domingo 10 de marzo del 2013 → Nº N: 000 073
cartóNPiedra Un espacio suscitador para pensar en voz alta
→¿Qué
temía Virginia Woolf? Máscaras y grotesco en la novela de Jorge Icaza. 20 poetas vivos ecuatorianos. Vacío y danza en el viejo Mariscal Sucre. →Entre la ternura y la crueldad: el Amor según Haneke. Escenas de Fog City.
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ínDIce
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¿Qué temía Virginia Woolf? Lucía Galarza recorre la vida y obra de la escritora inglesa Virginia Woolf, figura fundamental de la literatura del siglo XX y autora de críticas literarias y novelas, entre las que destacan: “Una habitación propia”, “Orlando” y “La señora Dalloway”.
13 Dime qué lees y te diré quién eres: la biblioteca, depositaria silenciosa de la condición humana. “El libro no desaparecerá porque las sociedades nunca callarán”, advierte Ivette Celi Piedra, quien reflexiona sobre el estado actual de las bibliotecas en el país, las formas de acopio de los libros y la incursión de nuevas tecnologías en la información. Además hace un recorrido sobre la historia mundial de la biblioteca, de cómo y dónde emerge, de la importancia de la lectura y la difusión de libros físicos.
18 Ventana Ganadora de premio Andersen reivindica la literatura como espacio de rebelión. Zoé Valdés gana el Premio Azorín de Novela por "La mujer que llora". Presentación del último disco de Pedro Guerra. Fallece el guitarrista británico Alvin Lee. Lectura crítica de “Amour”, de Haneke.
24 8 Poetas de la emoción Semanas atrás se realizó el lanzamiento del libro “Poetas de la Emoción”, que reúne el trabajo de 20 poetas ecuatorianos vivos. Marco Fonz realiza una lectura de esta poética y apunta que hay que “estar atentos a lo que se construye con emoción y a no quedarse fuera rumiando ignorancia...”
10 Cuerpo, vacío y danza Mathieu Rousseau, fotógrafo de origen francés, retrató el viejo aereopuerto Mariscal Sucre antes de ser derrumbado. Su trabajo estuvo acompañado con la participación de cuatro bailarines de danza contemporánea.
El Chulla Romero y Flores: un hombre sin pasado Marcelo Recalde propone una nueva lectura de este clásico de la literatura ecuatoriana. La figura de la máscara juega un papel central al momento de reflejarnos en el oscuro y melancólico personaje que da vida a Luis Alfonso, el Chulla, mientras intenta filtrarse en una sociedad aristocrática.
“De vez en cuando iba a pasar la noche en la biblioteca pública, para leer. Eso era como ocupar un palco en el paraíso. A menudo, cuando abandonaba la biblioteca, decía para mis adentros: ‘¿Por qué no vienes más a menudo?’ El motivo de que no lo hiciera, por supuesto, era que la vida se interponía en el camino. Uno muchas veces dice la ‘vida’ para indicar el placer o cualquier distracción tonta”. Henry Miller
28 Agenda ¿Que hacer durante esta semana? ¿Cómo aprovechar nuestro tiempo de ocio para disfrutar de las mejores actividades culturales que se desarrollan en el país? Aquí una guía que te ayudará a decidir qué muestras de arte visitar, a qué concierto acudir, qué proyección de cine ver.
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ediTOrial La geopolítica de América Latina se aleja de las claves coloniales
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o podemos obviar la histórica condición colonial de Latinoamérica cuando pensamos en la geopolítica mundial. La colonización marcó un territorio de disputas en el espacio simbólico de nuestra región, pues se incorporaron nuevas formas de entender y desarrollar la vida, ajustadas al proyecto moderno instaurado por Occidente. Como señalaba Walter Mignolo en una entrevista: “América Latina es una consecuencia y un producto, de la geopolítica del conocimiento, esto es, del conocimiento geopolítico fabricado e impuesto por la ‘modernidad’, en su autodefinición como modernidad. En este sentido, “América Latina” se fue fabricando como algo desplazado de la modernidad, un desplazamiento que asumieron los intelectuales y estadistas latinoamericanos y se esforzaron por llegar a ser ‘modernos’ como si la “ Como señalaba Walter Mignolo en una ‘modernidad’ fuera entrevista: “América Latina es una un punto de llegada y consecuencia y un producto, de la no la justificación de la colonialidad del geopolítica del conocimiento, esto es, del poder. Sin embargo, la conocimiento geopolítico fabricado e cultura, que muchas impuesto por la ‘modernidad’, en su veces define las forautodefinición como modernidad. En este mas del quehacer posentido, “América Latina” se fue lítico, ha experimentado en América Lafabricando como algo desplazado de la tina considerables cambios durante las modernidad” últimas décadas, en tanto las expresiones artísticas y varios discursos que han circulado desde gobiernos progresistas, han sido irreverentes y reinvindicativos. Las nuevas expresiones culturales y formas de hacer política, marcan la ruta de un nuevo pensamiento latinoamericano. Frente a visiones limitadas que entienden al quehacer cultural como un bien de acceso restringido para grupos privilegiados, es preciso aclarar que la cultura, ante todo, no tiene propiedad y es un espacio de posibilidades para (re)pensarnos en un concierto internacional donde aún se pretende imponer discursos dominantes, que se disputan un lugar hegemónico en la producción de sentidos. América Latina se ha convertido en un territorio donde seemprenden procesos de decolonización cultural y revisión de las “poses” política.
El suplemento cartóNPiedra es una producción editorial de El Telégrafo y del Ministerio de Cultura del Ecuador.
cartóNPiedra lo hacen: Director: Orlando Pérez Editor: Fausto Rivera Yánez Coordinadora: Mariana Alvear Diseño e ilustraciones: Patricio Mosquera, Pedro Dalgo y Carlos Almeida Fotografía: Francisco Ipanaqué Arte: Carlos Proaño Colaboran en este número: Lucía Galarza Marco Fonz Santiago Aguirre Carla Badillo Coronado Ivette Celi Piedra María del Pilar Cobo Daniel Acosta Marcelo Recalde
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¿Qué temía Virginia Woolf? Y por qué defendía la causa de las mujeres LUCÍA GALARZA
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finales de marzo de 1941, la escritora inglesa se suicidó. Retomamos su disidente pensamiento y reinvidicamos su postura política.
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finales de marzo de 1941, Virginia Woolf salió de su casa a pasear como de costumbre. La primavera inglesa que ella describía como desnuda y brillante la desafiaba a enfrentar la pureza de un mundo acabado de renacer. Se detuvo a orillas del río Ouse, dejó caer su sombrero, soltó su bastón y recogió algunas piedras que deslizó dentro de los bolsillos de su abrigo. Sumergió sus pies en el agua, caminó apartando los reflejos de árboles y arbustos, y lanzó el peso de su cuerpo dentro de las corrientes heladas del río. Aunque sabía nadar, se dejó arrastrar durante tres semanas, liberando las voces que habitaron su incontrolable imaginación y desenredando aquel misterioso pensamiento que cultivó durante toda una vida dedicada a la escritura. Virginia Woolf fue la escritora más prolífica de su tiempo. Como novelista destacó tanto por su delirio poético como por su habilidad para experimentar con el lenguaje, el tiempo y la técnica narrativa. Obsesionada por comunicar el inasible flujo de conciencia de sus personajes, se convirtió en precursora del movimiento modernista en las letras. En la única grabación que existe de su voz, se le escucha decir: “Combinar viejas palabras en nuevos órdenes para que estas sobrevivan y puedan crear belleza y puedan comunicar la verdad; esa es la cuestión que nos debe ocupar.” La ficción fue su liberación y su condena, lo cual no le impidió dedicar gran parte de su tiempo a la escritura de artículos, cartas, diarios y ensayos. Fiel aliada de la controversia, su crítica incisiva de la sociedad y su ataque frontal a la cultura masculina provocaron violentas reacciones por parte de los sectores más conservadores mientras seducía a quienes soñaban con la emancipación. Fundamentalmente autodidacta, Virginia Woolf resintió durante toda su vida la falta de una instrucción formal. Pese al espíritu liberal y cultivado de su padre, su esencia victoriana dictaminó que sus hijas no eran merecedoras de recibir una educación. En 1928, Virginia Woolf publicó el ensayo “Una habitación propia”, en el que se burla de la dominación masculina en la Academia que cerró de par en par las puertas del conocimiento a las mujeres. De
“ Combinar viejas palabras en nuevos órdenes para que éstas sobrevivan y puedan crear belleza y puedan comunicar la verdad; esa es la cuestión que nos debe ocupar”
manera sutil, irónica, ilustrada y desafiante, Virginia ilumina con la fuerza de diez soles aquellas injusticias utilizadas para volver invisibles a las mujeres y sus contribuciones a la sociedad. Si Shakespeare habría tenido una hermana con el mismo talento para escribir, se pregunta, ¿cuál habría sido su destino? Seguramente se hubiera vuelto loca o suicida, objeto de temor y burlas, puesto que ninguna mujer de origen humilde, por más genio que tuviera para el arte, habría podido acceder a los textos con los cuales se instruían los varones, ni dedicarse horas a la lectura descuidando las tareas del hogar. Tampoco habría podido marcharse sola de casa rechazando el matrimonio para colocarse a la entrada de un teatro y conseguir un lugar entre los artistas sin que ello representara una gran violencia.(1) Empobrecidas por la falta de educación, la gratuidad de sus agotadores trabajos, el impedimento legal a la propiedad y las restricciones culturales impuestas a su sexo, las voces de las mujeres quedaron reducidas a un suspiro. Durante la mayor parte de la historia, Anónimo fue una mujer. Pero esta ausencia no es la única causa de indignación para Virginia Woolf. Los innumerables textos escritos por hombres acerca de las mujeres son la gota que derrama el vaso de su furia olímpica. ¿Acaso no fue la inferioridad mental, moral y física del sexo femenino el sujeto de tratados de Teología, Filosofía y dictámenes científicos durante siglos enteros? Idealizadas por poetas y vapuleadas por la ciencia, las mujeres han sido espejos dotados del mágico y delicioso poder de reflejar una silueta del hombre de tamaño doble del natural. Y aún pese a las adversidades, siempre fue posible ir a la contra (2). Las mujeres escribían aunque se desprestigiara aquellas experiencias que relataban por distar de las historias de guerra y conquista tan populares entre los escritores. Señala un crítico contemporáneo a Virginia Woolf: “las mujeres novelistas deberían sólo aspirar a la excelencia reconociendo valientemente las limitaciones de su sexo”. En respuesta, Virginia, que aducía de un gran sentido del humor, escribiría: la historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres quizás sea más interesante que el relato
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de la emancipación misma. En 1938, vuelve a la carga y publica “Tres Guineas”, un texto incendiario en contra de la guerra definida como un emprendimiento sórdidamente masculino. Interpelada a reflexionar acerca de la capacidad de las mujeres para evitar el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Woolf escribe una vez más sobre la urgencia de otorgar los mismos derechos de educación a todas las personas y de garantizar el acceso de las mujeres al trabajo remunerado en iguales condiciones que los varones. Aquello permitiría a las mujeres desarrollar opiniones y voluntades independientes para romper con el tutelaje patriarcal que defendía la causa de su opresión. De nada serviría a las mujeres cultivar los mismos rasgos que regían el corazón de los varones y les conducía al campo de batalla: la competencia, el egoísmo o la vanidad. Para ponerle fin a la guerra, se debía formar a seres humanos deseosos de evitarla, por lo cual era necesario que prevalezca en todo momento el valor moral, intelectual y espiritual del conocimiento y las profesiones. Para recuperar el sentido de la proporción de la vida humana, escribe Woolf, era sobre todo necesario que hombres y mujeres dediquen más tiempo al arte, a la música y a la conversación. La inclusión de las mujeres dentro de estos ámbitos llevaba en sí el potencial de contribuir al desarrollo de
“...la historia de la oposición de los hombres a la emancipación de las mujeres quizás sea más interesante que el relato de la emancipación misma” una nueva escala de valoración que serviría de antídoto contra una cultura que glorificaba la muerte. Y para que ello pudiera convertirse en una realidad, las mujeres debían rebelarse contra un proyecto de Estado que ordenaba su sacrificio y les impedía formular demandas de justicia para la humanidad. Como mujer, no tengo patria. Como mujer no quiero patria. Como mujer, mi patria es el mundo entero. ¿A qué se debe la apasionada crítica feminista de Virginia Woolf? Su cólera no debe confundirse con un sentimiento irracional ni su denuncia como un intento de victimización. Detrás de la crítica se dibuja la silueta de una poderosa visión: la posibilidad de conformar una sociedad mucho más valiente y seductora. En su mente se torcieron armoniosamente las reglas y estallaron las oposiciones binarias que justifican la violencia y la exclusión. Cansada de dividir, buscó el potencial creador de la unidad frente a la separación. Para Woolf, las barreras limitaban el crecimiento intelectual de los seres humanos y eran obstáculos innece-
sarios y contraproducentes que solo podían ser superados por medio de la cultura. Por ello se dedicó a cuestionar los límites que se imponían al cuerpo al encasillarlo como un sexo u otro, al placer y al amor, al imponer la heterosexualidad como norma, y a la mente al dificultar el acceso de las personas a las condiciones materiales necesarias para permitir su pleno y libre desarrollo. Por ello, exaltó en su obra las facultades creativas de la mente andrógina, habló sin tapujos de la diversidad y la exploración sexual, y defendió la necesidad de construir una cultura de igualdad dentro de la cual hombres y mujeres podrían convertirse en seres humanos completos. La distancia que existía entre esta visión y la realidad pesaba sobre el corazón de Virginia Woolf y la asfixiaba hasta la locura. Esa verdad que había perseguido y alcanzado en vida en sus relaciones con mujeres y hombres, en su contemplación de la naturaleza y su amor por la ciudad, en la intensidad de su pasión y la sensibilidad de su
conciencia, se le escapaba como un hechizo impronunciable. Aquello que anteriormente encendía el fuego de su esperanza hacía girar en el presente la rueda de su melancolía. A medida que el nazismo avanzaba en Europa y la guerra aparecía como algo inevitable, aumentaron como había ocurrido antes, las voces que poblaban su mente. Pero esta vez, Virginia había perdido la capacidad de hacerles frente. Tenía 59 años y se hallaba sola en medio de una sociedad inescrutable. Entonces pensaría que la única manera de sobrevivir sería liberándose de la frontera definitiva o la única barrera que le quedaba por trasgredir. Por última vez, miró la vida de frente, la guardó, y se deshizo del cuerpo que durante tantos años la mantuvo anclada al orden terrenal.
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1. De hecho, en la época de Shakespeare las mujeres no podían actuar y los papeles femeninos eran interpretados por varones. 2. Durante siglos, los conventos fueron el único refugio que permitía a las mujeres explorar su talento como escritoras. Desde el encierro se escribieron algunos de los textos más interesantes y poderosos de una época cuya representante más ilustre es, sin duda, Sor Juana Inés de la Cruz. Sin embargo, la Inquisición acabaría por doblegar una vez más la suerte de estas escritoras.
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creACión
Cuerda múltiple la emoción: Poetas de la emoción [20 Poetas ecuatorianos vivos]
MARCO FONZ
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a emoción es instrumento de una sola cuerda. Cuando se pulsa esa cuerda, se puede ver, oír y sentir la vibración y las ondas sonoras que se marcan en el aire como múltiples cuerdas tenues que se reproducen y son variantes inevitablemente de la cuerda original. “La emoción poética es una actitud no sólo del que escribe sino de su interlocutor: del público, del lector.”, nos señala el poeta Xavier Oquendo, diferenciando así la descripción que da el diccionario y adecuando su concepto particular para entrar a la lectura de la antología Poetas de la emoción. ¿De qué manera entra el público lector a una antología de poetas vivos? ¿Cuántas formas infinitas existen para abrir una antología? Personalmente creo que el lector tiene la mágica y grata obligación de comenzar su lectura con los ojos bien
desnudos y la actitud relajada; sin ningún tipo de prejuicio ni mala fe. Es inevitable notar que actualmente se publica un número tal vez exagerado de antologías de poesía. Pero creo, hasta cierto punto, que este fenómeno es necesario de acuerdo a la explosión demográfica humana y poética que vivimos. Es la primera vez en la historia de la poesía que existe un número indefinido y creciente de poetas en todo el mundo. Y por supuesto los lectores de poesía crecen junto con esta explosión de fertilidad poética. Ecuador no queda excluido de este prolífico y sano crecimiento. En un año fueron publicadas más o menos cinco antologías de poetas ecuatorianos. Con diferentes temas, abarcando distintas generaciones, seleccionando poetas de varios lugares del Ecuador y con poemas tan variados como el clima. Un mar universal toca a nuestras ventanas poéticas. Aquí el lector de poesía se verá beneficiado no
sólo porque las antologías simplifican el trabajo de búsqueda, sino porque es tal el número de poetas que dan para escoger, que uno puede regocijarse libremente en la empatía con uno o varios de ellos. En muchos sentidos uno agradece que existan tantas antologías y que todas sean tan diversas entre sí. En el caso de Poetas de la emoción (20 Poetas ecuatorianos vivos) tenemos que girar alrededor de la “Emoción”, tema y título de doble filo pero bien sustentado por el poeta lojano Carlos Eduardo Jaramillo: “Siempre me he considerado un poeta “de sangre”, “emocional”, no intelectual, como decía García Márquez”. El prólogo que escribe el poeta Xavier Oquendo puede considerarse como un poema en prosa para abrir el libro. Me imagino que Oquendo no se lo propuso de esa forma, pero pocos prólogos tienen la intensidad literaria y están tan bien equilibrados en contenido y pre-
sentación y además con un lenguaje poético. La emoción se desarrolla en el texto de tal forma que no cabe ninguna duda de que estamos entrando a un paisaje alterno dentro de la poesía ecuatoriana. Un paisaje completamente emocional. Las preguntas y respuestas que plantea Oquendo no tienen ningún desperdicio. Y considero que son preguntas que todo poeta -no sólo el poeta de la emoción- se tendría que plantear en algún momento de su propia creación y comparar respuestas con el texto de Oquendo. Dialogar con preguntas y respuestas es lo que a todo lector de poesía le convendría practicar. Las antologías de poetas son como todo buen libro: un amigo con el que comenzamos un diálogo, y en algún momento de ese diálogo se tendrían que limar cuestiones y llegar a ciertos acuerdos sobre las respuestas. “¿Habrá una suerte de poeta onanista frente a su propio trabajo y discurso individual? ¿Será tiempo del aparecimiento del lector lingüista y la desaparición del lector común? ¡Nunca! ¡Nunca! No hay que permitirlo.” El poeta Oquendo nos invita a su discernimiento como una simplificación de poética personal o poética de la emoción con el que podemos estar de acuerdo o no, pero sobre el cual, en este preciso instante de la poesía ecuatoriana, es necesario cuestionarse. Así se desarrollan, a lo largo de las siguientes páginas del prólogo, dos partes más: Una pequeña historia de nuestra poesía en donde el poeta hace un periplo histórico de la poesía ecuatoriana que en verdad es muy completo y necesario tanto para los que recién comenzamos a conocer la tradición de los poetas ecuatorianos como para los ya conocedores de esta tradición, pues no sólo serviría para cotejar datos, nombres y fechas bibliográficas, sino también para vernos retratados en los propios poetas; ser parte de su biografía y tiempos. Y la última parte del prólogo, subdividida a su vez en cinco partes: Los poetas escogidos y su «emoción», en donde se nos explica por qué se seleccionó a estos 20 autores y simplifica de una forma coloquial y amena las poéticas de cada uno de ellos. ¿Quiénes son los llamados Poetas de la emoción? Manuel Zavala
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creACión Ruiz, Carlos Eduardo Jaramillo, Euler Granda, Fernando Cazón Vera, Antonio Preciado, Ana María Iza, Victoria Tovar, Iván Oñate, Sara Vanegas, Catalina Sojos, Jennie Carrasco Molina, Carmen Váscones, María Fernanda Espinosa, Pedro Gil, Freddy Peñafiel, Ana Cecilia Blum, Marialuz Albuja Bayas, Julia Erazo Delgado, Xavier Oquendo Troncoso y Corina Dávalos. Poetas nacidos entre 1928 y 1977. Más o menos sesenta años de vida poética entre todas las generaciones de la antología. Poetas que han crecido con las lecturas de los clásicos griegos y latinos, con el siglo de oro de la poesía española, el romanticismo, simbolismo, el modernismo, las vanguardias y toda la tradición de la poesía latinoamericana y mundial. Todos los poetas de la emoción han probado que el manejo de los versos y su construcción es vida ya para cada uno de ellos. Desde los versos clásicos en octavas de endecasílabos en rima consonante, pasando por la rebeldía en el verso libre de rimas y con temas filosóficos y existenciales; contestatarios y epigramáticos siguiendo la tradición de la antipoesía y ejercitando la poesía erótica como una especie de ruptura y reflexión. Poesía con tintes cotidianos y coloquiales que no niegan la profundidad de la naturaleza humana y que además la comparten. En algunos versos el discurso poético podría verse costumbrista o naturalista pero lo salva la buena construcción de los versos. Y el hecho de que algunos de los poetas antologados sean parte de una generación finisecular, abre la espectativa no sólo de disfrutar de la lectura sino de comparar estéticas generacionales. Todos los conceptos anteriores se encuentran señalados en el prólogo y hago esta enumeración con el doble propósito de presentar y de evaluar si lo señalado de esa forma se cumple en los poetas seleccionados. En mi caso, la ventaja de ser un lector, digamos inocente y primerizo con respecto a la poesía ecuatoriana, es que no tengo ningún tipo de fobia o predisposición, ningún tipo de prejuicio ni mala información sobre ella. De hecho esa duda del por qué la poesía ecuatoriana no es tan conocida ni leída fuera de Ecuador es algo que uno se plantea después de
conocer a poetas con tan buena construcción poética. Y esa es otra de las ventajas de que existan antologías como esta, que además es publicada por Ediciones de La Isla de Sitolá en Sevilla, España, con unos acabados de la edición que resultan un dulce para los sentidos: es un libro que se disfruta desde que se palpa hasta que se lee completo. Esta edición española es una
es una de las mágicas formas de la poesía. Que el poema leído nunca será dos veces el mismo y que de esa multiplicidad nos encontramos nuevamente con la única cuerda de la emoción. Al ser leído el poema, se pulsará la emoción y habrá en ese preciso segundo un verso que se presente ante nuestra lectura como un pequeño sol que ilumine nuestro rostro y nos hará reír, estar de acuerdo, negar o
“¿Habrá una suerte de poeta onanista frente a su propio trabajo y discurso individual? ¿Será tiempo del aparecimiento del lector lingüista y la desaparición del lector común? ¡Nunca! ¡Nunca! No hay que permitirlo.” respuesta a mi duda y es una nueva aventura para compartir poetas ecuatorianos fuera de Ecuador. Pero volviendo al tema de si se cumple lo anunciado de cada poeta en el prólogo, yo creo que sí. Uno comienza a decir, a murmurar con la mirada, los versos de cada uno de los poetas y uno termina cediendo en positivo por la maravilla que se devela. Es como aquel cazador que sale por una presa menor y se enfrenta con la caza mayor y con esa sorpresa se tiene uno que enfrentar y maravillar. Habrá, como siempre, versos, poemas y poetas que le hablen más a uno en determinado momento del libro y de la vida. Esa
Portada del libro “Poetas de la emoción [20 Poetas ecuatorianos vivos]”
hasta llorar con esas palabras. Los poetas de la emoción cumplen cabalmente ese sino y nos lo demuestran verso tras verso. Podremos o no estar de acuerdo con la selección de los 20 poetas ecuatorianos vivos, curiosa característica que crea suspicacia y riesgo, pues al estar vivo el poeta, significa que su obra aún se está creando y ese “aún” conlleva todos los peligros que la propia poesía propone al poeta. En este caso los 20 poetas deciden aceptar el reto y salir con su obra y su propuesta estética para no sólo ser contemplados como un puñado de poetas que se lanzan al mar infinito de la poesía, sino poetas que requieren respuestas y preguntas. Poetas con el trabajo de la emoción en la sangre que buscan ser leídos, comentados, criticados y atendidos por los lectores comunes, los de todos los días, los de todas las horas que se vean reflejados, retratados o evocados. Y comenzar el juego del azar y abrir las páginas del libro y encontrar versos que llevan nombre y que también llevan cuerpo y rostro como: “Me diste para el breve desentierro / la llorona guitarra enamorada, (...)”, “(...) y me tiraba de cabeza en el silencio (...)”, “El pájaro se puso la máscara, / la máscara se puso al pájaro, (...)”, “Adiós, / voy a estrechar la mano / de mi vieja tristeza.”, “Un melancólico animal / inepto para la dicha.”, “(...) recobra los pár-
pados de los que no quieren ver (...)”, “(...) los lugares que no te conocieron te reclaman (...)”, “Que los solos / tienen siempre una medida estándar.” Y así abrir y leer el poema completo después de que el azar nos enganchara al pulsar la única cuerda de la emoción para volver al poema, a la página y ver el rostro en palabras del poeta que escribió esos versos y acompañarlo con nuestra propia emoción despierta y lúdica, motivada y seducida por los versos que nos dan carne, piel, luz y personalidad. Queda el ejercicio de hacer una lectura comparada con las otras antologías publicadas recientemente en Ecuador y realizar nuestro pequeño canon personal de poetas ecuatorianos, canon que siempre existirá ya sea de forma consciente o inconsciente. Considero en este punto que es de enorme importancia la crítica siempre sana y despierta para obligar a nuestros espíritus (a veces egoístas) a darnos la oportunidad de ampliar nuestros propios límites. Si en algún momento el título Poetas de la emoción puede causar cierta desconfianza por la acepción popular que el significado del sustantivo conlleva, después de la lectura del libro puedo decir que no debe existir tal temor: quienes abran este libro se llevarán -como yo mismouna grata sorpresa al encontrar 20 maneras distintas de transmitir emoción y emocionalidad, y cómo ello se aparta del efectismo que solemos encontrar en cuanto a “emotivo” se refiere; 20 autores ecuatorianos vivos y escribiendo, creando, sonriendo y soñando para el bien de nuestros gustosos lectores y para el bien de la poesía mundial. Pulsar sin miedo la cuerda de la emoción es vibrar con las ondas cósmicas que guarda el poema. Pulsar la cuerda de la emoción es abrir la antología y desdoblar el universo de posibilidades vivenciales al que nos invita. Pulsar la cuerda de los Poetas de la emoción es compartir el infinito de experiencias que cada uno de los poetas nos ofrece. Y si se está construyendo una nueva estética dentro de la poesía es mejor estar atentos a lo que se construye con emoción que quedarse fuera rumiando ignorancia y resentimiento. Poetas de la emoción (20 Poetas ecuatorianos vivos): seguramente después de la lectura serás parte vivencial de cada uno de ellos.
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C u e r p o , va c í o y danza en el viejo Ma r i s c a l Su c re FOTOS: SANTIAGO AGUIRRE TEXTO: FAUSTO RIVERA YÁNEZ
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hora, el único artefacto que despega es el viento. Los viajeros son manchas impregnadas en las paredes de un corredor vencido. Los policías no vigilan, la migración no retiene, los rótulos mal orientan, las puertas están clausuradas, el reloj no apresura, las maletas no llegan, el altavoz calla. Breves figuras se desplazan por un terreno gris que devendrá en verde próximamente. La arquitectura del aire se sostendrá de pájaros extraviados en medio de robustos árboles y lagunas
improvisadas. El viejo aereopuerto Mariscal Sucre fue ocupado por un vacío que no tardó mucho en transformar su agitado rostro metálico, en una eterna sala de espera sin anuncios. Este sentenciado espacio fue aprovechado por el fótografo francés Mathieu Rousseau, quien hace una semana retrató varios sitios del aereopuerto antes de ser derrumbado. Además, incorporó en cada toma a cuatro bailarines (Eliana Zambrano, Gabriela Rosero, Vilmedis Cobas, Sebastián Salvador) de danza contemporánea que forman parte de la Compañía Nacional de Danza del Ecuador. El proyecto que Rousseau denomina como “L´esprit du lieu”
(El espíritu del lugar- Aeropuerto Mariscal Sucre luego del cierre), identifica zonas en el mundo donde la naturaleza poco a poco va recuperando su espacio. Con el idioma del cuerpo expresado a través del baile, Rousseau pretende saturar de poesía y vida a esas edificaciones que están a punto de transformarse en hojas, aun cuando el cuerpo en la danza muere y nace simultaneamente como decía Paul Valéry. Rousseau, quien fue invitado por la Alianza Francesa (AF) de Quito y Cuenca para ejecutar este proyecto, presentará como trabajo final una exposición fotográfica en la AF de Quito y en el parque que reemplazará al viejo aeropuerto.
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Vagón 204
ESCENAS DE FOG CITY CARLA BADILLO CORONADO
1. Esta página es una extensión de este barrio, por eso escribo corriendo el riesgo de perderme en alguna línea sin salida. North Beach es para mí lo que Bruges significa para Rodenbach: “una pieza de museo, una ciudad fuera del tiempo”. Pero North Beach es un museo interactivo, aquí el tiempo se recicla. North Beach no es el desierto, pero sus habitantes parecen espejismos. La mayoría transita con un aura irreal como ilusiones ópticas producidas por algún fenómeno de luz; pero a diferencia de las grandes temperaturas, al caer la tarde lo que impera es la niebla y, desde algún punto alto como Coit Tower, la calle Lombard o el mirador entre Broadway y Jones, se puede ver a San Francisco devorarse a sí misma, víctima de su propio mito, en medio de la bruma. A veces creo que los personajes más extraños de este barrio son el resultado de esa niebla y que, tarde o temprano, se evaporarán. North Beach más que un barrio es una contradicción. Su nombre -Playa del Norte- anuncia lo que no existe. Playa del Norte no tiene playa. Por eso este barrio es una ilusión. Su identidad es fragmentaria, mutante, esquizofrénica, por eso me fascina. North Beach está lleno de excéntricos, decadentes y solitarios. North Beach en un manicomio de puertas abiertas, aquí los locos construyen sueños de arena, los viejos echan leña a la memoria entre rocolas y partidas de ajedrez, los bohemios nadan hacia el fondo de
una copa vacía, y los vagabundos duermen en cualquier esquina, muchas veces parados, como soldados nocturnos escoltando su vida, con la cabeza apoyada en el recuerdo de un vientre tibio, para ellos: lo más parecido a un hogar. 2. Caffe Trieste. Mark me presenta a Christian, el cremador de cadáveres. El tipo de lentes toca a diario la muerte con sus manos, mientras yo apenas la intuyo cuando escribo. Sus historias huelen a humo y huevos podridos, el mismo olor que despiden los muertos al ser incinerados. Christian es vegetariano. Casi todos los cremadores lo son. Trabaja con su propia ropa y ya está acostumbrado. 14 cremaciones por día. 1800 grados. Tiempo aproximado de cada cremación: de 45 minutos a 2 horas, dependiendo del cuerpo. Quise acompañarlo pero está prohibido. Christian lee muchos libros mientras los cuerpos se vuelen cenizas. Y a veces piensa en los judíos que tuvieron que quemar a otros judíos durante la II Guerra Mundial. Christian es la última persona en mirar el rostro de esos cuerpos inertes que esperan su turno sin esperar. —¿Nunca has sentido miedo?, pregunto. —Quien no teme a la vida, responde, tampoco temerá la muerte. 3. Disfruto mucho sentarme a mirar. Parece simple pero no lo es. No todo mundo sabe mirar. Sentada en esta mesa de Cafe Brioche me he llevado gratas sorpresas. Cannibal Carl nunca viene porque dice que una vez soñó que un bus se estrellaba contra el vidrio donde ahora reposa mi cabeza. Dice que es mucho riesgo, sobre
todo porque la parada queda aquí, junto a la mesa, pero lo cierto es que a mí me parece una posición perfecta. Cada vez que se abren y cierran las puertas del bus, esa actividad aparentemente monótona es la que me permite repensar una serie de cosas que, sin la autenticidad de esa rutina, no existirían. Algunos disfrutan encontrar figuras de animales en las nubes, a mí me gusta encontrar similitudes entre los pasajeros anónimos y algunos artistas. Hay días en los que no encuentro ningún parecido entre ellos, pero también hay otros, como hoy, que en menos de una hora pude ver a un Truman Capote cuarentón moviendo la cabeza de lado a lado con sus audífonos puestos, a un Albert Cossery de bigote y maletín, y a un Johnny Cash extremadamente delgado, bostezando, como si hubiese querido exhalar, en el acto, toda su desidia; probablemente salía del trabajo, otro tipo de Folsom Prison, hambriento, cansado, ansioso de encontrar, un día de estos, la verdadera libertad. 4. Sentada con mis viejos de Caffe Trieste (muchos de los cuales son medio sordos) suceden cosas graciosas como esta: El loco Larry dice: "Todas las cosas vienen fácil a quien espera con paciencia. No es fácil ser Buda." Pero León acaba escuchando "pero no es fácil ser puta." Y así sucesivamente. Cada vez que el uno trata de explicar al otro, las frases cambian de sentido, como si fuesen niños que -sin saberlo- a diario siguen jugando al teléfono dañado.
5. Una mujer bosteza en el mismo instante en que empieza a sonar O Sole Mio de Enrico Caruso, una de las canciones de ópera más solicitadas en la rocola de Caffe Trieste. Es muy graciosa la escena: la mujer abre tanto la boca y queda suspendida con un gesto dramático que parecería ser ella la que canta. 6. No es la primera vez que me siento agotada por mis letras. A veces creo que estoy condenada a escribir fragmentos. A veces creo que estoy condenada a escribir. A veces creo que soy la única que encuentra belleza en todo lo que perturba, aunque sé que en el mundo hay otros, que al igual que yo, arrastran su lengua sobre un abecedario de sombras. La luz está al otro lado de ese abecedario como la conocida promesa de un tesoro al final del arcoíris. Todo es ilusión. El arcoíris se manifiesta, pero el movimiento de nuestro cuerpo es únicamente apariencia. Nunca llegaremos al otro lado. Ni siquiera la muerte nos confiere esa promesa. Esta noche estoy lejos de todo. Escribo en el café de siempre, pero mis dedos se mueven a kilómetros de distancia. Los viejos discuten en la mesa central en un idioma que no entiendo. Le pregunto a Mark si él reconoce ese idioma, pero tampoco entiendo su respuesta. Todos los idiomas me resultan ajenos. La rocola se enciende, Nina Simone canta. Veo entrar al pequeño vagabundo del otro día, el ladrón que tiene los ojos de Raúl Gómez Jattin. Me sonríe, me calma. Su complicidad no necesita palabras. El miedo es un convertidor de sonidos. Dudo de todo. Pero es por esta incertidumbre que todavía escribo.
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Dime qué lees y te diré quién eres: la biblioteca, depositaria silenciosa de la condición humana IVETTE CELI PIEDRA
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temACentral “No todas las verdades son para todos los oídos ni todas las mentiras pueden ser reconocidas” (Eco, 1980), así se justifica el ingreso al prohibido mundo del conocimiento simbolizado en un oscuro laberinto al que Umberto Eco le da figura de Biblioteca en su obra “El Nombre de la Rosa”. Aun cuando los monjes benedictinos del medievo (XIV) eran custodios de una de las más fabulosas bibliotecas del norte de los Apeninos, el engañoso apetito humano y terrenal por la sabiduría -del por qué de las cosas-, restringía con duras reglas el ingreso “al amplio vientre de la biblioteca” (Eco, 1980). En Quito, en la planta baja del Edificio Aranjuez del Ministerio de Cultura (Reina Victoria y G. Washington), a la puerta de entrada le siguen grandes estanterías metálicas, todas ellas arriostradas entre sí para evitar el movimiento, cada una conserva un dedicado orden de clasificación, pues solo una persona es la encargada de custodiar cientos y miles de libros históricos que forman parte de la reserva del Fondo de Ciencias Humanas (FCH). Los pasillos para la circulación están dispuestos a manera de un laberinto sin complejidad, en el que paso a paso verdades y mentiras calman el apetito de los investigadores y estudiosos que acuden para develar cuestiones del pasado. Aquí, las restricciones son mínimas, un cartel a modo de señalética instruye al investigador sobre el comportamiento que deberá tener en cuenta dentro de las áreas de consulta. Todos los libros son de libre acceso, excepto los incunables o aquellos sobre los que se asignan protocolos de seguridad especiales ya sea por su valor histórico, rareza o estado de conservación. Laberinto de sabiduría El afán por penetrar en el laberinto de la sabiduría se remonta al descubrimiento de la escritura y posteriormente a la circulación del libro. Lenguaje y escritura son la base fundamental para el desarrollo de muchos inventos, pero son principalmente lo que nos determina como sujetos sociales. Desde el uso de soportes como piedra, madera, hueso, pergamino y papiro, la tecnología para el intercambio de la idea escrita fue adaptándose a sus-
“ ... el individuo aprende a seleccionar, ordenar y clasificar por jerarquías, a hacer ‘buenas’ colecciones”.
nacientes necesidades de circulación, en tanto la época helenística determinó una basta producción de rollos que contenían investigaciones científicas y literarias. Con la fundación de la Biblioteca de Alejandría en Egipto (siglo V a.C.) construida bajo el mandato de Tolomeo I, la erudición se hace posible, puesto que ya en este momento se dispone de la materia prima para llevarla acabo. Junto al Museion(templo de las musas), la Biblioteca era un centro de investigaciones de-
dicado a albergar toda la producción de obras de la literatura griega de la mejor calidad (González Castrilló, 2004). Contaba con un sistema de catalogación y administración desarrollado por el poeta Calímaco que daba cuenta de su trabajo como bibliotecario. El término erudición fue conceptualizado por Rudolf Pfieffer (1889-1979) como “el arte de entender, explicar y restaurar la tradición literaria” y parte de aquellos depositarios de la información escrita que custo-
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temACentral “Las colecciones permitieron la preservación y archivo de grandes legados de información escrita en bibliotecas de carácter privado o exclusivo, desde donde se determinó la organización para su uso”.
diaban el conocimiento y la sabiduría pero que además poseían el dominio de sus contenidos. El mundo occidental traslada a Roma la difusión y circulación de información escrita a través del negocio editorial. A partir de los códices de soporte en pergamino, se elaboran cuadernillos o dípticos cosidos entre sí, dando lugar al libro que conocemos en la actualidad. Esta innovación permitió reducir el tamaño y facilitar la transportación de contenidos, permi-
tiendo de alguna forma el desarrollo de una incipiente costumbre de poseer colecciones de libros como signo de distinción. (González Castrilló, 2004). Estas primeras colecciones configuraron lo que hoy entendemos por biblioteca, sin embargo estos espacios no estaban dispuestos para el común de la población sino para una selecta comunidad lectora cuya apropiación del conocimiento le otorgaba un estado de superioridad frente a otros grupos sociales.
Las colecciones permitieron la preservación y archivo de grandes legados de información escrita en bibliotecas de carácter privado o exclusivo, desde donde se determinó la organización para su uso. Entendiendo que la biblioteca alberga la memoria de la humanidad, el libro representa el ejercicio compilador de esa memoria y la posibilidad plena de reproducirla, mantenerla, interpretarla y modificarla. De ahí proviene el poder del acceso al conocimiento y su potencial político frente a procesos de dominación, manipulación, exclusión, construcción y transformación ideológica. El pensamiento se limita o se regula a través la selección específica de una colección y de lo que se puede o se debe mostrar. Como menciona Clifford, el individuo “aprende a seleccionar, ordenar y clasificar por jerarquías, a hacer “buenas” colecciones”, (Clifford, 1995). Este universo –el de la colecciónestá gobernado por reglas implícitas, según Sekula: “el archivo también ‘subordina’ y ‘territorializa’” (Sekula, 1986). Otorga una identidad y una pertenencia desde la construcción de un pasado común generando diferencias entorno a una determinada línea ideológica. El cristianismo se identificó con esta dinámica e inició un proceso de transformación del pensamiento a través del uso de textos científicos, filosóficos y
literarios griegos y latinos que ocultaban, reinterpretaban y validaban causas y efectos “divinos” del mensaje de Dios. “En el nombre de la rosa”, Eco ejemplifica esta práctica con la simbología del laberinto “por eso entre las paredes de piedra del laberinto, el gran enemigo es Aristóteles, quien busca a través de la ciencia universal “el conocimiento de todas las cosas”, de sus causas y primeros principios” (Girald, 1988). El ocultamiento del conocimiento, determina -para ellos- la existencia de “libros engañosos” “por las mentiras que custodian”; y, por tanto, quien se aventurase en el laberinto de la biblioteca, recibirá el peor de los castigos (Girald, 1988). Durante la edad media, la biblioteca se transforma en un espacio monástico en el que se resguarda y reproduce la información escrita para evitar y regular su circulación promoviendo nuevas formas de pensamiento. Aparecen los copistas monacales encargados de caracterizar y estilizar la imagen librera. Muchos estudiosos aseguran que la pervivencia de la información escrita, asumida por la Iglesia –especialmente bizantina-, garantizó el posterior estudio de la Literatura Clásica griega y latina y la formación de una nueva Filosofía basada en la fe y la razón. Una gran cantidad de obras reproducidas por copistas monacales –muchos de ellos benedictinos como lo describe Umberto Eco– se encuentran actualmente atesoradas en grandes bibliotecas del mundo. Con la fundación de la universidad, se seculariza el oficio del copista e inicia una nueva etapa para la biblioteca. La reproducción de libros se convierte en un negocio lucrativo, pero es especialmente con el surgimiento de la burguesía y su creciente poder adquisitivo, que la compra de libros para alimentar colecciones privadas se materializa. El comercio del libro y su acelerada demanda experimenta un giro total con la invención de la imprenta atribuida a Gutenberg el s. XV (aunque fueron los chinos quienes la inventaron), lo que da lugar a la producción de libros a gran escala y por tanto su dis-
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ttribución y consumo. Es importante comprender la importancia del libro, no solo como un contenedor de información, sino como su principal transmisor. Por ello, la configuración del pensamiento político sobre la base de conceptos como “pueblo” o “nación” que circulaban en los libros, dio paso a la conformación de ideales sobre el territorio, el poder y la búsqueda de lo desconocido. Entonces, imaginar una comunidad fue posible gracias al libro y a la imprenta que propagó saberes y lenguas durante varios siglos. La biblioteca como una radiografía social Posterior al establecimiento de la Ilustración y a partir delsiglo XIX, se desarrolla otro tipo de coleccionismo bibliófilo que
“El archivo otorga una identidad y una pertenencia desde la construcción de un pasado común generando diferencias entorno a una determinada línea ideológica”. popularizó una expresión denominada Ex Libris “de entre los libros de”. Esta dinámica determinó tendencias específicas en imaginarios, ideologías y prácticas sociales, puesto que a partir de este momento se puede identificar la pertenencia de una selección bibliográfica particular y su injerencia dentro del pensamiento político de una sociedad. El coleccionista como sujeto histórico responde a su presente: prácticas sociales, políticas y culturales y a necesidades que le imponen sus ideologías e imaginarios (Bedoya, 2008). La forma de ordenar de un co-
leccionista no es inocente, sino que obedece a una época y a un tipo de pensamiento particular, que responde a cómo haya estado configurada la mentalidad de la época. (Bedoya: 2008). Las formas de catalogar o más bien ordenar el archivo también responderán a cómo se quiere ser recordado, es decir, acorde a los intereses propios y a una política y agenda de memoria clara. El acercamiento a una biblioteca formada en este sentido, puede entenderse y luego estudiarse para “la reconstrucción social de las distintas prácticas e interpretaciones dentro de las cuáles fueron adquiridas, colectadas, atesoradas y archivadas” (Bedoya, 2008). Los libros por tanto, pueden servir para entender una dinámica particular vinculada a una práctica de lectura y un contexto histórico específico. Tres colecciones conforman el Fondo de Ciencias Humanas del Ministerio de Cultura: Jijón, Barrera y Larrea. La primera y más importante perteneció a Jacinto Jijón y Caamaño (1890-1950), fundador de la Sociedad Ecuatoriana de Estudios Católicos, la Academia Nacional de Historia, el Partido Conservador Ecuatoriano, el Centro Católico de Obreros y además nombrado Primer Burgomaestre de la capital. Posiblemente esta es una de las colecciones bibliográficas más interesantes que actualmente forman parte del patrimonio del Estado, debido a la clara tendencia ideológica con la que fue creada y que se puede determinar, a partir de cómo estaban clasificados los bienes de esta colección. María Elena Bedoya, una de las principales conocedoras de esta colección, sugiere una amplia reflexión sobre la práctica lectora
en el Ecuador a través de su investigación “Exlibris Jijón y Caamaño: Universos del lector y prácticas del coleccionismo”, que vale la pena revisar. Este estudio, relaciona la actividad política e intelectual de Jijón y Caamaño con las características de su colección, en tanto analiza la temporalidad histórica en la que se desarrolla su práctica lectora. Como bien afirma Bedoya, “su acervo ha sido catalogado generalmente como una ‘biblioteca americanista’ con publicaciones de todo tipo, sean históricas, arqueológicas, etnográficas, religiosas, económicas, arquitectónicas, etc”, cuyas características particulares nos permiten comprender el período histórico en el que el coleccionista se desenvolvió, tanto en sus intereses privados como arqueólogo e historiador, como en su participación dentro de la esfera pública como actor político. Su influencia dentro de la construcción de una tendencia ideológica de carácter nacional, puede entenderse a través del estudio de esta colección. El laberinto de libros que posee el FCH y que en su momento fue articulado por el Banco Central del Ecuador (1978) para beneficio de la ciudadanía y que hoy es administrado por el Ministerio de Cultura, provee un abanico de posibilidades de estudio, por un lado la gestión bibliotecaria y los esfuerzos por garantizar el libre acceso al conocimiento, los procesos de conservación y almacenamiento de bienes bibliográficos de alto valor histórico, las formas de catalogación y archivo que permiten una adecuada localización de información y por otro lado, la diversidad de contenidos que esta biblioteca pone a disposición de la ciudadanía interesada en la
investigación de las ciencias humanas. En la actualidad, los nuevos sistemas de almacenamiento de información y las cada vez más cambiantes tecnologías informáticas limitan los procesos de construcción de colecciones y archivos particulares que permitan a futuro tener nuevas luces acerca de otras pertenencias ideológicas o configuraciones del pensa-
miento en un presente que se convierte en pasado más aceleradamente. Es cierto que la tecnología ha permitido democratizar enormemente el acceso a la información, pero también ha restringido en gran medida la asistencia de públicos a nuestras bibliotecas debido a la cantidad de información que se obtiene día a día a través del Internet y las redes de información. No obstante, es preciso tener en cuenta que el libro sigue siendo la herramienta de difusión de la cultura escrita que más ha pervivido en el tiempo y, por tanto, la que nos permite enriquecer nuestras formas de identificación colectiva. Por ello, nuestras bibliotecas y archivos siguen siendo el motor principal para la reconstrucción de contextos históricos, la deconstrucción de discursos de represión o exclusión y el afianzamiento de un modelo de pensamiento libre y soberano a través del fortalecimiento de una sociedad crítica y reflexiva. No mucha gente atiende el FCH, pero se puede afirmar que quienes lo hacen son verdaderos
eruditos de sus contenidos, además de ser custodios de un acervo de incalculable valor. Yesenia Villacrés lleva nueve años al servicio de este espacio de investigación científica que, entre otras cosas, alberga cuatro obras incunables (en la cuna o a las puertas de la invención de la imprenta de caracteres móviles entre 1450 - 1500) de origen europeo, una de ellas única en el Ecuador. Se trata una reimpresión de la obra de Santo Tomás “De Veritate” del siglo XIII realizada en 1480. Villacrés presume de su existencia y afirma que muchas personas acuden al FCH para ver directamente esta obra. Imaginar que, de no haber existido el interés de preservar la información escrita a través del tiempo, seguramente Santo Tomás no habría podido lograr la “justificación” del pensamiento teológico “verdadero” contrastado con una “absurda verdad” clásica del pensamiento racional, expresado en esta obra, base fundamental para la comprensión de los preceptos de Dios. Pero la ausencia del coleccionismo seguramente ha-
bría impedido que Jijón y Caamaño adquiriera para sí un bien de esa naturaleza. En ello, Villacrés, al mostrar esta obra a todos aquellos interesados en verla, cumple con un fin de mediación vital para la transmisión del conocimiento, tal y como lo
“Es cierto que la tecnología ha permitido democratizar enormemente el acceso a la información, pero también ha restringido en gran medida la asistencia de públicos”.
LAS BIBLIOTECAS EN EL ECUADOR La historia de las bibliotecas en nuestro país inicia en 1792 con el nombramiento de Eugenio Espejo como Primer Bibliotecario Público, quien asumió la custodia de los fondos bibliográficos de la comunidad jesuita luego de su expulsión en 1767. El acervo inicial ascendía a unos 40.000 volúmenes que contenían temas variados: Ciencias, Filosofía, Teología, Literatura, etc. Sin embargo, cuando Espejo acogió este fondo bibliográfico, el número de ejemplares fue menor. Actualmente esta colección se encuentra desmembrada en varias instituciones: Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, Colegio Nacional Mejía, Biblioteca de la Universidad Central, Archivo Nacional de Historia y Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit. A partir del siglo XIX se fueron creando otras bibliotecas importantes como la Municipal de Quito (1886) Guayaquil (1884) Cuenca (1891). El sistema de clasificación de la Biblioteca Pública (hoy Nacional Eugenio Espejo) fue agrupar las obras en grandes temáticas: Filosofía, Teología, Literatura, Historia, etc., y otor-
garles una identificación cromática en el lomo, eso permitía ubicarlas fácilmente. Adicionalmente, se contaba con un registro manual que reseñaba los datos principales de cada libro. A inicios del siglo XX entró en vigencia en el Ecuador el Sistema de Clasificación Decimal Dewey (Melvil Dewey 1876), la Biblioteca Municipal de Quito fue la primera en utilizarlo a través de una reglamentación que determinaba un registro exhaustivo del manejo de las obras, información e ingreso, préstamo, ubicación y estado de conservación. En Guayaquil la Biblioteca Municipal empezó a utilizar este sistema de clasificación a partir de 1920, con Juan Alminate y Carlos A. Rolando, quienes publicaron los respectivos catálogos. De las colecciones bibliográficas que tiene nuestro país, se destacan además de la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, la Biblioteca y Archivo Municipal Carlos Rolando, la Biblioteca de la Universidad Central (creada a través de Decreto Ejecutivo por Simón Bolívar en 1826), la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinosa Pólit (administrada por la Compañía de
hacían los eruditos de la antigua Alejandría, cerrando un circuito de información. Es así que el papel del bibliotecario –históricamente olvidado- pasa a ser un ejercitador protagónico en la continuidad de la vida de los acervos bibliográficos. El libro no desaparecerá porque las sociedades nunca callarán, por ello dejo a los lectores cotidianos, fanáticos, abstractos, sabios y curiosos el pensamiento de Borges al referirse a la biblioteca: “Quizá me engañen la vejez y el temor, pero sospecho que la especie humana - la única está por extinguirse y que la Biblioteca perdurará: iluminada, solitaria, infinita, perfectamente inmóvil, armada de volúmenes preciosos, inútil, incorruptible, secreta.” (Borges, “La biblioteca de Babel”) Ivette Celi Piedra es Subsecretaria de Memoria Social del Ministerio de Cultura, Magíster en Historia Hispánica por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid.
BIBLIOGRAFÍA Jesús) una de las más completas en lo que respecta a autores ecuatorianos. En el año 2008, el Decreto de Emergencia del Patrimonio Cultural, desarrollado por el Ministerio Coordinador de Patrimonio, hizo una evaluación del estado de los archivos históricos y los fondos bibliográficos antiguos, con el fin de inventariar y diagnosticar los problemas emergentes. De este resultado se conoció que en lo que se refiere a fondos bibliográficos públicos existió un abandono histórico por parte de autoridades gubernamentales, y tampoco se asignaron recursos suficientes para ejecutar proyectos de salvaguarda, inventario y catalogación. En el caso de las bibliotecas municipales, podemos afirmar que las principales ciudades del país tienen un sistema de inventario y funcionarios que trabajan en la adecuación de salas y atención a los usuarios, sin embargo, no se tomaron en cuenta procesos de deterioro que sufren los libros y los riesgos que representan los archivos de prensa y revistas. Los fondos bibliográficos antiguos que estuvieron a cargo del
área cultural del Banco Central del Ecuador han sido los únicos sobre los que el Estado puso mucho énfasis en su cuidado, conservación y restauración. Luego del traspaso de estos bienes al Ministerio de Cultura (2010), se desarrolló un modelo de gestión que creó la Dirección Técnica de Bibliotecas (2012), para la ejecución de programas y proyectos para la actualización y sostenimiento de los fondos bibliográficos estatales contemplados en el Sistema Nacional de Bibliotecas del Ecuador, que determina a la Biblioteca Nacional Eugenio Espejo, como nodo central del Sistema para la articulación de las redes de bibliotecas del país. Para ello, se realizó un estudio arquitectónico integral para la rehabilitación física de la BNEE, la conservación de los fondos antiguos, un proceso de catalogación general de fondos y la actualización del sistema de gestión bibliotecaria con un software especializado que se ajusta a la normativa internacional y que será implementado en la Red de Bibliotecas del Ministerio de Cultura, en nueve provincias del país, a partir de este año.
1. Anderson, Bennedict, “Comunidades imaginadas”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 1993. 2. Bedoya, María Elena, “Exlibris Jijón y Caamaño. Universos del lector y prácticas del coleccionista 1890 – 1950”, Banco Central del Ecuador, Quito, 2008. 3. Borges, Jorge Luís, “La biblioteca de Babel”, en “El jardín de los senderos que se bifurcan”, Sur, Buenos Aires, 1942. 4. Eco, Umberto, “El nombre de la rosa”, Ed. Bompiani, Italia, 1980. 5. Girald, María de los Ángeles, “Aristóteles en el nombre de la rosa”, en “Rev. Filosofía, Univ. Costa Rica XXVI”, 1988. 6. González Castrillo, Ricardo, “Oposiciones a Bibliotecas y Archivos”, Complutense, Madrid, 2004. 7. Poole, Deborah, “An excess of description: Ethnography, race and visual technologies. Annual review of Anthropology”, No.34; 2005. 8. Sekula, Allan, “The body and the archive”, October 39, Winter, 1986.
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Ganadora de premio Andersen reivindica la literatura como espacio de rebelión
De las palabras a los hechos EL CARIÑO TAMBIÉN TIENE NORMAS MARÍA DEL PILAR COBO
a escritora argentina María Teresa Andruetto, ganadora del premio Hans Christian Andersen 2012, el más importante en narrativa infantil y juvenil, reivindicó en estos días el papel de la literatura como "un espacio de rebelión, un lugar de desacato" capaz de cuestionar a sus lectores el mundo que los rodea. En una entrevista, con motivo de su participación en el II Congreso Iberoamericano de Lengua y Literatura Infantil y Juvenil (Cilelij), Andruetto defendió la importancia de romper con la visión "naif" del género y apostó por "borrar la rigidez de las fronteras" de edad que, a su juicio, limitan la capacidad creativa de los autores."Ese proteccionismo falso hacia los niños, entre “naif ” y decididamente tonto no ayuda para nada al encuentro de un niño con un texto. El proceso de escritura es en realidad un camino hacia uno mismo, ese desacato y rebelión interior es lo que después el lector, tal vez, pueda revivir en el proceso de lectura", valoró."Yo siempre entiendo el libro como un puente entre dos subjetividades: la de quien escribe y la de quien lee", resaltó la escritora."En nuestras rea-
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lidades latinoamericanas hay muchas familias en las que el libro no está presente, la oportunidad de ese niño está entonces en la escuela, que se convierte en la mediadora y democratizadora de los recursos", agregó Andruetto. En este sentido defendió que "la construcción lectora en la infancia se basa en la diversidad" e insistió en la creación de "espacios que rompan encasillamientos" y permitan transitar a los niños por distintos tipos de materiales, libros y formatos. Escritora de novelas, cuentos, poemas, obras de teatro y ensayos para adultos, niños y jóvenes, Andruetto fue galardonada en 2012 con el premio Hans Christian Andersen, también conocido como "el pequeño premio nobel" de literatura infantil, en el que se reconoció su maestría literaria y su sensibilidad narrativa con temas como la inmigración, la injusticia, la pobreza y la política. "Ese compromiso no lo busco, sucede porque forma parte de mi historia. Yo pertenezco a una generación que cuando era joven vivió un golpe de Estado y una dictadura (1976-1983), todo eso atra-
vesó mis años de formación y se me aparece con un interés muy fuerte en todo lo que hago", confesó. Nacida en la provincia de Córdoba en 1954, la argentina reconoce que a la hora de escribir siempre emprende "una búsqueda personal que va a lo esencial de uno mismo, ese es el lugar donde uno es el eco de los otros", y subraya la importancia de la lectura como herramienta de concienciación y desarrollo personal. Así, defendió que "un lector es siempre una persona más reflexiva, más consciente de sí, eso hace que tenga más posibilidades de preguntarse si las cosas podrían haber sido de otro modo, de no dar nada por sentado y una persona así es también un ciudadano más crítico"."El pensamiento al que nos obliga un buen texto literario es fundamental en la formación de una persona y de su subjetividad", añadió Andruetto. Entre sus libros para niños y jóvenes destacan "Stefano", "El anillo encantado", "Huellas en la arena", "Dale campeón!", "Solgo", "La mujer vampiro y otros cuentos", "El país de Juan" y "Veladuras". EFE.
Un hipocorístico es el nombre abreviado que se refiere a una persona de manera familiar o cariñosa. Estos nombres suelen formarse de distintas maneras, como lo menciona la Ortografía de la RAE: con simples diminutivos (Susanita, Jorgito), por acronimia (Mariví, por María Victoria, o Josema, por José María), por acortamientos (Álex, por Alexandra o Alejandro, o Nico, por Nicolás) o por cambio en la acentuación (Jose, por José). Hay también otros hipocorísticos que no se asocian directamente con el nombre o que se han formado por otro tipo de formas diminutivas, como Chela (por Marcela), Pancho (por Francisco) o Quique (por Enrique). De hecho, muchos nombres que en un inicio fueron hipocorísticos ya se han convertido en nombres propios, como Malena, Maite, Marisa, etc. Sin embargo, pese a que la formación de los hipocorísticos depende de la creatividad de cada uno y de las fórmulas que decidamos emplear, la RAE propone algunas reglas generales para este tipo de nombres, de modo que su escritura sea respetuosa con el español. En primer lugar, deben escribirse con i latina los hipocorísticos que terminen con este sonido, como Pili o Dani. Debe tenerse en cuenta que al formarse un hipocorístico por acronimia, esta nueva palabra deberá regirse a las normas del español, como en el caso de Juampi (Juan Pablo), pues siempre debe escribirse m antes de p, aunque el nombre que lo origine termine con n. Por último, se menciona que estos nombres deben tildarse de acuerdo con las reglas del español, por ejemplo Analú o Álex. Asimismo, podemos mencionar que si el nombre original termina en s, debe conservarse esta en el diminutivo, por ejemplo Andresito o Inesita. En realidad estas reglas no quitan creatividad o cariño a los hipocorísticos, pero sí los hacen más accesibles y mucho más fraternos con nuestro idioma.
María del Pilar Cobo (Quito) Profesora de Redacción, lexicógrafa y correctora de textos. Máster en Edición de la U. de Salamanca, Magíster en Lexicografía Hispánica de la Escuela de Lexicografía Hispánica de la RAE, ex becaria de la Academia Ecuatoriana de la Lengua y ha colaborado en varios proyectos lexicográficos. Miembro fundadora de la Asociación de Correctores de Textos de Ecuador (Acorte). Preguntas y sugerencias: pilicobo@gmail.com
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venTAna RECOMENDADOS
Carnívoro, Juan Pablo Castro Rodas En esta ocasión, el autor presenta un texto en el cual se acerca hacia el retrato humano y urbano, que sirve también como representación del desarraigo existencial de una generación perdida que deambula en la ciudad y se envuelve en una atmósfera de degradación y desamparo emocional.
Breve historia de la barbarie en Occidente, Edgar Morin El texto hace referencia a los dos grandes totalitarismos que dominaron el siglo XX –el hitlerismo y el estalinismo–, pero también, a los desastres de la era poscolonial del imperialismo europeo, además, evoca hechos históricos que marcaron la historia mundial.
La misteriosa llama de la reina Loana, Umberto Eco El autor juega con la nostalgia y la ironía para narrar la vida de un hombre que, buscando su identidad, encuentra la memoria de lo que fue y de lo que todos algún día fuimos. De Flash Gordon a su primer amor, Eco ha escrito en esta ocasión una novela donde lo recuerda todo.
Zoé Valdés gana el Premio Azorín de Novela por "La mujer que llora" a escritora cubana Zoé Valdés se ha adjudicado, con una novela sobre la ex amante de Picasso Dora Maar, "La mujer que llora", el Premio Azorín de Novela 2013, convocado por la editorial Planeta y la Diputación de Alicante (este de España) y con una dotación de 68.000 euros (88.635 dólares). La obra de Valdés, que se presentó al certamen con el pseudónimo de Gloria Julián Cécil, es la recreación que hace la fotógrafa y pintora surrealista Dora Maar, posiblemente la amante que "más influenció intelectualmente" al artista malagueño, tras su ruptura sentimental en el París de 1930. Un año después de que Almudena de Arteaga se llevara el Azorín con "Capricho", Valdés relató que dedicó entre seis y siete años a esta novela, en la que se adentra en el viaje de ocho días que la "abandonada" Maar hizo a Venecia
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junto con dos jóvenes escritores, James Lord y Bernard Minoret, que eran pareja y de uno de los cuales creyó que estaba enamorada. En ese periplo experimentó un punto de inflexión a partir de la revisión de su vida junto a Picasso para iniciar su etapa de "aislamiento" personal, que concluyó con su muerte en 1997. Con momentos autobiográficos, "La mujer que llora" es una novela "sobre el amor, el abandono, la soledad y también esos inmensos momentos de tristeza y alegría" que experimentan quienes tienen "fe en el arte". Para Valdés, Dora Maar fue durante una década el "soporte sentimental y a veces la conciencia social de Picasso", con quien compartió la creación del "Guernica", que fotografió paso a paso. Le tocó una época "que se parece mucho a lo que se vive hoy", al suponer el fin de un periodo a partir del cual se encerró en sí
Zoé Valdés, escritora cubana.
misma junto a una ferviente fe que le condujo a recluirse entre su casa y la parisina Notre Dame. La escritora cubana se documentó durante años para escribir sobre Dora Maar, con la que no llegó a conversar, y ha develado que realizó varias versiones, las primeras más intimistas, hasta la final en la que combina los pasajes en primera y tercera persona. Uno de los miembros del jurado que ha dado el premio por unanimidad, el escritor Juan Eslava Galán, indicó que se sintió "encantado y emocionado" leyendo la novela, y ha
Los cuervos del Vaticano, Eric Frattini Revela una historia de mayordomos traidores, filtraciones de documentos, comisiones secretas de investigación, del servicio de espionaje y contraespionaje del Vaticano, de prelados que denuncian la corrupción y que son alejados de inmediato de San Pedro, lavado de dinero, un complot para asesinar al Papa, etc.
destacado la capacidad de la cubana en "plasmar la vida cultural del París de la época". Un total de 97 obras (dos menos que en 2012) se presentaron a esta trigésimo séptima edición del Azorín, de las cuales 71 llegaron de España, una de Europa y 17 del continente americano, mientras que en las ocho restantes no se especificó la procedencia. De ellas, diez pasaron a la fase final para ser analizadas por un jurado compuesto por los escritores Nativel Preciado y Lola Beccaria, además de Eslava Galán; el catedrático y crítico Manuel Cifo; el periodista y escritor José Ferrándiz; la directora adjunta de Planeta, Marcela Serras, y Juan Bautista Roselló y María José Argudo (como secretaria) por parte de la Diputación alicantina.Gonzalo Torrente Ballester, Luis Antonio de Villena, Luis Racionero, Jesús Ferrero, Dulce Chacón, Luisa Castro, Javier García, Ángela Becerra o Manuel Mira han antecedido a Valdés en este galardón. Finalista del Planeta de 1996 con "Te di la vida entera" y premio Fernando Lara 2003 por "Lobas de mar", no es la primera vez que Valdés recibe un galardón en Alicante ya que en 2004 obtuvo el Premio de Novela Ciudad de Torrevieja por "La eternidad del instante". (EFE)
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En "30 años" se incluirán 54 canciones, seis de ellas inéditas, y una larga nómina de invitados Durante su reconocida trayectoria musical Guerra ha trabajado con músicos de la talla de Luis Eduardo Aute, Silvio Rodríguez, Joaquín Sabina y Cecilia.
MARIANA ALVEAR
ara el próximo 9 de abril está programado el lanzamiento de un triple disco en directo de Pedro Guerra. Una colección de 54 canciones, de las que seis son nuevas. Además se incluyen temas cantados a dúo y otros recuperados de los años en los que el cantautor pertenecía al Taller Canario. La característica de este trabajo es el sentimiento que expresa cada una de las letras y melodías bajo el acorde y acompañamiento de las voces invitadas. Con el título de “30 años”, incluye colaboraciones de Bunbury, Ana Belén, Lenine, Javier Álvarez, Ángel González, Luis Eduardo Aute, Andrés Suárez, Javier Ruibal, Silvio Rodríguez, Pedro Aznar y Chico César, Estrella Morente y Josemi Carmona, Andrés Molina
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“30 años” tiene 6 temas nuevos
y Rogelio Botanz. Guerra nació en Güímar, provincia de Santa Cruz de Tenerife, Islas Canarias (España), sus padres Lourdes Mansito Pérez y Pedro Guerra Cabrera, primer presidente del Parlamento de Canarias y senador por el Partido Socialista Obrero Español, fueron pilar fundamental para que Guerra dé sus primeros pasos en la mú-
sica. A los 18 de años, el cantante se muda a la ciudad universitaria de La Laguna, donde se incorpora a lo que será su vida musical. Allí conoce a muchos otros cantautores entre los que se encuentran Andrés Molina, Rogelio Botanz y Marisa Delgado. Es precisamente junto a estos tres músicos con los que, en 1985, Guerra forma Taller Canario de Canción. Delgado abandonará el grupo un año después quedando el trío que es más conocido. Durante su larga trayectoria musical Guerra ha trabajado con Silvio Rodríguez (1989), Joaquin Sabina (1991), Luis Eduardo Aute, Cecilia Tood y más cantautores de la escena protesta y música latinoamericana, es por ello que Guerra está influenciado por sonidos experimentales que expresan su libre pensamiento y sobre todo convocan a la reflexión,
además de hacer un llamado de atención sobre los conflictos y choques que provocan la vertiginosidad de un mundo posmoderno e individualista. La primera experiencia discográfica de Guerra tiene lugar en 1985, gracias a una iniciativa del Gobierno de Canarias y del Centro de la Cultura Popular Canaria. Participa en los temas “Entre nieblas”, ”Acuérdate de mí”, “Cathaysa y Endecha” del álbum “Nueva Canción Canaria” editado por estas dos instituciones. Pedro Guerra, en aquel entonces conocido como Pedro Manuel, se convertirá en uno de los mayores referentes de la nueva generación de Nueva Canción Canaria, caracterizada por una fuerte reivindicación social, y por el uso de sonoridades del folclore canario, fusionadas con música moderna, latina y norteafricana.
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venTAna RECOMENDADOS THE NEXT DAY David Bowie Where are we now? es el single con el que Bowie presenta su más reciente trabajo discográfico y que marca su regreso a la escena musical. Este es su primer disco en 10 años. El single se acompaña de un vídeo dirigido por el artista contemporáneo Tony Oursler. DELTA MACHINE Depeche Mode Este es el álbum número 13 de estudio de Depeche Mode. Su publicación está a cargo de Columbia Records. El disco se grabó en 2012 en California y Nueva YorK. La producción estuvo a cargo de Ben Hillier a eso se debe su sonido eminentemente pop-rock - techno. PEOPLE, HELL AND ANGELS Jimi Hendrix Este trabajo presenta varias grabaciones inéditas del que se puede considerar como el disco perdido de Jimi Hendrix. Una colección de 12 canciones que ofrece el lado más experimental y menos conocido del guitarrista. NOW WHAT?! Deep Purple Este es el decimonoveno álbum de estudio de la banda. Son 11 canciones grabadas sin reglas musicales, pero que "se muestran con una producción moderna y fresca al punto de que Deep Purple nunca antes había sonado tan cercano al espíritu de los 70. El TIEMPO Y YO Soledad Cuesta Ordóñez Los versos y la música de este trabajo reflejan el espíritu y la emoción que solo los sonidos andinos y latinoamericanos pueden inspirar. Así, el pasillo, el bolero, el tango, el vals y el pasacalle son géneros y melodías que suenan a través de la voz de Soledad.
Fallece guitarrista británico Alvin Lee, líder de la banda
"Ten Years After"
l guitarrista británico Alvin Lee, líder de la reconocida banda "Ten years after", falleció en España el pasado miércoles 6 de marzo a los 68 años de edad, debido a "complicaciones imprevistas" tras una cirugía menor, según lo informó su familia y parientes mas cercanos en la página web del artista. "Con gran pesar, debemos anunciar que Alvin ha fallecido inesperadamente debido a complicaciones de última hora tras un procedimiento quirúrgico rutinario", explicó su esposa Suzanne junto con sus dos hijos, Jasmin y Evi, en un escueto comunicado de prensa fechado el 6 de marzo de 2013. El hecho conmocionado a cientos de seguidores de la banda y enlutó a la escena musical. La familia, por su parte
E
agregó: "hemos perdido a un maravilloso y muy querido padre, hijo y compañero de vida. El mundo ha perdido a un verdadero y gran talentoso de la música". Nacido en Nottingham (Inglaterra), Alvin Lee comenzó a tocar la guitarra a los 13 años. En 1967 debutó, junto con la banda que lideraba "Ten years after", en el Séptimo Festival de Jazz y Blues de Windsor. Su fama se disparó entre ese año y 1969, con sus cuatro primeros álbumes: “Ten years after”, “Undead”, “Stonehenge” y “Ssssh”. Lee alcanzó el punto cumbre de su carrera en el famoso festival de "Woodstock", a finales de los años 60, en el que interpretó un célebre solo de guitarra. El guitarrista grabó más de veinte discos. Uno de los más conocidos es "On the road to
freedom", grabado en 1973 con la colaboración de artistas de la talla del ex Beatle George Harrison y Ron Wood, de los Rolling Stones. Lee también grabó varios discos y temas en solitario, sin abandonar a su banda. (EFE)
DISCOGRAFÍA “Ten years after” (1967) “Undead” (1968) “Stonedhenge” (1968) “Ssssh” (1969) “Live at the fillmore east” (1970) “Cricklewood green” (1970) “Watt” (1970) “A space in time” (1971) “Alvin Lee & Co.” (1972) “Rock & Roll Music To The World” (1972) “Recorded live” (1973) “Positive vibrations” (1974) “About time” (1989)
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Entre la ternura y la crueldad: el Amor según Haneke Michael Haneke en “Amor”, su película ganadora de la Palma de Oro 2012, nos recuerda, como lo pide Cioran, la permanente necesidad de impedir a los que tienen demasiada buena conciencia, vivir y morir en paz. DANIEL ACOSTA
-Júrame que nunca envejecerás - te dije. -Lo juro. -Y que nunca morirás. -Sí. -Y que la belleza estará siempre contigo. Y la gloria. Y la paz. Vergílio Ferreira Lo importante no es la perfección moral que se alcance, sino el proceso de perfeccionamiento. Diario de la vejez uando dos ancianos, tras varios años de intimidad y estabilidad, enfrentan desde su frágil condición humana el abrupto deterioro físico, la sociedad no puede dejar de sentirse profundamente incómoda. Si esos ancianos, interpretados por Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva, además de atestiguar la transformación del cuerpo de ella en un vegetal, son capaces de sobrellevar el sufrimiento, inclusive con humor, en vez de victimizarse frente a una hija lejana encarnada por Isabelle Huppert, la sociedad se desconcierta. Si además, esos an-
C
cianos se niegan espontáneamente a librar una batalla perdida y asumen lucidamente la crudeza de la realidad por compasión, debilidad o camaradería hacia el otro (el espectador decide), es imposible que la sociedad no acuse recibido el mensaje. La asociación de la vejez y el amor reducidos al espacio de convivencia, la contradicción entre la música y la parálisis, el agua derramada en la escena del grifo y en los sueños, o, la paloma atrapada por el anciano en un último instante de afección, simbolismos envolventes y susceptibles de variadas interpretaciones que constituyen el entorno creado en “Amor”, la última película del director Michael Haneke, para provocar un sentimiento poco habitual en sus obras: la ternura. Practicante habitual de lo que José Ovejero, ganador del Premio Anagrama de Ensayo en 2012, describe como la ética de la crueldad, el autor de “La cinta blanca” (Palma de Oro en 2009), “ Funny games (1997 y 2007 versión norteamericana) y de “La Pianista” ( adaptación en 2001 de la polémica ganadora del Nobel de 2004, El-
Isabelle Huppert, es la hija que se victimiza ante sus padres.
comienza sin desconocer que la muerte es invencible, eso es innegable, pero no lo es el sufrimiento: por eso el director dirige toda su fuerza únicamente contra esa forma tan habitual de degradación. Gracias a ello nos involucra con todos los síntomas de ese momento en que el cuerpo languidece en cada rasgo, en cada marca que deja la enfermedad en la carne, en cada espanto y cada horror; alter-
“ No hay voluntad ni posibilidad, salvo reconocer y entregarse a una crueldad optimista”. fried Jelinek), entre otras producciones, nos muestra en su “Amor”, algo distinto. Aunque sin alejarse de su estilo catalogado de quirúrgico, sobre todo en la construcción audiovisual a partir de planos fijos y descarnados que atacan al espectador, con este, su trabajo más personal según los críticos europeos, el austriaco explora la posibilidad del albedrío y la sensibilidad en los límites de la vida. Una indagación ágilmente convertida en transgresión que
nándolos con la plenitud sensorial de la realidad y una resistencia enorme atrincherada en la memoria, la risa y la lealtad de los protagonistas. En la película, con cada crisis comienza un reto del destino para el hombre que, vencido de antemano, es siempre más creativo y convierte lo que a momentos es destructivo en una manera de profundizar la vida y, de modo absolutamente inesperado, nos conduce a cierta elevación del espíritu humano
que se despide y nos confronta con los últimos días del amor. Encerrada pero no sepultada, fuera de los ámbitos de la sexualidad, la mujer, como la música en el silencio, adquiere en la vejez, como lo escribía Tolstoi, una condición venerable e inofensiva pero también, sustentada en la imposibilidad del acto sexual, se convierte en un desafío al sentido convencional del sexo definido como el motor del mundo, un criterio que escritores talentosos como Michel Houellebecq y Fernando Vallejo, entre otros, afirman permanentemente en sus acercamientos al mismo tema. Es que el mundo de Emmanuelle Riva y su amante, dos profesores de música jubilados, se muestra gélido de pronto, de la noche a la mañana, porque se le ha abierto al paso el paisaje de la gran nada: ausencia de movimiento, de sexualidad, de vida, de música. Y a partir de ese momento y hasta su muerte, contemplaran fijos, un fondo insondable tras el propio sentido del ser. Pero aun dirigida hacia esa nada, la mirada de los ancianos sigue siendo clara, cortante. Jamás la lucha contra la tragedia es efímera, porque hay, en las peores circunstan-
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venTAna RECOMENDADAS
Contra la pared, Fatih Akin Cahit Tomruk es un inmigrante turco que ha sido internado en un psiquiátrico en Alemania, después de intentar suicidarse. Sibel, también de ascendencia turca, anhela escapar de los límites impuestos por su conservadora familia, fingiendo su sucidio. Su encuentro iniciará una tormentosa y errática relación que desbordará emociones y pasiones.
cias, intentos mínimos de un cuerpo saturado de los retos vitales pero sin nervios sólidos suficientes para alzar una sola mano por los aires y detener una agresión de la enfermera, lo que provoca una situación cruel y difícil de mirar. No existe tampoco la posibilidad de que la hija vuelva a sentirse segura del amor de sus padres al escuchar los gemidos de placer desde fuera de la habitación. Estos actos, piadosos y crueles a un tiempo, nos dice Ovejero, están concebidos para ser contemplados por un público pasivo que puede salirse de la sala de cine pero no por ello, lograr escapar de la fantasía o, más bien, de lo que el filósofo esloveno Slavoj Zizek designa como el acoso de la fantasía: una oscilación de imágenes fijas en nuestra mente que nublan nuestro razonamiento y que son llevadas hasta las últimas consecuencias, y evidenciar de esta forma una realidad más ambigua de lo que nos gusta contemplar. Con el cine de Haneke, de nada vale disimular ni ocultarse ante lo irremediable. No sirve de nada abandonar las butacas, evitar mirar al abismo. No sirve de nada detenerse en las imágenes de las habitaciones vacías y de los cuadros campestres envueltos en silencios lapidarios convertidos en destino universal. De nada sirve que uno sea
La mujer de negro, James Watkins Un joven abogado de Londres, Arthur Kipps, se ve obligado a dejar a su hijo de tres años para viajar al remoto pueblo de Crythin Gifford y vender la casa de un cliente recientemente fallecido. Sin embargo, cuando llega a la vieja y escalofriante mansión, descubre siniestros secretos de los lugareños y a una extraña mujer de la que nadie quiere hablar.
Freaks, Tod Browning En un circo lleno de personas con diversas amputaciones y malformaciones, Hans, uno de los enanos, hereda una fortuna. A partir de ese momento, Cleopatra, una bella contorsionista, intentará seducirlo para hacerse con su dinero. Para lograr su objetivo, traza un plan contando con la complicidad de Hércules, el forzudo del circo.
advertido del desenlace fatal en las primeras escenas. No hay voluntad ni posibilidad, salvo reconocer y entregarse a una crueldad optimista, esa posibilidad de que la lucidez claramente expuesta por los antihéroes pueda violentar la realidad hasta ponerla de cabeza y desmontar así las creencias superficiales, enseñándonos con este acto a desaprendernos de la certidumbre y sentirnos menos víctimas del engaño. Amor, cuatro letras puestas al límite, en la cinta ganadora del Óscar a Mejor Película Extranjera, hace precisamente una apología de la ternura, una experiencia de reconocimiento hacia quien se atreve a decir al mundo que el sentimiento más común de la historia no es el arte de sumar placeres sino el de desarrollar lo que el creativo personaje del anciano reclama: ese gesto de reconocimiento y fidelidad profunda que se expande, cambia de la caricia a la bofetada y entremezcla relatos verídicos o inventados en un esfuerzo por lidiar con las más variadas emociones, sin repetir el arquetipo de un sentimentalismo tan frecuente en el cine comercial y sinónimo reconocido de un coma diabético. Expositor del corazón humano, Haneke conoce como pocos el placer del psicólogo y complementa su ficción introdu-
Factory Girl, George Hickenlooper Este filme biográfico describe la trágica vida Edie Sedgwick, la joven musa de Andy Warhol que murió de una sobredosis de barbitúricos en 1971, a los 28 años de edad. Warhol dio a la joven un entorno familiar del que carecía y le abrió las puertas del extravagante mundo del arte, pero también la introdujo en el mundo de las drogas y los excesos.
ciendo en la trama personajes externos con los que el público puede identificarse. Le basta el detalle más fugaz, ese detalle apenas perceptible, una presencia pequeña y fortuita en la forma de un encargado, un exalumno, un yerno, las enfermeras y la propia hija, para saber que sus observaciones mínimas son decisivas en la edificación de una crítica de la magnanimidad e indiferencia cohabitadas en un espectador cualquiera. Como sostiene Ovejero, la crueldad contenida en una obra de arte, que ataca a su consumidor, puede responder al deseo de provocar una reacción en él, romper su pasividad, hacerle reflexionar o al menos escandalizarle, un intento por sa-
carnos de la cómoda y plácida horma de la autocomplacencia. Maestro indiscutible de la perturbación y la controversia, este hijo de un artista alemán y de una actriz austriaca, con “Amor” transporta, una vez más, su visión particular del mundo hacia un espacio mínimo que sin efectos especiales pomposos y apenas decorado con la música de Beethoven y Schubert, o algunos trucos de espejos, logra hacer del público un sujeto cautivo. Triunfador por tres ocasiones en los premios de la Academia de Cine europeo por Mejor Dirección y Mejor Película, como es usual en sus historias, consigue proyectar en la imaginación de los espectadores, encrucijadas sobrepuestas a partir de situaciones cotidianas, en donde la trivialidad y la tranquilidad de los personajes, por lo general burgueses acomodados, ceden el espacio a situaciones que nos cuestionan sobre la eutanasia, la soledad, o, más específicamente, sobre nuestros valores, nuestras certidumbres, nuestras ideas generales de lo que es bueno o malo. Todo esto, sin la luz cegadora del entretenimiento y apenas, en este caso, por ahora atípico, con el único refugio de la dulzura sobrepuesta al sufrimiento.
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El Chulla Romero y Flores: un hombre sin pasado →(Máscaras
y grotesco en la novela de Jorge Icaza)
MARCELO RECALDE
La trampa El Chulla ha caído en la trampa. La mujer con “cara de caballo de ajedrez”, Doña Francisca de Paredes y Nieto, lo ha invitado a pasar al salón en donde lo espera “lo mejorcito de la ciudad”: la dama quiere abochornarlo en público. El Chulla, pese a que intuye el riesgo no declina. Siente que algo lo arrastra, que invisibles fuerzas lo obligan a elecciones imprecisas y no convenientes. Impulsos antagónicos pugnan en su mente: aceptar implica la posibilidad de hacer el ridículo, negarse significará ser un cobarde. Decide ir. “Por algo soy el fiscalizador”, se dice a sí mismo, invocando una máscara. Sin embargo, apenas Luis Alfonso (el Chulla) ingresa en el lugar, percibe que es un intruso y que por algunos motivos, que nunca ha comprendido del todo, se le rechaza, que el disfraz no alcanza, que la leva estrecha deja ver los puños sucios de la camisa. Los invitados se cierran. Los invitados brindan sus espaldas, los invitados se ríen, se burlan (o al menos eso cree él en sus delirios que no son de loco pero tampoco de cuerdo). Detengámonos un momento, veamos a nuestro personaje: está solo1, y aunque quiera precipitarse por salir de esa incomodidad, todo esfuerzo, todo comentario, toda sonrisa por escapar lo hunden más en su “acholamiento”, en un bochorno que le atemoriza y que se muestra en esa sangre que le sube al rostro y le delata en este tipo de mo-
mentos. Entonces, busca un ardid. Ellos no pueden portarse de esa manera. Después de todo él es el fiscalizador. Si no le respetan como persona le han de respetar como burócrata, como funcionario. Tras de sí están la autoridad, la razón y él las hará valer… Pero a ellos poco les importa la demostración legal que él ha venido a brindarles. Es en ese instante cuando, ya fuera de control, el Chulla empieza a gritar a todo pulmón: “soy el fiscalizador, soy el fiscalizador”. Ni que decir tiene que el efecto es desastroso, y que lo único que consigue es que volteen unos ojos ardientes en los que se revela el desprecio. Luego, el golpe de gracia. La “señora de cara caballuna” malvadamente sentencia: “Ah, olvidé presentarles a ustedes, el caballero es hijo de Miguel Romero y Flores”. “Arraray, arraray, carajo”: el secreto se ha revelado. La mujer ha echado su carta más maligna: ha descubierto, para diversión de los presentes, el origen escondido, aquel que el Chulla ocultaba en lo más profundo no solo de la mente sino del corazón. Lo ha desnudado, lo ha abierto. El espectro de su padre, ese alcohólico fracasado que acabó sus días corrompiendo su sangre con una india, aparece, invocado por la memoria para abochornarlo. La máscara de fiscalizador cae al suelo, hecha pedazos de mentira, pues eso es lo que es para ellos: “Arraray, arraray, carajo”. Roland Kuhn, psiquiatra suizo, ha dicho que “la máscara termina con el pasado” y que
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enSAyo es el deseo de tener un “nuevo porvenir” el símbolo que se quiere en ella(2). Y es, precisamente, por ello que cuando la máscara se ha desprendido del rostro del Chulla, el pasado se conjura como un enemigo, y el origen indio, “bastardo”, se atenaza a su ser y lo define en un estado: la vergüenza. Ya Octavio Paz, en un famoso ensayo (Máscaras mexicanas), hablaba del “cerrarse” como estrategia de defensa del mexicano, cuyo temor principal sería “abrirse”: mostrar lo que se quiere oculto, dar la oportunidad al otro de atravesar una frontera, “rajarse”. Asimismo, el Chulla ha quedado abierto ante esas miradas. Sodomizado por esos ojos y por esas conciencias se siente vulnerable, pues desnudarse es ser nadie... Veamos qué le resta por hacer. Ciudades como humanos A principios del siglo XX el proyecto de modernización en Latinoamérica —al que, desde un siglo atrás, se habían adscrito los nacientes Estados-nación de la región— entra en un periodo decisivo: la objetivación histórico-social de la ciudad moderna. La configuración de dicho proyecto, sin embargo, en el caso de las ciudades latinoamericanas, entre ellas Quito, es un fenómeno complejo y paradójico. Las tensiones crecen entre los “discursos de civilización” y las manifestaciones de “barbarie” que los contradicen. El “orden ideal” que se quiere para las ciudades proyectadas no es tal. La ciudad se expande y su expansión escapa a lo planificado. Por un lado, el encuentro heterogéneo de personas con realidades distintas, de estratificaciones sociales diferentes y etnias y culturas diversas se opone a la construcción de ese “ciudadano ideal y prototípico”; por otro, el crecimiento de la población, producto de una migración interna en el país, rápido, desordenado e irregular, desborda el marco en que se quieren organizados los sujetos dentro de un paisaje urbano. En medio de estas transformaciones y multiplicaciones de la ciudad, sin embargo, y según una estudiosa del tema (3), se podría identificar la conformación al menos de dos ciudades dentro de una: …una ciudad vieja —decadente, laberíntica,
pobre y sucia que abarca el centro y se desplaza longitudinalmente al sur—; y una ciudad moderna —de grandes edificios, centros comerciales, restaurantes, discotecas y barrios residenciales— que se desborda en insólito alargamiento, entre las faldas de las montañas hacia el norte. Emergen, entonces, dos Quitos. Dos enemigos que se quieren entre sí excluidos, pero que en la realidad coexisten, se entrecruzan y se mezclan en un
pretativos —de la que aparentemente resultó triunfante la del proyecto modernizador— fue decisiva en la configuración física de nuestra ciudad (su arquitectura) y la construcción ideológica de sus ciudadanos. Poco a poco un puñado de “creencias”, discursos, teorías, prejuicios e ilusiones fueron conformando una ideología dominante (un sistema estructurado de ideas y valores) que justificó, validó e impuso como oficial esta interpretación excluyente
“En el alma mestiza no se desarrolla en realidad un monólogo interior, sino un permanente diálogo entre dos mundos irreconciliables. fenómeno social, dinámico e histórico que ha determinado la construcción de la identidad de sus ciudadanos. Hay que aclarar que no se trata de una separación quirúrgica, de una marca que divida pasado y futuro, sur y norte de manera perfecta y de un solo tajo. Una imagen menos imprecisa sería la de la ciudad como una cabeza llena de barahúnda, una Quito paranoide en la que un
de “la realidad” en el conglomerado de los quiteños. En principio este discurso encontró apoyo en la poderosa clase social a la que beneficiaba directamente, pero luego -como ideología impuesta- fue paulatinamente aceptado, asimilado y “creído”, incluso, por aquellos a los que excluía, rechazaba y negaba: así explotadores y explotados lo reafirmaron.
“Y quién quiere engañar sino aquel que tiene vergüenza de su pasado, aquel que ha hecho de su pasado su fracaso y bochorno como otros han hecho de su pasado su fuerza y su coraje.” par de voces, sobre todo, se imponen y contrapuntean. De este par de voces la primera es la del discurso del proyecto modernizador. Representa el futuro, la legitimidad, lo ideal, el orden y la letra, pero también el dominio, la exclusión y la negación. La segunda es la voz del Otro Quito. Voz enemiga del discurso moderno y sus proyectos encarnan para este lo indeseable: barbarie, pasado, pobreza, marginalidad; lo indígena, lo negro, lo mestizo… lo grotesco. Esta pugna por poderes inter-
Se trató de una conquista, un ejercicio de violencia simbólica: una imposición de la visión y de los intereses de un sector hacia otro. El que quería ser ciudadano debía “renunciar” no solo a las particularidades de su origen (ocultar su raza, tradiciones y lengua) sino a su pasado, a parte de su historia. Voz acallada, el Otro Quito se volvió una sombra del Quito Moderno. Parte maldita de la que era imposible deshacerse -pues era su piel- debía maquillarse, ocultarse, disimularse y dis-
frazarse. A algunos de sus habitantes se les obligó a aislarse, a obedecer o callar: tales fueron las circunstancias en las que se estableció ese violento intercambio cultural, afectivo, económico y social que caracterizó al proceso de mestizaje en nuestras ciudades andinas. Se trataba de sobrevivir y a muchos, igual que a cualquier especie en amenaza, les tocó encontrar estrategias para adaptarse. Muchas de tales estrategias fueron degradantes. La mirada de “ellos” (esos privilegiados que querían un Quito y unos ciudadanos a imagen y semejanza de las metrópolis europeas) se volvió un juicio casi sagrado. Mirada esclavizante, mirada de miedo y -digámoslo todo- de muerte comienza, igual que un dios, a dar forma a lo que quiere ser visto. Cada juicio de ese mirar levanta o impide un acto, recrea o apaga un gesto en ese actor que lucha por su vida. “El ciudadano debe ser de esta forma”, “una persona educada no procede así”, “qué prendas son esas”, “qué maneras de comportarte en la mesa tienes” son los cotidianos y, aparentemente, cándidos comentarios que comienzan a poner en marcha este siniestro proceso. En este dilema, muchos de esos excluidos, se vuelven actores que abandonan sus vidas para representar un papel escrito por este orden social e ideológico. De todos ellos, sin embargo, hay un personaje, específico, que evoca el desgarro por excelencia, el umbral entre pasado y futuro, la intersección entre culturas y etnias: el mestizo (cuya representación literaria es el Chulla). Así, lo mismo que su ciudad, este personaje, este mestizo urbano, como lo llama Manuel Corrales (4), simboliza y padece las contradicciones de este momento histórico pues emerge de esa misma violencia, no querida pero dada, que se inició con la colonización y que se reafirmaba en el proceso de modernización de la ciudad. Agustín Cueva describe esta situación: En la narrativa icaciana, el mestizo se manifiesta esencialmente como el punto de cristalización subjetiva de todas las contradicciones sociales. Atrapado entre “dos razas”, dos culturas, dos instancias estructurales y hasta dos
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enSAyo edades históricas, configura un lugar de desgarramiento y de desarraigo antes que un espacio privilegiado de fusión. Como solía decir Jorge Icaza: en el alma mestiza no se desarrolla en realidad un monólogo interior, sino un permanente diálogo entre dos mundos irreconciliables. De ahí que como mestizo, es decir como un sujeto que lleva sangre indígena, el Chulla trate de ocultar los elemento raciales de su propio ser, pues ellos le distancian del ideal de ciudadano de la ideología dominante a la que aspira. De ahí, también, que abandone su pasado y parte de su historia, y busque alejarse espacialmente del Otro Quito: tal es su fuga. Mezcla de fascinación y odio su conciencia se aliena. Vive para el otro. Sin piso firme ni tradición que lo sostenga, en él se observa la ligereza del adolescente, del inmaduro, de aquel que depende de los demás para decidir sobre sí mismo y su futuro: un futuro que al no conectar con un presente y un pasado asimilados por un carácter, se expresa menos en el ideal o “proyecto de vida” que en la ensoñación o la fantasía. Tales son las razones para que la fuerza de su vida se pierda más en representaciones que en acciones. Tales son las razones para sentirla como un vodevil: algo simbólico y representado pero que realmente no pasa. Entonces empieza el espectáculo: Luis Alfredo toma la levita, la máscara del ciudadano, el sombrero de copa y, aunque las prendas no son de su talla, yergue su porte y emprende la caminata. “Mira”, dice la gente, “es el Chulla”, “es el Chulla”. Fetiche y fantoche La máscara es una imagen congelada, acabada y realizada que propone una identidad estable. Quien se la pone se transforma pero a la vez se mantiene. Se deifica, se vuelve Dios (o el Diablo), dejando atrás el dinamismo, la contingencia e inconsistencia de lo humano. De ahí que lleve consigo un aura de atemporalidad, de sacralidad, de no transformación o cambio. Espada o escudo, su dureza permite el ataque o la protección, pues arraigada en las conductas y ritos más antiguos de nuestra especie, ha sido un recurso invaluable como herramienta y
estrategia de supervivencia: posibilita la adaptación a ciertas exigencias del exterior. En algún momento de nuestra vida todos la hemos usado, porque hemos sido “esclavos del otro” o, para ser precisos, de “su mirada”. Esos ojos de amenaza “exigen” que “represente” mi papel de fuerte, de autoritario, de valiente. A veces ni siquiera tenemos conciencia de ello y mi seriedad proviene de un rol que desempeño: soy burócrata, soy catedrático, soy diplomático. Me he creído el papel. La complejidad de mi personalidad se resuelve en pocos trazos: el estereotipo. La máscara y el disfraz, como metáforas de lo estable, de lo realizado, tienen relación directa, socialmente hablando, con las creencias: de ahí que solamos asociar la máscara a lo falso, al engaño, pues, en ocasiones el disfrazado, nos quiere “hacer creer qué…” Hay que aclarar que en el caso de este artículo, nos importa menos la función teatral y ritual que pueda tener la acción de enmascararse, que interpretar su simbolismo y significado como metáfora social: un acto por el que los sujetos adquieren identidad y valor al “aparecer” de determinada forma ante los otros. Se trata entonces del aparecer, del representar. Cuando me enmascaro estoy esclavizando mi ser al ojo del otro, sea este el público, Dios o una clase social a la que me ofrezco como espectáculo. Mi máscara, mi persona (5), mis conductas y mis actos penden del juicio del espectador. No importa que, en algún momento, lo haga para constreñirlo al cambio social o para divertirlo o estremecerlo, pues la máscara puede tener muchas funciones. Tampoco de que esté bien o mal, eso es un asunto ético que no abordaremos de manera directa en este trabajo, sino de entender que lo humano no siempre es máscara, pues en ocasiones al otro también se le puede ofrecer un rostro, un cuerpo, una mirada. En el caso del Chulla Romero y Flores, observamos que el acto de enmascaramiento, cumple una función definida: la necesidad de integrarse y funcionar en un tipo de sociedad específica que le empuja a encubrir su pasado, a negar su origen y a ocultar, incluso, sus especificidades fenotípicas. De ahí su
fetichismo, su preocupación obsesiva por el vestido. También así lo entendió Icaza: Por ese tiempo —inspiración de Majestad y Pobreza— modeló su disfraz de caballero usando botainas —prenda extraída de los inviernos londinenses por algún chagra turista– para cubrir remiendos y suciedad de medias y zapatos, sombrero de doctor teñido y virado algunas veces, y un terno de casimir oscuro a la última moda europea para alejarse de la cotona del indio y del poncho del cholo —milagros de remiendos, planchas y cepillos—” (las cursivas son mías). Hay que acotar que no solo se trata del maquillaje o del disfraz tanto como del acartonamiento, de esa sujeción a todo tipo de clichés, tópicos sociales, conductas y lenguaje estereotipado, precisados para satisfacer las
fianza… Entonces lo reconocen: “Ah es un Chulla, nomás”… “Chullita nomás ha sido”. Fantoche. Su personaje tiene algo de ridículo pero también algo de patético. La pose exagerada y la gravedad de los ademanes le restan naturalidad. Ahora que el otro lo mira con atención empieza a notar las pequeñas imperfecciones de su vestido: puntas de zapato gastadas, puños de camisa remordidos, coderas brillosas por el uso, el zurcido de una media se escapa por el talón. Y es este contraste entre las exigencias del ideal (ese ciudadano perfecto educado y bien vestido que se ha configurado como imaginario en la mentalidad de los habitantes de la ciudad) y la imperfección en los detalles del traje que muestra el Chulla, lo que genera esa percepción gro-
exigencias de un público y una época que quieren ver ya no a una persona y sus singularidades sino a un personaje: el ciudadano moderno. Pero “la máscara” tiene el peso de la piedra y no siempre “el alienado” tiene las fuerzas suficientes para sostenerla. He ahí el desgarro e ahí el conflicto. El Chulla se esfuerza por parecer lo que “ellos” quieren que parezca, y es en este esfuerzo, en esa distancia que se abre entre el “ideal” y “realidad”, entre “futuro” y “presente”, que la máscara deja ver pliegues del rostro, que el disfraz de ciudadano deja ver los zurcidos de la pobreza y que el pasado asoma su mirar grotesco por esos ojos. Luego, los otros empiezan a sospechar y a lanzar una mirada de descon-
tesca —pues lo grotesco niega toda idea de armonía o perfección estilística— y esa sensación de incongruencia entre lo que se pretende y la realidad. “Está mintiendo”, “mojigato, me quiere engañar”, se dice el ciudadano. Y quién quiere engañar sino aquel que tiene vergüenza de su pasado, aquel que ha hecho de su pasado su fracaso y bochorno como otros han hecho de su pasado su fuerza y su coraje. Pasos subrepticios se escuchan a altas horas de la noche. Una puerta abierta con temor chirria despertando a algunos de los vecinos. “Es el Chulla”, exclaman esas voces colectivas. Se sabe el resto. Arrojará el sombrero virado tantas veces,
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enSAyo se quitará la leva, que oculta los rotos de la camisa, se sacará los zapatos, reparados hasta el cansancio; con algo de decepción mirará los huecos de sus medias trotas… Y, de repente, en el espejo, un extraño le saltará a la vista, un rostro destemplado, plagado de imperfecciones y de desdichas, un desconocido que empieza a exigirle cuentas. El desenmascaramientos La señora con “cara de caballo de ajedrez” y sus invitados lo han desnudado. Desenmascarado, esas miradas empiezan a reprocharle su origen, su pasado, su mestizaje. Tal es el poder que el Chulla les ha dado: son sus
“Arrojará el sombrero virado tantas veces, se quitará la leva, que oculta los rotos de la camisa, se sacará los zapatos, reparados hasta el cansancio; con algo de decepción mirará los huecos de sus medias rotas…” dioses. Unos dioses caprichosos y que no valen mucho, pero lo suficiente como para esclavizarlo, como para ser su terror y su más grande anhelo. Ojos de chacal, de rapiña, bestiales y grotescos, paradójicamente, se convierten en un espejo, un espejo en el que el chulla por fin logra descubrir su gran verdad al ver reflejado en ellos su rostro. Entonces comprende: “soy una mentira”. En efecto, solo después de este bochornoso incidente, de este desenmascaramiento brutal y
sin concesiones el Chulla ha podido despertar. Paradójicamente esos seres que se han conjurado para humillarlo, para destruirlo, le han servido para tomar conciencia, para asumirse. No saben el gran favor que le están haciendo con su desprecio y sus burlas, pues el brutal martillazo rompe la máscara pero a su vez le permite observar desnudos a esos seres que lo han acosado durante toda su vida. Entonces ve los colmillos, las garras. Su instinto de crueldad les ha impulsado a arrojar la máscara: muestran esa voluptuosa monstruosidad a la que el egoísmo y la ambición, valores también ratificados por esta singular estructura social, han dado origen. ¿Pero qué significa la desnudez en este baile de disfraces en el que se había convertido la ciudad, según Icaza? ¿Cómo aparecen la ciudad y sus habitantes cuando se desgarra el velo ideológico del discurso moderno? En su novela el autor quiteño nos muestra la ciudad como una jungla, un espacio donde “la humanidad desaparece” y en donde el objetivo no es buscarle sentido a la existencia, sino simple y llanamente sobrevivir. Es el rostro, ya no la máscara; es la desnudez ya no el disfraz lo que nos repele de esos seres. Una desnudez horrenda, pues representa metafóricamente la mezquindad y bajeza de sus intenciones morales. Monstruosa y grotesca, la exageración descriptiva sirve para metaforizar el interior de esos habitantes que han denigrado su humanidad para poder sobrevivir en una estructura social que los ha degradado. Una sociedad de explotadores y explotados, de fieras que son capaces de atropellar y eliminar al otro si sienten amenazadas sus prerrogativas y sus intereses. Una sociedad tan violenta que, para restaurar el orden en el caos, exige que sus habitantes (de todas las clases sociales) lleven su máscara (espada o escudo como hemos dicho) y ofrezcan engaño y mentira a cualquier hora del día. Políticos, clase dirigente, pero también ciertos burócratas (especie de esbirros del statu quo) son los defensores de la estructura social y su ideología, aquellos que la ratifican amparándose en los valores más loables del discurso moderno:
civilización, progreso, desarrollo, moral e integridad. Pero hay que aclarar que en el proceso de modernización estas grandes palabras y estos nobles discursos cumplieron una función de parapetos, de bastidores, de carcasa ideológica que sirvió para ocultar y encubrir intereses y una lucha de poderes de índole muy distinta. Detrás de esas palabras rimbombantes, de ese protocolo, de la mención de esos grandes valores de la civilización y humanidad, se observa una desnudez y rostros de humanos que por su calidad moral se han “engrotecido”. “Eso es realmente nuestra sociedad” parece decirnos Icaza: una sociedad que ha planteado mal sus preguntas y que ha partido de un proyecto espurio que debería ser replanteado y re analizado. Una sociedad que ha exigido a sus habitantes que oculten una parte de sí mismos cuando se ofrecen al otro. Una sociedad que tiene un símbolo, la máscara, y que ha privilegiado un acto: la huida, ese haber hecho del Otro Quito, de su origen y de su pasado su vergüenza. Y esta es precisamente la pregunta que Jorge Icaza responde con su novela y con la creación de un personaje que recrea, de manera no superada por ninguna pluma hasta el momento, los conflictos más íntimos de los habitantes de la ciudad de Quito. Sabemos lo que resta después de que el Chulla rompe la máscara: se asume, se vuelve hombre. “Ellos” querrán meterlo preso, lo perseguirán, querrán humillarlo y avergonzarlo, sin comprender que detrás de todas estas experiencias un nuevo hombre empieza a vestirse, a
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aceptarse, a hacer de su origen, de su raza y su historia ya no su vergüenza sino su piso, su orgullo, su suelo: Un hombre que enfrenta la mirada. Icaza (que publicó la novela en 1958) fue el primero en proponer y observar esta noción del reconocimiento, primer anuncio de un fenómeno que cada día vemos extendiéndose: los quiteños empiezan a reinterpretar su pasado, a revalorar toda la riqueza simbólica que reviste su historia. Los quiteños empiezan a hacer las paces consigo mismos y a sentir y sentirse parte del Otro Quito. Ha tenido que pasar un siglo de esta violencia moderna para que así sea.
BIBLIOGRAFÍA 1. Bachelard Gaston, “El derecho de soñar”, Fondo de Cultura Económica, Santa Fe de Bogotá, 1998. 2) Cueva Agustín, “En pos de la historicidad perdida (contribución al debate sobre literatura indigenista en el Ecuador”¸Revista Crítica Literaria Latinoamericana, Lima, 1978. 3. González Stephan Beatriz, “Modernización y disciplinamiento. La formación del ciudadano: del espacio público y privado”, en Esplendores y miserias del siglo XIX, Cultura y Sociedad en América Latina, Monte Ávila Editores, Caracas, 1994. 4. Icaza Jorge, “El Chulla Romero y Flores”, Editorial Libresa, Quito, 1998. 5. Paz Octavio, “El laberinto de la soledad”, Fondo de Cultura Económica, México D. F., 1998.
NOTAS AL PIE: 1. Según el vocabulario colocado por Icaza a modo de colofón en su libro: “Solo, impar. Hombre o mujer de clase media que trata de superarse por las apariencias”. 2. Gaston Bachelard lo cita en su trabajo, “La máscara”. 3. Alicia Ortega, La representación de Quito en su literatura actual, artículo de internet: (http://www.uasb.edu.ec/UserFiles/ 372/File/la%20representacion %20de%20quito%20alicia%2 0ortega.pdf). 4. Para la elaboración de este ensayo se trabajó con la edición: “El
Chulla Romero y Flores”, editorial Libresa, Quito, 1998 (esta edición contiene un Estudio Introductorio realizado por Manuel Corrales). 5. Si entendemos la identidad humana como una construcción simbólica, creativa e inventiva (dinámica y contextualizada) podríamos concluir que las “personas” se visten de creencias, ideas y dudas. De ahí la estrecha relación que la palabra persona tiene etimológicamente con la palabra máscara, aspecto que también Octavio Paz destaca en otro de sus ensayos: “La llama doble”.
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Semana del 11 al 17 de marzo de 2013
LUNES
Para recordar la cultura portuguesa Danza-Correr o Fado es la coreografía que revela tradiciones de los portugueses
Quito Danza-Correr o Fado Danza
“Correr o fado” es un tributo a la cultura portuguesa. A través de la danza tradicional y contemporánea se relatan las costumbres de esta cultura. Está inspirada en algunas canciones portuguesas. El agua, que simboliza las lágrimas de las personas que conforman los fados, es uno de los elementos recurrentes en este espectáculo. Dónde: Teatro Nacional Sucre. Hora: 19:30. Costo: Desde $ 5
MARTES Quito
Guayaquil
Quito
Samborondón
“Mujeres habitadas”
La tapadera (The firm)
Arte nazi
Música y poesía
Cine
Escenario Joven 2013 - El país de la canela
Una escritora y 12 cantautoras ecuatorianas se toman el escenario de la Casa de la Música, con el recital “Ciclo con voz de mujer”, en el que presentarán composiciones al ritmo del aguabajo (afroecuatoriano), jazz, bolero, albazo, entre otros. Este proyecto se desarrolla como homenaje a las mujeres que celebran su día internacional el 8 de marzo de cada año.
Mitch McDeere (Tom Cruise), un joven y brillante abogado recién salido de la Universidad de Harvard, se deja seducir por las promesas y regalos de un prestigioso bufete de abogados de Memphis. Sin embargo, muy pronto tendrá razones para empezar a sospechar que algo extraño está sucediendo en la poderosa empresa. El filme fue dirigido por Sidney Pollack.
Teatro
Dónde: Casa de la Música Hora: 19:30 Costo: $ 5
Dónde: Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas Hora: 18:30 Costo: $ 1
Una aproximación a la interrupción de la producción artística en Alemania y Europa debido a la imposición estética del Tercer Reich, que clamaba un regreso a las tradiciones en el arte, lo que causó el saqueo y la destrucción de obras de arte consideradas degeneradas por los nazis. Además, relatos de búsquedas y recuperación de obras que fueron robadas durante ese periodo. El curso tiene una duración de 4 semanas, e inicia el 12 de marzo, todos los martes de 20:00 a 22:00. Para mayor información, comunicarse al teléfono 5020768.
Dentro del proyecto Escenario Joven se presenta la obra “El país de la canela”, una historia que narra la expedición formada por conquistadores españoles, indígenas y esclavos negros, quienes partieron de Quito en 1541, en busca de los bosques de canela y por accidente encontraron el Río Amazonas. El viaje los enfrenta a sus límites, tanto físicos como psicológicos, así como a la mitología de la época. En formato de juglaría contemporánea, esta pieza se vale de la música en vivo, el circo y el humor para contar entretenidamente un episodio de la historia ecuatoriana.
Guayaquil
Dónde: Teatro México. Hora: 11:00 y 15:00. Costo: Entrada libre.
La semana del cómic Exposición
Por los 55 años de creación del estudio Hanna-Barbera, el Cómic Club de Guayaquil le dedica esta exposición, que se extenderá durante toda la semana, y se llevará a cabo en la Comicteca de la Biblioteca Municipal de Guayaquil. William Hanna y Joseph Barbera son los creadores de emblemáticos personajes de caricaturas como Don Gato y su pandilla, los Picapiedras, el Oso Yogi, el Lagarto Juancho, los Supersónicos, o las Chicas Superpoderosas. Dónde: Biblioteca Municipal (10 de Agosto entre Chile y Sucre) Hora: 09:00 - 17:00 Costo: Gratuito
Quito Ecuador en degradé Fotografía
María Josefa Corral presenta el libro y la exposición fotográfica “Ecuador degradé”, donde se exponen imágenes que carecen de retoques, o cualquier intervención digital. Dónde: Convento de Guápulo. Hora: 19:00. Costo: entrada libre.
Curso
Dónde: No Mínimo (en Plaza Lagos Town Center). Hora: 20:00 (4 martes). Costo: $ 110.
Quito
Guayaquil
La Casa de la Cultura Ecuatoriana rinde un homenaje póstumo a la poeta Cecibel Ayala, y presentará su libro “Poción de medianoche”, que es el primer título de la colección que publicó la institución de la obra de la poeta fallecida.
Taller
Poción de medianoche
Dónde: Aula Benjamín Carrión a las 19:00. Costo: Entrada libre.
Escritura creativa Palabra.lab organiza un taller de 2 meses para jóvenes, en el que se practicará la lectura crítica y escritura creativa. Los textos seleccionados serán subidos al blog del taller, con proyección a formar parte de una publicación artesanal.
JUEVES
MIÉRCOLES
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Dónde: Palabra.lab Hora: 16:00. Costo: $60.
Quito
Arquitexturas de Chistoph Hirtz
Quito
Fotografía
Trío Pambil - Auditorio Centro Cultural Metropolitano
Con la exposición de “Arquitexturas de Chistoph Hirtz” se reúne y aúna su labor de cronista gráfico. A través de estas imágenes se muestran las combinaciones y significados inexplorados por el ciudadano actual. En las fotografías se plasma una realidad que goza y padece de fusiones y mezcolanzas que se cuecen en la marmita del mestizaje, del ecncuentro de vertierneste de orígenes y de modos de vivir la
Música
La agrupación musical por su calidad interpretativa es considerada como uno de los mejores tríos vocales e instrumentales del país. En el evento, el Trío Pambil presentará canciones inéditas y tradicionales de su universo musical. Dónde: Auditorio Centro Cultural Metropolitano. Hora: 19:00. Entrada gratuita
Dónde: Centro Cultural Metropolitano. Hora: 9:00 a 17:00. Costo: Entrada libre.
Quito
Cine Foro IAEN: Georgi y las mariposas Cine
Entre el realismo mágico y una fotografía que devela imágenes crudas se desarrolla el documental de Andrey Paulov, director búlgaro que narra la historia de un hospital psiquiátrico que no cuenta con el apoyo económico del Estado.
Dónde: Auditorio IAEN, a las 17:30. Entrada gratuita.
Guayaquil
Opening night Arte
Alumnos del ITAE, del último año de la carrera de Artes Visuales, expondrán los resultados de diversos procesos de trabajo. Estarán presentes las obras de Pablo Andino, Diana García, Orlando Granja, Jorge Morocho, Andrea Ramírez y Juan José Veloz. Dónde: MAAC. Hora: 19:00. Entrada gratuita.
Guayaquil
Rutas de la impunidad Presentación
Humphrey Bogart: A través del Pacífico Se presentará en la cinemateca de la Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas Humphrey Bogart, Mary Astor, Sydney Greenstreet y Montagu Love (el grupo de El Halcón Maltés) aparecen en un filme de acción y espionaje en blanco y negro, dirigido por John Huston, estrenado en 1942. Rick Leland (Bogart), oficial de artillería del ejército estadounidense que, en 1941, después de un juicio militar, cae en desgracia y decide abandonar el país. Consigue un trabajo en América Central. En el barco que lo transporta encuentra a dos misteriosos personajes: Alberta Marlow (Astor) y al doctor Lorenz (Greenstreet), pero cuando está a punto de irse descubre que los japoneses planean atacar el Canal de Panamá.
Dónde: Casa de la Cultura, Núcleo del Guayas (Av. 9 de Octubre y Pedro Moncayo). Hora: 18:30. Costo: $ 1.
La psicóloga Patricia Reyes junto con otros actores del Estado y de la sociedad civil presentan la investigación acerca de la situación del feminicidio en Guayaquil. Luego de la exposición se realizará un foro. Dónde: Unipark Hotel (Chimborazo y C. Ballén). Hora: 09:00 - 13:00. Entrada gratuita.
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Semana del 11 al 17 de marzo de 2013
VIERNES Quito
Grupo Yavirac
Una exposición como espacio de consulta Del Deseo en la forma estará en el Centro de Arte Contemporáneo hasta abril
Música
El conjunto Yavirac, que en Quichua quiere decir "vertiente de agua", entonará reconocidos pasillos, que han generado alegría y algarabía con el rasgado de sus cuerdas de la guitarra. Dónde: Iglesia de La Magdalena Hora: 19:30 Costo: gratuito
Quito
Del Deseo en la Forma Exposición
El “Deseo de la Forma” antes que una selección de obras a partir de una temática se concibe como un espacio de consulta sobre la labor del artista, el oficio su formación y su práctica, no solo como aspectos necesarios en la realización de la obra sono como temas de especulación crítitca en las que el trabajo manual cubra múltiples significados y significantes.
Guayaquil
Estereo Humanzee tocará Concierto
El grupo quiteño se presentará junto a Guerreros de Cartón -banda guayaquileña-. Estereo Humanzee interpretarán sus nuevas canciones, estos temas forman parte del álbum "Entropía". Dónde: White Rabbit Hora:22:30 Costo: $6
Dónde: Centro de Arte Contemporáneo Hora: 9:00 a 17:00 Costo: Entrada Libre
SÁBADO Guayaquil
Naranja Lázaro y Les Rat
Quito
Concierto
La Comedia de las cosas Teatro
Las bandas guayaquileñas Naranja Lázaro y Les Rat brindarán un show musical en vivo en el Café Habano Diva Nicotina. Naranja Lázaro es una agrupación sin estilo definido, que a través de sus canciones muestra una fusión experimental entre folk, jazz, blues, grunge, con una base de rock. A esa agrupación se une Les Rat, banda de rock, cuyo nombre se origina en la unión de un vocablo francés y otro inglés (‘las ratas’), que se identifica con el mundo subterráneo del rock de la ciudad, con una fusión de géneros que ellos llaman ‘rat rock’.
Pablo llega cada noche a su departamento de soltero y disfruta de su vida como un "single", casi no puede escapar de las mujeres. Provocó que Susi, su novia, se fuera "para ayudarle a soltarse emocionalmente" y casi no puede con la intensa vida nocturna. Una noche, sin embargo, algo pasa. Su sofá le hace ver que no es un "single", sino que está solo. Su cojín le revela los usos que Susi, la le ha dado en situaciones comprometidas y su chaqueta, Hugo Boss, trata de estimularlo para que salgan. La obra es dirigida por María Elena López.
Dónde: Diva Nicotina (1er. Escalón de Las Peñas) Hora: 19:00 Costo: $ 5
Dónde: Patio de comedias Hora: Sábado 20:30 y Domingo 18:30 . Costos: $12, $8 y $5
Guayaquil
Tributo al grunge Concierto
Se realizará un repertorio que abarcará varias bandas claves de ese género musical. Entre esas están Pearl Jam, Foo Fighters, Nirvana, Soundgarden, Alice In Chains, Stone Temple Pilots The Smashing Pumpkins, entre otras.
Dónde: Bar White Rabbit, en Padre Aguirre y Panamá Hora: 22:30 Costo: $5.
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DOMINGO
agENda Da Vinci el inventor La mente del Renacimiento y su obra para repensarla
Quito Da Vinci, la mente del Renacimiento Exposición
leonardo Da Vinci fue el primero en realizar disecciones para estudiar el cuerpo humano; su propósito era promocionar material suficiente para que médicos y cirujanos de la época lo puedan usar. Suc códices detallan los músculos de la mano y el hombro, y son usados por la medicina moderna. La anatomía fue uno de los campos en los que trabajo. También investigó y realizó pruebas en el área hifráulinca, ingenieria miltar, física, vuelo, música y pintura. En el museo Interactivo están más de 60 prototipos de sus inventos que pueden manipulados. Dónde: Museo Interactivo de Ciencias en la Sincholagua y Av. Pedro V. Maldonado (Barrio Chimbacalle) Hora: 9:00 a 17:00 Costos: $5,50 y $8
Guayaquil “Los Miserables” Cine
Película basada en el musical de “Los Miserables”, presenta la historia de Jean Valjean, perseguido durante años por Javert, miembro de la policía. Valjean accede a cuidar Cosette, hija de Fantine, esta última es una mujer pobre que se vio obligada a convertirse en prostituta.
Quito XII Festival Internacional de Música Sacra
Dónde: Supercines y Cinemark Hora: Varía según la función Costo: Entre $4.50 y $6.50.
Música
Guayaquil
Guayaquil
La llamada
Filmes de Carlos Saura
Cine
Cine
La ópera prima del cineasta guayaquileño David Nieto Wenzell, protagonizada por Anahí Honessein, que hace de Aurora, una madre soltera que lidia con la expulsión de su hijo de 14 años del colegio, de lo que se entera con una llamada que recibe del rector.
Dos películas de Carlos Saura se proyectarán: “Flamenco flamenco” (2010) -continuación de “Flamenco” (1996)- trata del canto, baile y música de ese arte en España. “Iberia” es un documental sobre la música y la danza de los artistas más importantes de la escena actual española.
Dónde: MAAC Cine Hora: 19:00 Costo: $ 4
Dónde: MAAC Cine Hora: 15:00 y 17:00 Costo: Entrada libre
El festival se desarrolla principalmente en el Centro Histórico y en algunas iglesias del norte y el sur de la capital. Música Sacra visitará con sus conciertos la iglesia de La Compañía, La Catedral, La Basílica, la Capilla del Museo de la Ciudad, San Francisco, La Santiago, El Centro de Arte Contemporáneo, la iglesia del Buen Pastor, iglesia de La Merced, Antiguo Hospital de San Lázaro, el Teatro Nacional Sucre y Teatro Variedades Ernesto Albán, entre otros. Carmen Helena Téllez y el Coro Mixto Ciudad de Quito se presentan. Dónde: Centro de Arte Contemporáneo Hora: 19h00 Costo: gratuito