Castilla y León
El concepto de patrimonio cultural y su evolución
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n las últimas tres o cuatro décadas el concepto y la gestión del patrimonio cultural han experimentado una significativa transformación. No ha sido un hecho repentino sino el resultado de un proceso progresivo a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. A ello han contribuido diversos factores. Por una parte, la antropología con una nueva visión y análisis de la diversidad cultural y de la sociedad. Por otra, el desarrollo de una normativa técnica y jurídica que ha introducido nuevas tipologías y definiciones de bienes culturales y ha incorporado innovaciones en los procedimientos de protección, conservación e intervención en el patrimonio cultural. Paralelamente, se han creado organismos internacionales como la UNESCO y organizaciones no gubernamentales de carácter profesional o temático – ICOM, ICOMOS, ICROM, TICCIH, por citar alguna de las más conocidas–. A esto hay que unir los movimientos sociales y asociaciones civiles que se han manifestado en actividades para la defensa del patrimonio cultural y, paulatinamente, se han integrado en la gestión de bienes culturales, promoviendo su uso y disfrute y la sensibilización sobre sus valores –citemos a modo de ejemplo de su diversidad a Hispania Nostra, a la asociación cultural de Pendones del Reino de León o la Asociación Monasterio de Santa María de Rioseco–. La revolución tecnológica, los cambios en los modelos de producción, el poder de las estructuras económicas, las posibilidades que ofrecen los medios de transporte, el alcance y potencialidad de los sistemas de comunicación, son aspectos de una sociedad globalizada y de-
1 1. Fiesta de los Zamarraches de Casavieja (Ávila).
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sigual que nos obliga a reflexionar sobre la identidades y relaciones sociales, el relativismo cultural, las creaciones culturales, el respeto al medio natural, los derechos de expresividad y aprendizaje de las personas. Aspectos todos ellos que forma parte de las culturas en el mundo y que caracterizan lo que denominamos patrimonio cultural inmaterial.
Lo imprescindible
Este entramado social y cultural que forma parte de las vivencias y memoria de las personas conforma nuestra personalidad individual y colectiva. Es un complejo conjunto de productos culturales que vamos transmitiendo en el tiempo y que seleccionamos en función de intereses y necesidades. Y entre esta selección está la construcción del patrimonio cultural y la toma de conciencia de una serie de valores, bienes y creaciones que consideramos
significativas y representativas. Unas nos vienen determinadas y de otras formamos parte integrante como protagonistas y portadores que somos de conocimientos y hechos culturales. La valoración y toma de conciencia han ido creando esa síntesis que denominamos patrimonio cultural. Ese reconocimiento viene desde la antigüedad y ha tenido distintos grados, pero es a finales del siglo XVIII, con el movimiento ilustrado, cuando el patrimonio empieza a adquirir un carácter social y se convierte también en objeto de distinción y protección. Los Estados en su configuración territorial e ideológica lo utilizarán como símbolo de identidad y las obras monumentales o las creaciones artísticas será objeto de atención preferente. Paulatinamente, se irá apreciando por distintos movimientos y disciplinas el conocimiento y saberes populares, que se
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3 plasmarán en la recopilación de las tradiciones orales. Pero una visión amplia y global del patrimonio cultural no se ha efectuado hasta que la humanidad ha sido consciente de la diversidad de la cultura y del peligro de homogeneizar y estandarizar pautas culturales. Con esta perspectiva se han valorado las estrategias culturales más identificadoras y locales que han mostrado su eficacia, su capacidad de elaborar símbolos y de fortalecer relaciones sociales.
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2. Un halcón, en una exhibición de cetrería. 3. Peregrinos en el Camino de Santiago. 4. Capitel que recrea en piedra una escena de caza con aves rapaces.
Patrimonio vivo y dinámico
El patrimonio cultural inmaterial, tal y como se indica en el Plan Nacional de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial, está interiorizado en los individuos y en los grupos humanos por medio de su transmisión, que se efectúa en procesos de aprendizaje desde la infancia, y de la participación inclusiva, compartiendo expe-
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El campanero llama a la Romería de San Bernabé, en Burgos.
riencias y prácticas. Sus características se van decantando en el tiempo y vincula a los integrantes de una comunidad que habita áreas culturales con modos de vida y organización propios, relacionados con la estructura social y familiar, con los procesos de adaptación al medio natural, con los sistemas de producción económica, y que comparte vivencias, símbolos y significados que refuerzan y se fortalecen en actividades colectivas consensuadas. Se transmite y recrea de generación en generación en un proceso dinámico de autorregulación interna que se adapta a contextos sociales, culturales y tecnológicos cambiantes. Es, por tanto, un patrimonio vivo y
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en continua transformación. Está preservado por una comunidad y forma parte de la memoria colectiva, siendo experimentado como vivencia y formando parte de la biografía individual y de una comunidad. El patrimonio cultural inmaterial requiere la presencia y la participación de las personas y comunidades, pues en caso contrario no existe, se desarrolla en tiempo presente, como una práctica y una vivencia, con acciones ritualizadas. Tiene un efecto regenerador del orden social y de refuerzo de los lazos identitarios.
Lo inmaterial y lo material
El patrimonio cultural inmaterial está contextualizado en un tiempo y en un enclave territorial o espacio construido. Es imposible desligar las cualidades inmateriales de los soportes y objetos materiales en el contexto de la cultura. El objeto material es un producto
cultural que responde a la aplicación de unos conocimientos técnicos para su elaboración, a la dotación de una utilidad práctica o simbólica y de un significado. De esta forma lo material es un soporte culturalizado dotado de un gran caudal de información inmaterial, y, a su vez, lo inmaterial necesita, en gran parte de los casos, de un referente material para su visualización y, en ocasiones, es imprescindible un objeto material para el desarrollo de una práctica cultural. De la necesidad surge el objeto y el objeto responde a un requerimiento cultural. Entre las características significativas del patrimonio cultural inmaterial está su representatividad de procesos y prácticas en las que se integran un conjunto complejo de elementos culturales: interrelación con el entorno natural, conocimientos o creencias específicos, ac-
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2 tividades y expresiones culturales compartidas por una comunidad y elaboradas a lo largo del tiempo. Este conjunto de acciones y expresiones están relacionadas entre sí y constituyen hechos sociales completos, por lo que es complicado disgregar o separar aspectos parciales. De tal forma que en una festividad no se puede disociar su ámbito temporal, su espacio temporal, sus diferentes ritos, sus elementos materiales, sus músicas, sus danzas y bailes, sus juegos, sus participantes. Para facilitar su gestión y salvaguarda estos elementos y expresiones se agrupan y se clasifican en diversos ámbitos temáticos que no se deben entender como compartimentos aislados y que pueden variar en función de su ámbito territorial y social. Clasificaciones que varían en las distintas normativas y recomendaciones
1. Pastor con su rebaño de ovejas. 2. Lucha leonesa.
existentes pero que todas indican unos campos básicos más o menos desglosados. Cualquier relación no deja de ser una mera referencia orientativa que expresa la diversidad, complejidad e interrelación de todos los aspectos que integran el patrimonio cultural inmaterial. En un primer ámbito temático podemos incluir al conjunto de conocimientos, usos y prácticas sobre el entorno natural, que incorporan los saberes meteorológicos, la orientación en el territorio, la toponimia para denominar diversos enclaves territoriales, el aprovechamiento del conjunto de recursos que ofrece el medio. Muy unido a esta sabiduría están todas las prácticas agrícolas, ganaderas o forestales, referidas a sistemas y lugares de cultivo, aprovechamiento de pastos, ganadería extensiva y desplazamiento con el ganado. Actividades que ha dado lugar a la organización del territorio y a la configuración de paisajes culturales. Otro gran ámbito del patrimonio natural es el relativo al conjunto de actividades productivas, procesos y técnicas acumuladas a lo largo del tiempo para realizar herramientas, levantar construcciones de diversas tipologías, elaborar productos alfareros, trabajar los metales, la madera o las fibras animales y vegetales o confeccionar las prendas de vestir. Actividades que han generado una amplia cultura material de carácter funcional, ornamental o simbólico. Un ámbito en el que participan de manera fundamental nuestras capacidades cognitivas y de memoria es el conjunto relativo a toda la información transmitida oralmente. Desde la lengua, elemento imprescindible en el aprendizaje de una cultura, en la comunicación con nuestros semejantes, en la elaboración de narraciones, en la transferencia de conocimientos, sentimientos y emociones. Apartado en el que se incluyen todas las variedades lingüísticas, las leyendas, los relatos fantásticos o imaginados, las canciones, la literatura oral y el conjunto de actos y procesos en los que se efectúa este proceso de transmisión. Unido a este ámbito todas las manifestaciones sonoras y la música que constituyen también lenguajes y formas de co-
municación. Desde los toques de campana, las canciones que aprendemos desde la infancia o el empleo de instrumentos musicales. Y junto a estas expresiones los bailes y danzas, relacionadas tanto con aspectos festivos como simbólicos. Las creencias relacionadas con lo trascendente, con las devociones populares, con los espacios sagrados, con las ceremonias, rituales, expresiones y manifestaciones religiosas, con la protección del ganado y los campos, con la salvaguarda frente a los efectos meteorológicos adversos, con la preservación de la salud. Aspectos unidos a ermitas y romerías, cruceros y recorridos procesionales, ciclos estacionales y prácticas agropecuarias.
Rituales participativos
Gran relevancia tiene los rituales participativos, como el conjunto de festividades por su caudal de símbolos y significados, por aglutinar diversos elementos culturales muy diversos, aspectos profanos y religiosos, recorridos por espacios urbanos y naturales, música y danza, juegos y comidas compartidas, emociones y sentimientos individuales y colectivos. Estas festividades están acompañadas en múltiples lugares de representaciones o escenificaciones teatrales o para-teatrales – Pastoradas y Autos de Navidad, Mascaradas, representaciones de Semana Santa, Loas a la Virgen -. Y también de juegos y deportes tradicionales que se concentran en esas fechas. Los conocimientos de conservación y elaboración de alimentos, las épocas adecuadas para la obtención de productos, la forma de alimentarse, los rituales para compartir las comidas, el reparto de alimentos en festividades como celebración o como prácticas curativas, se entrelazan con un amplio conjunto de prácticas y actividades culturales. Y como se viene subrayando el patrimonio cultural inmaterial se caracteriza por su componente humano. En este aspecto hay que destacar las normas de conducta y relación entre los miembros de la unidad familiar o de un grupo social, las formas de organización basadas en el derecho consuetudinario, las reglas para compartir trabajos en beneficio de la comunidad o de repartir bienes
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canización de las labores agropecuarias y la carencia de demanda de muchos productos, otras han podido readaptar su producción con nuevos diseños y funcionalidades. Entre los primeros, por citar ejemplos, el conjunto de guarnicioneros y en el segundo grupo los ceramistas. La regulación normativa de las producciones agrarias y ganaderas, así como la relativa a productos de alimentación, a veces procedentes del ámbito europeo, no han contemplado en toda su complejidad e importancia a las prácticas culturales centenarias, incidiendo en las estructuras económicas, sociales que mantienen y hacen viable mucho de los ámbitos y aspectos que integran el patrimonio cultural inmaterial.
Protección jurídica
1 y suertes comunales, la hospitalidad hacia personas externas, la colaboración y organización de actos participativos por grupos de vecinos, hermandades, cofradías, peñas y asociaciones.
Debilidades y vulnerabilidad
Como principal factor que inciden en la conservación del patrimonio cultural inmaterial está la dinámica demográfica de Castilla y León, con una pérdida progresiva de habitantes, el alto envejecimiento de la población, la concentración de la población en grandes núcleos urbanos frente a la amplia extensión territorial con municipios y localidades muy pequeñas y densidad de población muy baja. Los movimientos migratorios de la población han causado también un desarraigo notable durante varias décadas. Entre los factores positivos tenemos la labor de las corporaciones municipales que han cobrado mayor importancia en la organización de actividades que anteriormente se realizaba por agrupaciones o hermandades de vecinos. Y, por otra parte, la función proactiva que están desempeñando diversas Asociaciones Culturales, que
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han asumido la gestión o el impulso de muchas iniciativas que sirven de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial o la recuperación de algunas que habían sido abandonadas. También ha supuesto un cambio en algunos de los procesos de organización las nuevas tecnologías de comunicación y las redes sociales que se utilizan para organizar diversos eventos participativos por colectivos de proceden de una determinada localidad, aunque no residan en ella de forma permanente. Diversos ámbitos del patrimonio cultural inmaterial tienen una pérdida notable, entre los que se encuentra el conjunto de la transmisión oral relativa a narraciones, canciones, música tradicional. Vinculado a procesos de transculturación, desarraigo y ruptura de la cadena de transmisión. En este campo la labor recopiladora de investigadores y estudiosos –etnomusicólogos, folkloristas, músicos y cantantes – y el papel de múltiples instituciones, museos y centros etnográficos, es amplia y encomiable desde hace varias décadas. Muchos oficios y artesanías han desaparecido ante la me-
El patrimonio cultural inmaterial ha conocido en las últimas décadas una renovación conceptual, tanto en la conciencia social como, sobre todo, en el ordenamiento jurídico internacional, cuyo hito más emblemático es la Convención de la UNESCO para la protección del patrimonio cultural inmaterial de 2003. España ha ratificado en el año 2006 esta Convención para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial de la UNESCO, integrándose de esta forma en el ordenamiento jurídico del Estado. Aporta la convención una definición consensuada internacionalmente según la cual se entiende por patrimonio cultural inmaterial «los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas -junto con los instrumentos, objetos, artefactos y espacios culturales que les son inherentes- que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio cultural inmaterial, que se transmite de generación en generación, es recreado constantemente por las comunidades y grupos en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia, infundiéndoles un sentimiento de identidad y continuidad y contribuyendo así a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana».
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4 Con anterioridad, la Ley 16/1985 del Patrimonio Histórico Español señala que forman parte del Patrimonio Histórico Español los bienes muebles e inmuebles y los conocimientos y actividades que son o han sido expresión relevante de la cultura tradicional del pueblo español en sus aspectos materiales, sociales o espirituales. Esta regulación resultaba hoy insuficiente por lo que en 2015 se promulgó la Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial, que establece que tendrán la consideración de bienes del patrimonio cultural inmaterial los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades, los grupos y en algunos casos los individuos, reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural. En particular tendrán esta consideración:
1. Paso del fuego en San Pedro Manrique (Soria). 2. Procesión en Candelario (Salamanca). 3. Romería de la ermita de la Virgen del Castillo. Escuela práctica de música. Fariza (Zamora). 4. Carnavales en la localidad leonesa de Velilla de la Reina.
a) Las tradiciones y expresiones orales, incluidas las modalidades y particularidades lingüísticas como vehículo del patrimonio cultural inmaterial; así como la toponimia tradicional como instrumento para la concreción de la denominación geográfica de los territorios. b) Las artes del espectáculo. c) Los usos sociales, rituales y actos festivos. d) Los conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo. e) Las técnicas artesanales tradicionales. f) La gastronomía, elaboraciones culinarias y alimentación. g) Los aprovechamientos
específicos de los paisajes naturales.
h) Las formas de socialización colectiva y organizaciones. i) Las manifestaciones sonoras, música y danza tradicional. En Castilla y León la Ley 12/2002, de 11 de julio, del Patrimonio Cultural de Castilla y León, dispone que los bienes muebles e inmuebles y actividades integrantes del Patrimonio Cultural de Castilla y León que reúnan de forma singular y relevante las características del artículo 1.2. de la Ley, serán declarados Bienes de Interés Cultural.
Acciones de salvaguarda
En el marco de lo previsto en el Plan PAHIS 2020 de Patrimonio Cultural de Castilla y León se desarrollan acciones de do-
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cumentación, inventario y registro del patrimonio cultural, con especial atención a la valoración de riesgos y a las posibilidades de viabilidad de la salvaguarda del patrimonio inmaterial. Se presta especial atención al reconocimiento de manifestaciones y expresiones culturales inmateriales que se consideren relevantes, a la difusión y promoción de sus valores, al diagnóstico de su vitalidad y continuidad, a la transmisión y salvaguarda. El Plan trabaja con una visión de gestión integral del patrimonio cultural Inmaterial de acuerdo con los criterios establecidos por la Convención de la UNESCO para la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial, que establece una serie de medidas para garantizar su viabilidad en la transmisión y permanencia, como son la identificación, documentación, investigación, preservación, protección, promoción, valorización, transmisión - a través de la enseñanza formal y no formal- y la revitalización en sus distintos aspectos. Las iniciativas y acciones de salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial deben estar orientadas a proporcionar las condiciones para desarrollar las expresiones y manifestaciones con las que se identifica una comunidad y que debe autorregular internamente. El primer paso es la autoestima y valoración de lo propio por la comunidad portadora sin imitar patrones o comportamientos externos y ajenos. Son las propias comunidades y grupos portadores quienes tienen que tomar conciencia de su patrimonio cultural, adquirir un compromiso de transmisión y salvaguarda y participar activamente en su gestión. La base de la salvaguarda está en el conocimiento de las actividades y bienes que integran el patrimonio cultural inmaterial. Este proceso requiere de su identificación, estudio, documentación y catalogación que conlleve el análisis de los elementos significativos y representativos, así como una valoración interna y externa que lo contextualice. Por otra parte, es necesario efectuar el diagnóstico de su vitalidad y de las posibles amenazas que puede incidir en su mantenimiento, y
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1. Salida de los Pasos Grandes, en la procesión del Viernes Santo en Medina de Rioseco. 2. Carrera de cintas en Urueña.
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evaluar las iniciativas necesarias que ayuden a su salvaguarda. Acciones que se deben efectuar con la participación de las personas y colectivos implicados, tanto para su consentimiento como para su propia valoración, y con una visión global del contexto cultural en la que se inserte la práctica o manifestación representativa. Precisa, por tanto, de una metodología de investigación antropológica adecuada para su estudio y valoración. Estas medidas de salvaguarda comprenden también la protección de los espacios naturales, hitos territoriales, lugares de encuentro, soportes y bienes materiales asociados e interrelacionados con las manifestaciones y prácticas inmateriales y sin los cuales carecen de sentido o no se pueden desarrollar. Y en este aspecto constituye también medidas imprescindibles integrar el patrimonio cultural inmaterial en las estructuras de valor económico y simbólico de una comunidad. Determinadas normativas sectoriales elaboradas desde una perspectiva estrictamente productiva o comercial, dentro de un sistema capitalista global, pueden incidir negativamente en el mantenimiento de
prácticas culturales concretas que han mostrado su eficacia y sus posibilidades de sostenibilidad. La viabilidad del patrimonio cultural inmaterial requiere, por tanto, de medidas de orden jurídico, técnico, administrativo y financiero, así como de programas y políticas transversales que atienda a sus cualidades y características específicas. El reconocimiento, valoración y respeto del patrimonio cultural inmaterial en la sociedad se fundamenta en programas educativos de sensibilización y difusión dirigido a los escolares de diversos ciclos educativos. Conectar a la población más joven con el legado cultural del que forman parte, explicando su sentido, su contexto cultural y su significado, es una acción imprescindible para impulsar su continuidad. Programas educativos y de formación que debe hacerse extensible en las comunidades portadoras para su adecuada valoración y participación en la gestión. La promoción adecuada del patrimonio cultural inmaterial es imprescindible para impulsar su conocimiento y promover su desarrollo. En este campo tiene una especial relevancia el desarrollo de programas
2 de comunicación que aborden la difusión del patrimonio cultural inmaterial desde ópticas de respeto y de calidad científica, eliminando visiones parciales o triviales que ofrezcan un análisis inexacto de su complejidad alejadas de su contexto social y cultural. En esta labor de promoción y valoración es fundamental la creación y fortalecimiento de instituciones y de sus programaciones para la investigación, documentación y difusión del patrimonio cultural inmaterial. Estos objetivos constituyen un compromiso que tiene asumido la Consejería de Cultura y Turismo y que realiza de forma continua, recopilando información y datos de las diversas expresiones y manifestaciones inmateriales, registrado en soportes audiovisuales, reconociendo su representatividad y significado cultural dentro de la diversidad existente en Castilla y León, efectuando exposiciones monográficas y jornadas técnicas de análisis, debate y reflexión sobre el patrimonio cultural inmaterial La Consejería de Cultura y Turismo ha desarrollado una primera labor de Pre-Inventario, sistematización y recopilación documental sobre bienes
integrantes del Patrimonio Cultural Inmaterial en todas las provincias de la Comunidad. Progresivamente se incorporan nuevos bienes y manifestaciones inmateriales a partir de diversos trabajos que se promueven desde la Dirección General de Patrimonio Cultural, referido a aspectos temáticos o a ámbitos territoriales, como las manifestaciones vinculadas con romerías y recorridos devocionales a ermitas o las que se ubican en torno al Camino de Santiago. En todo caso, es importante señalar la vinculación de estos bienes a espacios urbanos o enclaves geográficos determinados, a fechas concretas, y especialmente a bienes materiales asociados susceptibles de protección. La protección de todos estos elementos desde un punto de vista técnico-jurídico debe reconocer sus valores culturales, propiciar su viabilidad y evitar efectos indeseados – fosilización de expresiones tradicionales, limitaciones de derechos,…– en la práctica de estas manifestaciones. Dentro de esta labor de conocimiento, recopilación y difusión del patrimonio cultural inmaterial sobresalen las actividades que se gestionan des-
de el Museo Etnográfico de Castilla y León, creado como exponente del patrimonio etnográfico y centro de investigación antropológica y de documentación, conservación y divulgación de los testimonios de la cultura tradicional en el ámbito de la Comunidad Autónoma. Así mismo, destaca la participación de la Consejería de Cultura y Turismo en otras iniciativas e instituciones dedicadas a la documentación, archivo y difusión de las manifestaciones del patrimonio cultural inmaterial.
Anteproyecto de ley
El tiempo transcurrido desde la anterior ley de patrimonio cultual de Castilla y León, junto con las nuevas disposiciones y recomendaciones internacionales y la experiencia acumulada en la gestión, aconsejan promover una nueva regulación que contemple un concepto más amplio y complejo del patrimonio cultural, que recoja los bienes con valores materiales e inmateriales en relación directa con las sociedades que los crea y conserva en su territorio. Una regulación que incida en una gestión participativa y más cercana a la ciudadanía, que entienda el patri-
monio cultural como un servicio a las personas y como un recurso capaz de generar desarrollo y cohesión social. El Anteproyecto de Ley de Patrimonio Cultural de Castilla y León determina qué bienes forman parte del Patrimonio Cultural de Castilla y León y desarrolla el concepto patrimonio cultural inmaterial. El Patrimonio Cultural de Castilla y León comprende los bienes, materiales e inmateriales, fruto del proceso histórico que caracteriza el modo de vida, las pautas culturales y las particularidades del territorio de la Comunidad Autónoma. Constituye un activo insustituible, esencial para la identidad y el futuro de Castilla y León, que debe protegerse y transmitirse a las generaciones futuras. Está integrado por los bienes materiales e inmateriales que posean valores históricos, artísticos, arquitectónicos, arqueológicos, paisajísticos, etnológicos, industriales, científicos, técnicos, así como los paleontológicos relacionados con la historia de la humanidad. Se consideran bienes inmateriales las manifestaciones culturales comprendidas por los usos, representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas que las comunidades y los grupos reconozcan como parte integrante de su patrimonio cultural, transmitidos de generación en generación, que se mantengan activas y dinámicas El anteproyecto establece que constituyen los bienes inmateriales del patrimonio cultural de Castilla y León: a) las tradiciones y expresiones orales, incluido el patrimonio lingüístico; b) artes del espectáculo, comprendiendo las representaciones que se han transmitido entre varias generaciones con las expresiones musicales y corporales; c) manifestaciones festivas, juegos y deportes tradicionales; d) usos sociales y rituales; e) conocimientos y actividades relacionados con el territorio y el medio natural f) las técnicas y procesos artesanales, industriales, gastronómicos y productivos, así como las elaboraciones culinarias y de alimentos consuetudinarios y específicos de un te-
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como prácticas o manifestaciones con un amplio ámbito territorial y que incluyen también a la Comunidad de Castilla y León. Señalamos como relevantes: la trashumancia, los carnavales y la Semana Santa.
Acciones y previsiones
rritorio o comunidad social. Los bienes inmateriales singulares y relevantes del patrimonio cultural de Castilla y León podrán ser declarados de interés cultural. Y los que tengan notable valor para la Comunidad de Castilla y León podrán ser declarados inventariados. En la declaración de interés cultural de bienes inmateriales se deberá establecer el ámbito geográfico, tipología, denominación principal, comunidades sociales relacionadas y marco temporal; la metodología de transmisión a través del tiempo y agentes participantes, así como la identificación de los posibles riesgos en la continuidad de dicha transmisión; los lugares, espacios urbanos y construcciones, las instalaciones e instrumentos vinculados con estas manifestaciones; su relación con otros bienes inmateriales y con bienes materiales, inmuebles o muebles y medidas para su preservación y protección La gestión sostenible del Patrimonio Cultural de Castilla y León se regirá por el principio de preservación o salvaguarda, de los valores materiales e inmateriales, autenticidad e integridad de los bienes y para ello la Consejería competente en materia de patrimonio cultural promoverá y, en su caso, aprobará programas de investigación, desarrollo e innovación.
Móndidas de San Pedro Manrique (Soria).
Manifestaciones reconocidas
En Castilla y León se ha reconocido el destacado valor cultural de ocho manifestaciones específicas del patrimonio cultural inmaterial que constituyen, por el momento, una muestra significativa, que tiene prevista su incremento progresivo en el que se está trabajando actualmente.
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-Celebraciones del Jueves y Viernes Santo en Bercianos de Aliste (Zamora) -Pasión Zamorana -Semana Santa de Medina de Rioseco -La Tauromaquia -Función de la Cruz y Plaza de Toros de la Empalizada -Lucha Leonesa o Aluche -Pendones concejiles del Reino de León Junto al reconocimiento específico de estas manifestaciones culturales como patrimonio cultural inmaterial vivo y dinámico, hay otros bienes culturales en los que los valores inmateriales constituyen parte esencial de sus características y de su significado social. Destacamos entre ellos: -Iglesia de Pumarejo de Tera (Zamora) -El Camino de Santiago. -Renault 4.4 -Fiesta del Paso del Fuego y Las Móndidas en San Pedro Manrique (Soria). La Convención para la salvaguarda del patrimonio cultural inmaterial de la UNESCO de 2003 ha establecido entre otras acciones de reconocimiento y protección la lista de bienes representativos del patrimonio cultural inmaterial. El estado español como Estado Parte que ha ratificado la convención ha promovido diversas manifestaciones como bienes a incluir en las listas representativas del patrimonio cultural inmaterial, de ellas hay varias que afectan a la Comunidad de Castilla y León: -La cetrería -La Dieta Mediterránea Otros reconocimientos de Manifestaciones Representativas del Patrimonio Cultural Inmaterial reconocidas por el Estado Español de acuerdo a la Ley 10/2015, de 26 de mayo, para la salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial,
La Consejería de Cultura y Turismo está promoviendo durante esta legislatura el reconocimiento cultural, protección y declaración como Bien de Interés Cultural, de conjuntos complejos y de aquellas tipologías menos representadas en los catálogos del patrimonio cultural. Dentro de esta programación se incluyen bienes del patrimonio industrial como la cuenca minera de Fabero, en cuya declaración BIC con categoría de Conjunto Etnológico se está trabajando, o la declaración del documental ‘El Canal de Castilla’ producido en el año 1931, encargado por la Confederación Hidrográfica del Duero y depositado para su conservación en la Filmoteca de Castilla y León en 1997. Asimismo, está previsto reconocer progresivamente las manifestaciones integrantes del patrimonio cultural inmaterial, como manifestaciones significativas y sobresalientes de los habitantes y de los diversos territorios de Castilla y León. El anteproyecto de la nueva ley de patrimonio cultural incide en estos aspectos, refuerza la participación social y la colaboración con las comunidades portadoras de conocimientos y prácticas culturales. En este sentido, la Dirección General de Patrimonio Cultural está recopilando la documentación e información necesaria para el reconocimiento cultural de las festividades de mascaradas en Castilla y León, que incluyen a un amplio número de localidades, de algunas manifestaciones teatrales tradicionales significativas de la Comunidad, y de bienes en los que se interrelacionan los enclaves territoriales y urbanos con manifestaciones inmateriales, como la plaza de toros de Ciudad Rodrigo. Por otra parte se colabora con entidades portadoras en la promoción determinadas prácticas o actividades, como la lucha leonesa, y se promueve el estudio y registro de manifestaciones y expresiones inmateriales para su valoración, diagnóstico y reconocimiento.