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Marcel Proust

POR ANDRÉS ABREU editor@elvocerous.com

Fue un influyente escritor francés nacido el 10 de julio de 1871 en Auteuil, una localidad cercana a París, Francia. Es ampliamente conocido por su monumental obra "En busca del tiempo perdido" (À la recherche du temps perdu en francés), que es considerada una de las mayores obras de la literatura del siglo XX.

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Proust proviene de una familia acomodada y creció en un ambiente intelectual y artístico. Su salud era delicada, y pasó gran parte de su vida en su habitación, lo que le permitió desarrollar una observación profunda y detallada de la sociedad y de sí mismo.

"En busca del tiempo perdido" es una extensa novela en siete tomos que narra la vida del protagonista, Marcel, y sus reflexiones sobre la memoria, el tiempo, el arte, el amor y la sociedad. La obra es conocida por su prosa elaborada y su estilo introspectivo, y aborda temas profundos y complejos.

"En busca del tiempo perdido" es un conjunto de obras encadenadas por la experiencia de un personaje que es él mismo. Fueron publicadas entre 1913 y 1917. Estas son algunas:

"Por el camino de Swann" (Du côté de chez Swann): Publicado en 1913, este es el primer volumen de "En busca del tiempo perdido". Narra los recuerdos de infancia del protagonista, Marcel, en la pequeña ciudad de Combray, así como su relación con la familia Swann.

"A la sombra de las muchachas en flor" (À l'ombre des jeunes filles en fleurs): Este tomo fue publicado en 1918 y ganó el prestigioso premio Goncourt en 1919. Aquí, Marcel viaja a Balbec y explora sus primeras experiencias amorosas.

"El mundo de Guermant0000es" (Le Côté de Guermantes): Publicado en dos partes en 1920 y 1921, respectivamente, este tomo se centra en la alta sociedad parisina y las interacciones sociales de Marcel con la aristocracia.

"Sodoma y Gomorra" (Sodome et Gomorrhe): Publicado en 1921, este volumen continúa explorando temas de homosexualidad y relaciones amorosas dentro de la sociedad parisina.

"La prisionera" (La Prison- nière): Publicado en 1923, este tomo se centra en la relación compleja entre Marcel y Albertine, una joven que se convierte en su amante.

"La fugitiva" (Albertine disparue): Publicado en 1925, también conocido como "Albertine ha desaparecido". En esta parte, Marcel investiga la desaparición de Albertine y reflexiona sobre el significado del tiempo y el amor.

"El tiempo recobrado" (Le Temps retrouvé): Publicado póstumamente en 1927, este último tomo cierra la obra y presenta la conclusión de las reflexiones de Marcel sobre el tiempo, la memoria y la vida.

Además de "En busca del tiempo perdido", Proust también escribió otras obras, como ensayos y cuentos, aunque su trabajo más conocido y celebrado es, sin duda, esta extensa y profunda serie de novelas.

La obra de Proust ha tenido una influencia significativa en la literatura moderna y ha sido elogiada por su profundidad psicológica y su enfoque en la introspección y la memoria. Marcel Proust falleció el 18 de noviembre de 1922 en París, dejando un legado literario que sigue siendo ampliamente estudiado y apreciado en la actualidad.

FRAGMENTO:

RAMO DE CATLEYAS: Odette tenía en la mano un ramo de catleyas, y Swann vio, debajo del pañuelo de encaje que le cubría la cabeza, que llevaba en el pelo flores de la misma variedad de orquídea, atadas al airón de plumas de cisne. Tocada de mantilla, llevaba un traje de terciopelo negro, que se recogía oblicuamente en la parte inferior para dejar asomar un trozo de falda de

Eduardo Galeano y el calendario de los días

que comían a las cucarachas, y las cucarachas comían a las avispas, que comían a los mosquitos.

Julio 25

Receta para difundir la peste

En el siglo catorce, los fanáticos custodios de la fe católica declararon la guerra contra los gatos en las ciudades europeas.

Los gatos, animales diabólicos, instrumento de Satán fueron crucificados, empalados, desollados vivos o arrojados a las llamas. Entonces las ratas, liberadas de sus peores enemigos, se hicieron dueñas de las ciudades. Y la peste negra, por las ratas transmitida, mató a treinta millones de europeos.

Julio 26

Llueven gatos

En la gran isla de Borneo, los gatos comían a las lagartijas,

El DDT no figuraba en el menú. A mediados de siglo XX, la Organización Mundial de la Salud bombardeó la isla con descargas masivas de DDT, para combatir la malaria, y aniquiló los mosquitos y todo lo demás.

Cuando las ratas se enteraron de que también los gatos habían muerto envenenados, invadieron la isla, devoraron los frutos de los campos y propagaron el tifus y otras calamidades.

Ante el imprevisto ataque de las ratas, los expertos de la Organización Mundial de la Salud reunieron su comité de crisis y resolvieron mandar gatos en paracaídas. En estos días de 1960, decenas de felinos atravesaron el cielo de Borneo.

Los gatos aterrizaron suavemente, ovacionados por los humanos que habían sobrevivido a la ayuda internacional.

No hable usted, no se canse más, contésteme por señas. ¿Me permite usted que le vuelva a poner bien las flores esas del escote que casi se caen con la sacudida? Tengo miedo de que las pierda usted, voy a meterlas un poco más. Odette, que no estaba acostumbrada a que los hombres usaran tantos rodeos con ella, le dijo:-Sí, sí, hágalo.

Pero Swann, azorado por la contestación y quizá también porque había hecho creer a Odette que el pretexto de las flores era sincero, y acaso porque él también empezaba a creer que lo había sido, exclamó: faya blanca; también por debajo del terciopelo asomaba otro paño de faya blanca en el corpiño, donde se abría el escote, en el cual se hundían otras cuantas catleyas. Apenas se había repuesto del susto que tuvo al toparse con Swann, cuando el caballo se encontró con un obstáculo y dio una huida. Llevaron una gran sacudida, y Odette lanzó un grito y se quedó sin aliento, toda palpitante.

-No es nada .dijo él., no se asuste. Y la cogió por el hombro, apoyándola contra su cuerpo para sostenerla; luego dijo:

-Pero no hable, va usted a cansarse, contésteme por señas que yo la entiendo. ¿De veras me deja usted…? Mire, aquí hay un poco de…, creo que es polen que se ha desprendido de las flores; si me permite se lo voy a quitar con la mano. ¿No le hago daño? ¡No! Quizá cosquillas, ¿eh? Pero es que no quiero tocar el terciopelo para no chafarle. ¿Ve usted?, no había más remedio que sujetarlas, si no se caen; las voy a hundir un poco más… ¿De veras que no la molesto? ¿Me deja usted que las huela, a ver si no tienen perfume? Nunca he olido estas flores ¿Me deja?, dígamelo de veras.

Ella, sonriente, se encogió de hombres como diciendo : ¡Qué tonto es usted, pues no ve que me gusta! Swann alzó la otra mano, acarician- do la mejilla de Odette; ella lo miró fijamente, con ese mirar desfalleciente y grave de las mujeres del maestro florentino que, según Swann, se le parecían los ojos rasgados, finos, brillantes, como los de las figuras botticelescas, se asomaban al borde de los párpados, como dos lágrimas que se iban a desprender. Doblaba el cuello como las mujeres de Sandro lo doblan, tanto en sus cuadros paganos como en los profanos. Y con ademán que, sin duda, era habitual en ella, y que se cuidaba mucho de no olvidar en aquellos momentos porque sabía que le sentaba bien, parecía como que necesitaba un gran esfuerzo para retener su rostro, igual que si una fuerza invisible lo atrajera hacia Swann. Y Swann fue el que lo retuvo un momento con las dos manos, a cierta distancia de su cara, antes de que cayera en sus labios. Y es que quiso dejar a su pensamiento tiempo para que acudiera, para que reconociera el ensueño que tanto tiempo acarició, para que asistiera a su realización, lo mismo que se llama a un pariente que quiere mucho a un hijo nuestro para que presencie sus triunfos. Quizá Swann posaba en aquel rostro de Odette, aun no poseído ni siquiera besado, y que veía por última vez esa mirada de los días de marcha con que queremos llevarnos un paisaje que nunca se volverá a ver.

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