Responsabilidad Social Empresarial 2021

Contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de organizaciones, que incorporan efectivamente sus impactos en la toma de decisiones.

MIA. E D N OS. A P D I N N E E T E L A RS OS OB D E A D T S L E Y RESU TRAST S N O O S C I M LOS MPRO O C E REO D O T I S B. A N S E MO R P AS EM L E D ADA LA MIR

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RESPONSABILIDAD SOCIAL EMPRESARIAL

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a pandemia de coronavirus trastocó los planes y la realidad de las empresas a todo nivel, también en sus políticas de Responsabilidad Social Empresarial (RSE). Los líderes, en su rol de gestores y capitanes de sus equipos, se han visto forzados a timonear la nave bajo una tormenta cuyos efectos aún no han cesado. Sobre estos cambios, amenazas y oportunidades, reflexionó el presidente de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE), Guillermo Garrone en diálogo con El País.

“La RSE es una forma de relacionarse con los distintos grupos de interés, apuntando a la mejora en lo social, económico y ambiental. Una crisis como la que estamos viviendo, afecta gravemente los aspectos social y económico. Todos los dirigentes de empresa, por la pandemia, tuvimos que enfocarnos en cómo gestionar a los grupos de interés con énfasis en el cuidado de la salud de las personas. Nuestra gestión pasó a ser de vida o muerte literalmente, no solo para la empresa como comunidad de personas, sino también para sus clientes, proveedores, vecinos y la sociedad en su conjunto. La gran mayoría de los empresarios es muy probable que no tenga conciencia que sus planes y acciones vinculados con la pandemia, son de responsabilidad social, pero es así”, opinó Garrone.

En este contexto, los líderes también se han visto obligados a atender temas de responsabilidad social como ver los costos y

El COVID puso a prueba al líder empresarial responsable

beneficios de la implementación de protocolos de protección de las personas, la gestión de tareas, el impacto de los seguros de paro parcial o total en los colaboradores y sus familias, la capacitación para las nuevas formas de trabajo, la confidencialidad acerca de la salud y a la vez la información debida. “En muchas empresas, no se daba atención sistemática a estos temas como lo hemos tenido que hacer a raíz de esta guerra contra el coronavirus”, analizó Garrone.

Un cambio transversal a nivel de las organizaciones en este último año ha sido la implementación de nuevas normas de convivencia y comunicación. Por ejemplo, “las reuniones virtuales se establecieron para mantener en funcionamiento las organizaciones; en Uruguay tal vez, antes de que fuese usada en la enseñanza. Fue así que aprendimos y tuvimos que enseñar el uso de las plataformas de comunicación, a cómo estrechar vínculos con estas tecnologías, a acompañar y orientar, y debimos establecer nuevos procesos para producir y brindar servicios en forma remota”, explicó el titular de ACDE.

“LA RSE ANTES QUE CUALQUIER ACCIÓN ES FILOSOFÍA DE GESTIÓN”, DIJO PRESIDENTE DE ACDE.

A ello se sumó el trabajo en cada empresa y sector de actividad para elaborar sus protocolos de seguridad sanitaria y a la vez de exigir su cumplimiento a los distintos grupos de interés. Y, más recientemente, se añadió la tarea de promover la vacunación. “Nuestro liderazgo responsable socialmente se ha visto a prueba al extremo”, remarcó el presidente de ACDE. Tradicionalmente, el rol social de las empresas consiste en brindar productos y servicios a la sociedad, generar empleo para el sustento de las familias y sostener el funcionamiento de los servicios del Estado a través del pago de impuestos y producir riqueza para nuevas inversiones.

Sin embargo, en el último año “uno de los desafíos sociales ha sido el empleo, que cayó en todas partes del mundo, para volver a recuperarse a medida que se fueron implementando las diversas medidas contra el virus”, afirmó Garrone. En su opinión, otro aspecto destacado ha sido la sostenibilidad de los servicios del Estado gracias al pago de impuestos por parte de empresarios, colaboradores, funcionarios públicos

y jubilados. “Son estos también elementos esenciales a la responsabilidad social”, dijo.

“La responsabilidad social antes que cualquier acción es una filosofía de gestión que atiende a todos los grupos de interés teniendo como valores fundamentales las personas y el bien común”, recalcó.

Lecciones.

Los cambios en el mundo de las empresas provocados por las consecuencias de la pandemia no son solo coyunturales, algunos llegaron para quedarse.

Según Garrone, la revisión de los procesos de contención de las personas, la interacción y la capacitación son ejemplos de esta nueva realidad.

“Ya sabemos que no es poner un frasco de alcohol en gel en el mostrador o darle un día libre al colaborador que tiene un pariente enfermo. Nos tuvimos que capacitar como líderes, cambiar esquemas, nos descentramos del foco de la productividad y la rentabilidad para ser más empáticos con las personas. Esto creo que ha sido un cambio forzado, pero muy positivo”, estimó.

A lo largo de este proceso, los líderes y

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los equipos de trabajo han cosechado algunas lecciones a nivel personal como la interdependencia de las personas, la fragilidad de la condición humana, la necesidad de solidaridad, la dignidad y el bien común, pero también algunos otros aprendizajes en la faz empresarial. Para el presidente de ACDE, esto abarca la idea de “atender empáticamente a todos los grupos de interés, la necesidad urgente de incorporar habilidades blandas, el autoliderazgo, la subsidiariedad (entendida como potenciar la autonomía de los diversos niveles de gestión), la confianza como el mayor valor intangible”.

Por otra parte, el accionar de las empresas también ha tenido una repercusión en la imagen que proyectan a sus consumidores y la sociedad en general.

Garrone estimó que la opinión pública ha valorado el esfuerzo de las empresas por mantener las seguridad, por ejemplo en el transporte y en los comercios. “Cuando decimos empresas no nos referimos solo al empresario, sino también a todos los colaboradores que trabajan en ellas”, aclaró.

“Por ejemplo, la construcción fue un sector tal vez ejemplar en llegar a un acuerdo entre empresarios y sindicatos para mantener las empresas funcionando. En otros segmentos, como las agencias de viaje y los hoteles, se ha valorado el esfuerzo de los propietarios por mantener hasta más no poder las fuentes de trabajo y el apoyo a las

decisiones más drásticas. Hemos encontrado también mayor cohesión entre dirigentes de empresa y colaboradores en la búsqueda de disminuir los impactos negativos”, analizó el titular de ACDE. Además de esto, muchas empresas han desarrollado diversas acciones solidarias en beneficio de sus colaboradores, de su comunidad más próxima y de los sectores de la sociedad más vulnerables. Garrone recordó también las iniciativas de dirigentes de empresa que hicieron aportes económicos para la compra de insumos médicos o para el sostenimiento de ollas populares o entrega de canastas de alimentos. “La aplicación Coronavirus fue una iniciativa y producción de empresarios privados, absolutamente honoraria, que significaría millones de dólares al Estado si hubiese tenido que pagarla”, acotó. “Todo esto fue muy importante para la imagen de los empresarios sin que fueran operaciones publicitarias. Es más, muchos lo hicieron desde el anonimato”, recalcó el presidente de ACDE. La contracara han sido aquellas empresas que “no estuvieron a la altura, y en algunos casos aprovecharon una situación de ventaja otorgada por la pandemia”.

Supervivencia. Los dirigentes empre-

sariales se ven enfrentados a nuevas preguntas, ya no solo por el avance tecnológico sino también por la emergencia sanitaria. Uno de los desafíos centrales que reci-

RED DE APOYO MUTUO El presidente de ACDE, Guillermo Garrone, subrayó el trabajo de la asociación para ofrecer a sus integrantes una “red de apoyo mutuo”, que en el marco de la pandemia incluso se reforzó. En esa línea se inscriben tareas de voluntariado para, por ejemplo, atender problemas de gestión y supervivencia de empresas.

Garrone afirmó que el énfasis este año es ofrecer mejores apoyos y llegar a más empresarios con herramientas que ayuden a la toma de decisiones basadas en el valor de las personas y el bien común. El foco estará puesto en dos grupos clave: los jóvenes emprendedores y la nueva generación de dirigentes empresariales, finalizó.

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be ACDE a través de su programa GADE (Grupos de Actividad Dinámica Empresarial) es la supervivencia de la mipyme.

Este programa consiste en grupos donde dirigentes empresariales comparten sus experiencias bajo la guía de un facilitador con el objetivo de mejorar la gestión de sus compañías.

Garrone recordó que las mipymes cuentan con muy limitados recursos y que en general son muy vulnerables a los efectos de la pandemia. “Como para cualquier trabajador, la principal preocupación para una mipyme es llegar a fin de mes cumpliendo todas sus obligaciones y poder seguir operando. Las empresas grandes pueden mirar con otra escala de tiempo, aunque hay sectores como la hotelería, las agencias de viaje o las aerolíneas para los que la pandemia significó un golpe mortal.

Para el mipyme es el ‘hoy’. Los costos de operación como los impuestos o la energía son un factor clave, si bien es justo reconocer todas las líneas de apoyo que ha desarrollado el Estado para ellos”, dijo Garrone. ¿Cómo mantener el equilibrio entre sustentabilidad y cantidad de personal? ¿En qué se puede reconvertir la empresa? ¿Cómo hacerlo? ¿Qué planes puede encarar la organización ante la incertidumbre? Esos son algunos de los dilemas que hoy enfrentan los pequeños empresarios y en donde “la capacidad de gestión y la toma de decisiones es crucial”, apuntó Garrone.

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n cambio abrupto y radical. Así han vivido la inmensa mayoría de las empresas la pandemia de coronavirus. La crisis sanitaria, que derivó en una de nivel económico, ha provocado una modificación de comportamientos a todo nivel, tanto en las personas como en las organizaciones. Las empresas han tenido que tomar medidas para proteger la salud de sus colaboradores, pero también la de sus clientes y proveedores. Muchas de ellas han tenido que modificar su forma de operar, recurriendo al teletrabajo, la entrega de productos por formas virtuales y a distancia. Por otro lado la restricción de la movilidad y cambios transitorios en el comportamiento de los consumidores han causado a muchas empresas una disminución significativa de sus ventas o han tenido que cerrar. Las principales afectadas han sido las pequeñas y medianas empresas.

En este contexto ciertamente complejo, la Responsabilidad Social Empresarial (RSE) ha tenido forzosamente que adaptarse, aseguró Oscar Licandro, coordinador de la Cátedra de Responsabilidad Social de las Organizaciones en la Universidad CLAEH. “Las crisis cómo ésta son situaciones que ponen a prueba la disposición y capacidad de las empresas para actuar en forma socialmente responsable”, opinó.

El experto marcó la RSE suele ser entendida por la mayoría de la gente y de los empresarios a una visión que reduce ese concepto a la “colaboración con la sociedad”, lo que se corresponde a una “versión muy pobre” de la RSE. Licandro citó la Guía ISO 26.000 sobre responsabilidad social de 2010 donde se la define como “una forma de gestionar toda la empresa y no un comportamiento accesorio y paralelo al negocio.

Allí se define la RSE como la gestión responsable de los impactos que tienen las decisiones y acciones de la empresa sobre todos sus públicos, la sociedad y el medioambiente”.

Desde esa perspectiva, Licandro afirmó que en esta pandemia “lo central de la RSE es minimizar los contagios asociados a la actividad de la empresa (aplicar los protocolos, utilizar el teletrabajo donde se pueda, hacer todo lo posible para cuidar la salud de empleados, clientes y proveedores), ayudar a los empleados a sobrellevar las consecuencias de la pandemia (aislamiento, estrés, nuevas necesidades familiares), ayudar a los clientes con dificultades para

“PRUEBA BENEFICIOSA PARA EL FUTURO DE LA RSE”

Analizan los contrastes de la RSE en época de pandemia

El MTSS controla el cumplieron de protocolos sanitarios en empresas.

“La pandemia ha sido una prueba de fuego que resultó beneficiosa para el futuro de la RSE”, aseguró Licandro. En su opinión, “las empresas verdaderamente responsables se están comportando distinto que las que no lo son”, de modo que han colaborado a mitigar los perjuicios de la crisis.

“Estoy seguro que cuando esto se demuestre mediante investigaciones, la RSE ganará credibilidad y legitimidad entre todos aquellos que pueden contribuir a su expansión: empresarios, profesionales, gobernantes y dirigentes sindicales”, dijo Licandro.

La pandemia también

ha servido para entender mejor el significado de la RSE. “Es una visión que se aplica a diario en el hacer cotidiano de las empresas y para identificar los comportamientos que las organizaciones necesitan modificar si quieren actuar en forma socialmente responsable”, explicó.

Un tercer aspecto refiere

pagar y usar en forma responsable los recursos con los que la sociedad ayuda a las empresas (subsidios, seguros de desempleo, garantías crediticias, etc.)”. Al mismo tiempo, también son parte de la RSE las donaciones y otros comportamientos filantrópicos, “pero solo constituyen una parte marginal de ella”, aclaró Licandro.

En este período de emergencia sanitaria, las empresas han realizado distintas acciones orientadas a generar impactos positivos tales como donaciones de todo tipo, horas gratis para desarrollar tecnología, soporte logístico gratuito, publicidad gratuita, entre otras iniciativas. A su vez, algunas empresas han proporcionado diversos apoyos a sus colaboradores, procurando su bienestar físico y mental y como forma de proteger a sus equipos y mantener con ellos un vínculo estrecho.

Sin embargo, “si miramos la RSE por el lado de la gestión propiamente dicha, la situación es bastante decepcionante”, afirmó Licandro, y argumentó: “Por ejemplo, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) reveló que la mitad de las empresas visitadas no cumple con los protocolos, es decir, no cumple con lo básico de la RSE: minimizar los impactos negativos”.

Una realidad cotidiana en el paisaje empresarial es que tanto en organizaciones privadas y públicas se podría aplicar con mayor intensidad el teletrabajo “SI MIRAMOS pero no se hace, LA RSE DESDE agregó. Esa es solo una de las EL LADO omisiones que DE LA observa el experto en RSE. GESTIÓN, LA “¿Cuántas emSITUACIÓN presas aplicaron ES BASTANTE políticas de ayuda a los deudores DECEPCIOafectados econóNANTE”. micamente por la pandemia?

Como el BPS no puede controlarlo, hay empresas que se acogen al beneficio del seguro parcial de desempleo aunque no lo necesiten. Es probable que algunas de esas empresas hayan donado al Fondo Coronavirus y a las múltiples iniciativas solidarias que emergen de la sociedad civil, y hasta quizá tengan una sección sobre RSE en sus páginas web, pero su comportamiento no ha sido socialmente responsable e, inclusive, en algunos casos ha sido claramente inmoral”, concluyó.

a que en el futuro próximo se verá que las empresas que aplicaron la RSE durante la pandemia tendrán empleados más comprometidos, clientes más fieles, proveedores más comprensivos y, en general, habrán fortalecido su reputación corporativa. Finalmente, la pandemia ha servido para

separar a las empresas que practican la verdadera RSE de los impostores (que adoptan un discurso inspirado en un “mal marketing”). “El éxito futuro de la RSE —su adopción por la mayoría de las empresas— depende en buena medida de que los impostores queden en evidencia”, finalizó.

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Fieles a la misión de proteger

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a responsabilidad social está presente en las actividades del Banco de Seguros del Estado (BSE) desde sus orígenes en 1911. Es concebida como una filosofía de gestíón, que deriva en compromisos con sus grupos de interés internos y externos: colaboradores, asesores, clientes, gobierno, proveedores, sindicato, usuarios del Hospital BSE y la comunidad uruguaya.

Uno de los pilares de la empresa es su equipo humano, cuyos intereses y expectativas toma especialmente en cuenta. Así prioriza temáticas sensibles como salud ocupacional, conciliación de la vida familiar y laboral, formación para el desarrollo personal y generación de espacios de integración y solidaridad.

Otro aspecto de relevancia es el apoyo del BSE a la innovación. En el marco de una alianza estratégica reciente con la Agencia Nacional de Innovación e Investigación (ANII), la empresa estatal ha renovado este compromiso.

Por otra parte, el nuevo Hospital BSE es un centro médico de referencia para la región. Además, respalda proyectos de investigación, como el intercambio académico con el Instituto Pasteur, que busca mejorar

CÓMO CONSTRUIR VENTAJA EMPRESARIAL SUSTENTABLE Cómo las organizaciones pueden prosperar en medio de una volatilidad sin precedente de los mercados, malestar social y creciente tensión geopolítica.

Según el nuevo libro de BCG, (Boston Consulting Group) Beyond Great, las fuerzas disruptivas que han transformado la economía global: el creciente descontento con el capitalismo, el aumento de la presión sobre el ecosistema natural, el aumento de los conflictos geopolíticos y la revolución tecnológica que se produce a una velocidad vertiginosa, requieren nuevas reglas fundamentales para las empresas del siglo XXI que buscan lograr un éxito sostenido en el tiempo.

“Las empresas tienen que ir más allá de la definición de grande del siglo XX en términos de sus estrategias de crecimiento, modelos operativos y estructuras organizativas, construyendo nuevas formas de ventaja del siglo XXI”, señala BCG. Los líderes empresariales tienen que adoptar un manual de estrategias radicalmente nuevo, uno que ayude a sus empresas a ser resistentes incluso ante las situaciones más volátiles, agrega.

Respaldado por investigaciones de

primera mano en más de 50 empresas globales, más de 100 entrevistas con altos líderes empresariales y docenas de estudios de casos, así como de extensos datos cuantitativos de BCG, BEYOND GREAT introduce nueve estrategias altamente resistentes para lograr construir una organización próspera en tiempos turbulentos.

El libro divide estas estrategias en tres áreas principales, de acuerdo con un informe publicado por la revista de negocios Mercado, de acuerdo con el siguiente detalle: —La primera, Crecer más allá implica repensar cómo es el crecimiento, por ejemplo, centrándose en el impacto social total sobre el crecimiento de los accionistas.

—La segunda, Operar más allá que significa mirar las operaciones a través de una nueva lente, incluyendo el diseño de una estrategia de negocio más sustentable basada en un ecosistema digital finamente afinado.

—La tercera, Organizarse más allá requiere que los líderes sigan reinventando la estructura de la organización: la creación de equipos ágiles, la mejora de la calificación y la estimación de los miembros del equipo, al tiempo que se adopta el cambio constante.

la atención médica a trabajadores lesionados para su rehabilitación y reinserción laboral.

Como compañía de seguros del Estado, se destaca la importancia que reviste el contrato de seguros como herramienta de protección social ya que es una forma de mitigar riesgos. La prevención de riesgos, así como también la generación de consciencia aseguradora en la comunidad son para el BSE, caminos de compromiso y acción. Cuenta con un equipo especializado, que brinda formación y asesoramiento en ámbitos comunitarios, educativos y empresariales para el tratamiento de los riesgos vinculados a sus actividades.

Una pieza fundamental en el trabajo hacia la comunidad son los lazos que el BSE ha consolidado para lograr objetivos comunes, como es el caso de la alianza con Antel, que a través de su plataforma Educantel, se ha dispuesto cursos gratuitos en temáticas de prevención de riesgos de acceso a toda la comunidad. BSE además se plantea profundiza el trabajo en la perspectiva de equidad de género e igualdad de oportunidades desde un tratamiento transversal en la institución. Propone también un ambiente de trabajo colaborativo.

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GEMMA: UN CAMINO SOSTENIBLE

Este tiempo nos muestra que no podemos pensar a las organizaciones sin una mirada de triple impacto en donde lo económico, social y ambiental se expresa de forma notoria desde su interrelación.

Son tiempos de hacer, de contemplar, de resignificar y darnos una

pausa para pensar hacia donde vamos. Tenemos un propósito: sembrar futuro sustentable incentivando el desarrollo empresarial humano y sostenible. Creemos en el potencial de las empresas para generar soluciones y acompañamos a los equipos a encontrar los recursos y caminos

posibles que les permitan trabajar activamente en una gestión orientada a potenciar el impacto positivo. La sustentabilidad habla de la esencia de la organización, de una visión a largo plazo.

Conectar con la mejor versión de ser empresa y ser conscientes de que es un proceso que se va

construyendo y va transformando a las personas y a las organizaciones en etapas. Trabajar en cultura de sustentabilidad es trabajar en la cultura del intercambio, del aprendizaje permanente, de la escucha. Compartir y mantener encendido el impulso que nos guía a ser mejores. Ninguna

C

rear valor compartido que genere un impacto positivo, a largo plazo y sostenible para el consumidor, su familia, la sociedad y el planeta. Esa es la filosofía que impregna las acciones de Responsabilidad Social Empresarial (RSE) de la multinacional suiza de alimentos Nestlé en Uruguay el mundo. Ese compromiso “nunca ha sido más importante” que en el contexto de pandemia, dijo María Eugenia Rodríguez, gerenta de Comunicaciones Corporativas de Nestlé. El COVID-19 “afectó la vida de las personas, entonces apostamos a ofrecer soluciones que satisfacen las necesidades de las personas, que ayudan a abordar los desafíos de las comunidades”, explicó.

Bajo esa premisa, la filial local de Nestlé trabajó para continuar abasteciendo con sus productos al mercado, a la vez que ha implementado distintas acciones de RSE. En ese sentido, continuó impulsando el programa “Nestlé Niños Saludables”, iniciado en 2014, aunque en un nuevo formato. La iniciativa promueve la adopción de hábitos saludables en los más pequeños a través de actividades en escuelas y hogares (así alcanzó a 4.000 niños); con la pandemia pasó a un soporte digital basado en la campaña “Cook Together”, que busca involucrar a padres e hijos en la preparación de alimentos saludables, entre otros objetivos sustentables y de bienestar.

La compañía también mantuvo su apuesta a la empleabilidad juvenil. La Iniciativa por los Jóvenes, enfocada en la educación dual, la empleabilidad y emprendimiento, ya ha impactado en más de 5.000 muchachos a través de distintas iniciativas junto al sector público y organizaciones sociales.

En tanto, Rodríguez destacó el esfuerzo de la compañía para atender las necesidades de la población en la pandemia, por ejemplo donó $ 6 millones que se destinaron a Cruz Roja y el Banco de Alimentos.

Las medidas también involucraron a los colaboradores de la compañía, con la definición de acciones y protocolos que garantizaran su seguridad sanitaria.

Nestlé tiene como parte de su propósito fomentar la diversidad e inclusión. Por eso, a nivel local la mitad del comité de dirección está integrado por ejecutivas; del mismo modo la fábrica está liderada por una mujer. Esa tónica se replica a escala global.

empresa se construye en soledad. Es importante trabajar desde lo cultural, para que los espacios habiliten la creación de soluciones y nuevas formas. Alentamos a transitar este tiempo con apertura, compromiso, acción y sensibilidad, habilitando espacios para hacer con otros.

MARCAS CON VALOR SOCIAL

María Eugenia Rodríguez, gerenta de Comunicaciones Corporativas de Nestlé.

Nestlé: acciones que crean “valor compartido” La sustentabilidad es otro pilar de la filosofía de la empresa, que está alineada a los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Así, para 2025 se fijó como meta que ninguno de sus envases acabe en vertederos y océanos, y apunta a que el 100% de sus recipientes sean reutilizables o reciclables.

“En Uruguay tenemos una operación zero waste”, resaltó Rodríguez. En esa línea, el 50% la inversión realizada en la

nueva planta que Nestlé inauguró en 2018 en Canelones se dedicó a tecnologías verdes.

“Nuestra razón de ser es desarrollar todo el poder de la alimentación para poder generar calidad de vida hoy y para las futuras generaciones. Para eso se necesita un equipo que ante situaciones adversas responda de forma comprometida, ágil y resiliente. Y lo tenemos”, cerró Rodríguez.

La actividad de las empresas impacta en el territorio, el suelo, así como en la calidad del aire y la contaminación acústica. Ante un conflicto se precisan instancias de diálogo entre los ciudadanos y las empresas.

Muchas ciudades alrededor del globo están experimentando cambios extraordinarios y acelerados. Existen varios factores que están produciendo que las ciudades estén cada vez más sobrepobladas, contaminadas y con escasez de suministros básicos, como agua o energía. Así ha surgido el concepto de Ciudades Sustentables, el cual apuesta a una ciudad que concilie urbanización y sustentabilidad, desarrollando acciones que garanticen una buena calidad de vida para sus habitantes y el cuidado de los recursos naturales.

La empresa socialmente responsable reconstruye el vínculo con la comunidad, valora este vínculo más allá de la normativa vigente. Lo importante es tratar de evitar el conflicto y congelarse en una relación conflictiva, señaló el sociólogo Fernando Rodríguez, ex Defensor del Vecino en Montevideo entre 2007 y 2013.

STAFF Esta publicación fue realizada por la Gerencia Comercial de El País S.A. Por consultas a Suplementos Especiales comunicarse al teléfono 29020115 internos 137 y 138. COORDINACIÓN PERIODÍSTICA: Raúl Soares Netto. TEXTOS: Diego Ferreira. DEPARTAMENTO DE DISEÑO: Ezequiel Pérez Medeiros (Editor), Raquel Rodríguez (Subeditora), Noemí Koyounian (Diseño). TRATAMIENTO DE IMÁGENES: Fernando Mesa.

CORRECCIÓN: Mario Jauregui. FOTOGRAFÍA: Diario El país y Archivo Diario El País. Se imprimió en la Planta Industrial de El País S.A. Ruta 1 y Camino Cibils. Tel. 29017115. Montevideo, Uruguay. Abril 2021.

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El propósito y el triple impacto

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l cambio climático y la desigualdad están cuestionando la subsistencia de los sistemas naturales, sociales, y económicos de los que depende la humanidad. ¿Es posible hacer algo desde el rol empresarial para revertir esta situación? En efecto: desde hace algunos años, un movimiento global de empresarios está redefiniendo el sentido del éxito, adaptando sus modelos de negocios para solucionar los mayores desafíos sociales y ambientales.

Sistema B es un movimiento que nace desde la economía, pero va mucho más allá y promueve no interpretar las empresas exitosas como aquellas que son más rentables, sino las que además generan realmente un bienestar para la sociedad y el planeta.

Generar un impacto positivo en tres dimensiones —económica, social medioambiental— debe estar en el corazón y la misión de las empresas, a través de sus productos y su interacción con los consumidores, proveedores, trabajadores, con la sociedad y el planeta, afirmó a El País el general manager de Salus, Jordi Carrión, quien integra el Consejo Empresarial de Sistema B en Uruguay.

“La Responsabilidad Social Empressarial es una visión que evidentemente va evolucionando y que ahora esta en un momento donde claramente lo que se habla del triple impacto: económico, que efectivamente no solo es necesario sino bueno para la comunidad, y que engloba también el impacto social y el impacto medioambiental”, explicó Carrión en diálogo con El País.

Afirmó que las empresas tienen la responsabilidad de tomar el liderazgo y ser parte de la solución para un mundo mejor. “Todos debemos ser agentes activos en esta transformación”, estimó.

En el plano social recordó que Salus tiene desde siempre una misión relacionada a la salud, de “fomentar hábitos sa-

Jardi Carrión analizó las claves de la certificación de Salus como Empresa B. ludables” a partir de la hidratación. También pone foco en la “protección del medioambiente y de los recursos naturales”.

El compromiso de Salus con esa visión se reforzó en enero pasado cuando recibió la certificación de Empresa B. por su énfasis desde la gestión en el impacto económico, social y medioambiental transversal a toda su estructura.

“Más allá de que nosotros tenemos en nuestra misión el concepto de generar un triple impacto, que es algo que lo venimos haciendo desde hace años y que es algo de lo que estamos muy convencidos, creemos que está bueno que alguien externo como B Lab, que se dedica a eso y que está en todo el mundo validando empresas, nos diga que efec-

TRES CARACTERÍSTICAS La propuesta de Sistema B apunta a una economía que pueda crear valor integral para el mundo y la Tierra. A partir de esta línea de acción y compromiso, las empresas B integran a su modelo de negocio la solución de los problemas sociales y ambientales.

Las Empresas B tienen tres características principales: —Las mueve un propósito. Todos aprendimos a

definir a las empresas por la visión, dónde quiero ir, y la misión, lo que hago para llegar allí. Las empresas agregan el propósito que es la “huella” en la sociedad Es un compromiso de querer cambiar la realidad por el solo hecho de existir.

—El propósito está inscripto en el estatuto de la compañía, o sea, hay una responsabilidad con ese propósito que está en el objeto social de la empre-

sa. Ya no es una “buena idea” del fundador o fundadora sino que adquiere una relevancia legal que los trasciende y así se inscribe el compromiso en la gestión de la empresa.

—Se comprometen a un proceso de medición y mejora continua de su gestión del propósito. Las empresas B miden y gestionan su propósito. No es solamente una declaración o frase sino que hay datos concretos.

tivamente estamos haciendo las cosas bien”, dijo Carrión sobre la decisión de certificarse como empresa B. “Cada tres años, además, te tienes que volver a certificar, para volver a demostrar que has mejorado. Ellos (B Lab) tienen que certificar que efectivamente en materia medioambiental y social hubo avances que gemeraron un impacto en el entorno, en la comunidad, en la sociedad”, agregó el entrevistado.

Para conseguir la certificación, Salus encaró un proceso exhaustivo a lo largo de un año en el que auditores fueron relevando el estado de situación de la empresa en cinco áreas: gobernanza, trabajadores, medio ambiente, comunidad y clientes.

La pandemia también trajo varios desafíos para Salus. Desde un primer momento implicó el trabajo de la compañía para cuidar a su plantilla (200 colaboradores directos) y trabajadores indirectos. Para ello se han aplicado medidas como el uso de tapabocas y desinfectante y toma de temperatura en sus dependencias incluida la planta de Minas, desde antes de que llegara el COVID-19 a Uruguay.

En paralelo, la empresa ha realizado otras acciones para contribuir al combate de la pandemia que tienen un alcance social. Por ejemplo, hizo un acuerdo de colaboración con el Instituto Pasteur enfocado en el desarrollo de kits de testeo en Uruguay.

También realizó donaciones de productos a canastas populares a través de iniciativas como Canastas.uy, organizaciones como Cruz Roja y asociaciones nacionales y del departamento de Lavalleja, de donde es originaria la empresa.

“Fue un año donde el foco estuvo mucho en lo social, en cuidar a la gente, proteger, ayudar y ponernos a disposición de organismos, asociaciones, autoridades y dimos todo lo que pudimos para estar ahí”, resumió Carrión.

Para el ejecutivo, en un contexto de crisis como el actual la visión de triple impacto es esencial. Las empresas trabajan junto a actores públicos y privados para generar un impacto social atendiendo a personas que están en una situación difícil, buscan provocar un impacto económico que apunte a cuidar o incluso aumentar los puestos de trabajo (Salus no envió personal al seguro de paro durante la pandemia) y todo ello “sin menoscabar el impacto ambiental”. De hecho, en este escenario Salus reforzó su compromiso con el planeta al lanzar la nueva ecobotella, hecha 100% de envases reciclados y sin etiqueta.

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mpresas de los cinco continentes que participaron en el reciente Foro Económico Mundial de Davos tomaron el compromiso de apoyar criterios comunes de medición para los temas ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG), y que contribuyen al cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable (ODS) que promueve Naciones Unidas.

En el reciente encuentro anual del Foro Económico Mundial de Davos, se integró un grupo de 61 líderes empresariales, incluyendo los miembros del Foro Económico Mundial y su Consejo de Negocios Internacionales (IBC), que asumió el compromiso de las “Métricas del Capitalismo de las Partes Interesadas”, lanzadas en septiembre por eI Consejo Internacional de Negocios (en inglés, IBC).

Estas métricas ofrecen un conjunto de reportes centrados en las personas, el planeta, la prosperidad y la gobernanza de las compañías, destaca un informe publicado por la revista especializada en negocios Mercado. De acuerdo con la iniciativa definida, los líderes del sector privado ven el medioambiente, los factores sociales y al gobierno corporativo como cruciales para el éxito y la viabilidad a largo plazo de todos los negocios.

El compromiso consta de los siguientes puntos: —Reflejar las principales métricas en sus reportes a los inversionistas y otras partes interesadas (por ejemplo, reporte anual, reporte de sustentabilidad, poderes de representación u otros) reportando sobre las métricas más relevantes para su negocio o explicando brevemente por qué es más apropiado abordar un enfoque diferente.

—Apoyar públicamente este trabajo y fomentar la participación de sus socios comerciales.

—Promover una mayor convergencia de los estándares de ESG, regímenes y principios para apoyar el progreso hacia una solución globalmente aceptada para la presentación de reportes no financieros sobre métricas comunes de ESG. Al asumir estos compromisos, las empresas líderes están indicando que los factores de ESG, son cada vez más críticos para la viabilidad a largo plazo de todos los negocios.

Esto representa claramente la intención de las compañías líderes globales de integrar la sustentabilidad dentro su estrategia principal, operaciones y declaraciones públicas.

“El Capitalismo de las Partes Interesadas se ha convertido ahora en una tendencia dominante”, dijo Klaus Schwab, fundador y

Tres claves de gestión

HAY COMPROMISO EMPRESARIO PARA MONITOREAR EL DESEMPEÑO DE LA SUSTENTABILIDAD

presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, para agregar: “Los compromisos públicos de las compañías de reportar sobre sus impactos de ESG constituye un importante avance hacia una economía global que trabaja para el progreso, las personas y el planeta”.

“Tenemos que ofrecer grandes beneficios a nuestros accionistas y ayudar a impulsar el progreso en las prioridades más importantes de la sociedad”, dijo por su parte Brian Moynihan, presidente del Consejo Internacional de Negocios. “Ese es el Capitalismo de las Partes Interesadas en acción. Las métricas comunes ayudarán a todas las partes interesadas a medir el progreso que estamos logrando y garantizar que los recursos que el capitalismo puede reunir de las compañías, los inversionistas y de otros, sean dirigidos hacia donde pueden hacer la mayor diferencia”, agregó Moynihan .

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MÉTRICAS PRINCIPALES ESTABLECIÓ EL FORO ECONÓMICO MUNDIAL DE DAVOS.

En los últimos dos años, el Foro Económico Mundial estableció 21 métricas principales y 34 incrementadas, con el apoyo de más de 140 partes interesadas. Las métricas incluyen divulgaciones centradas alrededor de cuatro pilares: Personas, Planeta, Prosperidad, y Principios de gobernanza.

Construidos intencionalmente sobre los estándares existentes, los pilares incluyen métricas como las emisiones de gases de efecto invernadero, la igualdad salarial y la diversidad de la junta directiva, entre otras.

Al adoptar e informar sobre estas métricas y declaraciones, la comunidad empresarial continuará catalizando una mayor cooperación y alineación entre los estándares existentes y alentará el progreso en el desarrollo de un conjunto de estándares sistémicos comunes y globalmente aceptados para reportar sobre el desempeño de la sustentabilidad.