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El bullying mata; pongámosle un alto

Esta tragedia nos exige a todos los actores sociales trabajar para fortalecer el elemento más importante en nuestra sociedad: la familia.

Justicia de la Ciudad de México, entre 2022 y lo que va del 2023, a través de la Línea de Seguridad y Chat de Confianza, (55-5533-5533), se han atendido 368 reportes por bullying, de los cuales, 50% han sido de estudiantes de secundaria, 27% de primaria, 6% preescolar. De estos, la violencia física ocupa el 32% de los casos, seguida por la violen- cia verbal (23.5%) y la psicológica (16%).

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El problema es grave y continúa deteriorándose, y es importante atender las causas de fondo que se reflejan en este conflicto entre niños: ¿de dónde obtuvo una niña tanto odio como para golpear a una compañera con una piedra en la cabeza?, ¿dónde aprendió una chica de 14 años esas tácticas criminales?, ¿cómo puede haber tantos jóvenes espectadores, alterados en sus emociones, con el deseo de ver correr sangre?

Este hecho evidencia un fuerte desmoronamiento del tejido social, para el que no existe una solución mágica y mucho menos soluciones violentas como las que se han planteado en redes sociales a partir del caso. Pareciera que, ante situaciones así, todos se vuelven jueces, pero nadie mira lo que ocurre al interior.

Esta tragedia nos exige a todos los actores sociales trabajar para fortalecer el elemento más importante en nuestra sociedad: la familia.

Urge inculcar en nuestros niños, desde la más tierna infancia, que la vida humana es lo más valioso, el respeto al prójimo como condición sin la cual es imposible la convivencia, y acompañarlos correctamente en el desarrollo de sus emociones. Si atendemos esto tan sencillo, entonces podremos poner un alto al bullying.

“El bullying es un fenómeno de auto compensación, de auto valoración; pero no encontrándome yo, sino disminuyendo al otro para sentirme más alto. Es un aprender a mirar desde arriba hacia abajo, y mal”, nos ha dicho el Papa Francisco, y no lo hemos escuchado.

El Observador / Redacción

Recientemente, el profesor Massimo Borghesi escribió un libro dedicado a estudiar al Papa Francisco. Se trata de El desafío Francisco, publicado en Ediciones Encuentro. Gonzalo Mateos platicó con Borghesi y la larga entrevista la reprodujo el portal páginasDigital. es. De esta conversación, destacamos seis puntos importantes para entender “el modo en que los católicos estamos invitados a estar presentes en el mundo a la luz del magisterio del papa Francisco”.

1. La novedad.

“El Papa Francisco ha vuelto a proponer la doctrina social de la Iglesia en su integridad y eso curiosamente ha provocado escándalo e incomprensión dentro de la Iglesia. Con la caída del comunismo en 1989-1991, la Iglesia mostró menos atención por la cuestión social, se centró en dos o tres valores (lucha contra el aborto, eutanasia, matrimonio homosexual) olvidando el problema del trabajo, la pobreza y las formas de marginación”.

2. La incomprensión:

“El frente católico conservador no comprende al Papa, cree que es un progresista cercano a la izquierda. No entiende que para el Papa la crítica al aborto debe ir acompañada de la crítica a un modelo económico-social, tecnocrático, que está en la génesis de la mentalidad individualista. El aborto es un resultado de esa mentalidad funcionalista. Por eso, la crítica al aborto también implica la crítica de un cierto modelo social”.

3. El fin de la cristiandad:

“El Papa, a diferencia del catolicismo conservador, tiene muy clara la idea de que la cristiandad se ha acabado. Ya no podemos presuponer un mundo cristiano. En Occidente, el mundo de hoy no es anticristiano. Es simplemente “no-cristiano”, por la sencilla razón de que ya no conoce el contenido de la fe, a Jesucristo. Lo conoce como una figura del pasado, no como una realidad presente. Esto revela una ausencia dramática de la Iglesia en el mundo actual, ausencia entre los jóvenes, sobre todo”.

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