Adaptaci贸n del cuento de Hans Christian Andersen
En una granja del bosque, la señora Pata incubaba sus huevos. A los pocos días, uno tras otro los huevos comenzaron a romperse. – ¡Cuac, cuac! - decían los patitos asomando sus cabecitas por el cascarón. – ¡Cuac, cuac! - les respondía su mamá.
Pero el huevo más grande no se rompía, y mamá Pata estaba preocupada. Llegó el día en que el huevo empezó a romperse y apareció un sonriente patito. – ¡Oooooh! - exclamaron las gallinas-. ¡Qué pato más grande y feo!, no se parece a sus hermanos.
Mamá pata dijo entonces: – Sí, es un pato más grande que los otros, pero es muy cariñoso y yo lo quiero igual. En la granja, todos los animales se burlaban del patito y sus hermanos no querían jugar con él..
Un día se marchó de la granja y, después de caminar varios días, llegó a una casa en la que vivía una anciana con su gallo y un gato muy celosos, que perseguían sin cesar al pobre patito.
El patito se marchó, y al llegar la noche se quedó dormido, encogido y tiritando de frío. Al despertar, la ardilla y el conejo le dijeron que en el estanque había otros animales como él.
El patito se acercó al estanque y dijo a los cisnes: – ¡Hola!, puedo quedarme con vosotros? – Claro que sí – le respondieron. El patito se miró en el agua y comprobó que se había convertido en un hermoso y elegante cisne.. Desde entonces fue feliz y ... ¡nunca más volvió a estar solo!. ...y colorín colorado, este cuento se ha acabado, si quieres que te lo cuente otra vez cierra los ojos y cuenta hasta tres.