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La energía en la plataforma republicana y
La energía en la plataforma republicana y demócrata de los EUA: ¿diferencias abismales?
Pese a la opinión de algunos analistas respecto a que el tema de la energía es donde se reflejan las mayores diferencias entre los candidatos a la presidencia de los EUA, Donald Trump y Joe Biden, un cuidadoso escrutinio de las propuestas de sus respectivas plataformas y sus recientes declaraciones muestran fuertes convergencias en los temas más importantes para los EUA.
Por / By: Rosío Vargas
En otros, la diferencia es de énfasis o de posturas distintas en el partido demócrata. Las mayores discrepancias entre los planteamientos se refieren al cambio climático y la regulación del sector. En el caso del candidato republicano, su propuesta replica la plataforma presentada en el 2016 y la continuación de las políticas de su primera gestión será lo que completará la agenda de desregulación. Igualmente, contempla retirarse formalmente de los Acuerdos de París el día siguiente a las elecciones para la presidencia.
Energy in the US Republican and Democratic platforms: abysmal differences?
Although some analysts think that the greatest differences between US presidential candidates, Donald Trump and Joe Biden, reflect in the energy issue, scrutiny of their platforms’ proposals and their recent statements show strong convergences on US’s most important topics.
In others, the difference is about emphasis or diverged positions in the Democratic Party. The most significant discrepancies between their approaches are related to climate change and regulation of the sector. In the Republican candidate’s case, his proposal replicates the platform presented in 2016, and the continuation of his first term’s policies will complete the deregulation agenda. He also plans to formally withdraw from the Paris Accords the day after the presidential elections.
Throughout his administration, Trump has set a broad deregulatory agenda throughout the energy sector and used his executive
A lo largo de su gestión, Trump ha dictado una amplia agenda desregulatoria en todo el sector energético y utiliza el poder del ejecutivo para hacer valer la supremacía federal, sobre todo en materia de infraestructura energética. Ha tenido como objetivo principal eliminar los impedimentos a la producción de carbón, petróleo y gas natural, ya que su meta es convertir a los EUA en una potencia exportadora a través de una política de “dominio energético”.
Su plan también incluye la infraestructura más tradicional, como carreteras, puentes y sistemas de agua, infraestructura inalámbrica y la banda ancha rural. En materia fiscal, el candidato Trump quiere reducir los impuestos para apoyar las inversiones en energía.
En contraste, la plataforma demócrata declara que “nos volveremos a unir al Acuerdo Climático de París y, desde el primer día, buscaremos una mayor ambición de las naciones de todo el mundo, poniendo a Estados Unidos de nuevo en la posición de liderazgo global a la que pertenecemos”. Biden llama a trazar “un camino irreversible” hacia emisiones netas de carbono cero para 2050, por lo que su plan buscaría lograr un sector energético libre de contaminación por carbón para 2035.
Su propuesta va por ‘trabajos’, empleos sindicalizados bien pagados que pondrán a los estadounidenses a trabajar en el desarrollo de estas energías bajas en carbón. Igualmente, se concreta en invertir 2 mil millones de dólares en infraestructura, con énfasis en la energía limpia.
En correspondencia con lo anterior se encuentra la meta en materia fiscal de aumentar impuestos para financiar el programa de infraestructura. En particular, incrementar los “impuestos al carbono” en industrias como el petróleo y el gas.
power to assert federal supremacy, particularly in energy infrastructure. His main objective has been to eliminate obstacles for coal, oil, and natural gas production since he intends to turn the US into an export leader through an “energy dominance” policy.
His plan also includes more traditional infrastructure, such as roads, bridges and water systems, wireless infrastructure, and rural broadband. On the fiscal front, candidate Trump wants to reduce taxes to support energy investments.
On the other hand, the Democratic platform states that “we will rejoin the Paris Climate Agreement and, from day one, seek greater ambition from nations around the world, placing the United States back in the global leadership position to which we belong.” Biden calls for charting “an irreversible course” toward net-zero carbon emissions by 2050, so his plan would seek to achieve a carbon-free energy sector by 2035.
Donlad Trump
La plataforma republicana no deja fuera a las energías limpias: desarrollos costo-efectivos de fuentes renovables, tales como la eólica, solar, biomasa, biocombustibles, geotérmica y la energía del mar, por parte del capital privado. También apoya el desarrollo de la energía nuclear y la captura y secuestro del carbono.
La diferencia con la plataforma demócrata, que también las incluye, se refiere al despliegue de la energía solar y eólica a través de sistemas comunitarios (descentralizados) y a escala de servicios públicos, incluso en áreas rurales. La convergencia bipartidista ocurre en el desarrollo más importante de los EUA: la fracturación hidráulica o fracking.
Lo anterior no es sorpresa para el caso del candidato republicano quien, como ya señalamos, ha favorecido una gran explotación para todos los combustibles fósiles. Pero sí lo es en el caso del candidato demócrata, Biden, a la luz de la oposición a esta industria de importantes figuras dentro del partido como Berny Sanders, Alejandra Ocasio Cortés, Elizabeth Warren y la candidata a vicepresidenta Kamala Harris.
Sorpresivamente, Joe Biden ha declarado en fechas recientes que no está por prohibir la producción a partir del fracking. Su postura tiene que ver con la consideración de los numerosos empleos que genera esta industria y la creencia de que el gas producido a partir de esta tecnología reduce los gases de efecto invernadero.
Igualmente, está relacionada con una postura realista de la inutilidad que tendría un intento por detener la producción de los hidrocarburos a partir de la fracturación, ya que ésta se encuentra mayormente (90%) en tierras privadas y estatales donde el gobierno federal no tiene injerencia. Sin duda, detrás está la certeza de que con el shale los EUA llegarán a la primacía como productores a nivel mundial, y con ello han fortalecido su reposicionamiento frente a otras potencias.
Joe Biden
His proposal is for ‘jobs,’ well-paid syndicated jobs that will get North Americans developing these low-carbon energies. Likewise, it is focused on investing $2 billion in infrastructure, emphasizing clean energy. Accordingly, there is a financial goal to increase taxes to finance the infrastructure program. In particular, to raise “carbon taxes” on industries such as oil and gas.
The Republican platform does not leave clean energy behind: the cost-effective development of renewable sources, such as wind, solar, biomass, biofuels, geothermal, and ocean energy, by private capital. It also supports the development of nuclear energy and carbon capture and sequestration.
The difference with the Democratic platform, which also includes them, concerns the deployment of solar and wind energy through community (decentralized) systems and at public service scale, including rural areas. The bipartisan convergence occurs in the USA’s most important development: hydraulic fracturing or fracking.
This is not a surprise for the Republican candidate who has favored significant exploitation of all fossil fuels, as we have already pointed out. But it is surprising for the case of the Democratic candidate, Biden, as prominent individuals within the party such as Berny Sanders, Alejandra Ocasio Cortés, Elizabeth Warren, and the vice-presidential candidate Kamala Harris have shown resistance towards this industry.
Surprisingly, Joe Biden has recently stated that he is not close to forbidding production through fracking. His argument is based on considering the many jobs that this industry generates and on the belief that the gas coming from this technology reduces greenhouse gases.
Likewise, it is related to a realistic position of the futility that an effort to stop hydrocarbon production through fracking would have since it is mostly (90%) done on private and state lands where the federal government has no interference. Undoubtedly, behind this is the certainty that with shale, the USA will become a leading worldwide producer, and thus they strengthen their repositioning against other powers.
Rosío Vargas es doctora en Ingeniería Energética. También es consejera independiente de la Comisión Federal de Electricidad e investigadora en el CISAN/UNAM. Rosío Vargas has a Ph.D. in Energy Engineering. She is also an independent advisor to the Federal Electricity Commission and a researcher at CISAN/UNAM.