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El asma, ¿tiene cura o solo se puede controlar?

El asma, ¿tiene cura o solo se puede controlar?

Por: Lcda. Ibis Montalvo Félix, MPHE Yaquelin Codias, BSN RN Departamento de Salud, Programa de Asma

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A nivel cultural, muchas personas tienen la creencia que el asma es una enfermedad que se puede curar. Esto usualmente se debe a historias de una gran cantidad de niños/ niñas que, al llegar a la adolescencia, su asma “desaparece” o “es curada” mediante la utilización de remedios que han pasado de generación en generación. Sin embargo, en algunos casos, al alcanzar la adultez, estas personas vuelven a tener episodios de asma.

Según la Organización Mundial de la Salud, OMS por sus siglas, el asma es una enfermedad crónica o de larga duración, que se caracteriza por ataques recurrentes de tos, disnea (dificultad para respirar) o sibilancias (pito), variando en severidad y frecuencia de una persona a otra. Esta condición continúa siendo la más prevalente (casos existentes) en la población pediátrica en Puerto Rico. La misma se caracteriza por la inflamación y el estrechamiento de las vías respiratorias, provocando un aumento en la producción de mucosidad que impide el paso del aire que entra y sale de los pulmones.

Según datos de la OMS, actualmente existen 235 millones de personas con asma a nivel mundial. En Puerto Rico, según los datos del PR-BRFSS (Puerto Rico Behavioral Risk Factor Surveillance System) y el Sistema de Vigilancia del Programa de Asma del Departamento de Salud (2019), actualmente 1 de cada 6 niños en la isla padece de esta enfermedad. Mientras que en los adultos 1 de cada 8, tiene asma. Estos datos sugieren la importancia de educar sobre la condición y de romper con los mitos relacionados a esta enfermedad crónica, que no se puede curar, pero SI se puede controlar.

Para poder lograr un buen diagnóstico del asma, la persona debe visitar un médico o especialista, quien deberá tomar en consideración: el historial familiar, realizar un examen físico y el historial clínico (signos y síntomas) del paciente. En algunas ocasiones el médico también puede ordenar pruebas de alergia, para poder conocer todos aquellos provocadores tanto ambientales como alimenticios que pueden desencadenar o provocar los síntomas. Otra de las pruebas que puede realizar el especialista es la prueba de función pulmonar (espirometría), la cual se recomienda que se realice a partir de los 5 años, por la dificultad que puede representar en la realización para un niño de menor edad. Una vez que el médico realiza el diagnóstico de la condición, según la severidad de esta, procederá a clasificarla. El asma se clasifica en dos: asma intermitente y asma persistente. El asma intermitente es aquella que presenta síntomas menos de dos veces por semana, no hay limitación en la realización de actividades y los síntomas nocturnos son menos de dos veces por mes. Mientras que el asma persistente se subdivide en tres: asma persistente leve, asma persistente moderada y asma persistente severa. El asma persistente leve presenta síntomas de tres a seis veces por semana, pudiendo afectar el nivel de actividad levemente y los síntomas nocturnos pueden presentarse de 3 a 4 veces por mes. En el asma persistente moderada los síntomas son diarios y pueden afectar el nivel de actividad, así como presentarse 5 o más veces al mes durante la noche. Por último, en el asma persistente severa los síntomas son continuos y graves, y los síntomas nocturnos son diarios.

El asma al igual que otras enfermedades crónicas, presenta una serie de síntomas comunes, como lo son: tos, sibilancia (pito), presión en el pecho y dificultad para respirar. Es importante destacar que estos síntomas pueden variar de persona a persona y no necesariamente se van a presentar todos. Por esta razón, cada individuo tiene un tratamiento personalizado dependiendo de su sintomatología, el tipo de asma que presenta, los factores que la desencadenan, etc. Cada persona que la padece necesita aprender a conocerse, debe seguir el plan de acción prescrito por su médico o especialista, también tomar sus medicamentos tal cual el médico los recetó y lograr identificar cuáles son sus provocadores. Todo esto puede ayudar o contribuir a un mejor control de su condición.

Dependiendo de la clasificación y severidad de los síntomas el médico prescribirá dos tipos de medicamentos, los cuales son: medicamentos de rescate y medicamentos de control. Los medicamentos de rescate (broncodilatadores) se toman apenas comiencen los síntomas. Los medicamentos de control (antiimflamatorios) se toman todos los días, aunque la persona se sienta bien y no presente síntomas. Ambos tipos de medicamentos deben tomarse siguiendo las indicaciones de su médico.

Los provocadores del asma son aquellos factores ambientales, físicos y alérgenos, que pueden provocar que la enfermedad se descontrole o se active. Algunos ejemplos de provocadores del asma son: humo de cigarrillo, pelo de animales, olores fuertes, pólenes, hongos, partículas del polvo, cucarachas, cambios en temperatura, polvo del Sahara, emociones fuertes, infecciones virales etc.

Algunos pacientes, cuando logran controlar su enfermedad, pueden pasar largos periodos sin presentar síntomas. Esto no quiere decir que se curó de su condición, ya que las vías respiratorias de un paciente con asma, de por vida, serán más sensibles que las de las personas que no la padecen, por lo que en cualquier momento sus síntomas pueden volver a presentarse. La persona tendrá la enfermedad desde que el médico la diagnostica hasta su muerte, por esto es importante que la persona tome control de su condición y pueda llevar una vida completamente normal.

Algunas recomendaciones que pueden seguir aquellas personas que padecen la condición son: obtener y seguir el plan de acción para el asma, si es niño o adolescente es importante que lo comparta en la escuela y con todas aquellas personas que cuiden al menor. También seguir su tratamiento tal y como lo establece su médico, tomando los medicamentos como fueron prescritos. Otra recomendación es comer saludable y realizar ejercicios (si no está presentando síntomas al momento de realizarlo). Finalmente evitar todos aquellos desencadenantes o provocadores que exacerben la condición. Recuerde siempre visitar su médico y mantenga el plan de acción del asma al día.

Si desea conocer más sobre la condición y otras recomendaciones, para lograr el manejo y control del asma, pueden contactarnos a través del 787-765-2929 ext. 4105 ó 4110 ó a través de “Facebook” como Programa de Asma de Puerto Rico. También pueden acceder a nuestra página web www.proyectoasmapr.com

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