![](https://assets.isu.pub/document-structure/211217100649-91dc24a508c985d2ffa82bdff9ed7322/v1/293c89148db1c65795afa9a6d857f0c1.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
7 minute read
DO Ribera del Duero
Ribera del Duero, un grande en la élite del vino
Tradición. Multitud de vestigios históricos apuntalan el vínculo de esta comarca y sus gentes con la cultura vitivinícola, que se ha transmitido de generación en generación
SUSANA GUTIÉRREZ
Muchos años atrás, décadas antes de que el nombre y la marca Ribera del Duero tomara forma, en esa comarca se vivía por y para el vino. Un apego al terruño que ha marcado la economía, incluso el carácter de los habitantes de lo que hoy es uno de los grandes referentes en la élite mundial vitivinícola. Ese estrecho vínculo se reivindica y constata a través de la multitud de vestigios históricos que, a fecha de hoy, apuntalan a los grandes vinos. Una huella que mantiene viva la cultura traspasada generación tras generación, e incluso la convierte en un reclamo turístico.
El primero de esos rastros de la historia lleva hasta Pintia, el yacimiento arqueológico situado en la localidad vallisoletana de Padilla de Duero. Una copa con restos de vino de hace más de dos milenios da testimonio de que su consumo era habitual entre la élite vaccea y un elemento tan importante en sus vidas que incluso los acompañaba en la tumba, como parte de su ajuar funerario. Más tarde, siglos después, en la época medieval, la arquitectura popular dejó prueba y testimonio para la posteridad de la importancia de la viña y el vino, en forma de construcciones tradicionales. Cientos de bodegas subterráneas, lagares y lagaretas, casillos... Los barrios de Atauta (Soria) y Moradillo de Roa (Burgos) son dos ejemplos de la vida apegada al vino, que se reproduce prácticamente en cada pueblo de la Ribera del Duero. También en el casco histórico de Aranda de Duero, donde en el subsuelo se esconden casi siete kilómetros de ciudad subterránea. Bodegas de más de diez metros de profundidad construidas para almacenar las cada vez más crecientes cosechas de vino.
Después, en tiempos más cercanos, pero antes de que ni tan siquiera se soñara con una denominación de origen, muchos pueblos de la zona tenían ya sus propias normas vinculadas al vino. Entre ellos, Fuentelcésped, donde se conservan documentos que así lo atestiguan. Allí se trabajaba con unas normas concretas y obligatorias que marcaban, por ejemplo, el comienzo y el fin de la vendimia o el tratamiento de la viña. Cuenta la historia de este enclave ribereño que las cosechas fueron un motor de desarrollo. Gracias a la donación del denominado ‘un cuarto’ de lo recolectado se pudieron realizar obras e infraestructuras que contribuyeron a la mejora de la calidad de vida de los habitantes de la Ribera del Duero. Y en el campo, la historia se respira en las decenas de viñedos centenarios, incluso prefiloxéricos, anteriores a la plaga de finales del siglo XIX.
A pesar de esta arraigada historia milenaria, hubo que esperar hasta el año 1982 para presenciar el nacimiento de la Denominación de Origen Ribera del Duero. Un hito alcanzado gracias a la perseverancia y buen hacer de un pequeño grupo de viticultores y bodegueros preocupados por impulsar los viñedos y la calidad de los vinos. En un momento crucial, en el que la viña había perdido parte de su supremacía por otros cultivos en aquellos años más en boga.
Prestigio y personalidad Ahora, a punto de cumplir cuatro décadas de vida, la DO Ribera del Duero ha conseguido situarse entre lo más selecto del mundo vitivinícola. Las 20 bodegas pioneras se han multiplicado, 40 años después, superando las 300. El nombre, el prestigio, la calidad y las posibilidades de la marca han sido un reclamo para su crecimiento.
Como bien anuncia su apellido, el cauce del río Duero marca el itinerario de las vides que cam-
DO RIBERA DEL DUERO
Palencia Burgos
Valladolid
310 bodegas
Origen. 21 de julio de 1982.
Municipios. 102 de Burgos, Valladolid, Soria y Segovia.
Variedades de uva. Principales: tempranillo y albillo. Complementarias: cabernet sauvignon, merlot, malbec y garnacha tinta.
Tipos de vinos. Tintos, rosados y blancos.
Hectáreas. 24.157.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211217100649-91dc24a508c985d2ffa82bdff9ed7322/v1/844592458ec09cd73b9868efd184ed6f.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Viñedos incluidos en la Denominación de Origen Ribera del Duero en las inmediaciones de Pesquera de Duero (Valladolid). CARLOS ESPESO
pan a lo largo de 115 kilómetros de recorrido en Ribera. Un mar de cepas en más de 24.000 hectáreas de viñedo de calidad que surcan las provincias de Burgos, Valladolid, Soria y Segovia. La inseparable compañía de la climatología extrema define la marcada personalidad de sus vinos. Esos contrastes de temperatura, gélidos inviernos, asfixiantes veranos y otoños con variaciones térmicas de incluso 20 grados, dan un sentido único a los vinos de la zona.
Esa personalidad global y unitaria se diversifica después en muchos matices que permiten la diferenciación de cada una de sus ofertas. Ese toque distinto que otorga una identidad propia. Matices, obra de los contrastes dependiendo de los diferentes suelos y la variada altitud, que esculpen de forma distinta a la variedad tempranillo o tinta del país, la reina indiscutible de Ribera del Duero. Los tintos, sin duda, han encumbrado a la denominación de origen a lo más alto del panorama internacional, en especial por la producción de vinos de calidad, cuyas características los hacen perfectos para la crianza en barricas de roble. A pesar del protagonismo indiscutible de sus vinos estrella, no hay tampoco que olvidar los rosados, claretes y, desde el año 2019, la apertura a la elaboración de vinos blancos bajo la marca de calidad. La uva autóctona blanca, la variedad albillo mayor, va reclamando y ganando poco a poco su franja de popularidad.
Lo que ha quedado claro, tras sus 40 años de vida, es que Ribera del Duero ha conseguido conquistar el mercado nacional y también abrir fronteras en el exterior como una marca internacional de prestigio. En la actualidad, las botellas etiquetadas con la Denominación de Origen Ribera del Duero se consumen en más de 110 países. A pesar de ello, la exportación sigue siendo uno de los retos pendientes de la marca, ya que supone en la actualidad el 20%. Los mercados claves para la DO son Estados Unidos, Canadá, México, China, Suiza, Dinamarca, Holanda, Bélgica y Reino Unido. Ganar presencia internacional creciendo en valor es uno de los objetivos principales que tiene en la actualidad esta zona.
Enoturismo
Ribera del Duero no solo es vino, es cultura del vino con sus paisajes de viñedo, su arquitectura de bodegas, riqueza patrimonial, gastronómica y natural. Un compendio de atractivos que se convierten en todo un reclamo para los visitantes, en ese cada vez más en auge enoturismo o turismo vinculado al vino. La comarca ribereña recibe a siete de cada diez enoturistas que visitan Castilla y León con más de 220 servicios y 70 ayuntamientos. La oferta, gestionada a través del Consorcio Ruta del Vino Ribera del Duero, ha experimentado un crecimiento ascendente desde su certificación a finales de 2010, solo frenado por la situación sanitaria ocasionada por la pandemia de coronavirus en 2020.
Lo que ha quedado de sobra demostrado es que la zona vitivinícola puede presumir de ser vino, gastronomía, naturaleza y, mucho más, gracias a la multitud de experiencias complementarias que ponen la guinda. Las bodegas y los festines gastronómicos, junto al patrimonio conformado por barrios de bodegas tradicionales, castillos, puentes históricos o miradores, conforman la Ribera más famosa. Sin embargo, profundizando, se encuentran otras ofertas más desconocidas que se traducen en experiencias. Avistamiento de buitres, circuito de velocidad, atalayas, viajes en globo, fenómenos geológicos, arte urbano, árboles singulares y hasta un itinerario jacobeo son algunos de los ejemplos que marcan la singularidad y ponen la guinda a la oferta vitivinícola.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211217100649-91dc24a508c985d2ffa82bdff9ed7322/v1/03a5772f7926631f39673afa47f1efbd.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Vides con el castillo de Peñafiel al fondo. C. E.
![](https://assets.isu.pub/document-structure/211217100649-91dc24a508c985d2ffa82bdff9ed7322/v1/8c6048e5dd04f575c02b7a907c8985c5.jpeg?width=720&quality=85%2C50)
Una copa con restos de hace más de 2.000 años da testimonio de que los vacceos ya consumían vino
La zona ofrece visitas a las bodegas, festines gastronómicos, patrimonio y multitud de experiencias complementarias
Espíritu Ribera
Maridaje es una de las palabras que más suenan en torno al mundo del vino. Esa búsqueda del ensamblaje perfecto a la hora de degustar un vino, siempre con la gastronomía como compañera inseparable de viaje en el plano literal. En la vertiente metafórica, hay maridajes que van más allá, aquellos en los que se ponen a funcionar todos los sentidos artísticos. Ribera del Duero ha encontrado en la cultura y el arte, en todas sus formas y manifestaciones, la compañía imprescindible a la hora de emparejarse con éxito. Una forma diferente y única de vivir el vino, lo que se denomina el #EspírituRibera.
La música de Sonorama Ribera es uno de esos binomios de éxito. El festival de música independiente de Aranda de Duero se ha convertido en el mejor escaparate para acercar el vino al público joven y brindar con artistas consolidados y emergentes. El séptimo arte de los Premios Feroz, la Seminci y el Festival de Sitges se tornan en la ideal pareja cinematográfica. El patrimonio histórico con la Fundación Atapuerca y con la Universidad de Valladolid a través del yacimiento arqueológico de Pintia o el mundo de las letras, gracias el Premio Internacional Ribera del Duero, el más importante de cuantos se dedican al relato, son otros de los ámbitos de este espíritu cultural. También hay espacio para la moda, siempre en color vino.