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PLANTAS MEDICINALES Y COMUNALIDAD EN ATLAPULCO.

Plantas medicinales en Atlapulco. En Atlapulco se conocen y utilizan al menos 122 plantas medicinales 1, de estas se recopilo información de las 72 plantas que conforman el herbario comunal.

PLANTAS UTILIZADAS EN ATLAPULCO PLANTAS INCLUIDAS EN EL HERBARIO Aile Ajenjo Ajo Alfilerillo Árnica Borraja Capulín Carricillo Cebolla Cedro Cedrón

Jitomate Lanté Lengua de vaca Limón Maguey Maíz Malva Manzanilla Marrubio Mirto Nogal

Cempoazuchitl Chicalota Chichicaxtle Cola de caballo Diente de león Dólar Encino Epazote Epazote de perro Escoba Estafiate Eucalipto Flor de ocote Golondrina Gordolobo delgado Gordolobo grueso Hierba del ángel

Nopal Oyamel Papa Pata de león Pata de pollo Pericón Pirul Raíz roja de llano Rosa de castilla Ruda Sábila Santamaría Saúco Siempreviva Simonillo Tabaquillo chico Té de monte grande Tejocote Tepozan Tlachalalahua

Hierba del cáncer Hierba del golpe Hierbabuena

PLANTAS SIN INFORMACIÓN Albaca Amapola Ambar Apio Betronica Bugambilia Chivatito Ciruelo Corteza de ocote Epazote de hongo Flor de piedra o lama de roca Florifundio Frijolillo Garañona Guajolote Hierba de San Juan Hierba del zopilote Hortensia Higo (hoja) Idiandilla Itamorreal Jitomate Laurel Lechuga Lechuguilla Lentejilla Mejorana Míspero

Romero Sonajilla Té amarillo Telaraña Tomillo Toronjil Amarillo Toronjil Rojo Trébol Valeriana Xixi Xocoyol Xopacle Zacanoal Zacatón

Muerdago o injerto Musgo de palma Oreja de ratón

1 En menor o mayor medida dependiendo de la planta. 1


Hierbamora

Tomate verde

Palmita de patita negra o cilantrillo Hinojo Toronjil blanco Palo dulce Huele de noche Toronjil morado Pingüica Jara blanca Verbena Poleo de campo Jara negra Yalokil Raíz de fuerza Cuadro 34. Las plantas incluidas en el herbario son las que se presentan en el anexo.

1 MAÍZ Zea mays L.

Aún cuando el maíz es de origen mexicano (tlayolli en náhuatl), lo nombramos con el nombre que impusieron los españoles: maíz. (Cristina Barros y Marco Buenrostro, 1997:7) En lengua ñahñú el maíz es nombrado thunjuu. La cultura del maíz en los pueblos de origen mesoamericano, entre ellos Atlapulco, abarca desde la siembra (túuja) en la milpa (juaii), la posterior cosecha (tzófo), la molienda de las semillas en el nixtamal (tzuni), el almacenaje en sincolotes (tunza), la utilización de los pelos de los elotes (shinguiri) para curar, la utilización de las mazorcas (tho) y hojas como artesanías, hasta mitos, leyendas y las adivinaciones con sus semillas (deetho). La gastronomía de la región incluye elotes, esquites, atoles (teí) y con la masa (kjuni) se preparan tortillas, tamales (thedi), gorditas, tlacoyos (pik jmee). En Atlapulco el maíz se utiliza principalmente como alimento, pero destaca el uso de los pelos de elote como planta medicinal de uso común en la población.

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Figura 37. Usos del maíz. (Barros y Buenrostro, 1997 (25): 9)

Como se mencionó en el capítulo 4 en el apartado de “fiesta”, en Atlapulco el maíz está presente en todas las celebraciones del ciclo ritual, festivo, religioso,

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agrícola, así como alimento. El ciclo festivo-agrícola del maíz en Atlapulco comienza con la bendición de las semillas en la fiesta de la Candelaria, con el Carnaval se inicia el barbecho (uajha), en Semana Santa se trabaja colectivamente en la milpa, en las fiestas de San Pedro y San Pablo se quitan las hojas del maíz “para que se caliente”, el día de San Salvador se realiza una Misa para bendecir las cañas de maíz, algunas familias cortan elotes de sus milpas para preparar esquites, siguiendo con la costumbre de ofrecerlos a los parientes, las visitas y los amigos. Para el 14 de agosto el maíz está tierno, en la fiesta de San Miguel es el cierre de lluvias y para la fiesta de muertos se realiza la pizca y la cosecha.

Figura 38. convivio al finalizar la faena de la pizca en la milpa comunal 2009

La milpa comunal se trabaja por faena y el producto se destina a cubrir gastos de las fiestas comunales y a apoyar a viudas de la población. No obstante el notable descenso de la siembra del maíz en Atlapulco, su presencia perdura a través de su uso gastronómico y sus fiestas que siguen reafirmando los vínculos comunales. El siembra del maíz ha dejado de tener el nivel protagónico en las actividades económicas de la población, al grado que algunos comuneros sienten que tienen que sembrar maíz por obligación, para no perder el derecho de usufructo de su parcela que debe ser usada para

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agricultura. Sin embargo, la preparación y venta de alimentos con su masa (tlacoyos, gorditas, quesadillas) sigue siendo una fuente de ingreso, ya sea en los restaurantes de los valles o yendo a vender a la Ciudad de México. El 15 de mayo de 1995 (día de San Isidro Labrador, el señor de los campos agrícolas), en la milpa de un comunero se encontró la pieza arqueológica que después fuera nombrada “Go’ho N’deni” (cuatro maíz, en ñahñú), hecha de barro de 17.2 cm de altura y 31 cm de diámetro, posiblemente de la época tolteca y cuyo glifo representa al maíz en flor

Figura 35. Pieza arqueológica que representa al maíz tierno “Go’ho N’deni”

Don Alfredo Núñez, comunero de Atlapulco, leyó un documento con el tema del maíz en la inauguración de la exposición “Sin maíz no hay país”, en el Museo de Culturas Populares del Instituto Mexiquense de Cultura, en Toluca, el 27 de agosto del 2004. El texto -de su propia autoría- refleja la importancia que los atlapulquenses atribuyen al maíz en su vida cultural y comunal.

El maíz participa en la vida comunal de Atlapulco a través de sus fiestas y el trabajo en las milpas, ambas actividades colectivas en las que participa gran parte de la población. A su vez, los conocimientos alrededor del maíz forman

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parte de saberes y prácticas socialmente productivas, así, el cabello de elote es utilizado en Atlapulco para tratar el riñón. En cuanto a elementos de su cosmovisión, mantienen vigentes en gran parte gracias al granicero que trabaja alejando las nubes para que las milpas no se vean afectadas por el granizo. 2 MAGUEY. Agave atroviens Kart Del náhuatl metl. En los parajes de la “Loma” y en “Cardosantos” hay varias magueyeras (bówada) de cuyos magueyes

(wada) se obtiene el aguamiel

(xifani) y se elabora el pulque (taxtafi), a las personas que se dedican a “raspar” el maguey se les llama “tlachiqueros” (yafi). En los últimos años ha descendido la

producción

del

pulque

debido

a

que

otras

bebidas

alcohólicas,

principalmente la cerveza, lo han desplazado poco a poco. Pero existen documentos históricos que atestiguan la existencia de la actividad de extracción de aguamiel como una actividad económica importante desde hace varios siglos2. Actualmente, en la ranchería de Joquitzingo “guarda raya” del lindero comunal de Atlapulco con San Jerónimo Acazulco, es donde se elabora, según muchas personas de Atlapulco, el mejor pulque de la localidad. De las hojas o pencas del maguey se extraía antiguamente la fibra o ixtle (xoii) con la que se elaboraban textiles para la confección de ayates (xinjua), sin embargo esta práctica desapareció. La hoja o penca del maguey se utiliza para la preparación de la barbacoa y mixiotes, usándolas para envolver la carne. Capulhuac, población vecina de Atlapulco, ha basado su economía en los últimos años en la preparación y venta de barbacoa y muchas veces toman estas pencas del terreno de Atlapulco. En los Valles turísticos de la comunidad se venden mixiotes, barbacoa y el propio pulque. Se utilizan los mesotes3, (xiwada) como leña, o para poner las ceras como candelabros.

2 Archivo General de la Nación 1777, galería 4, volumen 444, foja 150-156, grupo documental Alcabalas. 3 Pencas secas de maguey. 6


El maguey en Atlapulco se utiliza comúnmente como “cerca viva” para dividir las sementeras o milpas y como lindero entre terrenos, lo que además ayuda a evitar la erosión del terreno, pues retiene la tierra. Cabe recordar la descripción de Soustelle acerca de algunos caracteres generales de las regiones de las tierras frías: Por doquier, la planta más cultivada es el maíz (otomí: det´ö) al que se suma el maguey (wada) de donde se saca el pulque (sêy). La combinación del maíz con el pulque como base, y casi como único elemento de la alimentación indígena, es característica de los otomíes de las tierras frías. No menos característica es la utilización de la fibra textil sacada del maguey, el ixtle (otomí: sâhi), de la cual sabemos que desde antes de la conquista era el artículo de intercambio fundamental de estos indígenas. El tejido de la lana se añade al del ixtle. Casi todos los otomíes crían borregos y utilizan la lana con gran destreza. (Soustelle, 1993:30)

Figura 39. Thispiri4 de Atlapulco, representación de un maguey en la época colonial.

4 “Tishpiris” representaciones antropomórficas, zoomórficas, fitomórfas en barro que se ofrecían como testimonio de curación y que posteriormente serían llamados “milagros”. 7


Jacques Galinier hablando de los otomies de la Sierra Madre, menciona que al pulque se le identifica como esperma, y la masturbación hace recordar el “desollamiento” del corazón del maguey, que permite producir las secreciones regulares del jugo: el aguamiel. El pulque embriaga, adormece, suscita la exaltación, el deseo y presenta al carnaval como la gran fiesta del pulque. Así mismo, Galinier menciona la relación entre el maguey y la fertilidad cósmica, que persiste actualmente a través de diversos símbolos cristianos, así, la Virgen de los Remedios se ha convertido en la santa protectora de los magueyes. Esta virgen es representada sobre un maguey, a imagen de mayahuel, la divinidad azteca de la misma planta. (Galinier, 1990:577) Luigi Tranfo menciona respecto a la explotación del maguey, planta nacional otomí: “Plantarlo es muy sencillo…Sus hojas (pencas), duras y carnosas, dan una fibra, el xanthé, que se usa en la fabricación de los ayates, y que es extraída en el período de maduración de la planta, contemporáneamente al aguamiel. Durante la maduración, exactamente antes de que brote la flor (preludio de su muerte) sostenida por un largísimo tallo, la parte central de la planta es cortada dejando al descubierto un receptáculo en forma de jícara. En esta cavidad baja de las hojas un jugo, rico en sacarosa, que normalmente sirve de alimento a la flor en pleno crecimiento. Este es el aguamiel, que se forma en el interior del tronco y que es extraído diariamente… Una vez extraído el aguamiel se deja fermentar durante algunas horas después de haberlo mezclado con una porción de pulque ya preparado. Alcanza así, una graduación alcohólica mayor (3-5%) transformándose en “pulque”, la típica bebida otomí, tomada por todos, hombres mujeres y niños”. (Tranfo, 1974:99-100)

En la medicina tradicional de Atlapulco, el maguey se utiliza para tratar tos, golpes, fracturas y torceduras, utilizando la hoja y el pulque. Cuentan las personas mayores de Atlapulco que hace muchos años la bebida acostumbrada en el pueblo era el pulque, pero esta tradición ha cambiado a partir de la introducción de la cerveza y otras bebidas alcohólicas. A pesar de esto, el pulque se sigue estando presente en algunos momentos de la cotidianidad del pueblo, en fiestas, y la planta de maguey sigue presente en el territorio.

5.2.1.3 ENCINO. Quercus crassipes Humb and Bunpl.

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Del náhuatl ahuatl. Con más de 1,000 especies distribuidas en el hemisferio norte, la mitad de este número concentradas en América, particularmente en las regiones montañosas de México y Centroamérica, de los 2,400 a los 2,900 msnm, donde llegan a formar bosques monoespecíficos.

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Es una especie

nativa y silvestre que prospera en laderas de cerros, barrancas y cañadas húmedas, en terrenos planos y en lugares secos o muy húmedos. Se desarrolla en climas templados fríos y semifríos. Su importancia ecológica radica en que es una especie primaria. Los encinos se han sugerido como especies clave en la rehabilitación y restauración de bosques.

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En Atlapulco junto con el “aile”, la leña obtenida del encino es una de las mejores para cocinar ya que hace buen carbón con brasa duradera (tzibi, lumbre). Como ya se comentó, durante la época colonial Atlapulco tributaba carbón a la Casa de Moneda, lo que mermó considerablemente la cantidad de encinos en la comunidad. Sin embargo, los encinos siguen ocupando el 7.11 % de la superficie municipal7 .

5 Comisión Nacional Para Los Pueblos Indígenas. 6 CONABIO 7 Junto con el laurelillo, el madroño y la escobilla. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, 1:250 000 (Actualizada 1997). Inédita. 9


Figura 40. Árbol de encino en la comunidad de Atlapulco. 2000

Figura 41. Árbol de encino, detalle.

En Atlapulco hay un paraje llamado “El Encino” por la presencia de un ejemplar de gran tamaño. De la corteza del árbol (zda) de encino se prepara una infusión que, bebida como agua de tiempo y haciendo buches, sirve para fortalecer los dientes y como astringente.

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5.2.1.4 OYAMEL. Abies religiosa (H.B.K.) Cham & Schlecht. El 66.6 % de la superficie municipal está ocupada por oyamel (boxú)8; y la mayor parte del bosque de Atlapulco se compone de este árbol. Su explotación es actualmente tema de asamblea, pues se ha creído necesario establecer reglas para el aprovechamiento sustentable del bosque. Gran parte del bosque de oyamel de Atlapulco es Parque Nacional, el “Miguel Hidalgo” 9 comúnmente conocido como “La Marquesa” y el Parque Estatal, el “Mexica Otomí”.

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La madera del oyamel se aprovecha para la construcción de cabañas, trojes, para hacer tejamaniles, vigas; los brazuelos del árbol se utilizan como leña y los costerones para hacer muebles, paredes y hacer nacimientos navideños. Por los diversos usos de su madera, el oyamel es un árbol codiciado por los taladores clandestinos, lo que ha llevado al Comisariado de Bienes Comunales de Atlapulco a hacer recorridos constantes para el control de la tala. La madera del oyamel se ha comercializado (y “truequeado”, como se nombra en la comunidad al hecho de intercambiar mercancías), durante varios siglos. Los arrieros lo transportaban dentro y fuera de la región.

8 Junto con pino, ocote y aile. INEGI. Carta de Uso del Suelo y Vegetación, 1:250 000 (Actualizada 1997). Inédita.

9 Parque nacional Insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, área natural protegida de México que se encuentra en la sierra de las Cruces, en el Eje Neovolcánico, con una superficie de 1.760 ha, y políticamente dentro de los municipios de Ocoyoacac, Huixquilucan y Lerma, en el estado de México y de la delegación de Cuajimalpa de Morelos en el Distrito Federal. Fue declarado parque nacional el 18 de septiembre de 1936.

10 Es destacable el hecho de que el Parque “Miguel Hidalgo” no está tan bien conservado como el resto del bosque, custodiado por los comuneros de San Pedro Atlapulco, mientras que el bosque del Parque Estatal no tiene presencia de autoridades estatales.

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Figuras 42 y 43. Oyameles plagados en el Parque Nacional “Miguel Hidalgo y Costilla�. 2000

Figura 44. Recorrido comunal para el control de la tala clandestina. 2000

En la medicina tradicional de Atlapulco, la trementina del oyamel se usa untada como cicatrizante y para madurar abscesos.

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La importancia del bosque de oyamel en el ecosistema consiste principalmente en su papel como captador de aguas, del subsuelo y de lluvia. (Proyecto de Protección Forestal 2001) Las personas de la Atlapulco saben que para mantener los manantiales vivos es necesario conservar el bosque de oyamel.

5.2.1.5 NOPAL. Opuntia ficus-indica (L.) Miller

Figura 45. Nopales para su venta. 2000

Del nahuatl nopalli. En Atlapulco se refieren tres usos principales del nopal (ko ´jo), alimenticio, en construcciones y medicinal. Es muy común en la región su uso alimentario, en la preparación de ensaladas con jitomate, cebolla, ajo, hierbas de olor, habas cocidas o rabanitos; también se comen asados. Se consumen en la dieta cotidiana y se venden en los valles turísticos de Atlapulco. La tuna, fruto del nopal, también se consume y vende. En cuanto a su uso en construcciones, se preparan encalados y adobes utilizando la baba del nopal como adherente, para que no despinte el encalado y para que evitar que se resquebrajen los adobes. En la medicina tradicional de Atlapulco, el nopal se utiliza como cataplasma y en jugo con piña, en ayunas, contra la diabetes. 5.2.1.6 TEJOCOTE.

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Crataegus pubescens (Kunth) Steudel

Figura 46. Árbol de tejocote en la comunidad.

Planta originaria cuyo nombre proviene del náhuatl texocotl, de tetl piedra y xocotl fruto, por lo que se le nombra “fruto como piedra”. Los frutos se utilizan comúnmente para rellenar piñatas, con ellos se prepara un licor (al igual que con el capulín) y se preparan conservas como dulce típico de la región. En épocas navideñas se utiliza para preparar ponche que además de ser una bebida tradicional, es medicinal. Así mismo se preparan jarabes e infusiones con el fruto del tejocote para la tos. Se dice que como “agua de tiempo” durante quince días sirve contra la diabetes. 5.2.1.7 PERICÓN. Tagetes lucida Cav.

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Figura 47. Cruz de pericón.

Del náhuatl yauhtli. Con las flores y sus ramas se elaboran ramos en forma de cruz, que se colocan cada año el día 28 de septiembre en las puertas de las casas en víspera del día 29 que se celebra el triunfo de San Miguel Arcángel sobre el diablo. Se dice que se pone ese día para evitar que el diablo entre en las casas, es decir, la cruz evita que la batalla se libre en el interior de las casas. En la medicina tradicional de Atlapulco, los manojos de pericón se utilizan frotados en el cuerpo de quienes reciben una “limpia”, lo mismo que las mujeres después de un parto. Los baños de agua de pericón se utiliza para los enfermos de “aire” o se aplican a quienes “les pegó el rayo”, también para las parturientas, acompañado de un té de pericón, para que no “se asusten”. 5.2.1.8 CEMPAZÚCHITL Tagetes erecta L. El término cempazúchitl proviene del náhuatl, de cempoatl veinte y xochitl flor, por lo que se le nombra flor de veinte pétalos. El uso más común y difundido del cempazúchitl es en la fiesta de muertos, como elemento fundamental en ofrendas y adornos; para altares y en las tumbas de los parientes difuntos. Algunas personas siembran la flor en un pequeño almácigo en su casa y luego la transplantan a algún lugar de su solar y para cuando llega la fiesta de

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muertos ya tienen las flores que van a utilizar y, en algunas ocasiones, les alcanza para regalarle a algún familiar o venderle a los vecinos. En la medicina tradicional de Atlapulco se utilizan los pétalos de la flor en té para detener la diarrea.

Figura 48. Ofrenda de muertos.

5.2.1.9 VERBENA. Verbena carolina L. La verbena es una planta introducida en México, en náhuatl se le nombra tepechin. Cuentan que antes en Atlapulco el 24 de junio las mujeres acostumbraban lavarse en cabello con el agua de una infusión de verbena y todavía húmedo se lo trenzaban. Durante la fiesta se lo soltaban y bailaban moviendo la cabeza de un lado al otro, de esta forma pedían que el maíz jiloteara, ya que a partir de esta fecha y hasta finales de julio es cuando el maíz corre más riesgo de ser dañado por el granizo y las tormentas. Es curiosa la forma de incorporar a la verbena dentro del ciclo agrícola del maíz, pues, las famosas verbenas populares, como es conocido, se celebran en España el día de San Juan y al parecer tiene también que ver con su ciclo agrícola.

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Recordemos la canción popular que dice “verbena, verbena, jardín de matatena… Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva...”. Medicinalmente en Atlapulco se utiliza para “evitar la caída del cabello”.

Figura 49. Verbena

5.3 Plantas medicinales y comunalidad. “El conocimiento sobre las plantas medicinales y su uso, está disperso en los pobladores de la comunidad”, dice uno de sus habitantes. Hay diferentes niveles de conocimiento y aproximación al uso de las plantas entre las personas de localidad, sin embargo hay saberes y prácticas de uso común entre la gente de Atlapulco. Si una persona está inserta en la vida comunal y sus saberes, ante un dolor de estómago toma “un amargo” (como una infusión de ajenjo) mientras que una persona alejada de los saberes de la comunidad, en el mismo caso toma Peptobismol. En este contexto, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la población es a la merma de saberes y prácticas, la descomunalización a partir

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de la pérdida de los conocimientos y prácticas locales. De ahí la importancia de que los pobladores de Atlapulco; ya sean ahuizotes, hueseros, parteras o amas de casa, mantengan activos los saberes y conformen una red de difusión de los conocimientos colectivos con los que cuenta la población. Al utilizar saberes y recursos propios para tratar enfermedades, sin tener que recurrir a la terapéutica biomédica hegemónica, los pobladores de Atlapulco mantienen vigente un tipo de atención médica autogestiva basada en los conocimientos locales. Así mismo, las plantas medicinales pertenecen a un conjunto de saberes y prácticas más amplio que su uso terapéutico, que incluye el uso alimenticio, el uso como cerco vivo, el uso de la madera, el uso como correctivo, ornamental, ceremonial, etc. La importancia social de las plantas medicinales es mayor en cuanto están presentes en los diferentes elementos que conforman el modo de vida comunal, pues se utilizan cotidianamente para fines que van del ritual-religioso al alimenticio. En ese sentido las plantas medicinales forman parte del patrimonio natural, los conocimientos y prácticas relacionados con éstas pertenecen a su patrimonio social y cultural. El siguiente cuadro muestra la relación existente entre algunas plantas medicinales en el marco de la vida comunal utilizadas en Atlapulco, cuyo conocimiento no se restringe únicamente al uso terapéutico y su utilización o presencia nos refiere a otros ámbitos de la vida comunal.

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