por Zecharia Sitchin Traducción: Pedro Carmo Science News 7 de abril de 2001
"Más allá de los nueve planetas conocidos del sistema solar, un cuerpo cuya masa es semejante a la de Marte puede ya haber formado parte de nuestro sistema planetario - y aún estar allí." ¿Es este el párrafo principal de un texto de ficción científica? ¿ Es este el párrafo principal de un artículo de Zecharia Sitchin sobre Nibiru? No. Este es el párrafo principal de un reportaje de Science News del 7 de abril de 2001, con el titular "La extraña órbita de un cometa sugiere la existencia de un planeta oculto". El artículo narra las conclusiones de un equipo internacional de astrónomos que han estudiado a un cometa fuera de lo común, descubierto el año pasado, y llamado 2000 CR/105.
Él hace una órbita elíptica muy amplia alrededor del Sol - una órbita que lo pone lejos cerca de 4,5 mil millones de kilómetros del Sol, y lo trae de vuelta tan cerca del Sol como está Neptuno. Esa órbita completa su periodo cronológico en aproximadamente 3.300 años (según Sky & Telescope News del 5 de abril de 2001). "Una órbita así oblonga normalmente indica que un objeto ha entrado en el campo de influencia gravitatorio de un cuerpo masivo", escribió R. Cowen en Science News. ¿Sería eso la fuerza gravitatoria de Neptuno? Un estudio a ser publicado en el Journal Icarus, muestra que el equipo de astrónomos liderados por Brett Gladman del Observatoire de la Côte d'Azur en Nice, Francia, después de analizar todas las posibilidades, no piensa así. Dicen que una solución alternativa es que "la órbita del cometa puede ser obra de un planeta aún oculto" - cuya masa es semejante a la de Marte - "que estaría a 200 AU del Sol", en el llamado Cinturón Kuiper formado por pedazos de cometas y de planetas. Eso explicaría también, "por qué varios miembros de ese Cinturón poseen órbitas con inclinación diferente de la de los nueve planetas conocidos alrededor del Sol".
Harold F. Levison del Southern Research Institute de Boulder, Colorado, dijo a la revista que "sin duda, algo masivo fue tirado del Cinturón". "La cuestión es saber si todavía él está allí." El diario Science del 6 de abril de 2001 ha noticiado la descubierta con el siguiente titular: "El curso de un cometa señala a un planeta misterioso". El reportaje especial, escrito por el astrónomo holandés Govert Schilling, ha sintetizado las descubiertas con las siguientes palabras: "Un supercometa, recurriendo una órbita de lanzamiento imprevista y lejos del Sol, sugiere que un planeta no identificado se ha ocultado en el límite más distante del sistema solar, según informe de un equipo de astrónomos internacionales. Y más aun, el objeto misterioso todavía puede estar allí." Ahora, como suelen decir los sumerios... Los lectores de mis libros pueden, entonces, preguntar: ¿Dónde está la novedad? Desde la publicación de mi primer libro, El 12° Planeta, en 1976, he afirmado que textos e ilustraciones de los sumerios y de otros pueblos del Oriente Medio muestran su familiaridad con un sistema solar completo que incluía,
además del Sol y de La Luna, diez, y no nueve, planetas, con el décimo planeta (o 12° miembro del sistema solar) describiendo una amplia órbita elíptica con duración de 3.600 años. Su nombre sumerio era Nibiru. Yo he sugerido que los textos sumerio-acadianos, tales como Enuma Elish, también llamada Epopeya Babilónica de la Creación, no eran cuentos mitológicos sino registros de un conocimiento sofisticado y avanzado. Científicos y sabios del establishment resisten a esta inevitable conclusión porque ella presupone la concordancia con los antiguos de que nuestro planeta fue visitado por extraterrenos, los ANUNNAKI, "aquellos que descendieron de los cielos para la tierra" del folclor de los sumerios. De acuerdo con mi interpretación de los textos antiguos, Nibiru era un planeta lanzado fuera de otro sistema planetario del espacio cósmico y capturado por nuestro sistema solar cuando pasaba cerca de Neptuno. Él se estrelló con un planeta preexistente donde se localizan ahora los destrozos del Cinturón de Asteroides. Como resultado de esta colisión, hace 4 mil millones de años, la Tierra y la Luna vinieron a ocupar los sitios donde hoy están.