Boletín Enero-Junio
CINCO RETOS, QUE AL MISMO TIEMPO NOS DESVELAN CINCO OPORTUNIDADES PARA LA IGLESIA Y LA PASTORAL HOY:
Francisco Antonio Jiménez Rosario Asesor Eclesiástico Nacional
RETOS Y OPORTUNIDADES A RAÍZ DE LA PANDEMIA
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n su reciente Encíclica Fratelli Tutti el Papa Francisco afirmó que la pandemia del covid 19 nos hizo descubrir falsas seguridades (CfrNr 7), maquilladas en apariencias y nos hizo darnos cuenta de nuestra pertenencia común de la que no podemos ni debemos evadir, que es la pertenencia de hermano (CfrNr 32).Esto implica necesariamente, según el Papa Francisco, que los creyentes “nos vemos desafiados a volver a nuestras fuentes para concentrarnos en lo esencial: la adoración a Dios y el amor al prójimo, de manera que algunos aspectos de nuestras doctrinas, fuera de su contexto, no terminen alimentando formas de desprecio, odio, xenofobia, negación del otro”(Nr 282).
6.
-El primer reto que se nos presenta es el del discernimiento. Y preguntarnos: ¿Qué estamos haciendo? ¿Cómo lo estamos haciendo? ¿Cuáles son realmente nuestras prioridades? Naturalmente que la oportunidad que nos brinda este reto es la oportunidad de la reconciliación con nuestra tarea primordial, que es la de testimoniar la fe cristiana. Esta nueva situación puede verse como una gran oportunidad para buscar un relanzamiento de la fe, que responda a los deseos y anhelos del hombre y la mujer de hoy. -El segundo reto que se deriva del primero ha de ser una nueva reflexión teológica: Que vuelva a un discurso mucho más atento a los signos de los tiempos y a las condiciones de su propio contexto para proveer análisis que ayuden a comprender situaciones difíciles como las que estamos atravesando, y para orientar las conciencias ante la gran incertidumbre que vivimos. Ahora más que nunca toca “dar razón de nuestra esperanza”. -El tercer reto es el de la exigencia de la transparencia y el de coherencia de vida en todos los miembros que confiesan la fe: Especialmente en aquellos que están llamados a ser guías y -por consiguiente- modelos de fe. He aquí una gran oportunidad para la fe cristiana. La religión tiene que ofrecerle al hombre moderno nuevas formas de vivencias religiosas, basadas en el respeto a las diferencias, por medio de la creación de una red de relaciones interpersonales que parta de los elementos esenciales (la dignidad de cada ser humano, en razón que fuimos todos creados a imagen y semejanza divina), fortaleciendo el sentido de pertenencia, que parte de una cosmovisión integral, en donde todos nos sentimos interconectados e interrelacionados.