tiempos de Revolución” desde emisoras comunitarias.
28
Vale apuntar que tal anuncio correspondería a Conatel, ente del cual dependen estos medios para su operación y financiamiento. Al MinCI sólo le compete su dirección estratégica. 29 Declaración de la Asamblea Nacional Constituyente del Movimiento Nacional de Medios Alternativos y Comunitarios. Caracas, 09 de marzo de 2008. http://alainet.org/active/22894&lang=es 30 Entrevista realizada el 22 de febrero en el programa “Diálogo Abierto” conducido por Jorge Arreaza en Venezolana de Televisión.
15 Dentro de lo que el despacho de comunicación califica como “la nueva etapa del programa”, que comenzó el 14 de febrero pasado, se han realizado hasta ahora (mayo 2008) seis emisiones. La primera se produjo desde Radio Chuspa 102.9 FM, en el estado Vargas, y fue difundida en vivo por Radio Nacional de Venezuela y YVKE Mundial. El martes 19 de febrero, apenas cinco días más tarde, le tocó el turno al "Colectivo Radiofónico de Petare" 91.5 FM, en el estado Miranda. Durante los meses de marzo y abril se realizaron sólo dos programas, uno por mes. El de marzo fue radiado desde Guachirongo 98.5 FM, emisora ubicada en la comunidad de San Agustín en Barquisimeto, estado Lara, el martes 11; el de abril se produjo desde Aborigen 92.7 FM, con asiento en Güigüe, estado Carabobo. Luego de tres semanas de ausencia, en mayo se produjeron dos emisiones. Una por la frecuencia de Radio Rebelde, 91.5 FM de Caracas, en transmisión conjunta con el canal informativo de Radio Nacional de Venezuela 6.30 AM y YVKE Mundial, el martes deis de mayo; y otra el lunes 12, desde La Voz de Guaicaipuro 102.9 FM, ubicada en el municipio Carrizal del estado Miranda. Hasta este punto del balance, que podría apenas ilustrar el intenso recorrido de un “servidor público” interesado en consolidar una de las puntas de lanza de su gestión, el Sistema Público Nacional de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria, no tendríamos nada que objetar. Sólo que, si analizamos su determinación a la luz de lo que persigue - según un documento difundido por el ministerio-
“hacer consciente a
nuestro pueblo del logro de la Revolución Bolivariana” 31, es preciso señalar que tal objetivo contraviene lo establecido en el Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público, sin fines de lucro (Decreto No. 1.521 del 8 de enero de 2002) el cual en su artículo 26, numeral 6, señala que las
31
El documento del cual se extrajo esta cita, titulado “Sistema Público Nacional de Comunicación Popular, Alternativa y Comunitaria” y que supuestamente recoge los resultados de una consulta pública realizada por el MinCI a través de 13 Encuentros Regionales realizados durante el mes de marzo, estuvo disponible en el sitio web del ministerio la última semana de abril y fue súbitamente retirado. A finales de mayo a través de la misma dirección http://archivos.minci.gob.ve/doc/doc_sncpacvf.doc se accede a otro evidentemente más elaborado. Esta nueva versión establece que el Sistema “no está destinado a promover versiones oficiales, ni procura la institucionalización de los proyectos comunicacionales, sino a favorecer la decisión de particulares, de comunicadores populares en su pluralidad, para la construcción del poder comunicacional del pueblo”, y se propone “el fortalecimiento de la organización social como medida para la creación e impulso de mecanismos de interrelación de los actores, a fin de construir una comunicación revolucionaria y de respuestas efectivas ante la arremetida del imperio y la guerra mediática”.
16 mismas se abstendrán “absolutamente de transmitir mensajes partidistas o proselitistas de cualquier naturaleza”. Aunque pudiera pensarse que el propósito esbozado en el citado documento del MinCI es sólo declarativo, y aún así sería grave, al escuchar los programas, disponibles en el portal del ministerio, así como la divulgación que se hace de ellos a través de boletines de prensa de carácter oficial, es legítimo pensar que estamos frente a algo más que sólo intenciones. Durante el primer programa, transmitido desde Radio Chuspa 102.9 FM, el ministro alabó la estupenda labor de la emisora en la Parroquia Carruao del Estado Vargas pues allí había ganado el Sí (se refería al proyecto de reforma) con un 67,19 por ciento de los votos, a lo que su interlocutor replicó complacido: “De hecho, fue Agustín Camacho, Secretario General de la Fundación Comunitaria, el que liderizó la campaña porque es el delegado del PSUV en la parroquia que está compuesta de ocho batallones”. Al parecer, tanto el ministro como los gestores de la emisora desconocen o hacen caso omiso a lo dispuesto en el artículo 22 (de las incompatibilidades) del Reglamento de Radiodifusión Sonora y Televisión Abierta Comunitaria de Servicio Público, sin fines de lucro, el cual establece que: No podrán ser autoridades u órganos de dirección, administración y control de las fundaciones comunitarias, así como tampoco intervenir en las mismas en forma directa o indirecta las siguientes personas: 1. Funcionarios públicos que ostenten cargos de alto nivel. 2. Militares activos. 3. Dirigentes en cualquier nivel de partidos políticos o grupos de electores…” (Las cursivas son nuestras).
Y el de Radio Chuspa un caso único. El presidente de la Fundación Minumboc que opera Radio Minumboc 104.9 de Trujillo, Antonio Torres, es precandidato a la alcaldía de Carache en las filas del PSUV y no hace falta traspasar la puerta de la emisora para identificar su parcialidad. Cuestionado sobre la incompatibilidad que supone el ejercicio de ambos roles, responde que renunciará a la presidencia de la fundación “en caso de ser nominado”, pero en su condición de Presidente de la Red Venezolana de Medios Comunitarios advierte que impulsarán la reforma del reglamento porque lo consideran excluyente: “la militancia política no puede restringir nuestros derechos; además, una cosa es que yo sea dirigente del PSUV y candidato a alcalde y
17 otra que use la emisora para hacer propaganda”.32 Por lo pronto, es legítimo registrar que el texto legal se está vulnerando y, sobre todo, preguntarse ¿qué ente vela por su cumplimiento? Pero terminemos la revisión de los programas del titular del MinCI. El quinto se produjo el martes seis de mayo y estuvo especialmente dedicado a analizar el referendo sobre el estatuto autonómico del departamento boliviano de Santa Cruz. En vivo se sacaron al aire, sin ningún tipo de matiz y/o contraste, opiniones como las de Miguel Faría, de la radio comunitaria “Nuevo Día” quien alertó (tal y como lo sugirió el Presidente Chávez en el Aló Presidente de ese domingo) que una “situación similar podría estar enfrentando nuestro país en los estados Zulia, Mérida y Barinas, razón por la cual es necesario fortalecer las alcaldías y gobernaciones de esas regiones”, lo cual dio pie al ministro para agregar: “Al gobernador cipayo del estado Zulia –de la organización Rumbo Propio– le advertimos que no logrará su cometido. Señores, no se equivoquen: El único rumbo es la Revolución Bolivariana”. Como vemos, los argumentos que permiten sostener la tesis de que los MAC han sido puestos o están (el resultado es el mismo) al servicio del proyecto hegemónico del gobierno son abundantes y abrumadores. Pero esa es sólo una de las aristas de un problema no sólo complejo, sino difícil de analizar mientras ocurre. Nos valdremos justamente de lo que ocurre en Bolivia para plantear otros dos asuntos que no queremos pasar por alto al analizar la intervención oficial en los medios comunitarios: las reacciones que ello provoca en los colectivos que los agrupan y el reclamo por una comunicación alejada de simplificaciones. Las corrientes de fondo De acuerdo con Erick Torrico33, periodista boliviano que preside la Asociación Latinoamericana de Investigadores de la Comunicación (ALAIC), a las tradicionales emisoras comunitarias de su país, cerca de 350 que venían operando clandestinamente y eran resultado de un auténtico esfuerzo de grupos sociales y comunitarios, se les cambió 32
Entrevista personal, 31 de mayo de 2008 Delgado F., Carlos (2007). “Comunicación y desarrollo entre preguntas abiertas”, en la revista Comunicación No. 137 , Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp.90-94. 33
18 “el lugar de enunciación” al ser legalizadas mediante concesiones y agrupadas en una red que recibe apoyo financiero del gobierno.34 Según el investigador, de las 30 anunciadas sólo han sido creadas cinco que, por lo demás, no son reconocidas como comunitarias por sus pares. Estas señales de resistencia, afortunadamente, comienzan también a presentarse en nuestro país. A pesar de la voluntad y del empeño del gobierno, en este sector es posible distinguir diversas tonalidades y algunas emisoras comienzan a expresar sus deseos de autonomía. Puesto que dependen, como el caso de las radioeléctricas, de la habilitación de Conatel para operar la frecuencia del espectro y, en casi la totalidad de los casos, también del financiamiento estatal, no es difícil deducir que ello no les resulte sencillo, pues como apunta Alfonso Gumucio35, cuando el Estado proporciona el apoyo, también condiciona los contenidos y/o ejerce una censura velada o abierta. Como hemos dicho en párrafos precedentes, la falta de un diagnóstico exhaustivo nos impide afirmar que éste sea el caso de los venezolanos, al menos como directriz uniforme, aunque su mayoritaria adhesión al gobierno -como hemos sostenido- sea un hecho notorio y luzca, por decirlo de alguna forma, como un “pacto de mutua conveniencia”. Sin embargo, los contradictorios grises, aunque imperceptibles en un principio, siempre emergen como evidencia de las complejidades de unos escenarios que algunos preferirían imperturbables, sin corrientes de fondo. Mientras el gobierno pone énfasis en la cohesión de los MAC en torno a sus propósitos, gestores de algunos medios de larga tradición empiezan a expresar diferencias que se advierten, incluso, en los términos que se utilizan. Por ejemplo, algunos en vez de referirse a comunicación comunitaria o alternativa, prefieren hablar de una comunicación de intermediación social36 .
34
Del gobierno boliviano y del venezolano. Gumucio, Alfonso (2006). “La televisión comunitaria. Ni pulpo, ni púlpito: pálpito”, en Etcétera (56-67). 36 Término acuñado por José Ignacio López Vigil, conocido, entre otros aportes, por la construcción de la Red Latinoamericana de Radios para una Cultura de Paz y por publicaciones de alto impacto en el movimiento de medios comunitarios como el Manual Urgente para Radialistas Apasionados y Ciudadana Radio. López Vigil estuvo en Veenzuela en octubre del año 2005 para dictar un taller de Producción Radiofónica a 50 colectivos del occidente del país. En esa oportunidad subrayó la importancia de que los medios auspiciados por el Estado no fueran emisoras privadas con fines de lucro, ni voceros exclusivos del gobierno, sino instancias de la colectividad con capacidad crítica. 35
19 Hasta inicios de este año, la mayoría de los ellos se agrupaba en dos redes: la Red Venezolana de Medios Comunitarios (RVMC), constituida en 1999 y hasta hace un año representante de Venezuela en la Asociación Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) 37y La Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos (ANMCLA), creada en el año 2002.38 Aunque ambas organizaciones mantenían un perfil propio, habían venido actuando sin fricciones hasta que el otorgamiento de cinco mil millones de bolívares ofrecido por el Presidente de la República a finales del 2002 abre una fisura entre ellos. Mientras la RVMC sostenía que el aporte financiero, de acuerdo con lo dispuesto en el Reglamento, sólo debía otorgarse a los medios debidamente habilitados, la ANMCLA proponía que se asignara una proporción para aquellos que, aún sin habilitación, se inscribían “en lo que hemos llamado junto al Compañero Presidente y el MINCI, el Sueño Bolivariano”. 39 A partir de ese impasse y de las acusaciones en contra de la RVMC, cuyos directivos fueron descalificados con epítetos como los proferidos por el Presidente de la Republica en contra de sus opositores (escuálidos, golpistas, etc.), los afiliados a ésta divulgaron un comunicado en el cual, aunque reafirman su adhesión al “ideal bolivariano”, desmarcan posiciones40: Somos radios comunitarias y ciudadanas y nos oponemos a ser el brazo de partido político alguno (…) Rechazamos el pensamiento único, el centralismo democrático y el foquismo político e intelectual (…) La Red Venezolana de Medios Comunitarios reafirma su apego y apoyo al ideal bolivariano que signa el proceso político venezolano y reitera su indoblegable búsqueda por integrar a todas las radios y televisoras comunitarias en un solo movimiento de movimientos por y para Venezuela. 41 37
La AMARC es una organización no gubernamental internacional sin fines de lucro al servicio del movimiento de la radio comunitaria fundada en 1983. En América Latina y el Caribe comenzó a operar en 1990 y en la actualidad cuenta con representación en 18 países. LA RVMC perteneció a AMARC hasta el mes de abril de 2007 cuando, según Antonio Torres, una declaración inconsulta de ésta en relación con el caso RCTV los llevó a renunciar a su membresía. Ver la declaración de AMARC en http://www.wacc-al.net/noticias/carta_amarc.html 38 Según documento disponible en su sitio web http://www.medioscomunitarios.org/ ANMCLA es un movimiento social revolucionario, una instancia organizativa que fomenta, articula y defiende procesos de comunicación comunitaria, libre y alternativa. 39 http://www.medioscomunitarios.org/pag/index.php?id=33&idn=76 40 http://www.comcosur.com.uy/edi_anter_Recosur/2005/16-05/recosur_bol_otros.htm 41 De acuerdo con sus estatutos, la RVMC es una ONG que tiene como finalidad asumir la coordinación, consulta, intercambio y promoción de las actividades llevadas a cabo por los medios de comunicación comunitarios venezolanos. Tiene como misión promover la consecuente democratización de las comunicaciones para favorecer la libertad de expresión, información y opinión, y contribuir al desarrollo equitativo y sostenible de la sociedad venezolana. En la actualidad cuenta con 87 asociados, agrupados en nueve redes regionales: Bolívar, Nueva Esparta, Barinas, Zulia, Lara, Yaracuy, Trujillo, Mérida y Táchira. Según Antonio Torres, su presidente, se asumen como el gremio interlocutor de las asociadas con los entes
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Pero las divergencias no se observan sólo entre estas dos organizaciones. A lo interno de la ANMCLA también comienzan a percibirse orientaciones encontradas. Hace un año, en ocasión de una revisión que hiciéramos para un ensayo sobre esta misma cuestión42, en su portal un afiche alusivo a la “victoria popular” del presidente Hugo Chávez ocupaba lugar destacado. Hoy, aunque allí sea posible encontrar innumerables declaraciones a favor del “proceso”, también se ha hecho evidente una corriente que comienza no a esquivar los intentos de control sino a reclamarlos para sí. Una imagen con el lema “Construyendo un sistema público de comunicación en manos de las comunidades” es el vínculo hacia una serie de videos que llaman la atención sobre la necesidad de incidir en la reforma de la ley orgánica de telecomunicaciones que “el gobierno intenta hacer sin consultarnos”. En una entrevista, Francisco Pérez, representante de Radio Activa FM de La Vega, reclama para los MAC mayor acceso a dos preciados bienes, el espacio radioeléctrico y la pauta publicitaria del Estado: el 33,33 por ciento de cada uno. Sus palabras incluso tienen un acento retador: Esto es una lucha de poder. Nosotros defendemos nuestra construcción desde las comunidades y las televisoras del estado defienden su construcción política desde el Estado. ¿A quiénes se les aplican las políticas? A la población en general, por lo tanto nosotros tenemos derecho a revisarla, a contradecirla, a reformarla, por algo somos poder constituyente, no somos poder constituido (…) Ellos tienen el poder, nosotros queremos construirlo, queremos que se nos oiga, que se nos tome en cuenta (…) No nos nieguen los espacios porque de una u otra forma nosotros vamos a conseguir nuestros objetivos.43
Adicionalmente, otro signo de diferenciación se suma. En marzo del año 2007, con el argumento de que se había convertido en una suerte de “cartel burocrático”, un número importante de medios y colectivos decidió separarse de la ANMCLA. Reunidos en Charallave, redes de emisoras comunitarias de Mérida, Carabobo, Nueva Esparta, Trujillo, Anzoátegui, Falcón y Miranda divulgaron un comunicado en el que abogan por un sistema público de telecomunicaciones “en manos de las comunidades como gubernamentales. 42 Urribarrí, R (2007). “Medios comunitarios: el reto de formar (se) para la inclusión”, en revista Comunicación No. 137, Primer Trimestre 2007. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 4853 43 http://www.medioscomunitarios.org/pag/index.php?id=33&idn=6840#
21 plataforma de lucha social impulsado desde las bases, por encima de instancias formales, conservadoras y hegemónicas que pretenden administrar el esfuerzo y las luchas de nuestro pueblo, en beneficio de intereses que excluyen, deforman y secuestran el poder genuino y constituyente” 44 Según el manifiesto, la ANMCLA marcha por un modelo en el que prevalecen vicios y distorsiones como el manejo discrecional de los beneficios y por ello los firmantes no avalan “ningún tipo de documento, acción, acuerdo, convenio o alianza con organismos o instituciones publicas o privadas, nacionales o internacionales para presentar proyectos y obtener recursos, beneficios o prebendas, utilizando el trabajo de las fundaciones, medios impresos, emisoras comunitarias y redes responsables de esta declaración”. Al igual que en su oportunidad hiciera la RVMC, también este conjunto de colectivos marca distancia: Nos negamos a reproducir en el seno de nuestras organizaciones populares toda forma de relación de poder que combatimos; repudiamos la costumbre de perseguir y destruir a quienes nos adversan, por ser una intolerable negación a los principios de la democracia de calle que nos unieron; luchamos por una organización de base sin intermediación burocrática y sin representaciones arbitrarias que pretenden administrar todas nuestras luchas castrando la iniciativa y la creatividad de activistas comunitarios y colectivos con arraigo territorial; es una responsabilidad y un deber con nuestros compañeros propiciar una revisión participativa y crítica, región por región, con el concurso de las redes, estado por estado, para fortalecer las experiencias logradas sin desdibujar el rumbo social que nos convocó.
Una de las organizaciones signataria de este documento es la Red Interactiva de Radio Comunitaria de Mérida (REIRME) que agrupa doce emisoras ubicadas en diez municipios de este estado. Uno de sus voceros es David Berríos, educador y periodista, miembro fundador del colectivo “El Convite” en 1985, y de la Escuela Andina de Comunicadores Populares “Mario Kaplún”, en 1988; ex titular de la Dirección Nacional de Medios Comunitarios del MinCI en el período 2004-2005 y actualmente coordinador del programa de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela, núcleo Mérida. Con amplio conocimiento de los MAC, Berríos45 no duda en afirmar que en ese sector “se observa una degeneración”, pues “quienes creemos en la comunicación como 44 45
http://www.agenciawalsh.org/index.php/a/2007/03/12/p715 Conversación personal, 17 de mayo de 2008.
22 instrumento para legitimar, promover y consolidar la organización popular no podemos estar supeditados a los intereses de quienes tienen la potestad de otorgar licencias y financiamiento”. Existen unas redes –denuncia– que “no son ni alternativas ni comunitarias sino parapetos diseñados con el fin de obtener recursos económicos”. En Caracas -asegura“tres o cuatro personas manejan cerca de 20 medios impresos que sólo son pretextos para facturar publicidad; lo que insertan allí son boletines de prensa de los ministerios y nada que tenga que ver con comunidades porque esos medios no obedecen a ningún trabajo comunitario”. Aunque se confiesa “casado irrestrictamente con el proceso revolucionario”, el vocero de REIRME no deja de cuestionar las políticas del MinCI de las cuales, además, le tocó ser promotor: “Allí me di cuenta de que una cosa es el poder que se maneja en Caracas, en el ministerio y en las organizaciones que se mueven allá, surgidas muy de repente, y otra muy distinta lo que uno vive en la provincia donde tiene años trabajando”, opinión compartida por Carlos Krisch, fundador de la emisora Pedregal 107.5 FM de Mérida, quien se inclina por una organización como la RVMC, “donde existe mayor pluralismo y la provincia está mejor representada a través de las coordinaciones regionales”.46 A juicio de Berríos, “nuestro trabajo no se reconoce y el gobierno no entiende que lo que hacemos tiene un profundo sentido político”. Cuando se le pregunta si no considera esa presunción un tanto ingenua, no concede ni refuta; prefiere subrayar que lo importante, en todo caso, es que “la apertura ha permitido la toma de conciencia de mucha gente que se ha apropiado de su voz”. Para la red que representa, los MAC tienen el deber de contribuir con la transformación de la sociedad y de hacerla inclusiva, lo cual en el campo de las comunicaciones significa hacer realidad cotidiana el artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos,
“lo cual no les impide ser solidarios con el
proceso bolivariano”. La óptica de este comunicador y educador, como es lógico deducir por su trayectoria, se corresponde con las enseñanzas de Mario Kaplún, fuente de inspiración, 46
Conversación personal, 24 de mayo de 2008.
23 no sólo del colectivo “El Convite” sino de muchos otros grupos populares de comunicación venezolanos y de América Latina. De hecho, unos de los propósitos de REIRME es desarrollar planes de capacitación en comunicación educativa, los cuales “no tuvieron acogida en el MinCI, al menos en los términos como nosotros los planteamos”. La obra de Kaplún, sin embargo, efectiva en cuanto al propósito de promover la apropiación de mensajes y medios por parte de las comunidades populares, como vía para la transformación de las relaciones sociales, como señala el investigador Jesús María Aguirre47, deja algunas incógnitas sin resolver que hoy, a la luz de esta exploración y en contraste con este tipo de discursos, claramente nos interpelan: la contraposición poder-comunidad, pues “sin una teoría social y política al respecto que distinga el poder como dominación del poder como servicio, el término queda satanizado y la única acción posible sería no ya la del contrapoder, sino la del puro antipoder”; y la que esboza en forma de una interrogante que invita a la reflexión: “¿Son transferibles las condiciones igualitarias del diálogo interpersonal y/o grupal, propicias para la convivencia comunitaria, a otras escalas de la dinámica social?” No es éste el lugar para las disquisiciones que supondría ahondar en estos asuntos, pero sí el de anotar que mientras algunos alejamientos ocurren también se producen cercanías. Entre ellas la del Instituto Radiofónico Fe y Alegría (IRFA) y la RVMC, organizaciones que en el año 2006 decidieron unirse para concebir juntos un proyecto comunicacional que apuesta por la democratización de los medios y la vigencia del derecho a la libertad de expresión. El proyecto, que sería avalado por la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica y AMARC, incluía talleres de formación, programas y materiales radiofónicos que serán trasmitidos por ambas redes. Al momento de redactar este texto conocimos 48 que la ruptura de la RVMC con AMARC había abortado esos planes, aunque el presidente de la RMVC no descarta que se puedan concretar “entre nosotros, sin la mediación de AMARC, porque reconocemos la solvencia del IRFA”. Este hecho, por demás lamentable, no sólo revela los acuerdos y diferencias que se viven en el seno de los MAC, sino que permite vislumbrar otro tipo 47
Aguirre, Jesús M. (2005).” De la práctica comunicativa a la educomunicación para la ciudadanía: El periplo venezolano de Mario Kaplún”, en revista Comunicación No. 131, Tercer Trimestre 2005. Editada por la Fundación Centro Gumilla. Venezuela, pp. 18-26. 48 Entrevista a Javier Barrios, Coordinador de la Comisión de Acción Pública del IRFA.
24 de experiencias, como la de Radio Pedregal 107.5 FM de Mérida, que se han ganado sin mezquindades el respeto de sus pares. Esta emisora, cuyo lema es “Todas las voces por la paz”,
fue la primera
comunitaria en recibir habilitación por parte de Conatel el 01-08-2002 y, según nuestra apreciación, una propuesta interesante debido a las estrategias organizativas y de producción que desarrolla, estrechamente vinculadas con la comunidad de la zona, especialmente con los jóvenes y los niños.49 Aunque se denomina “Fundación Comunitaria Radio Fe y Alegría 105.7 El Pedregal”, legalmente no es miembro de esa red. Su vinculación con el movimiento viene dada por la huella que éste dejara en Carlos Krisch, uno de sus fundadores. A pesar de que recibe un importante apoyo consistente en equipamiento, espacio físico y pago de una parte de su personal, Pedregal no sigue las directrices de Fe y Alegría. Como señala Javier Barrios, “se inspira en nuestra filosofía y la coloca en la comunidad de manera autónoma”. ¿La alternativa? Un servicio público de calidad Pero en otro orden de ideas, más allá de la postura político-partidista a la que adhieran los MAC, otro elemento que cobra importancia en estas reflexiones es uno estrechamente vinculado con la formación de sus hacedores: la calidad. Hace cuatro años un diagnóstico realizado por Cristóbal Alva 50 puso sobre el tapete este punto. De acuerdo con nuestra lectura, con un titular en forma de interrogación (“Las redes de comunicación popular en Venezuela ¿populares? ¿alternativas? ¿comunitarias?”), el periodista, aunque tibiamente, cuestiona la parcialidad que profesan justamente por las consecuencias que trae, entre ellas la simplificación del discurso. De allí, suponemos, la exhortación que hace para “profundizar modos de tratamiento de los contenidos que permitan aproximarse más a las ricas valoraciones presentes en las culturas populares, orientación hasta ahora algo relegada por la beligerancia política (neurosis de la coyuntura)”. (Las cursivas son nuestras). 49
Entre sus proyectos destaca el de voceros escolares, gracias al cual niños de quinto y sexto grado de cinco escuelas de la zona, con la ayuda de sus docentes y la capacitación radiofónica a cargo de la emisora, realizan programas radiales que son transmitidos cuatro días de la semana. 50 Alva, Cristóbal (2004). “Las redes de comunicación popular en Venezuela ¿populares? ¿alternativas? ¿comunitarias? “, en http://gerenciasocial.org.ve/bsocial/bs_03/bs_03_pdf_point/jueves/redes_ca.pdf
25 De las consideraciones de Alva es posible inferir que existe conciencia acerca de la necesidad de ofrecer información no sólo más cercana al mundo de vida comunitario, sino responsable y de calidad, independientemente de los compromisos políticos que se puedan tener. Porque una cosa es esgrimir una postura política, por demás legítima; y otra, muy distinta, la mediocridad, según aprecia un lector/autor como Rafael Uzcátegui, quien desde su pertenencia a una iniciativa de corte alternativo se pregunta con preocupación: ¿Son alternativos los medios alternativos? Para Uzcátegui, “de nada sirve tener medios propios para difundir lo que otros omiten, si los contenidos no son cualitativamente diferentes”. Como resultado de un despiece del seguimiento que hizo el portal rebelion.org sobre el asesinato del fiscal Danilo Anderson, Uzcátegui concluye que los MAC tienen una cuenta pendiente por saldar: “una discusión seria y de nivel sobre si deseamos hacer un periodismo realmente distinto –con todo el compromiso que se quiera– (…) o solamente utilizar las noticias como armas para legitimar a toda costa la expresión política que sustentemos”.51 En medio de la situación de grave polarización que padecemos, es válido hacer extensivo el reclamo de Uzcátegui al periodismo en general, pues las perniciosas prácticas que cuestiona, entre otras: la falta de contraste entre versiones encontradas, la argumentación de puntos de vista con base en consignas, la reducción deliberada del lenguaje, la contextualización sesgada o tendenciosa, la selección de fuentes de acuerdo con un filtro ideológico,
la carencia de investigación, el nulo seguimiento de las
denuncias y, sobre todo, la renuencia de los comunicadores a aceptar críticas sobre su desempeño, no son -lamentablemente-
únicamente atribuibles a los medios
comunitarios. La pérdida de credibilidad de los medios de comunicación, tanto públicosestatales como privados, obliga a quienes gestionan a los MAC a una revisión de fondo sobre su quehacer a la luz de uno de los aspectos que destacan de su larga tradición, como es el de poner en la agenda pública temas que pasan desapercibidos para los demás medios, independientemente de las razones: desde la falta de espacio hasta la existencia de intereses subalternos. A nuestro juicio ese es un punto clave: la agenda temática. 51
Pero además de ello, de interrogarse sobre si responden o no a las
http://lists.indymedia.org/pipermail/cmi-venezuela/2005-February/0214-o9.html
26 expectativas informativas y a las necesidades de comunicación de las comunidades en las que se insertan (o deberían insertarse) y dicen ser expresión, deberían también poner una lupa sobre sí mismos y
examinar con honestidad si están construyendo, con
profesionalismo y ética, discursos verdaderamente alternos, pues el deber de los medios -de cualquier medio, vale acotar- y de los comunicadores “es enriquecer la información que se brinda a los públicos, ayudarlos a desarrollar sus propias capacidades y habilidades para usar la información y, principalmente, impulsar su capacidad argumentativa para formarse una opinión propia y sustentada”52 En algún pie de página hicimos mención al divorcio entre académicos y activistas señalado por la investigadora peruana Rosa María Alfaro. En Venezuela, la explosión de los MAC obliga a una investigación rigurosa del fenómeno. Por lo pronto, tanto el Programa de Comunicación Social como el de Gestión Social del Desarrollo Local de la Universidad Bolivariana de Venezuela, a través de la unidad curricular de Comunicación Alternativa y Medios Comunitarios, lo ha incluido como objeto de estudio. Aunque los programas adolezcan de una bibliografía exhaustiva y pertinente, y esbocen consideraciones un tanto falaces y arbitrarias, debemos reconocer que plantean un reto significativo, pues independientemente de la perspectiva que esgriman al menos proponen el registro, sistematización y análisis de las experiencias en curso a fin de conocer su impacto en los procesos de participación ciudadana. Universidades de larga data, como las católicas Cecilio Acosta y Andrés Bello, la primera con la carrera de comunicación social mención en desarrollo social, y la segunda con un programa de maestría en comunicación y desarrollo; así como también la UCV, que ofrece tanto la especialización como la maestría en esa misma área, ciertamente tendrían mucho que aportar en esa dirección. Sin descontar otros programas de comunicación social, como el la Universidad de Los Andes, que cuenta con cátedras afines como electivas. Consideraciones finales En primer lugar queremos subrayar que, aunque son puntos cardinales, en estas reflexiones hemos dejado fuera los atinentes a la sostenibilidad económica, técnica y 52
Camacho, Carlos (2007).” Cultura de transparencia: El derecho humano a la información en el desarrollo de la ciudadanía comunicativa en Bolivia (1997-2007)”, en http://www.geocities.com/carcam2000
27 organizativa de los MAC, vinculados con la legislación (vigente y por discutir), un entramado complicado cuyo abordaje implicaría un análisis pormenorizado y, por supuesto, otro espacio También queremos dejar constancia de que no sólo es muy difícil comprender los hechos mientras transcurren, sino colocarse frente a ellos de manera absolutamente neutra. El sesgo que se observa en los medios alternativos venezolanos nos lleve a coincidir con la investigadora peruana Rosa María Alfaro 53, quien ha advertido que el sujeto popular debe ser interpelado desde sus valores y prácticas, pues en palabras de Mario Kaplún: “tan mal lo aman quienes, desde sus castillos de élite, ignoran y desprecian sus profundos valores, como quienes exaltadamente lo declaran depositario de todas las virtudes y poseedor de toda la sabiduría” 54 Ciertamente, nos encontramos en medio de un proceso político y sociocultural pleno de contradicciones donde agudas tensiones tienen lugar, pero en medio de ese contexto resulta esperanzador que al menos algunos colectivos, de cara a las urgentes demandas sociales que no cesan, sigan manifestando el compromiso que les dio origen y se propongan cualificar su quehacer a través de estrategias de formación para la cuales, indudablemente, necesitan de un acompañamiento calificado.55 Especialmente en medio de un clima de polarización como el que padecemos, la formación es una tarea urgente, sobre todo si la entendemos no sólo como la capacitación en aspectos instrumentales, sino como “la posibilidad de entender al otro desde sus puntos de vista”56, de lo cual emerge la necesidad de que los protagonistas de estas experiencias, como ya hemos dicho, reflexionen seria y honestamente sobre sus prácticas comunicativas en cuanto a su equilibrio y equidad. Cualesquiera sean las causas que originan el giro que se observa en los MAC venezolanos éste resulta inconveniente. No sólo porque al actuar como propagandistas retroceden a prácticas comunicacionales ya superadas por improductivas (al menos en el contexto y con los fines que venimos aludiendo), sino porque tanto desde la reflexión 53
Caracas, enero de 2007. En Aguirre, JM. Op.cit., pp. 23. 55 Uno de los propósitos de la Dirección de Medios Alternativos y Comunitarios del MinCI es el desarrollo de planes formativos, pero de acuerdo con las tendencias que hemos detectado no es difícil pensar que puedan responder más bien a un propósito ideologizador. 56 Gadamer, H-G. (1998). Arte y verdad de la palabra. Editorial Península. España 54
28 teórica como desde la experiencia ganada en otros contextos que bien podrían servirnos como referencia,57 en medio de la crisis que estamos viviendo, marcada por la desintegración social, se vislumbra
la necesidad de
promover estrategias
comunicacionales dirigidas a crear y a fortalecer los lazos sociales, en vez de mayor fragmentación. Creemos que uno de los principales desafíos que tienen por delante los MAC es el de repensarse y reinventarse en atención al contexto en el cual se insertan y actúan, un entorno altamente marcado por lo mediático donde, gracias a la explosión tecnológica que ha multiplicado las fuentes de emisión, se generan y se fundan nociones claves para la convivencia democrática como la de ciudadanía, entendida como el ejercicio de una política cotidiana que tiene lugar en distintas dimensiones de la vida social.58 Tomando en cuenta la evolución de las concepciones sobre comunicación, 59 nos parece conveniente sugerir un cambio de denominación y referirnos a estos medios, no ya como alternativos o comunitarios, sino como ciudadanos 60, en el entendido de que deben estar orientados a promover el desarrollo de nuevas y activas formas de intervención en los asuntos públicos a través de una acción política dirigida a la transformación de las instituciones, pues se trata de promover “una comunicación que ayude a forjar otros equilibrios empoderando al ciudadano”61. En esa dirección, si alguna tarea les es propia a los MAC venezolanos es la de aprovechar la tierra yerma, no abonada adecuadamente ni por el Estado ni por el sistema privado, y constituirse en una verdadera alternativa de servicio público, tal y como lo 57
Nos referimos concretamente al colombiano donde el movimiento de medios comunitarios ha sido forjado desde la base social y no como el nuestro, auspiciado por el Estado-gobierno. Una de las redes más activas e interesantes es Sipaz http://www.sipaz.net/sobrenos.shtml animada por el colectivo Colombia Multicolor 58 Ideas esbozadas por Ramos, José (2006) “La radio comunitaria en México: lecciones aprendidas y claves para el futuro”. Santiago de los Caballeros (República Dominicana): Coloquio internacional sobre medios comunitarios, participación, sostenibilidad e identidad., en http://www.c3fes.net/ 59 Al respecto se recomienda leer el texto de Luis Ramiro Beltrán “La comunicación para el desarrollo en Latinoamérica, un recuento de medio siglo” en el cual se pasa revista al campo de conocimiento (comunicación alternativa, para el desarrollo y para el cambio social, entre otras denominaciones) dentro del cual se estudian las experiencias comunitarias, en htpp:// www.portalcomunicación.com/both/temas/lramiro.pdf 60 Término acuñado por Clemencia Rodríguez (2001). Según la misma autora (2004), gracias al impacto que produjeron los sucesos de Chiapas y Seattle se produjo un renovado interés sobre los medios de comunicación ciudadanos, pero lamentablemente los investigadores y activistas que trabajan en este campo permanecen aislados, no sólo de los movimientos sociales, sino de los grupos que analizan las transformaciones que han traído las tecnologías de información y comunicación. 61 Alfaro, Rosa María (2001). “Culturas populares y comunicación participativa: En la ruta de las redefiniciones”, en http://www.ourmedianet.org/papers/om2001/MariaAlfaro.om2001.pdf
29 establece el Reglamento que los regula. Medios con apoyo del Estado, pero sin sujeción a los intereses de ningún gobierno. Medios con capacidad de influir en la definición y el cumplimiento de políticas públicas ligadas a las demandas e intereses de la colectividad - con base en un trabajo de búsqueda, tratamiento y divulgación de información serio y responsable, vinculado con las localidades, pero en resonancia con entornos más amplios- lo cual supone también el fomento de una sana cultura deliberativa dirigida a impulsar la resolución de los conflictos y la generación de acuerdos que redunden en el bienestar de las mayorías. De actuar según estos principios, consideramos que los MAC conjurarían el riesgo de prestarse para inclinar la balanza hacia alguno de sus lados y actuarían como el fiel de ella, situándose en el centro de los esfuerzos que animan la construcción de una democracia plena basada en la justicia y la paz social.
NOTAS
(De pié de página pasarlas al final del capítulo como el resto de los textos)
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