DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE
Nuestras Tierras. Nuestro Futuro
El Día Mundial del Medio Ambiente, representa una oportunidad para visibilizar problemáticas, para reflexionar en torno a nuestras prácticas individuales y colectivas, también para llamar a la acción y generar conciencia ambiental”, dijo a El País el ministro de Ambiente, Robert Bouvier.
—¿Podría hacer un balance de lo realizado hasta el momento?
—Durante este período, hemos logrado avances significativos en la gestión ambiental de Uruguay. La creación del Ministerio de Ambiente ha sido fundamental para abordar grandes desafíos, reflejando nuestro compromiso con la conservación de los recursos naturales y el desarrollo sostenible. En el último año, nos hemos centrado en consolidar nuestra institucionalidad, completamos un programa de rediseño organizacional centrado en mejorar nuestro impacto público. Identificamos las intervenciones clave y actualizamos los organigramas de nuestras unidades. Además, nos mudamos a una nueva sede en Montevideo para mejorar la coordinación y renovamos nuestra flota vehicular para fortalecer nuestras actividades de monitoreo y control ambiental, en respuesta a las preocupaciones de la ciudadanía. Además continuamos avanzando en políticas relacionadas con el agua, residuos, cambio climático y biodiversidad, con una visión de Estado a largo plazo y un enfoque en la participación de todos los sectores. Destacamos hitos como la implementación del Plan Nacional de Gestión de Residuos y el apoyo a las intendencias en la gestión de residuos domiciliarios. El avance en el cierre de vertederos a cielo abierto y la promoción de alternativas de recuperación y reciclaje. Además, hemos avanzado en infraestructura con proyectos como Arazatí y el Plan de Saneamiento, representando la mayor inversión ambiental en la historia de Uruguay.
Innovamos en financiamiento público con un bono soberano vinculado a indicadores ambientales y acuerdos con el Banco Mundial que reducen la tasa de interés según el cumplimiento de objetivos climáticos. Cada año avanzamos en la promoción de la conciencia ambiental con iniciativas como el Premio Nacional de Ambiente y la Expo “Uruguay Sostenible”, lideradas por nuestro Ministerio.
Robert Bouvier
MINISTRO DE AMBIENTE
IMPULSO AL CONTROL Y AL MONITOREO
AMBIENTAL
“ Innovamos en financiamiento público con un bono soberano vinculado a indicadores ambientales, y acuerdos con el Banco Mundial que reducen la tasa de interés, según el cumplimiento de objetivos climáticos”, señaló el secretario de Estado.
—¿Qué evaluación hace de la situación ambiental y cuáles son los desafíos?
—La situación ambiental actual presenta desafíos significativos, especialmente en términos de eventos extremos como inundaciones y sequías, que afectan a nuestras comunidades, agricultura, seguridad alimentaria y biodiversidad. El manejo integrado del agua y la promoción de medidas de adaptación son fundamentales. Además, es crucial fomentar la sensibilización y la participación ciudadana en la gestión ambiental. Integrar la perspectiva ambiental en lo productivo y económico sigue siendo un desafío prioritario.
La conexión entre estos aspectos, incluso en términos económicos y de acceso a mercados internacionales, se está volviendo más evidente en Uruguay. Nuestro próximo hito será la presentación del Informe del Estado del Ambiente en el marco de la Expo Uruguay Sostenible. Este informe dará una visión integral de la situación ambiental del país, abarcando aspectos como agua, aire, suelo, biodiversidad, ecosistemas, costa y cambio climático, en un formato accesible para la población en general.
—¿Cuál es la consigna para este día y por qué se eligió esta temática?
—El Día Mundial del Medio Ambiente, representa una oportunidad para visibilizar problemáticas, para reflexionar en torno a nuestras prácticas individuales y colectivas, también
“LA
SITUACIÓN AMBIENTAL PRESENTA DESAFÍOS SIGNIFICATIVOS, ESPECIALMENTE EVENTOS
EXTREMOS COMO INUNDACIONES Y
SEQUÍAS”.
para llamar a la acción y generar conciencia ambiental. La consigna para este 5 de junio propuesta por Naciones Unidas se centra en la restauración de la tierra, la desertificación y la resistencia a la sequía. Hemos hablado sobre las consecuencias graves de eventos extremos, como las sequías.
Es crucial implementar acciones concretas de conservación y restauración del agua, así como monitorear de cerca el régimen hidrológico y las áreas riparias. Estas medidas, basadas en soluciones naturales, son clave para mitigar los impactos de la sequía y promover la resiliencia ambiental.
En este contexto, recientemente lanzamos un proyecto específico en la cuenca del río Santa Lucía. Este proyecto se enfoca en soluciones prácticas y representa un paso importante para abordar los desafíos ambientales en una de las cuencas más importantes de nuestro país. Con un financiamiento de 450.000 euros de cooperación internacional a través de la AECID, junto con una contribución adicional de 122.000 euros por parte del Ministerio de Ambiente, seguimos demostrando nuestro compromiso con la protección y gestión efectiva de nuestros recursos hídricos.
—¿Hace falta nueva normativa para mejorar la calidad medio ambiental?
—Uruguay cuenta con un sólido marco normativo ambiental que se ha ido fortaleciendo a lo largo de los años. La Ley General de Pro-
tección del Ambiente, promulgada en 1994, es un pilar fundamental de nuestra política ambiental. Su decreto reglamentario de 2005 introdujo mejoras significativas en los procesos de autorización ambiental, incorporando nuevos instrumentos de evaluación y gestión. En esta administración, hemos avanzado en la promulgación de normativas clave para mejorar la calidad ambiental. En 2021, publicamos la primera normativa sobre calidad del aire en el país.
Además, hemos aprobado leyes y planes de gestión de residuos, regulado el uso de plásticos y la recuperación de envases no retornables, promoviendo prácticas sostenibles y la responsabilidad en la cadena de producción. Estamos trabajando en la reglamentación de los Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos y los Residuos de Obra de Construcción. En términos de acceso a la información y participación pública, ratificamos el Acuerdo de Escazú y estamos diseñando una hoja de ruta para su implementación.
Recientemente, hemos elaborado un proyecto de decreto para adecuar los valores de las multas por incumplimientos ambientales, de acuerdo a la reciente modificación de los máximos legales, demostrando nuestro compromiso con la fiscalización y el control ambiental. Nuestra política ambiental busca ser una política de Estado, con objetivos a largo plazo que trasciendan las administraciones.
Líneas de acción del Ministerio de Ambiente para 2024
Para este año, “nuestro enfoque se centra en continuar con las políticas ambientales que son fundamentales para el país y trascienden las administraciones. Esto incluye el cierre de vertederos a cielo abierto en todo el país, así como la gestión integral de los recursos hídricos y la universalización del saneamiento en el interior del país”, afirmó el ministro de Ambiente, Robert Bouvier, en diálogo con El País.
En el ámbito del cambio climático, el ministerio seguirá con la política nacional de cambio climático, la descarbonización de la matriz energética y promoviendo la movilidad eléctrica y la implementación del hidrógeno verde. Uruguay ha demostrado un sólido compromiso con los objetivos de desarrollo sostenible. “La creación del Ministerio de Ambiente en agosto de 2020 refleja este compromiso, buscando un modelo de desarrollo ambientalmente sostenible y la neutralidad de emisiones de dióxido de carbono para 2050”, señaló el jerarca.
Recordó que en 2022, la secretaría de Estado realizó la primera emisión de bonos soberanos asociados a indicadores ambientales, “alineando la estrategia de financiamiento público con nuestros compromisos de sostenibilidad y desarrollo económico bajo en carbono”. En este sentido, el jerarca sostuvo que “continuamos trabajando en la reconversión de la matriz de hidrocarburos a energía eléctrica para el transporte público, avanzando hacia una movilidad más sostenible”. Opinó que la Agenda 2030 sirve como “nuestra hoja de ruta para el desarrollo sostenible, desafián-
LA TIERRA EN EL DÍA MUNDIAL
para generar empleo”.
El Día Mundial del Medio Ambiente de 2024 se centra en la restauración de las tierras, la resiliencia a la sequía y la desertificación, bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”. Una quinta parte de la tierra del planeta está degradada. Se estima que es necesario restaurar al menos 1.500 millones de hectáreas para 2030 para evitar consecuencias, como la escasez de alimentos. El Decenio de la ONU para la Restauración de los Ecosistemas está ayudando a contrarrestar esta crisis.
donos a implementar acciones transformadoras en lo social, económico y ambiental”. Bouvier opinó que el desarrollo actual de Uruguay presenta desafíos ambientales que requieren un mayor acompañamiento, control y esfuerzo para cumplir con los estándares internacionales de calidad. “Estamos integrando cada vez más la perspectiva ambiental en los procesos productivos y económicos, avanzando hacia un desarrollo más sostenible y en línea con las expectativas globales”, indicó. El reciclaje es fundamental para la valorización de residuos, convirtiéndolos en insumos para nuevos procesos productivos, destacó. “Aunque es el método más conocido, existen otras formas de valorización como el compostaje y la valorización energética”, explicó. Añadió que estas acciones impulsan la transición hacia una economía circular, generando valor a partir de los desechos y apoyando la sostenibilidad.
Plan. En este marco, e l Plan Nacional de Gestión de Residuos busca reducir la disposi-
ción final de residuos para 2032, promoviendo la disminución de la generación de desechos y fortaleciendo los procesos de valorización. “Se ha avanzado significativamente en la valorización de residuos industriales, agroindustriales y de servicios, con cerca del 70% valorizados principalmente mediante energía, reciclaje y compostaje”, remarcó Bouvier.
Sin embargo, el reciclaje de residuos domiciliarios es aún incipiente. En este panorama, los desafíos futuros incluyen “mejorar la recolección selectiva y promover el reciclaje para generar empleo. Trabajamos con la industria del reciclaje para superar barreras, como se hizo con la Resolución Ministerial 271 de 2021 que requiere incorporar material reciclado en envases de bebidas”. El nuevo Plan Vale para la recuperación de envases busca aumentar el reciclaje del 5% al 50% mediante circuitos de recolección selectiva y un sistema de depósito y reembolso. “Esta iniciativa impulsará el reciclaje de envases en todo el país, contribuyendo a una gestión más sostenible de los residuos”, aseveró el jerarca.
DOS HITOS DE ESTA ADMINISTRACIÓN
“En cuanto a la conservación de la biodiversidad, estamos actualizando la estrategia nacional de biodiversidad y estableciendo metas para los próximos años”, explicó el ministro de Ambiente, Robert Bouvier. Por otra parte, se trabaja en el proyecto de conservación de la biodiversidad y la tierra como pilares del desarrollo sostenible, con la cooperación del GEF.
Además de estas iniciativas, “cada año evaluamos alrededor de 1.000 solicitudes de autorizaciones ambientales y supervisamos la operación de grandes proyectos en todo el país”, añadió el jerarca. El ministerio también continuará con la fiscalización y el control de emprendimientos para garantizar el cumplimiento de las normativas ambientales. Bouvier destacó dos
hitos importantes generados durante esta administración: el Premio Nacional de Ambiente y la Expo Uruguay Sostenible, que promueven la conciencia ambiental y las buenas prácticas para un desarrollo sostenible.
Estos eventos han sido ampliamente adoptados por la ciudadanía, emprendedores, organizaciones y empresas, “y esperamos que continúen fortaleciéndose en el futuro”.
Constructores con responsabilidad
La Cámara de la Construcción del Uruguay está alineada con los principios del desarrollo sostenible, “nuestros pilares son extraídos de los ODS de Naciones Unidas y apuntan a trabajar en la mitigación de los impactos en el cambio climático es uno de los más importantes”, dijo a El País el director ejecutivo de la institución, Ing. Jorge Pazos.
“La Cámara tiene un Plan de Sostenibilidad que sigue al pie de la letra, para ayudar a mitigar el impacto del cambio climático”. En esta línea se va a profundizar el apoyo a las empresas de forma que puedan autoevaluarse respecto al nivel de emisiones de CO2 que generan y trabajar en la mejora la de gestión para reducirlas. En este sentido, se va a trabajar con la Dirección Nacional de Cambio Climático”, indicó el entrevistado.
El tema señalado es “uno de los pilares en los que se ha trabajado y se va a profundizar este año”, sostuvo Pazos.
El otro pilar en el que se va a profundizar es en la gestión de los residuos de obra civil. Hay un trabajo en base a la normativa
europea que la Cámara está elaborando actualmente. Por su parte, la Dinacea del Ministerio de Ambiente está redactando el decreto reglamentario de la ley general de residuos en lo que corresponde al sector construcción. Sobre este tema “hay dos corrientes válidas, pero que si no se acompasan o complementan, podemos llevar a un problema a toda la industria. Si no se logra gradualidad en la norma y se ajusta a los procesos productivos del sector y solo se da el enfoque desde lo ambiental, es muy probable que el impacto sea negativo para los resultados deseados para todos los actores”, advirtió el ejecutivo.
Todos los procesos de construcción tienen ciertas características que dependen de cada obra. “Desconocer la magnitud que eso tiene al crear una norma, que se puede compartir desde exclusivamente un criterio ambiental, puede hacer que se vuelva impracticable desde el punto de vista de la realización del emprendimiento”, estimó Pazos.
Surgen preguntas sobre las que aún no se conocen las respuestas ¿quién es el generador de residuos, al que la ley marca
como responsable de éstos? “Creemos, en línea con lo que sucede en otros países, que el propietario de las obras sea público o privado, persona física o jurídica es el generador responsable. Las empresas constructoras somos tenedores de los residuos que se generan, y se gestionan a través de gestores habilitados”.
Otro tema es cómo categorizar las obras. “El mundo está en la línea de la cate-
gorización de las obras respecto a cuántas toneladas y tipos de residuos se generan, y a partir de esto se empiezan a tener ciertas responsabilidades y compromisos de planes de gestión”.
Se entiende que el proceso empieza con la idea del proyecto. De poder hacer que los criterios ambientales se acompasen con los procesos de la industria, seguramente se logren buenos resultados, estimó Pazos.
Comprometidosconla sustentabilidad
Laindustriadelaconstrucción del Uruguaytrabaja fuertemente,desdehacemásdeseisaños,parasercadadía más sustentableyamigableconelmedioambiente.
Hemosidentificadolosdesafíosdelsectoren materiade manejoderesiduos y elaboradomodelos de buenasprácticas desdelaperspectivadeldesarrollosustentableylaeconomía circular.
Además,participamosdeldiseñodelaherramientade MedicióndeHuelladeCarbonoen la construccióny elaboramosunahojaderutaparanuestraindustriaquepone elfocoenel manejodelosresiduosde lasobras civiles.
“VUELVE EN AGUA” PARA UN BUEN USO
DEL RECURSO
El Ministerio de Ambiente puso en marcha el programa “Vuelve en Agua”, para fomentar el desarrollo hídrico nacional con adaptación al cambio climático. Con este plan, dirigido a pequeños productores de todo el país, se promueve la regularización de obras hidráulicas. El titular de la cartera, Robert Bouvier, destacó la importancia del registro para conocer la disponibilidad y el uso del recurso.
Es una de las medidas implementadas por el Ministerio de Ambiente tras el déficit hídrico registrado en los últimos años y coincide con las políticas públicas sobre el manejo del agua.
En Uruguay, hay gran cantidad de perforaciones no registradas ante el ministerio y que no cumplen con la normativa establecida. En muchos casos, esto se debe a que la inscripción implica permisos y solicitudes que conllevan costos asociados a honorarios profesionales que los pequeños productores no pueden asumir.
Dada esta situación, Ambiente diseñó el referido programa con el objetivo de brindar a los pequeños productores, definidos por el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), el servicio técnico sin costo para que puedan realizar el trámite de regularización.
Cambio climático: producción a cielo abierto sostenible
El presidente de la República, Luis Lacalle Pou, sostuvo que protección ambiental generará mayores réditos económicos en el sector agropecuario.
“La cooperación entre el sector privado y el gobierno es la única manera de hacer las cosas bien”, afirmó Lacalle Pou, en el encuentro de Cooperativas Agrarias Federadas (CAF), que nuclea a más de 10.000 productores rurales, de pequeña y mediana escala. Además, destacó que el país reforzó el cuidado ambiental, a fin de generar mayor rédito económico para el desarrollo agropecuario. Lacalle Pou manifestó el ambiente está relacionado con la economía desde el momento en que se puede pagar más por la carne orgánica, y que la trazabilidad empieza a cobrar relevancia económica. Por lo tanto, consideró, hay que invertir en tiempo y conocimiento, y los réditos serán mayores.
El gobierno impulsa el programa Ganadería y Clima a diversos sistemas ganaderos, con el objetivo primordial de mejorar la eficiencia productiva, la sostenibilidad ambiental y el retorno económico de los productores.
Estabilidad. Como parte de una visión estratégica de desarrollo sostenible en la agropecuaria nacional, son necesarias herramientas para generar mayor estabilidad productiva en Uruguay, consideró el ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca, Fernando Mattos, en el marco del conversatorio “Diálogos sobre el futuro de Uruguay: agro y producción sostenible” que formó parte del ciclo que promueve Naciones Unidas en
que presenta el cambio climático.
conjunto con la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).
Para Mattos, Uruguay debe contar con sistemas productivos sostenibles y resilientes ante los desafíos que representan los aspectos vinculados al cambio climático. “Estamos sometidos a sistemas productivos a cielo abierto y por lo tanto la variabilidad climática implica un riesgo creciente frente a los sistemas de producción”, indicó.
Además, el trabajo interinstitucional entre organismos estatales nacionales e internacionales permite coordinar las ayudas vinculadas a la adaptación del cambio climático, lo cual, “nos coloca bajo un desafío productivo creciente por eventos climáticos más frecuentes y extremos”, añadió, en referencia a la sucesión de sequías e inundaciones que afectaron al territorio nacional. En ese contexto y con base en una visión estratégica de desarrollo sostenible de la agropecuaria nacional, consideró necesario “disponer de los mecanismos y planes para poder adaptar y generar una mayor estabilidad productiva”, lo que redundará en estabilidad económica, señaló el Ministro Mattos. Uruguay y el Banco Mundial acordaron en 2023 los términos de un contrato de préstamo multilateral que, por primera vez, premiará con una significativa reducción en la tasa de interés el cumplimiento de objetivos climáticos asociados a los compromisos asumidos en el Acuerdo de París.
AÑO EN QUE URUGUAY Y EL BANCO MUNDIAL VINCULARON PRÉSTAMO A METAS AMBIENTALES. STAFF
La agenda ambiental de Appcu
Se vienen tiempos de cambios, nuevos paradigmas a nivel mundial en relación a la gestión ambiental como consecuencia del cambio climático. Uruguay no es ajeno a esta situación y al compromiso con estos temas, demostrado en la participación de los acuerdos internacionales, como por ejemplo la incorporación en la agenda objetivos para el desarrollo sostenible (ODS) de ONU, cuya meta de cumplimiento está marcada para el 2030.
Estos ODS conforman un plan maestro para conseguir un futuro sostenible para todos, por lo cual cada uno (gobierno, sector privado, sociedad) debe hacer su parte. En el sector de la construcción impacta en los temas de degradación ambiental, relacionado con las ciudades y comunidades sostenibles, el de producción y consumo responsable, que se centran en hacer más y mejores cosas con menos recursos naturales no renovables. Para que la transición tenga éxito, es necesario potenciar el aprovechamiento eficaz de los recursos, tener en cuenta todo el ciclo de vida de los productos
Impulsan la construcción sostenible.
ECONOMÍA CIRCULAR CON LA GESTIÓN DE ENVASES
De acuerdo con estudios de la ONU, se producen anualmente más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo, cifra que podría duplicarse para el año 2040. La mitad de estos residuos tienen una vida útil de un solo uso, contaminando nuestros ecosistemas y poniendo en riesgo la vida animal y la salud humana. Se estima que entre 19 y 23 millones de toneladas de desechos plásticos terminan cada año en lagos, ríos, mares y océanos. Uruguay está abocado a contribuir, tanto a nivel nacional como internacional, para poner fin a la contaminación plástica, desde una perspectiva integral que abarque todo el ciclo de vida del producto y adoptando un enfoque de economía circular que asegure la prevención, control, minimiza-
Reciclaje del plástico.
ción y eliminación de los residuos plásticos. El Plan de Gestión de Envases, actualmente denominado Plan Vale, está operativo en Montevideo desde el año 2012 y desde su puesta en marcha generó unos 250 puestos de trabajo formal a clasificadores, que están organizados en cooperativas.
En total, ya llevan re-
cuperado más de un millón de kilogramos de envases al año generados en hogares de la ciudad.
A nivel país, el Plan Vale cuenta con el impulso de más de 2.800 empresas, así como de la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). Esta iniciatia tiene como propósito otorgar valor a cada envase y material de envasado que se utilice en el hogar mediante su recuperación y reciclaje.
El Plan Vale se ha diseñado en respuesta a la Resolución 271/2021 que obliga a desplegar el Plan de Gestión de Envases en todo el territorio nacional.
Esta iniciativa significa unos montos estimados de inversión en el orden de 45 millones de dólares y unos costos operativos anuales del entorno de 35 millones de dólares.
y los materiales incorporados en éstos desde el diseño del proyecto.
Las empresas y las cámaras empresariales comienzan a analizar los modelos de consumos y producción sostenible, las posibles soluciones innovadoras y los diseños que faciliten a las personas/ familias a adoptar estilos de vida más sostenibles, buscando reducir el impacto en la construcción y mejorando el bienestar. La adopción de una economía circular implica diseñar productos duraderos, reparables y reciclables. También implica promover prácticas como la reutilización, el reacondicionamiento, el reciclaje de productos para minimizar los residuos (valorizando estos residuos) y disminuir el agotamiento de los recursos naturales no renovables.
Desde Appcu, se está participando en el comité de trabajo del Ministerio de Ambiente para la reglamentación en la gestión de ROC´s y en el comité técnico de UNIT relacionado con las normas de construcción sostenible, junto a otros actores del ámbito nacional, para colaborar en la definición de estos temas que van a ser aplicables en Uruguay. La gremial ha firmado un acuerdo marco con
la Cámara de Gestores de Residuos del Uruguay, para dar apoyo a las empresas de la construcción en la correcta circularidad o destino final de los residuos, en este sentido se logró generar un Manual de Gestión de Residuos.
Otro eje de preocupación es la capacitación a todos los involucrados en la gestión ambiental a tener en cuenta en el diseño y ejecución de los proyectos de construcción y la normativa existente. “En el logro de estos cometidos, objetivos e implementación de las estrategias para una construcción sostenible es necesario que el gobierno ponga en práctica políticas y normativas que recojan el fomento de prácticas de economía circular, eficiencia energética y el apoyo a la contratación de empresas que apliquen la sostenibilidad en el diseño de sus proyectos, así como también premiar este compromiso, como se hace en los países que han abordado estos temas, en cuanto a la incorporación de beneficios económicos para asegurar la viabilidad de los negocios”, señala Alcira Castro, directora del Departamento de Calidad y Ambiente de Appcu.
Itaú y la transición climática
El Itaú no sólo es el banco privado más grande de América Latina y pionero en la agenda ESG. También busca ser el banco de la transición climática. “Estamos comprometidos a ser el banco de transición climática, esto significa hacer todos los esfuerzos posibles para reducir nuestras emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en operaciones y negocios, pero, sobre todo, involucrar y apoyar a nuestros clientes en sus jornadas de descarbonización, a través de productos, servicios y asesoramiento”, afirmó Luciana Nicola, directora de Sustentabilidad y Relaciones Institucional de Itaú Unibanco. En la sinergia de trabajo con Brasil, Luciana visitó Itaú Uruguay para profundizar en NZ y potenciar la estrategia.
Para cumplir con sus objetivos ambientales, la institución financiera se ha unido a la Net Zero Banking Alliance (NZBA), una alianza colaborativa de bancos que promueve una economía global con cero emisiones netas de gases de efecto invernadero (Net Zero), alineada con el Acuerdo de París.
En el caso de un banco, las emisiones de CO2 más relevantes son las relacionadas con la cartera de crédito, es decir, las emisiones financiadas. Para alcanzar el cero neto de emisiones proyectado por Itaú para 2050, “dependemos de la descarbonización de nuestros clientes y de la economía real”, destacó Nicola.
En tanto, el Banco cuenta con metas intermedias para sus operaciones, como la reducción de la generación de residuos y el consumo de agua y energía. Además, presta especial atención a la financiación de sectores de impacto positivo y el establecimiento de objetivos de descarbonización específicos para cada sector. “Sabemos que la sostenibilidad es fundamental para el futuro de los negocios de nuestros clientes, por lo que estamos desarrollando y proporcionando soluciones completas para toda su jornada de descarbonización, yendo mucho más allá de las soluciones bancarias”, sostuvo Nicola.
Dentro del compromiso con el Net Zero Banking Alliance, Itaú necesita definir sus objetivos de descarbo-
Nicola, directora de Sustentabilidad y
RelacionesInstitucional de Itaú Unibanco.
nización para los nueve sectores recomendados por el NZBA: agricultura, cemento, aluminio, carbón, transportes, acero, inmobiliario, generación de electricidad y petróleo/gas. “El año pasado definidos los objetivos para el sector de carbón y generación de electricidad, y este año publicamos los objetivos de aluminio, acero y cemento”, explicó la entrevistada.
Reconociendo que la agenda de innovación es vital
para la descarbonización, la empresa en 2022 desarrolló el Cubo ESG. Se trata de una plataforma dirigida a emprendedores que quieren transformar la realidad social y ambiental de Brasil y América Latina. El hub opera con el objetivo de generar conocimiento, innovación y conexiones para soluciones con bajas emisiones de carbono, así como posicionamiento y comunicación.
Actualmente, Cubo ESG reúne 48 startups especializadas en los temas más relevantes de la agenda ESG, con un enfoque específico en la descarbonización. A través del Cubo ESG, “realizamos una intensa agenda de eventos para difundir conocimiento, debatir sobre retos sectoriales y conectar las soluciones de descarbonización aplicables a nuestros clientes. Ya contamos con cerca de tres mil participantes involucrados activamente en estos foros que trataron temas como cadena de proveedores, eficiencia energética, economía circular y soluciones para la descarbonización, con el aporte de 78 conferencistas especializados, sumando más de 35 horas de contenido relevante sobre la relación entre innovación y ESG”, indicó. En su fuerte compromiso con la transición climática, Itaú decidió destinar R$ 400 mil millones hasta 2025 a sectores que promuevan un impacto positivo en la sociedad, como salud, educación y energías renovables, contribuyendo a acelerar el desarrollo. También apuesta al desarrollo de nuevos productos y servicios que impulsen una agenda de eficiencia e innovación que responda a la nueva realidad de sus clientes.
Para Itaú, la emisión de bonos sostenibles es una estrategia financiera que cumple con los objetivos económicos al tiempo que ayuda a resolver problemas ambientales y/o sociales. “Fuimos el primer banco en realizar este tipo de operaciones en Latinoamérica. Este tipo de instrumentos financieros no solo responden a una creciente demanda de inversores institucionales y particulares que buscan alinear sus inversiones con sus valores sociales y medioambientales, sino que también refuerza nuestro compromiso con el desarrollo sostenible”, afirmó Nicola.