La cocina encantada de los cuentos de hadas

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La cocina

encantada de los cuentos de hadas KATIA CANTON



KATIA CANTON

La cocina encantada de los cuentos de hadas

23 recetas llenas de magia & fรกciles de preparar


Título original, A Cozinha Encantada dos Contos de Fadas © Companhia das Letrinhas, São Paulo, Brasil, 2015. Esta edición se publicó bajo la licencia de Editora Companhia das Letrinhas, Brasil. Todos los derechos reservados. Dirección editorial y adaptación del recetario Ana Laura Delgado Corrección Rosario Ponce Formación Raquel Sánchez © 2015. Katya Canton, por el texto y las ilustraciones © 2018. Paula Abramo, por la traducción Primera edición en español, octubre de 2018 D. R. © 2017. Ediciones El Naranjo, S. A. de C. V. Avenida México 570, Col. San Jerónimo Aculco, C. P. 10400, Ciudad de México. Tel. +52 (55) 5652 1974 elnaranjo@edicioneselnaranjo.com.mx www.edicioneselnaranjo.com.mx ISBN: 978-607-8442-51-5 Queda prohibida la reproducción parcial o total del contenido de la presente obra, sin contar previamente con la autorización expresa por escrito de los editores, en términos de la Ley Federal del Derecho de Autor y, en su caso, de los tratados internacionales aplicables. La persona que infrinja esta disposición se hará acreedora a las sanciones legales correspondientes. Impreso en México / Printed in Mexico

La cocina encantada de los cuentos de hadas se imprimió en el mes de octubre de 2018,

en los talleres de Impresos Vacha, S. A. de C. V., Juan Hernández y Dávalos 47, Col. Algarín, C. P. 06880, Ciudad de México. En su composición tipográfica se utilizaron las familias Sabon Next LT, Tribute OT y Mrs Whiten. Se imprimieron 2 500 ejemplares en papel bond de 120 gramos, con encuadernación rústica.


í n d i c e 7

presentación

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Introducción: érase una vez la comida

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Cómo contar cuentos con comida o Cómo hacer de la comida un hermoso cuento

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Recomendaciones iniciales

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El lenguaje de la cocina

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Un mensaje antes de poner manos a la obra

las recetas y los cuentos

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El lunch de la canasta de caperucita roja Malteada de fresa decorada Tartaletas de queso al minuto

24 24

El pastel para Piel de Asno Pastel de amor con cobertura de chocolate

28 28

Las frutas del baile de Cenicienta Ensalada refinada de frutas

32 32

La ensalada de la mamá de Rapunzel Ensalada de colores con rábanos y flores

36 36 38 38 39

La comida que preparó Blancanieves para los Siete Enanitos Pasta de moño con tomates cherry Las manzanas del cuento de Blancanieves Jugo curativo de manzana Manzanas horneadas con canela y cariño

42 42

La cena que ideó el Gato con Botas Salmón real con papas al horno


46 46

La tarta de Barba Azul Tarta de fresa tentación

50 50 52

Paletas y raspados de la Reina de las Nieves Paletas heladas caseras Raspado de limón con albahaca

56 56 58

Los dulces de Hansel y Gretel Galletas de Gretel Ricos dulces de yema de Hansel

62 62

El platillo de la Princesa de el príncipe Rana Pan francés digno de princesas

66 66

La salsa de la Bella Durmiente Salsa Robert para carnes

70 70

La cena de la pequeña Vendedora de fósforos Pechuga de pavo con peras y papas

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Huevos de la familia del patito feo Huevos duros de la belleza Huevos revueltos sabrosos Yemas batidas fortificantes

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El pastelito de Pulgarcita Pastelito de colores de las hadas

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La sopa de La princesa y el Guisante Crema de chícharos de la princesa y la campesina

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El ponche de La bella y la Bestia Ponche enamorado

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Sobre la autora y la ilustradora


p r e s e n t a c i ó n

A En los cuentos de hadas no solo hay príncipes y princesas que deben hacer frente a grandes problemas con la ayuda de la magia y de múltiples hechizos; hay otro elemento que siempre está presente: la comida. Al escritor francés Charles Perrault —que firmaba con el pseudónimo Mamá Ganso— le encantaba hablar sobre platillos refinados en sus cuentos. Eso se debía a que él era un burgués de la alta sociedad, que se codeaba con el lujo y el refinamiento propios de la cocina francesa de los tiempos del rey Luis XIV. Perrault describió el plato de frutas que el príncipe le ofreció a Cenicienta durante el baile, y hasta incluyó, en “La Bella Durmiente”, la receta de una salsa llamada Robert, que la mamá del príncipe (una ogra) usaba para sazonar la carne de sus propios nietecillos. En la Alemania de principios del siglo xix, los hermanos Grimm insistían en dar valor al gusto sencillo de los germanos y a sus preferencias genuinas. Describieron como nadie el deslumbramiento que sentirían dos hermanos hambrientos, perdidos en pleno bosque, al encontrarse con una casa completamente hecha de dulces. Bautizaron a una niña con el nombre de una verdura típica de Alemania (Rapunzel), y también dieron una gran relevancia a la suculenta manzana que envenenó a Blancanieves, sellando su destino. Un poco más tarde, en el siglo xix, el danés Hans Christian Andersen incluyó comida en sus cuentos de un modo peculiar. El autor había sido un niño pobre que, gracias a su talento,

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recibió la ayuda de muchos hombres ricos y famosos, pero aún así siempre se sintió distinto de las personas de clase alta con las que convivía. En uno de sus cuentos se refleja esa incomodidad, así como su enorme refinamiento: cuando relata la historia de una delicada princesa que podía sentir un chicharito aunque estuviera colocado debajo de veinte colchones. En otro cuento retrata la dolorosa e impresionante escena de la pequeña niña que vendía fósforos y que, muerta de hambre y frío, enciende un cerillo y vislumbra una hermosísima cena de Año Nuevo en la que nunca podrá participar. La mayoría de las recetas que encontramos en estos cuentos proviene de la tradición oral, que tiempo después se registró y retransmitió a través de las versiones literarias que conocemos a partir del siglo xvii. La verdad es que todas las escenas que involucran la comida son inolvidables, forman parte fundamental de los relatos de los grandes autores de cuentos de hadas y siguen alimentando nuestra imaginación hoy en día. También es interesante darse cuenta de que la comida y los cuentos de hadas siguen vinculados en la actualidad. Si lo piensas bien, somos nosotros los que le ponemos sazón a la historia de nuestras vidas… En este libro verás que la experiencia de cocinar puede ser mágica: de pronto, la harina se convierte en un pastel, el huevo se transforma en un postre. Las cosas cambian, se llenan de brillo, de vida y de gracia, ¡como si las hubieras tocado con una varita mágica!

¡Felices historias y buen provecho!

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i n t r o d u c c i ó n

Érase una vez la comida A El origen de los cuentos de hadas en su forma oral es tan antiguo como la capacidad humana de comunicarse. Al principio de la existencia de los seres humanos, la vida era muy dura y los relatos surgieron como una forma de entretener, encantar y hacer soñar. La gente tenía que luchar a diario para conseguir comida, abrigo y seguridad. Fueron los campesinos los que, con el paso del tiempo, desarrollaron la costumbre de sentarse en torno a una fogata, tras un largo día de trabajo, para contar cuentos. Así, si dos niños eran abandonados en el bosque por sus padres, que no tenían qué darles de comer (y eso era algo que, por desgracia, sucedía en la vida real), al menos en el cuento que se inventaba después, los pequeños se encontrarían con una casa maravillosa, hecha de dulces, pelearían con una bruja y encontrarían un tesoro. O, si una pequeña niña sufría los malos tratos de su madrasta, que la obligaba a hacer trabajos muy duros, por lo menos en la versión fantástica recibiría la ayuda de un hada y conquistaría el corazón de un apuesto príncipe. Los aspectos básicos de la vida siempre han estado presentes en estos relatos. Y por eso la comida es parte fundamental de los cuentos de hadas. Como dice el investigador Robert Darnton, “comer hasta saciarse era el principal sueño de los campesinos, y rara vez podían cumplirlo”*. Pero la comida no solo figuraba en

* Robert Darnton, “Los campesinos cuentan cuentos: El significado de Mamá Oca”. En: La gran matanza de gatos y otros episodios en la historia de la cultura francesa. Ciudad de México, Fondo de Cultura Económica, 1987.

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los cuentos para compensar algo que parecía imposible en la vida real; a partir de los siglos xvii y xviii, muchos cuentos describen una amplia gama de platillos como muestra de riqueza y sofisticación. Para este libro, elegimos recetas que se basan en cuentos de hadas escritos por los autores más importantes de este género dentro de la tradición occidental: el francés Charles Perrault, considerado el padre de la literatura infantil, que escribió su primer libro de cuentos cuando tenía casi sesenta años, en 1697; los hermanos Grimm, que escribieron juntos diversas versiones de sus cuentos en la Alemania de principios del siglo xix, siempre intentando fortalecer la cultura popular, y el danés Hans Christian Andersen, que también en el siglo xix inventó una forma muy especial y diferente de contar sus cuentos. A diferencia de Perrault y de los Hermanos Grimm, que adaptaron sus relatos a partir de la tradición oral, Andersen inventó la mayor parte de sus cuentos, y se le considera el fundador del cuento de hadas moderno.

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Cómo contar cuentos con comida o Cómo hacer de la comida un hermoso cuento

rRecomendaciones inicialesR Antes que nada, así como un hada debe entender el mecanismo de su varita mágica y un brujo necesita saber cómo funciona su escoba, un buen cocinero tiene que conocer los pequeños trucos de magia de su oficio. ¿Empezamos? Antes de comenzar a cocinar, ten a la mano un cuaderno y haz una lista de compras con todos los ingredientes que vas a necesitar para hacer la receta que elegiste. Cuando vayas a poner manos a la obra, la higiene es lo primero: lávate bien las manos, ponte un delantal limpio y, si tienes el cabello largo, recógetelo para que no caigan cabellos en la comida. También es importante que laves y limpies muy bien los ingredientes que vayas a utilizar en la receta. Para no perder tiempo, deja la cocina bien organizada, con los utensilios necesarios listos y a la mano.

rEl lenguaje de la cocinaR En los cuentos de hadas, las expresiones “érase una vez” y “fueron felices para siempre” representan un lenguaje propio, que está presente en varios relatos. En la cocina también hay términos y acciones muy frecuentes y característicos. Aquí vamos a explicarte en qué consisten algunos de ellos.

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+

¿Cómo romper los huevos para usarlos en las recetas? Siempre es bueno tener un par de recipientes: uno para vaciar el contenido de los huevos rotos y otro para poner los cascarones (y también para desechar algún huevo que pueda estar podrido). Golpea con delicadeza cada huevo contra alguna superficie, solo para cuartear su cascarón. Aprovecha la cuarteadura para separar las dos partes del cascarón y deja que el contenido escurra hacia el interior del recipiente.

¿Cómo separar la clara de la yema? Para separarlas, hay que hacer lo siguiente: toma dos recipientes vacíos y ponlos bien juntitos. Primero rompe el huevo y déjalo en posición vertical, con la mitad vacía del cascarón apoyada sobre la que contiene el interior del huevo. Pon el huevo justo encima de uno de los recipientes y verás que la yema escurre hacia su interior. El siguiente reto consiste en pasar la bola amarilla de la yema al cascarón vacío que habías dejado arriba (hazla pasar de una mitad del cascarón a la otra unas tres veces, para asegurarte de que toda la clara se separe de la yema y escurra hacia el recipiente que tienes debajo). Para terminar lo único que tienes que hacer es colocar la yema en el otro recipiente.

REFRIGERADOR

Ahorra tus ingredientes Siempre procura no desperdiciar comida. Si para una receta solo necesitas yemas, guarda las claras en el refrigerador y puedes ocuparlas para un merengue.

¿Qué es precalentar el horno? Varios panes y pasteles tienen que meterse en el horno cuando este ya está caliente, para que su masa se esponje. Para precalentar el horno solo tienes que encenderlo en la temperatura que se te indique algunos minutos antes de usarlo. Mientras se calienta, puedes ir preparando la receta.

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¿Qué es engrasar? Significa untar con mantequilla o aceite la superficie de masa que vas a hornear, para que no se pegue. ¡Es muy importante que lo hagas! También debes engrasar los moldes, recipientes y platos que vayas a meter al horno. Solo hay que tomar un poquito de mantequilla y untarla por toda la superficie con las manos.

¿Qué significa baño María? Es una expresión que indica que debes usar agua hirviendo para cocinar y hornear un platillo. Para usar este método en la estufa, pon una olla con agua debajo de la olla en la que estés cocinando. En el horno, usa una charola de hornear con agua y pon el refractario en su interior. Muchas veces usamos el baño María para que no se quemen las preparaciones que deben cocinarse a temperaturas más bajas. El baño María sirve, por ejemplo, para derretir barras de chocolate.

Un consejo de seguridad Freír siempre es algo muy delicado. Es peligroso acercarse mucho al aceite que hierve en la olla, porque “salta” y puede salpicar y quemarte. Para freír, debes tener la supervisión de un adulto. Lo mismo aplica para cuando trabajes con el horno caliente y las ollas en la estufa. Todo esto requiere práctica, y podrás aprender a hacerlo observando a los adultos.

rUn mensaje antes de poner manos a la obraR En este libro decidimos usar dibujos para indicar cómo se hacen las recetas paso a paso. La idea es que te sientas cómodo con el resultado final, porque la verdad es que los platillos no siempre salen exactamente iguales a los que se ven en las fotos de los libros de cocina tradicionales, y eso no quiere decir que estén mal. Queremos que te inspires en las recetas que te sugerimos, pero también que las prepares un poco a tu manera. Si al final la receta no sale como tú esperabas, improvisa, conviértela en algo distinto. Pasa lo mismo con los cuentos, que siempre están cambiando. A fin de cuentas, cada quien les pone un poco de su cosecha.

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Las recetas y los cuentos


Caperucita Roja M a lteada de

f re sa d ec o rada Ta rta l e ta s de q ueso al

m i nuto

aeb


rase una vez una niña a la que le encantaba llevar puesta una caperuza roja. Un buen día, su mamá le pidió que le llevara un lunch a su abuela en una canasta. La niña ya estaba suficientemente grandecita y podía ir sola, pero tenía que tomar ciertas precauciones: no debía desviarse del camino ni hablar con desconocidos. Mientras caminaba, sin embargo, se distrajo con la belleza de las plantas y acabó platicando con un lobo que pasaba por allí... El lobo, que era muy astuto, averiguó a dónde se dirigía la niña y llegó corriendo por un atajo a la casa de la abuela. Lo primero que hizo al llegar fue devorar a la ancianita, porque tenía hambre. Luego se puso su ropa, se metió en la cama y esperó a Caperucita Roja. Al llegar con su canasta, la niña se sorprendió de las orejas, la nariz, los ojos y la boca de su abuela, ¡qué grandes eran! Pero ni tiempo tuvo de investigar por qué lucía tan rara: inmediatamente, el lobo se la tragó de un bocado. Poco tiempo después, un cazador que pasaba por ahí sospechó que algo extraño sucedía, pues escuchó unos ronquidos muy fuertes saliendo de la casa de la ancianita. Entró, vio al lobo con una enorme barriga y pensó lo peor. Así que le abrió la panza al animal, sacó de allí a Caperucita y a su abuela y, por si fuera poco, rellenó el hueco con piedras. Cuando el lobo se acercó a beber agua en el lago, acabó ahogándose por su propio peso.

É

e

Esta es la versión de los hermanos Grimm, que se volvió la más popular, porque en ella Caperucita Roja y su abuela se salvan gracias al cazador. En la versión previa, registrada por Perrault, la niña sufre un castigo terrible por desobedecer: el lobo se la come junto con su abuela. Y colorín colorado...

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El lunch de la canasta de Caperucita Roja En el cuento de “Caperucita Roja” del francés Charles Perrault, escrito a finales del siglo xvii, se dice que la niña llevaba vino y pastel en la canasta. En cambio, en el cuento de los hermanos Grimm, que reescribieron la historia a su modo en el siglo xix, el lunch que Caperucita le llevaba a su abuela consistía en bizcochos y mantequilla. Eso quiere decir que podemos rellenar la canasta con cierta libertad. Aquí te ofrecemos un lunch que incluye malteada de fresa y tartaletas de queso al minuto. ¡Le va a encantar a la abuelita!

M a lteada de

f re sa d ec o ra da ingredientes 2 vasos llenos de helado de fresa 1 vaso de leche 1 vaso de fresas desinfectadas, sin hojas 3 cucharadas soperas de azúcar Jarabe de chocolate para adornar el fondo del vaso

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r i nd e 2 copas grandes

fresas leche

helado

azúcar

Licuarlo todo

{1} Hacer trazos con el jarabe al fondo del vaso vacío

{2} Servir la malteada en las copas

{3} Probarlo. Mmmmm...

p r e pa rac i ó n rPon todos los ingredientes, menos el chocolate líquido, en la licuadora. rLicúalo todo durante unos 3 minutos hasta que quede con mucha espuma. rToma 2 copas altas transparentes y haz trazos en sus paredes con el chocolate líquido. Esmérate en el diseño, porque ese será el toque decorativo. rSirve la malteada en las copas. ¡Y listo!

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Ta rta l e ta s de q ueso al

m i nuto ingredientes 220 gramos de galletas María 90 gramos de mantequilla sin sal 4 huevos 1 lata de leche condensada 90 gramos de queso crema 200 gramos de queso panela fresco ½ taza de mermelada de fresa

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r i nd e 12 tartaletas

Precalentar

preparac ió n a 180 0 C

Engrasar los moldes con mantequilla

rPrecalienta el horno a 180 °C. rEngrasa con mantequilla la parte interna de los moldecitos para panqués. rTritura en la licuadora las galletas María hasta convertirlas en polvo.

galletas María

leche condensada

queso panela

rCorta en trozos la mantequilla y ponla en un tazón por 30 segundos en el microondas. Luego combínala con las galletas molidas. Puedes ayudarte con un tenedor.

mantequilla

huevos

rLicúa los huevos, la leche condensada y los quesos hasta que se mezclen por completo. rRellena el fondo de cada molde con una delgada capa de galletas y agrega la mezcla de queso.

queso crema Poner los ingredientes en la licuadora y mezclarlos

rHornea durante 15 minutos o hasta que las orillas comiencen a retraerse. rEspera hasta que se enfríen por completo antes de desmoldar. rDecora cada tartaleta con mermelada de fresa.

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colección asómate a...

Para niños lectores

23 recetas llenas de magia & fáciles de preparar

En este libro, Katia Canton reunió el encanto de la cocina con la fantasía de los cuentos de hadas para presentar las diversas recetas que aparecen en cuentos como La Cenicienta, Piel de Asno, El Gato con Botas, Hansel y Gretel, Pulgarcita y otros. Imagínate qué divertido aprender a preparar lo que Caperucita Roja lleva en su canasta: la salsa para la carne que se sirvió en la cena de la Bella Durmiente o la tarta de fresas de Barba Azul... Y además, recibir consejos prácticos de cocina y descubrir datos curiosos sobre todos esos personajes que, entre una aventura y otra, también necesitan hacer una pausa para comer.

ISBN 978-607-8442-51-5

www.edicioneselnaranjo.com.mx

9 786078 442515


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