Tlamatini Publicación informativa y de reflexión de la Facultad de Humanidades Volumen I, año cinco, número 17 Nueva época Mayo-agosto de 2009.
Contenido: Páginas 3-4 La tesis: una fortaleza universitaria José Luis Herrera Arciniega Página 4 Geometrización del conocimiento Gaston Bachelard Página 5 ¿Problema de forma o de contenido? Eugenio Núñez Ang Página 9 Peer Gynt: la búsqueda de sí mismo Eugenio Núñez Ang Página 10 Aforismos y co-relaciones: el perro y el hombre Pedro Canales Páginas 11-17 Titulados enero 2008-mayo 2009 Páginas 17-18 Lo didáctico de la memoria (reseña) Hilda Fernández Rojas Páginas 20-21 Sobre el proyecto de investigación... Xavier Solé Zapatero Página 22 El grado académico no desplaza... Rogerio Ramírez Gil Página 23 Nostalgia y titulación mma
La comunidad académica de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México expresa su reconocimiento a la Universidad Nacional Autónoma de México por haber obtenido el Premio Príncipe de Asturias en el rubro de Comunicación y Humanidades.
Portada: JC Chaparro
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Editorial
Vincular las estrategias sintagmáticas en la charola de la disciplina y el compromiso individual resulta la desbandada más hipócrita del pensamiento moderno. Porque no se trata de estrategias o soliloquios: el problema educativo no se resuelve con cursos o ditirambos. Es cierto, la evolución de los conceptos (currículum, planes y programas de estudio) permite a los teóricos enlazar el devenir de estudiantes y gobiernos. Sin embargo, al momento de planear no es nuevo considerar la problemática social, política, cultural, epistemológica y religiosa. En todas las épocas, los académicos buscan cómo adecuar el currículo a las necesidades de los alumnos y a las exigencias reales de la sociedad. El sistema de créditos permite e j e r c i t a r las in-capacidades h u m a n a s d e confundir los deberes con los placeres. El alumno, ayudado por un tutor, diseña su formación profesional con miras a la interdisciplinariedad –por lo menos hipotéticamente– que será su formación profesional y humana. Bruñir los elementos que integran el paradigma educativo (alumnos, maestros, sociedad, gobierno, sistemas políticos, entre otros) consiste en escarbar la relación histórica de las ideas en relación con las posibles explicaciones axiológicas e inventivas de los verdaderos innovadores de la educación: Vasconcelos, Freyre, Piaget, Bloom, Barthes, Jackobson. Toda reforma educativa necesita la edición de textos clásicos y la pretensión de docentes por trasmitir los mecanismos del pensamiento y la palabra: innovar desbanda los porvenires de las ideas y las teje con la lógica discursiva de la imaginación poética. Las texturas de las ideas conllevan a los educadores a
indagar en las textualidades argumentativas; es decir, diseñar un programa o plan de estudio debe atravesar por varias etapas: consulta pública (social, particular, institucional), foros, coloquios, concursos, exámenes, diseño de pruebas (ítems), aplicación –experimental– de mapas (curriculares, cognoscentes), un programa de lectura, comprensión lectora, escritura y análisis de textos literarios, filosóficos y documentales, para construir –en términos arquitectónicos– el currículo que se aproxime a la innovación educativa. Cada generación obedece a diferentes matices de textualidad. Para lograr lo anterior, existe sin embargo un obstáculo: el dinero no fluye a las universidades públicas –como si lo primordial fuera ahogar el devenir de la educación obstruyendo los pagos a los docentes–, porque muchas de ellas no obedecen los dictados del Banco Internacional, la globalización o el sistema todavía neoliberal, entidades que pretenden extirpar la educación pública mediante un sistema de créditos que impida a los pobres llegar a ser profesionales. Bajar las colegiaturas ayudaría a la sociedad a mirar la educación como pública. Si la premonición llega, entonces se volverá a la charla en la piedrita: el que quiera trasmitir lo que sabe –sin ayuda de la burocracia: abismo de la educación universitaria– citará a los humanos seres en el rincón más alejado de la educación de claustro, y edificará otra forma de pensar. Ergo, el diseño curricular deberá ser pensando en términos poéticos (invocar la denominación del mundo y su relación con la evolución espiritual), que no es lo mismo que románticos.
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as opciones de titulación en la universidad se han diversificado: ensayo, artículo publicado, tesis, tesina, etcétera, lo cual incrementa lógicamente los índices de titulación y nos coloca en mejores lugares en términos de calidad académica. Sin embargo aquí el problema es el alumno: la falta de interés; porque otra posibilidad que la universidad les está ofreciendo a los alumnos es que se titulen a través de los procesos de investigación que los investigadores [profesores de tiempo completo] tienen en trabajos vigentes; y es una beca que se les da durante uno o dos años, dependiendo de la vigencia del proyecto, de dos mil pesos mensuales; eso yo lo hubiera querido tener en mi época. En un proyecto pasado, se dieron a la fuga dos chicos con esa beca ya cobrada y no se titularon. Ahorita tengo un proyecto vigente; uno ha cumplido y otros dos andan perdidos. Se les está pagando para que se titulen, [ya tienen] un protocolo, avance digamos de un 70, 80% sobre el trabajo; ya es desidia del alumno que no se titule. Lo que pasa es que en nuestro caso es una licenciatura con una alta pertinencia laboral; cuando los alumnos egresan, ya están realizando prácticas o son becarios ya en alguna institución, entonces dejan de ser estudiantes que trabajan para ser trabajadores que estudian, y eso cambia el perfil y su lógica de pensamiento. Entonces ya no les interesa titularse. A mediano, a largo plazo, van regresando: “Es que ya quiero trabajar sobre mi tesis”. El problema básico es el interés de los alumnos. También en las unidades de aprendizaje que tienen que ver con los seminarios de titulación. En nuestro caso hemos tratado de instrumentar contenidos que faciliten la cuestión metodológica, que pensamos también es el punto que hace no sólo complejo sino caótico esto para los alumnos: la no definición del fenómeno que van a investigar y cómo lo van a abordar. Pero aun con ello, si en los alumnos
no existe la voluntad y el interés, uno como profesor no puede ponerles aquí la pistola [en la sien] y “te tienes que titular”, no. Hay incentivos de otro tipo, como los proyectos de investigación: se les paga y ni así. Creo que parte de ese problema tendría que ver en aplicarse de manera rigurosa la legislación, que establece los tiempos fatales para titularse, y si no, pues la baja de alumno, o que recursen algunas materias. Lo peor del caso es que tenemos programas educativos acreditados, y dentro de poco viene la reevaluación, van a pedir cuentas de las áreas de oportunidad que se detectaron en ese momento. Entonces algo tenemos que hacer ya a corto plazo, y creo que aplicar la legislación de una manera rigurosa es parte de la solución. Ariel Sánchez, CID
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no de los problemas más importantes por el que los muchachos no tengan su trabajo de titulación a tiempo es que, cuando ellos salen de la carrera, tienen que enfrentarse al mundo real, y el mundo real les exige trabajar y tener una responsabilidad económica, ya sea por su familia o por su persona. Entonces es muy fácil, o al menos en generaciones pasadas lo era, conseguir trabajo en educación privada, o en otras partes. La educación privada les abría mucho las puertas. Pero actualmente ya no: les están exigiendo ya que estén titulados –sin embargo todavía hay casos en que los reciben de esa manera–. Entre más exigencia social exista, entre más competencia exista para conseguir un trabajo, los muchachos tendrán que titularse, porque deberán demostrar mayor competitividad para estar en un mundo social. Beatriz Adriana González Durán, Letras Latinoamericanas
L a t esi s : u na fo rta leza u n i versi ta ri a
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a elaboración y defensa de un trabajo de tesis ante un jurado para obtener un grado académico continúa siendo, en el caso de nuestra universidad, una fortaleza. En ocasiones se la ve como un fastidio, pero a esa percepción habría que oponer una idea de peso: sin este tipo de estudio monográfico, la culminación cabal de un esfuerzo de preparación académica quedaría trunca. Su existencia responde a una tradición profundamente universitaria, que no es poca cosa, pero también tiene un sentido provechoso: es la forma con la que el sustentante muestra su posible capacidad para ejercer una profesión determinada; es un modo con el que se debe comprobar que se llegó a buen puerto luego de años de dedicado estudio. Cuando alguien ha tenido un desempeño apropiado como estudiante, no afrontará problemas superlativos para acometer esta empresa académica. Concedo que la realidad me ha presentado alumnos competentes que, no obstante una escrupulosa formación en las aulas, fuera de ellas sufren una especie de bloqueo y demoran, quizás años, la redacción del trabajo que les es menester para titularse. Aun así, creo que a la corta o a la larga todo estudiante puede resolver este que no es un verdadero problema. Sólo es cosa de ubicarse. Repasar el librito clásico del italiano Umberto Eco, Cómo se hace una tesis (que data de 1977 pero que se mantiene vigente), echarse porras y cumplir con la tarea. De repente este asunto de la tesis, como tantas cosas en la vida, es menos cuestión de talento y más de tenacidad y constancia… de talacha, pues. Se trata de elaborar un trabajo “dactiloscrito, de una extensión media variable entre las cien y las cuatrocientas páginas, en el cual el estudiante trata un problema concerniente al plan de estudios en el cual quiere titularse”, como lo define Eco en el citado texto. (Sobra recordar que en la reglamentación vigente en la UAEM, el mínimo de páginas exigido es bastante menor al centenar mencionado por el autor de El nombre de la rosa.) Mis hipótesis para explicar el retraso en la redacción de un trabajo de esta índole abarcan cuatro vertientes: una primera, la del bloqueo mental, que puede deberse a causas personales no necesariamente académicas, más para el psicoanalista que para el pedagogo. La segunda sería la laboral –aunque cada vez en menor medida–, con la inserción temprana de un pasante en un mercado de trabajo donde puede desarrollarse hasta cierto punto y obtener un ingreso sin que vea necesario regresar a su facultad a titularse, actividad para la cual ya no le sobra tiempo. Los que siguen por este camino no dejan de dolerse por la espina de esta deuda consigo mismos –y con la universidad–, sin olvidar que el propio mercado prefiere a los titulados sobre los pasantes. Una tercera vertiente es la real ineptitud de un egresado que tuvo las suficientes mañas para campear el temporal y cubrir un plan de estudios, a pesar de evidentes deficiencias en su preparación. Lo raro no es en ese caso que no pueda hacer una tesis, sino que haya acabado una carrera. La cuarta posibilidad sería la de haber aislado lo teórico de lo práctico durante la preparación académica. Aquí habría que remediar una probable falla didáctica si se separaron ambos aspectos, a tal grado que el egresado no acierte a
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José Luis Herrera Arciniega
conjuntarlos, que en buena parte en eso consiste una tesis: vincular un enfoque teórico con un análisis práctico. Ninguna de estas posibilidades debe obstaculizar el cumplimiento del requisito y menos servir como pretexto para desaparecerlo. Hay instituciones privadas cuya oferta –a veces embozada, en otras abiertamente– incluye la oportunidad de titularse sin haber presentado una tesis. Considero deficiente tal esquema. ¿Cómo, sino a través de la tesis, se aprende a hacer una investigación organizada y metódica, de mayor aliento y esfuerzo que el de los breves trabajos que cualquier estudiante suele presentar en el transcurso del ciclo escolar? Por lo mismo, en el posgrado de instituciones serias se otorga una gran importancia a que los aspirantes hayan obtenido su licenciatura con la elaboración de su tesis y su defensa en el respectivo examen profesional. La presión contra la tesis como requisito para la titulación existe. No se la ha expulsado de la institución, pero se han abierto otras modalidades, varias de ellas ciertamente válidas, como la elaboración de memorias, antologías, materiales didácticos, recopilación de tradiciones orales, ensayos; en algunas carreras –no es el caso de la Facultad de Humanidades, por propia decisión– funciona la presentación de un examen de conocimientos, que no hay que descalificar en sí mismo, pero que sería ayuno de las ventajas a que he aludido sobre el aprendizaje obtenido cuando se trabaja una tesis de manera seria.
4 Ante estas modalidades, me pronuncio por favorecer la elaboración de trabajos de tesis, pues este género académico tiene claros su definición, intención y alcances, lo que no siempre sucede con las otras opciones. Tengo la impresión de que cuando se elude la modalidad de tesis, es porque se le atribuye mayor dificultad a su hechura que en los demás casos, incluida la torpe idea de que, por ejemplo, escribir un ensayo es más fácil, porque sólo se trata de manchar el papel con opiniones personales. Nada de eso: elaborar un ensayo exige, entre otros factores, contar con un estilo propio, un lenguaje trabajado y original, así como tener ideas valiosas y expresarlas desde una postura personal. Visto así, la tesis viene a ser un estudio más sencillo, que requeriría más que nada organización, capacidad de análisis, un uso adecuado del idioma y claridad alrededor del objeto de estudio. Igualmente, cuando he visto memorias, materiales didácticos, antologías, noto que inevitablemente deben incluir una plataforma teórica y seguir una metodología, sin las cuales su aportación al campo del conocimiento sería por completo discutible. ¿No sería más conveniente enfrascarse de manera directa en la elaboración de una tesis, sin subterfugios, sin titubeos, sin caer en una falsa disyuntiva de elegir el trabajo que implique el menor esfuerzo?
Claro está: es mejor una buena memoria o una antología decente que una mala tesis. Pero una buena tesis será eso: un trabajo digno. Que, volviendo a Eco, hay que hacer con gusto. Este requisito académico demanda el máximo compromiso por parte del equipo humano que confluye alrededor de él: los profesores en su calidad de asesores o de revisores de una tesis; los sinodales en el examen profesional; y el propio tesista, de manera fundamental. La fortaleza universitaria a la que me refiero en el primer párrafo de este escrito se basa en estos personajes; si ellos fallan y ven en un trabajo de tesis sólo una forma para sumar puntos –como efecto del esquema de estímulos en boga– o para otorgar u obtener, como sea, un grado académico, acabaremos mal. En lugar de nutrirnos, padeceremos una perversa versión de anorexia académica; los anaqueles de las bibliotecas se seguirán llenando con textos mediocres o deficientes, y la eficiencia en el rubro de titulación seguirá siendo un indicador problemático, aunque revelador, de lo que está pasando en el campus.
Geometrización del conocimiento
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Gaston Bachelard
ornar geométrica la representación, vale decir dibujar los fenómenos y ordenar en serie los acontecimientos decisivos de una experiencia, he ahí la primera tarea en la que se funda el espíritu científico. En efecto, es de este modo como se llega a la cantidad representada, a mitad camino entre lo concreto y lo abstracto, en una zona intermedia en la que el espíritu pretende conciliar las matemáticas y la experiencia, las leyes y los hechos. Esta tarea de geometrización que a menudo pareció lograrse –ya después del éxito del cartesianismo, ya después del éxito de la mecánica newtoniana, ya también con la óptica de Fresnel– termina siempre por revelarse insuficiente. Tarde o temprano, en la mayor parte de los sectores, estamos obligados a comprobar que esta primera representación geométrica, fundada sobre un realismo ingenuo de las propiedades espaciales, implica conveniencias más ocultas, leyes topológicas menos firmemente solidarias con las relaciones métricas inmediatamente aparentes, en una palabra: vínculos esenciales más profundos que los vínculos de las representaciones geométricas familiares. Poco a poco se advierte la necesidad de trabajar debajo del espacio, por así decir, en el nivel de las relaciones esenciales que sostienen los fenómenos y el espacio. El pensamiento científico es entonces arrastrado hacia “construcciones” más metafóricas que reales, hacia “espacios de configuración” de los que el espacio sensible, en definitiva, no es sino un mísero ejemplo. El papel de las matemáticas en la física contemporánea sobrepasa pues notablemente la simple descripción geométrica. El matematismo no es ya descriptivo, sino formativo. La ciencia de la realidad no se conforma ya con el cómo fenomenológico: ella busca el porqué matemático.
Y entonces, puesto que lo concreto acepta ya la información geométrica, puesto que lo concreto es analizado correctamente por lo abstracto, ¿por qué no podríamos fijar la abstracción como el derrotero normal y fecundo del espíritu científico? En efecto, si se reflexiona sobre la evolución del espíritu científico, se discierne de inmediato un impulso que va de lo geométrico, más o menos visual, a la completa abstracción. Desde que se accede a una ley geométrica, se realiza una asombrosa inversión espiritual, suave y viva como una concepción: la curiosidad da lugar a la esperanza de crear. Puesto que la primera representación geométrica de los fenómenos significa esencialmente poner en orden, esta primera ordenación nos abre las perspectivas de una abstracción alerta y conquistadora, que nos lleva a organizar racionalmente la fenomenología como una teoría del orden puro. Entonces ni podría decirse que el desorden es un orden desconocido, ni que el orden es una simple concordancia de nuestros esquemas con los objetos, como podría ser el caso en el dominio de los datos inmediatos de la conciencia. Cuando se trata de experiencias guiadas o construidas por la razón, el orden es una verdad y el desorden un error. El orden abstracto es pues un orden probado, que no cae en las críticas bergsonianas del orden hallado. Tomado de: La formación del espíritu científico. Contribuciones a un psicoanálisis del conocimiento objetivo, Siglo XXI Editores, México, 2000.
¿Problema de forma o de contenido? Eugenio Núñez Ang
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no de los grandes problemas a los que se enfrenta un egresado universitario es el de la titulación. Sin duda, este problema encierra otros: no saber investigar, no saber escribir, no tener ni la más mínima idea de qué hacer con toda esa carga de “conocimientos” que se supone adquirió durante su estancia en la universidad. Al finalizar la licenciatura, su mayor preocupación es insertarse en el mundo laboral, encontrar trabajo o seguir estudiando, irse al extranjero con una beca o encontrar otra “opción educativa”. Pero se requiere el título; de otra manera: no becas, no posgrados, no chambas. Así, la mal llamada “tesis” se convierte en la pesadilla de cualquier egresado que ya cuenta con su flamante carta de pasante y su fotografía a todo color con toga y birrete. La institución, con tal de sacudirse el rezago y elevar la “eficiencia terminal”, ha bajado sus exigencias: de 50 a 25 cuartillas; además de tesis se puede optar por memorias, ensayos, artículos en revistas especializadas, reportes de trabajo, examen general de conocimientos y hasta promedio final mayor de 9 puntos. Pero el problema continúa existiendo. Algunas instituciones han implantado el programa “cero titulación” que en otras palabras significa: terminando tus estudios ya estás titulado, no se requiere ni trabajo de investigación ni examen profesional. Fácil, preocúpate por aprobar las materias y ya la hiciste. El caso está resuelto para ambos: una eficiencia terminal del 100% y ninguna preocupación para el nuevo licenciado. Sin embargo, todavía subsisten maestros que aterrorizan a sus alumnos con la palabra “tesis”. No sólo por su calidad de valía excepcional, sino además porque las instituciones educativas que “verdaderamente valen la pena” como la UNAM, El Colegio de México, el ITAM, no recibe en sus posgrados a licenciados cuyo producto de titulación no haya sido una tesis. Hacedores de memorias, ensayos u otras derivaciones: ABSTÉNGANSE. En este sentido, valdría la pena que cada organismo académico solicitara a su respectivo Consejo de Gobierno una aclaración por parte del Consejo Universitario, que autorizó las diferentes opciones, o al Departamento de Titulación o a Control Escolar información oficial al respecto. De esta forma, quienes resulten responsables en la observación de la legislación universitaria, incluso los profesores que imparten los seminarios de investigación o de titulación y los asesores y revisores de trabajos de titulación, puedan contar con argumentos veraces para prevenir a los estudiantes sobre las diversas formas de titularse.
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Por otra parte, tenemos que reconocer que forma y fondo se imbrican de tal modo que el contenido guía a la estructura. Antes de preocuparnos sobre los pros y contras de las diferentes modalidades formales, nuestro interés tendría que centrarse en los contenidos. Muy frecuentemente se presentan “tesis” que no son tales. Regularmente se estructuran en un primer capítulo con los supuestos teórico-metodológicos mediante la técnica del recorte y pega, a veces el refrito o el desaguisado le da otra sazón al guiso. Los siguientes capítulos son monográficos o estudios de síntesis en los que los marcos teóricos enunciados anteriormente ya no se toman en cuenta. De acuerdo con la extensión o la profundidad del estudio la tesis se puede convertir en tesina. En realidad es un trabajo monográfico que debería validarse como tal para efectos de titulación. Otro elemento importante por considerar es el rompimiento genérico. Desde inicios del siglo XX, puede que antes, la experimentación, el fragmentarismo, la mezcla de puntos de vista trajo consigo nuevas estructuras. De esta manera desaparecen los géneros puros y aparecen otras formas que se suelen encasillar donde mejor parezca, aunque ese oficio no les guste ni los defina exactamente. La universidad, asimismo, al flexibilizar sus planes de estudio, tendría que obligarnos a una flexibilización en todo lo concerniente, empezando por los profesores y los alumnos, y de esta manera lo que ambos producen. Qué importa pues si es tesis, memoria, ensayo o un híbrido. De todos modos, es necesario hacer hincapié en una mejor preparación dentro de estas nuevas exigencias de la educación por competencias. Y algo que nos compete es aprender a leer y aprender a escribir como herramientas fundamentales para aprender a ser, aprender a hacer y aprender a aprender constantemente. Finalmente, un trabajo de titulación refleja exactamente eso: que uno sabe leer y escribir porque uno es lo que escribe, uno aprendió de lo que lee y uno hace en función de ese ser y ese aprender.
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a habido avances, porque ahora tenemos más opciones, más seminarios en cuanto a titulación, más semestres en los que se dedican a realizar una tesis; en el caso de Historia, seis semestres. Sin embargo creo que todavía podríamos tomar decisiones importantes desde la licenciatura. Una de ellas sería establecer parámetros bien claros sobre cuáles son los requisitos mínimos para la construcción de una tesis, de un ensayo, de una tesina, de un catálogo… con el objetivo de tener criterios únicos en toda la licenciatura que permitan, entonces sí, establecer estrategias para atacar dónde está el problema. Creo que fundamentalmente está en la capacidad que tenga un alumno para construir una tesis a partir de una redacción coherente y de un pensamiento claro y básico. Si tenemos esos criterios mínimos, vamos a avanzar mucho en cuanto a nuestros índices de titulación, que sí es cierto que han ido aumentando, pero que no son suficientes tomando en cuenta las necesidades que ahora tienen nuestros egresados de presentar un título para un trabajo.
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ste año y el anterior ya les dio [a los egresados de Artes Teatrales] como urgencia de buscar la titulación. En general como que no tienen presente que les pueda ser útil, pero una vez que salen al trabajo, para todo te están pidiendo el título. Es como un síndrome de la carrera, que prefieren estar actuando que estar buscando a ver si se titulan o no. Incluso ahorita tenemos gente que ya se va a titular [en breve]. Es un asunto que yo creo que a todos nos pasó: cuando recién salimos lo dejamos pasar, pero una vez que necesitamos, pues tenemos que. La realidad como que está obligando a que lo tomen más en cuenta. Jesús Angulo, Artes Teatrales
Diana Birrichaga, CID
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Carlos Ledesma, Historia
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reo que uno de los problemas por los cuales hay bajo índice de titulación es la cuestión económica, porque los chicos terminan de cursar las materias, pero generalmente tienen que pagar todos los costos que significa la titulación, la impresión de tesis, etcétera. Todo eso implica un costo significativo, porque en términos generales, una persona que termina de cursar sus materias no está trabajando; a veces sí, ya tiene un trabajo previo, pero muchas veces no. Otro de los problemas para la titulación es que justamente
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especto a la titulación, creo que una de las maneras en que se tendría que evaluar sería ver las nuevas formas de titulación que marca la reglamentación universitaria –de toda la UAEM–; examinar el reglamento de evaluación profesional para ver si se pudieran aplicar, aparte de la titulación por tesis, otras opciones: por promedio, o el examen del Ceneval, que en algún momento se podría analizar [esta posibilidad de titulación].
terminan de cursar y, ya como pasantes de la carrera, empiezan a trabajar. Entonces al empezar a trabajar, les queda muy poco tiempo para dedicarse a la tesis. Hilda Naessens, Filosofia
onsidero que ha subido el índice de titulación recientemente, sobre todo en las generaciones de unos diez años, quince años hacia acá, o veinte incluso: regresa gente de hace veinte, veinticinco años, porque en su trabajo o en otra parte es ya una exigencia. Las generaciones recientes como que se preocupan más al incluir los seminarios de titulación o de tesis dentro del plan de estudios. Creo que ha sido muy benéfico. A lo mejor, no es la generalidad, en algunas áreas ha decaído el nivel de las tesis. No lo estoy diciendo en general. Creo que eso habría que cuidar un poco más, la calidad, no sólo las tesis sino de todos los trabajos de titulación, porque ahora hay ya varias modalidades. Creo que también esas modalidades habría que explotarlas, en el buen sentido, porque hay veces
que ni se conocen: los alumnos se van por lo tradicional, por la tesis, ignoran que hay estas otras posibilidades, y hay que cruzarlas. Es bueno, es benéfico para la institución y en general para nuestros egresados. Y lo que decían algunos maestros, también eso hace que ingresen más temprano a los posgrados, que tengan la intención de hacer otros estudios; y, bueno, el incentivo también de las becas, que ahora es una forma de vida. Juan Monroy, Filosofía
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reo que el problema básico es que estamos ante una inadecuada programación general de la universidad respecto al arte, por un lado. Por otro lado, estar inmersos en la Facultad de Humanidades es otro problema, porque tiene sus criterios –justos, creo– habituales de enfrentar las cosas. Si un músico no se puede titular con la música, está muy desagradable el asunto: tengo que hacer a fuerza teoría de la música, y puede que yo sea un músico espléndido y no pueda reflexionar teóricamente sobre la música. Es un problema de origen. Hay un programa de trabajo en la licenciatura que creo no llega a concretarse donde debe, que hace que los alumnos lleguen presionados, cansados, hartos a la diplomación (sic). El índice de diplomación (sic) ha aumentado últimamente hacia bien en esta licenciatura, por un lado, y por otro lado es generalizado: en todas las universidades el bajón de titulación es por un problema social gravísimo de que la gente no ve futuro. Los chamacos salen sin saber a dónde van en tanto que ilusión, en tanto que el proyecto de vida se resquebraja con mucha facilidad, por un fenómeno político complicado que estamos pasando. Articular un espectáculo artístico, una posibilidad más cerca, complementarlo con una pequeña tesina, cualquier cosa, pero que lo medular fuera lo artístico, quizá sería prudente, y esto no se ha logrado. [Titularse con obra artística] es una opción que conlleva una cantidad de cuestiones que no hemos articulado bien. Pongo el ejemplo: ¿cómo salen los alumnos del INBA? Con carencias, pero está establecido un mecanismo en que ellos llegan con un pequeño trabajo de investigación, y lo grueso de la titulación es la puesta en escena. Aquí no: la puesta en escena final no tiene valor de titulación; puede tener valor llevando quién sabe qué; pero la titulación formal es con el ensayo, todos los irigotes formales de la titulación. Pero eso [la puesta en escena] debía ser una opción perfectamente establecida, y yo diría prioritaria. Y no vamos a lograr eso hasta que no seamos una escuela fuera de Humanidades. Porque al romper criterios aquí, en esta licenciatura, entiendo muy bien el temor de que de repente otras licenciaturas quieran hacer quién sabe qué locuras, o que se armen malentendidos. Creo que ese es un problema que la universidad tendría que sopesar muy bien. Quizá sí habría cierta razón del temor de crear más burocracia al tener una escuela independiente. La infraestructura de aquí es perfectamente inadecuada para nosotros. Ya tiene veinte años esta licenciatura, y no sé cuántos haya titulado. Y ahora cuántos están saliendo por año, porque sí, de pasantes hay una cantidad, y de gente que está funcionando bien, que está trabajando, que está haciendo las cosas a pesar de la incoherencia de [la Secretaría de] Difusión Cultural en nuestra casa de estudios; es brutalmente incoherente: se dedica a hacer aparatajes políticos, eventitos sin ton ni son, ¿entonces para qué tenemos licenciaturas artísticas? Esas son las principales cosas que creo influyen de manera muy determinada en el bajísimo índice de titulación. Yo dizque soy el asesor de tesis de una cantidad de los chamacos, y
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me fallan, bueno, se fallan: en horarios, en programas, en planes, en todo, de manera impertinente. ¿Es por maldad, es por pereza? No creo. Es un poco que no le acaban de encontrar sentido, y diría que en esta falta de sentido hay alguna razón. Yo me titulé porque sí veía futuro, sí creía que tenía un lugar que ocupar en mi realidad; ellos no lo ven. Es una cosa muy difícil. Y la titulación debía ser también una especie de gusto por llegar de-a. Ahora: ¿para qué le sirve a un actor el diploma? Un actor no va a trabajar con el diploma, nunca. Hacer una audición es lo que funciona. ¿A quién le importa cuando yo dirijo que tenga diploma o no, que tuve título o no? Si yo quiero ser médico, no voy a poder ejercer sin un diploma. Un actor, un plástico, un músico… Es otro problema que parece que no tomamos en cuenta: que el modo de titulación debería ser adecuado a la propia profesión; a menos que quieras hacer carrera académica, pero entonces estamos hablando de otra carrera o una opción colateral, que es pedagogía. Esta es la opinión: hay mucha inadecuación, que por supuesto repercute desmotivadoramente en ellos [los alumnos]. No veo muchos incentivos. Es su obligación [titularse] y es su responsabilidad, pero tiene sus asegunes, sus ponderables y sus imponderables. Es una fenomenología compleja que no hemos querido atacar con justeza. Raúl Zermeño, Artes Teatrales
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onsidero que debemos [los docentes] ser más exigentes, más rigurosos en los seminarios [de titulación]: exigir que el alumno, en el primer seminario, verdaderamente tenga avanzada la investigación y tenga un proyecto –el protocolo– terminado. Eso requiere que ya haya leído la obra del autor que va a trabajar o que haya profundizado sobre el tema, y así tenga fichas de trabajo, textuales, donde haya consultado libros, revistas, periódicos, o haya hecho entrevistas según su tema. En el segundo seminario de titulación, exigirle que tenga un avance mínimo de 50% del trabajo, de la investigación, ya redactado. Y que en el tercer seminario lo tenga concluido. Para ello debe haber otros profesores que verifiquen ese avance, de lo que hemos estado hablando en la academia: una especie de coloquios de investigación, donde los alumnos presenten el resultado, y los profesores que participen –pueden ser todos los profesores que integran el área de Investigación, o algunos profesores seleccionados de acuerdo con el tema– verifiquemos esos avances… Yo diría prácticamente no dejarlos ir sin que registren su trabajo ante el Departamento de Titulación, y de esa manera sean de tres a seis meses en los que ellos concluyan, realicen los trámites y se programe el examen. Margarita Tapia Arizmendi, Letras Latinoamericanas
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eo que ahora se titulan más. La mayoría de los que egresan recientemente son los que se titulan más pronto. Antes pasaban muchos años para que regresaran a titularse. Pienso que porque ahora, cuando ellos se van y buscan trabajo, les piden el título y también la cédula profesional; ya no pueden ejercer sin su título. Como que los chicos se están haciendo más responsables, y por eso vienen a titularse. Igual unos tienen las ganas de seguir estudiando una maestría para no quedarse con la licenciatura. Ana Bertha Ceballos, Departamento de Titulación de la facultad
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n el caso de Historia, me parece que a partir de la forma en que se ha organizado el trabajo en seminarios, y la programación de los coloquios, donde los estudiantes presentan sus avances programados a partir de que elaboran el anteproyecto, y así progresivamente hasta que concluyen prácticamente la carrera con el trabajo en borrador, sí se nota un gran avance respecto al plan de estudios anterior. Porque con ese plan, los estudiantes salían y no tenían a veces el tema elegido, o tenían uno y empezaban con uno diferente, entonces era difícil que regresaran, porque empezaban a trabajar. Hoy, aun cuando el tema no esté concluido, el que más se haya atrasado ya lleva la idea fija, ya lleva el proyecto elaborado, presentado ante docentes y ante sus propios compañeros, lo que da seguridad, lo que le permite retroalimentar su propio conocimiento en el tema. Y me parece que eso ha logrado que se tenga un avance en titulación: se está titulando un buen número de estudiantes, es notorio ya, y están ingresando muy pronto a los posgrados. Rocío Merlos, Historia
Entrevistas y versión estenográfica: Sara Rivera
Peer Gynt: La búsqueda de sí mismo
Eugenio Núñez Ang
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enrik Ibsen, autor de obras tan importantes como Casa de muñecas, Hedda Gabler, El pato salvaje, Un enemigo del pueblo, Espectros, escribió Peer Gynt en 1867. En esta obra Ibsen plantea algunas de las preocupaciones predominantes a mediados del siglo XIX: ¿Cuáles son las consecuencias de la conciencia personal? ¿Qué significa realizarse uno mismo? ¿Qué representa la verdadera individualidad? ¿Cómo conciliar el ser uno mismo con las exigencias del mundo circundante? ¿Cómo confrontar el mundo interior –las pasiones, los deseos, los sueños– con la realidad exterior –las exigencias y los deseos de los otros– ante la cual se enfrenta el individuo? Peer Gynt, personaje que le da nombre a la obra, será el encargado de mostrar esa lucha del individuo por encontrarse. El modo vanidoso de ser de Peer consiste no sólo en esa cara caprichosa e inestable que ofrece al público; sino sugiere, por otra parte, que posee una personalidad pero aún no define su carácter, se deja llevar por sus ímpetus sin pensar en las consecuencias. Por esto, Peer se presenta como el oportunista típico: mentiroso y fantasioso, encantador pero inestable; infectado por la enfermedad de la mediocridad con aires de grandeza; dispuesto a adaptarse a las circunstancias para su propio beneficio sin considerar al otro. Instalado en la pura apariencia, se ve obligado a hallar la belleza en la fealdad, el coraje en la cobardía, la verdad en la ilusión, a nutrirse aun en lo excrementicio.
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Peer Gynt responde a lo que en narrativa se denominó Bildungsroman, novela de crecimiento o maduración, apropiada para las preocupaciones filosóficas del siglo XIX y principios del XX. Como obra dramática se instala en la tragicomedia: el personaje realiza un viaje para vencer una serie de obstáculos y de esta manera resolver un problema de su colectividad; en este caso, descubrirse a sí mismo, resolver el dilema de su individualidad ante las exigencias de los demás. No importa que al final encuentre que su vida ha sido un enorme desperdicio, que las ilusiones y la realidad no son sino producto de una mente desquiciada en la constante lucha de ser el que se es contra el que pretenden los otros que él sea. Ibsen le ofrece una oportunidad de salvación en el “tranquilo amor” de Solveig: “Para ser tú mismo, tienes que matarte a ti mismo”: para redimir tu alma tienes que realizar el sacrificio de tu propio placer –tu individualismo– para entregarte a algo más elevado: doblegarte al deseo del otro. Las dificultades de la puesta en escena de una obra tan compleja no sólo por la transformación del personaje central, los frecuentes cambios de espacio, la adaptación a lenguajes accesibles para un escenario tan limitado como el del foro Alberto Antonio Salgado de la Facultad de Humanidades, son resueltas con facilidad por la hábil dirección conjunta de Eduardo Contreras y Gabriel Guerrero, la realización escenográfica de Raúl Hernández y Fernando Hernández Ortiz.
Es importante mencionar a los actores que participan en esta puesta. Alejandro Sarabia da vida a Peer Gynt. Sin duda Alejandro se muestra como un extraordinario actor que supo imprimir los diferentes matices de un personaje tan complejo, tan cambiante y que evoluciona a lo largo de toda la obra. Dalia Inés Contreras Gonzaga, en los diferentes papeles que le toca interpretar, vuelve a refrendar su valía como una de las jóvenes actrices que inició su carrera en la Compañía Universitaria de Teatro desde edad temprana. Héctor Pino, versátil y talentoso actor, resuelve con aptitud los distintos personajes a su cargo. Menciono a este trío, porque Alejandro, Dalia Inés y Héctor ya habían logrado sobresalir en la representación de los personajes principales de Britanicus de Jean Racine, en esta ocasión refrendan su calidad histriónica brillantemente. El resto del grupo no desmerece e igualmente responde con sus interpretaciones a las exigencias de una obra de gran valía dentro de la dramaturgia clásica universal. Marianna Gaspi, Yaqueline Gutiérrez Renedo, Carla Ivette Gutiérrez Pérez, Antonio Díaz, Eduardo Santander y Ángeles Estrada componen el resto del reparto para representar cada uno de ellos un promedio de cinco personajes de diferente condición. Este mismo grupo ya había sobresalido anteriormente en diferentes obras. Recordamos Susana y los jóvenes como un debut a lo mejor no muy afortunado. Sin embargo, la puesta de lectura en atril por Jesús Angulo de El rencor de Esvón Gamaliel permitió verlos como una estupenda agrupación que prometía, y ahora comprobamos que han cumplido. Britanicus de Jean Racine, bajo la dirección de Raúl Zermeño, constituyó una de las mejores propuestas escénicas del 2008. Ahora con Peer Gynt ofrecen una excelente oportunidad de ver teatro, teatro bien hecho y en el que bien vale la pena invertir las cuatro horas que dura el espectáculo. Cuatro horas que corren ligeras sin que el espectador sienta cómo transcurre el tiempo, pues su devenir en la escena abarca varios años. La actuación de Alejandro Sarabia y su conversión de un adolescente a un anciano es notable. Una amplia recomendación pues el teatro se vuelve, sin duda alguna, una experiencia inolvidable. Otro elemento digno de considerar es la música. Henrik Ibsen había pensado Peer Gynt como un drama para ser leído y no representado; sin embargo, finalmente, decidió convertirla en una obra de teatro en cinco actos, lo que requería la incorporación de preludios, entreactos, bailes, canciones y algunos números corales. El compositor noruego Edward Grieg recibió el encargo de componer la música para esta obra. En la actual puesta de Eduardo Contreras Soto y Gabriel Guerrero, cuyo estreno se llevó a cabo en Ensenada, Baja California, se contó con la participación de la Orquesta de Cámara de Ensenada bajo la dirección de Álvaro G. Díaz Rodríguez, que en esa ocasión interpretó la música de Grieg en vivo. La grabación de estas piezas sinfónicas son las que escuchamos ahora en las presentaciones que se llevan a cabo en la Facultad de Humanidades.
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Universidad Autónoma del Estado de México M. en C. Eduardo Gasca Pliego Rector M.A.S.S. Felipe González Solano Secretario de Docencia Dr. Sergio Franco Maass Secretario de Investigación y Estudios Avanzados Dr. en I.T. Manuel Hernández Luna Secretario de Rectoría M.A.E. Georgina María Arredondo Ayala Secretaria de Difusión Cultural
Aforismos y co-relaciones: el perro y el hombre Pedro Canales Guerrero Como en la historia del hombre que habría desaparecido sin el tabú del incesto –es decir, sin el mestizaje–, los perros más sanos son los mestizos, como si nos enseñaran que el encuentro con lo diferente nos da salud, nos enriquece.
Lic. Yolanda E. Ballesteros Sentíes Secretaria de Extensión y Vinculación Dr. en C. Jaime Nicolás Jaramillo Paniagua Secretario de Administración Dr. en Com. Luis Alfonso Guadarrama Rico Secretario de Planeación y Desarrollo Institucional
Facultad de Humanidades Dra. en E.L. Ángeles Ma. del Rosario Pérez Bernal Directora Lic. en H. Magdalena Pacheco Régules Subdirectora Académica Mtra. en E.L. Josefina García González Subdirectora Administrativa Tlamatini Editor responsable: Gregorio Martín Mondragón Arriaga Comité editorial: José Luis Herrera Arciniega Gregorio Martín Mondragón Arriaga Eugenio Núnez Ang Rogerio Ramírez Gil Sara Rivera Ramírez Corrección: Sara Rivera Ramírez Formación y fotocomposición: Martín Mondragón Arriaga Roberto Sverdrup Viniegra Fotografía digital: Martín Mondragón Arriaga Roberto Sverdrup Viniegra
Por la necesidad canina de caminar diariamente, correr mascota y amo acompañados –pendientes uno de otro por lazos cordiales– es una forma más de ejercitar ambos corazones. Así, latirán sanamente desde la infancia –nos dice el cardiólogo y el sociólogo–, lúcidamente –al mejorar la irrigación cerebral– y por más largo tiempo con los seres amados: ejercicio de relaciones cordiales.
Tlamatini: publicación informativa y de reflexión de la Facultad de Humanidades Lineamientos editoriales
Adoptar a alguien –darle vida– no significa ser generoso sino buscar satisfacer la necesidad de sentirnos útiles y vivos. Es falso que el amor constituya generosidad: damos tanto cuanto recibimos –incluidos Francisco de Asís y Teresa de Calcuta–.
Tras crear los dioses al hombre vieron que era ingrato y traicionero: crearon al perro. Nuestros perros nos recuerdan que el cariño nos hace sentir lo que cada uno es: único, insustituible, persona.
1. Los textos deberán reflexionar, analizar o cuestionar los fenómenos culturales, literarios y artísticos, en especial de la facultad y del estado de México. 2. No excederán las diez cuartillas y deberán entregarse, junto con un respaldo electrónico, escrito en arial a 12 puntos, a doble espacio, en la Coordinación de Letras Latinoamericanas. 3. Tendrán prioridad los textos que muestren argumentación lógica y coherente en el desarrollo de los temas. 4. Se recomienda que las reseñas de libros, obras de teatro, revistas, se acompañen con la imagen del texto, cartel o revista, en archivo JPG. 5. Los textos se someterán a discusión del comité editorial para su publicación. 6. La revista se reserva el derecho de hacer los cambios editoriales que considere convenientes. 7. Los autores ceden los derechos de su colaboración a la UAEM, de acuerdo con los lineamientos de la propia universidad. 8. Cualquier otro asunto no previsto en los anteriores será resuelto por el consejo de la revista.
Tlamatini es una publicación trimestral de la Coordinación de Letras Latinomericanas y el apoyo técnico de Comunicación Humanística, con un tiraje de 1000 ejemplares, de distribución gratutita para beneficio de la comunidad universitaria y la sociedad. Paseo Tollocan esq. Paseo Universidad, Ciudad Universitaria. Correo electrónico: revistatlamatini@yahoo.com.mx
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Titulados enero 2008-mayo 2009 Licenciatura en Letras Latinoamericanas Aidee Santiago Moreno Generación 2000-2005 Tesis Lo fantástico en el cuento Ars longa, vita brevis de Virgilio Piñera Asesora: Dra. Mihaela Comsa
Marzo 2008 Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Guadalupe Mireya Reyes Olvera Generación 2000-2005 Tesis Cuadro de clasificación para el archivo municipal de Otzolotepec Asesora: Mtra. Silvana Elisa Cruz Domínguez
Licenciatura Enero 2008 Licenciatura en Historia Luis Miguel Gazcón Álvarez Generación 1988-1993 Memoria Problemática de la enseñanza de la historia en la escuela secundaria: 1997-2007 (Zona Escolar 5087 de Secundarias Generales) Asesora: Dra. Georgina Flores García
Febrero 2008 Licenciatura en Letras Latinoamericanas Porfirio Castrillo Hernández Generación 1995-2000 Tesis El tema de la violencia en “La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y su abuela desalmada” de Gabriel García Márquez Asesora: Dra. María del Carmen Álvarez Lobato Licenciatura en Historia Josefina Castillo Carrillo Generación 2001-2006 Tesis Panorama de la tenencia y explotación de la tierra en el pueblo de Metepec, época virreinal Asesora: Dra. Guadalupe Yolanda Zamudio Espinosa Licenciatura en Letras Latinoamericanas Regina Pichardo Vallejo Generación 1995-2000 Tesis Denuncia y rompimientos en Doña Flor y sus dos maridos de Jorge Amado Asesor: Mtro. Jesús Humberto Florencia Zaldívar Licenciatura en Historia María Angélica García Martínez Generación 1995-2000 Tesis Estupro y rapto en las cabeceras judiciales de las ciudades Toluca, Lerma y las villas de Metepec y Zinacantepec, 1700-1800 Asesor: Mtro. Raymundo César Martínez García Licenciatura en Filosofía Marta Susana de León Rodríguez Generación 1976-1980 Tesis Perspectivas de la democracia ante la globalización económica Asesor: Mtro. Ruperto Retana Ramírez Licenciatura en Filosofía Mariana Hernández Juárez Generación 2001-2006 Tesis La justicia como imparcialidad en teoría de John Rawls Asesor: Mtro. Ruperto Retana Ramírez
Licenciatura en Arte Dramático Aldo Colín Suárez Generación 1993-1998 Memoria Memoria del proceso de construcción de los personajes: Francisco Prado, El Viajante, Gendarme Montero y Samuel Lora en la puesta en escena Los tejedores de Gerhart Hauptmann Asesor: Lic. Jorge Alfonso Arredondo Serrano Licenciatura en Filosofía Minerva Gutiérrez Sánchez Generación 1996-2003 Tesis El amor y la productividad como alternativas para el desarrollo del potencial humano en Erich Fromm Asesor: Dr. Roberto Andrés González Hinojosa Licenciatura en Filosofía José Antonio Chávez Ramírez Generación 2002-2007 Tesis Emil Cioran: un filosofar desde la zozobra Asesor: Dr. Mijail Malishev Krasnova Licenciatura en Filosofía Noé Epifanio Julián Generación 2002-2007 Tesis El tema de la muerte en el poema de Lucrecio Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez Licenciatura en Filosofía Héctor Manuel Senteno Mejía Generación 2001-2006 Tesis Los testigos de Jehová en México. Asociación cultural y religiosa. 1930-1993 Asesor: Lic. David Lugo Pérez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Graciela Rojas Rodríguez Generación 1996-2001 Tesis Manual de apoyo didáctico para motivar mediante juegos didácticos la adquisición del proceso de lectoescritura en alumnos de segundo grado de primaria Asesora: Dra. Martha Elia Arizmendi Domínguez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Amalia del Pilar Martínez Álvarez Generación 1996-2001 Tesis Manual de apoyo didáctico para motivar mediante juegos didácticos la adquisición del proceso de lectoescritura en alumnos de segundo grado de primaria Asesora: Dra. Martha Elia Arizmendi Domínguez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Brenda Adriana Mejía Hernández Generación 2002-2007 Tesis: El tiempo en El piano de Carmen Laforet Asesora: Dra. Ángeles Ma. del Rosario Pérez Bernal
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Abril 2008 Licenciatura en Arte Dramático César Pedraza Cuevas Generación 1997-2002 Memoria Memoria de construcción del personaje “Adrián Barajas” de la puesta en escena El rastro de Elena Garro, bajo la dirección de Octavio Moreno Asesor: Lic. Jesús José Angulo Hernández Licenciatura en Letras Latinoamericanas Claudia Dávila Ramírez Generación 2000-2005 Tesis Lo fantástico como aproximación a las culpas en Entre tus dedos helados de Francisco Tario Asesor: Mtro. Jesús Humberto Florencia Zaldívar Licenciatura en Historia José Porfirio Neri Guarneros Generación 2002-2007 Tesis El amparo y los pueblos en el Estado de México 1875-1883. Una interpretación de los derechos de propiedad comunal Asesora: Dra. Diana Birrichaga Gardida Licenciatura en Filosofía Rocío Salomé Castañeda Generación 1999-2004 Tesis Los límites del lenguaje en el primer Wittgenstein Asesora: Dra. María Luisa Barcalett Pérez
Mayo 2008 Licenciatura en Letras Latinoamericanas Areli Cruz Muciño Generación 2001-2006 Tesis Paso a paso por las entreveradas sendas de La familia de Pascual Duarte: su acto de narrar a través del proceso de aproximaciones sucesivas acumulativas Asesor: Dr. Francisco Xavier Solé Zapatero Licenciatura en Arte Dramático Gúmaro Antonio Velázquez Trujillo Generación 2000-2005 Memoria Pedro de Urdemalas, memoria sobre el trabajo actoral para la puesta en escena de la obra de Miguel de Cervantes Saavedra Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Letras Latinoamericanas Martha González López Generación 2001-2006 Tesis Análisis genérico de Los huéspedes reales de Luisa Josefina Hernández Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Filosofía Miguel Pedro Sánchez Rojas Generación 1988-1992 Tesis El pensamiento filosófico-educativo en José Vasconcelos Asesor: Dr. Juan José Monroy García Licenciatura en Filosofía Sonia Yadira Águila Camacho Generación 2002-2007 Tesis Evolución, duración y libertad en Henri Bergson Asesora: Dra. María del Rosario Guerra González Licenciatura en Filosofía Luis González Guadarrama Generación 1991-1996 Tesis El concepto de liberación en la filosofía de Leopoldo Zea Asesor: Dr. Juan José Monroy García
Licenciatura en Letras Latinoamericanas Maura Arzate López Generación 2003-2007 Tesis Felipe Ángeles, un héroe revolucionario desmitificador de la Revolución en un drama de Elena Garro Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang
Junio 2008 Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Rosario Maricela Pineda Sosa Generación 2001-2006 Tesis Análisis de profesionalización del personal bibliotecario en cinco bibliotecas públicas de la ciudad de Toluca Asesor: Mtro. Ariel Sánchez Espinoza Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Karla María Pérez Flores Generación 2001-2006 Tesis Análisis de profesionalización del personal bibliotecario en cinco bibliotecas públicas de la ciudad de Toluca Asesor: Mtro. Ariel Sánchez Espinoza Licenciatura en Arte Dramático Suriday Ugalde Pérez Generación 2002-2007 Memoria Actividades de dramatización en niños de preescolar Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Letras Latinoamericanas Daniel Jhovani Arzate Díaz Generación 2002-2007 Tesis Travestismo y poder en Nomás no me quiten lo poquito que traigo de Eduardo Antonio Parra Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Historia Manuel Vázquez Martínez Generación 1999-2004 Tesis La formación de los pueblos de Indias en el Real de Minas de Zacualpan, siglos XV-XVII Asesor: Dr. Gerardo González Reyes Licenciatura en Arte Dramático Milagros Irene Rodríguez Carpio Generación 1997-2002 (aplazada 2005) Obra artística Creación de personajes de la puesta en escena Químicas de amor basada en los originales de Carmina Narro (Round de sombra y manicure) y George Courteline (El miedo a los golpes), dirección de José F. Millán Cotero Asesor: Mtro. Miguel Ángel Arteaga Medina Licenciatura en Arte Dramático José Francisco Millán Cotero Generación 2000-2005 Obra artística Creación de personajes de la puesta en escena Químicas de amor basada en los originales de Carmina Narro (Round de sombra y manicure) y George Courteline (El miedo a los golpes), dirección de José F. Millán Cotero Asesor: Mtro. Miguel Ángel Arteaga Medina
Licenciatura en Arte Dramático María Isabel Juárez González Generación 2000-2005 Obra artística Creación de personajes de la puesta en escena Químicas de amor basada en los originales de Carmina Narro (Round de sombra y manicure) y George Courteline (El miedo a los golpes), dirección de José F. Millán Cotero Asesor: Mtro. Miguel Ángel Arteaga Medina Licenciatura en Historia Luz María Hernández Olivares Generación 1992-1997 Tesis La reforma agraria y la diversificación ocupacional en San Pedro Totoltepec, 1900-1950 Asesora: Mtra. Gloria Pedrero Nieto Licenciatura en Historia Óscar Dorantes Nava Generación 1992-1997 Tesis La reforma agraria y la diversificación ocupacional en San Pedro Totoltepec, 1900-1950 Asesora: Mtra. Gloria Pedrero Nieto Licenciatura en Letras Latinoamericanas Juan Carlos Vásquez Pérez Generación 2001-2006 Tesis La descripción de la naturaleza indiana. Un ejemplo con la fauna, vista a través de Gonzalo Fernández de Oviedo, cronista de Indias Asesor: Dr. Marco Antonio Urdapilleta Muñoz Licenciatura en Letras Latinoamericanas Minerva Ávila Villeda Generación 2002-2007 Tesis Tradición oral en el municipio de Almoloya del Río Asesor: Dr. Marco Antonio Urdapilleta Muñoz
Julio de 2008 Licenciatura en Letras Latinoamericanas Jorge Luis Valle Barrientos Generación 1993-1998 Ensayo Breve ensayo sobre la lectoescritura en México, nivel medio superior Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Letras Latinoamericanas Cristina Isabel Velázquez Moreno Generación: 2001-2006 Tesis El complemento directo preposicional Asesora: Dra. Patrizia Romani Licenciatura en Filosofía Roberto Juventino Fuentes Rionda Generación 2001-2006 Tesis Concepto de vida en el mecanicismo cartesiano Asesora: Dra. María Luisa Bacarlett Pérez
Licenciatura en Historia Alejandro López de Lara Marín Generación 2002-2007 Tesis Impacto de las políticas neoliberales en el quehacer académico de la Universidad Autónoma del Estado de México Asesor: Dr. Alberto Saladino García
Agosto de 2008 Licenciatura en Filosofía Verónica Reyes Leyva Generación 2002-2007 Tesis La pérdida de identidad humana como consecuencia del dominio de la ciencia y tecnología, a partir de la teoría crítica. Una lectura desde la Escuela de Frankfurt Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez
Septiembre de 2008 Licenciatura en Filosofía Édgar Pérez Carmona Generación 1996-2001 Tesis La verdad como interpretación de la realidad en la filosofía de Nietzche Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez Licenciatura en Filosofía María Adriana Andrade Balderas Generación 1996-2001 Ensayo El maniqueismo en Los olvidados de Luis Buñuel Asesor: Dr. Alberto Saladino García Licenciatura en Letras Latinoamericanas Ramón Gutiérrez Villavicencio Generación 2002-2007 Tesis La poética de lo fantástico en Tlactocatzine del Jardín de Flandes de Carlos Fuentes Asesor: Dr. Luis María Quintana Tejera
Octubre 2008 Licenciatura en Filosofía Camerino Juárez Pascual Generación 1969-1973 Tesis El concepto de percepción en George Berkeley Asesora: Dra. María Luisa Bacarlett Pérez Licenciatura en Historia Rocío Nayeli Romero Ruiz Generación 2002-2007 Tesina Catálogo de defunciones: Ocoyoacac 1886-1891 Asesora: Mtra. María Elena Bribiesca Sumano Licenciatura en Filosofía Miguel Ángel Coyote Chapulín Generación 2002-2007 Tesis La agonía como existencia en el pensamiento de Miguel de Unamuno Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez Licenciatura en Filosofía Miguel Ángel Vázquez de la Cruz Generación 2001-2006 Tesis Utopía e ideología: la influencia de las utopías en las ideologías Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Lidia Guadalupe Velasco Cárdenas Generación 2002-2007 Tesis Reinaldo Arenas y su técnica narrativa hacia la búsqueda de la identidad en Viaje a La Habana (novela en tres viajes) Asesor: Mtro. Gerardo Meza García Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Adriana Quiroz Ayala Generación 1995-2000 Memoria Memoria del servicio social realizado en el Área de Procesos Técnicos de la biblioteca Eugenio Garza Sada del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey campus Toluca 1997-1998 Asesor: Dr. Miguel Ángel Rendón Rojas
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Licenciatura en Filosofía Óscar Frutis Guadarrama Generación 1999-2004 Tesis La ética estoica como fundamento de la moral.. Una perspectiva en el pensamiento de Lucio Anneo Séneca Asesor: Dr. Rubén Mendoza Valdés
Noviembre 2008 Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Alma Rosa López Gómez Generación 1998-2003 Tesis La necesidad de un marco normativo para los archivos de la Universidad Autónoma del Estado de México Asesora: Mtra. Silvana Elisa Cruz Domínguez Licenciatura en Ciencias de la Información Documental María Asunción Romero Mondragón Generación 1997-2002 Tesis Identificación de usuarios del sistema bibliotecario (SB) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex) y sus necesidades documentales Asesor: Mtro. Evaristo Hernández Carmona Licenciatura en Filosofía Elías Fuentes Guillén Generación 2002-2007 Tesis Escisión y desdoblamiento de la conciencia. Una lectura de las últimas obras de José Revueltas Asesor: Mtro. Jesús Humberto Florencia Zaldívar Licenciatura en Historia Francisco Tomás Iglesias García Generación 1979-1983 Memoria Uso del mapa mental como estrategia de aprendizaje en la asignatura Historia Universal: Siglos XX-XXI en el plantel Cuauhtémoc de la UAEM Asesora: Mtra. Rosa María Hernández Ramírez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Silvia Martínez García Generación 2001-2006 Tesis La fauna en el libro XI de la Historia general de las cosas de Nueva España de fray Bernardino de Sahagún Asesor: Dr. Marco Antonio Urdapilleta Muñoz
Licenciatura en Historia Érika Leticia Bobadilla Quiroz Generación 2001-2006 Tesis Iglesia, sociedad y familia, trilogía dominante de la mujer decimonónica. Estudio de los matrimonios de clase alta en la municipalidad de Toluca, 1800-1851 Asesora: Mtra. Hilda Lagunas Ruiz Licenciatura en Ciencias de la Información Documental María de los Ángeles Díaz Hernández Generación 1999-2004 Tesis La organización del archivo de la Corporación de Instalación y Servicios Internos Empresariales SA de CV Asesora: Mtra. Elvia Estrada Lara Licenciatura en Letras Latinoamericanas Julieta García García Generación 1999-2003 Ensayo La mujer en tres cuentos de A través de los ojos de ella a la luz del pensamiento de María Zambrano Asesor: Dr. Adolfo Díaz Ávila Licenciatura en Historia Nancy Jiménez Hernández Generación 2001- 2006 Tesis Elecciones mexiquenses entre 1990 y 1999 Asesor: Dr. Francisco Lizcano Fernández
Licenciatura en Historia Alfredo Pérez Díaz Generación 2002-2007 Tesis Los maestros de Metepec como intermediarios culturales en el cardenismo 1934-1940 Asesora: Dra. Diana Birrichaga Gardida
Licenciatura en Letras Españolas Diana Díaz Constantino Generación 1984-1988 Tesis: Visión del mundo en Ojerosa y pintada de Agustín Yáñez Asesor: Mtro. Gerardo Meza García
Licenciatura en Historia Julio César Mariano Vázquez Generación 1998-2003 Tesis Desarrollo económico, social y demográfico del municipio de Lerma, Estado de México, 1960-2000 Asesora: Mtra. Gloria Pedrero Nieto
Licenciatura en Letras Latinoamericanas Fabiola Sofía Tapia Vilchis Generación 2000-2005 Tesis El narrador en 62/Modelo para armar de Julio Cortázar, un modelo para integrar una conciencia colectiva Asesor: Mtro. Jesús Humberto Florencia Zaldívar
Licenciatura en Letras Latinoamericanas Agustín Alonso Morales Guzmán Generación 1999-2004 Tesis Añoranza del otro: la relación de Terencio con el Gordo Sarro en Obsesivos días circulares de Gustavo Sainz Asesora: Dra. María del Carmen Álvarez Lobato
Licenciatura en Filosofía Mario Iván Uraga Ramírez (9855711) Generación 2002-2007 Tesis La deconstrucción del concepto de escritura en la obra de Jacques Derrida Asesora: Dra. María Luisa Bacarlett
Licenciatura en Historia Diego Velázquez de la Cruz Generación 1999-2005 Tesis Poder y espacio en Michoacán, siglos XII-XVI: de los señoríos a los pueblos indios Asesor: Dr. Leopoldo René García Castro Licenciatura en Letras Latinoamericanas Jazmín Espinoza Fernández Generación 2001-2006 Tesis Víctimas y victimarios en Las muertas de Jorge Ibargüengoitia Asesor: Mtro. Humberto Florencia Zaldívar
Licenciatura en Historia Marxin Rebeca Muciño Escamilla Generación 2002-2007 Tesis Organización político territorial de los pueblos de Calimaya. La consolidación de grupos de poder local, 1820-1855 Asesora: Dra. Diana Birrichaga Gardida
Febrero 2009 Licenciatura en Historia Leonor Esther Sánchez Serrano Generación 2003-2008 Tesis La enseñanza de la historia en el turno vespertino de la Escuela Secundaria Oficial 0086 Lic. Abel C. Salazar, Lerma de Villada, Edo. de Méx. Asesora: Dra. Georgina Flores García Licenciatura en Letras Latinoamericanas Itzia Janik Macías Barreto Generación 1998-2003 Tesis La construcción de la mujer como sujeto en el segundo acto de El eterno femenino de Rosario Castellanos Asesor: Mtro. Gerardo Meza García Licenciatura en Letras Latinoamericanas Érika Hernández Ramírez Generación 2003-2008 Tesis La cabeza de Salomé de Bernardo Ortiz de Montellano y la muerte de san Juan el Bautista, Evangelio según Marcos: una interacción hipertextual Asesora: Dra. Mihaela Comsa Licenciatura en Letras Latinoamericanas María Luisa Sevilla Vallejo Generación 2001-2006 Tesis Festival Internacional de Arte y Cultura Quimera 2006 Metepec: la presencia de la literatura Asesora: Dra. Martha Elia Arizmendi Domínguez
Marzo 2009 Licenciatura en Historia Jocabeth Garduño Fandiño Generación 2002-2007 Tesis El lugar de la mujer en la legislación codificada del siglo XX de la Iglesia católica, apostólica y romana Asesor: Dr. Jaime Collazo Odriozola Licenciatura en Arte Dramático Diana Juárez Sánchez Generación 2002-2007 Memoria Proceso de creación del personaje La Cantinera de Camino rojo a Sabaiba Asesor: Lic. Jesús José Angulo Hernández Licenciatura en Historia Leticia Perdomo Villavicencio Generación 2003-2008 Tesis José Vasconcelos: una perspectiva personal en su obra Breve historia de México Asesor: Dr. Jenaro Reynoso Jaime
Licenciatura en Arte Dramático Karina Reyes Sánchez Generación 1999-2004 Memoria Xóchitl, la pequeña niña sol, experiencia de actuación en el teatro para niños Asesor: Mtro. Eugenio Núñez Ang Licenciatura en Historia Sonia Rodríguez Chávez Generación 2002-2007 Tesis Cambios y permanencias en una mayordomía: San Pedro Cholula Asesor: Dr. Leopoldo René García Castro Licenciatura en Arte Dramático Diana Montaño Real (9649763) Generación 1999-2004 Memoria Memoria de la creación del personaje: Concha Nácar en la puesta en escena infantil Ensayo de payasos. Texto de creación colectiva bajo la dirección de Yazmín Tapia Asesor: Mtro. Eugenio Núnez Ang Licenciatura en Filosofía Édgar Gómez Nava Generación 2002-2007 Tesis: La democracia en Norberto Bobbio Asesor: Mtro. Ruperto Retana Ramírez Licenciatura en Letras Latinoamericanas Montserrat Lilí Rodríguez Ruiz (9542317) Generación 1999-2004 Tesina La titulación en la Licenciatura en Letras Latinoamericanas de la UAEM Asesora: Mtra. Hilda Ángela Fernández Rojas Licenciatura en Arte Dramático Carlos Gayón Díaz Caneja Generación 2000-2005 Tesis Distinción del discurso literario dramático frente al discurso espectacular a la luz de Yolotlxiutecutlitzin Coronada Iwonna, princesa de Borgoña Asesor: Mtro. Raúl Zermeño Saucedo Licenciatura en Historia Deyanira Julieta Ruiz Rosas Generación 2002-2007 Tesis La víctima ignorante o el débil seducido. Juegos de poder y estupro en el municipio de Toluca. 1961-1968 Asesora: Dra. Ana Lidia García Peña Licenciatura en Historia Maricela Dorantes Soria Generación 2003-2008 Tesis La memoria histórica en los códices Techialoyan de San Pedro Totoltepec y San Pedro Cuajimalpa Asesor: Dr. Gerardo González Reyes
Abril 2009 Licenciatura en Ciencias de la Información Documental Marco Antonio San Agustín Gutiérrez Generación 2002-2007 Tesis Manual de comunicación formal en la administración pública (Caso: H. Ayuntamiento de Mexicaltzingo, Estado de México) Asesora: Mtra. Elvia Estrada Lara Licenciatura en Filosofía David Parza Retana Generación 2002-2007 Ensayo Noción en torno a la existencia a partir de El mito de Sísifo de Albert Camus Asesor: Dr. Roberto Andrés González Hinojosa Licenciatura en Letras Latinoamericanas María Isabel Labra Hidalgo Generación 2002-2007 Tesis Un acercamiento a los personajes de Primera memoria de Ana María Matute Asesora: Dra. Mihaela Comsa
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Mayo 2009
Licenciatura en Historia Nancy Flores Arriaga Generación 1998-2003 Tesis Ferrocarril Toluca-San Juan de las Huertas, 1880-1920: intento fallido para ampliar el mercado regional Asesor: Mtro. Pedro Canales Guerrero Licenciatura en Historia María Guadalupe Nieto Álvarez Generación 2003-2008 Tesis La asociación Juventud Católica Femenina Mexicana en la educación informal de las señoritas de San Francisco Tlalcilalcalpan (1947-1956) Asesora: Dra. Georgina Flores García
Fuente: Departamento de Titulación
Po s g r a d o Febrero 2008 Doctorado en Estudios Latinoamericanos Moisés Elizarrarás Hernández Generación 2003-2006 Experiencias y temas de la autonomía indígena en tres regiones de América Latina, los casos de Nicaragua, Ecuador y Colombia Asesor: Dr. Édgar Samuel Morales Sales Maestría en Filosofía Contemporánea Óscar Juárez Zaragoza Generación 2005-2007 Guilles Deleuze: la nueva imagen del pensamiento Asesor: Dr. Mijail Malishev Doctorado en Ética María Luisa Pimentel Ramírez Generación 2003-2006 Ética y sexualidad en la práctica médica a la luz de la ética de Paul Ricoeur Asesor: Dr. Adolfo Díaz Ávila
Marzo 2008 Maestría en Estudios Literarios Claudia Liliana Gutiérrez Piña Generación 2005-2007 La estética del grotesco en El circo que se perdió en el desierto de Sonora, de Miguel Méndez Asesora: Dra. Carmen Álvarez Lobato
Abril 2008 Maestría en Estudios Latinoamericanos Alejandro Flores Solís Generación 1997-1999 El chiaraje: fiesta y teatralidad Asesor: Mtro. Miguel Ángel Arteaga Medina
Mayo 2008 Doctorado en Ética Rubén Mendoza Valdés Generación 2003-2007 Hermenéutica de la fracticidad, destino y comprensión del sentido del ser en Heidegger: vías para el nuevo planteamiento ético Asesor: Dr. Noé Héctor Esquivel Estrada Maestría en Estudios Latinoamericanos José Antonio Mondragón Generación 2005-2007 El pensamiento filosófico de Ignacio Ellacuría. Un aporte a la reflexión sobre América Latina Asesor: Dr. Miguel Ángel Sobrino Ordóñez
Junio 2008 Maestría en Estudios Literarios Alfredo Lugo Nava Generación 2005-2007 El problema de la identidad del personaje como propuesta de narrador de Palinuro de México, de Fernando del Paso Asesora: Dra. Carmen Álvarez Lobato
Agosto 2008 Maestría en Filosofía Contemporánea Silvia Aldama Benítez Generación 1998-2000 El personalismo de Mounier, una alternativa humanista Asesor: Dr. Roberto Andrés González Hinojosa Doctorado en Estudios Literarios Luis Juan Solís Carrillo Generación 2003-2007 Más allá de Jerez: Conocimiento, sensación y lenguaje en Ramón López Velarde y en Fernando Pessoa Asesor: Dr. Luis María Quintana Tejera Doctorado en Ética Josefina Reyes Pedraza Generación 2003-2006 La alteridad en el pensamiento ético de Emmanuel Levinas y Paul Ricoeur Asesor: Dr. Adolfo Díaz Ávila Doctorado en Ética Luis Jesús Guadarrama Medina Generación 2003-2006 Sentido ético de la muerte en la antropología filosófica de Agustín de Hipona Asesor: Dr. Juan María Parent Jacquemin
Septiembre 2008 Doctorado en Ética Arturo García Rillo Generación 2003-2006 Filosofía práctica de Hans-Georg Gadamer y el ethos de la praxis de la salud Asesor: Dr. Noé Héctor Esquivel Estrada
Diciembre 2008 Maestría en Estudios Latinoamericanos Judith Damarys Martínez Tapia Generación 2002-2004 Desarrollo y avatares de la política cultural en Cuba 1959-1986 Asesor: Dr. René Patricio Cardoso Ruiz
Febrero 2009 Maestría en Ética Rosa María Camacho Quiroz Generación 2005-2007 En busca del origen y del sentido de la culpa Asesor: Dr. Adolfo Díaz Ávila Maestría en Estudios Latinoamericanos Graciela Martínez Huerta Generación 2005-2007 El fortalecimiento del parlamento y la calidad de la democracia. Los casos de Argentina y México 1996-2006 Asesor: Mtro. Miguel Ángel Arteaga Medina
Marzo 2009 Maestría en Ética María Rosa Quintana Guerra Generación: 2005-2007 La armonía y la proporción pitagóricas: valores en la educación superior Asesor: Dr. Juan María Parent Jacquemin
Abril 2009 Maestría en Estudios Latinoamericanos Sergio Campos Beltrán Generación 1994-1996 Latinoamericanos y anglosajones británicos ante la familia y el trabajo, la religión y la moral Asesor: Dr. Francisco Lizcano Fernández
Fuente: Coordinación de Posgrado
Lo didáctico de la memoria
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Hilda Ángela Fernández Rojas
ugenio Núñez Ang es maestro no sólo por su grado académico sino por la acepción más plena de la palabra: persona de mérito relevante entre los especialistas de su área del conocimiento. Le impongo esta distinción con conocimiento de causa, ya que soy muy afortunada por coincidir en su camino desde hace muchos años, primero como mi maestro de preparatoria, quien despertó mi gusto por la lectura y la escritura; después, como compañero de trabajo y amigo. Dicen que la gratitud es el valor más excelso que puede sentir y expresar cualquier ser humano, y es lo que quiero manifestar a Eugenio, mi eterna gratitud por haberme distinguido en la dedicatoria de su libro. Gracias, pues sé que es una persona muy apreciada y que de igual forma tiene muchos amigos a quienes, además de los nombrados en su libro, pudo haber elegido. Gracias por hacer deferencia a mi humilde persona. Ensayo y memoria es un libro que agrada a primera vista, con un título sencillo que remite inmediatamente a su contenido y a su formación general; se vislumbra que está estructurado con referencias teóricas, actividades y sugerencias. En la contraportada se informa sobre los asuntos tratados y los objetivos que persigue. Aquí hago un paréntesis, pues menciona que “fue el resultado de los cursos de autobiografía organizados por la Secretaría de Equidad de Género de la FAAPAUAEM”, y quiero reseñar el antecedente. En 2004, teníamos el propósito de llevar a cabo un taller en el que se trataran temas sobre *género (sexo), en el que cada participante se enfrentara a su propia historia y realidad; además, donde se reforzaran los conocimientos y las habilidades sobre la lectoescritura, así como fomentar el hábito por la lectura. Se convocó a la comunidad de académicos universitarios. La respuesta fue muy buena, incluso varias personas que no eran del ámbito universitario solicitaron su inscripción. El otro reto era encontrar al instructor adecuado, quien tuviera conocimientos sobre los estudios de *género (sexo) y sobre la lectoescritura. Afortunadamente no hubo ningún problema, pues Eugenio ya tenía antecedentes sobre estas ideas, y para ser sincera, de una conversación con él estructuré el taller, con la firme idea de que no había mejor persona que él para impartirlo. Además, sabía que con registrar su nombre como instr uctor era una garantía de que el taller sería un éxito. Es decir, “plan con maña”. Se produjeron tres discos compactos, intitulados Autobiografías. Eugenio participó como productor ejecutivo. Labor muy interesante, y como experiencia para los participantes fue considerable, pues significó grabar en cabina su propia producción. Eugenio desde siempre ha sido un profesional comprometido con el quehacer académico, especialmente con la enseñanza, y sé que alguna de su producción escrita, este su quinto libro, déjenme presumir, ha rebasado fronteras: información fidedigna del departamento editorial de nuestra universidad.
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Su obra tiene como características ser didáctica, con un lenguaje accesible y directo, siempre se ha preocupado por el lector, a quien convierte en participante activo a lo largo de todo el escrito. Este es un libro que debe leerse, y si me preguntan cuándo es el momento idóneo, contestaría que siempre. Es para todo estudiante, incluso para quienes no lo son, pues los temas que trata, en cualquier momento de nuestras vidas como autores, tenemos que aplicarlos para elaborar escritos académicos de calidad. Presentar un libro es describir el contenido, pero por esta ocasión me he tomado la libertad de hacer una excepción a la norma para no estropear la capacidad de asombro al involucrarse con el texto; sólo reitero la recomendación de disfrutar la experiencia lectora, ya que el contenido de este libro aviva los sentidos, fortalece los conocimientos, reafirma las habilidades y nos hace pensantes de la realidad. Cuando cualquier lector decida embarcarse en la aventura, debe saber que se sentirá acompañado, pues una característica del discurso de Eugenio es que es un escritor solidario, amable con su lector, un buen conversador, divierte y se aprende. Es nuestro guía de viaje, presenta información teórica, la confronta y la describe; después retoma algunos planteamientos, los más representativos, como resumen, para reforzar y especificar los puntos clave del tema en estudio. También presenta los ejemplos, como él lo indica, “para comprobar si lo anteriormente expuesto te acerca al ensayo, y de paso revisar algunos modelos estructurales”.
Algo que me encanta de Eugenio es su atinada elección de los escritos que retoma como ejemplos. No sólo se trata de colocar algún texto para ilustrar un tema, sino que mata dos pájaros o más de un solo tiro, pues además de cumplir la función para lo que fueron retomados (como ejemplos para mostrar el ensayo, la autobiografía, diario, memoria, bitácora, crónica, historia de caso), son textos que trabajan temas de cultura general para todos los gustos: “Un buen romance casero” en Un grano de sal de Adolfo Castañón, La telenovela: ensayo aproximativo de Florence Toussaint, “Sobre la risa” y “Sobre el llanto”, incluidos en El cuerpo y las emociones de Francisco González Crussí; de Borges Nuestro pobre individualismo, entre otros. Explica la construcción de cada ejemplo de texto, tanto de contenido como de forma; además, invita a observar minuciosamente la construcción de cada tipo de escrito que presenta. Después sugiere actividades para ejercitar lo aprendido; esto indica que tenemos un texto motivante para la aplicación pragmática, lo cual genera un lector activo y autodidacta. Es importante resaltar la construcción del último apartado, “La redacción. Apuntes y actividades”. El acercamiento a los aspectos morfosintácticos, de estilo y ortográficos para la construcción del discurso escrito está elaborado de tal manera, que escribir deja de ser un problema o un miedo; presenta estos aspectos teóricos con tal sencillez que estimula a enfrentar el reto de la escritura. Si la preocupación es iniciar un trabajo escrito para el logro de la titulación, entonces hay que comenzar a leer los anexos, que ofrecen sugerencias y datos muy importantes que ayudan a tomar las mejores decisiones para concluir este compromiso académico. Nada mejor que cerrar con palabras del mismo Eugenio Núñez Ang: “Escribir es escribirse, un proceso de auto(re)conocimiento donde el texto será un espejo que se va, nos va transformando; escribir no es tan difícil, sobre todo si uno se enamora de lo que está haciendo y aprende a decir lo que tiene ganas de decir”. Eugenio Núñez Ang, Ensayo y memoria. Trabajos académicos: actividades y sugerencias, Toluca, UAEM, Humanidades, Ciencias de la Información Documental, 2009.
Revista electrónica semestral Moneder o de Palabras Facultad de Humanidades
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Lineamientos 1. Monedero de Palabras es una revista electrónica que publica la producción académica (trabajo monográfico, ensayo, reseña, artículo) de la comunidad estudiantil de la Facultad de Humanidades. 2. El consejo de la revista está conformado por estudiantes y maestros de la facultad. 3. Los textos deben tener una extensión máxima de veinte cuartillas y mínima de cinco (letra de 12 puntos y a doble espacio), entregarse en versión impresa y con respaldo electrónico e ir avalados con la firma de un maestro de la materia o de la facultad. 4. El consejo de la revista someterá a evaluación los textos. 5. La revista se reserva el derecho de hacer los cambios editoriales que considere convenientes. 6. Los autores ceden los derechos de su colaboración a la UAEM, de acuerdo con los lineamientos de la propia universidad. 7. Cualquier otro asunto no previsto en los anteriores será resuelto por el consejo de la revista. Monedero de Palabras tiene seis secciones, de acuerdo con el tema que trate la colaboración: a) Letras. b) Filosofía. c) Artes teatrales. d) Ciencias de la información documental. e) Historia. f) Subterráneos: creación literaria o gráfica. La entrega de los materiales es en la dirección electrónica monederodepalabras@gmail.com, en el Departamento de Comunicación con el Lic. Roberto Sverdrup o en la Coordinación de Letras Latinoamericanas con el Lic. Gregorio Martín Mondragón Arriaga.
Los alumnos y profesores que deseen colaborar para Tlamatini reseñando libros editados por la UAEM o cualquier editorial estatal, y quienes quieran realizar trabajo periodístico, solicitar información en la Coordinación de Letras Latinoamericanas y en Comunicación Humanística, ubicadas en el edificio administrativo y en la sala de cómputo de posgrado, respectivamente, o a la dirección electrónica: revistatlamatini@yahoo.com.mx
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Sobre el proyecto de investigación como proceso para la titulación: el caso del texto literario Francisco Xavier Solé Zapatero Hay hombres que luchan un día y son buenos. Hay otros que luchan un año y son mejores. Hay quienes luchan muchos años y son muy buenos. Pero hay los que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles.
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Bertolt Brecht
Qué se debe entender por un proyecto de investigación como parte del proceso de titulación? Dicho esquemáticamente, es la realización de un trabajo ordenado, coherente y sistemático de un tema, previamente elegido como objeto de estudio. ¿Qué se requiere para lograrlo? Delimitar con claridad y coherencia qué se pretende estudiar (delimitación del objeto de estudio, objetivo y esquema), por qué (justificación), cómo (marco teórico y conceptual, además de métodos y técnicas), para qué (hipótesis y, en parte, justificación), cuándo (cronograma) y con qué (fuentes o bibliografía). ¿Cómo llevarlo a cabo? Primeramente, con la recopilación y acopio de información lo más exhaustiva posible (estado de la cuestión); segundo, con la ordenación, el análisis, el procesamiento, la interpretación y la síntesis de la información (proceso de investigación); y tercero, con redacción del trabajo (resultados del proceso de investigación).1 Evidentemente, este proceso no es lineal, ya que el trayecto es siempre arduo y complejo, además de atestado de recovecos, sin olvidar que su redacción es sólo posible cuando se tienen claros los resultados por comunicar, por lo menos si se quiere que el trabajo sea coherente en su conjunto y no una simple compilación inconexa de capítulos. Mas ¿cuál es su importancia? Dicho en breve, evidenciar y poner en práctica lo aprendido durante la licenciatura; obtener el título correspondiente, el cual acredita al egresado para ejercer su profesión; y la posibilidad de ingresar a los estudios de posgrado y obtener el respectivo grado académico. Más todavía: ¿qué acontece en este proceso cuando el objeto en estudio es un texto literario, específicamente un cuento o una novela? Si bien hay muchas maneras de abordarlos, también es incuestionable que en este caso nos enfrentamos a un “sujeto” y no tanto a un “objeto”, como consecuencia de que en la obra hay un narrador, producto del autor (su creador), quien habla no de un tema dado, sino de un conjunto de ellos, y no sólo a través de su propia voz, sino de la voces de otros (es decir, de la de los personajes) para expresar lo que quiere comunicarnos. De manera que, para realizar adecuadamente su estudio, primero hay que comprender y explicar el modo en que el texto lo dice (relación expresión-representación), así como de qué forma lo organiza para lograrlo (solución artística).
De aquí que el objeto de estudio de un texto no se debe centrar en un supuesto tema o temas, en función de la imagen que vemos como objeto de la representación, sino en oír la manera en que el narrador lo relata, de acuerdo con la relación dialógica (directa o indirecta) que va manteniendo con sus personajes. Por supuesto todo lo anterior está relacionado con la forma en que el narrador va relatando el acontecimiento del que quiere dar cuenta a su interlocutor, es decir, de aquel que va manifestando y poniendo en evidencia a medida que lo expresa y representa, con todas las complejidades del caso.2 Y es justamente gracias a esto que es capaz de dialogar con otros textos, literarios o no literarios, los cuales han ido hablado de tales temas a través de los siglos. Por tanto, no hay temas universales en sí, sino que éstos van renovándose cada vez que se habla de ellos, en función de la sociedad y la cultura (o culturas, como es el caso de América Latina en general) desde la que lo hace el narrador (por ejemplo, la criolla, la mestiza, la india, la negra, etc.). De otro modo, no habría nada nuevo que decir ni nada nuevo que aprender.
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Entonces son precisamente estos cambios “conceptuales” de los que hay que dar cuenta en nuestra lectura, ya que son los que permiten, como lectores, refigurar nuestra prefiguración según la configuración del texto; dicho de otro modo, que nuestro espacio de experiencias (lo que sabemos y conocemos sobre nosotros y el mundo en que vivimos) y nuestro horizonte de expectativas (la manera en que vamos enfrentando día a día al mundo y a nosotros mismos) se amplíe y complejice cada vez más. Con esto lograremos, sin duda, no sólo que nuestras relaciones con los otros sean más flexibles y pertinentes, sino también que nos convirtamos en mejores seres humanos. Hay otra cuestión fundamental. Sea que se trate de un narrador que cuenta los acontecimientos de su propia vida (ficción autobiográfica), sea que relate la historia de otros seres (relato ficcional), éste siempre va estableciendo una relación dialógica entre su presente y el pasado sobre el que relata. Es decir, el narrador no sólo narra sobre el pasado como algo dado, sino que lo hace desde el presente, “lugar” desde el cual va cuestionándose al respecto y proponiendo nuevas perspectivas, de acuerdo con el diálogo que mantiene con las posturas ya existentes.3 Es claro que una vez comprendido esto (hasta donde es posible), uno puede dialogar de manera pertinente con las lecturas que los críticos han hecho sobre el texto, y con ello lograr que la tesis en elaboración produzca nuevas posturas, con las cuales puedan dialogar los investigadores que nos precedan. De aquí que una posible manera de realizar la tesis es elaborar un capítulo donde se hable de lo que éstos han dicho, y otro –u otros– donde desarrollemos lo que hemos encontrado (siempre en permanente diálogo con aquéllos), dando cuenta de este proceso en la introducción y conclusiones del trabajo. De ser este el caso, sólo restaría por preguntarse: ¿qué pasa con las teorías, con sus respectivas metodologías? Por lo dicho más atrás, pareciera resultar evidente que no es necesario contar con una o más de ellas de manera determinada, sino más bien valernos de las nociones y conceptos que ellas nos proporcionan (por cuanto herramientas o instrumentos que son) para ayudarnos a comprender, explicar e interpretar el texto dado, puesto que, como ya hemos dicho, éste habla
por sí mismo a través del narrador, por supuesto, de acuerdo con las intenciones del autor que lo configuró, es decir, de su particular poética. De aquí que, más que dar cuenta de la teoría y su respectiva metodología de manera abstracta en un capítulo de la tesis o través de ella, pareciera más permitente ir explicando la manera en que la utilizamos, de acuerdo con la interpretación que vayamos haciendo del texto concreto, como resultado de nuestro proceso investigación y de sus resultados. Es claro que reproducir la teoría en sí misma no le sirve de gran cosa al lector, y más si ya la conoce. En cambio, puede resultar muy útil si explicamos la manera en que la usamos para demostrar lo nuevo que descubrimos en el texto. Además, con esto también nosotros, como lectores, entramos en un verdadero y efectivo diálogo con el narrador y su mundo, y con el que nos proporcionan otros críticos, lo cual, inevitablemente, nos modificará y nos transformará. Si bien esta propuesta no resulta fácil de llevar a la práctica (aunque sea por el desconocimiento de los principios que la guían), intentar llevarla a cabo no sólo permitirá producir tesis mejor estructuradas, con contenidos de mucho mayor calidad, sino también plantear aspectos nuevos al respecto. Valga, pues, lo dicho como propuesta para reflexionar. Su uso práctico irá mostrando su mayor o menor pertinencia, además de que nos enseñará cómo volverla cada día más compleja de acuerdo con el texto concreto en estudio. Notas: 1 Véase al respecto el interesante trabajo realizado por Francisco Lizcano, “Acerca de los contenidos y partes de las parte de un proyecto de investigación”, en Coatepec, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAEM, año 4, núm. 2, otoño-invierno, nueva época, 1995, pp. 173-179. 2 Recordemos que no hay mimesis sin sujeto, ni sujeto sin una mimesis
del mundo: no hay una manera de comprender, explicar e interpretar el mundo sin una cultura que nos defina, pero no hay cultura que no tenga una manera de comprender, explicar e interpretar el mundo propio y ajeno en el que vivimos y en el que otros han vivido, sea cercanos o lejanos en el tiempo. 3 No hay pasado sino para un presente, y no hay presente que no sea histórico. Es decir, no hay pasado en sí, sino que éste depende del modo en que lo recordamos (lo comprendemos, explicamos e interpretamos), en función del modelo del mundo individual y sociocultural que poseemos, como tampoco hay presente que no dependa del pasado que hemos vivido o que otros han enfrentado, por lejano que sea.
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El grado académico no desplaza el deber humanista Rogerio Ramírez Gil
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stamos de manteles largos: dos buenos colegas acaban de titularse con mención honorífica: una en maestría y otro en doctorado. La maestra es Graciela Baca Zapata y el doctor, Fernando Díaz Ortega. Ambos hicieron aquí sus respectivos posgrados en Estudios Latinoamericanos. Chela no es tan conocida en la facultad como su hermana Cristina, quien también acaba de graduarse en la Licenciatura en Letras Latinoamericanas. En cambio Fer es tan popular como la señora de las gorditas. Cuando Chela terminó su maestría el año pasado, obtuvo la presea Ignacio Manuel Altamirano y es la primera en titularse de los alumnos que ingresaron a posgrado en la generación 2006. Su tesis, La participación de las revistas científicas de México y Brasil en bases de datos internacionales; su contribución a la sociedad del conocimiento, está muy relacionada con su trabajo, porque actualmente Graciela es coordinadora de Evaluación y Expansión de Revistas en la Red de Revistas Científicas de América Latina y el Caribe, España y Portugal (Redalyc). “Para mí el examen de grado –dice– tiene una importancia significativa, considerando que me interesa, como proyecto de vida profesional y personal, vincularme con las áreas de investigación. Cuando ingresé a la maestría y decidí estudiar un posgrado, de una u otra forma, por mi propio trabajo, ya estaba vinculada dentro de un proyecto de investigación, dentro de una línea, una temática; ya tenía cercanía con determinados investigadores por aproximadamente cuatro años. Cuatro años en los que he visto crecer un proyecto, he visto cómo se va desenvolviendo y eso mismo me permite no mantenerme al margen, no decir: quiero estudiar sólo a los niños de la calle, pero no conozco a los niños de la calle. ”En mi caso, cuando tenía que definirme por una línea de investigación, por un proyecto en específico, vinculé el trabajo que ya estaba desarrollando con un tema y que, de hecho, no se me hizo muy complejo porque tenía información, tenía acceso a los investigadores, tenía las asesorías, contaba con todo el apoyo, y es cuando planteo mi tema de tesis. ”Después, en el tiempo en que cursé el posgrado y que desarrollé la tesis, seguí vinculada al proyecto, y esto me ayudó a consolidar las ideas que tenía en un inicio. Mi proyecto de investigación en el protocolo fue uno, y la tesis derivó en una consolidación de estas inquietudes. ”Mi tema trató sobre el acceso abierto, revistas científicas, cuestiones de divulgación y comunicación científica. Y la comunicación científica se me hizo un tema interesante: tomar el trabajo que realizan las comunidades académicas y difundirlo, divulgarlo. Es interesante, porque al menos para el ámbito de las ciencias sociales representa un nuevo objeto de estudio. Estos procesos de comunicación científica como que están renovando, modificando el quehacer de todos los investigadores. Unos estarán a favor, otros en contra, pero finalmente se presenta como un panorama a la gente que trabaja en la academia. A partir de allí pensé: ‘Bueno, ¿por qué no estudiar la comunicación científica?’ Y fue cuando me ubiqué en determinados proyectos iberoamericanos y empecé a darles seguimiento, revisando sus páginas, acercándome con algunos investigadores, consultando información en el ámbito latinoamericano. Así, cuando llegué al examen de grado, fui con toda esta experiencia, profesional y laboral, ya que ambas se estuvieron vinculadas de manera muy estrecha”.
Para ella, el examen de licenciatura fue más complejo, “porque enfrentarte a un sínodo, o la posibilidad de defender un tema se te presenta como una experiencia nueva. No sabes qué te van a preguntar, ni cómo lo vas a hacer, ni en qué tiempo; te sientes un tanto inseguro. Cuando llego al examen de la maestría, como que tengo experiencia, por esa participación dentro de mi propio proyecto de investigación. Sí, sentí un poco la ansiedad, pero a la vez mucha seguridad, precisamente por la asesoría y por el trabajo que había desarrollado en el tema de investigación”. Graciela Baca se tituló el 19 de junio y Fernando Díaz lo hizo el 24. Aunque no es el primero de su generación (20032007), la suya sí es la primera de doctorado con antecedentes de licenciatura. Para Fer, el examen como tal es un proceso que “fue difícil de asimilar por varias cosas. Antes del examen y después de él, no te cae el veinte de la responsabilidad que tienes. Al principio lo tomaba como un logro más, un objetivo alcanzado más y como parte de la formación. Pero la obtención del grado, el saber que ahora ya no hay para dónde correr, que ya no estás en un aula como habías estado toda la vida, te da más responsabilidad. Yo siempre había sido el alumno y con eso justificaba los errores que tenía y que me afectaban. Ahora, se acercan personas para pedirme consejo, ayuda, que les explique algún tema, y no nada más alumnos, sino otros profesores y eso da responsabilidad; si fallo en eso, les voy a dar una situación equivocada y el error repercutirá en ellos. Entonces el examen, como tal, lo asimilas poco a poco. Si nos vamos a términos físicos, los nervios son normales, aunque posteriormente hay felicidad y abrazos y todo mundo te aplaude, pero después viene un momento en que descargas. En mi caso, un dolor de cabeza a las dos de la mañana fue la salida física a esa tensión. ”Esto va a ser un proceso en el cual me encuentro con nervios, con angustia, con preocupación de hacerlo bien y que poco a poco me voy a ir acostumbrando a eso, siempre y cuando me ponga a trabajar, a hacer las cosas bien y no cruzarme de brazos y decir: ‘Bueno, tengo ya un determinado grado académico’. Te da más responsabilidades y más necesidad de seguir trabajando, para evitar cometer errores que afecten a terceros. Una tercera situación es con los amigos: no faltó quien pusiera distancia. Amigos que conocí desde que llegué al centro de investigación y siempre me llamaron por mi nombre de pronto voltean y me dan el grado académico. Ahí hay que separar la situación. Mis amigos tienen que ver en mí a Fernando Díaz y no al doctor Díaz. El grado académico únicamente es para cosas académicas, administrativas, cuestiones meramente institucionales. ”El grado académico no hace a la persona ni al ser humano; tampoco implica que ya no trabajes”. —¿Cuál es la diferencia entre el examen de licenciatura y el de posgrado? —Son muy diferentes. El examen de licenciatura lo vi como un peldaño más y con mucho camino por recorrer. El grado de doctor me da responsabilidades que nunca había tenido. Personas que uno veía como los doctores y que uno respetaba, de pronto te hablan como iguales, ya son tus pares académicos y se supone que estás en su mismo nivel. Obvio: no tengo la experiencia que tienen, eso me falta por aprender, pero eso se hace sobre la marcha. Por tanto, fueron sentimientos diferentes.
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os invade la nostalgia, los anega. Se los mira zozobrantes, deambulando por el patio, asustados; caminan por los pasillos con la cabeza gacha, pensando en su porvenir inmediato. Se sienten espantados. ¿Cómo se enfrentarán al mundo, cómo podrán deshacerse del desempleo, del olvido, de la indiferencia? Ya no tendrán menos tiempo para la lectura refocilante, para la reflexión del fenómeno social. Cómo enfrentarán a la bestia, a la sociedad que los vitupera, con las instituciones que no luchan por las asignaturas humanísticas, con los planteamientos desquiciantes de que estudiar disciplinas de humanidades no sirve: ya no es primordial pensar en los problemas que aquejan al hombre. Y sin embargo, todavía tienen esperanza, ilusión en sus profesores, en los maestros que los contemplaron en las aulas, en aquellos que los regañaron y les dieron una lección de ética, de moral, de profesionalismo. Están aterrados porque no se titularán pronto. Y quizá tengan razón. Por una parte, los profesores, parece, se sienten acongojados porque muchos de los alumnos, antes de egresar, carecen de las herramientas lingüísticas necesarias (vocabulario, uso adecuado de la sintaxis en español, estrategias argumentativas), no son competentes para presentar un trabajo escrito en español, donde demuestren que saben reflexionar y aplicar el trabajo metódico y el pensamiento propositivo. Ahora que hay tantas posibilidades para titularse: memoria, material didáctico, tesina, tesis, se sienten abrumados. Los estudiantes, por otra, se preguntan cuál será la mejor forma de confirmar que pasaron por los estudios facultativos, que son universitarios, que son capaces de analizar y
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Nostalgia y titulación
proponer mecanismos para ayudar a conocer mejor la evolución humana. Y se sientan en las bancas del patio y su mirada entorna el devenir de la indiferencia. Saben que lo primero es pensar con juicio, clarificar el pensamiento, dilucidar la lógica discursiva. Por ejemplo, si la memoria, como trabajo de titulación, les permitirá confirmar sus conocimientos universitarios, deberán recopilar cada etapa de las actividades culturales, académicas, artísticas y, después, narrar o relatar, en riguroso orden cronológico, las etapas, situaciones que llevaron a proponer, concebir, planear y concluir el trabajo colectivo o individual, que ayudó a una comunidad, un grupo o una institución. O si requieren meterse en camisa de once varas, optarán por el ensayo. El ensayista necesita muchísima información para, primero, analizar todas las posturas acerca de un tema, un asunto, un autor, una obra; después, reflexionar, por escrito y con una metodología de análisis, los avatares de las propuestas universales, estatales o espirituales. Finalmente, deberá tener una propuesta estético-discursiva.Trabajo que sólo los más avezados o experimentados pueden realizar.
Cierto, lo más sencillo es realizar una tesina: reconstrucción de una lectura o propuesta ajena, la bibliografía será mínima y sólo se argumentará a favor de lo ya dicho. En cambio, una tesis genera una propuesta de lectura, de análisis, de reflexión, que plantee nuevas formas de aplicación teórica, metodológica y de pensamiento racional. La tesis bruñe la mejor forma de confirmar lo aprendido durante la estancia en la universidad. Por ella, la tesis, los estudiantes observan mejor la realidad y encuentran respuestas a las necesidades humanas. La tesis forja nuevos mundos, nuevas interpretaciones de los fenómenos sociales y humanos. Puede concebir relaciones con otras disciplinas de conocimiento y lograr la interdisciplinariedad, sin olvidar que las líneas de investigación son monógamas, pero libres. El material didáctico concibe una utopía, pero no por ser quimera está alejada del trabajo metódico. Fragua una herramienta para transmitir adecuadamente el conocimiento. La obra artística concibe una poética, no es vanilocuencia ni arribismo culturoso: el artista concibe un crisol que preña con pesadillas la soledad
del discurso y le permite al ser humano cuestionarse y preguntar por el sentido de la existencia. Finalmente la eterna discusión: qué es mejor para los estudiantes y la humanidad en general: leer y reflexionar; gritar o pelear; pensar y cuestionar; escribir o callar. Los estudiantes universitarios deben ser capaces de sintetizar, analizar, comparar y desquiciar el pensamiento ya establecido. Nuestra humanidad necesita nuevas propuestas argumentativas, innovadoras metodologías de análisis, novísimas teorías que permitan concebir otra realidad, alejada de las prebendas y los puntillismos. Se debe alejar la ignorancia para permitirse ser libres, para gritar con la garganta callada y emitir eufónicos discursos, para pulir el mundo con el placer de la poesía y de la libertad de vida. Sólo así nuestros estudiantes estarán listos para enfrentar solos el mundo y la necedad institucionalista. Y la nostalgia y la memoria permitirán realizar hazañas fuera de lo común y las humanidades podrán pelear su lugar, nuevamente, ante los embates de los burócratas y de las instituciones que no saben que la felicidad existe y que los humanistas están para gritar, reflexionar, proponer y conducir a la sociedad por las veredas de la existencia. Y nuestros estudiantes ya no deambularán cabizbajos y angustiados por las aulas al final de sus carreras, sino levantarán la mirada pues sabrán que en los ojos se les puede mirar el crepúsculo y las grandes batallas que los pensamientos han dado a lo largo de la historia para transformar la existencia de los hombres. mma
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