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Diferencias entre autismo y déficit de atención

Por: Dayanne M. Rivera Mercado Redaccción enSalud

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¿Sabías que el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no está incluido en el trastorno espectro autista (TEA)? Algunos síntomas de estas condiciones son iguales y por eso los asocian. Tanto el diagnóstico de TDAH como el de TEA están basados en síntomas conductuales. La Dra. Cecilia Montiel Nava, expone en un artículo publicado en “SciELO” en el 2011, que los TEA están caracterizados por alteraciones en el funcionamiento social, en la comunicación y en el patrón de conductas restringidas y repetitivas. Mientras que los TDAH se manifiestan como dificultades para sostener la atención y por los patrones de conducta impulsiva e hiperactiva.

Aunque el TDAH y el TEA están relacionados en términos genéticos y pueden tener síntomas similares, se pueden destacar muchas diferencias. De hecho, los casos de TEA pueden variar en intensidad, mientras que el TDAH no es un trastorno que tiene un espectro. Más bien, el TDAH es una condición a nivel del neurodesarrollo, que al igual que el TEA, presentará una variedad de síntomas en el individuo que lo padezca.

Diferencias en las señales de comportamiento

En los casos con TEA:

• Pueden tener un retraso en el lenguaje, a veces no hablan, o repiten frases continuamente.

• Se molestan con los cambios de rutina.

• Evitan contacto visual y/o físico.

• Realizan movimientos corporales inusuales, como: dar palmadas, aletear, balancearse o andar en puntillas, etc.

• Tienen problemas con las habilidades sociales.

En los casos con TDAH:

• Son personas olvidadizas, se distraen con facilidad y a veces sueñan despiertos.

• Tienen dificultad para seguir instrucciones.

• Le cuesta permanecer sentado durante las actividades que así lo requieran.

• Tienen problemas con la organización y para terminar tareas.

• Es muy inquieto, está en constante movimiento. Agarra y juega con cualquier objeto que esté a su alcance.

• Actúa sin pensar en las consecuencias de sus actos.

Diferencias en el posible impacto emocional y social

En los casos de TEA, las dificultades principales van dirigidas al entendimiento de situaciones sociales, la comunicación y las rutinas o comportamientos repetitivos. A las personas con TEA se les dificulta comprender el significado de las señales sociales, por lo que tienen problemas para relacionarse con otras personas. Sin embargo, los casos de TDAH más bien suelen presentar dificultad para respetar las reglas sociales. De hecho, frecuentemente reciben comentarios negativos por su mal comportamiento, por no prestar atención o por sus impulsos; sus conductas pueden perturbar mucho a otras personas. Teniendo claro que estos trastornos tienen sus diferencias, debemos señalar que una persona pudiera ser diagnosticada con ambos trastornos. De hecho, es importante tener en cuenta que tener una de estas condiciones incrementa la posibilidad de padecer los síntomas de la otra.

Si usted quiere estar claro en cuáles son los factores de desarrollo funcional en su hijo, sepa que se puede llevar a cabo una evaluación neuropsicológica detallada y una evaluación médica para analizar las áreas de desarrollo del menor. Esto le permitirá tener un panorama claro y poder brindarle a su hijo la ayuda adecuada. Aunque ambos trastornos comparten similitud en cuanto a síntomas, los tratamientos recomendados no son los mismos. En los casos de TEA, se recomiendan las terapias para mejorar ciertas destrezas comunicativas y para reducir los comportamientos repetitivos. No obstante, en los casos de TDAH, se brinda terapia enfocada en mejorar la atención y la organización, pero complementada con medicación que será eficaz sólo para los niños con este diagnóstico.

Cuando nos convertimos en padres deseamos que las áreas de crecimiento físico, desarrollo cognitivo, afectivo y social, así como el desarrollo del lenguaje, el desarrollo sensorial y motor progresen de forma saludable. Cada niño es un mundo por tanto cada uno pasa por sus propias experiencias. La intervención temprana es vital para tratar condiciones como lo son el autismo y permitirles un desarrollo saludable.

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