RESPONSABILIDAD SOCIAL
EMPRESARIAL
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PANORAMA
La RSE como un eslabón de la cadena de valor A través de distintas acciones, Deres busca desarrollar un enfoque integral del desarrollo sustentable en las empresas uruguayas en sus vínculos de negocios, con el medio ambiente y la comunidad.
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a sustentabilidad implica una mirada integral de la actividad de una empresa. Así lo entiende Deres, organización sin fines de lucro especializada en la promoción y desarrollo de la Responsabilidad Social Empresaria (RSE) a nivel de las compañías uruguayas. Esa visión que plantea Deres abarca las distintas instancias que vinculan a las organizaciones con sus diversos interlocutores: es decir, los accionistas, la comunidad que la rodea, el Estado, los proveedores, sus trabajadores y los clientes, el medio ambiente. Es por esa integralidad que “podemos agrupar la RSE en el concepto de cadena de valor”, resume a manera de definición el presidente de Deres, Walter
eso a larga también tiene sus costos”, abundó Dura.
Equipos sustentables. El presidente de Deres considera que el concepto de RSE va más una lectura más tradicional —basada en las políticas y acciones con que las empresas buscan preservar los recursos naturales y el medio ambiente— sino que incluye otros aspectos de la organización, entre ellos, la adecuada gestión de los recursos humanos. Para Dura, la productividad también siente los efectos de una política (poco o muy) sustentable en materia de RR.HH. En este punto, el objetivo de las empresas debe centrarse en establecer un “vinculo con el personal que genere una confianza tal que permita que el trabajo no sea visto como algo obligatorio” simplemente, opinó. Un abordaje contrario redundará en mayores costos a la hora de intentar cumplir las metas y objetivos de la empresa, analizó.
A su vez, la implementación de una política sustentable en RR.HH. también es una demanda creciente de parte de la fuerza laboral actual, en especial, de los millennials. “Si una empresa quiere ser sustentable las nuevas generaciones tienen que ingresar a ella y entender sus principios y valores así como ésta tiene que entender los principios y valores de las nuevas generaciones. En esta conjunción es donde tenemos que trabajar. No es que nosotros somos los mejores y ellos los peores, ni viceversa. Hay que sentarse con ellos y hablar. En eso está la verdadera gestión”, recalcó Dura. Para el empresario, el compromiso con la sustentabilidad debe trabajarse más allá de las coyunturas. “Para ser sostenible en el tiempo la empresa tiene que trabajar estos temas aún en épocas de crisis. Es en esos momentos en los cuales es imprescindible tener ese personal mo-
“La empresa será sostenible en el tiempo si trabaja la motivación de los equipos, si da más de lo que la ley obliga”. Dura. “Estoy convencido de que la cadena de valor genera un efecto multiplicador”, argumenta el empresario aludiendo al impacto positivo de la sustentabilidad sobre la actividad de una empresa. Por el contrario, si la organización “solo compra por precio a su proveedor y no busca el desarrollo de un proveedor confiable, en el largo plazo tendrá que gastar mucho esfuerzo en controlar lo que le suministra. Y eso significa más costos”, ejemplificó. Del mismo modo, “si maximizo mis ganancias y no trabajo a largo plazo, voy a tener una fluctuación de clientes importante y
“Estamos trabajando cada vez más este aspecto de que hay que sacar el concepto de que la empresa socialmente responsable es solamente la que se dedica a los temas sociales”, enfatizó Dura. “La empresa será sostenible en el tiempo si trabaja la motivación de los equipos, si busca darle a sus colaboradores más que lo que la ley obliga y consigue un personal que valore trabajar en ella”, afirmó. La experiencia viene demostrando que “la mayoría de las empresas que nos dedicamos a esto, tenemos un índice de rotación (de personal) bajo”, apuntó el titular de la organización.
tivado para dar el mejor servicio y alcanzar la mejor competitividad”, aseguró.
Indicadores.
En la lógica empresarial, los indicadores son un instrumento que permite a las organizaciones evaluar el rendimiento de las acciones, planes o políticas implementadas. La sustentabilidad no escapa a ese análisis. No obstante, según Dura, la generación de indicadores en materia de RSE es un tema complejo. La sustentabilidad “implica valores que si se trabajan y cultivan dentro de la empresa, provocan un resultado que se nota. Lamentablemente,
cuando hemos intentado buscar indicadores que muestren estas cosas nos es muy difícil conseguirlos porque esto es multicausal, no es sostenible en el tiempo solamente porque aplica teoría de la RSE, (la empresa) tiene que tener buenos proveedores, buena gestión, un mercado que acompañe, entre otras cosas”, explicó. Para superar esta dificultad, Deres —junto a la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE)— impulsa la evaluación empresarial en base a los Indicadores de RSE (IRSE) como forma de fomentar el desarrollo de la sustentabilidad en las organizaciones. En la última edición del IRSE, realizada en diciembre pasado, casi 100 empresas (privadas y
públicas, nacionales e internacionales, grandes, medianas y pequeñas) examinaron su situación en las diversas áreas que componen la responsabilidad social empresarial. El lado social de algunas prácticas empresariales ha llevado —incluso hasta hoy— a muchas organizaciones a confundir RSE con filantropía. El presidente de Deres recalcó que son conceptos diferentes. “Si me dedico a aportar algo que no tiene vinculo con la empresa, es filantropía no RSE”. Un ejemplo de sustentabilidad lo representan aquellas compañías que trabajan con el centro CAIF de la zona donde operan y eso genera que los empleados tengan un mejor lugar donde dejar a sus hijos. Ese tipo de acciones hacen que trabajadores y empresa se vean mutuamente como parte de una misma comunidad. “Desde Deres estamos impulsando es ese tipo de cosas”, dijo su titular. Cada año, Deres organiza una campaña temática para promover alguno de los valores que definen la sustentabilidad, a través de materiales, acciones y eventos. Este año el foco será la “cultura de trabajo”. La organización también considera valioso premiar las mejores prácticas en RSE como forma de reconocer a aquellas acciones alineadas a los altos principios de la sustentabilidad. La capacitación también juega un rol importante a través de actividades que convocan a empresas socias y no socias. Dura admite que la tarea de impulsar la RSE no es “idílica” pero se muestra entusiasmado con el desafío.
Acciones sociales de las empresas han llevado a confundir la RSE con filantropía.
▲ La Responsabilidad Social Empresarial es hacer negocios basados en principios ético y apegados a la ley. La empresa tiene un rol ante la sociedad, ante el entorno en el cual opera. La decisión de hacer estos negocios rentables, de forma ética y basados en la legalidad es realmente estratégico, ya que con esto se generará: —Mayor productividad: buenas condiciones laborales conducen a la retención de talentos y por ende menores índices de rotación. —Lealtad del cliente: satisfaciendo sus necesidades, empezando por proveerle un lugar donde pueda transmitir sus necesidades y quejas. Además de calidad y precio, los clientes empiezan a demandar información de las condiciones de producción del producto o certificaciones de servicios. —Acceso a mercados: por cumplimiento de estándares y certificaciones exigidas por actores externos. —Credibilidad: la empresa que es respetuosa de las personas, comunidades, medio ambiente y la sociedad en su conjunto proyecta una reputación que le garantiza mayor sostenibilidad en el tiempo, reduciendo riesgos y anticipándose a situaciones que pueden afectar la empresa.
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Líneas de acción.
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Empresas con postura activa y responsable
El modelo de negocios está llamado al cambio La economía colaborativa ocupa un destacado rol en el desarrollo sustentable, en un mundo de conectividad y permanentes avances desde la innovación y la tecnología.
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a empresa que no es rentable cierra sus puertas, esa es la ley primera. Hoy ya nadie pone a discusión que las empresas también deben ser sostenibles en el tiempo. Sin embargo, no es menos cierto que en el planeta no existen recursos naturales suficientes como para hacer frente al ritmo de vértigo que el mundo avanza, consume y produce. Una creciente población global, que pronto superará los 9.000 millones de habitantes, desafía a las empresas a repensar sus planes de negocios y redefinir el alcance de sus acciones estratégicas. Los gobiernos tampoco se deben hacer los distraídos ante una dramática problemática que golpea a la existencia misma de nuestro planeta sino que se deben comprometer desde acciones concretas. El sector público, los privados y los actores sociales deben actuar en coordinación y con un fuerte compromiso social. Ese es el mensaje que llevó el foro Sus-
Un trabajo coordinado entre Estado y privados
tainable Brands, la conferencia internacional sobre sustentabilidad y marcas más importante a nivel global celebrado el pasado 13 y 14 de septiembre en Buenos Aires. No son pocas las compañías que ya han asumido con responsabilidad social empresarial (RSE) el desarrollo sustentable. Han comprendido la magnitud del problema en puerta y han cambiado sus planes de negocios para hacer mejor sus actividades, a partir de un mayor cuidado del medio ambiente. Y ser rentable además tiene sus resultados positivos para las empresas. Las marcas “verdes” crecen un 30% más rápido que el resto del negocio, afirma un reciente estudio elaborado por Unilever. Mientras tanto, un 44% de las empresas latinoamericanas encuestadas por la consultora PwC considera que la sostenibilidad aumenta la rentabilidad de la actividad. Gunter Pauli, autor del modelo de la economía azul —que predica la satisfacción de las necesidades básicas a partir de los recursos localmente disponibles—, abrió la jornada de reflexión y análisis de Sustainable
▲ Para el director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Álvaro García, es clave la coordinación que debe existir entre el Estado y el sector privado para aplicar políticas de RSE y así colaborar desde ambos lados en la conquista de los 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que planteó la ONU en setiembre de 2015, en línea a su vez con los Objetivos del Milenio. “La RSE llegó para quedarse y desarrollarse”, afirmó el jerarca, quien se preguntó sobre el vínculo que puede haber entre la RSE y el Estado para alcanzar los ODS. “Para el Estado todo
Empresas B buscan dar respuestas ante los problemas sociales y ambientales. Advierten que marcas “verdes” crecen un 30% más que el resto del negocio.
lo que hace puede ser calificado de RSE. El Estado también tiene empresas y ellas trabajan en responsabilidad social, como por ejemplo Antel, Ancap, el BSE”, señaló. Entonces, “¿qué y cómo podemos trabajar juntos Estado y empresas? ¿Qué puede aportar el sector privado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas?”, planteó. García explicó que junto al Instituto Nacional de Estadística y con cada Ministerio, la OPP realiza un seguimiento de la gestión para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible. De hecho en junio de 2017, Uruguay presen-
tará en el Segundo Foro Político de Alto Nivel el grado de avance que ha tenido en cuanto al Desarrollo Sostenible. Lo mismo pueden hacer las empresas, dijo el director de la OPP, fijando políticas de RSE en línea con los ODS. Incluso, adelantó, se puede pensar en la posibilidad de colocar el logo de los ODS junto al de las empresas alineadas con estos objetivos como forma de identificar sus buenas prácticas ante la soc iedad. “El Estado, más las empresas, más la sociedad civil, nos ayudará a estar más cerca de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, concluyó.
La economía colaborativa también ocupa un destacado rol en el desarrollo sustentable, en un mundo de conectividad y permanentes avances promovidos desde la innovación y la tecnología. “Las empresas deben definir un propósito, con el objetivo de beneficiar a la comunidad, al sistema como un todo”, dijo Ernesto van Peborgh, empresario, ingeniero y MBA de la Universidad de Harvard. Desde 2005, van Peborgh lidera El Viaje de
Desconfianza. Según una encuesta difundida por la consultora Voices, a partir de un relevamiento realizado en más de 20 países por Globescan, hay un bajo nivel de confianza hacia las empresas, de acuerdo a un ranking que lideran las instituciones académicas y de investigación seguidas por las ONG. El estudio también señala que las empresas para mejorar su nivel de aprobación entre la población deben ser abiertas, claras y honestas en sus comunicaciones, además de tener un propósito corporativo fuerte y cuidar del medio ambiente. Difícilmente una empresa puede sobrevivir sin hacer dinero, pero la paradoja es que no puede hacer dinero para sobrevivir si no responde antes a una cuestión muy concreta: ¿cuál es la razón de ser de la compañía? Toda compañía debería construirse sobre la base de un propósito que dé sentido a todo, que sea el germen de una cultura propia. “Una empresa con un propósito fuerte significa que sacrifica ganancias a corto plazo en beneficio del éxito a largo plazo”, afirmó Constanza Cilley, de la consultora Voices.
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Bien común.
Odiseo una firma especializada en el desarrollo y gestión de redes colaborativas online con foco en temas de sustentabilidad. Actualmente, en el mundo se multiplica la cantidad de Empresas B, que redefinen el sentido del éxito empresarial, usando la fuerza del mercado para dar solución a problemas sociales y ambientales. “El recurso económico básico no es el capital ni el trabajo; es y será el conocimiento que hoy se encuentra disponible en la nube”, indicó el empresario.
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Brands Buenos Aires, con una encendida defensa de la naturaleza y de los modelos de negocios tan innovadores como sustentables. “Debemos aprender de la naturaleza, dejarnos guiar por ella y por su modo de hacer las cosas desde hace millones de años”, indicó Pauli, para agregar que cuenta con unas 100 innovaciones que pueden crear más de 100 millones de empleos en los próximos diez años. Entre otros proyectos, el emprendedor belga contó cómo se han desarrollado productos en la industria bioquímica a partir del aceite de flor de Cardo, que descubrió a montones en una vieja planta de petróleo inactiva en Italia. También señaló cómo garantizó la vida de varias especies de peces y no permitió la sobrepesca con el principio de devolver al mar los peces hembras con huevos. Para Pauli es clave integrar la ética a los negocios, para lo cual es preciso analizar oportunidades de modo de crear valor agregado con lo que ya existe en la naturaleza. “No le pidamos más a la Tierra, hagamos más con lo que la Tierra nos proporciona”, afirmó.
Reciclaje de envases con dificultades
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▲ El director de la Dinama, Alejandro Nario, recibió a una delegación de la Unión de Exportadores del Uruguay (UEU), con el objetivo de analizar los avances relacionados a la nueva Ley de Envases, luego de una inquietud planteada por varias empresas que buscan reciclar pero no logran hacerse de la materia prima. Nario se mostró receptivo para encontrar soluciones y trabajar en conjunto con la institución. Por la UEU participó del encuentro el vicepresidente Álvaro Quiejo; la secretaria ejecutiva, Teresa Aishemberg; y la responsable de asesoría económica, comunicación y medio ambiente, María Laura Rodríguez.
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Iniciativa con foco en la inclusión ▲ El Plan de Gestión de Envases (PGE) también abarca una mirada inclusiva en sus acciones. El decreto reglamentario del PGE —que involucra a las Intendencias de Montevideo, Canelones, Rocha, Maldonado, Flores y Rivera, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, la Cámara de Industrias y al Ministerio de Desarrollo Social— apunta a que las personas especializadas en la recolección de residuos, los clasificadores, puedan formalizarse y lleguen a tener su propio emprendimiento. Los clasificadores obtienen un salario por su tarea al que se agrega un monto adicional por la venta del material recuperado. Esos fondos se manejan a través de un fideicomiso creado en el Banco República, al cual las empresas realizan aportes en función de la cantidad de envases que vuelcan al mercado por periodo de tiempo.
La gestión de residuos en la industria El manejo de envases, los residuos sólidos de las fábricas y la comunicación son ejes de la Comisión de Medio Ambiente de la CIU.
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a gestión de los residuos industriales se ha profesionalizado y avanzado en los últimos años a través de distintas iniciativas. En varias de ellas aparece la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU) como un catalizador de los esfuerzos empresariales realizados en conjunto con el gobierno (nacional y a nivel de Intendencias). El foco de la CIU en los temas ambientales ha llevado a la especialización de un área dentro de la gremial para el abordaje de estos temas. Así surge la Comisión de Medio Ambiente. A juicio de su presidente, Maurizio Ristra, Uruguay está “en una fase en la cual si miramos en perspectiva dentro de cinco o 10 años veremos un crecimiento exponencial seguramente, pero para eso tenemos que apostar a la innovación tecnológica, la capacitación y la formación no solo de los recursos que fiscalizan sino también de quienes trabajamos en las empresas”. Como presidente de la comisión, Ristra encabeza un grupo de trabajo que, en representación de la CIU, viene trabajando tres ejes centrales: un Plan de Gestión de Envases (PGE), el manejo de residuos sólidos industriales y la comunicación vinculada a temas ambientales. El PGE deriva de la aprobación de la ley 17.849 (en 2004 y reglamentada por decreto en 2007) que exige a las empresas (industriales, manufactureras
e importadoras) que utilizan envases no retornables a disponer de ellos siguiendo un plan adecuado de gestión de esos insumos. Si bien las empresas comprendidas por esta ley pueden desarrollar su propio PGE, un amplio número de ellas se ha incorporado a la iniciativa desarrollada por la CIU. “Hoy a nivel de representatividad es el único plan que cuenta con más de 2.700 empresas adheridas, de las cuales el 80% no son socias de la Cámara”, comentó Ristra. A través del plan de la CIU, las empresas afiliadas “le dan a sus materiales un destino conocido además de un costo accesible” al manejo de los envases, agregó. El tratamiento de los residuos sólidos industriales es otra de las líneas de trabajo en los que la CIU tiene un activo rol. En esa dirección, la gremial desarrolló un proyecto para construir una planta de
Energía y Minería (MIEM), y de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) y la CIU. Esta obra se alinea a los cometidos del decreto 182 de 2013 en el cual se establece un protocolo y una categoriza-
La planta de disposición de residuos sólidos industriales tiene capacidad para recibir 300.000 m3 de desechos. disposición final de residuos industriales (no asimilables a desechos urbanos), una obra con capacidad para 300.000 metros cúbicos y un costo estimado en US$ 18 millones. La planta, inaugurada en 2015, se ubica en un predio contiguo a la usina de Felipe Cardoso, el cual cuenta con 9,5 hectáreas de extensión. El terreno fue cedido en comodato a través de un acuerdo entre la Intendencia de Montevideo y los ministerios de Industria,
ción de los residuos sólidos industriales. Dicha normativa implica que “Uruguay pasa a jugar en Primera”, graficó Ristra. El cambio de normativa y la posibilidad de que haya una adecuada de gestión de residuos industriales tiene un doble efecto: por un lado, abonará el terreno para la llegada de inversiones que desestimaban ingresar a Uruguay porque no estaba resuelto el punto de “adónde van los residuos sóli-
Relaciones laborales con efectos positivos
tentables. Para el ejecutivo, el de la sustentabilidad es un tema “cultural” que implica “aptitud, porque hay que tener formación y capacitación, pero sobre todo la actitud”, el estar “definida y decida a cambiar” si es necesario. En ese sentido, el dirigente de la gremial empresarial estimó que las pequeñas y medianas empresas (Pymes) han reaccionado muchas veces “más rápido” a estos temas por tener una estructura más ágil que empresas privadas y públicas de gran envergadura. “Estamos en una curva de aprendizaje y de crecimiento donde necesitamos tanto privados como públicos poner lo mejor de nosotros para lograr el objetivo final que es tener un circulo virtuoso en el que toda la sociedad tenga industrias fuertes que produzcan mucho, con muchos puestos de trabajo y un Estado eficiente que sea controlado igual a lo que son las empresas privadas”, concluyó.
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dos industriales”, dijo Ristra. Además, “permite que aquellas industrias instaladas en Uruguay puedan generar un aumento de su producción y exportar a otros países donde las normas también piden que los residuos estén dispuestos adecuadamente. Y como eso no sucedía jugábamos en la Serie B”, indicó el ejecutivo. Desde la perspectiva de la Cámara, la comunicación, la formación y capacitación referida a los temas de medio ambiente es un aspecto clave para la promoción de la sustentabilidad. En esa línea, la CIU organiza talleres sobre estos tópicos con variada frecuencia, en función de la demanda de las empresas. “El ida y vuelta más allá de la coincidencia o la discrepancia enriquece el diálogo y genera un producto de mayor calidad”, valoró Ristra. La comunicación es uno de los mecanismos para que las empresas incorporen y profundicen en las prácticas sus-
nen efectos positivos en los resultados de la empresa. Expertos laborales consideran que contar con horariosde trabajo flexibles tiene efectos positivos en la productividad, en reducir las ausencias y en el estrés. Es así, que varias compañías invierten en programas de trabajo de tiempo libre, con el objetivo de mejorar la satisfacción y productividad de los empleados. • Un buen lugar para trabajar permite lograr productos y servicios de mayor calidad. • Las empresas que se ocupan de brindar a sus empleados un buen ambiente de trabajo tienen menores índices de rotación de personal. • La responsabilidad social empresarial aplicada a los empleados y su lugar de trabajo incrementa la productividad de los mismos.
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▲ La importancia que la responsabilidad social ha adquirido durante los últimos años se debe básicamente a los beneficios que de ella se obtienen. En lo que respecta al entorno laboral, la organización americana Business for Social Responsability (BSR) afirma, en base a una serie de estudios y casos reales que lo demuestran, que existe una relación directamente proporcional entre las prácticas de responsabilidad social empresarial en el ambiente de trabajo y el éxito corporativo. Las principales conclusiones a las que llegan dichas investigaciones son lassiguientes: • Horario de trabajo flexible, semanas de trabajo con menor carga horaria, trabajo part–time y beneficios para el empleado y su familia tie-
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ENFOQUE
Una herramienta clave de gestión
La Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) impulsa una mirada de la sustentabilidad más allá lo económico.
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na empresa necesita de buenos resultados económicos para sobrevivir en el tiempo. Pero cada vez resulta más evidente que no es lo único por lo que debe preocuparse para ser sostenible. “Normalmente hay una usanza de que la gestion de una empresa se hace mirando la parte económica. Por supuesto que el resultado, el beneficio es importante porque es uno de los elementos que le permite ser estable, pero es solo una visión parcial de lo que es la gestion de una empresa. Ésta tiene que tener en cuenta cómo sus acciones afectan no solo a la rentabilidad sino a todo el entorno”, explica Martín Carriquiry, presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE). “Todo eso está generando una cultura que lo que busca es tratar de hacer las cosas lo mejor posible y eso es lo que recibe la aprobación de todos los sectores involucrados”, consideró. Es bajo esa mirada que la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) se convierte en una herramienta de gestión, que conduce a la empresa en sus relaciones e interacciones con los distintos grupos de interés (accionistas, clientes, proveedores, personal, la sociedad, el Estado), reafirma Carriquiry. Esa forma de entender la gestión deriva de un ciclo virtuoso. Muchas empresas impulsan la sustentabilidad a la vez que se alinean con la demanda de consumidores cada vez más interesados en temas como la transparencia de las organizaciones, el cuidado del medio ambiente y la calidad. Sobre esos pilares
tienden a basar con mayor frecuencia que antes sus decisiones de consumo. “Es una tendencia mundial. Uruguay en ese sentido lo usufructúa mucho con el eslogan “Uruguay Natural” en productos como la carne, por ejemplo, que le permiten vender en mercados de primer mundo a precios convenientes”, dice Carriquiry. Aunque este es el ideal, no siempre las empresas encuentran el margen para aplicarse a la gestión socialmente responsable, matiza el presidente de ACDE. “Es una idiosincrasia que cuesta que penetre porque muchas veces las empresas están, y más en épocas que son difíciles, acuciadas por temas económicos. No es que diga que sacrifiquen una cosa por otra pero pierden un poco el foco”. El posicionamiento de las empresas respecto a la sustentabilidad no depende necesariamente de su tamaño, comentó Carriquiry. Las filiales de compañías multinaciones que operan en Uruguay normalmente
presarios, del management, de la dirección, tener claro cuál es el objetivo y aplicarlo”.
Evaluación. En su análisis
sobre los aspectos que las empresas uruguayas deben fortalecer en términos de sustentabilidad, el presidente de ACDE con-
Empresas deben mejorar en las acciones dirigidas a la comunidad donde operan y en temas de medio ambiente. ya traen este tipo de prácticas incorporadas como parte de su ADN, derivado de su casa matriz. Sin embargo, muchas pequeñas y medianas empresas (pymes), a pesar de contar con menos recursos, también desarrollan políticas de RSE dirigidas a su personal, incluso se benefician del hecho de contar con grupos reducidos lo que permite que sus acciones se implementen de forma más ágil y natural. Para Carriquiry, “independientemente del tamaño de la empresa es cuestión de los em-
sideró que “siempre hace falta mejorar en las acciones con respecto a la comunidad, al lugar donde la empresa está inserta; y todavía sigue una parte en el debe el tema de la mitigación de las acciones que realiza la empresa sobre el medio ambiente y cómo son las políticas con esa finalidad”. Más allá de estas puntualizaciones, desde ACDE valoran positivamente la actitud general de las firmas locales respecto a la RSE. El concepto se basa en la masiva participación de empre-
sas en las convocatorias del IRSE (Índices de Responsabilidad Social Empresarial), que ACDE promueve junto a Deres. “El IRSE le permite a las empresas hacer una autoevaluación para saber dónde están paradas, tomar en cuenta cuáles son sus políticas y su forma de gestionar frente a todos los actores con que se involucran”, describió Carriquiry, quien destacó que el informe se realiza en forma “absolutamente confidencial” y con el objetivo de evolucionar en esos ítems año a año. Por otra parte, ACDE tiene una comisión de RSE que, entre otros cometidos, se encarga de la realización de actividades de capacitación. En paralelo, ACDE junto a la Universidad Católica trabajan de manera conjunta en el ISEDE, un instituto de formación empresarial en distintas área como marketing, finanzas, ventas y también RSE. “La formación profesional de los empresarios es un punto a destacar como parte de la misión de ACDE. Y por eso hemos conformado ese instituto”, concluyó Carriquiry.