Cuatro Sonetos
miguel
segura
1991 (Luciérnagas)
Cruzando el ecuador de las edades provoca en la invisible arquitectura intensas embestidas de cordura la lúcida intuición de veleidades.
Consejos que legislan las crueldades haciendo permisible la locura otorgan la victoria a la tortura que infligen centuriones sin verdades.
La sangre amasa el polvo en el escombro. Azota el cormorán nuestras visiones con el luto que comprime al oleaje,
en tierras que deshojan el asombro. En cielos que son vidrios de igniciones. Con hombres que han perdido su bagaje.
El cañaveral
Meciendo la brisa el cañaveral en la luna blanca de otro solsticio. Reflejos de plata bajo su auspicio la orilla del ardor primaveral. La fiesta, aldea, aristas de metal, la mirada etílica, frío el gesto, entrecejos de rencor indigesto, manos embargadas de lo letal. Festejo de vírgenes y demonios bajo la cruz sagrada de arenisca donde los viejos objetan del hambre, del calor, de los nuevos matrimonios que apagarán la luna con su sangre y la oscura herencia de la Francisca.
11 julio 2003
Mel贸dica
Anhelo que no busca las prebendas ni las frecuencias m谩s fundamentales. Rastreando la luz en cosas tales exploro en el sonido las leyendas. Confabula el elixir por las sendas de grises alamedas neuronales, camuflando los ecos abisales de la turba sumida en sus contiendas. Sombras del laberinto coclear, banda ancha que el yunque y el martillo diluyen en la gruta occipital. Son s贸lo los hercios para o铆r la mar, pampa del son, rumor, el estribillo, oleajes de lunas y de cristal.
15 junio 2003
Madrugada
En el umbral del sueño desafía, terca, la luz, reptando en la ventana. Bostezo con tañidos de campana. Alquimia musical de celosía. Tus besos de perfecta simetría con que enciendes, amor, cada mañana. Desnuda piel, ascuas de porcelana. Hallazgo sorprendente que abre el día. Las piedras que se gastan en la calle. Los charcos, el estruendo, el alboroto. Aferrado al abrigo de tu talle al que manso me entrego y desacoto, descendemos la cuesta sin que se halle risa igual en silencio tan remoto.
23 febrero 1991