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DO Toro
DO TORO
Zamora Valladolid
63 bodegas
Origen. La DO Toro nació en 1987, si bien existió anteriormente: en un decreto de la II República de 1933 ya aparecía recogida como denominación de origen.
Municipios. 15 entre las provincias de Zamora y Valladolid.
Variedades de uva. Tintas: tinta de Toro y garnacha. Blancas: verdejo, malvasía castellana, albillo real y moscatel.
Tipos de vinos. Tintos, rosados y blancos.
Hectáreas. 5.418.
Número de viticultores. 958.
Su doble nacimiento, en dos momentos tan diferentes de la historia, demuestra que el vino siempre fue tradición y motor económico en la zona. La Denominación de Origen Toro ya existía en el año 1933 por un decreto de la II República. Tras la Guerra Civil desapareció y no resurgió hasta el año 1987, tal y como la conocemos en la actualidad. Pero mucho antes de distinciones oficiales, retrotrayéndose siglos atrás en el tiempo, el origen del arraigo vitivinícola en la comarca se sitúa en momentos anteriores a los asentamientos romanos.
La estrecha y larga relación en Toro entre vino, viña y territorio ha desembocado en una personalidad peculiar y propia, algo que marca una evidente diferencia. Ese carácter tan distinto se basa en pilares como los suelos, tan arenosos que han propiciado la pervivencia de los viñedos prefiloxéricos. Siguen en pie hasta 125 hectáreas de cepas con más de 110 años de vida. Esos suelos pobres en materia orgánica propician producciones limitadas, con rendimientos de entre 3.500 y 4.000 kilos por hectárea, en la media de la última década. Otro de los secretos de Toro es el clima semidesértico, con precipitaciones de entre 300 y 450 litros por metro cuadrado anuales. Las plantas, forzadas a profundizar para buscar el sustrato de agua, desarrollan así unas características únicas.
De esta manera, la zona tiene su propia variedad autóctona, la tinta de Toro, bastante similar a la variedad tempranillo, pero más pequeña, con el hollejo más duro y mayor potencial de antocianos. Pequeñas variaciones para adaptarse plenamente a la zona.
Y, como el vino es más que mera producción, en la zona de calidad de Toro se conjuga con la buena gastronomía, el patrimonio artístico-cultural y la naturaleza. En el ambiente se respira esa herencia de una tradición vinícola tan arraigada, que viene cargada de costumbres que todavía se mantienen y bellos municipios. Sin duda, los lugares más sorprendentes son las bodegas subterráneas excavadas a lo largo de todo el centro de la villa, muchas de ellas visitables.
Exportaciones En cuanto al patrimonio, la indiscutible joya del románico, la colegiata de Santa María la Mayor en Toro, uno de los monumentos medievales más importantes de España con su impactante pórtico. Iglesias mudéjares, plaza de toros del siglo XIX, monasterios y palacios, son otros de los mayores tesoros. En el plano gastronómico, su seña de identidad es el queso, con marchamo de calidad, los quesos de Procedencia Toro. En la buena mesa, algunas de las recetas más típicas de la comarca son sopas de ajo, rabo de toro al vino, bacalao a la tranca…
Patrimonio, gastronomía, terruño y un vino abriendo fronteras. En la actualidad, la Denominación de Origen Toro exporta aproximadamente el 35% de su producción. Se ha ido incrementando la exportación, sobre todo al centro de Europa y Estados Unidos, zonas por las que hay una apuesta muy fuerte.
Toro, la tinta autóctona
Doble nacimiento. La DO nació en 1933 en virtud de un decreto de la II República, tras la Guerra Civil desapareció y resurgió en 1987 tal como la conocemos hoy día
SUSANA GUTIÉRREZ
Cepas de la variedad tinta de Toro en la localidad zamorana de Valdefinjas. FRAN JIMÉNEZ