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Año No. 33 • edición 10253
JUeVes, 18 de JUliO de 2013 / santO dOmingO
Ahora HM involucra a DM en crisis PRD; MVM pide sensatez Sector inSiSte acudirá al cen
PAGS. 3 y 4
El ex presidente Hipólito Mejía acusó ayer al presidente Danilo Medina de tener responsabilidad en la crisis del PRD, junto al ex presidente Leonel Fernández y al PLD. Mientras, Miguel Vargas Maldonado apuesta a la disciplina y a la sensatez partidaria para poder llevar al poder al partido blanco. (Foto: Daniel Duvergé).
Ñ
EL JACHO ESTÁ ENCENDIDO.- La decisión del Tribunal Superior Electoral dando ganancia de causa a Miguel Vargas Maldonado encendió aun más la crisis interna en el PRD, ahondando las diferencias entre los dos grupos enfrentados. El ex presidente Hipólito Mejía reaccionó oficialmente ayer con una rueda de prensa junto al sector que representa, donde lanzó una embestida de ataques que alcanzó hasta al presidente Danilo Medina y al gobierno. NACIONALES (P/3)
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TOGA
(P/18)
Ordenan cierre bar “La Chismosa” tras pelea dejó menor mal herido
ECONOMICAS (P/8)
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NOVEDADES (P/13)
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editoriAl
la crisis del PRd La crisis reiterada del opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD) pasa por el ámbito legal y por el político. Es un tránsito necesario por la incapacidad de sus principales dirigentes de ponerse de acuerdo y de actuar en consonancia con los intereses partidarios. Es una crisis tan vieja como el propio PRD. Es algo endémico de esa entidad política, que no ha sabido darse una organización moderna y mucho menos un proyecto político que le permita tener una mayor incidencia en la vida de la República Dominicana. Sus dirigentes son especialistas en quejarse y en atribuirles sus males a otros. Antes era a sectores fuera de la organización, pero han profundizado sus conflictos y ahora se acusan mutuamente de hacerse daños unos a los otros. Son grupos que se mueven internamente adverándose ferozmente. Los perredeístas se han convertido en una especie de tango de la sociedad dominicana. Están siendo, esencialmente, las quejas sociales, pero sin capacidad para superarlas. Y es obvio que ese no es el propósito de una organización política que aspire a cambiar la realidad en la que vive la mayoría de la sociedad. Los perredeístas no quieren hacer consciencia de los cambios que necesitan y en consecuencia tampoco saben cómo ponerse de acuerdo para manejar su organización. Esta lucha legal no le dará la solución política al PRD, pues más bien coloca al partido en una especie de limbo que no le permite conducirse a ninguna parte. Sin un acuerdo político es difícil que el PRD pueda superar su agonía. Y, sobre todo, que pueda establecerse como una organización capaz de darse una vida institucional y un proyecto político. Por el camino que va ese partido no hay forma de superar sus constantes problemas.