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de Utah y Nevada
from EM-LV 20230811
by El Mundo Ltd
cultura, la danzas, el vestuario, los platos típicos, el respeto al día de la independencia”, precisó.
“Los chilenos de Utah, las personas que integran su organización, fueron muy cariñosos, respetuosos, amables, nos enorgullece tener este vínculo con ellos, resaltó, por encima de todo aprender, tener la posibilidad de intercambiar, desde ya los hemos invitado a nuestra actividad por la independencia de Chile a fines de septiembre.
“Aún estamos en la organización del evento por la fecha de independencia, agregó, será una excelente oportunidad para celebrar también los 30 años de la Fundación de Chilenos de Las Vegas; queremos sumar artistas, hacer una actividad a la altura de la efemérides, bonita, significativa, y claro, poner de manifiesto la cultura chilena, recordar a los héroes, las figuras ligadas a nuestra historia, en tal sentido concedemos mucha importancia a la parte cívica -como hemos hecho antes-, y poder contar con el talento artístico”, expresó.
na, también lo fue aprender... aprovechamos la visita, la participación en el evento por los cuatro años de trabajo, para percatarnos que aún hay mucho por hacer, tenemos que enforcarnos en enseñar a las nuevas generaciones.
Unidad
“Después de lo que vimos allí, argumenta, entendemos que debe ser una prioridad enseñar a los niños, a cada uno de nuestros hijos, todo lo que tiene que ver con la cultura, las tradiciones, sencillamente para que no muera, no pasen al olvido las raíces.
“Fue emotivo, prosiguió, ver a tantos pequeños que nacieron en Utah poner de manifiesto todo lo que sus padres le han ense#ñado para preservar, mantener viva la
Es justo consignar que los chilenos asentados en el valle, aparte de dar a conocer y promover su cultura, también hacen mucho por sus connacionales que viven en aquel país, sobre todo cuando aquellos enfrentan situaciones difíciles, complejas, por fenómenos climatológicos, incendios forestales, entonces se ha hecho sentir la solidaridad de los chilenos de Las Vegas, que han acopiado recursos y los han hecho llegar a los necesitados.
La actividad que tuvo verificativo en Utah por los cuatro años de labor conjunta, de intercambio “de aprendizaje, comentó Ávila Riquelme, fue oportuna, queremos sacar provecho de lo aprendido y ponerlo en práctica”, concluyó.
Siempre me ha gustado más el primer día de clases que el último Escritora Jenny Han
Quedaron atrás los primeros días de clases, y con ellas el nerviosismo, la ansiedad, una significativa cuota de estrés, para dar paso a dosis considerable de alegría.
Poner por primera vez los pies en la escuela (o volver a ella), permanecer unas horas en el salón de clases, conocer a la maestra (o), hacer nuevas amistades, reporta una emoción que dura toda la vida.
Es el momento ideal para que los padres estrechen vínculos con la escuela, se acerquen a los maestros, le platiquen de las características de sus hijos, entablen una relación que debe rendir dividendos en favor de los pequeños, y por qué no, también incidirá en la calidad del proceso de aprendizaje.
Los padres no deben pasar por el alto el hecho mismo de conversar con los menores, enseñarles de la nueva etapa que comienzan, las puertas que se abren en función del saber, la disciplina y respeto para con todos. Recordar que en la escuela se instruye y en la casa se educa. Es preciso motivar, alentar siempre.
El sentido de pertenencia también debe cobrar fuerza, el niño (a) debe aprender a querer, reconocer, decir con orgullo “este es mi maestro, esta es mi escuela”, hacer suyo los colores que distinguen a su centro docente. “La escuela es mi segunda casa”.
Pudiera parecer que esas horas en la escuela, lejos de casa, del juego, el entre - tenimiento, parecen pesadas, lentas, sin embargo miles, millones reconocerán mañana que “en mi época de estudiante viví los mejores y más felices años de mi vida”. No fue extraño -ni lo será nunca- el recordar con cariño la escuela, los maestros, los amiguitos, (as) y los libros, las primeras lecturas, el decir dentro de pocas semanas... ¡ya sé leer! Se abre un mundo nuevo ante los ojos y la mente. Es emocionante.
Cuánto de sano orgullo hay en las palabras del pequeñín cuando apunta: “mamá, ya sé hacer las cuentas”. Debe germinar entonces esa pequeña semilla que ‘sembró’ el maestro (a), el agradecimiento, el respeto, la admiración. Gracias maestro por tanto, por lo que usted significa para la sociedad, por ‘sembrar’ en tantas generaciones.
Prestar atención a lo que se explica en clases, hacer suyos los conocimientos, preguntar para que no queden dudas, ser amables, respetuosos, estudiar, son aspectos por lo que los alumnos deben mostrar apego, y junto a todos ello debe ir siempre una marcada alegría, una emoción que estremezca por dentro.
Claro que ir a la escuela, desde el gesto o la acción de matricular -muchas veces por intermedio de las madres-, trae consigo una responsabilidad, la de estudiar y aprender, poner de manifiesto el respeto y la amabilidad, todo ello sin perder la alegría, el sano orgullo, el deseo de instruirse, el ansia inmensa de leer, de conocer.
Miles de niños inician una nueva etapa de sus valiosas vidas, transitan por el camino del saber, lo hacen con alegría.