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El estrés provocado por el COVID-19 y su impacto psicológico

Por: Rosa Serrano Cardona Directora de Programas Institucionales Hospital San Carlos Borromeo Moca

La pandemia del coronavirus ha causado temor y ansiedad en la mayoría de los puertorriqueños. Esta enfermedad puede llevar tanto a los niños como a los adultos a confrontar emociones fuertes e inclusive desesperanza en algún momento.

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El estrés puede generar:

• Temor y preocupación por la salud personal y la de nuestros seres queridos.

• Cambios en los patrones de alimentación dejando de comer o comiendo excesivamente.

• Dificultad para dormir

• Dificultad para concentrarse

• Complicaciones en las condiciones crónicas de salud

• Problemas de salud mental •

Mayor consumo de alcohol, tabaco y drogas

En la literatura del artículo “The Psychological Impact of Quarantine and How to Reduce It: Rapid Review of the Evidence”, de Samantha K. Brooks, Rebecca K. Webster y otros co-autores, incluye diez países que sufrieron las epidemias y pandemia del SARS, ébola e influenza H1N1 se menciona el impacto sicológico de la cuarentena.

En esta literatura se identifican seis estresores que influyen en el impacto emocional o psicológico:

1.Duración de la cuarentena más de 10 días: a mayor duración de la cuarentena, más impacta la salud mental.

2.Miedo a infectarse: los participantes en los estudios reportaron miedo sobre su salud y a infectar a otros, así como estar más pendientes a los síntomas físicos que pudieran indicar que están infectados. Esto tiene mayor relevancia en personas con historial de trastornos de ansiedad pues puede exacerbar cuadros preexistentes de Trastorno de Pánico y Trastorno de Ansiedad Generalizada, entre otros.

3.Frustración y aburrimiento: causados por el trastoque a la rutina diaria y la libertad de realizar sus actividades y planes diarios.

4 .Suministros inadecuados: aumenta la frustración y ansiedad por sentir que tienen necesidad de suministros y no tener la forma de suplirlos. El proceso de no poder asistir a sus citas u obtener sus medicamentos ha sido uno de los factores que causa mayor ansiedad y la limitación de los equipos protectivos (mascarilla y termómetros).

5.Información inadecuada: en los estudios citados, la población percibía que le llegaba poca información o que las guías no eran claras, y se cuestionaba la credibilidad y transparencia de las autoridades de salud y los gobiernos.

6.El estigma: fue uno de los temas más importante en la literatura principalmente el rechazo del vecindario, los participantes informaron que los trataban de manera diferente, con miedo y hacían comentarios de rechazo. La cuarentena es una experiencia no placentera. Implica separarnos de la rutina, familiares, amistades, una sensación de poco control de la libertad. Genera irritabilidad y coraje aún más cuando no se comprende por qué una persona que no tiene síntomas tiene que quedarse en casa.

En general, los estudios reportaron una alta prevalencia de estrés psicológico y trastornos psiquiátricos. Los síntomas prominentes fueron depresión, trastornos emocionales, estrés, estado de ánimo bajo, irritabilidad, insomnio, síntomas de PTSD, coraje, sentimientos de duelo e insomnio inducido por ansiedad. A pesar de esto, la cuarentena ha demostrado ser la estrategia preventiva de mayor éxito para salvar vidas en esta pandemia.

Desde hace más de un mes en Puerto Rico cada individuo, familia y colectivo hemos tenido que afrontar retos de tolerancia, adaptación, frustración, coraje, miedo y hasta pánico. A esto se le suma la pérdida de trabajo y la incertidumbre de cómo y cuándo recuperaremos la economía familiar. Ni la experiencia de huracanes ni la incertidumbre por las réplicas de los terremotos se comparan con la incertidumbre y el miedo a infectarse, morir o perder a uno de los nuestros que esta pandemia representa. A estas alturas, habrá personas adaptadas a la cuarentena y otras habrán desarrollado estrategias de compensación. Pero de igual forma, debe haber personas cuyos límites de tolerancia han llegado a su punto máximo, más aún en aquellas con francos síntomas de un trastorno psiquiátrico.

Podemos diferenciar a tres grupos impactados: el personal de la salud que atiende a pacientes infectados, personas infectadas, personas aisladas o en cuarentena por haber estado en contacto con la enfermedad y el resto de la población sin síntomas, que, por orden ejecutiva, se encuentran en sus casas. Entre todos estos, el personal que trabaja en hospitales es el grupo en mayor riesgo de desarrollar cuadros psiquiátricos de acuerdo a estudios realizados. Las personas afectadas por el virus, ya sean portadores sanos, con síntomas leves o las recuperadas, presentarán ansiedad que puede ir, desde una reacción aguda de estrés, hasta otros cuadros más complejos. Cabe señalar que pacientes recuperados atravesaron por una experiencia cercana a la muerte o miedo a morir. Por otro lado, los portadores sanos o con cuadros leves enfrentarán el rechazo y aislamiento por conocidos por miedo a contaminarse. El impacto emocional no se queda en la experiencia individual, sino que trasciende a los miembros de la familia y amistades que vivieron la angustia de la duda, la enfermedad y, en algunos casos, la pérdida de su allegado. Los sobrevivientes de familias en las que ha muerto un miembro por COVID-19 se pueden quedar con una sensación de culpa por haber sobrevivido o haber sido quien trajo el virus a la casa.

Sobre las personas sanas en casa, la evidencia científica fue inconsistente para identificar factores predictores del impacto psicológico de la cuarentena. Sin embargo, un estudio mostró que los niños sufrieron más síntomas de Trastorno de Estrés PostTraumático (PTSD, por sus siglas en inglés) que sus padres. Otro estudio que compara a jóvenes universitarios no halló diferencia entre los estudiantes en cuarentena con los no estaban en cuarentena, lo que da la apariencia que en los jóvenes los síntomas son menores o poco existentes. Esto apunta a que la respuesta emocional será diferente según la etapa del desarrollo en que se encuentre la persona. En general, el coraje y la irritabilidad parecen ser más prevalentes que la ansiedad entre adolescentes.

Un subgrupo importante son las personas que padecen un trastorno de uso de substancias o son adictas a alcohol y/o drogas. Estas personas están en riesgo de tener una recaída en el uso de alcohol y sustancias controladas. Este efecto se ve también en respuesta a otras catástrofes. Al finalizar la cuarentena se ha visto que una cuarta parte de la población presentó cambios en su conducta, evitando lugares concurridos y abiertos. Esto puede influir en la recuperación económica post pandemia. Además, se vio que las personas seguían lavándose las manos con regularidad.

Las redes sociales están llenas de consejos, chistes e ideas para “matar el tiempo” durante la cuarentena. Si bien es cierto que esta experiencia nos ha regalado la oportunidad de redescubrir a nuestra familia o cohabitantes, no todo es tan idílico. Por cuatro semanas personas han estado viviendo con su agresor, encerradas en la misma casa. Hay familias atendiendo hijos u otros familiares con necesidad de cuidados especiales, sin la ayuda que antes tenían o el descanso de centros de cuido o escuelas especiales. Estas personas podrían presentar el síndrome de agotamiento del cuidador. El impacto psicológico en las personas puede durar aún culminado la cuarentena. Por todo esto es importante considerar el aspecto emocional de la pandemia.

De acuerdo al estudio ¿qué se puede hacer para mitigar las consecuencias de la cuarentena?

1. Mantener la cuarentena lo más corta posible: el impacto sicológico es mayor cuando la cuarentena se extiende. Una extensión por pequeña que sea puede exacerbar cualquier sensación de frustración o desmoralización. Restringir la duración de la cuarentena a lo que es científicamente razonable dada a la duración de los periodos de incubación y no adoptar un enfoque excesivamente preventivo minimizará el efecto en las personas.

2. Proveer a las personas la mayor información posible: El temor es un sentimiento común y de preocupación en las personas expuestas a una enfermedad infecciosa, por tal razón es necesario garantizar que las personas expuestas a una cuarentena comprendan bien la enfermedad y los motivos de la cuarentena.

3. Proporcionar los suministros adecuados: los funcionarios gubernamentales también deben asegurarse de que los hogares en cuarentena tengan suficientes suministros para sus necesidades básicas y, lo que es más importante, estos deben proporcionarse lo más rápido posible. Idealmente, la coordinación para el suministro de suministros debe realizarse con anticipación, con planes de conservación y reasignación establecidos para garantizar que los recursos no se agoten, lo que desafortunadamente se ha informado.

4. Reducir el aburrimiento y mejorar la comunicación: El aburrimiento y el aislamiento causarán angustia. Se debe informar a las personas que están en cuarentena sobre lo que pueden hacer para evitar el aburrimiento y se les debe proporcionar consejos prácticos sobre técnicas de manejo del estrés y manejo del estrés. Tener un teléfono móvil que funcione ahora es una necesidad, no un lujo, y aquellos que bajan de un largo vuelo para entrar en cuarentena probablemente recibirán un cargador o adaptador más que cualquier otra cosa. Activar su red social, aunque de forma remota, no es solo una clave prioritaria, pero la imposibilidad de hacerlo se asocia no solo con ansiedad inmediata, sino con angustia a más largo plazo. Un estudio sugirió que tener una línea de asistencia telefónica, atendida por enfermeras psiquiátricas, específicamente para aquellos en cuarentena podría ser eficaz en términos de proporcionarles una red social. La capacidad de comunicarse con la familia y los amigos también es esencial. En particular, las redes sociales podrían desempeñar un papel importante en la comunicación con las personas lejanas, permitiendo que las personas en cuarentena actualicen a sus seres queridos sobre su situación y les aseguren que están bien. Sí sientes algún síntoma emocional o ideas de hacerte daño, llama a la línea PAS de ASSMCA o pide ayuda a tu proveedor de salud mental. Presta atención a tu estado emocional como has prestado atención a las medidas de seguridad y prevención.

5. Los trabajadores de la salud merecen una atención especial: Los propios trabajadores de la salud a menudo están en cuarentena y esta revisión sugiere que, al igual que el público en general, se ven afectados negativamente por las actitudes estigmatizantes de los demás. Durante los brotes de enfermedades infecciosas, se ha encontrado que el apoyo organizacional es protector de la salud mental para el personal de salud en general y los gerentes deben tomar medidas para garantizar que los miembros de su personal apoyen a sus colegas en cuarentena.

6. El altruismo es mejor que la compulsión: Quizás debido a las dificultades de diseñar un estudio apropiado, no se encontró ninguna investigación que evaluara si la cuarentena obligatoria versus la voluntaria tiene un efecto diferencial en el bienestar. Sin embargo, en otros contextos, sentir que otros se beneficiarán de la situación puede hacer que las situaciones estresantes sean más fáciles de soportar y parece probable que esto también sea cierto para la cuarentena en el hogar. Reforzar esa cuarentena está ayudando a mantener a otros seguros, incluyendo aquellos particularmente vulnerables (como aquellos que son muy jóvenes, viejos o con afecciones médicas graves preexistentes), y que las autoridades de salud les están realmente agradecidas, esto ayudará a reducir el efecto sobre la salud mental y la adherencia en los que están en cuarentena.

Nunca pensamos que estaríamos viviendo esta crisis, pero es un nuevo reto personal y social al cual debemos enfrentarnos. Hagámoslo con valentía, no durará para siempre.

Este artículo ha sido escrito utilizando las referencias del CDC, la literatura de “The Psychological Impact of Quarantine and How to Reduce It: Rapid Review of the Evidence”, y documento escrito por el psiquiatra Dr. Nicolás Hernández Sanabria.

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